jueves, 11 de diciembre de 2014

Antonio Canova:Venus y Marte
1816-1822. Altura: 210 cm. Mármol.
Buckingham Palace, Londres.

El escritor y pintor alemán Fernow publicó en 1806 un librito sobre Canova donde dice que "en el estudio de Canova, que comprende una serie de amplias estancias, hallamos juntas todas las obras escultóricas que en estos momentos se están haciendo en Roma. (...) Se me representan en la imaginación los talleres de la Antigüedad en los que se realizaban las imágenes de los dioses y héroes de los griegos." Debido a las magnitudes de sus encargos, Canova se veía obligado a solicitar la colaboración de sus ayudantes. El, personalmente, no hace más que los modelos de sus obras, primero unos de cera, de pequeño tamaño, que le ayudan a clarificar su idea, y después el de barro, de las mismas dimensiones ya que la obra. El traslado de este modelo al mármol lo deja enteramente en manos de ayudantes cualificados. El solamente interviene, cuando la ejecución se halla ya bastante avanzada, para dar el toque maestro. Este último acabado puede llevarle semanas o incluso meses. Mientras realiza este trabajo, le leen, en traducciones italianas, las obras de los clásicos. En una carta a un amigo veneciano escribió: "Diréis que es imposible que una persona que trabaja de la mañana a la noche como un esclavo encuentre tiempo para leer. Lo cierto es que me paso el día entero trabajando como un esclavo, pero también es verdad que casi todo el día estoy escuchando a una persona que me lee, de tal forma que ya he oído pro tercera vez los ocho volúmenes de vuestra edición de Homero."
El tratamiento que da Canova a la superficie del mármol no consiste sólo en limarla y pulimentarla, sino que intentaba suavizar la superficie mate natural del mármol y darle el aspecto de un material más flexible. Para ello, y tras haber realizado el último pulimentado hasta el punto de cobrar la superficie un aspecto casi lustroso, manchaba la estatua con hollín. Pretendía de esta manera romper el blanco brillante del mármol y darle una especie de suavidad cérea que puede resultar desagradable a la vistas de quienes buscan en las estatuas un goce puro de la forma.
http://cv.uoc.edu/~04_999_01_u07/percepcions/perc82b.html

 Venus y Marte -  Círculo de Antonio Cánova -  Museo del Prado

1820 - 1830 - Mármol
233 cm x 125 cm x 60 cm - 1446,5 kg
Escuela

El Marqués de Salamanca ofreció en venta al Museo del Prado una obra de Antonio Canova, Venus y Marte, autoría con la que se adquirió y que ha sido mantenida durante décadas, pero que Pavanello en 1976, al catalogar toda la obra de Canova la consideró como copia. Centrado en el ambiente del taller canoviano lo valoró Reyero, hoy lo consideramos obra del entorno de Antonio Canova, quizá de la mano de Adamo Tadolini o de Rinaldo Rinaldi, de hacia la segunda década del siglo XIX. Esta espectacular escultura, realizada en mármol de Carrara, representa a la diosa del amor y la belleza que, aunque casada con Vulcano, se acompaña de su verdadero amor, el dios de la guerra: es una alegoría en la que Venus, como diosa de la paz intenta retener a Marte enlazando sus miradas y atrayéndole para que no vaya a la guerra. Es una iconografía que equilibra la fortaleza con la delicadeza, y es de excelente factura. Junto a este grupo escultórico que se exponía en Vista Alegre, el Marqués de Salamanca tenía otro grupo escultórico en su posesión del centro de Madrid en el paseo de Recoletos, con el que a veces se ha confundido, el magnífico grupo de Venus y Adonis, atribuido a Canova, que después fue a parar a la colección de Fernández de Villavicencio y Crooke [...] una afirmación del ambiente italiano y neorrenacentista buscado por Salamanca. Ello significa que el gusto del Marqués se decantaba por la compra de dos grupos del entorno de Canova. Este segundo grupo, fue vendido en Sotheby`s en 1992, y de nuevo subastado en Sotheby`s en 2008, y en la ficha técnica se propone una posible atribución a Rinaldi. El Museo del Prado solo compró por R. O. de 16 de junio de 1881 el grupo de Venus y Marte, y otras obras de Tenerani o Lazzerini, junto con un buen conjunto de cuadros. El precio fue alto, 40.000 pts. de la época, y a finales del mes de junio, la obra ya había ingresado en el Museo. El 17 de mayo de 1924 el Subsecretario del Ministerio de la Guerra solicitó al Museo de Arte Moderno, a donde había pasado en 1896, esculturas para embellecer sus jardines, entre las que solicitó este grupo. Reunido el Patronato, el Director del Museo confirmó el 23 de mayo el acuerdo de cesión en depósito de esta obra al Palacio de Buenavista, aunque finalmente parece que no se llevó a cabo. Se trata de una versión muy fidedigna de la obra original del maestro Antonio Canova, Venere e Marte, cuyo modelo del yeso de 1816 se conserva en la Gipsoteca de Possagno, con las marcas del sacado de puntos, que mide 2,10 x 0,60 x 1,22. También allí se conservaba un modelo en barro cocido, destruido en 1917 en el bombardeo de la Gipsoteca durante la Primera Guerra mundial.
Por lo que se refiere al mármol de 2,10 de alto realizado entre 1816 y 1822 se encuentra en Londres, en el Palacio de Buckingham, ubicado en la llamada Escalera de Ministros en la planta baja al final del Vestíbulo de Mármol, que da acceso a los salones privados. Fue concebido para el rey de Inglaterra Jorge IV, quien se lo encargó en 1815 cuando Canova estaba en la capital británica, en el que retoma, aunque en posición inversa y otra actitud, su grupo de Cupido y Psique. Representa una alegoría de la guerra y la paz, buscando el contraste entre la fuerza y la gracia, obra que concluyó con la ayuda de su colaborador Adamo Tadolini. Se expuso con gran éxito en 1822, y las descripciones y grabados valoraban sobremanera su gran belleza y el contraste del tratamiento de la figura masculina como el señor de la guerra, frente a la suavidad de la figura femenina que lo serenaba. En cuanto al ejemplar de la colección del Marqués de Salamanca, la mano de alguno de los escultores que trabajaron colaborando con Canova puede estar detrás de su factura: Adamo Tadolini, Rinaldo Rinaldi o incluso Baruzzi, pues todos trasladaron al mármol los bocetos del maestro.
De cualquier forma, se trata de una de las obras importantes de factura italiana en el Museo del Prado y en el contexto artístico español. La calidad de la obra que se conserva en Madrid es magnífica y son muy pocos los detalles que se aprecian diferentes en relación con la primera versión marmórea de Canova en Londres, ambas de tamaño natural. La factura de la obra del Prado es menos pulida en su acabado general, y más profunda en la manera de tratar los cabellos creando más sombras, tanto en los rizos como en las ondas del cabello de Venus. Hay también algunos matices que varían, como el tratamiento de algunos pliegues de la tela que porta Venus, o el diseño de la cornucopia que tiene importantes variantes en su composición, o la banda de cuero que cae sobre el escudo en la parte posterior, que tiene ojales en la versión de Buckingham pero no los tiene en la del Prado, y asimismo alguna variante en los motivos decorativos de la vaina de la espada. Por otro lado, se diferencia la punta de lanza -que en ambas composiciones es una pieza añadida pues se saldría por su altura del bloque de piedra a tallar-. En los primeros grabados del grupo la lanza no está concluida, pero en el yeso de Possagno y en el grabado en la obra de Cicognara la punta aparece redondeada. Sin embargo, la punta del ejemplar del Prado recorta sus bordes inferiores, mientras que el modelo británico concluye la punta con formas redondeadas. En cualquier caso, el destacado modelado de los cuerpos es muy similar, así como la relación entre ambos dioses a través de su intensa mirada, especialmente de Venus (Texto extractado de Azcue, L.: "La escultura italiana del siglo XIX en Madrid y el coleccionismo privado (II)",Boletín de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, 2009, pp. 153-154).

https://www.museodelprado.es/coleccion/galeria-on-line/galeria-on-line/zoom/2/obra/venus-y-marte/oimg/0/





No hay comentarios.:

Publicar un comentario