sábado, 20 de diciembre de 2014

Elisabeth Söderström
“El rock le debe mucho a la ópera”

Referencia y parámetro a la hora de interpretar la música de Richard Strauss y Leos Janácek, en entrevista con "Artes y Letras" la soprano sueca Elisabeth Söderström, actual directora artística del Teatro de la Corte de Drottningholm, defiende la ópera contemporánea, profetiza el término de la dictadura de los directores teatrales y renueva su esperanza en el canto.

Son cincuenta y tres los años de carrera que detenta la soprano sueca Elisabeth Söderström, leyenda en vida por su trabajo con las mujeres de Richard Strauss y Leos Janácek. Una artista de esas que hoy escasean, cuyo sello es el estudio y en cuyos rasgos está lacrada la intransigencia musical, unida a una valentía extraordinaria gracias a la cual pudo alterar a veces la pura belleza para develar los misterios más profundos de la música.

Ella hizo escuchar el sonido y el significado de las palabras, la curva de la frase, la idea del poema o del personaje que le correspondió interpretar. Y si en algún momento fue necesario trizar el barniz para descubrir "la verdad", tampoco tuvo problema en elevar la delicadeza y ocultar el sentido, de manera que el misterio fuera inviolable: así lo hizo con Mélisande, que cantó y grabó junto a Pierre Boulez.

Raro caso el de Elisabeth Söderström (1927), dueña de una extensa discografía, de un repertorio refinado y gran actriz sobre la escena. Hasta el día de hoy, cuando sus empeños se concentran sobre roles de carácter como la Condesa de "La Dama de Picas" (Tchaikowsky), las audiencias se vuelcan sobre ella con una adoración inusual, pero también con un respeto que la hace infranqueable y distinta. Como si estuviera más allá del bien y del mal, y nadie tuviera derecho a acceder a su círculo inmediato. Actualmente es directora artística del Teatro de la Corte de Drottningholm, en Suecia, famoso porque ahí rodó Ingmar Bergman su "Flauta mágica".

Libretos inteligentes

- En su opinión, ¿la creación contemporánea para la ópera responde a demandas de las audiencias actuales?

- Es variable. Es muy importante tener un libreto interesante. En los años ''''''''50, dos óperas nuevas concernían a la época en que vivíamos. Una era "El cónsul", de Menotti, que nos contaba la desesperación de las personas que visitaban un consulado en un país gobernado por una dictadura. Todos necesitaban visa para escapar. La otra ópera era "Aniara", sobre una nave espacial que evacua al planeta Marte a los sobrevivientes de la Tierra devastada. Después de una colisión con asteroides, la nave entra en órbita y queda condenada a permanecer en el cosmos para siempre. La ópera describe cómo reaccionan los pasajeros. Las dos fueron enormemente exitosas y creo que se debía tanto a su calidad musical como a que los libretos eran inteligentes.

"Uno de mis roles favoritos es La Mujer en "La voz humana", un monólogo de 45 minutos con un teléfono como partner. Claro, en ella coinciden Poulenc y Cocteau, lo que no es poco... En 1988, Dominick Argento creó un drama espeluznante: "The Aspern papers", donde seguimos una historia de amor durante 65 años. Interpreté a la cantante de ópera, quien aparece cuando tiene 35 años y más tarde 95".

"Estas son sólo cuatro óperas que ofrecen al público una experiencia emocionante de drama moderno en música. Igualmente atraen a la gente joven. Hay muchas óperas nuevas e interesantes, las que desafortunadamente nunca llegan a las audiencias internacionales".

- ¿Qué sugeriría para lograr que las nuevas generaciones se aproximen a la nueva creación para la ópera?

- Nosotros los cantantes tenemos la gran responsabilidad de interpretar bien la música contemporánea. Si se entrega una mala interpretación de Mimí en "La boheme", el público dirá ella fue una mala Mimí. Si se ofrece una primera representación mala de una nueva ópera, el público probablemente dirá que la ópera era mala y nada de interesante, y nunca se oirá la ópera de nuevo.

"Toda mi vida he oído que la ópera está muerta. Yo siento que es al revés, que el ímpetu crece y que se agregan nuevas formas, nuevos estilos. Ahora tenemos los espectáculos gigantescos o las óperas-spaghetti, comida y música en lugares oscuros...".

- Estos años parecen demostrar el triunfo de los directores de escena por sobre las voces.

- Profecía: el reinado de los directores teatrales terminará y el gran canto hermoso estará de vuelta".

Opera enchufada

- ¿Se interesa en las expresiones musicales masivas de estos días? ¿Música pop? ¿Rock? ¿Heavy metal?

- Mis tres hijos han sido mis profesores cuando se ha tratado de rock y música pop. He escuchado, visto y notado que el negocio en torno al rock se ha apoderado de muchísimas cosas de la ópera. Cuando yo empecé mi carrera, el sonido más fuerte en un teatro provenía de las orquestas de ópera y de los cantantes operáticos. Esos días terminaron. El ruido amplificado en los conciertos pop y rock es mucho más fuerte que cualquier representación lírica... Por otra parte, en la música de rock se encuentran las divas de hoy. Las limusinas y estrellas ahora sirven al pop y al rock. El rock le debe mucho a la ópera. No es de extrañarse, por lo tanto, que los cantantes de ópera quieran encontrar un nuevo nicho, como los conciertos en estadios deportivos, la ópera enchufada...

- ¿Observa en el arte actual una suerte de recuperación de los principios del Romanticismo, estimulada por lo hechos del siglo XX?

- Creo que podemos agradecer a las comedias musicales por eso...

- ¿Cómo sueña el medio artístico de los próximos cien años? ¿De qué manera se difundirá la música?

- Vamos a ver que la televisión y los videos ofrecerán a la gente la posibilidad de ver y escuchar música como jamás imaginamos. Corresponderá a los artistas conservar las actuaciones en vivo, que nunca podrán reemplazarse. Es importante que los precios de las entradas no lleguen a ser un obstáculo para las personas que deseen experimentar una actuación en vivo, desenchufada.

http://www.lamusica.emol.com/detalle/index.asp?idnoticia=270001


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