CANCIÓN DE LA LLAMA
Los que me tocan
dan un grito, aterrados.
Ignoro, sin embargo,
si soy caliente o fría,
pues no estoy un segundo en ningún sitio,
ni es nada lo que fui hace un instante.
Mi modo de partir es el incendio.
Lucho contra lo oscuro,
pero no llego a ningún lado:
sólo vuelvo a lo oscuro.
Me temen porque siempre,
por alguna razón desconocida,
busco el papel, la madera y la carne,
los rozo y acaricio y voy comiendo,
y yo misma
perezco en sus cenizas.
Es que soy desprendida hasta la médula.
Los que me tocan dan un grito:
para la gente
mi amor es un escándalo.
Los que me tocan
dan un grito, aterrados.
Ignoro, sin embargo,
si soy caliente o fría,
pues no estoy un segundo en ningún sitio,
ni es nada lo que fui hace un instante.
Mi modo de partir es el incendio.
Lucho contra lo oscuro,
pero no llego a ningún lado:
sólo vuelvo a lo oscuro.
Me temen porque siempre,
por alguna razón desconocida,
busco el papel, la madera y la carne,
los rozo y acaricio y voy comiendo,
y yo misma
perezco en sus cenizas.
Es que soy desprendida hasta la médula.
Los que me tocan dan un grito:
para la gente
mi amor es un escándalo.
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