Vivaldi:
Los Conciertos para Flauta Opus 10
La colección
aparece en Ámsterdam en la Casa Cene. Es una colección de seis conciertos para
flauta y cuerda y era la primera que se publicaba para esta combinación.
No
obstante cinco de los seis
conciertos, tres de ellos con programa, son arreglos de conciertos o conciertos
de cámara con flauta de pico.
El concierto
en Sol número 4, es sin duda el único original de la serie. El concierto en fa número 1,
se titula la tempestá di
mare. El concierto
número 2 en sol mayor (La
Notte). El número 3
en re mayor (R 428) se llama Il Cardellino. Il Cardellino, es una joya barroca, en
la que la flauta se prodiga localmente. En el curso del allegro, trinos,
arpegios, saltos, gorgoritos, constituyen un arsenal del buen cantante de
teatro.
Los
Conciertos llamados “La Notte”
Como buen
habitante de la Laguna, Vivaldi sabe gozar de la noche, con un sentido
hereditario de la belleza. En sus Carnets Venitiens, Lilla Magrini, cuenta esta
anécdota encantadora: “Las cuatro de la mañana, Dos
hombres apoyados en una balaustrada, acompañan con escasas palabras y lentos
cigarrillos el dulce
transcurrir de la noche. Un extranjero mira en torno suyo, inseguro, y al fin
se acerca y les pregunta cuál es el camino para volver a su hotel. Uno de
ellos, después de reflexionar un instante, le pregunta a su vez: “¿cuál
prefiere, el más corto o el más bello?”
Silencio de
las noches venecianas….uno acaba por escuchar su propio paso, neto, sonoro o
amortiguado, según la estación. Venecia conserva un don de Dios: el silencio.
En Venecia, cuantos largos y adagios de Vivaldi no serían palpables si el músico no hubiera tenido el oído
atento.
En la obra
de Vivaldi coexisten dos
versiones sonoras de la Noche. (El
Concierto número 2 opus 10 en sol mayor para flauta y el Concierto en si bemol R 501 para
fagot.)
Cuando estas
piezas se ensanchan hasta las proporciones de la gran orquesta sin solista nos
parece encontrarnos ante un poema sinfónico. Vivaldi utiliza ya con fortuna la
plasticidad formal de este género.
En el
concierto para flauta, trata una descripción de la noche y abandona su estructura en tres
movimientos. La flauta ésta errante y es la animadora de este sueño.
Un largo,
como abertura extraña sobre los espacios en la sombra; un presto que quiere
asustar y casi lo consigue (lleva como título Fantasmi); un largo en que el
durmiente despierto se deja llevar por la pereza. Un nuevo presto en el estilo
de una escena infernal muy del gusto de la opera de los siglos XVII y XVIII; El
tercer largo llamado Il
Sonno que es el
minuto-milagro de la obra (¿No oís el sueño del adagio del Otoño de las cuatro
estaciones?). Asombrosa página que asocia la flauta a la cuerda con sordina. Su
cuarto movimiento es un presto enérgico. Un allegro final que en el umbral del
día hace huir a los últimos fantasmas.
En el
concierto para fagot, sin duda ese instrumento es el aldeano socarrón de la orquesta. Es
el mismo programa del concierto para flauta. En donde la flauta daba a la noche
la magia de lo indecible, el fagot, voz gruñona, restituye mejor los fantasmas.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario