Fui el joven engreído que alardea
de padre dios del sol, de su carruaje
de blancos alazanes, del viaje
que en torno al mundo sólo un día emplea,
noticia y desafío en la asamblea
de mis amigos, y de tal lenguaje
nació el proyecto de que mi coraje
en el carro del astro auriga sea.
Me elevé entre los picos de la sierra,
volé tan bajo que abrasé la tierra,
y tan alto volé que quedó helada,
por no lograr control de la cuadriga.
Zeus lanzó su rayo, y me castiga,
por petulante, a muerte anticipada.
Los Angeles, 2 de septiembre de 2009.
Soneto Nº 2189
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