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miércoles, 1 de abril de 2015

OTOÑO - Mario Benedetti
Aprovechemos el otoño
antes de que el invierno nos escombre
entremos a codazos en la franja del sol
y admiremos a los pájaros que emigran
ahora que calienta el corazón
aunque sea de a ratos y de a poco
pensemos y sintamos todavía
con el viejo cariño que nos queda
aprovechemos el otoño
antes de que el futuro se congele
y no haya sitio para la belleza
porque el futuro se nos vuelve escarcha


sábado, 28 de marzo de 2015

Concierto de Vivaldi para flauta reencontrado en Escocia

Lo ha encontrado el joven investigador de 28 años de la Universidad de Southampton Andrew Wooley, al estudiar la documentación de los marqueses de Lothian en Edimburgo.

La obra recuperada forma parte de un grupo de 4 conciertos perdidos del músico veneciano. Los tres aún perdidos son La Francia, la Spagna y la Inghilterra. El concierto recuperado es Il Gran Mogol.

Se sabía de este concierto porque aparecía en un catálogo de publicaciones del XVIII de un librero holandés.

La partitura recuperada estaba completa a falta de un fragmento de la particela del segundo violín. Para completarlo se ha utilizado otro manuscrito de un concierto de flauta del mismo Vivaldi que podría ser una copia revisada de Il Gran Mogol.

Esta previsto el Estreno mundial de la pieza recuperada el 26 de Enero 2011 en el Perth Concert Hall de Edimburgo por el grupo la Serenissima.

Al parecer un miembro de la familia Lothian, hijo del tercer marqués de Lothian, Lord Robert Kerr, era flautista aficionado y obtuvo la partitura en una gira que hizo por Europa a principios del XVIII.

Gran noticia, sin duda. Esperemos que se incorpore al repertorio habitual.

http://laflautatraveseradesdelabarrera.blogspot.com.ar/2010/10/concierto-de-vivaldi-para-flauta.html


sábado, 7 de marzo de 2015

Antonio Vivaldi: Concierto para violín y orquesta en La menor Op.3 nº 6

Bajo el título L’estro armonico  (Inspiración armónica) el compositor veneciano Antonio Vivaldi (1678-1741) compuso en 1711 un grupo de 12 conciertos para uno o varios instrumentos de cuerda y orquesta. El Concierto para violín nº 6 en La menor,  uno de los  más interpretados,  sigue la estructura típica de la Obertura italiana con su sucesión de tres movimientos Rápido-Lento-Rápido que Vivaldi indica con los tempos  Allegro, Lento y Presto.

Los movimientos primero y tercero adoptan la Forma ritornello y el movimiento central marca el contraste con una estructura más sencilla.

La estructura de la Forma ritornello es similar a un rondó modulante y se  basa en la alternancia entre Ritornellos y Solos:
– El Ritornello (R): expuesto siempre por la orquesta (Tutti) representa la estabilidad tonal.  Aunque el ritornello funciona como el estribillo de un rondó, difiere de éste en que los ritornellos centrales en un concierto pueden exponerse en tonalidades diferentes  a la principal y sólo el primero y el último se presentan en la tónica (los ritornellos centrales suelen parecer en el tono de la dominante, en el tono relativo u otra tonalidad afín).
– Los Solos (S):  situados entre los ritornellos,  funcionan como episodios modulantes estableciendo otros tonos que  quedan confirmados con la entrada del Ritornello en la nueva tonalidad. En los solos la orquesta interviene como elemento acompañante, sólo  con el bajo continuo  o con un patrón de acompañamiento que relega las partes de la orquesta a un segundo plano.

El ritornello suele tener una estructura ternaria llamada Fortspinnung:
– En la primera frase, llamada Antecedente, se expone el motivo  principal y  se establece la tonalidad inicial.
– En la segunda frase, Fortspinnung, se produce una  progresión melódico-armónica que desarrolla  los motivos del Antecedente,
– y  la tercera, Epílogo, tiene función de  proceso cadencial que culmina con la cadencia.

La estructura del ritornello del primer movimiento nos puede servir de ejemplo.
En los conciertos barrocos el número de solos y ritornellos  no está claramente establecido (3 o 4 solos y 4 o 5 ritornellos) y su estructura viene a ser una combinación del tipo R1-S2-R2-S2-R3-S3 …….. Rn. En los ritornellos  del primer movimiento del Concierto nº 6 en La menor los violines tocan al unísono y  los solos siempre se acompañan con el mismo patrón.

Es preciso aclarar que “no”  todas las intervenciones orquestales  se consideran ritornellosy  a  veces se trata de breves  interpolaciones que dividen los solos en dos segmentos (primer solo del primer y tercer movimiento del Concierto en La menor).
A nivel temático, los ritornellos exponen siempre el mismo material y a lo largo de todo movimiento éste puede aparecer fragmentado o variado. Los solos pueden tomar el material temático del Ritornello o exponer diseños  nuevos: en los primeros solos (S1) del concierto en La menor (movimiento primer y tercero) el violín se inicia con el material del ritornello y en los siguientes solos aparecen nuevos motivos o diseños derivados de material ya expuesto.
La armonía está, en la mayoría de los casos, basada en el círculo de quintas con una función direccional que invita al movimiento continuo y que culmina con la cadencia. Se trata de progresiones melódico-armónicas que desarrollan,  a modo de secuencias,  un material temático de figuración idiomática.

El segundo movimiento marca un destacado contraste  con el primero estableciendo una plantilla orquestal diferente, sin bajos y con tres partes de violín. La indicación inicial de pp sempre para las 4 partes acompañantes junto con el carácter cantábile y la ausencia de tuttis conforman una sonoridad más sencilla y uniforme. Su estructura es binaria y la primera sección tiene estructura de Fortspinnung.
La progresión cromática descendente de la primera sección (c.4 a 5) tiene su contrapartida con la progresión ascendente de la segunda sección (c. 8 a 11).

En el tercer movimiento los violines tocan al unísono en los ritornellos y en los solos interviene bajo y solista.

En los movimientos finales el solista suele interpretar pasajes de gran dificultad y sus entradas a veces son inesperadas y sorprendentes con cambios súbitos de textura, ritmo y motivo (cortes).

https://musicnetmaterials.wordpress.com/2014/06/02/antonio-vivaldi-concierto-para-violin-y-orquesta-en-la-menor-op-3-no-6/



lunes, 26 de enero de 2015

CONCIERTO BARROCO

El concierto es una forma instrumental que apareció durante las dos últimas décadas del siglo XVII, y que se convirtió en una de las formas instrumentales más importantes del Barroco. En el concierto se resumen todas las características de la música barroca: el contrate de movimientos rápidos y lentos, la oposición de timbres e intensidades, el estilo concertato en la confrontación del conjunto de instrumentos de la orquesta con el solista o los solistas.
Dentro del concierto barroco podemos distinguir el concierto grosso, género representativo de la música instrumental barroca y precursor del concierto para solista y de la orquestra moderna.

El concierto es una forma para un instrumento solista o varios instrumentos solistas y la orquesta, el solista es el protagonista de la obra y tiene que mostrar tanto la capacidad técnica del instrumento como su capacidad expresiva.

Está estructurado en tres movimientos: rápido-lento-rápido. En el primer movimiento así como en el tercero, es la orquesta quien comienza con su tema, dejando paso posteriormente al solista o los solistas, a partir de ahí se inicia un diálogo entre ambos: orquesta-solista. En el segundo es el solista o los solistas los protagonistas del movimiento, aunque también pueda ser estructurado como el primero y el tercero.

En el barroco el instrumento rey por excelencia era el violín y por tanto la mayor parte de los conciertos fueron escritos para él, aunque también ocuparon el puesto de concertino cellos, oboes, trompetas, flautas, claves u órganos.

Muchos son los compositores que aportaron al desarrollo de esta forma en el barroco (Albinoni, Marcello, Tartini....etc.) pero sin duda alguna el experto por excelencia y más prolífico(425 conciertos) fue el italiano Antonio Vivaldi. que estableció su forma definitiva determinando como norma el ciclo en tres movimientos Rápido-Lento-Rápido.

Al escuchar cualquier concierto de Vivaldi podemos observar como la introducción en tutti, determina el “tema” principal, el carácter y el tempo del movimiento al que nos refiramos. Este tema principal suele reaparecer a lo largo del movimiento y esto es conocido con el nombre de ritornello. Con Vivaldi quedan establecidos en modo y número, los ritornellos que alternan (en una u otra modalidad) con el solo del concertino.

No obstante, el concierto barroco alcanzó con Bach su máximo esplendor, al combinar los elementos más tradicionales, con su extraordinaria habilidad armónica y contrapuntística, y explotar el desarrollo motívico de los ritornellos.

http://www.juntadeandalucia.es/averroes/iesmateoaleman/musica/documentos/3eso/form_instr_barr.htm

bach-concerto-violon-1-isaac-stern


viernes, 16 de enero de 2015

Orlando Furioso - Vivaldi

Orlando Furioso (RV 728) es un “dramma per musica” en tres actos de Antonio Vivaldi basada en un libretto italiano de Grazio Braccioli, que a su vez estaba basada en el poema épico Orlando Furioso de Ariosto. La primera representación tuvo lugar en Venecia, en el Teatro Sant’Angelo en otoño de 1727
La ópera alterna arias con recitativos y está ambientada en una isla en un tiempo no especificado. La historia combina varios argumentos de Ariosto: desde las hazañas de Orlando hasta la historia de Alcina
La acción tiene lugar en la isla de la sacerdotisa Alcina, un lugar encantado del cual se ha hecho con el control al robar las cenizas de Merlin. Alcina ha ofrecido la hospitalidad de su palacio a la bella Angelica, quien está enamorada de Medoro pero perseguida por el paladín Orlando. Cuando comienza el drama Orlando ha recibido el encargo de destruir el poder de Alcina y Medoro acaba de llegar a la isla. Orlando descubre a Angelica y Medoro juntos, pero sus celos rápidamente se transforman en agradecimiento debido a las tretas de la sacerdotisa. Angelica termina el trabajo mostrando su admiración por Orlando con una fingida declaración de amor que despierta los celos de Medoro. Entonces Alcina seduce a Ruggiero, amigo de Orlando, ofreciéndole a beber una poción de amor. Llega a la isla Bradamante, la mujer de Ruggiero, pero éste, hechizado, no la reconoce. El hechizo se rompe pronto y Ruggiero pide en vano el perdón de su amada.
Con la ayuda de Alcina, Angelica persuade a Orlando para que escale un precipicio encantado, donde el héroe termina atrapado en una cueva sin salida. Mientras tanto Bradamante y Ruggiero se reconcilian cuando Angelica y Medoro están celebrando su boda bajo la mirada protectora y envidiosa de Alcina. Orlando llega tras haber encontrado una manera de escapar de la caverna encantada. Al ver la pareja de recién casados Orlando queda fuera de sí. Entonces descubre la estatua de Merlín a la cual besa al confundirla con Angelica. El hechizo sobre la isla de Alcina se rompe inmediatamente. La derrotada Alcina huye planeando una terrible venganza, mientras Orlando que ha vuelto en sí mismo perdona a Angelica y bendice su unión con Medoro.

http://blog.educastur.es/iespraviamusica/2009/11/23/orlando-furioso-vivaldi/




domingo, 11 de enero de 2015

Vivaldi: Los Conciertos para Flauta Opus 10

La colección aparece en Ámsterdam en la Casa Cene. Es una colección de seis conciertos para flauta y cuerda y era la primera que se publicaba para esta combinación.

No obstante  cinco de los seis conciertos, tres de ellos con programa, son arreglos de conciertos o conciertos de cámara con flauta de pico.

El concierto en Sol número 4, es sin duda el único original de la serie. El concierto en fa número 1, se titula la tempestá di mare. El concierto número 2 en sol mayor (La Notte). El número 3 en re mayor (R 428) se llama Il Cardellino. Il Cardellino, es una joya barroca, en la que la flauta se prodiga localmente. En el curso del allegro, trinos, arpegios, saltos, gorgoritos, constituyen un arsenal del buen cantante de teatro.

Los Conciertos llamados “La Notte”

Como buen habitante de la Laguna, Vivaldi sabe gozar de la noche, con un sentido hereditario de la belleza. En sus Carnets Venitiens, Lilla Magrini, cuenta esta anécdota  encantadora: “Las cuatro de la mañana, Dos hombres apoyados en una balaustrada, acompañan con escasas palabras y lentos cigarrillos  el dulce transcurrir de la noche. Un extranjero mira en torno suyo, inseguro, y al fin se acerca y les pregunta cuál es el camino para volver a su hotel. Uno de ellos, después de reflexionar un instante, le pregunta a su vez: “¿cuál prefiere, el más corto o el más bello?”

Silencio de las noches venecianas….uno acaba por escuchar su propio paso, neto, sonoro o amortiguado, según la estación. Venecia conserva un don de Dios: el silencio. En Venecia, cuantos largos y adagios de Vivaldi no serían palpables si el  músico no hubiera tenido el oído atento.

En la obra de  Vivaldi coexisten dos versiones sonoras de la Noche. (El Concierto número 2 opus 10 en sol mayor para flauta y el  Concierto en si bemol R 501 para fagot.)

Cuando estas piezas se ensanchan hasta las proporciones de la gran orquesta sin solista nos parece encontrarnos ante un poema sinfónico. Vivaldi utiliza ya con fortuna la plasticidad formal de este género.

En el concierto para flauta, trata una descripción de la noche y abandona su estructura en tres movimientos. La flauta ésta errante y es la animadora de este sueño.

Un largo, como abertura extraña sobre los espacios en la sombra; un presto que quiere asustar y casi lo consigue (lleva como título Fantasmi); un largo en que el durmiente despierto se deja llevar por la pereza. Un nuevo presto en el estilo de una escena infernal muy del gusto de la opera de los siglos XVII y XVIII; El tercer largo llamado Il Sonno que es el minuto-milagro de la obra (¿No oís el sueño del adagio del Otoño de las cuatro estaciones?). Asombrosa página que asocia la flauta a la cuerda con sordina. Su cuarto movimiento es un presto enérgico. Un allegro final que en el umbral del día hace huir a los últimos fantasmas.

En el concierto para fagot, sin duda ese instrumento es el aldeano socarrón de la orquesta. Es el mismo programa del concierto para flauta. En donde la flauta daba a la noche la magia de lo indecible, el fagot, voz gruñona, restituye mejor los fantasmas.

 


http://histoclasica.blogspot.com.ar/2014/03/apogeo-del-barroco-la-musica.html




domingo, 7 de diciembre de 2014

Las cuatro estaciones - Stéphan Mallarmé

1. Resurgir

Primavera enfermiza tristemente ha expulsado
Al invierno, estación de arte sereno, lúcido,
Y, en mi ser presidido por la sangre sombría,
La impotencia se estira en un largo bostezo.

Unos blancos crepúsculos se entibian en mi cráneo
Que un cerco férreo ciñe como a una vieja tumba
Y triste, tras un sueño bello y etéreo, vago
Por campos do la inmensa savia se pavonea.

Luego caigo enervado de perfumes arbóreos,
Cavando con mi rostro una fosa a mi sueño,
Mordiendo el suelo cálido donde crecen las lilas,

Espero que, al hundirme, mi desgana se alce...
-Mientras, el Azur ríe sobre el seto y despierta
Tanto pájaro en flor que al sol gorgea-.

2. Tristeza de verano

El sol, sobre la arena, luchadora durmiente,
Calienta un baño lánguido en tu pelo de oro
Y, consumiendo incienso sobre tu hostil mejilla,
Con las lágrimas mezcla un brebaje amoroso.

De ese blanco flameo esa inmutable calma
Te ha hecho, triste, decir -oh, mis besos miedosos-:
"¡Nunca seremos una sola momia
Bajo el desierto antiguo y felices palmeras!"

¡Pero tu cabellera es un río tibio,
Donde ahogar sin temblores el alma obsesionante
Y encontrar esa Nada desconocida, tuya!

Yo probaré el afeite llorado por tus párpados,
Por ver si sabe dar al corazón que heriste
La insensibilidad del azur y las piedras.

3. Suspiro

Mi alma hacia tu frente donde sueña
Un otoño alfombrado de pecas, calma hermana,
Y hacia el errante cielo de tus ojos angélicos
Asciende, como en un melancólico parque,
Fiel, un surtidor blanco suspira hacia el azul.
-Hacia el Azur eternecido de octubre puro y pálido
Que mira en los estanques su languidez sin fin
Y deja, sobre el agua muerta do la salvaje
Agonía de las hojas yerra al viento y excava un frío surco,
Arrastrarse al sol gualda de un larguisimo rayo.

4. Invierno

¡El virgen, el vivaz y bello día de hoy
Da un aletazo ebrio va a desgarrarnos este
Lago duro olvidado que persigue debajo de la escarcha
El glaciar transparente de los vuelos no huidos!

Un cisne de otro tiempo se acuerda de que él es
Quien, aun sin esperanza, magnífico se libra
Por no haber cantado la región do vivir
Cuando ha esplendido el tedio del estéril inviemo.

Sacudirá su cuello entero esta blanca agonía
Por el espacio impuesto al ave que lo niega,
Mas no el horror del suelo que aprisiona al plumaje.

Fantasma que su puro destello a este lugar asigna,
Se aquieta en el ensueño helado del desprecio
Que entre su exilio inútil viste el Cisne.


viernes, 21 de noviembre de 2014

Vivaldi: Concerti della Natura

Vivaldi consiguió fama en Venecia cuando imitó la famosa Opus 6 de Arcangelo Corelli, una colección de doce conciertos de violín, que no eran diferentes a las varias colecciones que publicó Vivaldi. Fue la Opus 3 la que proporcionó fama a Vivaldi. L'Estro Armonico (La Inspiración Musical) es una colección de doce conciertos para violín que establecieron el estilo de Vivaldi, ajustado, rítmico, con tres movimientos rápido-lento-rápido y solos deslumbrantes del instrumento.
Fueron publicados en Amsterdam por Estienne Roger en 1711. La editorial imprimió la mayor parte de las obras de Vivaldi, más de 500 a lo largo de su vida. Prefirió la casa de Amsterdam a una casa local porque aquella grababa la partitura en planchas, mejor que el uso de tipos móviles como hacían los impresores venecianos. Los resultados fueron mucho más precisos y legibles, a pesar de que costó una fortuna su realización. La impresión final ocupó dos volúmenes, considerablemente mayor que cualquier otra composición veneciana de la época.
Vivaldi y Albinoni fueron los primeros compositores italianos que publicaron sus trabajos de esta manera, y después de ellos todos los compositores de Venecia imprimían sus obras en el norte de Europa, lo que tuvo el efecto beneficioso secundario de mostrar el norte a la música italiana lo que, a su vez, promovió que los compositores italianos empezaran a escribir para los gustos nórdicos. El formato de concierto, muy popular en toda Italia, fue algo nuevo en el norte. Roger dio a conocer esta música a los países del norte y la influencia de Italia se extendió a lo ancho de Europa, especialmente en Alemania. Vivaldi estuvo a la vanguardia de esta influencia.
Vivaldi fue musicalmente progresista. Estableció el formato de concierto como un standard instrumental, interpretado con la idea de que el solista estaba en guerra con la orquesta y usando los contrastes para conseguir efectos dramáticos, no solo entre los intérpretes sino también con la velocidad o los niveles de volumen, e impulsó la técnica del violín, algo que perduró hasta Paganini. Su habitual estilo de escritura fue la antífona, un estilo simple que le permitía experimentar con solos del instrumento y mantener una luminosa e inocente textura a la música.
Hoy existen más de 500 conciertos de Vivaldi así como 40 cantatas, 22 óperas y más de 60 obras sacras, y hubo muchas más que no sobrevivieron o que no han sido descubiertas. La época demandaba que el compositor fuera prolífico. Las obras más antiguas no eran interpretadas hasta que no eran populares en extremo. De hecho se compusieron para una representación concreta y se hacía poco uso de ellas después de la representación. Los conciertos populares se publicaban cuando los interpretaban otras orquestas. Las obras que no se publicaban estaban condenadas a perderse. Vivaldi tomaba con frecuencia obras antiguas de música y las transcribía a su estilo. Es el caso de RV 442, un concierto para flauta que resurgió con ligeras modificaciones en la Opus 10, colección publicada de conciertos de flauta. La misma pieza musical aparece en las óperas Il Tigrane y Giustino. La tarea de conservar la música se reservaba generalmente a los coleccionistas de la época, ricos nobles que habían encargado la obra a Vivaldi. Las obras pertenecían a los que habían pagado por los manuscritos, nunca al compositor. El compositor no cobraba nunca derechos de autor por las obras que se interpretaban. Los compositores recibían el pago por el material impreso. Este puede ser el motivo por el que Vivaldi se dedicó a la ópera, como una forma de meter su mano en el puchero.
Vivaldi fue uno de los raros compositores italianos interesados en los instrumentos de madera. Compuso varios conciertos para fagot, oboe y flauta, así como el poco común clarinete. Los instrumentos de madera habían llegado a ser parte integrante de las orquestas del norte, pero esta tendencia no había llegado a Italia donde el violín era el rey. Debido, en parte, a los contactos de Vivaldi que viajaban a Venecia, entre ellos G.H. Stoltzel y Johann Heinichen, y a sus propios viajes a Francia y Alemania se permitió explorar los instrumentos de madera, así como su obligación de producir música para instrumentos que había que tocar en el orfanato y en el extranjero. Es probable que Vivaldi tocara alguno de estos instrumentos, como el oboe, para el que Vivaldi compuso varios conciertos, que se hizo muy popular al principio del siglo XVIII. Aparece en primer lugar en San Marcos en 1698, y en el Ospedale della Pieta en 1707. La primera aparición en una obra de Vivaldi es en la ópera Ottone in Villa en 1713. En 1726 Johann Joachim Quantz, célebre flautista, visita Italia y, probablemente, se puso en contacto con Vivaldi. Como consecuencia de esta visita, la flauta llegó a ser muy popular en Venecia, y Vivaldi estuvo diligente para capitalizarla en el mercado.
No solo compuso para una gran variedad de instrumentos, sino que armonizó para cada instrumento propiedades únicas y calidades tonales. Esto se manifiesta probablemente mejor en los conciertos para mandolina y laúd, que están entre los pocas obras existentes para estos instrumentos en el siglo XVIII. Generalmente utilizados en lugar del clavicordio cuando no se disponía de uno, los laudes y mandolinas se habían relegado al continuo por la mayoría de los compositores barrocos. Vivaldi, probablemente influido de nuevo por la visita de solistas de talento, colocó estos tranquilos instrumentos en el punto de mira. Están entre sus obras más famosas y, cuando se tocan con guitarra (instrumento muy raro en la época de Vivaldi) parece que comunican más directamente que cualquier otro instrumento con la audiencia actual. Otro instrumento exótico en la obra de Vivaldi es la viola d'amore, que tiene un segundo juego de cuerdas finas detrás del primero y que vibran por simpatía cuando se toca, con lo que amplifican y enriquecen el sonido.
Vivaldi fue obligado por el orfanato a escribir música religiosa, puesto que era, después de todo, una organización religiosa. Ciertamente el no se negó al trabajo, como se había negado a decir misa. La música religiosa de Vivaldi hizo más que cumplir con su obligación como sacerdote, amplió su campo de acción musical en nuevas direcciones y nos aportó una variedad más extensa de música para escuchar más bien que sólo los conciertos. Ahora tenemos motetes, obras litúrgicas, un oratorio, dos Magnificat y dos obras para coral a gran escala y orquesta con el nombre de Gloria. Uno de estos Glorias, el RV 589, se ha convertido en su obra religiosa más conocida, corta para lo que es normal en compositores posteriores, pero no obstante llena de pasajes musicales memorables con auténtico sonido Vivaldi.
Hoy existe solamente un oratorio, Judith triunfante. Los oratorios en tiempos de Vivaldi parecían óperas, solamente que tenían un tema religioso. Judith triunfante es una pequeña propaganda para Venecia, que estaba involucrada en aquel tiempo en una guerra con los turcos. Es una obra muy marcial, completada con escenas de batallas y acción dramática de alta clase. Con posterioridad Vivaldi se interesó por la ópera. El formato de la ópera en Venecía había sido perfeccionado por Claudio Monteverdi cerca de cien años antes. En 1637, Venecia abrió su primer teatro de la ópera, el San Cassiano. La popularidad de la ópera en tiempos de Vivaldi la convirtió en la forma más floreciente de entretenimiento musical en Venecia, donde un compositor podía ganar alrededor de 200 ducados por ópera (en contraposición a los 60 ducados que le pagaban a Vivaldi por un año de trabajo en el orfanato). Había seis teatros de ópera en Venecia produciendo alrededor de seis nuevas óperas por año, pero la popularidad de la ópera no se debió solamente a la música. Las entradas eran baratas, lo que permitía la asistencia incluso a ciudadanos de baja clase. La nobleza estaba hechizada igualmente por el espectáculo y asistía a la ópera junto con los clientes de clase baja. Había pocos sitios en Venecia donde la aristocracia y el campesinado se pudieran mezclar. Es posible que las personas célebres acudieran a la ópera para mostrar a las clase más bajas su devoción por las artes. Obviamente la ópera fue algo más que un evento social, llenando la tarde con comida, vino, risas, coqueteos y, de vez en cuando, música. Con mucha frecuencia los residentes acudían a la ópera varias veces por semana, y algunos todos los días. La audiencia se interesaba más por cualquier otro que por los intérpretes. De vez en cuando hacían una pausa en sus celebraciones para escuchar un aria, pero la mayor parte de la música se tenía como fondo, y las óperas duraban frecuentemente cuatro horas o más. Fue también la época del gran espectáculo escénico, con aposentos que se movían mecánicamente, salvamentos imprevistos y perspectivas forzadas, que hacían el entretenimiento visual tan importante como la música.
Debió ser apasionante para Vivaldi moverse del árido academicismo del orfanato al mundo de la ópera, donde los placeres eran primordiales. Llegó a ser administrador del teatro de la ópera San Angelo donde escribió 46 óperas, y quizás otras cuarenta más, y llevó también la dirección de producciones de otros compositores. El formato de ópera que utilizó Vivaldi venía de Nápoles y se le llamó en consecuencia formato napolitano. Consiste en un recitativo, donde acontece el diálogo y el relato, más entretenido para contemplarlo que para oírlo, y el aria, donde se detiene el relato con un solo que permite a los cantantes mostrar su calidad, probablemente mucho mejor para escuchar que para contemplar. Por algun razón, la audiencia concentraba la atención en las arias e ignoraba los recitativos, descuidando en consecuencia el relato principal que, por otra parte, debía ser familiar para ellos. La primera ópera de Vivaldi que conocemos fue Ottone in Villa, presentada en 1713. Escribió la ópera Orlando furioso tres veces, la primera en 1714 que fue un fracaso, la segunda un mes después como obligación contractual, y la tercera versión final, y más popular, en 1727. Todo esto se hizo después de la primera presentación en 1713 con música escrita por Giovanni Riston, que prueba como los venecianos no prestaban atención a las óperas que se basaban en relatos conocidos. La ópera contiene ecos de Las Cuatro Estaciones y Vivaldi utilizó algunas de las arias en otras óperas. Conocemos cincuenta óperas, aunque solamente veintidós existen hoy. Vivaldi escribió una vez que había compuesto 94 óperas.
El mundo de la ópera, que empezó en la época de Monteverdi y prosperó en la época de Vivaldi, continuó estando en auge cuando Vivaldi se hizo viejo. Por supuesto, el negocio con el mundo de la ópera implicaba cooperar con más gente que trabajar en el orfanato. No sólo estuvo usando términos de libretista, sino que las producciones operísticas implicaban los decorados, la iluminación, el vestuario, avalistas pecuniarios y, lo mejor de todo, las divas de la ópera. Una segunda generación tomó tierra lentamente, y Vivaldi descubrió que él era ahora el compositor establecido con advenedizos rodeándole, tal como el lo fuera una vez. Los estilos iban cambiando y el cantante castrado Farinelli (que debutó en alguna de las óperas de Vivaldi) fue el ídolo de Venecia. Donde Vivaldi había ganado alrededor de 4200 liras en el cenit de su fama, esta nueva generación demandaba salarios astronómicos de 12400, 18600 (Farinelli) o 22000 liras. Esto ilustra, sin duda, lo inmensamente popular que había llegado a ser la ópera veneciana. En la época de la muerte de Vivaldi, la ola de apasionamiento que él había agitado con sus primeros conciertos había decaído hacía tiempo. Hoy en día se han grabado varias versiones de Las Cuatro Estaciones, sin embargo se conoce muy poco de sus óperas.

http://html.rincondelvago.com/antonio-lucio-vivaldi.html



domingo, 19 de octubre de 2014

Stabat mater


Stabat Mater ("Estaba la Madre", en latín) es una secuencia (himno o tropo del Aleluyagregoriano) atribuida al papa Inocencio III y al franciscano Jacopone da Todi. Se la data en elsiglo XIII. Comienza con las palabras Stabat Mater dolorosa ("estaba la Madre sufriendo"). Como plegaria medita sobre el sufrimiento de María, la madre de Jesús, durante la crucifixión de su hijo.

Música

Es una de las composiciones literarias a la que más se le ha puesto música; cerca de 200 compositores diferentes, de distintas épocas, géneros, estilos y visión musical. Las versiones más interpretadas son las de Giovanni Battista Pergolesi y Gioachino Rossini, pero también las hay de Giovanni Pierluigi da Palestrina, Joseph Haydn, Alessandro Scarlatti, Domenico Scarlatti, Antonio Vivaldi, Giacomo Meyerbeer, Franz Liszt, Antonín Dvořák, Giuseppe Verdi, Karol Szymanowski, Francis Poulenc, Josef Rheinberger, Krzysztof Penderecki, Salvador Brotons, Arvo Pärt, Pilar Jurado y Karl Jenkins.

Artes plásticas

En las artes plásticas, Stabat Mater es un tema del arte cristiano que representa a la Virgen, de pie, a la derecha de Cristo crucificado (es decir, a la izquierda del espectador), mientras que el apóstol Juan, también de pie, se representa a la izquierda de Cristo (es decir, a la derecha del espectador); reproduciendo la escena evangélica durante la que Cristo pronunció la tercera de las "siete palabras": Mujer, aquí tienes a tu hijo ... Aquí tienes a tu madre (Juan, 19: 26-27).

Wikipedia




martes, 30 de septiembre de 2014

Vivaldi - Concerto in do magg per mandolino, archi e cembalo RV 425 Il



Antonio Vivaldi (1678-1741), maestro italiano nacido en Venecia.
Vivaldi tuvo que luchar contra la enfermedad durante toda su vida ya que padecía asma bronquial.
 Incluso se dice que el asma fue lo que le impedía decir misa una vez ordenado sacerdote.
Tenía una gran capacidad para componer y redactó unos 500 conciertos.
A veces era algo petulante y decía que era capaz de componer un concierto en menos tiempo del necesario para ser copiado.
Evidentemente habilidad para hacerlo tenía que tener dada la cantidad de obras que escribió.
El Concierto para mandolina, cuerdas y clave en Do Mayor, RV 425 fue compuesto en 1725 y es una obra muy violinista para el mandolinista.
Las cuerdas, excepto las del bajo continuo, como puedes apreciar, siempre tocan en pizzicato, lo cual añade más espectacularidad al concierto. Está lleno de crescendos y decrescendos.
Esto añade al concierto aún más virtuosismo.
Es probablemente la obra más famosa para la mandolina de Vivaldi y quizá el concierto que exige mayor demanda por parte del solista.
Su estructura es de los habituales tres movimientos (en este caso, Allegro - Largo - Allegro), con los dos rápidos sirviendo de contraste entre los dos lentos.


La bella interpretación de este concierto se debe a Duilio Galfetti (mandolina lombarda) y el conjunto Il Giardino Armonico.



lunes, 1 de septiembre de 2014

Antonio Vivaldi

(Venecia, 1678 - Viena, 1741) Compositor y violinista italiano. 

Igor Stravinski comentó en una ocasión que Vivaldi no había escrito nunca quinientos conciertos, sino «quinientas veces el mismo concierto». No deja de ser cierto en lo que concierne al original e inconfundible tono que el compositor veneciano supo imprimir a su música y que la hace rápidamente reconocible.

Autor prolífico, la producción de Vivaldi abarca no sólo el género concertante, sino también abundante música de cámara, vocal y operística. Célebre sobre todo por sus cuatro conciertos para violín y orquesta reunidos bajo el título Las cuatro estaciones, cuya fama ha eclipsado otras de sus obras igualmente valiosas, si no más, Vivaldi es por derecho propio uno de los más grandes compositores del período barroco, impulsor de la llamada Escuela veneciana –a la que también pertenecieron Tommaso Albinoni y los hermanos Benedetto y Alessandro Marcello– y equiparable, por la calidad y originalidad de su aportación, a sus contemporáneos Bach y Haendel.

Poco se sabe de su infancia de Vivaldi. Hijo del violinista Giovanni Battista Vivaldi, el pequeño Antonio se inició en el mundo de la música probablemente de la mano de su padre. Orientado hacia la carrera eclesiástica, fue ordenado sacerdote en 1703, aunque sólo un año más tarde se vio obligado a renunciar a celebrar misa a consecuencia de una enfermedad bronquial, posiblemente asma.
También en 1703 ingresó como profesor de violín en el Pio Ospedale della Pietà, una institución destinada a formar muchachas huérfanas. Ligado durante largos años a ella, muchas de sus composiciones fueron interpretadas por primera vez por su orquesta femenina. En este marco vieron la luz sus primeras obras, como las Suonate da camera Op. 1, publicadas en 1705, y los doce conciertos que conforman la colección L’estro armonico Op. 3, publicada en Amsterdam en 1711.

Con ellas, Antonio Vivaldi alcanzó renombre en poco tiempo en todo el territorio italiano, desde donde su nombradía se extendió al resto del continente europeo, y no sólo como compositor, sino también, y no en menor medida, como violinista, uno de los más grandes de su tiempo. Basta con observar las dificultades de las partes solistas de sus conciertos o sus sonatas de cámara para advertir el nivel técnico del músico en este campo.

Conocido y solicitado, la ópera, el único género que garantizaba grandes beneficios a los compositores de la época, atrajo también la atención de Vivaldi, a pesar de que su condición de eclesiástico en principio le impedía abordar un espectáculo considerado en exceso mundano y poco edificante. De hecho, sus superiores siempre recriminaron a Vivaldi su escasa dedicación al culto y sus costumbres laxas.

Inmerso en el mundo teatral como compositor y empresario, Ottone in Villa fue la primera de las óperas de Vivaldi de la que se tiene noticia. A ella siguieron títulos como Orlando furioso, Armida al campo d’Egitto, Tito Manlio y L’Olimpiade, hoy día sólo esporádicamente representados.

La fama del músico alcanzó la cúspide en el meridiano de su vida con la publicación de sus más importantes colecciones instrumentales, Il cimento dell’armonia e dell’inventione Op. 8, en la que se incluyen Las cuatro estaciones, y La cetra Op. 9. Pero a fines de la década de 1730 el público veneciano empezó a mostrar menor interés por su música, por lo que Vivaldi decidió probar fortuna en Viena, donde murió en la más absoluta pobreza un mes después de su llegada. A pesar de este triste final y de un largo período de olvido, la obra de Vivaldi contribuyó a sentar las bases de lo que sería la música de los maestros del clasicismo, sobre todo en Francia, y a consolidar la estructura del concierto solista.



jueves, 28 de agosto de 2014

Tormenta de verano - Baldomero Fernández Moreno

Diciembre, tarde, calor,
gran tormenta de verano.

Espesa nube de tierra,
fuga de coches y autos.

Ramas de árbol por el suelo,
grotesco rodar de bancos.

Chillona danzas de hojas
y papeles de diarios.

Alarmas en los hogares,
silbos, carreras, portazos...

Parece que va a volar
el pueblo todo en pedazos.

Han caído cuatro gotas
lo mismo que cuatro clavos.

Y el pueblo está donde estaba:
quieto, fresco, alegre, claro...