jueves, 18 de septiembre de 2014

Siwa, el oasis más legendario y remoto de Egipto.


El Oasis de Siwa se encuentra entre la Depresión de Qattara y el Mar de Arena Egipcio del desierto libio, a unos 50 km al este de la frontera de Libia y a unos 560 km de El Cairo.
Alrededor de 80 km de longitud y 20 km de ancho, Siwa es uno de de los asentamientos más aislados de Egipto, y alberga a cerca de 23000 personas, la mayoría de los cuales son de origen étnico bereberes que hablan un idioma conocido como Siwi. La agricultura es la actividad principal, principalmente el cultivo de dátiles y aceitunas.
Aunque se sabe que en el Oasis de Siwa hubo asentamientos en el X milenio a. C., las primeras evidencias de contactos con el Antiguo Egipto son durante la Dinastía XXVI de Egipto, cuando se dató una necrópolis. El antiguo nombre egipcio de Siwa era Sekht-am "tierra de palmeras".
Los pobladores griegos de Cirene establecieron contacto con el oasis al mismo tiempo que los egipcios (Siglo VII a. C.), y el templo del oráculo de Amón (Zeus Amón) ya era famoso en la época de Heródoto. El oráculo le confirmó a Alejandro Magno que era un ser divino y el legítimo faraón de Egipto durante una visita anterior al comienzo de su campaña de conquista en Persia en el año 331 a. C.
Una leyenda, transmitida por el historiador griego Heródoto, narra que el rey Cambises II de Persia (524 a. C.) envió un ejército de 50000 soldados para atacar a la población del oasis, pero desapareció en medio de las arenas del deserto.
Los romanos usaron posteriormente al Oasis como un lugar para alojar a los desterrados. Bajo su gobierno las profecías del oráculo cayeron en desprestigio. La evidencia sobre la existencia del cristianismo en Siwa es dudosa y aunque en 708 los habitantes del Oasis resistieron el asedio de un ejército islámico, probablemente no se convirtieron hasta el siglo XII. Un documento del año 1203 menciona a siete familias viviendo en el Oasis, con sólo cuarenta personas, pero luego la población creció hasta 600 habitantes.
La primera visita de un europeo, desde tiempos de los romanos, fue la de William George Browne, quien visitó el lugar en 1792 para contemplar el antiguo templo del oráculo. El Oasis fue anexionado oficialmente a Egipto por Mehmet Alí, en 1819, pero su dominio fue relativo, pues hubo numerosas revueltas.
Siwa fue el lugar de algunas batallas durante la Primera y la Segunda Guerra Mundial. El Long Range Desert Group del Ejército Británico tuvo una base en este oasis, pero las unidades de Rommel del Afrika Korps tomaron posesión de este lugar en tres ocasiones. Los soldados alemanes se bañaron desnudos en el lago del oráculo, lo que se consideraba un sacrilegio.
Los habitantes de Siwa son conocidos por sus artesanías como platería ornamental, coloridos vestidos de bodas, cerámicas y canastas hechas con sus emblemáticas palmeras.
El Manuscrito de Siwa, custodiado por una de las principales familias del lugar, recoge sus costumbres, algunas tan singulares como las de matrimonios entre hombres, comentadas por el viajero alemán Steindorff. Los antiguos terratenientes de Siwa se esposaban con sus jornaleros, llamados zagala, y no recuperaban su libertad hasta cumplir los cuarenta años; entonces podían casarse con mujeres. El rey Fuad, que visitó el lugar en 1928, prohibió los matrimonios homosexuales, aunque posiblemente durante algunas décadas continuaron celebrándose.
ATRACTIVOS TURÍSTICOS:
• Siwa Shali y la Ciudadela - la antigua fortaleza medieval de Siwa, construida en el siglo XIII con kershef (ladrillos de tierra gedrosa, sal y yeso) y madera de palma, conocida como Shali Ghali; aunque abandonada y devastada por las lluvias torrenciales de 1926, destaca como elemento prominente, elevándose sobre un montículo, junto a la ciudad moderna. • Oráculo de Amón - situado en la colina de Aghurmi, a unos 4 km al este de Ciudad de Siwa
• Templo de Amón (también conocido como el Templo de Umm Ubaydah) - a unos 200 metros más a lo largo de la via del Oráculo, esta estructura está casi completamente destruida, debido a una explosión en 1896 por un gobernador otomano deseoso de adquirir material de edificación. Una inscripción en un muro es todo lo que queda. Basándose en los dibujos de pioneros exploradores, sin embargo, los estudiosos han deducido que el templo fue erigido por el faraón Nectanebo de la 30ma dinastía.
• Baño de Cleopatra - un manantial natural alimenta este lugar de natación popular para nativos y visitantes
• Gebel el-Mawta (la Montaña de los Muertos), necrópolis de los períodos ptolemaico y romano (siglo 3 aC - siglo 2 CE) con tumbas abiertas talladas en la roca, situado a 1 km al norte del centro de la ciudad de Siwa.
 Isla Fatnas - actualmente una península repleta de palmeras, localizada en el interior del lago de agua con más contenido en sal que el Mar Muerto. Como éste fue parcialmente drenado en épocas recientes, debido a la intensa actividad agrícola, la Isla Fatnas está ahora rodeada de zonas lodosas.
http://antiguo-egipto.com/oasis-de-siwa.shtml

En el Oasis de Siwa
http://www.youtube.com/watch?v=9NH-SpCPl7Y

El oráculo de Amón

El oráculo de Dodona en Epiro, el de Apolo en Delfos y el de Amón-Ra en el oasis de Siwa, mantenían entre sí un vínculo íntimo, hasta el extremo de ser considerados gemelos.

Alejandro interrumpió su campaña de Oriente, subordinando los imperativos militares a los místicos para peregrinar al santuario de su padre Amón en Siwa, donde los sacerdotes egipcios le recibieron como a un Hijo del Gran Dios, revelándole el secreto de su destino.

Para llegar se había abierto el camino de Egipto a través de Gaza. Después, peregrinó a pie durante ocho días, recorriendo 300 km de llameante desierto para hasta alcanzar el Templo, en cuyo santuario pudo visitar la imagen de Amón: un betilo o meteorito, que los antiguos denominaban “piedras del rayo” porque caían del cielo.

Según Plutarco –quien recogió fuentes hoy perdidas–, durante esta peregrinación el dios se manifestó con signos propicios como la lluvia, muy rara en el desierto. También en el hecho de que Alejandro se perdiera y dos serpientes le mostraran el camino hacia Siwa.

Aunque sean legendarios, estos detalles indican que Alejandro vivió su visita al oráculo de Amón como una peregrinación saludada por los dioses.

Todo este itinerario estuvo jalonado por batallas precedidas por consagraciones solemnes a las deidades, con sacrificios y ceremonias en las cuales, en ocasiones, él ofició personalmente como sacerdote. Y lo que explica esta ruta no es la conquista de Persia, sino la liberación de Egipto.

Allí obtendría la legitimación para investirse como vengador divino del país del Nilo. Sólo entonces, reconocido en calidad de tal, se lanzó contra el Imperio persa.


http://www.proyectopv.org/2-verdad/oraculoamon.htm


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