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miércoles, 25 de marzo de 2015

"EGIPTO, UN DON DEL NILO"
  Heródoto siglo V a.C

"¡Hermoso apareces en el horizonte del cielo, oh tú, sol viviente,
que vives desde el origen!
Has salido por el horizonte oriental y has llenado la Tierra con tu belleza.
Cuando te pones por el horizonte occidental, el mundo se sumerge en las tinieblas, en el estado de la muerte...
Sol durante el día.
Tu destierras la oscuridad y ofreces tus rayos.
Oh tú, Dios único que no tiene igual.
Tu creaste la tierra según tus deseos,
Tu creaste el Nilo en el mundo subterráneo y lo haces salir según tu voluntad,
Para salvar la vida a los hombres...
El rey, del Alto y Bajo Egipto."
Extracto del "Canto al Sol", compuesto por Akhenaton. Siglo 14 a.c.

Egipto se encuentra al Noreste del territorio africano. Es una zona desértica (más del 90% de territorio) y hubiera sido totalmente inhabitable si no hubiera tenido un río, el Nilo, cuyas crecientes anuales fertilizaron la región. La palabra Nilo viene de la palabra griega Neilos (Νειλος), que significa «Valle del río». En la antigua lengua egipcia, el río era llamado Iteru, que significa «Gran río». En copto, la palabra piaro (Sahídico) o phiaro (Boháirico) significa «El río» (literalmente «El gran canal»), que viene del mismo nombre antiguo.
Fue tan importante que los egipcios lo consideraban una divinidad (dios) y que Heródoto ,el escritor griego del siglo V a.C. pudo decir “Egipto es un don del Nilo”.

El Nilo, es un largo río que corre por más de 6.500 Km, nace en la Meseta de los Grandes Lagos, en los Montes Mitmba, en Uganda. Las crecidas del río son provocadas por el caudal aportado por los afluentes Atbara y Nilo azul, que bajan del macizo de Etiopía donde las lluvias son muy abundantes en primavera. Debido a las características geográficas del territorio donde se desarrolló, la civilización egipcia permaneció durante milenios aislados y protegidos de influencias exteriores, lo que le permitió mantener sus características particulares.

El río Nilo es, literalmente, la vida de Egipto. Las grandes ciudades y pueblos se encuentran a lo largo de sus orillas. Por ambas riberas, se pueden ver tramos de las tierras agrícolas, donde la población vive y trabaja. Este es la Tierra Negra, el suelo cultivado y por aquí y allá las palmeras de higos y otros tipos de árboles. Los antiguos egipcios lo llamaron KMT (se pronuncia Kemet). Desde la antigüedad, esta tierra se hacía fértil cada año por el desbordamiento del río, el don del Nilo. El hermoso Nilo de aguas calmadas, el negro fértil de sus riberas, el verde brillante de sus cultivos y el ocre rojizo que se extiende hasta el infinito.

Los antiguos egipcios reconocieron la importancia del río Nilo para su bienestar y reconocieron una dimensión divina en su ciclo anual de inundaciones. Contaban con el dios Hapi para que el río desbordara sus aguas y fertilizara la tierra negra, pero no podían explicar la razón de este suceso. Y todos los egipcios tenían que recorrer el Nilo en su último viaje al reino de Osiris.

PRIMEROS POBLADOS
Hace miles de años, el Sahara era una planicie con abundancia de agua donde vivían animales salvajes. Gentes de la Edad de Piedra vivían allí también y cazaban estos animales.
Poco a poco el clima cambió y el Sahara se transformó en un desierto. Las personas y los animales emigraron en busca de agua. Algunos de ellos llegaron a la tierra que ahora llamamos Egipto.
En aquella época el valle del río Nilo era una jungla pantanosa donde vivían animales peligrosos. Los nuevos pobladores acamparon en los límites del valle por razones de seguridad.
Después de un tiempo, los cazadores aprendieron a domesticar animales en lugar de cazarlos y matarlos. Domesticaron perros, vacas, ovejas, cabras y burros.
La población creció y entonces empezaron a desbrozar las tierras cercanas al río y construyeron allí sus poblados. Descubrieron como plantar semillas y cultivaron cebada y verduras. Aprendieron también a hacer cerámica, hilar y tejer para hacer ropas de lino y a utilizar metales como el cobre y el oro para hacer herramientas y armas.
Cada año, en julio, las aguas del Nilo que bajaban del sur se desbordaban e inundaban la dura y seca tierra. La riada duraba varias semanas y se conocía como la inundación.
Los antiguos egipcios descubrieron como conservar parte de este agua para que les durase para todo el año. Construyeron canales y fosos los cuales almacenaban el agua y la llevaban a los campos.

EL AÑO AGRÍCOLA
De julio a noviembre, las aguas del Nilo inundan todo el valle, dejando una capa de limo (lodo) al volver a su cauce y la humedad suficiente para labores agrícolas. Este desbordamiento, unido al calor del desierto, han hecho de esta región una zona muy fértil. Ese valle, de más de mil kilómetros, es conocido como el Alto Egipto. En su desembocadura, el Nilo se divide en numerosos brazos, formando un delta, ahí se asentó el Bajo Egipto.

Inundación: desde mediados de junio a septiembre. En primavera se producen lluvias torrenciales que elevan el caudal del Nilo, inundando las orillas y los campos de cultivo.

Siembra: desde octubre a enero.
El Nilo vuelve a su cauce normal y los campos de cultivo se fertilizan al quedar recubiertos por el limo negro. La tierra húmeda roturaba y finalmente se sembraba.
Como apenas llueve. Los campos se regaban con el agua de las inundaciones, previamente almacenada en canales. Durante la inundación los campesinos trabajaban construyendo los edificios del faraón.

Recolección: desde febrero a mayo.           Los campos de cultivo son cosechados en marzo dando alimento a la población. El trigo crecía durante el invierno. Los recaudadores de impuestos medían la cosecha y decidían la cantidad que debía pagar el campesino. Se separaba el grano de la espiga con la ayuda del ganado vacuno. El grano se almacenaba en graneros dentro de unos cubos llamados silos.

Los escribas compraban las cantidades para que no hubiera robos.
Luego se reparaban los fosos y canales de irrigación y se preparaban para la próxima inundación.

Problemas de las crecidas:
– Inundaciones excesivas producían:
   •Destrucción en casas y bienes
   • Existencia de zonas pantanosas que son focos de enfermedades.
   •Peligro de animales depredadores del Nilo (cocodrilos e hipopótamos).
– Períodos de sequías ocasionaban:
   • Disminución de los campos de cultivo.
   • Cosecha escasa.
   • Problemas de abastecimiento y hambrunas.

 Control de las crecidas y obras hidráulicas:
– Para controlar inundaciones y sequías los egipcios construyeron obras hidráulicas:
• Sistema de diques, canales y embalses.
• Nilómetros: sistema de niveles que controla la subida del río.
• Chaduf: sistema de riego que permite extender el agua a lugares alejados.
– Las obras hidráulicas propiciaron:
• Aumento de superficie cultivable.
• Aumento de la producción agrícola.                                                
• Establecimiento de un calendario basado en las crecidas.
• Desarrollo del cálculo y la geometría.

Los antiguos egipcios conocían varias especies de peces y otros animales que vivían en el río Nilo, como el hipopótamo y el cocodrilo. También conocían muchas especies de aves, y prestaban especial atención a uno de estos, el ibis.
Algunos animales se asociaron con la realeza, particularmente el halcón, el león, el buitre y la cobra. Estos dos últimos aparecen juntos en el uraeus de los faraones. Otro animal real era el caballo. Se introdujo en el antiguo Egipto durante la invasión de los hicsos. El faráon a caballo se representaba en los pilonos y fachadas de muchos templos.

Los camellos y las pirámides tienen una conexión instantánea, pero los camellos no son originarios del Antiguo Egipto, sino fueron introducidos posteriormente por los persas. Muchos animales en Egipto tenían asociaciones religiosas. Estos incluyen el gato, el ibis, el halcón, el buitre, el cocodrilo, el hipopótamo, el carnero, el león, la cobra y, por supuesto, el escarabajo. El escarabajo es principalmente asociado con el dios sol Re.
No sólo fue el río Nilo el hábitat perfecto para una diversidad de flora y fauna, sino una manera conveniente y eficaz de transporte. Se acredita a los egipcios la invención de la vela, que se iza cada vez que se viaja desde el Alto al Bajo Egipto. En la antigüedad, todo tipo de mercancía se transportaban en embarcaciones, inclusos las pesadas piedras para la construcción de monumentos.

LAS EMBARCACIONES EN EL ANTIGUO EGIPTO
Ya hemos visto la importancia vital del río Nilo para la vida de los egipcios, siendo de esta manera una civilización esencialmente fluvial. Sus aguas traían vida, y también fue el eje de su desarrollo como imperio.
Por sus aguas circulaban gran número de embarcaciones, que cumplían distintas funciones, y que recorrían hacia el Norte y el Bajo Egipto, en la zona del Delta, y hacia el Sur, en dirección al Alto Egipto, transportando tanto hombres como mercancías. Además de tareas de tipo económico, se practicaba la navegación para recreo y ritos funerarios.

LOS BARCOS: Eran altas de proa (parte de delantera del barco)  y popa (parte posterior del barco) , desprovistas de quillas (pieza de madera o hierro, que va de popa a proa por la parte inferior del barco y en que se asienta toda su armazón) y con una cabina sobre el puente (lugar de donde se dan las órdenes).
La tripulación podía ser de dos hombres, uno para el remo del timón y otro para las maromas (cuerdas gruesas). El comandante situado en la proa con la sonda y el pértiga (vara larga) para guiar la ruta. La grancella era utilizada solo cuando el viento era favorable y para remontar corriente.
Para remontar el Nilo, utilizaban una vela rectangular sujeta a dos palos. El palo para aguantar el viento necesitaba de varios cabos que lo sujetaran fuertemente amarrándolo a la popa. Diversos tipos de cuerdas mantienen el palo erguido y orientan la vela. La combinación entre vela y remo permitía navegar hacia sur a contracorriente.

Para navegar al norte, es decir, a favor de la corriente y contra la brisa, se utilizaban los remos para que el barco fuera más rápido y maniobrable. También utilizaban una estera en la proa en la proa que se pensaba que era para decorar.
 Se prolonga verticalmente en el agua delante de la barca e impulsada por la corriente del Nilo permitía compensar las fuerzas de los vientos contrarios cuando se navegaba hacia el norte a favor de la corriente.

LA CONSTRUCCIÓN: Las herramientas básica para construir los barcos era la azuela, que daba forma a la madera. En la antigüedad, la hoja era de bronce, sujeta a un mango un poco curvo. La herramienta se mantiene hasta hoy, casi sin cambios.
También utilizaban un formón con mango de madera para hacer agujeros, una gubia para rebajar la madera y una suerte de maza para encajar las maderas.
                                                     
Para construir una embarcación, se necesitaba un trabajo en equipo, donde participaban especialistas para preparar las piezas y ensamblarlas, impermeabilizar el casco, entre otras tareas. El profesional principal es el carpintero, quien conoce la forma de tallar la madera par darle forma y que puede diseñar el barco, trabajo tan difícil, especialmente por la escasez de madera, en cantidad y variedad,  lo que obligaba a gran ingenio y destreza para aprovechar bien los materiales.

TIPOS DE BARCOS

EMBARCACIONES FLUVIALES: Para desplazarse a través del río Nilo, las embarcaciones no podían ser demasiado grandes. Se hacían generalmente de papiro, a veces combinado con madera. Su resistencia era idónea para el medio en que se desplazaban.

EMBARCACIONES MARÍTIMAS: Fabricadas sobre todo de madera porque tenían que soportar un medio más agresivo. Los tipos podían variar según la actividad a la que estaban destinada. Si se utilizaba para transportar grandes obeliscos, o ganado.

EMBARCACIONES DE RECREO: Tanto los faraones como los demás nobles, y personas con fortuna, disponían de estas embarcaciones para entretenimiento personal.
Se realizaban principalmente de papiro y solían tener velas con hermosas decoraciones, con diferentes motivos y colores.

EMBARCACIONES MERCANTES: Durante el Imperio Nuevo, el palo de los barcos se hace más corto y la vela se ensancha. Eran utilizadas para distintas tareas, y se diferenciaban en sus dimensiones.
Podían transportar desde pasajeros, tropas, ganados, productos manufacturados, y podían navegar en los dos sentidos del curso del Nilo, gracias a la combinación de la vela y el remo.

EMBARCACIÓN DEL REY:
Los reyes del Antiguo Imperio, se hacían enterrar con dos o más embarcaciones en las cercanías de sus pirámides. El viaje del rey al más allá precisaba de una embarcación que mostrara todo el esplendor del Rey-Dios.

BARCAS SAGRADAS: Todas estas embarcaciones eran parecidas a las utilizadas comúnmente en el Nilo.
El lugar del camarote estaba ocupado por la imagen de un dios, la popa y la proa eran adornadas con la cabeza del dios o con su animal sagrado.

BARCAS FUNERARIAS: Aparecen en muchas pinturas en las tumbas, representan el medio con el que el difunto surcaba las aguas del más allá.
Eran utilizadas para transportar la momia del difunto; estaban las fluviales, que servían para atravesar el río hasta la necrópolis, y las terrestres, que eran apoyadas en un trineo arrastrado por bueyes o provistas de ruedas.

BARCAS PROCESIONALES: Se dedicaban al transporte de las estatuas de los dioses que eran puestos dentro de un nicho.  Eran  transportadas a hombros de los sacerdotes, y cuando no eran utilizadas, se guardaban en capillas, cerca de la celda de la divinidad a la entrada de los templos.

BARCAS DE PEREGRINACIÓN: La peregrinación a la ciudad sagrada de Abydos era uno de los deseos más urgentes y apremiantes de Egipto, tanto durante su vida como después de la muerte. La barca de papiros de los peregrino es arrastrada por otra barca de remos.

NAVEGACIÓN EN ALTA MAR: El auténtico motor del comercio marítimo era conseguir un bien tan escaso en Egipto como era lamadera, por lo que las expediciones a Biblos, y otros puertos de la costa de los actuales estados de Siria y Líbano eran la principal empresa comercial en alta mar, hasta el punto que estos barcos recibían en lengua egipcia el nombre genérico de kebenit, " barco de Biblos".
El Estado disponía de su propia flota, construidos en sus astilleros, para poder realizar las expediciones a Biblos y recoger los valiosos cargamentos de madera. También  durante el Imperio Nuevo, eran frecuentes los viajes a Chipre y Creta.

FALUCAS:  Las barcas que hoy navegan el río Nilo tienen poco que ver con las del Imperio Egipcio. Se diferencian por los materiales y técnicas de construcción. Llama la atención la vela triangular, llamada latina, que procede del Índico y que pasó al Mediterráneo en la Edad Media y se convirtió en la vela emblemática de sus aguas.

http://mas-historia.blogspot.com.ar/2011/05/egipto-el-rio-nilo-geografia-y-primeros.html


martes, 28 de octubre de 2014

El Rio Nilo

El Nilo es uno de los ríos más grandes del mundo y quizás el más importante en lo referido al nacimiento de civilizaciones. Su cauce transcurre a lo largo de siete naciones llegando a recorrer los 6.700 km. hasta su desembocadura en el mar Mediterráneo.

La palabra Nilo (del árabe 'ni-l) viene de la palabra griega Neilos, que significa «Valle del río». En la antigua lengua egipcia, el río era llamado Iteru, que significa «Gran río». En copto, la palabra piaro (Sahídico) o phiaro (Boháirico) significa «El río» (literalmente «El gran canal»), que viene del mismo nombre antiguo. Este gran río trae a la memoria el mundo de los faraones, de las pirámides; como también del África profunda donde conviven primates, gorilas, leones, jirafas y elefantes; un mundo donde se funden la historia y la naturaleza en su máximo apogeo.

EL Nilo en su viaje hacia el mar parte desde Uganda y Kenia lo que se ha llamado como el Nilo Blanco y desde Etiopía lo que se ha llamado como el Nilo Azul. Estos dos cauces se unen en la ciudad de Khartoum, la capital sudanesa para atravesar el desierto dirigiéndose hacia Egipto pasando por la región de Nubia donde llega a su máximo esplendor, allí uno se sumerge en el mundo faraónico de las pirámides, de los sarcófagos, de los templos como el de Abu Simbel y donde atravesando las grandes ciudades como Lúxor y El Cairo el Nilo llegará finalmente a la mítica ciudad de Alejandría donde se mezclará con el Mediterráneo gracias a un inmenso delta.

También es un río por el que han pasado y convivido, pero por desgracia no siempre de manera pacífica, las grandes religiones como el judaísmo, el cristianismo y el islamismo. Éstas también han dejado su sello a lo largo del fastuoso río. Destacan el núcleo cristiano de El Cairo, la gran biblioteca que los cristianos concentraron en Alejandría, el desierto como el lugar del nacimiento del monacato y de la ascesis, los monasterios coptos…

EL NACIMIENTO Y PRIMEROS PASOS DEL NILO

Este es uno de los mayores enigmas de la geografía mundial ya que no se sabe con exactitud dónde nace el Nilo. Algunos apuntan a que nace en el Lago Victoria, el mayor de los lagos africanos con una extensión de 68.000 km2 que tiene como principal afluente el río Kagera, por eso en donde las aguas del Nilo comienzan a separarse del lago Victoria (da ahí que a esta parte del Nilo se la denomine como Nilo Victoria) John Hanning Speke, ex oficial del ejército de las indias, colocó una placa indicando cuando llegó en 1848. Otros como Burkhart Waldecker en 1937 apuntan a que nace en las fuentes del rio Kagera o ya Tolomeo en el siglo II d. C. decía que el Nilo nacía de los glaciares del Ruwenzori; por tanto tu origen sigue siendo un dilema por descubrir en nuestros días.

El lago Victoria está rodeado por pequeñas villas coloniales dedicadas a la pesca de la tilapia. Aquí los puertos se caracterizan por la ausencia de muelles en donde los silleteros son los encargados de transportar tanto la carga como a las personas hasta las barcas más allá de los bancos de arena. El pescado recogido se transportará a las ciudadelas atravesando la sabana.

Esta es Uganda, el centro del África negra, desde donde se puede uno sentar a contemplar a orillas del lago como transcurre lenta y pacientemente el día viendo como el lago es aprovechado para lavarse, para transportar mercancías, para lavar el coche o incluso utilizando sus orillas para descansar en las horas de mayor calor pasado el mediodía.

Otro de los muchos afluentes del Nilo tras atravesar por muchos arroyuelos desemboca en los lagos Eduardo y Jorge siendo recogidas por el río Semliki para llevarlas hasta el Alberto. Desde aquí se une al Nilo Victoria donde ya se atisba su poderío estrechándose el río en una garganta hasta las cataratas Murchison donde dan varios saltos hasta bajar una altura de 122 metros.

Aquí la infinidad de aves, de cocodrilos, de elefantes, hipopótamos, antílopes, jabalíes y leones imponen el verdadero rostro del África bella, donde el ciclo de la naturaleza permanece casi inalterado con el pasar de los tiempos. A partir de aquí el Nilo se ensancha desmesuradamente cubriéndose de plantas de papiro en su camino por el Sudd en Sudán.

EL NILO BLANCO

El Nilo tras su andadura por Uganda se adentra ahora en Sudán pasando por su vastísima sabana donde confluyen musulmanes y cristianos de diferentes etnias (shilluk, nuer, nómadas, dinka, sufíes…) que parecen estar en un periodo de paz tas la guerra que ha causado miles y miles de muertos.

En esta zona el Nilo entra en los aguazales donde se dispersa en una serie de canales y ramales que llegan a confundirlo con un gran pastizal fangoso donde abundan los jacintos de agua y las plantas de papiro, dando lugar a una gran diversidad de vida animal de entre los que destacan los hipopótamos, los cocodrilos y los antílopes. Aquí gran parte del caudal del río se evapora.

El río entrando ya en un cauce delimitado a la altura de Malakal fluye así de manera impetuosa pudiendo sucederse grandes inundaciones y desastres naturales en la época de lluvias. Desde aquí va recogiendo otros pequeños ríos que van engordando el caudal del Nilo, como el río de las Gacelas, el de las Jirafas y el de las Montañas pasando por la árida sabana africana hasta llegar a Khartoum donde se fundirá con el Nilo Azul.

En esta zona hasta Khartoum está claramente delimitada la zona donde fluye la vida a las márgenes del río frente a la extensa y árida sabana, recordándonos cómo más al norte ha sido posible la vida de pueblos enteros como el egipcio gracias al Nilo.

EL NILO AZUL

Lo llaman así por el color azul de sus aguas en contraste con el limoso de su hermano el Blanco. Nace de un río llamado Abbai que recorre más de 1500 kms. hasta desembocar en el lago Tana, caracterizado por sus orillas fangosas y por la multitud de islitas donde se esconden del paso del tiempo una gran cantidad de monasterios cristianos ortodoxos.

Estamos en Etiopía y no se puede describir el ambiente sin hacer mención de la fe cristiana ortodoxa tan arraigada en el lugar desde siglos inmemoriales. Ésta fue traída por los monjes ortodoxos en su huída del islamismo opresor y aquí encontró su lugar donde fue calando poco a poco, siglo tras siglo en las gentes hasta convertirse en lo más sagrado. Sus monasterios están profusamente decorados con pinturas de vivos colores sobre escenas bíblicas, de Jesús, de la Virgen María y de la vida de los santos.

La marcha del Nilo comienza aquí su andadura por Etiopía bajando hacia el norte por el lago Tana a través de una pequeña salida que luego se agrandará desmesuradamente. El cauce ancho del río seguirá su andadura una treintena de kilómetros hasta llegar a las cascadas de Tississat donde tras una caída de unos cuarenta y cinco metros proseguirá su camino en busca de su hermano el Nilo Blanco, pasando a través de una serie de cañones que parece que han sido forzados por el paso del río en los montes Goggiam, hasta entrar en Sudán, atravesando la llanura de Sennar, para finalmente, llegar a Khartoum donde lo encontrará y se fundirá con el.

EL NILO DE LAS ARENAS

Estamos en Khartoum, capital de Sudán donde el Nilo se hace insolente e ilimitado debido a su gran caudal al juntarse sus dos vertientes. Aquí comienza su ardua andadura por el desierto desde donde se puede observar como se mezclan las arenas con la vegetación de las riberas dando un gran contraste al paisaje.

Al abandonar Khartoum el gran río se encamina hacia el norte entrando así en la Nubia, una amplia región que llega hasta Asuán, en Egipto, y por donde el Nilo irá saltando de catarata en catarata hasta traspasar un total de cinco antes de llegar al lago Nasser y una más antes de llegar a Asuán.

Nubia, antigua tierra de faraones que recuerda al esplendor de Egipto, aunque su nombre viene de la época romana probablemente y cuya etimología puede derivar de "nbw", oro, la principal riqueza de la región. Es una tierra llena de recuerdos que sobresalen de la arena en forma de yacimientos arqueológicos; antiguos palacios, tumbas e iglesias paleocristianas, pirámides y grandes ciudades ocultas ahora bajo la inmensa arena y que el hombre ha luchado por recuperar. Aquí los llamados faraones negros de la XXV dinastía a. C. dominaron todo Egipto haciendo un solo imperio desde Sudán hasta el Mediterráneo entre los siglos VIII y VII a. C. Hacia el año 750 a. C. crearon el reino de Kush, cuyo rey, Shabaka, fue el que conquistó todo Egipto en el 712 a.C. y trasladó su capital a Menfis, donde fundó la XXV dinastía, denominada Kushita o etíope. La invasión asiria hizo retroceder hacia el interior de África a los nubios, donde en el 663 a. C. fundaron el reino de Meroe. Nubia permaneció en paz durante nueve siglos hasta que en el s. IV d. C. el pueblo nabateo destruyó Meroe y se instaló en la región. Fue cristianizada en el siglo VI y así perduró hasta el siglo XIV que sucumbió ante los ejércitos mamelucos.

Aquí en la Nubia se juntan el amarillo del desierto con el azul del Nilo y con el verde de los palmares de la ribera del río. Contrastes que hacen de esta tierra un lugar de calidez y de tranquilidad donde el gran caudal del Nilo te transporta.

El río atraviesa la zona del El Bayuda, una gran región que queda delimitada entre la sexta y la cuarta catarata y donde predomina el desierto y algunos pequeños cultivos en los márgenes del río: maíz, tomates, trigo… En esta zona parece que no pasa el tiempo, hacia el interior los nómadas viajan con sus rebaños en busca de pozos de agua, escenas que nos recuerdan a los pasajes bíblicos. Destacar también en esta zona las pirámides de Meroe, el gran templo al dios Amón en Karima, la necrópolis de Napata, que recuerdan el esplendor de los faraones negros. Tras caer irremediablemente por cinco cataratas el Nilo llega en su amplitud al lago Nasser.

EL NILO FARAÓNICO

El Nilo, tras su andadura por Uganda, Etiopía y Sudán llega al lago Nasser en Egipto quedando encerrado por dos presas en Asuán. La primera y más antigua presa se construyó en el año 1902 y la segunda y más grande se finalizó en 1971 llegando a tener una altura de 111 metros. Estas presas provocaron la inundación de un vasto territorio y con el muchos de los restos arqueológicos del Egipto nubio antiguo por lo que los dieciséis más importantes (el de Abu Simbel entre otros) fueron desmontados y trasladados más arriba quedando a salvo de las aguas. España colaboró con estos trabajos y como muestra de ello el estado egipcio le donó las ruinas del templo de Debod, que está situado en Madrid en la zona de Pintor Rosales cerca de la Plaza de España.

Aquí el silencio vuelve a hacer acto de presencia mezclando la paz de las aguas azules con el contraste de las arenas doradas que llegan a la orilla. Las gentes del lugar aprovechan a bañarse, a refrescarse o incluso a dar de beber a sus camellos de este gran manantial de agua dulce que es el Nilo.

Las falúas que navegan por las aguas del río viajan hacia las pequeñas islas donde destaca la isla de Elefantina (llamada "ibu" que significa elefante) que fue, como su nombre indica, un lugar de comercio de marfil además de frontera sur durante el periodo faraónico. Es una isla rica en arqueología donde viven dos aldeas nubias que se caracterizan por sus viviendas de ricos colores.

Cerca de Asuán se encuentra el yacimiento arqueológico de File donde llevaron los restos del templo para ponerlo al amparo de las aguas. Fue un lugar de culto al dios Ra y también a las diosa Isis (divinidad madre y hermana de Osiris y madre de Horus). También hay una tradición que cuenta que bajo la isla de File estaba la fuente desde donde manaba el Nilo en una caverna donde vivía el dios Hapi (el dios Nilo).

Para entender la proliferación y el esplendor de Egipto es necesario entender por qué esta zona era de las más fértiles del Nilo. Aquí en Asuán es donde comenzaba la inundación anual del Nilo entre finales de mayo y principios de junio, creciendo el nivel rápidamente hasta agosto y mediados de septiembre para, comenzar a descender en octubre y alcanzar en mayo su nivel más bajo. Las aguas de la crecida procedían en su mayoría del Nilo Azul gracias a las fuertes lluvias que tenían lugar en las montañas de Etiopía, que aportaban el fertilizante limo arrastrado por las aguas que se depositaría sobre los campos de Egipto garantizando así las cosechas. Por eso la inundación era fuente de preocupación por saber el nivel de las aguas y también de alegría.

Saliendo de Asuán el Nilo continúa su viaje ya menguado por las presas hacia Edfu, donde el templo dedicado a Horus es una de las estructuras mejor conservadas. Construída por Tolomeo XIII (padre de Cleopatra) en el siglo primero a. C. De allí prosigue su viaje hacia Lúxor, tierra faraónica donde podemos contemplar su templo, que junto con el de Karnak situado a la orilla derecha del Nilo son de los monumentos más espectaculares de Egipto faraónico.

Desde Asuán el Nilo flanquea el desierto que se extiende hacia el occidente hasta la frontera con Libia. En los arbores de la humanidad esto fue una imponente sabana llena de especies animales donde se cree que comenzó la civilización egipcia y que con el paso del tiempo se fue secando convirtiéndose en el Gran Mar de Arena como le denominan aquí.

Siguiendo el curso del río llegamos a Kharga, lugar donde en el siglo VI a. C. se levantó un templo en honor de Hibis que aún se conserva. Un poco más al norte se extienden los oasis de Dakhla donde se cuentan más de quinientas fuentes de agua y que en su amplia zona de más de una decena de kilómetros está cubierta de los cultivos del arroz. Aquí la fauna y la flora vuelven a surgir de lo más variado en contraste con el mar de arena que marca el horizonte.

Otros grandes oasis son el de Farafra, donde lo que abunda son las viviendas de vivos colores en sus muros y con dibujos referidos a la peregrinación a la Meca de sus habitantes; y el de Baharya, donde se han encontrado recientemente hipogeos con cerca de 10.000 sarcófagos, convirtiéndose en un hallazgo impresionante para la arqueología. No han tardado en denominarlo como el "valle de las Momias de Oro".

Por esta zona el desierto se vuelve calizo, es decir, abunda la piedra caliza en todas sus formas y dimensiones dando un aspecto blanco al desierto lleno de formas que han ido horadando la piedra a lo largo de los siglos. En este desierto se encuentran algunos de los monasterios coptos más antiguos, algunos de los cuales, cuatro concretamente han perdurado desde los primeros siglos del cristianismo, situados entre El Cairo y Alejandría. De esta última es desde donde partió San Antonio en el siglo III d. C. para retirarse a este desierto para llevar una vida de oración y de recogimiento junto a Dios separada del mundo, fundando así el monacato. Tras el cisma de Acacio en el 484 se separaron de la fe católica debido a la concepción monofisita de Cristo (que sólo posee la naturaleza divina y no las dos) y se mantuvieron hasta nuestros días. La tradición copta cree que la Sagrada Familia llegó por esta zona en su huída de Herodes festejando la entrada de Jesús en Egipto el 24 de junio y con lugares donde se venera la estancia allí de la Sagrada Familia.

El Nilo, que ya va llegando a su destino entra lento y agotado en la ciudad de El Cairo, pero sin perder cierta majestuosidad debido a su gran caudal y a anchura.

EL NILO Y EL MAR

EL Cairo es hoy una gran ciudad, poblada con casi 15 millones de habitantes, en donde conviven más o menos armoniosamente lo viejo y lo nuevo. Debido a su expansión los grandes monumentos funerarios del Egipto de los faraones, como son las pirámides, están siendo engullidos por lo urbano, al igual que la gran esfinge de Gizeh. Lo que antes era desierto y arena alrededor, ahora se está convirtiendo en un aglomerado de casas y asfalto.

El Nilo, la fuente hidráulica de la ciudad fue sumergido para dejar paso a la jungla de asfalto y de civilización. Desde entonces el río se ha desplazado unos cuatrocientos metros. Así traspasa toda la ciudad, de modo casi silencioso siendo apagado su sonido por los coches, las gentes, los barcos y demás ruidos de la gran urbe hasta llegar al delta donde se ramificará en varios canales hasta morir en el Mediterráneo.

En su última agonía hasta el Mediterráneo se divide en dos ramales, al este Damietta y, al oeste, Rosetta. Este último pasa cerca de la gran ciudad de Alejandría. Ciudad mítica fundada por Alejandro Magno en el 331 a. C. que fusionó la cultura egipcia con la griega y que resuena a una de las siete maravillas del mundo antiguo, como fue su faro de casi unos 250 metros de altura y construido hacia el año 280 a. C. Aquí se albergó la mayor biblioteca de la antigüedad que llegó a contener unos 700.000 volúmenes antes de sufrir un gran incendio en el que sus causas todavía no hay acuerdo entre los estudiosos. Esta ciudad también fue la ciudad de Cleopatra y el vaticano de los coptos y en el siglo XIX, fue denominada como el París del Mediterráneo.

Hoy día es la segunda gran ciudad de Egipto en cuanto a población se refiere y en ella se mezclan lo religioso con lo moderno. Se mezclan los minaretes, con los mausoleos, las madrazas, el fuerte Qayt Bay… La mezcla entre lo árabe y lo occidental, lo musulmán con lo cristiano hacen de ella una ciudad atrayente y muy abierta al futuro. De aquí salió Naguib Mahfuz, premio Nobel de literatura.

En este ramal llamado Rosetta recordar también que fue donde se encontró en 1799 el famoso bloque de mármol negro que lleva escrito un decreto de Tolomeo V escrito con dos grafías egipcias diferentes y un texto en griego, donde François Champollion pudo descifrar así los caracteres jeroglíficos para entender los frisos y escritos del antiguo Egipto.

Este río que era representado por los egipcios como un hombre barbado con senos y plantas acuáticas en la cabeza (generalmente papiros), pintado en verde y azul, los colores de la regeneración y del agua, tras su gran andadura desde tierras lejanas, termina aquí en el Mare Nostrum mezclando sus aguas dulces con las saladas del Mediterráneo.

Explorando las fuentes del Nilo

1618 — Pedro Páez
Fue el primer europeo que llegó a las fuentes del Nilo Azul en 1618.

1854 — Sir Richard Francis Burton
(19 de marzo de 1821 - 19 de octubre de 1890), fue un cónsul británico, explorador, traductor y orientalista, nacido en Hertfordshire, Inglaterra. Se hizo famoso por sus exploraciones en Asia y África así como por su extraordinario conocimiento de lenguajes y culturas. De acuerdo con un recuento hablaba veintinueve lenguajes europeos, asiáticos y africanos

1871 — Sir Henry Morton Stanley
28 de enero, 1841 - 10 de mayo, 1904) fue un explorador y periodista galés nacionalizado estadounidense, famoso por sus expediciones a la entonces misteriosa África central, en una de las cuales encontró al desaparecido David Livingstone.

1872 — Francis Sanfilippo

http://www.egipto.com/el_nilo/index.html


sábado, 20 de septiembre de 2014

EQUINOCCIO
La palabra equinoccio proviene del latín aequinoctium de donde aequus significa igual y noctium noche, indicando que el día del equinoccio la noche y el día tienen igual duración.
Este fenómeno ocurre dos veces al año cuando el paralelo de declinación del Sol se encuentra sobre el plano del Ecuador terrestre y la luz solar incide igual en todo el planeta, ya que la distancia hacia los Polos es la misma.
Provocando que el día y la noche tengan igual duración en todo el planeta, hecho que ocurre anualmente el 20 o 21 de marzo y el 22 o 23 de septiembre, respectivamente.
El Sol en su movimiento aparente por la eclíptica la cruza y pasa de Sur a Norte respecto al plano ecuatorial, marcando el inicio de la Primavera en el Hemisferio Norte y al Otoño en el Hemisferio Sur.
El equinoccio de primavera, comienza cuando el Sol pasa por el grado 0 de Aries, llamado también Punto Vernal y cuando pasa por el grado 0 de Libra es el equinoccio de otoño en el Hemisferio Norte. En el Hemisferio Sur es al contrario.
Los equinoccios y los solsticios marcan los cambios de estación anualmente, siendo estos contrarios en los Hemisferios de la Tierra.
SOLSTICIO
La palabra solsticio proviene del latín solstitium, sols de sol y statum o sistere que significa quieto, detenido, de donde solsticio significa sol quieto. Los solsticios están provocados por la inclinación del eje de la Tierra sobre el plano de su órbita.
Este fenómeno ocurre dos veces al año, cuando el Sol, visto desde la Tierra, se mueve hacia el Norte originando el Solsticio de Verano y cuando se desplaza hacia el Sur originando el Solsticio de Invierno. En el Hemisferio Sur es al contrario.
Durante los solsticios se producen la mayor o menor altura aparente del Sol en el cielo y la duración del día y la noche son las máximas del año.
El solsticio de verano marcan el día más largo y la noche más corta del año en el Hemisferio Norte, ya que en este día el Sol alcanza su mayor altura aparente y su máxima declinación Norte con respecto al plano del Ecuador terrestre sobre el Trópico de Cáncer, pasando por el grado 0 de Cáncer, aproximadamente el 20 0 21 de junio.
Durante el solsticio de invierno es la noche más larga del año con el día más corto en el Hemisferio Norte, el Sol alcanza su máxima declinación Sur sobre el Trópico de Capricornio aproximadamente el 20 o 21 de diciembre, pasando por el grado 0 de Capricornio.

http://www.gemamatias.com/info_i.php?n=i21




Frente al Gran Cañón del Colorado

A una vasta e incomparable soledad renombrada en el mundo entero acuden personas de todos los lugares de la tierra, todos con ánimo de admiración: un jeque árabe  y su séquito que se conserva a respetuosa distancia; un grupo de estudiantes franceses con la mochila a la espalda; una octogenaria de San Francisco en su silla de ruedas; un famoso actor, que camina apartado de los demás en compañía de su hijo.

Viajeros de todos los Estados Unidos, de todos los países, peregrinan a este santuario que une en común emoción a gente de todas las razas y de todos los credos. Y es que el Gran Cañón del Colorado es una de las maravillas del mundo; ninguna la supera en magnitud, antigüedad ni esplendor. De cuantos espectáculos ofrece la Naturaleza, ninguno encierra igual virtud para apaciguar el corazón y elevar el alma.

Perdido en los apartados desiertos de la América del Norte; accesible únicamente tras largo rodeo en tren o en automóvil, atrae sin embargo a un crecido número de visitantes que acuden diariamente al lado sur. Oculta el Gran Cañón su imponente majestad hasta el último momento. El viajero recorre kilómetros de la imperceptible pendiente poblada de artemisas y más adelante de pinos. Al fin está cerca de la maravilla, pero aún no la divisa siquiera; unos pasos más, y queda al borde de la sima, sobrecogido ante su horror sublime.

Lo que contempla es la inmensidad; casi una nueva dimensión. En esta garganta de 1600 metros de profundidad y 16 kilómetros de longitud el abismo se hunde en precipicios más hondos aún que desaparecen en una noche de profundidad como la del océano. Surgen aquí en silencioso tumulto los colores: rojos de rescoldo; púrpuras sombríos, vestigios de un ayer abismal; pálidos amarillos de dunas y playas de mares hace siglos extinguidos. Allá en lo más hondo, sobre el rápido espejear del río, se alzan adustas rocas negras que los geólogos llaman arqueozoicas, las más antiguas que conoce la ciencia.

De lo recóndito de la sima asciende en invisibles oleadas el silencio. Sólo de vez en cuando percibimos el estrépito del río, el segundo de los Estados Unidos por su extensión y el primero del mundo por el ímpetu de sus aguas. Nos llega a nosotros el rumor, semejante a lejano palmoteo, de los álamos que se mecen en el saliente rocoso que a modo de anaquel corre a lo largo del barranco. Todo ruido lo absorbe el abismo insaciable. “Aquí siente uno la necesidad de hablar en voz baja”, oigo que le murmura a su acompañante una señora.

No es un silencio de muerte; es más bien una presencia. Llega a nosotros como grandiosa música. Sólo que la música obra del hombre tiene culminación y término, en tanto que esta música del Gran Cañón del Colorado está hecha de culminaciones; es una armonía que resuena en la eternidad.

Porque la cuarta dimensión que aquí percibimos es, naturalmente, el tiempo en liberal medida. Cerca de siete millones de siglos tardaron el Río Colorado y sus tributarios en abrir el Gran Cañón. Y sin embargo, el río es un recién llegado; no había empezado a correr siquiera en las remotas épocas en que el mar, al cubrir los desiertos de Arizona, y retirarse, y tornar a cubrirlos para alejarse nuevamente, fue dejando sucesivas sedimentaciones. Y antes que las aguas del mar, estuvieron aquí las rocas arqueozoicas, asiento de enhiestas montañas cuando la Tierra era joven. Sucedió esto dos mil millones de años atrás, según cálculos de los geólogos. Así, en un sólo vistazo, el Gran Cañón del Colorado revela más de la historia de la tierra que ningún otro paraje.

La formidable potencia desgastadora del río, que arrastra diariamente un millón de toneladas de sedimento, el frío cincel de los hielos, y las menudas cuchillas de la lluvia, concurrieron a grabar esta página monumental del ayer de la Tierra. Aquí son las rocas testimonio que habla a las miradas de la ciencia. En verdad, una simple ojeada basta a cualquiera para advertir el orden admirable que reina en estas pétreas fantasías, en este magnífica derroche de colores. Capas de la misma roca, distintas en espesor, color y ángulo aparecen con frecuencia en extensiones de 350 kilómetros a lo largo de las paredes del Gran Cañón. A modo de colosal escalera ofrécense a la vista mesetas y precipicios en los que leemos los sucesivos periodos geológicos, desde la edad del caos, cuando aún no había aparecido la vida en nuestro mundo, hasta el soleado período actual en que alzan los pinos su encumbrada copa en la seca atmósfera de Arizona, pacen confiadamente los venados, se balancean las flores silvestres al borde del abismo, y el pensamiento humano se eleva a la contemplación de la hermosura universal.

Lo más espectacular del Gran Cañón es tal vez el Redwall o Barranco Rojo, la gran caliza que se extiende casi verticalmente a todo lo largo del Cañón y alcanza una altura de 170 metros por término medio. Realmente es una caliza gris azulada pero la han teñido superficialmente con encendidos tonos de crepúsculo las sales de hierro que el agua arrastró de las rocas. La pureza de la caliza indica que se formó en ancho y tranquilo mar poblado de moluscos de vistosa concha y de peces de especies hoy extintas.

Coronan el Redwall capas alternas de areniscas rojas y de esquistos de cientos de metros de espesor en los que se hallan fósiles de alas de insectos, de hojas de helecho, y curiosas huellas de animales que fueron antecesores de las ranas. Debió de seguir a este periodo otro bastante largo en que la región fue un desierto, porque la capa inmediata, de colores pálidos, parece deber su formación a arenas acumuladas por el viento. Las capas superiores son calizas amarillentas, formaciones sedimentarias de mares de aguas templadas, según lo atestiguan abundantes fósiles de coral y de dientes de tiburón.

Siglos y siglos después de la llegada del río empezó a crecer el Gran Cañón engalanado por los soles estivales, envuelto en el manto deslumbrador de las nieves del invierno, viendo deslizarse el tiempo como las nubes cuya sombra presta aspecto sin cesar cambiante a su grandeza. Vinieron al cabo los hombres –pieles rojas prehistóricos cuyas viviendas, más de 500, han sido halladas en los cañones laterales. Esas tribus indígenas permanecieron tal vez unos mil años. Después de idas, trascurrieron alrededor de otros mil hasta el día en que una cansada partida de españoles de la gente de Coronado ganó el borde del Gran Cañón, nunca visto hasta entonces por hombres blancos.

Llegaron luego en sucesivas épocas misioneros españoles, tramperos exploradores estadounidenses. En todos infundió asombro y espanto el profundísimo abismo; no hallaron camino para descender por sus flancos, y a causa de su gran longitud tuvieron que desviarse miles de kilómetros por la región de los desiertos. En 1858 un joven e intrépido teniente del ejército de los Estados Unidos, Joseph C. Ives, habiendo logrado remontar el río en una embarcación de vapor hasta el sitio donde hoy está la presa de Hoover, se puso al frente de su reducida tropa de ingenieros y guiado por unos indios mojaves, llegó a pie hasta las profundidades del Gran Cañón. Allí encontró a los havasupais, tribu de indios pacíficos que habitan y siguen habitando hasta el día en algunos de los cañones laterales donde el clima es benigno todo el año. “Hemos sido los primeros en visitar estos improductivos parajes”, decía el teniente Ives en su informe, y agregaba la temeraria predicción de que serían seguramente los últimos.

En la actualidad, la recua de mulas en que viajan turistas y abastos desciende diariamente por el Bright Angel Trail, camino que partiendo de la orilla sur del Gran Cañón lleva al fondo del mismo. Ahí se hospeda el viajero en el Phantom Ranch, que le ofrece toda clase de comodidades, inclusive piscina de natación. El camino cruza después el impetuoso Colorado por un puente colgante y sube al lado norte del Gran Cañón donde la empresa del ferrocarril Union Pacific tiene un hotel de veraneo cuyas instalaciones y comodidades rivalizan con las del famoso hotel que la línea del ferrocarril de Santa Fe sostiene en el lado sur.

Aunque situados frente a frente, los dos hoteles están separados por insalvable abismo de 19 kilómetros de anchura, y hay que recorrer 345 kilómetros en automóvil para ir de uno a otro. El lado norte del Gran Cañón sólo puede visitarse en los meses de verano; su altura excede en unos 365 metros a la del lado sur; su clima, semejante al del Canadá, delicioso en julio y agosto, cuando abetos, pinos y álamos brindan grata sombra, es muy riguroso la mayor parte del año, en que cubre el suelo una capa de nieve de tres a cuatro y medio metros de espesor.

El lado sur del Gran Cañón brinda en toda época del año la tibia caricia del sol y un aire límpido y seco que embalsama el humo de los piñones con que los indios jopi alimentan sus fogatas. Unos pocos pasos trasportan al turista del mundo cotidiano a ese otro que abre ante nuestra mirada el Gran Cañón del Colorado, la página más grandiosa y elocuente de la historia de la Tierra. Al cavar cada vez más hondo, siglos y siglos su lecho de roca, el río nos ha revelado cómo fue desarrollándose la vida en nuestro planeta.

http://dadaisforever.wordpress.com/2008/11/07/frente-al-gran-canon-del-colorado/



jueves, 18 de septiembre de 2014

Siwa, el oasis más legendario y remoto de Egipto.


El Oasis de Siwa se encuentra entre la Depresión de Qattara y el Mar de Arena Egipcio del desierto libio, a unos 50 km al este de la frontera de Libia y a unos 560 km de El Cairo.
Alrededor de 80 km de longitud y 20 km de ancho, Siwa es uno de de los asentamientos más aislados de Egipto, y alberga a cerca de 23000 personas, la mayoría de los cuales son de origen étnico bereberes que hablan un idioma conocido como Siwi. La agricultura es la actividad principal, principalmente el cultivo de dátiles y aceitunas.
Aunque se sabe que en el Oasis de Siwa hubo asentamientos en el X milenio a. C., las primeras evidencias de contactos con el Antiguo Egipto son durante la Dinastía XXVI de Egipto, cuando se dató una necrópolis. El antiguo nombre egipcio de Siwa era Sekht-am "tierra de palmeras".
Los pobladores griegos de Cirene establecieron contacto con el oasis al mismo tiempo que los egipcios (Siglo VII a. C.), y el templo del oráculo de Amón (Zeus Amón) ya era famoso en la época de Heródoto. El oráculo le confirmó a Alejandro Magno que era un ser divino y el legítimo faraón de Egipto durante una visita anterior al comienzo de su campaña de conquista en Persia en el año 331 a. C.
Una leyenda, transmitida por el historiador griego Heródoto, narra que el rey Cambises II de Persia (524 a. C.) envió un ejército de 50000 soldados para atacar a la población del oasis, pero desapareció en medio de las arenas del deserto.
Los romanos usaron posteriormente al Oasis como un lugar para alojar a los desterrados. Bajo su gobierno las profecías del oráculo cayeron en desprestigio. La evidencia sobre la existencia del cristianismo en Siwa es dudosa y aunque en 708 los habitantes del Oasis resistieron el asedio de un ejército islámico, probablemente no se convirtieron hasta el siglo XII. Un documento del año 1203 menciona a siete familias viviendo en el Oasis, con sólo cuarenta personas, pero luego la población creció hasta 600 habitantes.
La primera visita de un europeo, desde tiempos de los romanos, fue la de William George Browne, quien visitó el lugar en 1792 para contemplar el antiguo templo del oráculo. El Oasis fue anexionado oficialmente a Egipto por Mehmet Alí, en 1819, pero su dominio fue relativo, pues hubo numerosas revueltas.
Siwa fue el lugar de algunas batallas durante la Primera y la Segunda Guerra Mundial. El Long Range Desert Group del Ejército Británico tuvo una base en este oasis, pero las unidades de Rommel del Afrika Korps tomaron posesión de este lugar en tres ocasiones. Los soldados alemanes se bañaron desnudos en el lago del oráculo, lo que se consideraba un sacrilegio.
Los habitantes de Siwa son conocidos por sus artesanías como platería ornamental, coloridos vestidos de bodas, cerámicas y canastas hechas con sus emblemáticas palmeras.
El Manuscrito de Siwa, custodiado por una de las principales familias del lugar, recoge sus costumbres, algunas tan singulares como las de matrimonios entre hombres, comentadas por el viajero alemán Steindorff. Los antiguos terratenientes de Siwa se esposaban con sus jornaleros, llamados zagala, y no recuperaban su libertad hasta cumplir los cuarenta años; entonces podían casarse con mujeres. El rey Fuad, que visitó el lugar en 1928, prohibió los matrimonios homosexuales, aunque posiblemente durante algunas décadas continuaron celebrándose.
ATRACTIVOS TURÍSTICOS:
• Siwa Shali y la Ciudadela - la antigua fortaleza medieval de Siwa, construida en el siglo XIII con kershef (ladrillos de tierra gedrosa, sal y yeso) y madera de palma, conocida como Shali Ghali; aunque abandonada y devastada por las lluvias torrenciales de 1926, destaca como elemento prominente, elevándose sobre un montículo, junto a la ciudad moderna. • Oráculo de Amón - situado en la colina de Aghurmi, a unos 4 km al este de Ciudad de Siwa
• Templo de Amón (también conocido como el Templo de Umm Ubaydah) - a unos 200 metros más a lo largo de la via del Oráculo, esta estructura está casi completamente destruida, debido a una explosión en 1896 por un gobernador otomano deseoso de adquirir material de edificación. Una inscripción en un muro es todo lo que queda. Basándose en los dibujos de pioneros exploradores, sin embargo, los estudiosos han deducido que el templo fue erigido por el faraón Nectanebo de la 30ma dinastía.
• Baño de Cleopatra - un manantial natural alimenta este lugar de natación popular para nativos y visitantes
• Gebel el-Mawta (la Montaña de los Muertos), necrópolis de los períodos ptolemaico y romano (siglo 3 aC - siglo 2 CE) con tumbas abiertas talladas en la roca, situado a 1 km al norte del centro de la ciudad de Siwa.
 Isla Fatnas - actualmente una península repleta de palmeras, localizada en el interior del lago de agua con más contenido en sal que el Mar Muerto. Como éste fue parcialmente drenado en épocas recientes, debido a la intensa actividad agrícola, la Isla Fatnas está ahora rodeada de zonas lodosas.
http://antiguo-egipto.com/oasis-de-siwa.shtml

En el Oasis de Siwa
http://www.youtube.com/watch?v=9NH-SpCPl7Y

El oráculo de Amón

El oráculo de Dodona en Epiro, el de Apolo en Delfos y el de Amón-Ra en el oasis de Siwa, mantenían entre sí un vínculo íntimo, hasta el extremo de ser considerados gemelos.

Alejandro interrumpió su campaña de Oriente, subordinando los imperativos militares a los místicos para peregrinar al santuario de su padre Amón en Siwa, donde los sacerdotes egipcios le recibieron como a un Hijo del Gran Dios, revelándole el secreto de su destino.

Para llegar se había abierto el camino de Egipto a través de Gaza. Después, peregrinó a pie durante ocho días, recorriendo 300 km de llameante desierto para hasta alcanzar el Templo, en cuyo santuario pudo visitar la imagen de Amón: un betilo o meteorito, que los antiguos denominaban “piedras del rayo” porque caían del cielo.

Según Plutarco –quien recogió fuentes hoy perdidas–, durante esta peregrinación el dios se manifestó con signos propicios como la lluvia, muy rara en el desierto. También en el hecho de que Alejandro se perdiera y dos serpientes le mostraran el camino hacia Siwa.

Aunque sean legendarios, estos detalles indican que Alejandro vivió su visita al oráculo de Amón como una peregrinación saludada por los dioses.

Todo este itinerario estuvo jalonado por batallas precedidas por consagraciones solemnes a las deidades, con sacrificios y ceremonias en las cuales, en ocasiones, él ofició personalmente como sacerdote. Y lo que explica esta ruta no es la conquista de Persia, sino la liberación de Egipto.

Allí obtendría la legitimación para investirse como vengador divino del país del Nilo. Sólo entonces, reconocido en calidad de tal, se lanzó contra el Imperio persa.


http://www.proyectopv.org/2-verdad/oraculoamon.htm


sábado, 16 de agosto de 2014

Domus augustana                              Domus Aurea


Monte Palatino

El monte Palatino (en latín Collis Palatium o Mons Palatinus) forma parte de la llamada Roma Quadrata. El Palatino es la más céntrica de las siete colinas de Roma y es una de las partes más antiguas de la ciudad. Se alza a 40 m1 sobre el Foro Romano, quedando entre éste y el Circo Máximo. En ella está el origen etimológico de la palabra ‘palacio’ en muchas lenguas (palazzo en italiano, palace en inglés, palais en francés).

EL PALATINO: LOS PALACIOS DE LOS EMPERADORES ROMANOS.                     

La vivienda de los poderosos llega a su máxima expresión en Roma con la institución del Imperio. Las domus de la nobleza, quedaron pequeñas para la tarea de representación del soberano y para albergar la burocracia que administraba el Estado.

El hecho de que Augusto hubiese nacido en la colina Palatina marcó el destino de este monte y la denominación de la vivienda imperial. El lugar también tenía su simbolismo, según la leyenda, era donde Rómulo y Remo fueron acogidos por la Loba (Lupercalia) y donde el primero de los hermanos, el fundador de Roma, instaló su cabaña (de las que los romanos conservaron restos). Por todo ello, cuando Augusto consiguió el poder compró al senador Hortensio una domus típica republicana al suroeste de la colina, que amplió en años sucesivos con otras vecinas. Su idea era que al instalarse allí el nuevo soberano se recuperara el sitio y el culto a los orígenes del espíritu romano. La casa de Augusto fue, por tanto, un modesto recinto residencial ampliado en medio de un barrio aristocrático. Sus sucesores también eligieron este lugar para su vivienda por legitimar su poder, pero además lo ampliaron considerablemente  hasta hacerse con la totalidad de la colina, creando los verdaderos palacios imperiales.

Entre el siglo I y III d. C. surgieron los palacios de Tiberio (ampliado por Calígula); el de Nerón (la Domus Transitoria y la Domus Áurea que llegaba hasta allí); el de los Flavios (la Domus Flavia y la Domus Augustana); y el de Septimio Severo. A finales de la época imperial, el conjunto era un único e inmenso edificio  denominado Palatium (Palatino), como la colina.

La casa de Livia y la Casa de Augusto.
Al noroeste de la colina  (en el Germalus) hay un espacio ocupado por un grupo de casas de fines de la República (casa de Livia y casa de Augusto), que nunca fueron destruidas para dar lugar a los palacios imperiales. Este hecho insólito, junto con las descripciones que se hicieron de la casa de Octavio Augusto, ha hecho pensar que ésta fue su residencia. Se conservan habitaciones de dimensiones modestas decoradas con frescos del estilo segundo.
El modelo no difería mucho de las viviendas de cualquier noble de la época, si no fuera por los espacios sagrados dependientes del sector público de su casa: la gruta donde la loba amamantó a los gemelos o Lupercal, la cabaña de Rómulo, el templo de la Gran Madre (Cibeles) y el templo de Apolo. Recientemente se ha descubierto el Lupercal y han sido restaurados y  reabiertos para su visita pública los frescos de cuatro habitaciones de la Casa de Augusto.

La Domus Tiberiana y la Domus Transitoria.
Tiberio construyó el primero de los palacios imperiales, en la esquina noroeste del Palatino, y luego Calígula lo amplió hacia el foro. Domiciano con un criterio monumental lo reconstruyó por completo al mismo tiempo que la Domus Augustana. Desgraciadamente todo lo que se puede ver hoy día son los cimientos entre los jardines Farnesio.

La Domus Transitoria fue diseñada como parte previa del majestuoso proyecto de la Domus Áurea. Fue destruida, como gran parte de la ciudad, por el gran incendio que arrasó Roma el año 64 d. C. Era ya un conjunto que unía la Domus Tiberiana con el monte Esquilino a través de jardines, columnatas y pabellones.
La Domus Áurea.

Tras el incendio, ya mencionado, Nerón encargó a sus arquitectos Severus y Celer la construcción de un palacio-villa aún mayor y más lujoso, la Domus Áurea. Esta construcción no llegó a acabarse, sin embargo se sabe que pretendía tener un frente de más de 1500 metros de largo y 50 hectáreas de extensión. Sólo fue utilizada durante unos pocos años, puesto que los Flavios renunciaron a esta residencia en favor de construir otra en el Palatino. Además fue afectada por el incendio del año 104, por lo que se inutilizó y rellenó parte de ella con escombros para servir de cimentación a las Termas de Trajano. Esta circunstancia la preservó en parte de los ladrones de materiales de construcción y no fue redescubierta hasta el Renacimiento.

Hoy podemos reconstruir algunas dependencias e incluso visitarlas. En el vídeo podrás ver salas abovedadas, decoradas con frescos del IV estilo sobre fondos dorados, blancos y negros. Se recrean estilizados motivos vegetales y fantásticos, que inspiraron en el  Renacimiento la decoración conocida como grutescos (sacada de la gruta). También vemos la estatua de 36 metros de Nerón como Apolo (el Coloso) y un lago artificial rodeado por una serie de pórticos. El templo del Divino Claudioen el monte Celio fue transformado en un monumental ninfeo, que también sirvió de fachada escénica para los jardines de la villa.

 Del sector este son otras habitaciones cuyo principal interés es una sala octogonal cubierta con una cúpula de hormigón y óculo central, que precede temporalmente a la del Panteón de Agripa- Adriano. Con toda posibilidad debió ser el gran comedor circular que rotaba y del que hablaba Suetonio. Poseía además de un mecanismo que permitía derramar flores y perfumes desde agujeros aplicados en las placas móviles de marfil que recubrían la cúpula.

El palacio de Domiciano en el Palatino. La Domus Flavia y la Domus Augustana.
Después del gran incendio del 80 d. C., Domiciano encargo al arquitecto Rabirius realizase sobre la cima sur de la colina Palatina, junto a la Domus de Augusto y de Tiberio, un nuevo complejo para servir como residencia imperial y lugar de dirección gubernamental. La concepción es totalmente nueva puesto que se crea dos edificios paralelos y a la vez unidos: la Domus Flavia, al Norte, como palacio representativo y público, y la Domus Augustana, al sur, como palacio residencial. Ambos se construyen según el principio del peristilo.

A la Domus Flavia se accedía por el norte mediante un pórtico columnado sobre podium que dominaba una vasta zona. Tras atravesar un vestíbulo espacioso se pasaba a un peristilo central en torno al cual se abrían cuatro  secciones.
•          El ala este debió ser espectacular. Se componía de tres salas: el Aula Regia un espacio sin compartimentar de 30 metros de ancho, ideal para los actos oficiales, con magnífica decoración de nichos con estatuas y columnas de mármol pavonazzetto contra los muros laterales y en el fondo un amplio ábside para el trono. En el  lado derecho tendría la basílica del palaciodestinada a las audiencias y al Consejo de Domiciano. de nuevo un ábside servía para delimitar el espacio del soberano y que la atención arquitectónica se centrara en este lugar.  En el lado izquierdo estaría el Lararium o capilla donde se da culto a los dioses de la casa imperial.
•          El ala oeste se levantaba la gran sala de banquetes, laCoenatio Jovis, entre dos patios con fuentes o ninfeos. Era un triclinio dotado de un hipocaustum bajo el suelo que calentaba la habitación en invierno.
•          De las dos alas de comunicación, la septentrional servía para dar entrada a la zona pública de la antigua domus de Augusto (templos y bibliotecas), y la meridional era el acceso al peristilo de la Domus Agustana o residencial.

La parte oriental del palacio, la Domus Augustana, estaba exclusivamente reservada para la familia imperial. Tenía dos niveles y, por lo general muchas habitaciones y de tamaño más pequeño
•          En la terraza superior, los cubículos se abrían a otro peristilo columnado con un estanque y un pequeño templo en el centro, quizá dedicado a Minerva.
•          El otro nivel estaba situado 12 metros por debajo. Aquí también las habitaciones estaban organizadas en torno a un amplioperistilo rodeado por pórticos a dos niveles. En el centro había una gran fuente decorada con un motivo de peltas.
•          Al oeste el edificio se arqueaba formando una fachada cóncava que miraba hacia el Circo Máximo. Se trataba de una gran exedra semicircular y columnata detrás de la cual todavía se pueden ver restos de varias habitaciones con un extraño diseño.
•          El cuarto sector de la Domus Augustana es el conocido comoEstadio. En realidad se trataba de un rectángulo oblongo de unos 88 metros porticado en dos plantas. La función del mismo sería quizás de jardín y de picadero a la vez.
Septimio Severo ampliará el palacio hacia la fachada del Circo Máximo con termas y el famoso Septizodium , que era un fachada ninfea de unos 90 metros de largo con varios niveles sobre la vía Apia. Este edificio aún se conservaba en parte en el siglo XVI, momento en que fue demolido por orden de Sixto V par emplear los materiales recuperados para diversas obras.

El palacio de Domiciano permanecerá como centro oficial del Imperio hasta la reforma de Diocleciano en 293/297.


http://algargosarte.lacoctelera.net/post/2009/12/02/el-palatino-palacios-los-emperadores-romanos-domus












jueves, 14 de agosto de 2014




HAPI

Nombre egipcio: Hep   Nombre  griego: Hapi
Representación: Humano, con barriga, pechos que cuelgan o humano con 2 dos cabezas de oca.

Personificación de la crecida del Nilo y de los beneficios que aporta. Su nombre antiguo, Hep, pudo ser el nombre que en tiempos predinásticos se le dio al Nilo.

Los egipcios creían que el Nilo emergía entre dos montañas, llamadas Qer-Hapi y Mu-Hapi, llamadas Qer-Hapi y Mu-Hapi, que hay entre las islas de Elefantina y Filé o de una gruta en las proximidades de Asuan, pero no tenían idea de cómo se producía la inundación; por ello era venerado como "Padre de los dioses" y "Vivificador"; era también el dios que presidía la estación de Ajet.
Se pensaba que residía cerca de las cataratas, en una cueva de Bigeh, con su séquito de dioses y su harén de diosas rana.
En el aspecto de creador del universo fue identificado con Osiris y con Nun.
Era la idealización de la fecundidad y la fertilidad; llevaba una bandeja o una mesa de ofrendas, que representaba los bienes que la crecida anual aportaba a Egipto; también podía llevar dos vasos que simbolizaban a los dos Nilos.
Su importancia fue tal que se le dedicó uno de los himnos más bellos, el "Himno a Hapi", creado durante el Reino Medio.

Se representa como un hombre barbudo y barrigón, con la piel verde o azul y con pechos de mujer caídos, llevando como única ropa el ceñidor de los barqueros; a veces, en vez de cabeza humana tenía dos cabezas de oca contrapuestas, como aparece en el templo de Sethy I en Abydos, muro Oeste.
Como dios del Nilo Norte llevaba una planta de papiro en la cabeza siendo conocido como Hap-Meht;y así era esposo de Uadyet.
Como dios del Alto Egipto llevaba una planta de loto sobre la cabeza y era conocido como Hap-Reset, haciéndosele esposo de Nejbet.
Cuando representaba en Nilo en su totalidad incluía tanto el papiro como el loto.
A veces llevaba en el pelo y en la mano una rama de palmera para llevar el cómputo de los años, ya que la inundación de Nilo, que podía ser la vida o la muerte de los egipcios, se producía anualmente.
También aparece con dos cabezas de oca contrapuestas, como en el templo de Sethy I en Abydos.
Se le adoraba especialmente en Elefantina y en las capillas que marcaban las fases de la navegación, unas cien a lo largo del río.
Los antiguos egipcios asociaban a Hapi con la zona de Dyebel Silsilah, donde hay capillas rupestres dedicadas a este dios.
Aunque no tuvo templos dedicados a su culto, aparece en la mayoría de los relieves de templos dedicados a otras deidades.

En la leyenda de Osiris se encargó de arrastrar el cofre que contenía el cuerpo de Osiris hacia el mar. No obstante Hapi no era un dios más sino que localmente se le dió el papel de creador del Universo y estaba asociado a Osiris y a Nun.

http://www.egiptologia.org/mitologia/panteon/hapi.htm

HIMNO AL NILO

¡Salud oh Nilo, a ti que murmurando,
la tierra ciñes a tu amor rendida,
y en paz te acercas sosegado y blando
a dar a Egipto bendición y vida!
¡Eres buen Dios y el valle refrigeras
donde Osiris los cármenes inflama
y tan copioso, que del sol pudieras
entre tus ondas apagar la llama!
¡Del cielo bajas por oculta vía
y al prado, hierba y flores renuevas,
donde el ganado innumero se cría,
que en tu corriente deliciosa abrevas!
¡Eres Dios Seb, amigo de los panes,
del hombre suaves y sabrosos dones,
y dios Nepra, que colma los afanes
y es propicio a piadosas oblaciones!
¡Dios Ptah, todos los sitos iluminas
y rey de peces de brillante escama,
cuando cubres llanuras y colinas
huyendo el ave tu poder proclama!
Nutre él la tierra de fecundo grano
Y en rubia mies se adorna la llanura,
Y altares dando al bienestar humano,
Duración a los templos asegura.
Da reposo a las manos; si decrecen
Sus aguas, gimen cuantos de él esperan;
En el cielo los dioses se estremecen
En el suelo los hombres desesperan.
Toda la tierra ha abierto y dilatado,
Y, por sustento, da prados risueños
A la ágil cabra y tardo buey cansado,
Y reparan los grandes y pequeños.
Si se retarda, invócalo; aparece
Entonces como Khnum, creador del mundo,
Y la vida se esparce y se adormece,
Toda la tierra en bienestar profundo.
Pasa, y en pos en el Egipto deja
La semilla de espléndidos manjares,
Y retoña la vid tostada y vieja
Y florecen las palmas seculares.
Él, la ofrenda nos brinda generoso
Que lleva al sacrificio el pueblo inmenso;
Y es más puro, más grato y oloroso
Cuando él lo riega, el transparente incienso.
Ambas comarcas del Egipto inunda,
Y al dejar la llanura y el otero,
El rico fruto almacenado abunda
Y de trigo feraz se hincha el granero.
Germina, y de los pobres es trofeo;
El cauce ensancha y en su curso crece,
Y aún cuando colma universal deseo,
No se agota jamás, ni se empobrece.
¿Cómo representarlo? ¡Qué estatuario
un dios tan gigantesco esculpiría
¿ y cómo alzarle un templo? ¿Qué santuario
tanta grandeza contener podría?
¡Ah! Su origen se ignora, o si se agita
con las arenas del desierto en guerra,
o si su inmenso corazón palpita
en las hondas entrañas de la tierra.
¡Oh Nilo! Por ti se han perpetuado
de tus hijos las mil generaciones;
en el sur eres siempre venerado,
en el norte recibes bendiciones.
¡Tus lágrimas embebes sin enojos
por el dolor del hombre, en ti vertidas,
y las devuelves luego ante sus ojos
en abundancia y bienes convertidas!

http://www.egiptodreams.com/RHimnoNilo.htm



martes, 15 de julio de 2014

El origen de los nombres de los 6 continentes: Europa, Asia, Africa, América, Oceanía y Antártida.

Europa

El nombre del continente Europeo podría presentar diversos orígenes: Las opiniones más extendidas sugieren que "Europa" podría provenir de la composición de las palabras griegas Ευρυς ("ancho") y Ωπς ("vista, ojo"). Otros lingüistas piensan que el origen se remonta a la palabra semítica ereb, que significa "ponerse el sol". En cierta manera su significado tendría lógica, teniendo en cuenta la antigüedad y posiblemente el desconocimiento de la existencia de América, se pensaba que el sol, así como salía desde Asia, se ponía en Europa.

Asia

La palabra "Asia" es originaria del griego «Ασία», y es atribuida a Heródoto para referirse a Anatolia y luego durante las guerras medicas para referirse a las tierras del imperio persa.

África

El origen del nombre de "África" tampoco está claro. La palabra podría provenir del griego compuesta por a = sin y rhrigos = frío, es decir "sin frío". Otra posibilidad es la palabra "aphros" que en griego significa "espuma". Es posible que la etimología de África sea algo así como “donde el mar hace espuma”.

América

De todos los continentes, el origen del nombre de América es el más conocido, bautizado en honor a Américo Vespucio. A pesar de que fue Cristobal Colon el que descubrió América, no fue sino Américo Vespucio, un navegante de origen florentino el que se dio cuenta de que en realidad este territorio se correspondía a un nuevo continente.

Oceanía

Su origen proviene de la palabra "Oceanía" de la mitología griega. Oceanía (oceánidas y oceánides) se refería a las ninfas protectoras de los arroyos, fuentes... y tenía el significado de "hijas de Océano".

Antártida

El origen del nombre "Antártida" tiene su origen en el vocablo griego αρκτικως ("arktikos"), que se traduce como “de la osa” en referencia a la Osa Polar que señala el Polo Norte. El contrario de esta palabra ανταρκτικως ("antarktikos"), que significa "opuesto a la osa" dará nombre a este continente.