Concierto de la Orquesta Sinfonica de Santa Fe Sábado 13 de Septiembre de 2014
PROGRAMA
B. Bartok: Concierto para Viola y Orquesta
Béla Bartók: Concierto
para viola y orquesta
Por Rafael Muñoz Saldaña
Los
conciertos para viola no son comunes en la historia de la música por el sonido
tanto grave y opaco del instrumento y el lucimiento de su hermano el violín
que, como pasa en todas las familias —la de las cuerdas no es la excepción—, ha
pretendido anularla. Algunas obras que le dan un papel protagónico como son el Concierto de Grazyna Bacewicz,Haroldo en Italia de
Hector Berlioz, la Suite Hebraica de
Hernest Bloch, el Concierto opus20 de Peter Racine, La Suite en ocho movimientos de Ralph Vaughan Willians y laRapsodia-Concierto de
Bohuslav Martinu.
Fue
por eso que William
Primrose (Glasgow
1903-Provo, Utah 1982), el violinista más famoso de todos los tiempos, encargó
a Bartók la composición de una obra especial para él. Primrose quería devolver
a la viola el carácter y la importancia que había perdido a lo largo de los
siglos. Así lo explicaba en un escrito: «La viola ha sufrido quizá más
altibajos en su tratamiento musical que cualquier otro instrumento de cuerda.
En los últimos años del siglo XVI y los comienzos del siglo XVII mantenía en
las orquestas la misma posición que tienen hoy día los primero y segundos
violines. El violín, con su
afinación más alta y su color tonal más exquisito, continuamente tocaba a la
puerta. La viola hacía
las veces de sirvienta donde algina vez había sido dueña y señora».
Afincado en Estados Unidos a causa
del exilio que le impuso la Segunda Guerra Mundial, Bartók pronto realizó los
primeros bosquejos y compuso la parte del instrumento solista. Pero su método
de trabajo era tanto caótico: la notación musical resultaba confusa, bocetaba
un motivo y otro en pequeños trozos de papel y sólo él estaba en condiciones de
compilar todo el material en una partitura legible y consistente que tardó en
confeccionar un año.
A inicios de septiembre de 1945,
cuando la obra había avanzado lo suficiente, Bartók se comunicó con Primrose
para proponerle una reunión. En ella discutirían algunos detalles hasta que la
partitura fuera satisfactoria tanto para el compositor como para quien sería su
primer intérprete. La cita no pudo llevarse a cabo el día previsto a causa de
un fuerte aguacero. Ante tal contingencia planearon un nuevo encuentro que
tendría lugar la semana siguiente. Éste jamás se realizó pues Bartók murió en
West Side Hospital de Nueva York el 26 de septiembre de 19 45, a consecuencia de la
leucemia que le habían diagnosticado meses atrás. El compositor fue inhumado
provisionalmente en un ataúd metálico en el cementerio Ferncliff de Weschester
Country. Sus restos fueron exhumados y repatriados a Hungría en julio de 1988.
Reposa en el cementerio Frakasrét de Budapest al lado de su madre y su esposa
Ditta.
El Concierto para viola quedó inconcluso. Hay quienes dicen
que la obra ya estaba terminada pero no en una versión indescifrable para otros
ojos que no fueran los de su autor. Se propuso a Tibor Serly, uno de
los alumnos más aventajados de Bartók, reconstruir la partitura. Serly tardó
más de dos años en interpretar lo que decían aquellas trece páginas y numerosos
trozos de papel. En especial cuidó las indicaciones de Bartók en el sentido de
crear un acompañamiento musical ligero que permitiera oír el sonido de la
viola. Tocó también a Serly realizar la orquestación de los últimos diecisiete
compases del Concierto para piano número tres.
El
estreno, que estuvo a cargo del propio Primrose y bajo la batuta de Serly, se
llevó a cabo en 1949. Existe una grabación de la interpretación original
editada recientemente por el World Record Club. Algunas personas quedaron
inconformes con esa versión e incluso ha habido intentos por rectificarla, pero
no han tenido mayor trascendencia. En el Primrose International Viola Archive
de la Universidad de Brigham Young se conserva una serie de documentos que
pertenecieron a Primrose. Ahí está por ejemplo, una Suite de danzas españolas original de Efrem Zimbalist. También
se ubican en él las copias de trabajo delSegundo concierto para viola de Darius Milhaud y el manuscrito
original de Serly con la versión final del concierto de Bartók.
Aunque
la duración fluctúa de acuerdo con el intérprete el Concierto para viola no rebaza los veinte minutos. Está
dividido en tres movimientos sin solución de continuidad. Allegro, Adagio religioso y
Finale que van
reduciendo su extensión. El segundo alcanza apenas la mitad del primero y el
tercero tan solo una cuarta parte. Hay quienes distinguen entre elAdagio y
el Finale un breve movimiento de transición
conocido como Allegreto. Aunque la obra tiene algo enigmático en ella
las emociones se expresan con claridad. El instrumento solista y la orquesta
dialogan empleando un lenguaje no del todo comprensible para el auditorio desde
el plano intelectual. Tras las frases profundas se distingue un tono de soledad
y melancolía que nos aproxima a los sentimientos de un hombre que se sabe cerca
de la muerte.
http://periodico1900.com/2013/07/23 /bela-bartok-concierto-para-viola-y-orquesta/
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