viernes, 19 de septiembre de 2014

A un extraño –  Walt Whitman

¡Desconocido que pasas!
No sabes con cuánto ardor te contemplo.

Debes ser el que busco, o la que busco
(esto me viene como en sueños),

Seguramente he vivido contigo
en alguna parte una vida de gozo.

Todo se evoca al deslizarnos
el uno cerca del otro, fluidos,
afectuosos, castos… maduros.

Tú creciste conmigo,
fuiste un muchacho conmigo
o una muchacha conmigo.

He comido contigo y he dormido contigo,
tu cuerpo ha dejado de ser sólo tuyo
y ha impedido que mi cuerpo sea sólo mío.

Tú me das el placer de tus ojos,
de tu rostro, de tu carne, al pasar;

tú me tocas la barba, el pecho, las manos,
en cambio…no debo hablarte.

Debo pensar en ti cuando esté sentado
solo o me despierte, solo, en la noche.

Debo esperar,…
no dudo que te encontraré otra vez.
Debo cuidar de no perderte.



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