sábado, 6 de septiembre de 2014

Juan Crisóstomo de Arriaga

Por Jorge de Hegedüs - Cuando uno lo escucha por primera vez a través de una radio emisora, piensa que se trataba de alguna sinfonía de Haydn, o tal vez alguna obra orquestal de Mozart hasta ese momento desconocida. Pero uno se puede asombrar cuando el locutor menciona que se trata, por ejemplo, de la “Sinfonía en re” de Juan Crisóstomo de Arriaga. Precisamente, a este músico se le tildó en su momento como el “Mozart español”.

Entonces, ¿quién era este Juan Crisóstomo de Arriaga (Juan Crisóstomo Jacobo Antonio de Arriaga y Balzola)? Fue un compositor español el cual vio por primera vez la luz del mundo en la ciudad de Bilbao el 26 de Enero de 1806, es decir, doscientos años y cincuenta después que lo hiciera Wolfgang Amadeus Mozart.

Siendo muy pequeño se evidenció en él gran inclinación hacia el arte de los sonidos. Nació dentro del seno de una familia de músicos dado que su padre era organista. Éste, detectando las grandes cualidades de su hijo, fue su primer maestro, y al observar sus rápidos progresos lo derivó en el momento oportuno al violinista Faustino Sanz. Su enorme talento y precocidad le posibilitó a que comenzara a frecuentar la sociedad musical española de ese momento. Esto sucedió cuando aún era un niño. Su gran capacidad no se evidenció tanto como virtuoso de algún instrumento, sino más bien en la creación, composición. A los once años de edad ya compone una obra de cámara titulada “Nada y Mucho” (piano, trompa, guitarra y cuerda). Pero dos años más tarde ya se larga a la creación de una obra de mayor envergadura, como ser una ópera en dos actos titulada “Esclavos Felices”.

Hay que destacar que estas creaciones salieron de la mente del niño Juan Crisóstomo sin haber tenido prácticamente formación técnica de composición y armonía: un verdadero fenómeno autodidacta, un “diamante en bruto”. Era notorio que necesitaba una educación musical más formal en el campo de la composición, de tal manera que su familia se traslada a Francia. De esta forma este niño tan talentoso ingresa en al conservatorio de París para seguir su crecimiento como músico, especialmente en el campo de la composición. En dicha casa de estudios se pone bajo las manos de Pierre Baillot para el violín y F. J. Fetis en armonía. La maduración de Arriaga siguió creciendo de manera acelerada y esto lo llevó a componer una fuga a ocho voces llamado Et vital venturi, el cual, y según expresiones del gran compositor italiano Luigi Cherubini (el cual estaba radicado en Francia), era una obra magistral. Desgraciadamente dicha composición se perdió y nunca más pudo ser escuchada. Un poco más adelante compone su Sinfonía en re mayor, una Sabat mater, una Misa, Salve Regina y gran cantidad de obras de cámara (dúos, tríos cuartetos y quintetos). En la mayoría de estas obras se revela todavía la influencia de Haydn, Mozart, Schubert y hasta el mismo Cherubini. Es indudable que el joven Arriaga estaba todavía en una etapa de formación, y las influencias eran inevitables. Seguramente, más adelante, este compositor iría a buscar caminos ya más personales para sus creaciones. Sin embargo este compositor español compuso en total solamente 23 obras. Pero, ¿por qué tan poco? Por la sencilla y trágica razón de que falleció de tuberculosis en la ciudad de París el 17 de Enero de 1826, faltando pocos días para cumplir los veinte años de edad. ¡Una verdadera tragedia!

Siempre va quedar en nosotros la incertidumbre en cuanto a dónde pudo haber llegado este gran compositor español si hubiera vivido algunas décadas más.

Juan Crisóstomo de Arriaga merece el reconocimiento de nuestro recuerdo.


http://www.hagaselamusica.com/clasica-y-opera/compositores/juan-crisostomo-de-arriaga/



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