martes, 12 de agosto de 2014



Poema sinfónico “En las estepas del Asia Central” - Borodin

Compuesto y estrenado en 1880, el poema sinfónico o cuadro musical “En las Estepas de Asia Central”  fue compuesto inicialmente como el primero de una serie de “Cuadros Vivientes” sobre diferentes regiones de Rusia, serie dedicada a las bodas de plata de la coronación del zar Alejandro II de Rusia, un zar de carácter liberal (liberal para la época, no nos confundamos) durante cuyo mandato se consolidó la expansión hacia el Este del Imperio Ruso, adquiriendo el control definitivo sobre las regiones del Asia Central. Sin embargo, el proyecto musical fue bruscamente truncado cuando dicho zar fue asesinado en 1881, en el propio San Petersburgo capital de todas las Rusias. Pero este único poema estaba ya compuesto, y ha quedado como una de las piezas de Borodín más interpretadas del repertorio, más que sus sinfonías, y más o menos igual que sus Danzas Polovtsianas.

Está el poema dedicado a esa región anexionada por Alejandro II, lo que entonces se llamaba el Turquestán Ruso, situado en el corazón del continente asiático y que abarcaba ingentes extensiones de estepa o desierto, alrededor de cuatro millones de kilómetros cuadrados cruzados de tanto en cuando por caudalosos ríos (el Amu-Darya y el Sir-Darya) o gigantescos mares interiores (como elmar de Aral, alimentado precisamente por esos dos ríos).

Diferentes campañas de los militares rusos habían ido conquistando los diferentes kanatos de la zona (Khiva, Bukhara, etc) reminiscencia de la dominación árabe o persa de siglos anteriores, y todo ello inmerso en “El Gran Juego” con el Imperio Británico que dominaba India y Afganistán, entre otros países.

Años más tarde, a finales de los años veinte del Siglo ídem, cuando la URSS estaba ya bajo la férula de Stalin, unos burócratas en Moscú trazaron unas líneas en un mapa y crearon cinco Repúblicas soviéticas, que, tras la autovoladura del la URSS del año 1991, se convirtieron, aún a su pesar, en países independientes. Sus nombres: Kazajstán, Uzbekistán, Turkmenistán, Kirguizistán y Tayikistán. Tierra de nómadas y caravanas, y de ricas ciudades caravaneras, pues desde hacía milenios era parte crucial de la Ruta de la Seda, trufada de desiertos y estepas interminables, allí no había habido nunca fronteras, salvo las naturales impuestas por ríos o montañas, y había visto pasar por allí a los mayores conquistadores, de la historia: Gengis Khan, Tamerlán, Ulugh Beg y otros muchos.

Todas sus grandes ciudades fueron conquistadas y destruidas innumerables veces, y siempre eran reconstruidas con aún mayor esplendor. Así ocurrió con Tashkent (la ciudad más poblada de la zona y actual capital de Uzbekistán), Khiva(cuna de Al Juarizmi, matemático del Siglo X al que los informáticos honramos cada día cuando creamos un algoritmo, puesalgoritmo es precisamente su nombre occidentalizado), Bukhara (ciudad santa del Islam y cuna del eximio Avicena, el mayor médico de la Edad Media, cuyo precioso minarete del Siglo XI es la única construcción que Gengis Khan indultó de la destrucción en toda su vida) o Samarkanda (la Marakanda de Alejandro Magno, la mayor ciudad de Asia durante siglos, y cuya Plaza del Registán, una foto de la cual tenéis justo encima de estas líneas, sigue hoy en día dejando sin aliento a los viajeros que la contemplan).

Pero tras la destrucción, siempre se reconstruían, una y otra vez, porque el tráfico de caravanas no se interrumpía, la Ruta de la Seda seguía funcionando, y seguían haciendo falta caravanserais, murallas, lugares donde orar, comer, descansar, etc. Dependiendo de sus lugares de origen (India o China, sobre todo Xián, la capital del Imperio) o de destino (Bizancio/Estambul, Venecia, Viena, Moscú, etc) había en realidad muchas rutas posibles, pero todas ellas confluían en Samarkanda y todas ellas seguían la misma ruta, la única posible, hasta Bukhara, desde donde se dividían de nuevo… y de ahí la enorme importancia de ambas ciudades durante tantos y tantos siglos.

Borodín intenta reflejar en la obra ese floreciente pasado caravanero de la zona, pero dotándole de la adecuada y políticamente correcta “visión rusa” que se esperaba en el jubileo del zar… así que describe de forma idílica la colaboración de rusos y asiáticos en esas tierras, colaboración que en muchas ocasiones se produjo a cañonazo limpio… Una típica caravana de tajikos, uzbekos o kazakos atraviesa, al ritmo cadencioso de los camellos, el desierto mientras es escoltada por tropas rusas…

. http://eltamiz.com/elcedazo/2011/06/16/historia-de-un-ignorante-ma-non-troppo%E2%80%A6-en-las-estepas-de-asia-central-de-borodin/


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