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domingo, 11 de enero de 2015

Alexander Borodin

 (Rusia, 1833-1887)


       Compositor, médico y químico ruso. Nació en San Petersburgo en el seno de una noble y antigua familia y estudió medicina y química en la Academia militar de medicina de la ciudad, donde fue seleccionado para la cátedra de química. Publicó varios artículos de investigación sobre aldehídos. Escribió Analogía del ácido arsénico con el fosfórico (1858). En 1872 ayudó a fundar una escuela médica para mujeres. Pero también encontró tiempo para componer. Comenzó a estudiar música muy pronto, a los nueve años interpretaba al piano el repertorio de las bandas de los regimientos y a los trece ya compuso un concierto para flauta. Más tarde se introdujo en el círculo del compositor ruso Mili Balakirev, y a partir de ahí se le consideró como un miembro del Grupo de los cinco (con Balakirev, César Cui, Modest Músorgski y Rimski-Kórsakov), grupo de compositores rusos de ideas nacionalistas. Entre 1862 y 1867 compuso la obra que lo dio a conocer, la primera Sinfonía en mi bemol. En 1869 comenzó a trabajar en la ópera El príncipe Igor, sobre un libreto basado en la épica historia del ejército de Igor, pero pronto abandonó la ópera e incorporó varias de las secciones que había acabado en la Segunda sinfonía en si menor (1869-1876). Más tarde retomó la ópera pero quedó incompleta a su muerte; la acabaron y orquestaron los compositores Nikolái Rimski-Kórsakov y Aleksandr Glazunov. Otras obras importantes de Borodín son el cuadro musical En las estepas de Asia central (1880); dos cuartetos de cuerda (1874-1879; 1881), otras sinfonías y varias canciones. Murió repentinamente en una fiesta.  © M.E.

 


http://www.epdlp.com/compclasico.php?id=962


domingo, 23 de noviembre de 2014

Sinfonía nº 2 en si menor. Aleksandr Borodin

La Sinfonía núm. 2 de Aleksandr Borodin fue iniciada a principios de 1869 y concluida en diciembre de 1875. Eduard Nápravník dirigió el estreno en un concierto de la Sociedad MusicalRusa de San Petersburgo el 10 de marzo de 1877. Posteriormente, Borodin revisó la sinfonía y la versión final fue dirigida por primera vez por Nikolai Rimsky-Korsakov en San Petersburgo el 4 de marzo de 1879.

Esta sinfonía se compone de cuatro movimientos: Allegro, Scherzo prestissimo, Andante, Allegro.
   
El lenguaje melódico es único, el cual contribuye a que esta sea una de las sinfonías más originales del siglo XIX. Virtualmente la totalidad de las melodías de los cuatro movimientos son mosaicos de células, demasiado largas y con demasiada carácter propio para ser motivos y, desde luego, en exceso cortas y muy concentradas para ser melodías completas en sí mismas.La primera de estas células se escucha al principio, inmediatamente después de la primera nota sostenida. Después de esta figura de cuerda alterna con calderón, hace su entrada una célula en los vientos. Escuchamos la influencia de la música folclórica rusa, pero todavía ninguna verdadera melodía. Las dos células se alternan hasta que aparece una tercera en los violonchelos, de alguna manera más larga, más lírica, muy bella, pero sin ser todavía una verdadera tonada. Estas tres células son yuxtapuestas y variadas, pero no es posible un verdadero desarrollo temático a partir de materiales tan fragmentados.El amasijo del scherzo está basado en dos ideas que se acercan más a melodías reales que cualquiera de las del primer movimiento. La segunda es particularmente interesante por sus cautivadores síncopes. La levedad de este movimiento viene dada por la indicación del tiempo, prestissimo, y por su inhabitual tiempo de 1/1.La trompa ejecuta la única melodía completa de la sinfonía al principio del tercer movimiento. El final es nuevamente un mosaico de células. Es gracioso que una obra con tan pocas melodías reales, nos impresione como maravillosamente melódica. Las células son de tipo folklórico e incluso cantables, pero estructuralmente son diferentes de las canciones folclóricas. Borodin consideraba esta sinfonía como un retrato de su vieja Rusia. Se ha supuesto que el primer movimiento describe la reunión de los príncipes rusos, el movimiento lento recuerda a los antiguos Bayanos (equivalente ruso de los trovadores) eslavos y el final retrata un banquete de celebración de los héroes.

http://parolamusica.blogspot.com.ar/2013/05/sinfonia-n-2-en-si-menor-aleksandr.html


martes, 12 de agosto de 2014



Poema sinfónico “En las estepas del Asia Central” - Borodin

Compuesto y estrenado en 1880, el poema sinfónico o cuadro musical “En las Estepas de Asia Central”  fue compuesto inicialmente como el primero de una serie de “Cuadros Vivientes” sobre diferentes regiones de Rusia, serie dedicada a las bodas de plata de la coronación del zar Alejandro II de Rusia, un zar de carácter liberal (liberal para la época, no nos confundamos) durante cuyo mandato se consolidó la expansión hacia el Este del Imperio Ruso, adquiriendo el control definitivo sobre las regiones del Asia Central. Sin embargo, el proyecto musical fue bruscamente truncado cuando dicho zar fue asesinado en 1881, en el propio San Petersburgo capital de todas las Rusias. Pero este único poema estaba ya compuesto, y ha quedado como una de las piezas de Borodín más interpretadas del repertorio, más que sus sinfonías, y más o menos igual que sus Danzas Polovtsianas.

Está el poema dedicado a esa región anexionada por Alejandro II, lo que entonces se llamaba el Turquestán Ruso, situado en el corazón del continente asiático y que abarcaba ingentes extensiones de estepa o desierto, alrededor de cuatro millones de kilómetros cuadrados cruzados de tanto en cuando por caudalosos ríos (el Amu-Darya y el Sir-Darya) o gigantescos mares interiores (como elmar de Aral, alimentado precisamente por esos dos ríos).

Diferentes campañas de los militares rusos habían ido conquistando los diferentes kanatos de la zona (Khiva, Bukhara, etc) reminiscencia de la dominación árabe o persa de siglos anteriores, y todo ello inmerso en “El Gran Juego” con el Imperio Británico que dominaba India y Afganistán, entre otros países.

Años más tarde, a finales de los años veinte del Siglo ídem, cuando la URSS estaba ya bajo la férula de Stalin, unos burócratas en Moscú trazaron unas líneas en un mapa y crearon cinco Repúblicas soviéticas, que, tras la autovoladura del la URSS del año 1991, se convirtieron, aún a su pesar, en países independientes. Sus nombres: Kazajstán, Uzbekistán, Turkmenistán, Kirguizistán y Tayikistán. Tierra de nómadas y caravanas, y de ricas ciudades caravaneras, pues desde hacía milenios era parte crucial de la Ruta de la Seda, trufada de desiertos y estepas interminables, allí no había habido nunca fronteras, salvo las naturales impuestas por ríos o montañas, y había visto pasar por allí a los mayores conquistadores, de la historia: Gengis Khan, Tamerlán, Ulugh Beg y otros muchos.

Todas sus grandes ciudades fueron conquistadas y destruidas innumerables veces, y siempre eran reconstruidas con aún mayor esplendor. Así ocurrió con Tashkent (la ciudad más poblada de la zona y actual capital de Uzbekistán), Khiva(cuna de Al Juarizmi, matemático del Siglo X al que los informáticos honramos cada día cuando creamos un algoritmo, puesalgoritmo es precisamente su nombre occidentalizado), Bukhara (ciudad santa del Islam y cuna del eximio Avicena, el mayor médico de la Edad Media, cuyo precioso minarete del Siglo XI es la única construcción que Gengis Khan indultó de la destrucción en toda su vida) o Samarkanda (la Marakanda de Alejandro Magno, la mayor ciudad de Asia durante siglos, y cuya Plaza del Registán, una foto de la cual tenéis justo encima de estas líneas, sigue hoy en día dejando sin aliento a los viajeros que la contemplan).

Pero tras la destrucción, siempre se reconstruían, una y otra vez, porque el tráfico de caravanas no se interrumpía, la Ruta de la Seda seguía funcionando, y seguían haciendo falta caravanserais, murallas, lugares donde orar, comer, descansar, etc. Dependiendo de sus lugares de origen (India o China, sobre todo Xián, la capital del Imperio) o de destino (Bizancio/Estambul, Venecia, Viena, Moscú, etc) había en realidad muchas rutas posibles, pero todas ellas confluían en Samarkanda y todas ellas seguían la misma ruta, la única posible, hasta Bukhara, desde donde se dividían de nuevo… y de ahí la enorme importancia de ambas ciudades durante tantos y tantos siglos.

Borodín intenta reflejar en la obra ese floreciente pasado caravanero de la zona, pero dotándole de la adecuada y políticamente correcta “visión rusa” que se esperaba en el jubileo del zar… así que describe de forma idílica la colaboración de rusos y asiáticos en esas tierras, colaboración que en muchas ocasiones se produjo a cañonazo limpio… Una típica caravana de tajikos, uzbekos o kazakos atraviesa, al ritmo cadencioso de los camellos, el desierto mientras es escoltada por tropas rusas…

. http://eltamiz.com/elcedazo/2011/06/16/historia-de-un-ignorante-ma-non-troppo%E2%80%A6-en-las-estepas-de-asia-central-de-borodin/