Canciones con historia: Rock Argentino - "La Balsa" Los Gatos
Si hay algo que define al arte de la música, y al rock en
español en particular dentro de ella, es el carácter azaroso y no premeditado
del que gozan las canciones que se van componiendo. Nadie puede suponer con
certeza y precisión, ni siquiera aquellos avezados productores que se dedican a
identificar a tiempo un éxito comercial, que tal o cual canción quedará grabada
en la memoria auditiva de toda una generación en el continente. En 2012
coinciden los 40 años de la muerte de Tanguito (1972), y los 45 de la
emergencia del éxito de "La Balsa" (1967). Un reconocimiento póstumo
a Tanguito, un bello marginal de la música quien se entregara por completo como
un kamikaze a la creación artística.
El éxito de "La Balsa" en 1967
No se puede prever los factores que enaltecen
una canción y descartan otras. Pero cuando el éxito comercial finalmente llega,
y esto sucedió con “La Balsa”, muchas veces enceguece con sus luminarias la
historia que late detrás de la canción. Esto es, cómo se compuso, quién la
compuso, y cómo eran aquellos tiempos embrionarios en el rock en español. Vamos
entonces a conocer el lado oculto, o “las maderas” con que se hizo “La Balsa”,
en 1967, y que inmortalizara la agrupación argentina Los Gatos.
"Tanguito" y la extraña aparición de un extraño del rock
Pero tiempo antes que el líder de Los Gatos, Litto Nebbia,
pusiera su voz y algunos retoques rítmicos en la grabación de la canción, “La
Balsa” como experimento musical había sido iniciada por la sucesión de acordes
y la improvisación de la letra hecha por un personaje marginal y de destino
trágico del incipiente rock argentino. Estamos hablando de Tanguito, un
cantante y guitarrista de rock, hijo de trabajadores, que dejó la escuela
secundaria para dedicarse a los 15 años a la música. De alguna manera, el
primer hit del rock en español argentino, y considerada su canción más
emblemática, le debe mucho a un alma atormentada por las drogas y la
marginalidad. En este sentido, el rock como inconformismo frente a los mandatos
sociales que entonces exigían, y lo siguen haciendo, comportamientos adaptados
a la utilidad estuvo presente en ese cuerpo extraviado de Tanguito.
Diversos nombres para una misma forma de vivir
Antes de llegar a narrar el cruce entre Litto Nebbia y Tanguito
para componer juntos la canción más importante del rock argentino, vamos a
detenernos un instante en la vida personal de José Alberto Iglesias
(“Tanguito”), a poco de cumplirse 40 años de su muerte. Así como otro de los
pioneros del rock en español como Ritchie Valens con su “La bamba”, Tanguito tuvo una
breve pero intensa participación en la escena del rock. A los 17 años comienza
su actividad musical en clubes de barrio en conurbano bonaerense de Argentina.
Como en aquellos años el tango como género musical mandaba en esos reductos, y
“Tanguito” sólo bailaba rock and roll, pronto se ganó irónicamente el apodo al
que también siguieron otros como: “Tango”, “Ramsés VII”, “Susano Valdez”,
“Dónovan el Protestón” y “Drago”.
.
Primeras armas musicales y la convivencia con Sandro
Durante esos primeros años 60 interpreta canciones populares de
rock and roll con su agrupación Los Dukes llegando a compartir escenario con
otro de los considerados íconos del género, Sandro.
En 1963 el mánager de Los Gatos, Horacio Martínez, le propone a “Tanguito”
armar un álbum solista, proyecto que queda finalmente trunco. De todos modos,
abandona Los Dukes para seguir por su camino solista y solitario. Es así que el
destino lo lleva a La Cueva, uno de los reductos donde el rock argentino se
inicia. La Cueva, antiguamente cabaret y club de jazz con distintos nombres,
pasa a llamarse “La Cueva” en 1964. En este lugar, auténtico espacio dedicado
para la bohemia, fue donde “Tanguito” comienza a vincularse a partir de 1966
con otros artistas. Otras personalidades que sabían “perder el tiempo” en la
bohemia creativa eran Litto Nebbia, Miguel Abuelo, líder de Los Abuelos de la
Nada, la agrupación que diera cabida a Pappo y Andrés Calamaro,
Moris y Manal, entre otros.
No es menor para la historia detrás de “La Balsa” el lugar donde
“Tanguito” comienza a jugar con las armonías en combinación de la letra. Otro
de los lugares donde se juntaban estos jóvenes y curiosos músicos era el bar
“La Perla de Once”. Como estaba prohibido tocar en las mesas del bar, Tanguito
se encierra en el baño con su guitarra para comenzar sin saberlo con los
primeros acordes de la composición de la canción ícono del rock en español.
La letra del aislamiento y la búsqueda de la libertad
"Estoy muy solo y triste acá en este mundo abandonado”, sintetizaba su
situación de encierro en ese baño como metáfora acabada de la vida marginal y
retraída que llevaba. Sus problemas con las drogas duras lo hacían a la vez
distanciarse aún más de sus compañeros musicales. Es notable como la situación
misma de composición de la canción, encerrase en el baño de un bar, iba de la
mano con la cultura oficial de esos años autoritaria y reaccionaria a toda
expresión de libertad creativa.
“La Balsa” y el éxito
fenomenal de una canción marginal
A partir de ese momento, Litto Nebbia toma parte de esa canción
y le otorga algunos cambios que la llevan hacia una sonoridad estilo bossa
nova. Se graba en un simple de Los Gatos en Junio de 1967, y en Julio se
promociona. El éxito fue inmediato superando las 250.000 placas vendidas en
menos de un mes. Charly García y Fito Páez, dos de los solistas argentinos más destacados, han declarado más de
una vez que nada hubiera sido igual sin la presencia de Litto Nebbia en el rock
de ese país. Esta fue la única canción que le retribuyó ganacias considerables
a Tanguito, quien por otro lado nunca abandonó la vida marginal de un bohemio
verdadero. Según se cuenta Tanguito al cobrar el dinero por “La Balsa” compró
toda una serie de instrumentos, discos de vinilo importados y artefactos
eléctricos varios pero se los olvidó en un taxi. Así de imprevisible y caótica
era la vida de Tanguito.
Tanguito y un sombrío después del éxito
Después del éxito rotundo de “La Balsa”, Tanguito prosiguió con
sus búsquedas existenciales y compuso algunas canciones que quedaron grabadas
como clásicos. “Amor de primavera”, sin dudas es la canción que más se recuerda
y que otro de sus compañeros de aventura, Luis Alberto Spinetta, grabara en su
álbum en vivo Exactas, de 1990
pero que antes lo hiciera con su agrupación de rock experimental Invisible. “Tanguito”, si bien graba como
solista un sencillo en 1968, no logra poder encaminarse como músico
profesional. Sus problemas con las drogas y la represión policial lo llevan a
“volver a encerrarse”, como en el baño del bar, pero esta vez en un hospital
neuropsiquiátrico donde recibe toda clase de maltratos como electroshocks. Lo
declaran demente y lo derivan a una unidad penitenciaria del mismo hospital.
Lo que algunos llaman “locura” y su triste final
En mayo de 1972 se fuga, y en situaciones que nunca se aclararon
del todo, el cuerpo de “Tanguito” aparece sin vida entre las vías del tren. Los
medios de comunicación no cubrieron el hecho, lo que despierta aún hoy todo
tipo de especulaciones sobre cómo fue su muerte. En 1993, poco tiempo después
que se cumplieran los 20 años de su desaparición física, se lleva al cine la
vida de “Tanguito” en el film “Tango Feroz”. Este film obtuvo un importante
volumen de espectadores lo que derivó en una nueva valoración del rock
argentino. La tormentosa historia de vida de “Tanguito” es de alguna manera la
historia detrás de “La Balsa”, uno de los clásicos indelebles del rock en español. No
obstante, nada empaña el mérito de Los Gatos, y de Litto Nebbia en particular,
de haber grabado "La Balsa" y llevarla como canción a lo más alto del
rock en español.
http://rockenespanol.about.com/od/Detrasdelascanciones/a/Tanguito-A-45-A-Nos-Del-Exito-De-La-Balsa-Ii.htm
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