miércoles, 20 de agosto de 2014


 Canciones con historia: Rock Argentino - "La Balsa" Los Gatos


Si hay algo que define al arte de la música, y al rock en español en particular dentro de ella, es el carácter azaroso y no premeditado del que gozan las canciones que se van componiendo. Nadie puede suponer con certeza y precisión, ni siquiera aquellos avezados productores que se dedican a identificar a tiempo un éxito comercial, que tal o cual canción quedará grabada en la memoria auditiva de toda una generación en el continente. En 2012 coinciden los 40 años de la muerte de Tanguito (1972), y los 45 de la emergencia del éxito de "La Balsa" (1967). Un reconocimiento póstumo a Tanguito, un bello marginal de la música quien se entregara por completo como un kamikaze a la creación artística.

El éxito de "La Balsa" en 1967

No se puede prever los factores que enaltecen una canción y descartan otras. Pero cuando el éxito comercial finalmente llega, y esto sucedió con “La Balsa”, muchas veces enceguece con sus luminarias la historia que late detrás de la canción. Esto es, cómo se compuso, quién la compuso, y cómo eran aquellos tiempos embrionarios en el rock en español. Vamos entonces a conocer el lado oculto, o “las maderas” con que se hizo “La Balsa”, en 1967, y que inmortalizara la agrupación argentina Los Gatos.

"Tanguito" y la extraña aparición de un extraño del rock

Pero tiempo antes que el líder de Los Gatos, Litto Nebbia, pusiera su voz y algunos retoques rítmicos en la grabación de la canción, “La Balsa” como experimento musical había sido iniciada por la sucesión de acordes y la improvisación de la letra hecha por un personaje marginal y de destino trágico del incipiente rock argentino. Estamos hablando de Tanguito, un cantante y guitarrista de rock, hijo de trabajadores, que dejó la escuela secundaria para dedicarse a los 15 años a la música. De alguna manera, el primer hit del rock en español argentino, y considerada su canción más emblemática, le debe mucho a un alma atormentada por las drogas y la marginalidad. En este sentido, el rock como inconformismo frente a los mandatos sociales que entonces exigían, y lo siguen haciendo, comportamientos adaptados a la utilidad estuvo presente en ese cuerpo extraviado de Tanguito.

Diversos nombres para una misma forma de vivir

Antes de llegar a narrar el cruce entre Litto Nebbia y Tanguito para componer juntos la canción más importante del rock argentino, vamos a detenernos un instante en la vida personal de José Alberto Iglesias (“Tanguito”), a poco de cumplirse 40 años de su muerte. Así como otro de los pioneros del rock en español como Ritchie Valens con su “La bamba”, Tanguito tuvo una breve pero intensa participación en la escena del rock. A los 17 años comienza su actividad musical en clubes de barrio en conurbano bonaerense de Argentina. Como en aquellos años el tango como género musical mandaba en esos reductos, y “Tanguito” sólo bailaba rock and roll, pronto se ganó irónicamente el apodo al que también siguieron otros como: “Tango”, “Ramsés VII”, “Susano Valdez”, “Dónovan el Protestón” y “Drago”.
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Primeras armas musicales y la convivencia con Sandro

Durante esos primeros años 60 interpreta canciones populares de rock and roll con su agrupación Los Dukes llegando a compartir escenario con otro de los considerados íconos del género, Sandro. En 1963 el mánager de Los Gatos, Horacio Martínez, le propone a “Tanguito” armar un álbum solista, proyecto que queda finalmente trunco. De todos modos, abandona Los Dukes para seguir por su camino solista y solitario. Es así que el destino lo lleva a La Cueva, uno de los reductos donde el rock argentino se inicia. La Cueva, antiguamente cabaret y club de jazz con distintos nombres, pasa a llamarse “La Cueva” en 1964. En este lugar, auténtico espacio dedicado para la bohemia, fue donde “Tanguito” comienza a vincularse a partir de 1966 con otros artistas. Otras personalidades que sabían “perder el tiempo” en la bohemia creativa eran Litto Nebbia, Miguel Abuelo, líder de Los Abuelos de la Nada, la agrupación que diera cabida a Pappo y Andrés Calamaro, Moris y Manal, entre otros.
No es menor para la historia detrás de “La Balsa” el lugar donde “Tanguito” comienza a jugar con las armonías en combinación de la letra. Otro de los lugares donde se juntaban estos jóvenes y curiosos músicos era el bar “La Perla de Once”. Como estaba prohibido tocar en las mesas del bar, Tanguito se encierra en el baño con su guitarra para comenzar sin saberlo con los primeros acordes de la composición de la canción ícono del rock en español.

La letra del aislamiento y la búsqueda de la libertad

"Estoy muy solo y triste acá en este mundo abandonado”, sintetizaba su situación de encierro en ese baño como metáfora acabada de la vida marginal y retraída que llevaba. Sus problemas con las drogas duras lo hacían a la vez distanciarse aún más de sus compañeros musicales. Es notable como la situación misma de composición de la canción, encerrase en el baño de un bar, iba de la mano con la cultura oficial de esos años autoritaria y reaccionaria a toda expresión de libertad creativa.

 “La Balsa” y el éxito fenomenal de una canción marginal

A partir de ese momento, Litto Nebbia toma parte de esa canción y le otorga algunos cambios que la llevan hacia una sonoridad estilo bossa nova. Se graba en un simple de Los Gatos en Junio de 1967, y en Julio se promociona. El éxito fue inmediato superando las 250.000 placas vendidas en menos de un mes. Charly García y Fito Páez, dos de los solistas argentinos más destacados, han declarado más de una vez que nada hubiera sido igual sin la presencia de Litto Nebbia en el rock de ese país. Esta fue la única canción que le retribuyó ganacias considerables a Tanguito, quien por otro lado nunca abandonó la vida marginal de un bohemio verdadero. Según se cuenta Tanguito al cobrar el dinero por “La Balsa” compró toda una serie de instrumentos, discos de vinilo importados y artefactos eléctricos varios pero se los olvidó en un taxi. Así de imprevisible y caótica era la vida de Tanguito.

Tanguito y un sombrío después del éxito

Después del éxito rotundo de “La Balsa”, Tanguito prosiguió con sus búsquedas existenciales y compuso algunas canciones que quedaron grabadas como clásicos. “Amor de primavera”, sin dudas es la canción que más se recuerda y que otro de sus compañeros de aventura, Luis Alberto Spinetta, grabara en su álbum en vivo Exactas, de 1990 pero que antes lo hiciera con su agrupación de rock experimental Invisible. “Tanguito”, si bien graba como solista un sencillo en 1968, no logra poder encaminarse como músico profesional. Sus problemas con las drogas y la represión policial lo llevan a “volver a encerrarse”, como en el baño del bar, pero esta vez en un hospital neuropsiquiátrico donde recibe toda clase de maltratos como electroshocks. Lo declaran demente y lo derivan a una unidad penitenciaria del mismo hospital.

Lo que algunos llaman “locura” y su triste final

En mayo de 1972 se fuga, y en situaciones que nunca se aclararon del todo, el cuerpo de “Tanguito” aparece sin vida entre las vías del tren. Los medios de comunicación no cubrieron el hecho, lo que despierta aún hoy todo tipo de especulaciones sobre cómo fue su muerte. En 1993, poco tiempo después que se cumplieran los 20 años de su desaparición física, se lleva al cine la vida de “Tanguito” en el film “Tango Feroz”. Este film obtuvo un importante volumen de espectadores lo que derivó en una nueva valoración del rock argentino. La tormentosa historia de vida de “Tanguito” es de alguna manera la historia detrás de “La Balsa”, uno de los clásicos indelebles del rock en español. No obstante, nada empaña el mérito de Los Gatos, y de Litto Nebbia en particular, de haber grabado "La Balsa" y llevarla como canción a lo más alto del rock en español.


http://rockenespanol.about.com/od/Detrasdelascanciones/a/Tanguito-A-45-A-Nos-Del-Exito-De-La-Balsa-Ii.htm

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