Bruno Walter
Bruno Walter Schlesinger nació en
Berlín el 15 de
septiembre de 18 76. A los 8 años, ingresó en un conservatorio donde
una maestra señaló que “cada centímetro de este niño es música”. Si bien
mostraba una temprana facilidad para el piano, cuando vio a Hans von Bülow
dirigir, decidió que éste sería su futuro musical.
A los 19 años le ofrecieron un puesto en Breslavia como director
de teatro musical, con la condición de que cambiara su nombre. Aunque ese
evidente antisemitismo lo perturbaba, el deseo por desarrollar su carrera lo
llevó a aceptar y su nombre pasó a ser Bruno Walter. Varios años después se
mudó a Viena, donde trabajó con Gustav Mahler y luego se mudó a Munich. A
principios de 1920, Munich estaba cada vez más influenciada por el Partido
Nazi. Por ser el director de la Ópera Estatal de Baviera y, por lo tanto, la
figura principal del mundo musical de la ciudad, Walter se estaba convirtiendo
en blanco de ataques feroces y difamatorios y en 1922, finalmente, fue
reemplazado. El periódico del Partido, Völkische
Beobachter, informó:
Walter simplemente tuvo, tiene y
siempre tendrá una sensibilidad diferente. No captaba el estilo de vida alemán;
siempre promovió artistas del Este; estaba en contra de los artistas que vivían
en Munich, quienes tenían la sensibilidad y el estilo alemán.
Luego de una exitosa gira por los Estados Unidos en 1923, el
director de orquesta recibió una oferta de trabajo en Leipzig, donde se
desempeñó con éxito por varios años mientras también trabajaba en Berlín. Sin embargo,
a la larga, no pudo evitar el control nazi. El 19 de marzo, un concierto
programado en Leipzig tuvo que ser cancelado por amenazas de violencia. Por
temor a que sucediera lo mismo en un concierto que se llevaría a cabo cuatro
días después en Berlín, Walter pidió protección policial pero dicha petición
fue denegada. Dado que los intensos esfuerzos por contratar a Furtwängler para la función fallaron, Richard Strauss aceptó reemplazar al
boicoteado Walter. Si bien Strauss siempre dijo que aceptó el puesto por
los intereses de los músicos de la orquesta, quienes tenían mucha necesidad de
plata, tanto Walter como los nazis mismos veían las cosas de diferente manera.
Walter nunca perdonó a Strauss y el periódico Völkische
Beobachter declaró que el
concierto fue un “homenaje a la nueva Alemania”. Al darse cuenta de que estaba
en peligro, Walter en un principio decidió irse a Viena, aunque allí también
padecía crecientes amenazas y ataques. En 1938, decidió dejar Europa y se
dirigió hacia los Estados Unidos, donde ya tenía un gran número de seguidores.
Walter hablaba inglés con fluidez y
estaba familiarizado con el estilo de vida de los norteamericanos, el cual
alejaría a muchos de sus conocidos emigrantes. Joven, saludable y en la cima de
su poderío, disfrutó de una transición relativamente armónica a la vida en los
Estados Unidos. Allí se hizo fama de ser un director de orquesta respetado, con
quien los músicos disfrutaban trabajar. Entre otras orquestas, se desempeñó
frecuentemente como director de orquesta de la Filarmónica de Nueva York y
continuó viajando y dirigiendo en Europa. Falleció en febrero de 1962 en
Beverly Hills, California.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario