Los orígenes de la
orquesta
La
“orquesta” se refería inicialmente al área semicircular de un teatro en griego
clásico, entre el escenario y el público, donde bailaba el coro. En teatros de
ópera europeos del siglo XVII la misma área estaba ocupada por los músicos. Con
el tiempo se asignó el nombre del espacio a los que actuaban en él. Ahora, la
palabra “orquesta” significa cualquier grupo numeroso de ejecutantes entre los
cuales hay instrumentos de cuerda. Si no hay cuerdas, el grupo es una “banda”.
Tipos
de orquesta
Hay varias
clases de orquestas. Una orquesta de cámara puede consistir en diez a treinta
solistas instrumentales. Una orquesta teatral cuenta con diez a cincuenta
músicos que ejecutan en el “foso” (un sector bajo nivel frente al escenario) en
los espectáculos musicales. Las orquestas bailables, como lo sugiere su nombre,
ejecutan piezas de baile. La época de la danza, o de la Big Band culminó
durante los años treinta y cuarenta. Los principales conglomerados son las
orquestas de ópera y sinfónicas, que cuentan con sesenta a cien músicos,
depende del número de cuerdas que el presupuesto permita.
Los ejecutantes están sentados de modo que los instrumentos más grandes y más sonoros se instalan detrás. Cada sección, primeros violines, segundos violines, vientos de madera, bronces e instrumentos de percusión, tiene un ejecutante principal que conduce al grupo. En las cuerdas, el manejo del arco debe ser coordinado, de modo que todos los arcos se alzan o bajan al mismo tiempo. El líder de la sección también ejecuta los fragmentos solistas exigidos por su instrumento. El primer violín principal recibe el nombre de "concertino". Es el que aparece en escena después que la orquesta se sentó, y ordena al oboe que emita su "La", al que deben ajustarse todos. Hecho esto, el primer violín principal se sienta y sólo entonces el director sale a escena y comienza el concierto. Los músicos ya han ejercitado los dedos, los labios o los instrumentos media hora antes de que se alce el telón.
Los ejecutantes están sentados de modo que los instrumentos más grandes y más sonoros se instalan detrás. Cada sección, primeros violines, segundos violines, vientos de madera, bronces e instrumentos de percusión, tiene un ejecutante principal que conduce al grupo. En las cuerdas, el manejo del arco debe ser coordinado, de modo que todos los arcos se alzan o bajan al mismo tiempo. El líder de la sección también ejecuta los fragmentos solistas exigidos por su instrumento. El primer violín principal recibe el nombre de "concertino". Es el que aparece en escena después que la orquesta se sentó, y ordena al oboe que emita su "La", al que deben ajustarse todos. Hecho esto, el primer violín principal se sienta y sólo entonces el director sale a escena y comienza el concierto. Los músicos ya han ejercitado los dedos, los labios o los instrumentos media hora antes de que se alce el telón.
Retorno
al pasado
La historia
de la orquesta se remonta a miles de años, a las cortes de India y Egipto. El
emperador de China tenía una orquesta de quinientas personas, e incluía
cuerdas, vientos de madera, campanas, gongs y tambores. El Libro de Daniel en
el Antiguo Testamento menciona hechos que sucedieron en Babilonia durante el
siglo VI a.C., y menciona la orquesta de cuerdas, vientos de madera y bronce
del rey Nabucodonosor.
En el siglo XVI las primeras orquestas europeas, formadas por cuerdas, vientos de madera, órganos, guitarras y clavicordios, representaron para entretenimientos de la corte, los ballets y las mascaradas.
Hasta fines del siglo XVIII los músicos empelucados tocaron de pie El director, que generalmente era el compositor, dirigía la orquesta desde el clavicordio, de modo que era la única persona sentada, o si se trataba (Ir un violinista era literalmente el maestro del concierto. Todos los nobles que poseían una corte tenían su propia orquesta. Muchos de los músicos ejecutaban sólo parte de su tiempo, y afrontaban otras obligaciones: eran cocineros, jardineros y criados. Ejecutaban en el teatro acompañando las óperas y en el salón de baile acompañando la danza. Cuando los empleadores recibían invitados a cenar, estos ejecutantes tocaban "música de mesa", y después música de concierto. Con buen tiempo, ejecutaban al aire libre. Los domingos, tocaban en la iglesia.
La orquesta contemporánea más famosa fue la que se formó en la ciudad de Mannheim, Alemania. Estaba formada por dieciséis violines, cuatro violas, dos violoncelos, dos contrabajos, tres flautas, tres oboes, dos clarinetes, cuatro fagotes y cinco cornos, con el agregado de trompetas tambores cuando era necesario. Había alcanzado la perfección gracias a ejercitación impuesta por el director y compositor Johann Stamitz (171 1757), y se convirtió en el modelo para juzgar a todas las restantes orquestas. Famosa por sus pianissimos suaves, los súbitos fortissimos y los sugestivos crescendos, atrajo a amantes de la música de Europa entera, que acudían para escuchar los conciertos de Mannheim.
El compositor temprano de mayor jerarquía, Franz Josef Hayc (1732-1809), compuso la mayoría de sus obras para la orquesta de veinticinco miembros de su patrón, el conde Esterházy. En una visita a Londres efectuada en 1790, lo sorprendió el sonido de sus propias obras ejecutad por un conjunto de cuarenta músicos.
Hasta el siglo XIX las orquestas existentes fuera de las cortes se r unían sólo para determinados conciertos, y después se disgregaban. Formada por músicos profesionales y aficionados, ensayaban poco o nada, eran incapaces de afrontar las partituras difíciles. A medida que las composiciones exigieron más capacidad, las orquestas llegaron a ser más numerosas y totalmente profesionales. Berlioz especificó sesenta violines para su Symphonie fantastique (1830). Se necesitaron enormes orquestas para ejecutar las obras de Wagner, Mahler y Richard Strauss. Debussy y Ravel utilizaron diferentes instrumentos, incluso el saxofón, para pintar con si colores de matices impresionistas. Una de las orquestas más números; jamás formada: cuatro flautas, cuatro oboes, seis clarinetes, cuatro fagote cinco cornos, ocho trompetas, tres trombones, dos tubas, más las cuerdas; usuales y un gran grupo de percusión, sobresaltó al mundo musical con La consagración de la primavera (1913) de Stravinski.
En el siglo XVI las primeras orquestas europeas, formadas por cuerdas, vientos de madera, órganos, guitarras y clavicordios, representaron para entretenimientos de la corte, los ballets y las mascaradas.
Hasta fines del siglo XVIII los músicos empelucados tocaron de pie El director, que generalmente era el compositor, dirigía la orquesta desde el clavicordio, de modo que era la única persona sentada, o si se trataba (Ir un violinista era literalmente el maestro del concierto. Todos los nobles que poseían una corte tenían su propia orquesta. Muchos de los músicos ejecutaban sólo parte de su tiempo, y afrontaban otras obligaciones: eran cocineros, jardineros y criados. Ejecutaban en el teatro acompañando las óperas y en el salón de baile acompañando la danza. Cuando los empleadores recibían invitados a cenar, estos ejecutantes tocaban "música de mesa", y después música de concierto. Con buen tiempo, ejecutaban al aire libre. Los domingos, tocaban en la iglesia.
La orquesta contemporánea más famosa fue la que se formó en la ciudad de Mannheim, Alemania. Estaba formada por dieciséis violines, cuatro violas, dos violoncelos, dos contrabajos, tres flautas, tres oboes, dos clarinetes, cuatro fagotes y cinco cornos, con el agregado de trompetas tambores cuando era necesario. Había alcanzado la perfección gracias a ejercitación impuesta por el director y compositor Johann Stamitz (171 1757), y se convirtió en el modelo para juzgar a todas las restantes orquestas. Famosa por sus pianissimos suaves, los súbitos fortissimos y los sugestivos crescendos, atrajo a amantes de la música de Europa entera, que acudían para escuchar los conciertos de Mannheim.
El compositor temprano de mayor jerarquía, Franz Josef Hayc (1732-1809), compuso la mayoría de sus obras para la orquesta de veinticinco miembros de su patrón, el conde Esterházy. En una visita a Londres efectuada en 1790, lo sorprendió el sonido de sus propias obras ejecutad por un conjunto de cuarenta músicos.
Hasta el siglo XIX las orquestas existentes fuera de las cortes se r unían sólo para determinados conciertos, y después se disgregaban. Formada por músicos profesionales y aficionados, ensayaban poco o nada, eran incapaces de afrontar las partituras difíciles. A medida que las composiciones exigieron más capacidad, las orquestas llegaron a ser más numerosas y totalmente profesionales. Berlioz especificó sesenta violines para su Symphonie fantastique (1830). Se necesitaron enormes orquestas para ejecutar las obras de Wagner, Mahler y Richard Strauss. Debussy y Ravel utilizaron diferentes instrumentos, incluso el saxofón, para pintar con si colores de matices impresionistas. Una de las orquestas más números; jamás formada: cuatro flautas, cuatro oboes, seis clarinetes, cuatro fagote cinco cornos, ocho trompetas, tres trombones, dos tubas, más las cuerdas; usuales y un gran grupo de percusión, sobresaltó al mundo musical con La consagración de la primavera (1913) de Stravinski.
Las
orquestas actuales
La primera
orquesta profesional permanente fue la Filarmónica Real creada en Londres en
1813. La siguió en 1828 la orquesta del Conservatorio de París. La Filarmónica
de Viena y la Filarmónica de Nueva York fueron fundadas en 1842. La Sinfónica
de Boston se remonta a 1881. En la actualidad, casi todas las ciudades
importantes tienen su propia orquesta, algunas, Viena, París, Tokio, tienen dos
y Londres encabeza la lista con cuatro grandes orquestas.
Una
orquesta sinfónica es una organización costosa, y que generalmente afronta
déficit. En Europa muchas orquestas están subsidiadas por el gobierno, y las
norteamericanas deben depender de los aportaciones privadas o las
organizaciones filantrópicas. A pesar de esto, un número bastante superior a
1.500 orquestas en este momento se muestran activas en Estados Unidos, y
reflejan la demanda del público, que desea escuchar música clásica de buena
calidad en vivo.
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