CARRERA MILITAR DE SÓCRATES
La carreta militar de Sócrates duró mucho tiempo, demostrando con ello que, en ningún momento, esquivó sus responsabilidades.
Intervino en el sitio de Potidea. Esta ciudad, de la península Calcídica, colonia de Corinto,
pertenecía a la confederación ateniense, y en el 432 decidió separarse.
Un ejercito de 3000 hoplitas fue embarcado inmediatamente para Potidea.
Entre ellos, se encontraba Sócrates. Sabemos que su comportamiento en
la batalla (junio del 432) fue brillante. Salvó la vida a su, en esos
momentos, discípulo Alcibíades. Demostró su gran asceticismo y
moderación, por su resistencia al frío y a las penalidadess en las duras
noches de Tracia. El sitio duró desde el 432 al 429.
Cuando regresó
a Atenas, en 429, se encontró ya con la peste, con el pesimismo y el
desaliento de una ciudad que tenía sin duda gran sensibilidad política y
se daba cuenta de que los acontecimientos le había metido en una guerra
inacabable.
¿Qué influencia debieron tener estos acontecimientos en
una personalidad tradicional y apegada a su Ciudad como parece que fué
la de Socrates?
Una cosa parece cierta, Sócrates, aún moviéndose en
el ámbito de la más estricta religiosidad ateniense, en ningún momento
miró hacia atrás, hacia los libros sagrados, con la intención de buscar
en ellos respuesta a los males que afectaban en lo más lo hondo, tanto a
él mismo, como a su ciudad. No podemos olvidar que la razón
(¿razón-religiosa-griega?) es su guía.
Tambien en la batalla de
Delión (424), la más sangrienta de todas en las que participó, estuvo
Sócrates. Ocho mil atenienses, al mando de Hipócrates, pasaron la
frontera beocia y ocuparon el santuario de Apolo Delio, a las orillas
del mar de Eubea; pero una vez fortificado este y dejada la guarnición
allí, el grueso del ejercito se encontró con un número igualado de
beocios,al mando de Pagondas. Estos vencieron, con gran mortandad de
atenienses. Sócrates, junto con Laques, haciendo gala de un gran dominio
sobre sí mismo, conserva la serenidad y se retira en orden y con calma,
cuidando de defenderse si alguien le ataca.
Todavía dos años más
tarde, Sócrates toma parte en la batalla de Anfípolis. (422) Otra vez
volvió a las tierras lejanas del norte, en la Tracia, donde el
imperialismo ateniense estaba interesado por la importante posición
geográfica de Anfípolis y por las minas de oro y las demás riquezas del
país. Sócrates, que no estaba de acuerdo con una Atenas Imperial,
participa (ya casi con 5O años) en esta nueva aventura de su Ciudad. No
hay datos concretos sobre su actuación, pero si sabemos que el combate
fue muy duro y que cayeron 600 atenienses junto al famoso demagogo
Cleón. Tambien murió en la batalla el gran estratega Brásidas, que
mandaba a los espartanos.
¿Cómo cumplía Sócrates estas misiones militares?
Si hacemos caso al Cármides, lo que allí se nos muestra es un hombre
sencillo, austero, ingenuo y tradicional. El maestro regresa de la
batallas y, al día siguiente, acude al gimnasio como si nada le hubiera
ocurrido. No hay la menor jactancia en sus palabras de soldado,
simplemente cree que no ha hecho otra cosa que cumplir una obligación
para con su ciudad. Y lo curioso, aún siendo chocante para nuestra
mentalidad actúal, Sócrates todo lo que dice lo hace absolutamente en
serio.
Aunque no participó directamente en la batalla de las
Arguinusas, durante las guerras del Peloponeso, Sócrates se vió
directamente afectado por el resultado de la misma. Aunque, en
principio, la batalla había sido favorable a los atenienses, despues del
combate se desencadenó una terrible tempestad y se fueron a pique 25
trirremes atenienses, junto con sus tripulantes. Además, la tempestad
impidió a los estrategas dar sepultura a los caidos en la batalla, tanto
marinos como soldados. Tales circunstancias sirvieron de prólogo a
graves acontecimientos en Atenas (en los cuales Sócrates se verá
directamente inmerso). Los parientes de los que no habían recibido
sepultura exigieron que los estrategas fueran sometidos a proceso por
negligentes y por no haber dado cumplimiento al ritual funerario, tan
importante para los griegos de aquella época. Terámenes, y sus
seguidores, se presentaron en la Asamblea popular con acusaciones contra
los estrategas, exigiendo que fueran condenados a la pena de muerte.
Por una resolución de la Eclesía (a la unicamente se opondrá Sócrates), y
en un ambiente pasional e irracional, fue abolido el orden común de los
procedimientos judiciales, y la Asamblea, por una ínfima mayoría de
votos, condenó a la pena capital a los ocho estrategas.Dos de ellos
habían logrado huir.
Entre los ejecutados se hallaba Pericles, hijo
de Pericles y Aspasia. Jenofonte nos cuenta que, pasado un tiempo, los
Atenienses, dándose cuenta de la atrocidad cometida, se arrepintieron y
obligaron a hacer frente a sus responsabilidades a los auténticos
responsables de la situación. Pero muchos ya había logrado huir de
Atenas. Uno de ellos, Calíxeno, murió de hambre y odiado por todos. Es
curiosa, la similitud de esta historia de Jenofonte con lo que parece
que sucedió con Sócrates despues de su condena a muerte.
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