La gran Esfinge de Gizeh
En época de la dinastía IV, se esculpió en la meseta de
Gizeh un increíble monumento: la Gran Esfinge. Se atribuye al rey Kefrén,
aunque algunos autores creen que es obra de Keops, artífice de la Gran
Pirámide.
Al
inicio de la historia de Egipto, las esfinges representaron la fuerza y la
sabiduría del rey. Entre todas ellas destaca la Gran Esfinge de Gizeh, erigida en tiempos de la dinastía
IV, la época más gloriosa del Imperio Antiguo.
Cuerpo
de león y cabeza humana. Este extraño ser híbrido, al que conocemos con el
término de esfinge, de origen griego, es uno de los más llamativos del arte
egipcio. Los antiguos egipcios lo denominaban Shesep-ankh, «imagen viviente»,
nombre que daban a las estatuas reales. Simbolizaban la idea de fuerza y poder,
y generalmente se representaba al faraón bajo esta forma. Así lo indica el
hecho de que las esfinges portaran el pañuelo real nemes, el ureo
(representación de la diosa cobra Uadyet) y a menudo la barba postiza ritual, signos
característicos de los soberanos egipcios.
En
Egipto, desde tiempos predinásticos y posiblemente antes, la figura del león se
asoció a los jefes tribales y más tarde a los faraones. El rey era el guardián
y protector de su pueblo, al que conducía victorioso al combate contra sus
enemigos. Es por ello natural que, en el pensamiento de aquellos pueblos
primitivos, la figura de este vigoroso y bello animal fuera asimilada al
monarca. Por sus características, los egipcios imaginaron el león como un
poderoso guardián, y por ello se lo representaba en amuletos, muebles y también
en las puertas de los templos, en relieve o esculpido. Asimismo, algunos
relieves del Imperio Nuevo muestran un león domesticado que acompaña al monarca
en las batallas o en ceremonias religiosas. Es muy probable, pues, que la
imagen de la esfinge surgiera en la mente de los egipcios como una manera de
fundir la belleza y la ferocidad del león con la sabiduría del rey.
Puesto que normalmente constituyen representaciones del
monarca, las esfinges son consideradas masculinas, aunque a partir del Imperio
Nuevo también hay esfinges femeninas que representan a las reinas.
Habitualmente las esfinges están en actitud yacente, con laspatas delanteras
extendidas, si bien también se las puede encontrar representadas andando sobre
sus cuatro patas o, más raramente, sentadas. Pero existen también esfinges en
actitud oferente, cuyas patas delanteras se sustituyen por antebrazos y manos
humanas que sostienen vasos como ofrenda. La primera representación de esfinge con forma de
león y cabeza humana data de mediados del III milenio a.C. y corresponde a la
dinastía IV, que marca el apogeo del Imperio Antiguo egipcio.
Se halló en Abu Rawash, en el complejo funerario de Didufri, hijo y sucesor del
faraón Keops, y pertenece a la princesa Hetepheres II, medio hermana y esposa
de Didufri. Este rey también fue representado como una esfinge, de la que sólo
ha llegado hasta nosotros la cabeza esculpida en arenisca, que se conserva en
el Museo del Louvre. A mediados de la década de 1970, en la meseta de Gizeh,
frente al complejo funerario de Kefrén (el sucesor de Didufri), se halló una
pequeña esfinge de la época de este faraón.
Es en tiempos del Imperio Medio, a finales del III milenio
a.C., cuando estas imágenes aparacen con más profusión. Los ejemplos
descubiertos en Tanis, pertenecientes a Amenemhat III, de la dinastía XII,
ofrecen la paticularidad de que la parte humana de la esfinge se reduce al
rostro del faraón, mientras que la melena, las orejas y el resto del cuerpo son
de león. Desde inicios del Imperio Nuevo, a mediados del II milenio a.C.,
aparecen esfinges más desarrolladas, con los rasgos de animal más suavizados;
sobre el nemes o pañuelo real ostentan nuevos tocados y adornos, como la doble
corona del Alto y Bajo Egipto o la corona atef (la corona blanca del Alto
Egipto con dos plumas de avestruz). También llevan amplios collares, e incluso
alas plegadas o el cuerpo cubierto de plumas, seguramente en relación con el
dios halcón Horus. Ahora la esfinge se identifica con el dios Amón-Re, lo que
da lugar a una nueva esfinge con cuerpo de león y cabeza de carnero, el animal
sagrado de Amón. Por la gran cantidad y variedad de representaciones halladas,
se podría decir que la figura de la esfinge alcanza su apogeo a mediados de la
dinastía XVIII, la época más gloriosa del Imperio Nuevo. Más tarde, en época
grecorromana, desde el siglo IV a.C., la iconografía de la esfinge se enriquece
con la de tipo griego, normalmente femenina y casi siempre con alas, aunque con
un simbolismo completamente distinto: para los griegos, la esfinge era un
monstruo malicioso.
Pero la más sobresaliente de todas estas representaciones
es la Gran Esfinge de Gizeh, que la
mayoría de estudios atribuyen a Kefrén, pese a que no existen documentos
explícitos del Imperio Antiguo que así lo atestigüen.
. http://www.nationalgeographic.com.es/articulo/historia/secciones/7796/gran_esfinge_gizeh.html
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