miércoles, 26 de noviembre de 2014

Electra o la caída de las máscaras -  Marguerite Yourcenar

La relación con la madre es una de las más profundas que una mujer puede experimentar; es determinante en su percepción del mundo. Las formas en que ambas se vinculan son diversas y complejas; pero independientemente de cómo se haya dado, los efectos de esta profunda unión están latentes. Y es la princesa Electra el personaje que nos permite vislumbrar hasta dónde puede impactar este fuerte lazo afectivo.

Electra o la caída de las máscaras, escrita por Marguerite Yourcenar hace del mito algo inmediato y accesible al espectador. Se trata de la puesta en escena que fue presentada en el Centro Cultural Universitario, y que tuvo gran éxito en el Teatro Julio Castillo.

Es un drama basado en la tragedia de Sófocles que recupera el tema clásico a través de una mirada contemporánea, que nos lleva a reinterpretar las relaciones familiares y de pareja; y a develar las verdaderas motivaciones de cada uno de los protagonistas. "En la búsqueda de su verdadero rostro, los personajes descubren quiénes son en realidad y lo que significan para el otro", comenta Nailea Norvind, protagonista de la obra.

Según la leyenda griega, Agamenón padre de Electra regresó victorioso a Mecenas después de luchar durante más de diez años contra los troyanos; pero su esposa Clitemnestra no lo recibió con los honores que él esperaba. Egisto había remplazado al rey ausente y, deseoso de no perder su lugar, eliminó a su rival contando con la complicidad de la esposa infiel. Pero, Electra nunca olvidó que su madre privó de la vida a su progenitor. Llena de odio, tuvo desde entonces un solo deseo: vengar la muerte de su padre. Para llevar a cabo sus planes, convenció a su hermano Orestes para que le ayudara, y en complicidad eliminaron a su progenitora Clitemnestra

En este sentido la actriz Nailea Norvind, nos comparte los aportes de la obra. "Electra trasciende la esfera de personaje místico para permitir al espectador, admirar su humanidad. Esta Electra no es más un personaje descarnado; es real, cuyas decisiones involucran también deseos y miedos"; un ser que carga con una multiplicidad de sentimientos que la inundan; una mujer que constituye su propio proyecto en creación constante, a través de procesos y conflictos psíquicos que no sólo son más fuertes, sino también más ricos y numerosos, destaca.

De esta manera, la obra de Yourcenar, dirigida y coproducida por Salvador Garcini, revela el verdadero rostro de las pasiones; propone que la justicia o la venganza tienen un rostro humano y no proviene de poderes divinos, como una manera de regir el destino de los hombres. Recordemos que hubo una época en Grecia en que a un hombre se le consideraba cobarde si no castigaba con muerte a quienes agraviaban a sus seres queridos. Un acto de esta índole se estimaba como venganza y no como asesinato, los dioses lo aprobaban.

Sin embargo, en esta versión de Electra, la responsabilidad de este tipo de hechos o crímenes recae en los personajes. Y es por ello, que en determinados momentos Electra pierde el control de la situación, debido a que no logra manejar sus emociones. "Desea ver a su madre muerta, mas no a manos de ella y, cuando finalmente esto acontece, se retracta y afirma que su deseo era la ilusión de hacerlo, no la puesta en práctica de la misma", destaca Nailea, quien abunda que Electra planea el asesinato pero al ver a su madre ya no desea vengarse; la invade el amor, la necesidad de ese cariño maternal que siempre quiso tener. Sin embargo, ese deseo está mezclado con rencor y odio.

Y es que en la niñez y juventud de Electra hubo ausencia de un verdadero amor, huecos que desde entonces ha tratado de llenar. Dicha ausencia afectiva podría explicarse, dice Nailea, porque Electra es producto de un "no amor", del hombre a quien su madre despreciaba: Agamenón. Sin embargo, su hermano Orestes, no corre con esta desdicha, pues en esta versión es hijo de Egisto, el amante de Clitemnestra. Por ello, Electra tiene mucha envidia del amor que Orestes sí tuvo de la madre.

"Electra se vuelve víctima porque además de ser privada del amor maternal, le arrebatan la figura paterna, le asesinan al padre, al Dios que ella admiraba. De ahí que puedo ver las dos caras del personaje: una, la personal, que necesita justicia; y la otra, la universal, que busca venganza. Electra no se va a dejar, es una persona que es fuerte y vulnerable a la vez", afirma la protagonista.

Lo fascinante de esta Electra, asegura, es que muestra en escena los extremos de su personalidad, la femenina y la masculina: la primera, como niña inocente, vulnerable; y la segunda, como mujer fuerte, dura, controladora.

En este sentido, "la condición infantil que busca la encuentra en su virginidad. Desea que su hermano Orestes vea en ella al ser más puro, sin embargo, su pureza la utiliza como arma, pues es una forma de mostrarse diferente a la mujer que le dio la vida y a quien considera una perdida, infiel, libertina, y promiscua", resalta la actriz.

Y es que debemos tener presente que la relación que una niña tuvo con su madre pudo haber sido una experiencia grata o una vivencia difícil; sin embargo, como haya sido, está matizada por elementos de amor, desamor, amistad, rivalidad, hostilidad, venganza, entre otros, unos en mayor o menor grado, según el caso.
En este sentido Electra nos permite reflexionar sobre todas las emociones presentes en los seres humanos; pero en este caso, en la madre y la hija, quienes a pesar del amor que puedan tenerse, hay una rivalidad que llega a manifestarse de manera consciente y muchas veces inconsciente. Por ejemplo, Clitemnestra no quiere envejecer, quiere mantenerse joven y seductora; no acepta la realidad de una hija, que por su belleza y juventud, podría arrebatarle a su hombre.

Al tocar el tema de la envidia entre madre e hija, Nailea comenta que a Electra le frustra su primer amor, porque "en esta versión ella está enamorada de Egisto, ve una posibilidad; y por ello siente celos y envidia de su madre, a quien considera mala por haberle arrebatado a sus dos amores: al padre y al hombre que podría haber sido de ella. Y aunque a Egisto nunca se hubiese interesado en Electra, en el inconsciente de esta princesa estaba presente el deseo.
Esta fantasía es lo que retoma Carl Jung, quien fuera discípulo de Freud, para designar el rechazo de la niña hacia su madre y fundamentalmente la orientación de la libido hacia su padre. Le denomina Complejo de Electra, equivalente al de Edipo en los hombres, propuesto por el padre del psicoanálisis.

Por su parte, la actriz Luz María Jerez, quien interpreta a Clitemnestra, destaca que su personaje posee elementos sensibles que Electra no logra ver, pues sólo ve en ella a la madre loca, vieja, asesina. Por el crimen que cometió, "Clitemnestra podría ser juzgada como un ser aterrador, sin embargo, en esta obra, la parte humana florece y más cuando le confiesa a su hija estar arrepentida por no haberle regalado un abrazo, una caricia. Se reprocha de no haberle enseñado a confiar en ella".
Por otro lado, Jerez explica los motivos que pudieron llevar Clitemnestra a cometer adulterio. "No se trata de justificar sus actos, sin embargo, Clitemnestra estuvo sola durante los años en que su marido estuvo en la guerra; la soledad, la falta de apoyo, la tristeza que la inundaba favorecieron que ella buscara un amante. La llegada de Egisto le hizo sentirse viva al florecer la pasión que había estado enterrada durante mucho tiempo.

Es así que la madre de Electra decide buscar un nuevo camino al lado de Egisto porque está convencida que los motivos que la mantenían unida a Agamenón han desaparecido. Y lo reafirma cuando Agamenón regresa enfermo, desquiciado por la guerra; ya no hay nada que le atraiga de él, explica.
Ahora su cariño y pasión están depositados en Egisto, con quien consiguió un amor verdadero. "Es una pareja increíble que siempre buscan mantenerse unidos; y a pesar de las adversidades lograron adaptarse a las limitaciones, cambios o aprietos propios de cada una de las etapas de su relación", resaltó la actriz.
Por su parte, Odiseo Bichir, quien interpreta a Egisto, comenta sobre su personaje: "Egisto no está jugando con la máscara de la venganza ni de la justicia, sino que busca defender el amor; un cariño intenso que lo hace sentirse pleno".

Destaca que Salvador Garcini tiene planteado a un Egisto humano, compasivo, conmovido y entregado por completo al amor que manifiesta por Clitemnestra. "Egisto es apasionado, no se ha insensibilizado por las experiencias en el campo de batalla y tampoco por haber dado muerte a Agamenón. No es un asesino, un reptil, pues tiene una sensibilidad que le permite experimentar compasión y piedad. Tiene capacidad de contención de los conflictos ajenos y una profunda convicción por su amor a sus seres cercanos. No tiene reservas en aceptarlo".

Explica que Salvador Garcini acepta encantado la visión revolucionaria de Yourcenar, la cual coloca al teatro clásico en una confrontación de los arquetipos a los que estamos acostumbrados en nuestra cultura occidental, y la ubica en un anfiteatro pero con la presencia de espectadores, muy cercana a los actores.
Así, omite el acento en el estilo clásico, en las dimensiones de la tragedia griega; y desarrolla "esta frescura, renovadora, original de esta feliz combinación entre la sólida estructura del drama y el alto sentido poético que le da Yourcenar. De manera que no aparece como un texto recitado, sino una obra con personas cercanas a nuestro diario vivir.

El reconocido actor califica a Electra o la caída de las máscaras como una puesta en escena de altura, que conserva su esencia trascendente de la tragedia, pero avanza en dirección a esta revolucionaria propuesta de la autora de humanizar a los personajes míticos, hacerlos mortales. En 170 minutos el espectador puede palpar sus necesidades reales. Así, Electra nos permite recrear otra perspectiva de la vida, el arte, la mentira, el odio, la traición, el amor y desamor.

La obra se presentó en octubre de 2006 en el teatro Julio Castillo. Electra fue presentada por el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, a través del Instituto Nacional de Bellas Artes, la Coordinación Nacional de Teatro, la Coordinación de Difusión Cultural de la UNAM a través de la Dirección de Teatro, el Centro Cultural Helénico y Salvador Garcini.

http://noticias.universia.net.mx/tiempo-libre/noticia/2006/10/16/54478/electra.html

El reñidero: el mito de Electra y sus resonancias en el teatro occidental
http://www.pabloingberg.com.ar/pdf/notas/Electra.pdf


No hay comentarios.:

Publicar un comentario