Yo que entre tus brazos me duermo,
entre tus notas suspiro
añorando en la melodía una pasión
que se extingue al llegar el retumbante silencio.
Todas las noches te toco
en tu “Claro de Luna”
imaginando aquella noche
donde febril indagabas en el idilio de pasiones humanas,
qué hacer con mis yemas, que de tocarte se asfixian,
es en cada noche cuando termino desfallecida
ante el pudor y la sobrecarga de emoción.
Para Elisa nervioso mi tacto clama,
celoso ante la agonía de una posible musa,
mis celos ardientes hacen temblar aquel piano nocturno
que en vela con la noche te acompaña,
hace reclamar al viento que más que enfado se excita.
Hasta dónde llega el anhelo de sentir
entre la Quinta y Séptima sinfonía
que el orgasmo ya es completo,
que en mi noche donde impera la oscuridad
se te siente y comparte, Beethoven.
© Alejandra P. Rodríguez Espinosa. Todos los derechos reservados
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