sábado, 13 de diciembre de 2014

MACBETH (Macbeth, 1948)             
                       
La tragedia wellesiana

Shakespeare y Welles

Larga y fructuosa ha sido la obra del escritor inglés William Shakespeare sobre la vida y obra de Welles, tanto en el ámbito radiofónico, como en el teatral o el cineasta, que es el que realmente nos interesa. Si bien, desde siempre se ha hablado de la precocidad (y gran inteligencia) del joven Welles, que con nueve años ya montara una adaptación de El rey Lear (1), Welles ha llegado a interpretar y dirigir prácticamente la totalidad de las obras de Shakespeare:Enrique VI, Ricardo III, Romeo y Julieta, Ricardo II, El mercader de Venecia, Enrique IV, Enrique V, Las alegres comadres de Windsor,Julio César, Hamlet, Othello, Macbeth y El rey Lear (faltarían, entre otras, obras como Sueño de una noche de verano, Trabajos de amor perdidos o Coriolano -2-).

Así, la que sería su primera adaptación cinematográfica del maestro inglés, sería Macbeth, posiblemente, junto con Otelo yRicardo III, las obras más sangrientas y terribles de Shakespeare, con tres personajes claramente representativos de la encarnación del mal: Lady Macbeth, Iago y, el jorobado de Ricardo III. Como bien apunta Riambau, Welles en momentos de apuro recurría a materiales ya conocidos, como hiciera con El cuarto mandamiento tras la hecatombe de Ciudadano Kane (Citizane Kane, 1941) o en Campadas a medianoche (1962) tras la mala recepción de las hoy reconocidas obras maestras Sed de mal (Touch of Evil, 1958) y El proceso (Le procès, 1963). De esta manera entró entonces en el terreno de las adaptaciones de Shakespeare a la gran pantalla (de la que una vez el propio Welles llegó a renegar -3-), justo después del descalabro de su última producción, tras el sacrilegio de los distribuidores de Columbia encargados de La dama de Shanghai (The Lady from Shanghai, 1948), montándola a su gusto y creando así una mala impresión, tanto en el público como en el propio Welles.

Probablemente, sea de las tres adaptaciones de Shakespeare realizadas por Welles, Macbeth la más endeble, frente al mejor acabado de su Otelo (Othello, 1952) y las magnificencias de su Campanadas a medianoche. Y no es que la apropiación de las ideas de Shakespeare en el terreno Wellesiano se aborden mejor en Falstaff y Otelo que en Macbeth, si no más bien, la extrema simpleza en condiciones (tanto económicos como técnicos) que envolvió el rodaje del film, acabó por dejar una huella imborrable en este de sabor a poco aprovechada. En especial, viniendo del joven genio que había deslumbrado a todo el mundo con sus primeras y atrevidas obras.

Así Welles, dolido por la mala recepción que tuvo su Dama de Shanghai se cobijó bajo a un terreno conocido y quiso llevarlo a la pantalla lo más fidedignamente (y clásicamente) posible, lejos del, por lo visto, brutal Voodo Macbeth que realizara en 1936 con el Federal Theater de Nueva York.

Cinética del narcisismo: Welles-Kurosawa-Polanski
Welles contó con sólo 23 días de rodaje y un presupuesto nimio, totalmente ridículo, de 75000 dólares para llevar a cabo su adaptación. Dando constancia de tal masoquismo, el público de la época, en vez de aplaudir a Welles por su hazaña, se lo echó en cara, tal y como el mismo Welles afirma: «Los que se conocen este negocio saben que eso es rodar más que deprisa. La idea que me guiaba al hacer Macbeth no fue hacer un gran film y esto no es normal porque todo director, incluso cuando está rodando una estupidez, debería tener como meta hacer una gran película. Desgraciadamente ni un solo crítico en todo el mundo rindió tributo por mi rapidez. Pensaron que era un escándalo que se realizara en 23 días. Y tenían razón, pero no podía escribirles uno por uno y explicarles que no había quien me diera dinero para rodar un día más (...) No me avergüenzo de las limitaciones de la película»

El principal método de Welles en la adaptación basó en una escenografía rudimentaria, de cartón piedra, con armaduras y pieles totalmente rupestres, y cuernos y coronas de lo más estridentes y estrafalarias. De alguna manera el film de Welles es puramente teatral, ya no sólo por la falta de escenarios, si no por la adecuación de los pasajes, e incluso, por la tremenda focalización que Welles realiza sobre el propio Macbeth mucho más marcada que en la obra de Shakespeare (por algo era Welles quien la interpretaba), llegando prácticamente a borrar a los demás personajes, del que aún sigue sobresaliendo, obviamente, Lady Macbeth (una perfecta Jeanette Nolan), aunque en un grado ligeramente inferior al de la obra escrita.

Curiosamente, los otras veces que Macbeth ha sido llevada al cine, ha sido contemplada de una manera totalmente distinta. Si bien, mi preferida, es la brutal Trono de sangre (Kumohosojo, 1957) de Akira Kurosawa, posiblemente la menos fiel a la obra de Shakespeare, pero sin duda la más terrible a nivel psicológico y con una Lady Macbeth tan fría y distante que incluso su delirio final deviene en satisfacción para el espectador (algo que no ocurre en la obra de Welles, donde se acaba por sentir lástima de la desdichada Lady Macbeth). Kurosawa además, variaba de manera radical el final de la obra, al ser Macbeth asesinado en vez de por Macduff (con lo cual no adaptó una de las partes más sangrientas de la obra: aquella en que Macbeth acaba con la mujer e hijos de McDuff; todo lo contrario a lo que haría Polanski en el futuro), por sus propios hombres que habían dejado de creer en él. El Macbeth (Ídem, 1971) de Polanski, posiblemente el más endeble, pero también el más espectacular; es una excelente obra nacida de los infiernos del realizador (entre su anterior film, La semilla del diablo [Rosemary's Baby, 1968] y este, tuvo lugar la matanza de su mujer e hijo no nato a cargo del tristemente célebre Charles Manson), que se ven traducidos en el film en unas brutales escenas difíciles de aguantar para el espectador (en especial aquella en la que aparecen los cuerpos ensangrentados de los cuerpos de los hijos de Macduff, tras el brutal asesinato del primer hijo), incluso de manera muy tosca, como es el hecho de que el asesinato del rey Duncan sea representado, no estando así ni en la obra de Shakespeare. Sin duda Polanski, todos le conocemos, quiso acrecentar la maldad de Macbeth reflejando en vivo dicho asesinato. Si es necesario o no, casi es función de cada uno.

Volvamos a Welles, ¿qué nos ofrece así su menospreciado Macbeth? Para empezar, nos da, sin duda alguna, una de las mejores interpretaciones de Welles, a la altura de su increíble Quinlan o su no menos excelente Kane. Todo el metraje de la película, como he dicho antes, recae sobre sus hombros (hay muy pocas escenas en las que no aparece) y a Welles se le ve suelto entre tanta maldad y asesinato, disfrutando como un niño de un personaje, que por otra parte, se conoce muy bien. Su interpretación, contenida y estridente por igual, adornada por su maquillaje y su indumentaria vikinga, hacen del Welles de Macbeth el más feroz de todos los llevados a la gran pantalla. Seguramente, si Welles hubiera dispuesto de más dinero y tiempo habría hecho una obra significativamente diferente, pero las circunstancias fueron las que fueron, y pese a las pésimas condiciones del rodaje, a Welles le acabó quedando una excelente adaptación de la historia, y por tanto es digno de tantos elogios como cualquiera de sus otros films.

(1) La adaptación cinematográfica, precisamente de esta obra, sería el último sueño con el que moriría el realizador norteamericano.
(2) Hay una excelente relación de las obras de Shakespere realizadas por Welles en el magnífico libro sobre el cineasta que escribió Esteve Riambau: "El espectáculo sin límites". Colección Dirigido Por..., 1985. Barcelona.
(3) Hay unas declaraciones de Welles sobre la imposibilidad de las adaptaciones de Shakespeare por los norteamericanos, también perseguida por Al Pacino en su Looking for Richard, y es el hecho de la incapacidad de los americanos por entender la figura del rey. Según Welles, para ellos es una persona que un día se pone una corona y se sienta en un trono, y dice "Vamos a gobernar".
(4) Fragmento de la conferencia que diera Orson Welles en el curso de verano de la Escuela de Cine el British Film Institute recogida en las páginas de Nickel Odeon Nº16.                                 

http://www.miradas.net/0204/estudios/2002/08_owelles/macbeth.html

MacBeth (1948) Orson Welles Adaptation The Death of Macbeth


Macbeth  película
https://www.youtube.com/watch?v=8ZjDqPCJOaI

Macbeth – película española

https://www.youtube.com/watch?v=sX7SnFXbw7o




Macbeth - Shakespeare
Esta tragedia encinco actos, en verso y prosa, de William Shakespeare fue escrita probablemente entre 1605 y 1606, estrenada en 1606 e impresa en la edición infolio de 1623. El texto es poco satisfactorio por los indicios de retoques que parece presentar; probablemente hay cortes e interpolaciones. La fuente de la obra es la Crónica de Holinshed, que para los sucesos de Escocia se basa en la versión inglesa que hizo John Bellenden de las Scotorum Historiae (1527) de Héctor Bocce.
Macbeth y Banco (Banquo) son generales de Duncan, rey de Escocia. Volviendo de una victoriosa campaña contra los rebeldes, encuentran en una llanura a tres brujas que profetizan que Macbeth será "thane" (título nobiliario escocés semejante a "barón", con que se indica a los compañeros del rey) de Cawdor y luego rey, y que Banco engendrará reyes, aunque él no esté destinado a serlo. Inmediatamente después llega la noticia de que Macbeth ha sido nombrado barón de Cawdor.
Tentado por el cumplimiento parcial de la profecía y por ladyMacbeth, que excita en él la ambición, secando "la leche de la humana benevolencia", Macbeth asesina a Duncan, hospedado en su castillo, mientras duerme, pero en seguida es presa del remordimiento. Los hijos de Duncan, Malcolm y Donalbain, huyen, y Macbeth se apodera de la corona. Pero todavía queda un obstáculo en el camino de Macbeth: las brujas habían profetizado que el reino iría a parar a la dinastía de Banco, por lo cual Macbeth decide hacer desaparecer a éste y a su hijo Fleance, pero éste logra huir.
Perseguido por el espectro de Banco, que se le aparece durante un banquete, Macbeth consulta a las brujas, que le dicen que se guarde de Macduff, barón de Fife; que nadie nacido de mujer podrá hacer daño a Macbeth; y que sólo será vencido cuando el bosque de Brinam vaya hasta Dusinane.
Sabiendo que Macduff se ha unido a Malcolm, quien está reclutando un ejército en Inglaterra, Macbeth hace asesinar a lady Macduff y a sus hijos. Lady Macbeth, a quien le había caído de la mano el puñal al intentar, antes que su marido, asesinar a Duncan, y ver en él por un momento a su propio padre, pierde la razón e intenta en vano hacer desaparecer de sus manos la visión de la sangre; finalmente muere.
El ejército de Macduff y de Malcolm ataca el castillo de Macbeth: pasando por el bosque de Birnam cada soldado corta una rama y detrás de esta cortina de follaje avanzan contra Dusinane. Macduff, sacado del vientre materno antes de tiempo, da muerte a Macbeth. La profecía se ha cumplido y Malcolm sube al trono.
El drama es en parte un acto de homenaje a Jacobo I (enumeración de los futuros reyes escoceses en el acto IV, escena 1, y otros detalles). De las tragedias de Shakespeare, Macbeth es, sin duda, la más vigorosa. Como dijo muy bien A. W. Schlegel, después de la Orestíada de Esquilo, "la poesía trágica no había producido nada más grandioso ni más terrible".
Una atmósfera iracunda gobierna el drama desde los primeros versos hasta el cumplimiento de la profecía: el sortilegio infernal que revela al guerrero victorioso y ambicioso a través de la profecía de las brujas, y sus no confesadas aspiraciones, cierran sobre él una red inevitable. El guerrero sucumbe a la tentación, pero aun así se debate y conserva las huellas de su primitiva nobleza en medio de todos los excesos a que se ve arrastrado.
Pesa sobre los personajes de este drama el mismo clima de fatalidad que pesaba sobre la casa de los Atridas; la acción se desenvuelve quizás en varios años, pero toda consideración de tiempo desaparece ante el espectáculo, cuyo ritmo está medido sobre el horror y la congoja. Un sentido de misterio e incluso de irracionalidad (¿era realmente necesario el delito de Macbeth?; ¿no es un salto en el vacío precipitado por una fatal sugestión?) emana de este drama; domina en él la noche, con las frecuentes invocaciones a las tinieblas, y la evocación de las torpes criaturas furtivas y rapaces de la oscuridad; atmósfera sofocante de pavor y de duda; por esto la palabra "pavor" ("fear") aparece a menudo al lado de imágenes de violencia y sangre. 
La vida misma se ve como "un cuento contado por un idiota, llena de ruido y furia, que no significa nada", en unos versos célebres y frecuentemente citados (esc. 5, 26).
http://www.biografiasyvidas.com/monografia/shakespeare/macbeth.htm

Macbeth - Shakespeare
















Tesoros en el sótano del Museo de El Cairo

A 20 años de haberse fundado el Museo de El Cairo, la generosidad del bajá Abbas, que gobernaba Egipto, lo dejó, como a la Magnífica: "sin cosa alguna", al obsequiarle al archiduque Maximiliano de Austria, nuestro Max, todas las antigüedades que se encontraban en La Ciudadela, que ese fue el primer recinto del museo fundado en 1834 por Youssef Zia Effendi. Estas antigüedades se pueden admirar hoy en el Museo Egipcio de Viena.

Entre los siglos XVII y XVIII sólo unos cuantos reyes y magnates europeos poseían algunos objetos antiguos de arte egipcio, entre estatuillas, estelas y sarcófagos y nadie más. Entonces Napoleón llevó a cabo la expedición a Egipto, se descubrió la piedra Roseta que permitió la traducción de los jeroglíficos egipcios y así se conoció cómo era la cosa egipcia y ese arte milenario, y todo lo demás, se volvió un tesoro codiciado en el mundo.

Otra vez, los tesoros del museo estuvieron a punto de quedarse, ahora en Francia, en ocasión de la exposición de París en 1867 cuando la emperatriz Eugenia le pidió a Ismail Bajá la colección entera. Ismail no rehusó abiertamente, respondiéndole que la responsabilidad de hacerlo era una decisión de Auguste Mariette, el arqueólogo francés que había organizado el museo y era director de las excavaciones arqueológicas en Egipto. Mariette se negó entregar los tesoros y ya no permitió su salida, excepto pequeños objetos e imitaciones modernas de piezas antiguas para ser exhibidos en Viena, Filadelfia y París. En 1902, todo lo que contenía el Palacio de Gizeh, fue trasladado a Midan El Tahreer, donde fue edificado el actual museo, obra del arquitecto francés Marcel Dourgnon.

Así, a poco más de 100 años, Zahi Hawass, secretario general del Consejo Supremo de Antigüedades, en 2004, al enterarse que en los sótanos del museo se habían acumulado sin que nadie les echara ni una mirada y empolvándose, aproximadamente 100 mil objetos, decidió que se necesitaba una relación más precisa del contenido y envió un equipo de curadores para que llevaran a cabo el inventario completo.

"Durante los últimos 100 años, los curadores se sentaron a tomar su té, pero no hicieron su trabajo", comentó Hawass.

Por su parte, Alí Radwan, catedrático de egiptología en la Universidad de El Cairo, aseveró: "Es una acumulación de 100 años de descuido. No es adecuado que un país como Egipto tenga un almacenamiento miserable para su historia".
El proceso de registro y recuperación ha sido lento en condiciones de trabajo muy difíciles. Hay poca ventilación y toneladas de polvo. "Es como si estuviéramos excavando de nuevo", señala Sabah Abdel Razek, curadora egipcia que supervisa la labor.

Hasta ahora se han inventariado 22 mil artículos, lo que representa alrededor del 20 por ciento de lo que está en el sótano. Se han encontrado 600 ataúdes y 170 momias y tres estatuas que datan del Antiguo Reino, hacia el año 2649 antes de Cristo. Las estatuas habían sido denunciadas como robadas del museo y aunque se hicieron las pesquisas y se detuvo a dos empleados de limpieza del museo, finalmente resultó que se encontraban en el citado sótano.
A la fecha nadie sabe qué no habrá sido robado con el paso de los años. En 2004, los funcionarios reportaron que habían desaparecido del sótano 38 brazaletes dorados de tiempos romanos.

Los tesoros irán siendo recuperados, clasificados y debidamente resguardados y almacenados y la tarea será lenta y permanente por mucho tiempo, ante la cantidad de objetos que allí se encuentran y al final será cosa buena por tratarse de uno de los mayores "botines" de antigüedades soterradas en el museo.
Habría que preguntarse si en nuestros museos, tal el Nacional de Antropología e Historia y otros, en sus sótanos y bodegas todo está bajo control, cuidadosamente clasificado, sin polvo y a la vista de los arqueólogos, antropólogos e historiadores. Todo es patrimonio cultural de la Nación.

Fuente: El Occidental
http://www.eloccidental.com.mx/eloccidental/051118/naci_inter/
96naci_inter.asp
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Encontrada la faraona Hatshepsut en el sótano del Museo de El Cairo

Hatshepsut fue, junto a Cleopatra y Nefertiti, una de las grandes reinas de Egipto. Pero, hasta hace poco, también era una incógnita arqueológica debido a que su cuerpo nunca fue encontrado en ninguna de las dos tumbas que se construyeron para ella en el Valle de los Reyes. No obstante, se acaba de descubrir que su momia, de 3.400 años, dormía anónima y humildemente en los sótanos del Museo Egipcio de El Cairo. Ha sido identificada gracias a un fragmento de muela por el mayor responsable arqueológico de las antigüedades faraónicas de Egipto, Zahi Hawass, que asegura haber desentrañado un misterio más del Antiguo Egipto. Una de las ironías de esta historia radica en que la momia desconocida, y ahora "bautizada", se encontró en su momento en la tumba del Valle de los Reyes, aunque no fuera reconocida.

http://www.unionprofesional.com/index.php/unionprofesional/sala_prensa/noticias_colegiales/cultura/encontrada_la_faraona_hatshepsut_en_el_sotano_del_museo_de_el_cairo
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La reina dormía en el sótano…
http://www.faraones.net/archivo%20noticias/elpais270607.pdf


Susurro Indiscreto - Wham


Ya no puedo más
Con tus caricias de una amiga
Y el querer gozar
De tu intimidad
De decirte la verdad
Del dolor que yo estoy sintiendo

Ya no lo soporto
Creo que TE AMO
Por todo este tiempo
Que llevas a mi lado
Ser tu amante fiel
Ser todo en tu vida
Que fueras mi mujer
Sentir todo tu cuerpo
Saber tu calor
Yo que confundí
Lo que tu llamabas amor
Me diste tu cariño
Pero no tu pasión
Me equivoque
Y ahora sufro por tu amor

Me siento inseguro
Presa de tu amor
Te llevo a la pista
Y en la oscuridad
Te veo llorar
Sé que estás pensando en él
Que no me amarás
Ya nunca bailare otra vez
Sin ti mi ritmo esta perdido
No es tan fácil comprender
Cuando se esta herido
Debí saber que no eras para mi
Y alejarme de tu vida
Se que nunca bailare otra vez
Como baile contigo

El tiempo no podrá
Borrar caricias que me hiciste
Y el querer gozar de tu intimidad
De saber que estas con el
No lo soporto más

Ya nunca bailare otra vez
Sin ti mi ritmo esta perdido
No es tan fácil comprender
Cuando se esta herido
Debí saber que no eras para mi
Y alejarme de tu vida
Se que nunca bailare otra vez
Como baile contigo

Se que nunca volveré a querer
Por que fuiste en mi vida
La única mujer
Un clavo tan profundo
En mi corazón
Es tan intenso
Todo este amor
Es tan difícil
No ser correspondido
Saber que todo el tiempo
Me viste como amigo
Sigo soñando
Que un día volverás
Por que como yo te amo
Nadie te amara

Esta noche quiero amar
Solo una noche
Nada más
Para llenarme de ti
Llenarte con el fuego
Que yo llevo en mí
Pudimos ser felices juntos
Y darle fin a este asunto
Y ahora quien me hará feliz?
Solo tú

Ya nunca bailare otra vez
Sin ti mi ritmo esta perdido
No es tan fácil comprender
Cuando se esta herido
Debí saber que no eras para mi
Y alejarme de tu vida
Se que nunca bailare otra vez
Como baile contigo

Como baile contigo
Toda la noche
Del amor hice derroche
Imaginando que hacíamos el amor
Que eras toda mía en la habitación
Sentí solo el olor de tu perfume
Y fue suficiente,
Para pararme en una nube
No se como es posible
Sentirte así tan cerca
Sin poder besarte
Sin poder tocarte
Lo único que me queda por hacer
Es mirarte




CANCIÓN DE LA LLAMA

Los que me tocan 
dan un grito, aterrados. 
Ignoro, sin embargo, 
si soy caliente o fría, 
pues no estoy un segundo en ningún sitio, 
ni es nada lo que fui hace un instante. 
Mi modo de partir es el incendio. 

Lucho contra lo oscuro, 
pero no llego a ningún lado: 
sólo vuelvo a lo oscuro. 

Me temen porque siempre, 
por alguna razón desconocida, 
busco el papel, la madera y la carne, 
los rozo y acaricio y voy comiendo, 
y yo misma 
perezco en sus cenizas. 
Es que soy desprendida hasta la médula. 
Los que me tocan dan un grito: 
para la gente 
mi amor es un escándalo. 

MAKOTO OOKA ~ versión de AURELIO ASIAIN


Oda al fuego




Ernest Bloch – Voz en el desierto
La más profunda reflexión de Bloch

Las obras del «ciclo judío» de Ernest Bloch tienen siempre un profundo mensaje de unción y de fe, con una actitud reflexiva acerca del hombre y su destino. Si bien no se basa en verdaderas melodías hebreas), en cambio sí tiene siempre en sus partituras inflexiones indiscutiblemente personales y enraizadas en la tradición de su raza.
Si dejamos de lado su Suite hebraica, de 1951 —una obra ya nostálgica del ya lejano «ciclo»—, Voz en el desierto es la última partitura de Bloch con inspiración judía. Y es bastante más difícil que las restantes obras del «ciclo». Reconcentrada, austera, sin ningún tipo de concesiones al melodismo de impacto inmediato, la obra es una reflexión final sobre el destino humano: la «voz que clama en el desierto» (Isaías, 40:3) ¿será la que anuncia los caminos del Señor de Israel?

Al oír esta obra —y sobre todo después de haber oído el Schelomó, la Sinfonía Israel o los Tres poemas judíos, todos ellos con su intenso melodismo y conmovedora emoción fácilmente comprensible—, nos puede resultar dificultosa su aprehensión y poco comprensible su intencionalidad. Pero un inteligente melómano debe insistir en escucharla, una y otra vez, hasta que su mensaje de interioridad y unción recóndita sea finalmente asimilado, y se aprecie así en su totalidad la belleza de la partitura.
El violonchelo, nuevamente, es la voz, la voz que clama en el desierto, como un San Juan Bautista que anuncia la maravilla de «Lo Venidero».
Para añadir un material muy valioso a esta mi introducción, transcribo el texto de Ernest Chapman que figura en el sobre del long-play de vinilo de donde he extraído esta grabación.

«Voz en el desierto, subtitulada ‘Poema sinfónico para orquesta con violonchelo obbligato’, fue compuesta en Chatel, Alta Saboya, en 1935. Existe una versión primitiva para violonchelo y piano, una segunda para violonchelo y orquesta (que es la que presentamos) y una tercera abreviada para piano solo, publicada bajo el título de Visiones y profecías. No hay un programa en torno de la obra, que mejor debe ser considerada como una serie de meditaciones, quizá sobre el destino del hombre. Comparada con otras partituras de Bloch, como Schelomó, esta obra es ascética, introvertida, casi filosófica, y, por otro lado, es más económica en el empleo del efecto y el color orquestal.
»Voz en el desierto consta de seis breves movimientos, independientes por completo unos de otros, pero unificados por su cohesión anímica y estilística y su pensamiento subyacente. Con todo, hay un tema que reaparece varias veces: es para cuerdas graves y vientos, y se escucha al comienzo mismo de la partitura. Cada movimiento sigue el mismo procedimiento general, que es además bastante infrecuente. Primero hay una enunciación puramente orquestal, con uno o más temas. Luego sigue una segunda sección, en la cual el violonchelo, acompañado por la orquesta, comenta y expande la primera parte. No hay separaciones efectivas entre los seis movimientos, pero como cada uno de ellos comienza con un definido cambio de atmósfera, no es dificultoso seguir la progresión de la obra.
»Una breve guía a los movimientos:
1. Moderato (poco lento). Principalmente grave y calmo en su expresión.
2. Poco lento. Aquí la atmósfera es decididamente oriental y remota, teñida de cierta amargura.
3. Moderato. Esta sección nos trae un claro cambio de atmósfera, que ahora es más enérgica, amplia y extrovertida. Se cierra con un acorde violentamente tenido para plena orquesta.
4. Adagio piacevole. Un idílico y soñador intermezzo que nuevamente presenta un sabor oriental.
5. Poco agitato. Un movimiento más pesado y poderoso que los anteriores. En este caso, el violonchelo comienza su comentario con una cadenza, mientras los compases conclusivos citan fragmentos de movimientos precedentes.
6. Allegro. Éste es el más vasto y sustancial de los movimientos, y concluye con una nota de poderío y esperanza. Hacia el final, el tema principal del primer movimiento y otros motivos presentados previamente son conmovedoramente rememorados.»








Bloch, Ernest

Siglo XX

Suiza / EE.UU. [1880-1959]
Nació en el seno de una acomodada familia de comerciantes judíos en Suiza. Estudió composición con Emile-Jacques Delcroze y violín con Rey; después, en Bruselas, con el violinista Eugéne Isaye y composición con Rasse; para continuar luego en Alemania con Ivan Knorr y Ludwig Thuille. No consiguió estrenar sus obras, por lo que regresó a Ginebra para trabajar con su padre. Durante esta época compuso una ópera adaptada de Macbeth, que finalmente fue aceptada para ser representada en la Opera Comique de París. En este período nació su interés por la música judía. En Estados Unidos se vió en una situación económica delicada, de la que salió con la ayuda de varios amigos músicos. Luego se dedicó a la educación musical y a la composición, para terminar encontrando el éxito con América. Finalmente su talento fue reconocido y recompensado con premios y honores.

Cronología

·                               1894-1896 Estudió composición y violín en Ginebra.
·                               1897-1901 Estudios en Bruselas, Frankfurt del Meno y Munich.
·                               1910 Estreno en la Opera Comique de la ópera Macbeth.
·                               1912 Comenzó a interesarse por hacer una música inspirada en melodías judías.
·                               1915 Dirigió el estreno de la Sinfonía en do sostenido menor.
·                               1916 Llegó a Estados Unidos como director de la compañía Maud Allen.
·                               1919 Le otorgaron el premio Elizabeth Sprague Coolidge por su Suite para violín y piano.
·                               1920-1925 Dirigió el Cleveland Institute of Music.
·                               1931 Recibió una pensión y se retira de la enseñanza.
·                               1942 Es elegido miembro de la Academia Americana de las Artes y las Letras.
·                               1959 Murió el 15 de julio en Portland, Oregón.

Principales Obras

·                                 1896-1901 Sinfonía Oriental, Andante (cuarteto de cuerdas).
·                                 1902-1911 Sinfonía en do sostenido menor, ópera Macbeth.
·                                 1912-1917 Tres poemas judíos,Schelomo, Israel. Tres Salmos para voz y orquesta.
·                                 1916-1919 Suite (viola y piano).
·                                 1920-1925 Concerto Grosso, Suite Baal Shem, Quinteto para piano.
·                                 1927 América (rapsodia).
·                                 1934 Servicio Sagrado.
·                                 1936-1950 Voz en el desierto (orquesta y violonchelo obbligato).



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