Era la primavera del verso pálido
de mis años de promesas y desengaños,
cuando comprendí que había llegado
el momento de alejarme de mi pasado.
Un domingo de abril tomé coraje
y me marché dejando mi mejor traje,
a verme con la vida cara a cara,
a conocer el mundo de madrugada.
Yo queria ser mayor,
queria ser mayor .
Yo queria ser un hombre habilitado
yo queria ser mayor
y no ser un niño malhumorado
yo queria ser mayor.
La gente me ha enseñado a ser discreto,
sereno, complaciente, equilibrado...
A cambio de mis sueños me han dejado
un sitio para el vicio y el pecado.
Yo queria ser mayor,
queria ser mayor .
Yo queria ser un hombre habilitado
yo queria ser mayor
y no ser un niño malhumorado
Yo queria ser mayor.
Ya no quiero ser mayor
no quiero ser mayor
No quiero ser un hombre domesticado.
Ya no quiero ser mayor
No quiero ser mayor
Prefiero ser un niño enamorado
Alejandro Magno - Liberación de Egipto y entronización como Faraón
Alejandro Magno llegó a Egipto y quedó fascinado por su cultura y grandes realizaciones.
Realizó una expedición hacia Siwa para visitar el Oráculo de Amon y conocer su destino. Allí fue proclamado hijo de Amon Zeus y divinizado.
La influencia que supuso Egipto para Alejandro fue muy importante y marcó profundamente sus sueños de grandeza.
Según Arriano de Nicomedia, Alejandro quería ir a Egipto porque los héroes griegos, Perseo y Heracles (antepasados de Alejandro) habían ido y visitado el Oráculo de Zeus-Amon. Alejandro y el mundo griego admiraban a Egipto por sus misterios, sus paisajes y su herencia cultural. Egipto era un lugar muy soñado por Alejandro Magno. Tenía un gran deseo de conocer esa tierra casi mítica y conquistarla.
Tardaron 7 días y recorrieron 200 km desde Gaza. Cuando llegó a Pelusio (actual Port Said ) en diciembre de 332 AC, encontró su flota ya anclada en el puerto. Aquí, el satrapa persa Mazaces se encontró con Alejandro y un funcionario llamado Amminapes, quién entregó el país. Mazaces pudo tener deseó de comportarse un poco más heroicamente, pero él no tenía ninguna tropa, la habían destruido en la batalla cerca de Iso, y sabía que en caso de guerra, él tendría que hacer frente al invasor y a la población indígena, que se había rebelado muy recientemente (en 338-336). Amminapes tenía otros planes: él había vivido en Macedonia y conocía al conquistador.
Dejó una guarnición en Pelusium o Pelusio, y hizo que la flota remontara el Nilo mientras él, por tierra, se encaminaba a Menphis.
Ordenó a su marina de guerra ocupar Memphis y condujo a su ejército a Heliopolis. Éste era uno de los lugares más importantes de la vida religiosa de Egipto: aquí estaba el templo de Ra. Alejandro no tan solo era un devoto religioso, sino que creía que su destino y su naturaleza estaban amparados por los mitos y los dioses. Adoraba a los dioses con sinceridad, y veneró a los dioses locales casi con el mismo énfasis con el que adoraba a los suyos; llegando a construir incluso dos santuarios y restaurando los que estaban en ruinas. En esta ciudad, probablemente Alejandro aceptó los títulos de faraón de Egipto.
Los Egipcios lo vieron como un mensajero de Persia al principio, y le aceptaron como su faraón después. Aclamado en todo Egipto como libertador, Alejandro fue entronizado como faraón, con la doble corona y el áspid, los cetros cruzados del cayado y el mayal, símbolos del pastor y el juez. Sobreviven tarjetas que dicen: «Horus, el príncipe fuerte, aquel que puso las manos en las tierras de los extranjeros, amado de Amón y elegido de Ra, hijo de Ra, Alejandro». Con respecto a Egipto y a sus pueblos, la tradición inmemorial lo convirtió en dios. Alejandro poseía una gran tolerancia religiosa y asimilaba ritos y costumbres de los paises vencidos. En Judea, ofreció ofrendas al dios de los judíos y éstos lo recordaron en los textos bíblicos.
“”No descuidó el mundo griego y celebró juegos ceremoniales, no sólo para
atletas, sino también para las artes escénicas, lo que probablemente fue más de su agrado. De las ciudades griegas llegaron muchos participantes. Fue la primera vez que saboreó las mieles de la auténtica magnificencia; no llegó al palacio de Persia como un tosco provinciano.”” (Mary Renault)
El nuevo faraón continuó en Memphis, donde hizo sacrificios a Apis. Por todas partes, saludaron a los macedonios como libertadores. Y de hecho lo eran: los persas ya lo habían ocupado e invadido entre 525 y 404 y lo tenían ocupado y administrado desde solamente once años antes a la llegada de Alejandro. Los egipcios todavía recordaban su libertad anterior, una idea que Alejandro sabía utilizar para su propia ventaja.
“”Hay que hacer un esfuerzo para imaginar el impacto que esa civilización de fábula ejerció en Alejandro y sus hombres –la mayoría de los cuales ni siquiera habían visto Atenas–, convertida en leyenda desde la infancia, mientras seguían el gran río que era su sostén, su ruta nacional y su camino sagrado. Hay que imaginar lo que sintieron al llegar a los grandes templos de Menfis; a las pirámides, con sus lados de lisura geométrica; a la sonrisa aún no arrasada de la descomunal Esfinge. Debió de modificar la escala de su perspectiva humana.
Uno se estremece al pensar que cuando Alejandro Magno se detuvo a contemplarla, habia pasado ya tanto tiempo desde que fue construida como el que ha pasado desde la epoca en que vivió Alejandro hasta nuestros dias. Si eso no es la eternidad, se le parece mucho.”” (Mary Renault)
La Historia del Arte nos ha dejado un testimonio de estos hechos. En Luxor existe un relieve donde se ve a Alejandro haciendo las ofrendas al dios Amón, como lo hace un converso.
Viste la indumentaria faraónica:
Klaft faraónico (el manto que cubre la cabeza y va por detrás de las orejas, clásico del antiguo Egipto), más las coronas roja y blanca que se sostienen en equilibrio inestable.
Cola litúrgica de chacal, que con el tiempo se transformó en "cola de vaca".
Ofrenda en cuatro vasos como símbolo para indicar "cantidad", "repetición", "abundancia" y "multiplicación".
En los jeroglíficos de la pared se distinguen además los dos nombres de Alejandro-faraón y ambos se presentan dentro del anillo elíptico:
Alejandro como Horus
Alejandro como Alejandro
Cuando leí el título de esta obra pensé de inmediato en el mítico Hércules y sí, Hércules el semidiós tiene algo que ver con esta historia, pero lo cierto es que me olvidé del verdadero protagonista, el famoso detective belga -que no francés- Hércules Poirot.
La escritora ha conseguido relacionar a los más famosos Hércules de la historia en esta novela. Esta es la nota de introducción de la autora que figura en el inicio del libro:
"El nombre de pila de Poirot me indujo irresistiblemente a escribir esta serie de historias cortas. Inicié el trabajo con gran entusiasmo, mas al poco tiempo perdí el ánimo ante el gran cúmulo de dificultades que no había previsto. Escribí sin titubear algunos de los episodios, tales como El león de Nemea y La hidra de Lerna. El toro de Creta, asimismo, salió de mi pluma con toda naturalidad; pero algunos de los «trabajos» eran un desafío a mi ingenio. El jabalí de Erimantea me tuvo en suspenso durante mucho tiempo, y lo mismo pasó con El cinturón de Hipólita. Y en cuanto a La captura del Cancerbero he de reconocer que me hizo perder todas las esperanzas. No podía imaginar ninguna acción apropiada a dicho título. Así es que durante seis meses no volví a ocuparme del asunto. Pero de pronto, subiendo un día las escaleras del «metro», se me ocurrió la idea. Pensé en ella con tanta excitación que subí y bajé las escaleras siete u ocho veces y por poco me atropella un autobús cuando, al fin, me dirigía a casa. El fregadero es el lugar más seguro y apropiado para planear mentalmente una historia. El trabajo meramente mecánico ayuda al fluir de las ideas y resulta delicioso encontrarse hechas las tareas domésticas sin acordarse de que una las hizo. Recomiendo de forma particular la rutina de los trabajos caseros a todas aquellas personas que pretendan crear una obra literaria. Ello no incluye el cocinar, pues en sí ya es una creación, mucho más divertida que escribir, mas, por desgracia, no tan bien pagada."
AGATHA CHRISTIE
(Ver reseña)
FICHA TÉCNICA
Título: Los trabajos de Hércules
Autor: Christie, Agatha
Título original: The Labours of Hercules
Traducción: A. Soler Crespo
Tema: Policiaca
Editorial: Molino
ISBN: 8427201621
Páginas: 253
Encuadernación: Rústica
Año de edición: 1991
Edición original: 1947
Se trata de 12 relatos cortos, protagonizados todos por el famoso detective Hércules Poirot.
Poirot recibe en su casa la visita de un amigo doctor, que perora durante horas sobre la atención y el cuidado que deberían poner los padres al escoger el nombre para sus hijos, citando como ejemplo al propio Poirot, que es lo menos parecido a un “Hércules”.
Un poco molesto, Poirot siente esto como un desafío pero lo cierto es que, aunque físicamente no se asemeja nada al héroe mítico, gigantesco, rudo, de fuerza bruta, cree que, metafóricamente sí que podría emularle en la realización de sus doce trabajos y decide que, antes de retirarse, aceptará doce casos más, doce casos que se asemejen a aquellos que hizo el otro “Hércules” con el único fin de demostrarse a sí mimo que tiene las aptitudes necesarias como para hacer honor a su nombre.
Trece capítulos componen este libro, la introducción, en la que el médico visita a Poirot, y otros doce, uno por cada uno de los casos que resuelve y que llevan como títulos los mismos que nombran los trabajos del héroe: “El león de Nemea”, “La hidra de Lerna”, “La cierva de Cerinia”, “El jabalí de Erimanto”, “Los establos de Augías”, “Los pájaros del Estínfalo”, “El toro de Creta”, “Las yeguas de Diomedes”, “El cinturón de Hipólita”, “El ganado de Gerión”, “Las manzanas de las Hespérides” y “La captura de Cerbero”.
Un libro con narraciones muy al estilo de la autora pero, al ser historias cortas, no puede lucirse como acostumbra. No todas las historias tienen la misma calidad y, en conjunto, no pasa de entretenidillo, ni siquiera entretenido.
Está claro que los relatos breves no son lo mío.
Los trabajos de Hércules - Agatha Christie
ftp://77.226.106.165/pub/Tecano/Libros%20de%20LLR/Libros%20C-E/Christie,%20Agatha/Los%20Trabajos%20De%20Hercules/Agatha%20Christie%20-%20Los%20Trabajos%20De%20Hercules%20-%20Agatha%20Christie.pdf
Esa mujer me esta matando
Me ha Espinado el corazón
Y por mas que trato de olvidarla
Mi alma no da razón
Mi corazón aplastado
dolido y abandonado
A ver A ver
Tu sabes, dime mi amor
Cuanto amor
Y que dolor nos quedó
Ah ah ah, corazon espinado
Como duele, me duele la man
Ah ah ahy, como me duele el amor
Y como duele, como duele el corazón
Cuando uno es bien entregado
Pero no olvides mujer que algún dia dirás
Ay ay ay, como me duele el amor
Ah ah ay, corazón espinado
Como duele, me duele la man
Ah ah ah, como me duele el amor
Ah ah ahy, corazón espinado
Ah ah ah, como me duele el amor...
Como me duele el olvido
Como duele el corazón
Como me duele estar vivo
Sin tenerte a un lado amor
Corazón Espinado (x4)
Vuelve el Poirot de
Agatha Christie de la mano de la novelista Sophie Hannah
‘Los crímenes del monograma’ sitúan al famoso
inspector belga en el Londres de 1929
El inspector Hércules Poirot no ha resucitado,
pero ha vuelto.Agatha Christiele hizo morir de un infarto en
diciembre de 1975, semanas antes de que la propia novelista falleciera en la
vida real en enero de 1976. Pero ha vuelto de la mano de la novelista y poeta
inglesa Sophie Hannah (Manchester, 1971), que ha escrito un nuevo episodio del
inspector Poirot, del que Christie había dejado escritas 33 novelas y 54
relatos cortos, que la nueva autora sitúa en elLondresde 1929.
Los crímenes del monograma (Espasa) se publicó el
día 9 de septiembre y salió a la venta al mismo tiempo en 30 lenguas y 50
países, como si se tratara del mismísimo Harry Potter o la última versión delgadgetelectrónico del momento. El proyecto
es una iniciativa de los herederos de Christie y sus editores, que lo
presentaron este lunes en Londres.
Hannah no ha hecho resucitar a Poirot del
infarto que acabó con su vida cuando era ya un personaje anciano y desvalido
que tuvo que apoyarse en su amigo Hastings para resolver su último caso. Ella
sitúa la nueva trama en el Londres de 1929, aprovechando que en ese momento no
se publicó ninguna de las entregas de Christie.
La escritora nacida en Manchester en 1971, que
publicó a los 24 años su primer libro de poemas y ha vendido más de 100.000
copias de su primera novela, publicada en 2006, se ha especializado en las
novelas psicológicas de crímenes, por lo cual cuando oyó hablar por primera vez
de la idea de que alguien escribiera una nueva entrega de Poirot le pareció que
era un proyecto imposible.
“Pensé que nadie que no fuera Agatha Christie
podía escribir una novelasobre Poirot”,declara en un video promocional.
Cuando supo que detrás del proyecto estaban la familia y los editores de
Christie “empecé a pensar, que quizás alguien la escribiría, pero no yo”. “Pero
mi agente me dijo que a mí me gustaba mucho Agatha Christie y que tendría que
pensar en hacerlo. Y se daba la extraña coincidencia de que desde hacía como
dos o tres años tenía en mi cabeza una idea de lo que siempre pensé que era una
típica trama de Agatha Christie que no conseguía encajar en uno de misthrillerspsicológicos
contemporáneos porque no era una idea contemporánea, sino una idea muy adecuada
para la edad de oro del misterio”, añade.
Cuando se decidió a aceptar el encargo, lo que
hizo fue “introducir un personaje nuevo que no está en las novelas de Christie:
inventé el personaje del policía llamado Edward Catchpool”. “Él es el narrador
y nunca antes ha narrado una de las novelas de Agatha Christie. Y eso era para
mí una razón orgánica y justificable por la que el libro no iba estar escrito
al estilo de Christie. Desde el punto de vista de la creatividad ha sido el
reto más estimulante que he tenido nunca”, asegura Hannah.
El proyecto tiene el
pleno apoyo de Mathew Prichard, nieto de Agatha Christie. “La idea de Sophie
para la trama era tan adictiva y su pasión por el trabajo de mi abuela fue tan
fuerte que tuvimos la certeza de que había llegado el momento de escribir una
nueva novela de Christie”, declaró en su momento.
Como explicó la propia Sophie Hannah en la
pasada edición deBarcelona Negra,
en la que dio algunas pistas sobre su trabajo en el retorno de Poirot, la
vigencia del personaje se debe “a su componente de hombre súper listo, que
triunfa allí donde se estrellarían otros; la gente no quiere siempre violencia
y manos y pies semienterrados aquí y allá”. Aunque es probable que el éxito de
la serie de televisión protagonizada por David Suchet tenga también mucho que
ver con la supervivencia de Poirot a lo largo del tiempo.
EnLos
crímenes del monograma, el meticuloso y obsesivo ex policía belga
está disfrutando de su solitaria cena en un pequeño restaurante londinense
cuando una mujer muy alterada entra en el local y le confía que alguien está a
punto de matarla. Cuando unas horas más tarde son asesinadas tres personas en
un cercano y elegante hotel, Poirot se pregunta si aquella mujer del
restaurante va a ser la cuarta víctima.
La novela llega a España bajo el sello deEspasa.
Berta Noy, editora Ejecutiva Ficción Internacional del Grupo Planeta, recuerda
que desde el momento en que le hablaron del proyecto, poco antes de la Feria de
Francfort de 2013, se propuso conseguirlo por un doble motivo: "Como tanta
otra gente, fui en su día una lectora voraz de Agatha Christie y fue una de las
autoras que me contagió la pasión por leer. Y sigo siendo una feliz lectora de
novela negra, por lo que conocía ya (y me gustaba) el trabajo de Sophie Hannah.
Antes de leer una línea, la combinación Christie/Hannah ya me pareció potente.
Y el resultado supera todas mis expectativas:Los crímenes del monogramaes una novela estupenda, un puzzle
perfecto al más puro estilo Agatha Christie que se devora con intriga y
pasión".
A menudo en el monte, bajo algún viejo roble,
viendo el sol que se pone tristemente me siento;
dejo que todo el llano mis miradas abarquen,
el cambiante paisaje que se extiende a mis pies.
Aquí el río con olas espumosas murmura,
serpentea y se pierde en oscuros confines;
allí inmóvil el lago es un agua dormida,
con la estrella de Venus adornando su azul.
En la cima, que bosques muy sombríos coronan,
el crepúsculo pone su fulgor postrimero;
y el brumoso carruaje que conduce las sombras
emblanquece, elevándose todo el amplio horizonte.
De la gótica flecha surge entonces un son
religioso que invade todo el aire; el viajero
se detiene y escucha la campana que mezcla
a los últimos ruidos de aquel día su canto.
Pero halagos así no conmueven mi alma,
que parece insensible, incapaz de emoción;
y contemplo la tierra como un vago fantasma:
no calienta a los muertos este sol de los vivos.
De colina en colina pongo en vano mis ojos,
desde el norte hasta el sur, de la aurora al poniente,
y me digo: «No existe ni un lugar en el mundo
donde pueda pensar que me espera la dicha».
¿Qué me importan los valles, los palacios, las chozas?
Sus encantos son vanos, para mí nada cuentan.
Ríos, montes y bosques, soledades amadas,
sólo un ser está ausente y todo es un desierto.
Miraré indiferente los caminos del sol,
qué más da si en su inicio o en su parte final;
si se pone o si nace entre nubes o azul,
¿a mí el sol qué me importa? Nada espero del día.
Si pudiera seguirle en su larga carrera
por doquier yo vería el vacío y el páramo.
Nada quiero de todo lo que el sol ilumina,
nada quiero tener del inmenso universo.
Mas tal vez más allá de su curva celeste,
donde el sol verdadero otros cielos alumbra,
si pudiera dejar mis despojos aquí
lo que tanto he soñado se mostrara a mis ojos.
Allí me embriagaría en la fuente deseada
y volviera a encontrar esperanza y amor,
ese bien ideal al que aspiran las almas
y que no tienen nombre aquí abajo en la tierra.
¡Si pudiera en el carro de la Aurora elevarme
vago fin de mis ansias, en el cielo hasta ti!
¿Por qué aún sigo atado a esta tierra de exilio?
Entre la tierra y yo nada existe en común.
Cuando la hoja del bosque cae sobre los prados,
cuando el viento nocturno la arrebata a los valles,
yo quisiera también ser esa hoja caída:
¡Arrastradme como ella, aquilones, borrascas!
Wolfgang Amadeus Mozart
(Austria,
1756-1791)
Compositor austriaco
del periodo clásico. Uno de los más influyentes en la historia de la música
occidental. Nació el 27
de enero de 1756 en Salzburgo, y lo bautizaron con el nombre de
Johannes Chrysostomus Wolfgang Amadeus Mozart. Estudió con Leopold Mozart, su
padre, conocido violinista y compositor que trabajaba en la orquesta de la
corte del arzobispo de Salzburgo.
A los seis años Mozart era ya interprete
avanzado de instrumentos de tecla y eficaz violinista, a la vez que hacía gala
de una extraordinaria capacidad para la improvisación y la lectura de
partituras. Todavía hoy se interpretan cinco pequeñas piezas para piano que
compuso a esa edad. En 1762 Leopold comenzó a llevar a su hijo de gira por las cortes
de Europa. Durante este periodo compuso sonatas, tanto para clave como para
violín (1763), una sinfonía (1764), un oratorio (1766) y la ópera cómica La
finta semplice (1768). En 1769 fue nombrado Konzertmeister del arzobispado de
Salzburgo, y en La Scala de Milán el Papa le hizo caballero de la Orden de la
Espuela Dorada. Ese mismo año compuso Bastien und Bastienne, su primer
singspiel (tipo de ópera alemana con partes recitadas). Al año siguiente le
encargaron escribir su primera gran ópera, Mitrídates, rey del Ponto (1770),
compuesta en Milán. Con esta obra su reputación como músico se afianzó todavía
más. Mozart volvió a Salzburgo en 1771. El cargo de Mozart en la ciudad no era
remunerado, pero le permitió componer un gran número de obras importantes
durante seis años, eso sí, en detrimento de su situación económica. En 1777
obtuvo permiso para dar una gira de conciertos, y se fue a Munich con su madre.
A la edad de veintiún años Mozart buscaba en
las cortes europeas un puesto mejor remunerado y más satisfactorio, pero sus
deseos no se cumplieron. Marchó a Mannheim, capital musical de Europa por aquel
entonces, con la idea de conseguir un empleo en su orquesta, y allí se enamoró
de Aloysia Weber. Leopold envió a su esposa e hijo a París. La muerte de su
madre en la capital francesa en 1778, el rechazo de Weber y el desprecio de los
aristócratas para quienes trabajaba hicieron que los dos años transcurridos
entre su llegada a París y su regreso a Salzburgo en 1779 fueran un periodo
negro en su vida. Ya en su ciudad natal, Mozart compuso dos misas y un buen
número de sonatas, sinfonías y conciertos. Estas obras revelan por primera vez
un estilo propio y una madurez musical extraordinaria. El éxito de su ópera
italiana Idomeneo, rey de Creta, encargada y compuesta en 1781, hizo que el
arzobispo de Salzburgo le invitara a su palacio, en Viena, pero se sintió
explotado y decidió marcharse. Se dedicó entonces a dar clases en una casa que
alquilaron para él unos amigos. Allí compuso el singspiel, El rapto en el serrallo,
encargada en 1782 por el emperador José II. Ese mismo año se casó con Constanze
Weber, hermana menor de Aloysia; juntos vivieron acosados por las deudas hasta
la muerte de Mozart. Las óperas Las bodas de Fígaro (1786) y Don Giovanni
(1787), con libretos de Lorenzo Da Ponte, aunque triunfaron en Praga, no fueron
bien recibidas en Viena.
Desde 1787 hasta la creación de Così fan
tutte (1790, también con libreto de Da Ponte), Wolfgang no recibió nuevos
encargos de óperas. Para la coronación del emperador Leopoldo II en 1791
compuso La clemenza di Tito, con libreto de Metastasio. Las tres grandes
sinfonías de 1788 nº 39 en mi bemol, nº 40 en sol menor y nº 41 en do (Júpiter)
nunca se interpretaron bajo su dirección. Mientras trabajaba en La flauta mágica
(1791, con libreto de Emmanuel Schikaneder), el emisario de un misterioso conde
Walsegg le encargó una misa de réquiem. Esta obra, inacabada por la muerte de
Mozart, fue su última composición, que terminó Franz Süssmayr, discípulo suyo.
Mozart murió en Viena el 5 de diciembre de 1791, se cree que por una dolencia renal
crónica. Sólo unos pocos amigos fueron a su funeral. La leyenda por la cual el
compositor italiano Antonio Salieri pudo haber asesinado a Mozart carece de
todo fundamento.