Acuérdate, Barbara,
Llovía sin cesar en Brest aquel día
Y te encaminabas sonriente
espléndida encantada empapada
bajo la lluvia
Acuérdate, Barbara
Llovía sin cesar en Brest
Y contigo me crucé en la calle de Siam
Tú sonreías
y yo te sonreía
Acuérdate Barbara
Tú a quien yo no conocía
Tú que no me conocías
Acuérdate
Acuérdate aún de aquel día
No lo olvides
Un hombre se resguardaba en un soportal
Y gritó tu nombre
Barbara
Corriste hacia él bajo la lluvia
Empapada encantada espléndida
Y te arrojaste en sus brazos
Acuérdate Barbara
Y no te enfades si te tuteo
Hablo de tú a quienes amo
Aunque los haya visto una sola vez
Hablo de tú a todos los que se aman
Aunque no los conozca
Acuérdate Barbara
No olvides
Aquella lluvia sabia y feliz
en tu rostro feliz
En aquella ciudad feliz
Esa lluvia sobre el mar
Sobre el arsenal
Sobre el barco de Ouessant
Oh Barbara
Qué gilipollez la guerra
Qué habrá sido de ti
Bajo esta lluvia de hierro
De fuego de acero de sangre
Y aquel que te estrechaba en sus brazos
Cariñosamente
Estará muerto desaparecido o quizá viva
Oh Bárbara
Llueve sin cesar en Brest
Como llovía antes
Pero no es lo mismo y todo se echa a perder
Es una lluvia de terrible luto y desolación
Ni siquiera es una tormenta
De hierro de acero de sangre
Son simplemente nubes
Que revientan como perros
Unos perros que desaparecen
Bajo la corriente de Brest
Y se pudrirán lejos
A lo lejos muy lejos de Brest
Donde ya no queda nada
Jacques Prévert (Paroles, 1946).
Traducción de Alfonso Salazar
Canciones con historia: "Imagine" John Lennon
John Winston Lennon, nació en Liverpool, Inglaterra, el 9 de octubre de 1940, mientras los aviones nazis bombardeaban la ciudad. Con tan solo 18 años escribió su primera canción, “Hello, Little Girl”, que cinco años más tarde interpretada por The Fourmost llegó a escalar hasta el puesto 10 en las listas de éxitos. Fundador de The Beatles, quizás la mejor banda de rock de la historia con The Rolling Stone, fue un gran compositor. Con Paul Mc Cartney formó una de las parejas más importantes del siglo XX. Juntos firmaron la mayoría de los temas deThe Beatles, eran melodías que encajaban a la perfección en el llamado “sonido Liverpool”. Hay un hecho que no admite discusión: sin John Lennon, The Beatles nunca hubieran existido. Era su líder carismático y quien “unió” al grupo al resto de los componentes. De esa etapa musical (1962-1970) hablaremos en un próximo post dedicado a esta banda sin igual.
Solo citar un par de anécdotas de esa época, muy celebradas y también muy famosas. Como la que protagonizó durante un concierto en el Royal Variety Show, al que asistían la Reina Madre y otros miembros de la realeza británica, cuando con su habitual ironía le comentó al público: “Para nuestra siguiente canción, me gustaría pedirles su ayuda. Los del gallinero pueden aplaudir, y el resto de ustedes basta con que hagan sonar sus joyas”. Otra frase, también muy controvertida, fue la que pronunció en 1966: ”The Beatles son más populares que Jesucristo”. Se formó un gran escándalo. Lejos de rectificar puso todavía más énfasis en aclarar que: “No dije que The Beatles son mejores que Jesucristo, dije que somos más populares, como lo puede ser la televisión o cualquier otra cosa”, y agregó que había sido malinterpretado.
En 1966 conoció en un museo a Yoko Ono, artista plástica, japonesa, más tarde amante y luego su segunda esposa. Fue el gran amor de su vida y contrae matrimonio después de divorciarse de Cynthia Powell, su primera mujer, con la que había tenido un hijo. Yoko le animó a pensar en cosas diferentes a la música, y es para muchos la gran causante de la separación de The Beatles.
Lennon abandonó la banda en septiembre de 1969, con alguna actuación esporádica posterior, como la grabación de “Abbey Road”, su último álbum juntos, para cumplir los compromisos adquiridos. Inicia su carrera como solista cuando empiezan a tener problemas internos. En un principio, estuvo de acuerdo en no hacer pública su decisión porque estaban negociando un contrato de grabación, pero cuando en abril de 1970 se enteró que McCartney había publicado su propio álbum como solista, su reacción no se hizo esperar. Enseguida muestra su malestar y, añadido a la hostilidad que parte de sus compañeros mostraban a Yoko Ono, y que tanto Harrison como Ringo también estaban hartos de Paul, lo hace público. La verdad es que desde la muerte de Brian Epstein, su manager y amigo, comienza la cuesta abajo de The Beatles. A partir de ahí el enfrentamiento entre Paul y John fue continuo hasta acabar cada uno por su lado. Eso se notó en algunas de las canciones compuestas por Lennon, como “Come Together“, en la que ya muestra lo que será su nuevo estilo. En 1970 apareció “Let It Be”, su álbum póstumo, y aunque había sido grabado antes que “Abbey Road” salió a la venta en el mes de mayo de ese año.
A más de 30 años de su muerte, el vacío dejado por John Lennon, en especial en su faceta como compositor, no ha sido llenado por nadie. Ni siquiera por Paul Mc Cartney, su compañero en The Beatles. Fue un líder, un soñador que nunca tuvo miedo a expresar sus opiniones, equivocadas o no, muchas veces en contra de lo establecido.
Muy poco se puede añadir de John Lennon que no se haya dicho ya. Pacifista, revolucionario, idealista, y con una etiqueta sobre todas: fue el alma, junto a McCartney, del conjunto musical más importante de la historia. Sin embargo, “Imagine” no es un disco de The Beatles sino de Lennon. Tiene algo del sonido “beatle” pero es muy difícil que se hubiera atrevido con esa canción, por muy buena que sea, en sus años con el grupo. Quien recuerde sus dos etapas puede pensar que no existe una gran diferencia entre “Imagine” y por ejemplo “Let it be”, pero la había, y era la paz interior que según él había alcanzado, y que le permitió componer un disco tan melodioso y lleno de contenido. Todo lo que había grabado en solitario hasta 1971 tenía un sonido mucho más áspero. Había una razón para el cambio: iba más en consonancia con su nuevo idealismo, lucha por la paz y mensajes anticapitalistas y antibélicos. Eso sucedió en “Imagine”, un título sugerente donde refleja muchas de sus inquietudes. Una letra inspirada en sus esperanzas por lograr la paz mundial, que sin embargo recibió numerosas críticas por su percepción tan negativa y su ataque frontal a instituciones que no se lo merecían. John Lennon la compuso en su habitación de Ascot, Inglaterra, sentado en un gran piano blanco que se ha hecho casi tan famoso como la propia canción, mientras Yoko Ono le observaba. Una melodía sencilla, de gran belleza que habla de cómo la imaginación puede llegar a cambiar el mundo si se tiene fe.
En 1975, una vez terminada su batalla contra la administración del presidente Nixon, empeñada en expulsarlo de los EE UU por “extranjero indeseable”, se aparta de toda actividad musical y se dedica solo a su familia y a su hijo Sean Ono recién nacido. Así permanece durante cinco largos años hasta 1980, año en que graba con Yoko el álbum “Double Fantasy”. Poco duró su última etapa. A las pocas semanas de su lanzamiento, el 8 de diciembre de ese mismo año, en presencia de su esposa Yoko Ono, es asesinado a la entrada del edificio Dakota donde vivía por Mark Chapman, un fan perturbado que le disparó cinco veces por la espalda causando su muerte.
“Vivimos en un mundo donde nos escondemos para hacer el amor, pero la violencia se practica a plena luz del día”, solía decir John Lennon. Sus canciones fueron aclamadas como himnos contra la guerra, pero hay algo que siempre tuvo claro: ante todo era un ex Beatle, y siempre lo tenía presente al escribir sus canciones .
Carlos Loiseau (Salta, Argentina, 9 de noviembre de 1948 - Adrogué, Argentina, 8 de mayo de 2012) ―más conocido como Caloi― fue un dibujante e historietista argentino, creador del personaje Clemente.
Biografía
Caloi publicó sus primeros trabajos como profesional en 1966 en la revista Tía Vicenta. Un año después publicó una serie llamada «Artista, Flor, Ejecutivo» en María Belén.
Entre 1968 y 1971 fue dibujante de la revista Análisis en las secciones humorística y política. También en 1968 empezó a trabajar para el Clarín(Buenos Aires).
Durante los años setenta realizó varias campañas publicitarias para los cigarrillos Parliament.
En 1970 realizó un cortometraje de dibujos: Las Invasiones Inglesas que también fueron muy queridas, pero en su momento fueron despreciadas.
En Clarín aparecieron desde 1973 las tiras diarias de Clemente y Bartolo y una página de humor en la revista Viva.
Entre 1976 y 1982 colaboró con la revista deportiva El Gráfico.
Entre 1981 y 1982 hizo la campaña gráfica de la empresa La Europea. Participó también en campañas de Terrabusi, Cervecería Quilmes,Molinos, el Programa de Erradicación de la Violencia en los Estadios de Fútbol, Laboratorio B y K, Lotería de Jujuy y Quini 6, entre otras.
Llevó a su personaje Clemente a la televisión en el año 1982. Caloi era el guionista y director del programa hecho con muñecos que se transmitió diariamente por Canal 13 hasta 1989 y por varias emisoras de la Argentina.
En el año 1987 se realizó una muestra de su obra denominada Veinte años no es nada, visitada por 110 000 personas.
En 1990 creo el ciclo Caloi en su tinta, dedicado a la difusión del cine de animación de autor. Fue premiado en numerosas oportunidades y se emitió por canal 7 (canal público de Argentina).
Entre junio y julio de 2002 dirigió un ciclo de microprogramas, nuevamente con Clemente como protagonista, emitido por el estatal Canal 7. Esta vez el programa se hizo con animación 3D.
En 2004 Caloi fue declarado «Personalidad destacada de la cultura» y su personaje de historietas más famoso, Clemente, fue nombrado «patrimonio cultural de la ciudad», por la Legislatura de la Ciudad.
El 10 de marzo de 2009 fue declarado «ciudadano ilustre de Buenos Aires».
Vivió en Adrogué, localidad del sur del Gran Buenos Aires. Durante el Mundial de Fútbol de 2010 participó con la empresa YPF para una publicidad donde actuaba Clemente, animado en 3 dimensiones.
En 2012 la Fundación Konex le otorgó el Premio Konex de Platino en la disciplina Humor e Historieta.
Caloi falleció de cáncer de colon el 8 de mayo de 2012 a la edad de 63 años.
Obra
Historieta e ilustración
•1968: El libro largo de Caloi. Buenos Aires: Ediciones Hombre Nuevo.
•1972: Humor libre de Caloi. Buenos Aires: Nueva Senda.
•1973: Caloidoscopio. Buenos Aires: Nueva Senda.
•1975: Aquí me pongo a cantar. Buenos Aires: Notabil.
•1977: Mi Buenos Aires querido. Buenos Aires: Ediciones del Pájaro y el Cañón.
•1977: Clemente (y Bartolo) 1. Buenos Aires: Ediciones del Pájaro y el Cañón.
•1977: Clemente (y Bartolo) 2. Buenos Aires: Ediciones del Pájaro y el Cañón.
•1978: Clemente (y Bartolo) 3. Buenos Aires: Ediciones del Pájaro y el Cañón.
•1978: Clemente (y Bartolo) 4. Buenos Aires: Ediciones del Pájaro y el Cañón.
•1978: Clemente y el mundial. Buenos Aires: Ediciones del Pájaro y el Cañón.
•1979: Clemente 5. Buenos Aires: Ediciones del Pájaro y el Cañón.
•1979: Caloi, Clemente y el psicoanálisis. Buenos Aires: Ediciones del Pájaro y el Cañón.
•1980: Clemente 10. Buenos Aires: El Cid Editor.
•1980: Clemente 11. Buenos Aires: El Cid Editor.
•1980: Clemente 12. Buenos Aires: El Cid Editor.
•1987: Clemente 13. Buenos Aires: Puntosur.
•1987: Con todo el humor del alma. Buenos Aires: Puntosur.
•1987: Con el deporte no se juega. Buenos Aires: Ediciones de la Flor.
•1988: Con el deporte no se juega 2. Buenos Aires: Ediciones de la Flor.
•1988: Veinte años no es nada. Buenos Aires: Hyspamérica.
•1988: Clemente 14. Buenos Aires: Puntosur.
•1989: Clemente 15. Buenos Aires: Puntosur.
•1989: Caloi, Clemente y el psicoanálisis (reedición ampliada).. Buenos Aires: Puntosur.
•1989: Humor de amores. Buenos Aires: Ediciones de la Flor.
•1990: Mi Buenos Aires querido (reedición ampliada).. Buenos Aires: Ediciones de la Flor.
•1991: Humeurs d’amour. París (Francia): Glénat..
•1992: Con todo el humor del alma (reedición).. Buenos Aires: Ediciones de la Flor.
•1993: Todo es cultura. Buenos Aires: Ediciones de la Flor.
•1994: Con el deporte no se juega 3. Buenos Aires: Ediciones de la Flor.
•1996: El libro de Clemente. Buenos Aires: Ediciones de la Flor.
•1998: Clemente 1 (nueva serie).. Buenos Aires: Ediciones de la Flor.
•2000: Con el deporte no se juega 4. Buenos Aires: Ediciones de la Flor.
•2001: Clemente 2 (nueva serie).. Buenos Aires: Ediciones de la Flor.
•2004: Desafortunados en el humor. Buenos Aires: Ediciones de la Flor.
Filmografía
Cine
•1980: Buenos Aires, la tercera fundación
•2000: Una historia de tango (Cortometraje)
•2008: Imaginadores (Documental)
•2012: Ánima Buenos Aires
Televisión
•1990-2008: Caloi en su tinta
Wikipedia
'EYE IN THE SKY - The Alan Parsons Project
No pienses que es fácil disculparse
en cambio, no trates de darle vuelta a la situación
antes tomaste una serie de oportunidades
pero no voy a darte ninguna más
no me preguntes
así es como va
porque parte de mi sabe lo que estás pensando.
No digas palabras que luego lamentarás
no dejes que el fuego llegue hasta tu cabeza
escuché las acusaciones antes
y no voy a aguantarlo más
créeme
el sol en tus ojos
hace que valga la pena creer algunas de las mentiras.
Coro:
soy el ojo en el cielo
mirando hacia ti
puedo leer tu mente
soy quien crea las reglas
tratando con tontos
puedo burlarte con los ojos vendados
y no necesito verte más
para saber que
puedo leer tu mente,
puedo leer tu mente.
No dejes atrás las falsas ilusiones
no llores porque no voy a cambiar de opinión
así que busca a otro tonto como antes
porque no voy a seguir viviendo creyendo
algunas de las mentiras cuando
todas las señales son engañosas.
LA SIESTA DE UN FAUNO - MALLARMÉ, STÉPHABE
"¡Estas ninfas quisiera perpetuarlas!
Palpita
su granate ligero, y en el aire dormita en sopor apretado.
¿Quizá yo un sueño amaba?
Mi duda, en oprimida noche remota, acaba
en más de una sutil rama que bien sería
los bosques mismos, al probar que me ofrecía
como triunfo la falta ideal de las rosas.
Reflexionemos...
¡Si las mujeres que glosas
un deseo figuran de tus sentidos magos!
Se escapa la ilusión de aquellos ojos vagos
y fríos, cual llorosa fuente, de la más casta:
mas la otra, en suspiros, dices tú que contrasta
como brisa del día cálida en tu toisón.
¡Que no! que por la inmóvil y lasa desazón
el son con la frescura matinal en reyerta
no murmura agua que mi flauta no revierta
al otero de acordes rociado; sólo el viento
fuera de los dos tubos pronto a exhalar su aliento
en árida llovizna derrame su conjuro;
es, en la línea tersa del horizonte puro
el hálito visible y artificial, el vuelo
con que la inspiración ha conquistado el cielo
Sicilianas orillas de charca soporosa
que al rencor de los soles mi vanidad acosa,
tácita bajo flores de centellas, DECID
«Que yo cortaba juncos vencidos en la lid
por el talento; al oro glauco de las lejanas
verduras consagrando su viña a las fontanas:
Ondea una blancura animal en la siesta:
y que al preludio lento de que nace la fiesta,
vuelo de cisnes, ¡no! de náyades, se esquive
o se sumerja ...»
Fosca, la hora inerte avive
sin decir de qué modo sutil recogerá
hírnenes anhelados por el que busca el LA:
me erguiré firme entonces al inicial fervor,
recto y solo, entre olas antiguas de fulgor,
¡lis! uno de vosotros para la ingenuidad.
Sólo esta nada dócil, oh labios, propalad,
beso que suavemente perfidias asegura,
mi pecho virgen antes, muestra una mordedura
misteriosa, legado de algún augusto diente;
¡y basta! arcano tal buscó por confidente
junco gemelo y vasto que al sol da su tonada:
que, desviando de sí mejilla conturbada,
sueña en un solo lento, tramar en ocasiones
la belleza en redor quizá por confusiones
falsas entre ella misma y nuestra nota pura;
y de lograr, tan alto como el amor fulgura,
desvanecer del sueño sólito de costado
o dorso puro, por mi vista ciega espiado,
una línea vana monótona y sonora.
¡Quiere, pues, instrumento de fugas, turbadora
siringa, florecer en el lago en que aguardas!
Yo, en mi canto engreído, diré fábulas tardas
de las diosas; y, por idólatras pinturas,
a su sombra hurtaré todavía cinturas:
así, cuando a las vides. la claridad exprimo,
por desechar la pena que me conturba, mimo
risas alzo del racimo ya exhausto, al sol, y siento,
cuando a las luminosas pieles filtro mi aliento,
mirando a su trasluz una ávida embriaguez.
¡Oh ninfas, los RECUERDOS unamos otra vez!
«Mis ojos horadando los juncos, cada cuello
inmortal, que en las ondas hundía su destello
y un airado clamor al cielo desataba:
y el espléndido baño de cabellos volaba
entre temblor y claridad ¡oh pedrería!
Corro; cuando a mis pies alternan (se diría
por ser dos, degustando, langorosas, el mal)
dormidas sólo en medio de un abrazo fatal,
las sorprendo sin desenlazarlas, y listo
vuelo al macizo, de fútil sombra malquisto,
de rosas que desecan al sol todo perfume,
en que, como la tarde nuestra lid se resume. »
¡Yo te adoro, coraje de vírgenes, oh gala
feroz del sacro fardo desnudo que resbala
por huir de mi labio fogoso, y como un rayo
zozobra! De la carne misterioso desmayo;
de los pies de la cruel al alma de la buena
que abandona a la vez una inocencia, llena
de loco llanto y menos atristados vapores.
«Mi crimen es haber, tras de humillar temores
traidores desatado el intrincado nido
de besos que los dioses guardaban escondido;
pues yendo apenas a ocultar ardiente risa
tras los pliegues de una sola (sumisa
guardando para que su candidez liviana
se tiñera a la fiel emoción de su hermana
la pequeñuela, ingenua, sin saber de rubor):
ya de mis brazos muertos por incierto temblor,
esta presa, por siempre ingrata, se redime
sin piedad del sollozo de que embriagado vime.»
¡Peor! me arrastrarán otras hacia la vida
por la trenza a los cuernos de mi frente ceñida:
tú sabes mi pasión, que, púrpura y madura
toda granada brota y de abejas murmura;
y nuestra sangre loca por quien asirla quiere,
fluye por el enjambre del amor que no se muere.
Cuando el bosque de oro y cenizas se tiña,
una fiesta se exalta en la muriente viña:
¡Etna! En medio de ti, de Venus alegrado,
en tu lava imprimiendo su cotumo sagrado,
si un sueño triste se oye, si su fulgor se calma,
¡Tengo la reina!
Oh cierto castigo...
Pero el alma,
de palabras vacante, y este cuerpo sombrío
tarde sucumben al silencio del estío:
sin más, fuerza es dormir, lejano del rencor,
sobre la arena sitibunda, a mi sabor
la boca abierta al astro de vinos eficaces.
¡Oh par, adiós! la sombra miro a la que tomas."
(TRAD. OTTO DE GREIFF)
Viola
Con ciertas diferencias de fabricación y tamaño, es un instrumento de cuerda semejante al violín, aunque afinado una quinta más bajo. Su tesitura es la del alto, nombre con el que se la conoce en muchos países. Se escribe con clave de do en tercera línea (excepto para las notas más agudas, en las que se recurre a la clave de sol), estando sus tres cuerdas más agudas afinadas como las tres más graves del violín. Participa como bloque en la orquesta y en los cuartetos de arco.
Registro y Timbres
Su timbre es levemente nasal, aunque delicado y melancólico, poco brillante pero de una característica languidez. Aunque durante el último siglo ganó apoyo entre los compositores, fue usada como instrumento de "relleno armónico" tocando arpegios, escalas y otras figuraciones de acompañamiento.
Historia
Comparte antecedentes históricos con el violín aunque posee sus propias variantes, como la antigua viola da braccio (que se apoyaba en el antebrazo o en el muslo), de donde proviene su nombre en alemán, bratsche. También hubo una viola d'amore de siete cuerdas, más otras siete que comenzaban a vibrar por el fenómeno acústico de la simpatía al pasar el arco por la superior. En el siglo XVII, aún existía la viola pomposa, un violoncello con una quinta cuerda adicional en el agudo.
Grandes Obras
•Mozart: Sinfonía concertante.
•Weber: Der Freichütz (romanza).
•Schumann: Marchenbilder.
•Berlioz: Harold en Italia.
•Joachim: Melodías hebreas.
•Brahms: Dos lieder con viola obligada.
•R. Strauss: Don Quijote (Sancho Panza).
•Rubinstein: Sonata Op. 49.
•Reger: Tres suites Op. 131.
•Hindemith: Concierto, Sonatas.
Sitio en la Orquesta
Las orquestas modernas cuentan con aproximadamente doce violistas en los primeros atriles a la derecha del director, entre los segundos violines y los violoncellos.
Características
Permite casi los mismos golpes de arco que el violín y excepto la tesitura y el mayor grosor de las cuerdas, su técnica de interpretación es idéntica a la del violín, aunque con un mayor tamaño en su tastiera (superficie sobre la que se presionan las cuerdas con los dedos de la mano izquierda, llamada diapasón). Las violas antiguas del XVII y XVIII (violas da gamba) eran más similares en su construcción al contrabajo actual (con agujeros en la tapa en forma de C en lugar de F) y mantenían los hombros más caídos que en el violín.
La música del compositor ruso Alexander Glazunov (1865-1936) no es especialmente conocida o, para ser más exactos, escuchada, entre el melómano medio, salvo alguna sinfonía aislada, algún ballet como Raymonda o el inevitable concierto para violín. Y de programarse en las salas de concierto…ni hablar. Algo que resulta incomprensible, tratándose de un autor del siglo XIX y que no resulta, precisamente, difícil su audición (aunque a algunos les parezca cargante). Lo cierto es que la obra de este compositor, que desarrolló su más fructífera producción musical en el siglo XIX, se vió relegada en su tiempo a un segundo plano por “culpa” de otros compatriotas suyos (el inevitable Tchaikovsky, Rimsky-Korsakov, el mismo Scriabin o Balakirev).
Glazunov fue un conservador en sus planteamientos musicales, encorsetándose de lleno en los estilos y métodos compositivos de contemporáneos suyos como los mencionados anteriormente, siendo alérgico, por norma, a recibir influencias de los músicos centroeuropeos.
En sus obras se pueden encontrar momentos de impetuoso romanticismo y construcción orquestal realmente apabullante. Alguna sinfonía no me ha convencido en su totalidad (particularmente la Séptima) y algunos movimientos les he encontrado un tanto pataleantes y excesivamente tchaikovskianos (Allegro-Maestoso, de la Quinta), pero en cambio sinfonías como la intensa Octava, Tercera, Cuarta o Sexta están dotadas de un marco sonoro, melódico y rítmico, realmente inspirado.
La inconclusa Novena, de la que Glazunov hizo un esbozo (primer movimiento) que finalmente fue redactado por el director Gavril Yudin en 1947, apenas se ha grabado en los estudios. Otras piezas, como el ballet Lady Soubrette, me han parecido una verdadera delicia, así como las breves Serenatas 1 y 2.
Las Estaciones, otro ballet de Glazunov, siguió la estela programática de Vivaldi y Haydn para canonizar musicalmente los períodos climáticos que acontecen a lo largo del año.