Entre la amplia legión de responsables de algunas catástrofes, siquiera en el capítulo de sospechosos sin mayores pruebas, destaca el nombre de un músico ruso no demasiado conocido por aquí: Glazunov.
De él se dice que dirigió borracho el estreno de la Sinfonía Nº 1 de Rachmaninov, lo que hizo que el público la rechazara y el compositor entrara en una crisis de la que salió… con su Concierto para piano y orquesta Nº 2, uno de los mayores éxitos de público de todos los tiempos. Pero hoy no vamos a hablar de Rachmaninov sino de Glazunov y su obra.
Estamos ante un compositor de largo y variado catálogo, de inspiración nacionalista y música que parece heredera directa de una línea que parte de Chaikovski. Pese a haber sido condecorado como artista del pueblo, en 1928, aprovechando un viaje a Viena con una delegación soviética para el homenaje a Schubert, desertó y se quedó a vivir para siempre en Europa occidental.
Una de sus obras de madurez es el Concierto para piano y orquesta Nº 1, compuesto en 1911 (escribió otro seis años más tarde), que está lleno de melodías apasionadas y requiere de un gran virtuosismo. Les dejo esta obra interpretada nada menos que por Svjatoslav Richter.
La música del compositor ruso Alexander Glazunov (1865-1936) no es especialmente conocida o, para ser más exactos, escuchada, entre el melómano medio, salvo alguna sinfonía aislada, algún ballet como Raymonda o el inevitable concierto para violín. Y de programarse en las salas de concierto…ni hablar. Algo que resulta incomprensible, tratándose de un autor del siglo XIX y que no resulta, precisamente, difícil su audición (aunque a algunos les parezca cargante). Lo cierto es que la obra de este compositor, que desarrolló su más fructífera producción musical en el siglo XIX, se vió relegada en su tiempo a un segundo plano por “culpa” de otros compatriotas suyos (el inevitable Tchaikovsky, Rimsky-Korsakov, el mismo Scriabin o Balakirev).
Glazunov fue un conservador en sus planteamientos musicales, encorsetándose de lleno en los estilos y métodos compositivos de contemporáneos suyos como los mencionados anteriormente, siendo alérgico, por norma, a recibir influencias de los músicos centroeuropeos.
En sus obras se pueden encontrar momentos de impetuoso romanticismo y construcción orquestal realmente apabullante. Alguna sinfonía no me ha convencido en su totalidad (particularmente la Séptima) y algunos movimientos les he encontrado un tanto pataleantes y excesivamente tchaikovskianos (Allegro-Maestoso, de la Quinta), pero en cambio sinfonías como la intensa Octava, Tercera, Cuarta o Sexta están dotadas de un marco sonoro, melódico y rítmico, realmente inspirado.
La inconclusa Novena, de la que Glazunov hizo un esbozo (primer movimiento) que finalmente fue redactado por el director Gavril Yudin en 1947, apenas se ha grabado en los estudios. Otras piezas, como el ballet Lady Soubrette, me han parecido una verdadera delicia, así como las breves Serenatas 1 y 2.
Las Estaciones, otro ballet de Glazunov, siguió la estela programática de Vivaldi y Haydn para canonizar musicalmente los períodos climáticos que acontecen a lo largo del año.
Concierto para Saxofón y Orquesta
en Mi b op. 109 - A. Glazunov
Escrito en junio
de 1934 en París, esta obra pasa por ser la última de Glazunov y está
desarrollado en forma lineal, sin cortes entre movimientos. El concierto fue
estrenado el 25 de
noviembre de 1934 en Suecia por el saxofonista Sigurd Raschèr y
desde entonces se convirtió en uno de los clásicos del repertorio. A pesar de
su carácter anacrónico y romanticista — muy en la línea de Rachmaninov — el
concierto utiliza leves influencias deljazzy destaca, sobremanera, por el
extraordinario juego de tonalidades dentro de una estructuración continua. Al
parecer, Glazunov nunca escuchó en vida dicha pieza.
En Rusia, la
continuidad de la gran escuela musical que nacionalismo y romanticismo burgués
habían propiciado, no fue fácil y no todos los autores posteriores encajaron
con la misma fortuna en el postromanticismo. Sin duda, los dos principales
nombres de la generación postromántica rusa fueron los de Rachmaninov y
Scriabin. Al primero de ellos siempre le perjudicó el que fuera considerado
como un compositor del siglo XX cuando su verdadera ubicación debería estar en
el postromanticismo exuberante de raízchaikovskiana.
Además, aunque emigró a Occidente con motivo de la Revolución, sus creaciones
más significativas fueron anteriores a la Primera Guerra Mundial. Dentro de
esta tendenciachaikovskianatambién podríamos mencionar a Anton
Arenski (1861-1906) y Sergei Taneiev (1856-1915). Más cercanos al folklore
estuvieron Anatole Liadov (1855-1914), Alexander Gretchaninov (1864-1956),
Sergei Liapunov (1859-1924) y Mihail Ippolitov-Ivanov (1859-1935). Por su
parte, Scriabin fue un compositor postromántico de tendencias experimentales
cuya primera etapa estuvo del todo influida por la música de Chopin. Al lado de
Rachmaninov y Scriabin surgió una figura prestigiosa que, sin embargo, no acabó
de cuajar tanto como hubiera podido merced a sus grandes cualidades musicales.
Discípulo directo de Rimski-Korsakov, Alexander Glazunov representó un
nacionalismo ruso muy pulido pero, tal vez, ya pasado de moda.
Alexander Konstantinovich Glazunov nació el 10 de agosto de 1865
en San Petersburgo en el seno de una acomodada familia de editores y libreros.
Mostrando un precoz talento musical, Glazunov fue enviado por Balakirev a
Rimski-Korsakov, de quien adquirió las técnicas necesarias de composición
(Glazunov jamás pisó un conservatorio durante su formación). De esta forma, con
apenas 17 años, Balakirev estrenó su primera sinfonía y poco más tarde
Rubinstein tomó parte en el estreno de su primer cuarteto. A partir de los 19
años, Glazunov empezó a dirigir sus propias obras, tanto en Rusia como en el
extranjero, llegando a visitar a Liszt en Weimar en 1884. En 1899 fue nombrado
profesor del Conservatorio de San Petersburgo (al igual que años atrás como
Rimski, sin tener ninguna titulación oficial) del que llegó incluso a ser
director entre 1905 y 1928. Durante esta etapa, Glazunov se mostró como un
profesor estricto pero muy preocupado y comprometido con sus estudiantes pese a
una legendaria fama de bebedor compulsivo que no está nada clara y que parece
que le colocaron como sambenito. Ese mismo año de 1928, Glazunov abandonó Rusia
y se estableció definitivamente en París. Allí, pese a que gozó de gran
popularidad, su rigor declinó rápidamente. Finalmente, el 21 de marzo de 1936 Glazunov
falleció en la localidad parisina de Neuilly-sur-Seine.
Pese a que Alexander Glazunov consiguió, más que ningún
otro compositor de la escuela nacionalista, un equilibrio entre los elementos
rusos y europeos, su música ultraconservadora desentonó con las ideas
progresistas del momento. Fue un músico de un acabado y pulidez exquisitas,
pero ello conllevó a su vez a una estrechez y pesada uniformidad de
inspiración. Históricamente, Glazunov representa una amalgama, el fruto común,
entre la tradición del Conservatorio de San Petersburgo (nacionalista) y el de
Moscú (europeísta). Con todo, lo esencial de su aportación reside en una enorme
pureza compositiva del todo académica, con gran plasticidad y colorido
orquestal. Sirva desde aquí nuestro humilde homenaje a la figura de este gran y
controvertido compositor.
Glazunov pertenecía a la que alguna vez se dio en llamar la "segunda generación" de compositores rusos. El siguió y en gran medida continuó la obra de los "Cinco Magníficos" -Mussorgsky, Rimsky-Korsakov, Borodin, Balakirev y Cui- y su contemporáneo Chaikovski.
Esta primera generación había bregado, tanto en sus composiciones como en sus actividades profesionales, para establecer una escuela nacional de composición rusa. Estaban interesados en determinar hasta qué punto su música debía ser como la de Occidente (principalmente Alemania e Italia), y en qué medida debía usar expresiones y armonías colorísticas y orquestaciones del folclore ruso nativo. Fue amplia la gama de opiniones y los compositores de la primera generación sucumbieron en diferentes grados a la tentación de imitar a sus colegas occidentales. Sin embargo, lograron construir un repertorio sinfónico nativo. Para cuando Glazunov llegó a su madurez, la batalla por lograr un estilo autóctono ya había sido ganada.
Varios factores contribuyeron a la posterior decadencia del nacionalismo ruso durante la vida de Glazunov. En la medida en la que los europeos occidentales se volvieron más conscientes del espíritu nacionalista ruso, la fecundación mutua fue inevitable, Los viajes eran entonces más fáciles y el nacionalismo, que había alcanzado su punto culminante alrededor de 1860, estaba enfrentándose a la violenta embestida del internacionalismo traído a Moscú y San Petersburgo por los viajeros de Occidente. Además, la antigua generación se moría. Para 1890 habían fallecido los novelistas Dostoievsky y Turgeniev y ya estaban escritas la mayoría de las obras principales de Tolstoi. El liberalismo cultural del siglo XIX estaba empezando a dar paso al conservadurismo del siglo XX. En música, Chaikovski escribía sus últimas obras, Rimsky-Korsakov se estaba convirtiendo en un pedante académico que enseñaba a sus estudiantes principalmente los clásicos alemanes, y Borodin y Mussorgsky habían muerto. El futuro de la música rusa quedó en manos de Glazunov y sus contemporáneos Taneyev, Arensky, Ippolitov-Ivanov y Liadov,
Estos compositores no tuvieron que luchar para establecer la validez de su arte; la heredaron. No tuvieron que forjar un nuevo estilo; eso también les fue entregado. De manera que no crearon música con la desenfrenada vitalidad que emana de crear un idioma nuevo. Su tarea fue más bien reconciliar el nacionalismo ruso con las tradiciones de la música occidental de los siglos anteriores. Esto constituyó más un desafío intelectual que espontáneo y no es sorprendente que muchos de estos compositores se hayan recluido en el academicismo. Tampoco es sorprendente que en este deseo de integración con Europa occidental estuviera implícita la semilla de la destrucción del nacionalismo ruso. Es típico de su generación que la mayoría de las obras importantes de Glazunov hayan sido escritas antes de que cumpliera los cuarenta años y que sus últimas piezas sean menos coloridas y menos entusiastas que las anteriores. El Concierto para Violín es prácticamente su última obra compuesta antes del principio de esta decadencia.
Glazunov tenía un gran talento. Empezó a componer a la edad de 11 años. A los 14 tomaba lecciones con Rimsky-Korsakov, quien decía que este joven discípulo progresaba "no día a día sino hora a hora". Cuando Glazunov tenía 16 años, presentó su primera sinfonía. Su profesor informó: "El público quedó anonadado al verle aparecer vestido con su uniforme de escuela secundaria para agradecer los aplausos. Pero hubo algunos pocos rezongos de parte de la crítica. Y caricaturas en los diarios describiendo a Glazunov como un niño de pecho. Corría el rumor de que la sinfonía no había sido escrita por él sino encargada por sus padres, que eran ricos, a 'ya sabes quién'."
Como consecuencia de este estreno, Glazunov se convirtió, a pesar de su juventud, en miembro de un círculo informal que incluía a los compositores más importantes de Rusia. En 1884 viajó a Alemania, donde Liszt se sintió impresionado por una interpretación de ia Primera Sinfonía. Glazunov fue cautivado por las innovaciones de la música de Liszt, Wagner y Brahms y, como resultado de su estudio de esas partituras, el nacionalismo ruso de sus propias obras dio lugar a un estilo algo más internacional.
Unos pocos años después, cuando murió su amigo Borodin, Glazunov asumió la tarea de terminar y editar varias de sus obras inconclusas. Glazunov pudo escribir de memoria la Obertura de Príncipe Igor, que le había escuchado interpretar a Borodin una vez en el piano.
En 1899 Glazunov fue nombrado profesor en el Conservatorio de San Petersburgo. Compuso su Concierto para Violín, que dedicó al gran violinista Leopold Auer, en 1904. La obra fue estrenada, primero en Inglaterra por el joven Mischa Elman y luego en Rusia por Auer, en 1905. Ese mismo año Glazunov renunció al Conservatorio como protesta por el despido de Rimsky-Korsakov, que había sido destituido por simpatizar con los estudiantes en huelga. Ambos hombres fueron nuevamente nombrados después de unos pocos meses y Glazunov se convirtió en director del Conservatorio. Estaba entonces en la cúspide de su fama: su música se interpretaba en muchos países, había viajado por Occidente y había recibido doctorados honorís causa por las Universidades de Cambridge y de Oxford.
La vida agitada de administrador académico se cobró su tributo. Las obras de Glazunov perdieron mucho, tanto en cantidad como en calidad después de que asumió la dirección del Conservatorio. Sin embargo ocupó ese cargo hasta 1930. Fue un profesor dedicado y ayudó a muchos estudiantes, incluso a Prokofiev y Shostakovich. Con el tiempo, sin embargo, llegó a ser considerado por los estudiantes del Conservatorio como irremediablemente pasado de moda. Su cargo se había convertido en el de un guardián de la tradición contra la amenaza de modernistas occidentales, tales como Stravinsky, Schoenberg, Strauss y Mahler.
La Revolución Rusa de 1917 dificultó la vida de Glazunov. Fue obligado a mudarse, con su anciana madre, a un apartamento de dos habitaciones sin calefacción. Allí, el famoso compositor recibió a muchos distinguidos visitantes, incluyendo al autor H. G. Weíis. Este recordaba: "[Glazunov] solía ser un hombre grande y rubicundo, pero ahora estaba pálido y muy debilitado, de modo que su ropa le quedaba floja... Me dijo que todavía componía pero que sus reservas de papel con pentagrama para la música estaban casi agotadas." A pesar de sus penurias Glazunov se mantuvo activo como director, administrador y compositor.
En 1928 obtuvo permiso para ausentarse del Conservatorio y viajar a Occidente. Fue como director invitado a muchos países, incluyendo Estados Unidos. Como su salud se estaba deteriorando, renunció al Conservatorio y permaneció en París los últimos años de su vida.
La estructura del Concierto para Violín muestra la influencia de Liszt. Como el Segundo Concierto para Piano de Liszt, la obra de Glazunov está escrita como un solo movimiento extenso que contiene secciones correspondientes al concierto tradicional de tres movimientos. El primer "movimiento" es interrumpido después de la exposición de los temas principales por un "movimiento" lento en la distante clave de Re bemol mayor. Después de este andante se reanuda el "movimiento" de la apertura con un desarrollo de sus temas, que culmina en una cadencia escrita en su totalidad. En lugar de la recapitulación de los temas de la apertura, la música se convierte en un rondó que hace las veces de final.
El concierto es un buen ejemplo de la inclinación que Glazunov sentía por los temas tanto rusos como occidentales. Los temas tienen, en efecto, ecos lejanos de melodías folclóricas rusas, pero la manera de su desarrollo es más intrincada que en la mayor parte de la música sinfónica rusa del siglo XIX. El "movimiento" final, sin embargo, se aproxima más a la música nacionalista de Borodin, por ejemplo. Esta sección tiene una gran riqueza de melodías maravillosas, nuevamente con más de un atisbo en ellas de la vieja Rusia. Además, la sección se desarrolla más a través de la variación y alternancia de estos temas, que por el desarrollo verdadero. Este procedimiento tiene más reminiscencias de la música de la "primera generación" de rusos que de la de sus homólogos occidentales.
Fué escrito en 1898 por el músico ruso Alexander Glazunov, con coreografía original de Marius Petipa y A. Gorsky.
La obra se estrenó en San Petersburgo el mismo año de su creación, y fue puesta en escena por el Bolshoi en Moscú en 1900.
Raymonda se remonta a la Edad Media y a sus luchas por el ideal cristiano contra las fuerzas del Islam. Ambientada en la corte del rey de Hungría, incorpora danzas folclóricas y vestuario de ese país.
La historia de Raymonda es la historia de una mujer pretendida y amada por dos hombres de distintas civilizaciones. Raymonda fue el primer ballet coreografiado por Rudolph Nureyev en el Palais Garnier cuando él fue nombrado director de danza de la Ópera de Paris.
Ballet en tres actos y cuatro escenas.
1° Acto:
Escena 1
La historia transcurre en la época de las Cruzadas. Es el cumpleaños de Raymonda y en el palacio se está preparando la celebración. Algunos caballeros juegan a la esgrima y otros tocan violas y violines. Las damas o doncellas de honor bailan. Entra la tía de Raymonda, la condesa Sibila. Una trompeta suena y el herrador anuncia la llegada del mensajero, del caballero Jean De Brienne, novio de Raymonda, de regreso de las cruzadas. La condesa llama a su sobrina que recibe la carta. Raymonda la lee y anuncia la llegada del eminente caballero.
Éste, posteriormente a su llegada, tiene que emprender junto con el Rey Andrés II de Hungría la quinta cruzada, por lo que debe aplazar la boda y alejarse un tiempo de su amada. El herrador entra nuevamente y anuncia la llegada de Abderakhman, un caballero sarraceno. Raymonda y la condesa están sorprendidas de la inesperada visita, sin embargo acogen al sarraceno con su sequito. Abderakhman declara a Raymonda su amor por ella y la homenajea con ricos y valiosos obsequios, que ella indignada rechaza. La condesa, en contra de sus ideas, invita al sarraceno a las celebraciones que se harán y él acepta, con la intención de hacerla suya y secuestrar a la bella Raymonda.
Escena 2
La fiesta se llena de invitados y bailes; finalmente todos se van y Raymonda queda sola con una compañera, y dos amigas con dos caballeros. Empieza a sonar un violín, los amigos danzan, después ella misma participa. Mientras ya cansada reposa y los otros se duermen, ven la estatua de la Mujer Blanca animarse y bajarse del pedestal. Esta conduce a la atemorizada Raymonda al jardín, y luego una visión le revela la imagen de su amado De Brienne. Raymonda se tira en sus brazos y la visión mutua, ahora está en los brazos de Abderakhman, que renueva sus propósitos. Ella ruega a la Mujer Blanca que acuda en su ayuda mientras, en una lucha de amor, Abderakhman la mata; después todo desaparece y Raymonda comprende que solamente era un sueño.
2° Acto
Trompetas anuncian la llegada de los invitados, de los cuales son notorios los títulos nobles.Finalmente llega Abderakhman, que Raymonda reconoce espantada. Ahora ruega de no hacerlo entrar, pero la condesa la amonesta en el respeto de su tradicional hospitalidad. Abderakhman entonces empieza a cortejar, a entretener y a engañar con cualquier medio a Raymonda, hasta que el Rey y De Brienne regresan. De Brienne está por resolver la situación preparándose a un duelo con el rival. Al ver a Abderakhman, el noble caballero se enfrenta en una lucha dando muerte al extranjero y liberando a su amada. Rayomda de esta manera renueva sus votos de amor hacia su prometido. El Rey es feliz de bendecir la unión entre Raymonda y De Brienne.
3º Acto
En el castillo de Jean de Brienne, se celebra un gran banquete en donde se danzas czardas, danzas y el pas de deux de los protagonistas. Se festeja así, la unión de los dos amantes y la paz en el reino. Al final, triunfa el amor.
El compositor nació el 10 de agosto de 1865 en San Petersburgo. Su padre era editor de libros. Todos los familiares se cautivaban por la música, así que el talento musical de Glazunov se hizo obvio bastante temprano.
Glazunov, pupilo de Rimsky-Korsakov, recibió ánimo también de Belyayev, un patrocinador con influencias y publicador, cuyas actividades superaron y reemplazaron los tempranos esfuerzos de Balakirev para inspirar la creación de la música nacionalista rusa. Se sumó a los profesores del conservatorio de San Petersburgo en 1899 y despues de las protestas estudiantiles y disturbios de 1905 fue elegido como director, posición que conservó hasta 1930, aunque desde 1928 había vivido en el extranjero, sobretodo en Paris, dónde murió en 1936. Su música muestra la síntesis entre los rusos y los llamados alemanes, una certera técnica introducida por los hermanos Rubinstein en los conservatorios de San Petersburgo y Moscú en la mitad del siglo.
Ha creado mas de cinco sinfonías, los cuartetos N°4 y N°5, tres ballets, el famoso concierto de violín, la gran suita sinfónica “De los tiempos medievales”.
La quinta sinfonía (en Si-Bemol-Mayor) (1885) es la mas popular composición de Glazunov. El ciclo esta compuesto de cuatro partes.
La sexta sinfonía (en Do Menor) (1896) se distingue, sobre todo la primera parte por el agudo dramatismo.
Hoy día muchos ejecutores modernos la tienen presente en su repertorio.
Música Orquestal
En adición a sus nueve sinfonías y una variedad de otros trabajos, Glazunov escribió un “Concierto para Violín”, terminado en 1904, cuando estaba en su mejor momento como compositor. Las sinfonías han ganado menor popularidad, pero en poema sinfónico de “Stenka Razin”, escrito en 1885, retiene su lugar en los repertorios rusos nacionales.
Ballets
Tres ballets de Glazunov – “Raimonda”, “La doncella sirvienta”, “Las estaciones del año” fueron creados durante el periodo de 1896-1899. “Raimonda” ,basado en una historia amorosa, sin duda alguna es el mejor de sus ballets. Por primera vez llevada al escenario en San Petersburgo en 1898, con una coreografía de Marius Petipa. “Les ruses d'amour”, y “Las Estaciones” siguieron a “Raymonda” en 1900. El orquestó música de Chopin para “Les sylphides”. El coreógrafo Fokin también hizo uso en “Stenka Razin” para un ballet del mismo nombre.
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