Granada es poesía, que decora las asombrosas paredes de los palacios de la Alhambra y se impregna del recuerdo imborrable de Federico García Lorca, que aquí nació, vivió y creó su genial obra.
Granada es cita, desde hace ya medio siglo, del Festival Internacional de Música y Danza, que ofrece cada temporada un amplio y selecto programa de conciertos y espectáculos, que se celebran por los más bellos rincones granadinos.
Granada es música; la ciudad donde Manuel de Falla escribió la mayor parte de su obra, donde Andrés Segovia adquirió su mágico toque de guitarra y donde los gitanos del Sacromonte viven sus inimitables "zambras" en las cuevas que se asoman a la omnipresente Alhambra.
El compositor y poeta mexicano Agustín Lara se inspiró en la musicalidad de Granada para crear en 1932 la más famosa de sus composiciones, la canción "Granada", himno oficioso de la ciudad, traducida y cantada en todos los idiomas y en todos los grandes acontecimientos por los mejores intérpretes.
Esta canción fue compuesta para ser cantada por el tenor Pedro Vargas.
Se ubica en el ámbito de la Música Clásica Mexicana.
Ha paseado el mundo entero en la voz, la ejecución y la batuta de numerosos músicos y cantantes.
El Libro de los muertos fue una obra fundamental de la cultura del antiguo Egipto. Era un texto muy extenso: algunos ejemplares conservados en rollos de papiro alcanzan cuarenta metros. También era un producto caro, por el que se podía pagar un deben de plata, la mitad de la paga anual de un campesino. Pero, para los egipcios, el valor de este texto era incalculable, ya que sus fórmulas permitían a los difuntos alcanzar el Más Allá.
Tales fórmulas se inscribían en rollos de papiro y en las vendas de lino de las momias, las paredes de las tumbas, los sarcófagos y los elementos del ajuar funerario del difunto. Sin ellas, la persona fallecida podía sufrir una segunda muerte que significaría su total aniquilación.
Era el sacerdote quien recitaba las primeras fórmulas del Libro durante la ceremonia funeraria, cuando se trasladaba el sarcófago a la tumba. Una vez allí, se practicaban rituales para revitalizar los sentidos, entre los que se contaba el de la apertura de la boca, por el que se abrían mágicamente los ojos, las orejas, la nariz y la boca del difunto, quien, una vez recuperados los sentidos, emprendía su viaje por el Más Allá.
Para los egipcios éste era un momento de esperanza, como se expresa en la fórmula nueve del Libro de los muertos, que los egipcios llamaban Libro para la salida al día: «He abierto los caminos que están en el cielo y en la tierra, porque soy el bienamado de mi padre Osiris. Soy noble, soy un espíritu, estoy bien pertrechado. ¡Oh, vosotros, todos los dioses y todos los espíritus, preparad un camino para mí!».
Los egipcios creían que el difunto emprendía un viaje subterráneo desde el oeste hacia el este, como Re, el sol, que tras ponerse vuelve a su punto de partida. Durante ese trayecto el fallecido, montado en la barca de Re, se enfrentaría a seres peligrosos que intentarían impedir su salida por el este y su renacimiento. El peor de ellos era Apofis, una serpiente que trataba de impedir el avance de la barca solar con el objeto de romper el Maat, la justicia y el orden cósmico, y forzar el caos. Apofis cada día amenazaba a Re durante su viaje subterráneo.
Una fórmula del Libro de los muertos se refiere al encuentro con el temible reptil: «Que seas sumergido en el lago del Nun, en el lugar establecido por tu padre para tu destrucción. […] ¡Retrocede! ¡Se destroza tu veneno!». El fallecido podía adquirir las propiedades de varias divinidades y luchar contra los enemigos, como muestra un pasaje de la fórmula 179: «Me ha sido concedida la gran Corona Roja y salgo al día contra mi enemigo, para capturarlo, porque tengo poder sobre él. [...] Me lo comeré en el Gran Campo, sobre el altar de Wadjet, porque tengo poder sobre él, como Sekhmet, la grande».
El juicio del alma
Finalmente, el difunto llegaba a un laberinto, protegido por una serie de veintiuna puertas, aunque otro pasaje del Libro dice que son siete. Ante cada una de ellas, el difunto debía pronunciar un texto determinado, mencionando el nombre de la puerta, del guardián y del pregonero. En cada ocasión, la puerta le decía: «Pasa, pues eres puro».
Una vez pasado el laberinto, el difunto llegaba a la Sala de la Doble Verdad para que un tribunal formado por 42 jueces y presidido por Osiris evaluara su vida. Ante los dioses hacía la «confesión negativa», en la que citaba todas las malas acciones que no había cometido, según se recoge en la fórmula 125: «¡Yo os conozco, Señores de Verdad y Justicia! Yo os traigo lo Justo y he acabado con el mal. Yo no he hecho daño a los hombres. Yo no he oprimido a mis consanguíneos. Yo no he sido mentiroso en lugar de ser verídico. Yo no me he enterado de traiciones. Yo no he sido malvado. Como Jefe de hombres, yo no he hecho trabajar a ninguno cada día más de lo requerido».
Tras la confesión, llegaba el momento culminante del juicio, aquél en que se procedía a pesar el corazón del difunto. En un plato de la balanza, sostenida por Anubis, dios chacal de la momificación, se colocaba una pluma de avestruz, la pluma de Maat, que simbolizaba la justicia; en el otro plato se depositaba el corazón, que simbolizaba las acciones realizadas por cada persona. El difunto se salvaba cuando la pluma y el corazón quedaban en equilibrio. Tanta importancia se atribuía al pesaje del corazón que los egipcios elaboraban un amuleto específico, el escarabeo del corazón, que, como su nombre indica, se colocaba sobre el corazón del difunto durante el proceso de momificación.
En el reverso del amuleto se inscribía siempre la fórmula 30 del Libro para que, en el momento del juicio final, el corazón no traicionara al difunto. «¡Oh, mi corazón de [mi] madre! ¡Oh, mi corazón por el cual existo en la tierra! ¡No te levantes contra mí como testigo! ¡No te opongas contra mí entre los Jueces! ¡No estés contra mí delante de los dioses! ¡No seas intransigente contra mí delante del gran dios Señor del Occidente!».
Finalmente, los dioses proclamaban su veredicto. Aquellos cuyos corazones hubieran pesado demasiado en la balanza eran considerados impuros y condenados a toda clase de castigos: sufrían hambre y sed perpetuas, eran quemados al atravesar un lago o cocidos en un caldero, una bestia salvaje los devoraba... Los justificados, en cambio, tenían motivos para felicitarse. «Aunque yazgo en la tierra, yo no estoy muerto en el Occidente porque soy un Espíritu glorificado para toda la eternidad», dice una fórmula del Libro de los Muertos. Ante ellos se abría el paraíso de los egipcios.
El trabajo en el Más Allá
El mundo de ultratumba en el que vivirían los difuntos virtuosos se conocía como Campos deIalu o Campo de Cañas. Los egipcios lo imaginaban como un lugar muy parecido a Egipto, con ríos, montañas, caminos, cuevas y campos muy fértiles, en los que crecía la cebada hasta los cinco codos de altura. El difunto, sin embargo, debía preocuparse por obtener su sustento.
Aun siendo un «glorificado», según decía una fórmula del Libro de los muertos, tenía que «arar y segar, comer y beber, y realizar todas las cosas que se hacen en la tierra». Eso sí, para ello podía contar con la ayuda de un ejército de sirvientes, representados en unas características estatuillas, los ushebtis, siempre presentes en el ajuar funerario y que por el poder de la magia se convertían en criados. Cada figurita tenía los brazos cruzados y sostenía en las manos aperos agrícolas.
En la parte inferior se inscribía una fórmula del Libro de los muertos: «Fórmula para que los ushebtis realicen los trabajos en la Necrópolis. Osiris [nombre del difunto] justificado tiene que decir: ¡Oh ushebti! Se ha llamado al Osiris [nombre del difunto] justificado a realizar cualquier trabajo que ha de realizarse en la Necrópolis [...] Decid “estoy aquí” cuando se os llama».
Disfrutar de la vida eterna
Una de las cosas que más temía el difunto era tener que comer sus propios excrementos, como los condenados en el tribunal de la Doble Verdad. Así se expresa en la fórmula 53, en la que el fallecido se asimilaba a los dioses: «Lo que yo detesto son las porquerías. ¡Que yo no deba beber cosas fétidas, que yo no deba avanzar al revés! Yo soy poseedor del pan en Heliópolis, que tiene el alimento en el cielo con Re y alimento en la tierra con Geb».
Una última preocupación del difunto era mantener intacto su cuerpo. La momificación permitía que éste se conservara, pero no estaba de más la ayuda de la magia. Por eso era frecuente que las vendas que envolvían la momia llevaran inscrita la fórmula 154 del Libro para prevenir la descomposición: «Yo vengo para embalsamar a esos miembros míos. Este cuerpo mío no se descompone. Yo estoy intacto como mi padre Osiris-Khepri que es la imagen [mía], aquel cuyo cuerpo no se descompone. Ven, toma posesión de [mi] soplo, señor de la respiración, supremo entre su Similar. Hazme estable, fórmame, tú, Señor del sarcófago. Otorga que yo pueda caminar para la eternidad como haces tú cuando estás con tu padre Atum, cuyo cuerpo no se corrompe nunca, aquel que no conoce destrucción».
Otro pasaje resume las recompensas que el difunto podía recibir del correcto uso de sus fórmulas. «Si este texto es conocido en la tierra [o] lo hace inscribir en su sarcófago, él podrá salir cada día que le plazca y regresar a su morada sin dificultades. Le serán entregados pan y cerveza y cantidades de carne sobre el altar de Re. Será alojado en los Campos de Ialu donde le será entregado grano y cebada: será venturoso como lo fue en la tierra».
Para saber más
Libro de los muertos. Federico Lara Peinado. Tecnos, Madrid, 2009.
Cómo leer el Libro de los muertos. Barry J. Kemp. Crítica, Barcelona, 2007.
Ideas de los egipcios sobre el Más Allá. Ernest Wallis Budge, José de Olañeta, Palma de Mallorca, 2006.
El cabaret más famoso del mundo, inmortalizado en los dibujos de Toulouse-Lautrec, fue cuna del famoso can-can francés
En un momento especial en la historia de Francia, un tiempo entre dos guerras, una época en que las libertades y las ganas de vivir llenaban el espíritu de los parisinos nació el Moulin Rouge, el cabaret más famoso del mundo, el 6 de octubre de 1889, de la mano de dos grandes hombres de negocios: Joseph Oller y Charles Zidler.
El lugar para la implantación del cabaret fue elegido con cuidado; el barrio de Montmartre estaba "de moda", barrio donde se reunían a beber personajes de dudosa reputación y donde podían encontrarse mujeres de mala vida. El baile del Moulin Rouge, frecuentado en sus comienzos por la gente del pueblo, poco a poco atrajo también a los aristócratas, quienes asistían igualmente mezclándose con la clase popular.
En el exterior, un molino rojo gigante de aspas móviles daba la bienvenida; adentro, una pista de baile gigantesca, un pequeño escenario, espejos y cortinados por todas partes.
Al fondo había un jardín para el período estival donde se había instalado un enorme elefante de yeso, de la Exposición Universal de 1889, en cuyo interior se podía ver un espectáculo de danza del vientre.
Entre los artistas más destacados que pasaron por el Moulin Rouge se destaca especialmente Celeste Mogador, la creadora de la famosa Quadrille, la danza endiablada que hizo perder la cabeza a todo París y que diera origen al famoso can-can francés. Otras recordadas artistas que pasaron también por su escenario fueron la Goulue, Miss Jenny, Nini Pattes-en-l’air, laMôme Fromage, Jeanne la Folle. Numerosos artistas hallaron inspiración en el Moulin Rouge, entre ellos Henri de Toulouse Lautrec, quien con sus dibujos coloreados inmortalizaría escenas del espectáculo y sus bailarinas, en especial la Goulou.
Hacia 1902, desavenencias entre sus fundadores, la partida de la Goulou, la competencia con otros establecimientos y su can-can pasado de moda provocaron el fin de los bailes del Moulin Rouge. Sólo en 1907 recuperaría su antiguo brillo con la aparición de Mistinguett, quien se convirtió con el tiempo en una estrella del music-hall y recuperó el esplendor perdido del famoso cabaret. Cuando ella se retiró, nada volvió a ser como antes, y el Moulin Rouge no fue más que otro club nocturno entre tantos.
Durante la Segunda Guerra Mundial y bajo la ocupación alemana la ciudad perdió su alegría. Días antes de la liberación de Paris, Edith Piaf hizo su presentación en el Moulin Rouge, acompañada de Yves Montand.
En 1951, Georges France adquirió el cabaret y lo renovó, dispuesto a devolverle su antiguo esplendor: Volvieron así las veladas danzantes, las grandes atracciones y fiestas suntuosas.
En 1955, de la mano de Joseph y Louis Clérico comenzaron las cenas-espectáculo del Moulin Rouge con un éxito absoluto. En 1962 se instaló un acuario gigante donde bailarinas desnudas nadaban ante los ojos fascinados de cientos de espectadores, y al principio por supertición, luego por tradición, los espectáculos de revista llevaron nombres que comenzaban con "F": Frou Frou, Frisson, Fascination, Fantastic, Frénésie... en 1988, para festejar el centenario del cabaret, se eligió "Formidable".
Actualmente, su revista "Féerie" cuenta con un grupo de 100 artistas, 60 de los cuales son las famosas "Doriss Girls", bailarinas reclutadas en todo el mundo, músicos y coristas, mil trajes de plumas, strass y lentejuelas, decorados suntuosos y el gran acuario.
Para disfrutar de una velada en el Moulin Rouge hay que contar como mínimo con 87 a 97 € para ver sólo el show (incluye 1/2 botella de champaña), y entre 140 y 170 € para cena y show. Se debe vestir de etiqueta y no se permite fumar.
http://www.mundocity.com/europa/paris/moulin-rouge.html
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Moulin Rouge, comenzó el espectáculo...
Frank Sinatra, Édit Piaf, Ella Fitzgerald, Liza Minelli... Estas y otras superestrellas tienen algo en común: todas han actuado en el Moulin Rouge. El mítico cabaret parisino abrió sus puertas en 1889 de la mano de dos empresarios con visión de futuro: Charles Zidler y el catalán Joseph Oller, que pronto se convertirían en los reyes de la noche.
En plena Belle Époque, una burguesía ansiosa de emociones fuertes se entregó de lleno a la "joi de vivre" (la alegría de vivir...). Los caballeros adinerados que acudían al Moulin disfrutaban del cancán, un baile de lo más atrevido por su alto contenido erótico, mientras "perseguían" a las coristas. El local no tardó en labrarse así la reputación de burdel de lujo.
El cabaret se benefició de una publicidad increíble. Nada más y nada menos que los carteles diseñados por el genial Toulouse-Lautrec. Con su inconfundible estilo, el genial artista convirtió los anuncios del local en auténticas obras de arte. La vida de los bajos fondos parisinos -con su corte de bailarinas, actrices y prostitutas- sería, de hecho, una constante en su obra. Aquel ambiente no le era extraño, pese a sus orígenes aristocráticos, ni le hacía sentirse rechazado por su aspecto deforme y su baja estatura...
El Moulin Rouge ha inspirado cantidad de películas, como la que en 2001 dirigió Baz Luhrmann y protagonizaron Nicole Kidman y Ewan McGregor. Hoy es un lugar de paso inexcusable para los turistas y sigue ofreciendo espectáculos musicales inspirados en el mundo fascinante del París canalla...
La Zona Arqueológica de Teotihuacan se localiza en el estado de México, es considerado uno de los sitios prehispánicos más importantes descubiertos hasta el día de hoy. Es testimonio material de una de las ciudades prehispánicas mejor planificadas y extensas del mundo antiguo.
Es símbolo de desarrollo cultural, artístico, religioso, político y social de la cultura mesoamericana, y que aún después de su abandono continúa siendo objeto de la construcción simbólica colectiva. Por sus valores históricos, culturales y educativos, no solo es el sitio arqueológico más visitado en México, sino se ha consolidado como un destino turístico internacional.
Teotihuacan significa el “lugar donde fueron creados los dioses” y debe su nombre a los mexicas, que la llamaron así seis siglos después de su abandono. Alcanzó los 22 kilómetros cuadrados de extensión y fue uno de los polos culturales del área conocida como Mesoamérica. Su alcance abarcó desde el norte hasta el sur del México actual, así como Guatemala y Honduras, regiones con las que mantuvo un intercambio traducido en influencias estilísticas y arquitectónicas.
Su valor universal se aprecia en el diseño urbano ortogonal, definido por la calzada de Los Muertos en el eje norte-sur y las canalizaciones del río San Juan en el este-oeste, disposición que se vincula con el paisaje y sus elevaciones naturales, como el cerro Gordo y la sierra de Patlachique. Sobre ese plano se trazaron calles, palacios, templos y conjuntos habitacionales con una población multiétnica dedicada a la producción artesanal, el comercio, el sacerdocio y la guerra.
También se caracterizó por su cultura material, como la pintura mural o los objetos cerámicos y de piedra ofrendados en edificios y entierros de todas las clases sociales. De sus numerosas construcciones, distribuidas en tres mil hectáreas, las más importantes se hallan en la calzada de Los Muertos, entre las que destacan las pirámides del Sol y la Luna, la Ciudadela, los conjuntos Oeste y de La Ventilla, el Gran Complejo y los palacios de Tetitla, Atetelco, Tepantitla, Yayahuala y Zacuala.
Teotihuacan se incorporó a la lista de sitios considerados como Patrimonio Mundial por la UNESCO, el 11 de diciembre de 1987. Reúne los seis criterios culturales, todos los que ha definido el organismo internacional, para ser objeto de dicha declaratoria:
1. Representar una obra maestra del genio creativo del hombre.
2. Ser la manifestación de un intercambio de influencias considerable, durante un periodo determinado o un área cultural específica, en el desarrollo de la arquitectura o de la tecnología, la planificación urbana o el diseño prehispánico.
3. Representar un testimonio único, o por lo menos excepcional, de una tradición cultural o de una civilización aún viva o desaparecida.
4. Ser un ejemplo sobresaliente de un tipo de construcción, de un conjunto arquitectónico, tecnológico o de paisaje, que ilustre una o más etapas significativas de la historia de la humanidad.
5. Constituir un ejemplo sobresaliente de asentamiento humano o de ocupación del territorio que sea tradicional y representativo de una o varias culturas, especialmente si se ha vuelto vulnerable por el efecto de cambios irreversibles.
5. Estar asociado directa o materialmente con acontecimientos o tradiciones vivas, ideas, creencias u obras artísticas y literarias de significado universal extraordinario. Sólo se aplica en circunstancias excepcionales y es utilizado con los demás criterios.
Relevancia astronómica
Según Alejandro Sarabia, director del sitio arqueológico, aunque el tema ha sido poco estudiado se tiene conocimiento de dos lugares que fueron esenciales para la observación astronómica en el sitio: la Pirámide del Sol y la llamada Cueva astronómica, ubicada cerca de dicha estructura.
El especialista menciona que en esta pirámide, el astro rey se oculta exactamente frente a ella, el día 13 de agosto, mientras que para el 19 de febrero surge por su parte posterior. En cuanto a la cueva, se dice que los teotihuacanos registraban en ella el paso cenital del Sol dos veces por año, de una manera exacta.
Otro punto a destacar sobre Teotihuacan es que los investigadores coinciden en que la estructura urbana de la ciudad estuvo regida, al momento de construirla, por diferentes puntos astronómicos que, hasta el momento, no han sido definidos.
Un siglo de investigaciones
Como parte de las celebraciones para conmemorar los primeros cien años de investigaciones en la Zona Arqueológica de Teotihuacan, estado de México, se exhiben en el ex museo de la zona, por primera vez, 70 piezas arqueológicas halladas en el “Barrio Zapoteca”, ubicado en la parte norponiente del lugar.
Gente de nubes en tierra de encuentros es el título de la exposición, que hasta el 30 de abril de 2009 muestra al público la importancia que tuvo el llamado “Barrio Zapoteca” en la vida social, política, económica y cultural de Teotihuacan.
Dividida en seis salas, la muestra lleva a los asistentes por un recorrido histórico-arqueológico en el que conocerán el papel que tuvo el comercio en este sitio y la relación con Monte Albán, Oaxaca, así como la importancia del establecimiento de un grupo zapoteco en la urbe teotihuacana.
Los visitantes también aprenderán cuáles eran las actividades a las que se dedicaban y cómo eran sus costumbres funerarias, todo lo anterior mediante un discurso museográfico compuesto por piezas arqueológicas y fotografías de las investigaciones, así como de diferentes temporadas de campo que arqueólogos del INAH han realizado en el “Barrio zapoteca” o Tlailotlacan (gente de tierras lejanas), de 1960 a la fecha.
Hallan ofrenda prehispánica con más de 50 mil objetos en Teotihuacán
Más de 50 mil objetos con un gran valor económico y simbólico
conforman la majestuosa ofrenda que investigadores del Instituto Nacional de
Antropología e Historia (INAH) hallaron al final del túnel que se encuentra
bajo el Templo de la Serpiente Emplumada en la la zona arqueológica de
Teotihuacán.
En una
rueda de prensa esta mañana, la directora del INAH, Teresa Franco, dio a
conocer el descubrimiento que forma parte del proyecto Tlalocan. Camino bajo la
tierra que se desarrolla en el sitio desde hace 5 años.
La
hipótesis principal es que la rica ofrenda antecede el sitio donde estarían los
restos de un importante dignatario teotihuacano. No obstante, será hasta enero,
cuando inicie una nueva temporada de exploración, cuando se compruebe o deseche
esa idea.
Por el
momento, se han recuperado materiales únicos y preciosos entre los que destacan
cuatro esculturas labradas en piedra, una masculina y tres femeninas,
ornamentadas con joyería prehispánica elaborada en jade y piedra verde.
También
hay decenas de grandes caracoles procedentes del Golfo de México y el Caribe,
miles de cuentas de diversos materiales, pelotas de hule, huesos de grandes
felinos, discos de pirita y una caja de madera conteniendo decenas de conchas
trabajadas y los esqueletos de escarabajos.
Ha
sorprendido el hallazgo de abundantes restos de aves, así como más de 15 mil
semillas de tuna, jitomate, maíz y restos de flores de calabaza. Hay piezas
elaboradas en ámbar, unos 4 mil objetos de madera en excelente estado de
conservación, cuchillos de obsidiana, espejos de pizarra y pirita labrados por
una de sus caras, y unos pequeños restos de piel, que está por definirse si
corresponden a algún animal o un humano.
El
equipo de trabajo encabezado por el arqueólogo Sergio Gómez han confirmado que
el túnel no solo se utilizó como repositario de ofrendas, sino que es una
metáfora del acceso al inframundo, por lo que la probabilidad de hallar restos
de un alto dignatario son muchas.
Lo
anterior contribuye a entender que Teotihuacán fue construida como una réplica
de la manera como se concibió el cosmos en la época de su fundación (alrededor
de los años 150 y 200 de nuestra era): arriba la región celeste, en medio el
plano terrenal y abajo el inframundo.
La novia
vendida de Bedrich Smetana fue originalmente una opereta con diálogos hablados
y números musicales. Una de las pocas comedias musicales perfectas. El 30 de mayo de 1866
se estrenó en el Teatro Provisional de Praga. Aunque gustó al público, no tuvo
resonancia fuera de la capital. La ópera pudo conquistar en un tiempo
relativamente breve el mundo entero y se encuentra en el repertorio fijo de
todos los teatros de ópera.
Ópera cómica en tres actos. Libreto de Karel Sabina. Título original:Prodaná nevesta. Idioma original:checo.
Personajes:Kruschina, un campesino (barítono);
Katinka, su mujer (soprano o mezzosoprano); Mane, hija de ambos (soprano);
Micha, terrateniente (bajo); Agnes, su segunda mujer (mezzosoprano); Wenzel,
hijo de ambos (tenor); Hans, hijo del primer matrimonio de Micha (tenor);
Kezal, casamentero (bajo); Springer, director de un circo ambulante (tenor);
Esmeralda, bailarina (soprano); Muff, un actor disfrazado de indio (tenor);
campesinos, miembros del circo, etc. Lugar y época:Un pueblo grande de Bohemia. La
acción transcurre a mediados del siglo XIX. Argumento:La obertura, brillante y
conmovedora, es una obra maestra; es imposible pensar en una introducción mejor
para una comedia. En medio del acompañamiento tumultuoso y vertiginoso de las
cuerdas, Smetana introduce un tema popular melodioso y bailable.
El primer acto se desarrolla en la plaza de un pueblo, un día festivo de
primavera. Los coros y las danzas irradian alegría. Solamente Marie está
triste. Ese día habrá de conocer al novio que sus padres le han elegido.
Quienquiera que sea, su corazón pertenece a Hans, que intenta consolarla. A fin
de cuentas es ella quien tiene la última palabra. Ambos renuevan los juramentos
de amor. Marie canta sus profundos sentimientos en un aria de melodía tierna y
a la vez rustica. (Es sorprendente que Smetana pueda inventar arias de estilo
elevado y belleza pura sin salirse del marco de la comedia campesina.) Hans le
cuenta cosas de su juventud: cuando murió su madre, el padre volvió a casarse,
pero la madrastra pronto le hizo imposible la permanencia en la casa. Por eso
salió a recorrer el mundo en busca de la felicidad. La encontró en el amor de
Marie. El dúo de la pareja está lleno de sencilla ternura, la melodía responde
exactamente al tono de la música popular checa.
Poco después entra en el pueblo, con aires de gran señor, el casamentero Kezal.
Si se cree en sus palabras, no hay hombre más hábil que él en muchas leguas a
la redonda. Y lo demostrará una vez más. Casará a Wenzel, el hijo del rico
Micha, con Marie. El padre está de acuerdo, sólo la madre pone constantes
objeciones. Como mujer no piensa tanto en los aspectos materiales del asunto
cuanto en los sentimientos y la alegría de su hija. Sin embargo, Kezal,
comprensiblemente, no se guarda de sacar a relucir los mejores aspectos de su
protegido. Según su discurso, Wenzel es un dechado de virtudes. Pero Marie
responde con un sencillo «No». Kezal no se arredra tan fácilmente. Sólo cambia
de estrategia. Quiere que Hans, a quien Marie ama, renuncie a ella. Kruschi-na
y Kezal se retiran, la gente joven vuelve a bailar.
El acto segundo transcurre en el interior de la taberna. Hans está presente.
Brinda por el amor con los hijos de los campesinos. Kezal bebe también, pero
por el dinero, la única motivación de su comportamiento. La taberna se llena.
Muchas melodías del inagotable folclore checo, que Smetana trata de manera
magistral, flotan en el ambiente. Aparece Wenzel: es débil mental y tartamudea.
Marie se le acerca; finge compadecerlo, pues la novia que han elegido para él
es un verdadero demonio. ¡No hay duda de que lo torturará y lo hará infeliz! ¡Y
hay tantas chicas guapas que se mueren por él! A Marie no le cuesta disuadir a
Wenzel de sus ideas matrimoniales. Durante el dúo cómico de ambos, Kezal y Hans
hablan sobre el mismo tema en otra mesa. Hans finge caer en la trampa y acepta
trescientos florines a cambio de renunciar a Marie. Sólo pone una pequeña
condición, que Kezal acepta alegremente y sin sospechar. Sólo el hijo de Micha
será el esposo de Marie. Se firma el convenio y pronto se entera la aldea de la
«venta de la novia», de la traición de Hans, sobre quien cae el desprecio de
todos.
El acto tercero se desarrolla otra vez en la plaza de la aldea. Ha llegado un
circo, y el tonto Wenzel se ha enamorado de la bailarina Esmeralda. A ésta se
le ocurre sustituir por Wenzel a un actor borracho que en la función de la
noche ha de representar el papel de oso salvaje. Rápidamente le enseña los
pasos necesarios para el papel. Los padres de Wenzel descubren el plan Spontini
con horror y se enteran de que no quiere casarse con Marie. Cuando aparece
ésta, Wenzel reconoce a la bella mujer que lo ha aconsejado. Marie ya no tiene
más artimañas. Profundamente entristecida por la traición de su novio, pide a
todos que la dejen sola para aclararse sobre su propio destino. Después de un
magnífico sexteto, sus padres y los de Wenzel satisfacen su deseo. Entonces
Marie proclama su dolor en una maravillosa aria. Hans la encuentra así. A la
desesperación de Marie se opone la alegría incomprensible de Hans. Pero Hans no
le da ninguna explicación sobre su manera de conducirse. Cuando pasa Kezal y le
pregunta si Marie está dispuesta a casarse con el hijo de Micha, el joven
responde en nombre de Marie con un alegre «sí». Promete que se ocupará
personalmente del asunto. La desgracia de Marie alcanza su punto culminante,
pero de repente todo se aclara. También Hans es hijo de Micha y por lo tanto
hermanastro de Wenzel. Lleno de alegría, el padre lo reconoce después de muchos
años, y la madrastra no puede hacer nada en contra. Y el marido de Marie será
el hijo de Micha, pero no Wenzel, como supuso Kezal, sino Hans. Todo termina
bien, sólo el astuto Kezal abandona rabiando la aldea en que ha fracasado.
Libreto:Muy simpático, con buena descripción
del medio y acertada pintura de los caracteres. Música:Una de las pocas comedias musicales
perfectas. Su música es magnífica, utiliza brillantemente el folclore y rebosa
de ocurrencias propias; está tan lograda en el aspecto cómico como en el
sensible, en el grotesco como en el serio, en los solos como en los conjuntos,
en las partes cantadas como en las danzas. La sencillez de las melodías
coincide perfectamente con el texto y el argumento, y sin embargo, ¡qué arte
hay en esta sencillez! El papel de Kezal es una creación magnífica; la
especialidad del bajo cómico encuentra en esta ópera una de sus figuras más
jugosas (junto con Osmín, Leporello, van Bett, Baculus, el barbero de Bagdad,
Beckmesser, Falstaff y Ochs von Lerchenau).
Historia:La novia vendida fue originalmente una
opereta con diálogos hablados y "números musicales". Tal vez la
creara Smetana para responder a la acusación de "wagnerismo". El 30
de mayo de 1866 se estrenó en el "Teatro Provisional" de Praga.
Aunque gustó al público, no tuvo resonancia fuera de la capital. Para una
representación en París planeada para tres años más tarde y que no se llevó a
cabo, Smetana compuso un aria para Marie así como dos danzas (polca y furiant).
Y dos años más tarde compuso para una representación en San Petersburgo la
versión definitiva, donde los diálogos se transformaron en recitativos. La
ópera pudo conquistar en un tiempo relativamente breve el mundo entero y se
encuentra en el repertorio fijo de todos los teatros de ópera. Bedrich Smetana (1824-1884)
El fundador de la ópera checa tuvo una vida trágica. Nació en Leitomischl el 2
de marzo de 1824, estudió primero solo, luego en el Conservatorio de Praga,
antes de entrar al servicio del príncipe Thun. Liszt lo descubrió, como a
tantos otros, y le ayudó a organizar una escuela de música en Praga. Sus obras
encontraron mucha oposición, pues se le acusaba de «influencias wagnerianas».
Además, era sospechoso ante las autoridades austriacas a causa de su
nacionalismo checo. En 1856 viajó a la ciudad sueca de Góteborg en calidad de
director de orquesta. Cuando unos años más tarde se fundó en Praga la ópera
nacional checa sufragada por todo el pueblo, se llamó a Smetana para que la
dirigiera. Pero no pasó mucho tiempo antes de que una enfermedad del oído, que
se convirtió en sordera, lo obligara a dimitir. Y como si no hubiera bastado
esta desgracia, al destino de Beethoven sumó la tragedia de Schumann. Su vida
se apagó en el hospital psiquiátrico de Praga el 12 de mayo de 1884.
Smetana dejó gran cantidad de obras brillantes. En el ámbito dramático, Los
brandeburgueses en Bohemia (1866), La novia vendida (1866), Dalibor (1868), Las
dos viudas (1874), El beso (1876), El secreto (1878), Libussa (1881) y La pared
del diablo (1882). Raya en lo incomprensible que sus últimas y no poco geniales
obras se escribieran a la sombra de la locura que se aproximaba y entre
horribles sufrimientos, que sólo le permitían oír la música de manera
totalmente deformada, sonidos largos y agudos, y trinos estridentes. Hoy en
día, el mundo reconoce en Smetana no sólo al fundador de la música nacional
checa, sino a uno de los creadores más inspirados del siglo XIX.