ODA AL SALUTÍFERO Y DIVINO HUEVO FRITO
Cuentan que Dios bendito
apiadóse del peruano,
su insatisfecho apetito
y, siendo como es humano,
Dios inventó el huevo frito.
Alegre, bello y veloz,
perfecto cual obra de arte,
con un huevo frito o dos
el peruano, en buena parte,
satisfizo su hambre atroz.
Oh, milagro colorido,
oh, diadema nutritiva,
que rescatas del olvido
la memoria antigua y viva
del que, a veces, ha comido.
Nicolás Yerovi, periodista peruano y autor de la original obra teatral callejera "Titina", nos obsequia su receta favorita en un delicioso verso.
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