Sinfonía Fantástica
Op. 14 - Berlioz
La Sinfonía Fantástica es una de las obras de juventud, dentro de
éste género, más brillantes jamás compuestas; una obra escrita cuando Berlioz
contaba sólo con 27 años e inspirada en el amor y la desilusión. Enmarcada en
su época, era una obra muy vanguardista que desafió muchos de los
convencionalismos musicales de la Francia del siglo XIX: Melodías
antisimétricas e indefinidas, armonías poco usuales, uso de la forma cíclica a
partir de un leitmotiv y empleo una orquesta más propia de una ópera que de una
sinfonía. Todo ello reunido en una Sinfonía bajo los siguientes cinco
movimientos:
-Sueños -
Pasiones
-Un baile
-Escena en
el campo
-Marcha al
cadalso
-Sueño de una noche de aquelarre
Ficha
Técnica:
Nombre: Sinfonía Fantástica: Episodio de la vida de un artista en cinco partes, Op. 14
Nombre: Sinfonía Fantástica: Episodio de la vida de un artista en cinco partes, Op. 14
Autor: Héctor Berlioz
Género: Sinfonía
programática
Fecha de composición: 1830
Fecha de estreno:5 de Diciembre de 18 30
Fecha de composición: 1830
Fecha de estreno:
En 1827, un joven Héctor Berlioz se coló en una representación
teatral del “Hamlet” de Shakespeare dada por una compañía irlandesa en el
Teatro Odeón. En el papel de Ofelia se encontraba una joven y hermosa actriz,
Harriet Smithson, y aunque Berlioz apenas podía entender los diálogos en inglés
que salía de su boca, sus gestos, maneras y sobre todo, su belleza sobre el
escenario lo encandilaron hasta el punto de quedar perdidamente enamorado de
ella. Fueron numerosas las cartas de amor que Berlioz envió a la bella
actriz, cartas que quedaron sin respuesta si tenemos en cuenta las numerosas
misivas que recibía la joven Harriet de sus admiradores parisinos ya que su
interpretación de Ofelia, había trascendido a toda la ciudad.
Berlioz había sido un estudiante de medicina que abandonó la
profesión para dedicarse a la música. No era un compositor destacado, de hecho,
no había estrenado nada aún, pero ideó un plan para atraer la atención de
Harriet sobre su persona. Componer una gran obra y alcanzar la fama suficiente
para convertirse en un hombre destacado. Consiguió así estrenar en el
Conservatorio de París; bajo su bolsillo ya que las obras se interpretaron en
domingo y Berlioz tuvo que pagar a los tramoyistas; dos obras que no
tuvieron apenas repercusión. Mientras tanto Berlioz siguió acosando a la actriz
con sus cartas hasta el punto que Harriet pidió a su criada que desechara todas
las correspondencias que tuvieran al compositor como remitente.
Este
rechazo por parte de su amada llevó a Berlioz por una etapa de cambios
repentinos de humor. Vagabundeaba y fantaseaba por las calles de París con la
joven Harriet en sus pensamientos. Su última oportunidad de conquistarla llegó
en un teatro Parisino donde actuaba Harriet. Antes de su representación Berlioz
consiguió que tocaran una obertura suya pero la chica fue ajena a todo esto.
Luego, durante la representación teatral, Berlioz desde las gradas comenzó a
vociferar y gritar a la actriz que se asustó y pidió que alejaran a aquel
"loco" de ella.
En 1830 decide volcar todos
sus sentimientos en una obra musical, sus pasiones y desilusiones vividas en
una sinfonía prácticamente autobiográfica. Y aunque esa obra se gestara con
“remiendos” de obras anteriores, Berlioz consiguió darle una unidad a toda la
obra mediante un programa y una “ideé fixe”, es decir un leitmotiv que se
mantiene constante durante todos los movimientos, una idea que refleja su amor
por Harriet (Tema de la Amada). Diez días antes del estreno, Berlioz
publicó en la prensa un folleto explicando una trama asociada a la sinfonía a la que
calificó de “Drama
Instrumental”. El propio Berlioz avisó que esas líneas de texto que debían
introducir cada movimiento no pretendían describir el movimiento en sí, si no
completar con texto, lo que la música, por sus limitaciones, no era capaz de
retratar: "El programa que sigue debe ser entendido como el texto
hablado de una ópera, destinado a introducir ciertas piezas de música, cuyo
carácter y expresión originan”. No
obstante, esta práctica fue muy criticada ya que se consideró a Berlioz incapaz
de plasmar musicalmente todas sus pretensiones y tener que recurrir a la
palabra escrita como apoyo.
La obra se
estrenó el 5 de Diciembre en el Conservatorio de París y fue todo un éxito.
Entre el público se encontraban personajes ilustres y entre ellos, un Liszt de
19 años que trascribió la Sinfonía a piano. Fue esta transcripción la que le
pasó a Schumann para que conociera y criticara la obra de Berlioz. Críticas que
fueron muy positivas aunque también consideró el texto como un añadido del que
podría prescindirse. La suerte de Berlioz cambió, comenzó a adquirir fama y
ganó el Premio de Roma que lo llevó de estudios a Roma. En Italia revisó la
Sinfonía Fantástica y la amplió con un nuevo programa y un monólogo inicial. El
conjunto pasó a llamarse entonces "Lélio, o el retorno a la vida".
Esta nueva versión se reestrenó en París en 1832 y en esa ocasión, la
desaparecida Harriet Smithson se encontraba en la sala.
Una de las frases de Lélio, el personaje cuyo monólogo servía de preludio a la nueva versión de la Sinfonía era: “…esta Julieta, esta Ofelia, a las que busca siempre mi corazón". Entonces Harriet comprendió que aquel compositor era el hombre que la colmaba de cartas de amor y que la mujer que había inspirado y torturado al artista protagonista (y al propio Berlioz) no era ni más ni menos que ella. Tras el concierto, Berlioz y Harriet se conocieron por fin y para sorpresas de todos, en poco tiempo contrajeron matrimonio, un matrimonio que se prolongó hasta 1840 pero lleno de penalidades; pero eso ya, es otra historia.
Una de las frases de Lélio, el personaje cuyo monólogo servía de preludio a la nueva versión de la Sinfonía era: “…esta Julieta, esta Ofelia, a las que busca siempre mi corazón". Entonces Harriet comprendió que aquel compositor era el hombre que la colmaba de cartas de amor y que la mujer que había inspirado y torturado al artista protagonista (y al propio Berlioz) no era ni más ni menos que ella. Tras el concierto, Berlioz y Harriet se conocieron por fin y para sorpresas de todos, en poco tiempo contrajeron matrimonio, un matrimonio que se prolongó hasta 1840 pero lleno de penalidades; pero eso ya, es otra historia.
Berlioz
finalmente publicó las dos versiones de su Sinfonía, la primera versión sin
monólogo inicial y de cinco movimientos, que será la que analicemos a
continuación y la segunda versión, a partir de la que escribió en 1832 con la
narración de Lélio como epílogo de la obra y seis movimientos en total.
Programa escrito por Berlioz: “El
autor imagina a un joven y vibrante músico, afectado por una enfermedad del
espíritu que un escritor famoso llama la decadencia de las pasiones, que
por primera vez una mujer que reúne todos los ideales que soñó en su
imaginación y cae perdidamente enamorado de ella. Por una extraña razón, la
imagen de su amada nunca se presenta a la mente del artista sin ir ligada a una
idea musical, en la que encuentra la cualidad de la pasión, pero con
la nobleza y timidez con el que da crédito el objeto de su amor. Esta imagen
melódica y su modelo lo persiguen sin cesar como una doble idea fija. Este es
el motivo de la aparición constante, en todos los movimientos de la sinfonía,
de la melodía con que empieza el primer allegro. El paso de este estado de
sueño melancólico, interrumpido por brotes de alegría sin sentido, a una
delirante pasión, con arrebatos de furia y celos, sus retornos a la ternura,
sus lágrimas, el consuelo religioso -todo esto forma el tema del primer
movimiento.”
El primer movimiento constituye una forma Sonata bastante
libre, incluso rozando la forma rondó, de esta manera, Berlioz consigue
introducir el Tema de la Amada, la idea fija, en varios momentos del movimientos
casi como una obsesión.
Introducción:
La obra se inicia con una larga y lenta introducción en Do menor
que representa el anhelo del artista por ese amor ideal no correspondido.
Berlioz juega con las melodías vagas e indefinidas. Ya desde la propia introducción
se deja entrever idea del Tema de la Amada pero en diferentes episodios donde
se contrastan esa melancolía y anhelo con el júbilo.
Exposición:
La flauta introduce el Tema de la Amada, la idea fija. Esta
melodía se caracteriza por las sincopas y el desplazamiento de los acentos lo
que le dota a la melodía mucha inestabilidad. El Tema B es breve y casi se
presenta como una extensión del primer tema. Aquí el anhelo se sustituye por la
breve alegría.
Primer
Desarrollo:
Realizado sobre el Tema B, está caracterizado por un
predominio de las cuerdas con largas escalas de subida y bajada mientras los
vientos enfatizan los tiempos fuertes.
Primera
Reexposición:
Una trompa anuncia la primera reexposición donde El Tema de la
Amada adquieren mayor vivacidad, por la contra, el Tema B se torna un poco más
dramático. Tras una transición melódica se da paso al segundo desarrollo.
Segundo
Desarrollo:
El oboe protagoniza este segundo desarrollo, que se vuelve
turbulento, a partir de una variación del tema principal manipulando el tempo y
los acentos para deformarlo y volverlo irreconocible.
Segunda
Reexposición y Coda final:
Esta presentación final de los temas se vuelve triunfal
protagonizado por los metales, aunque como contrapartida, en la coda recupera
el carácter de la introducción. El protagonista, con el corazón destrozado
encuentra el consuelo en la religión. Por esta razón, el primer movimiento
acaba casi con un coral que culmina con la cadencia plagal, la cadencia propia
de la música sacra.
Programa escrito por Berlioz: "El
artista se encuentra en las más diversas situaciones de la vida, en el tumulto
de una fiesta, en la contemplación pacífica de las hermosas vistas de la
naturaleza, sin embargo, en todas partes, ya sea en la ciudad o en el campo, la
imagen de la amada se presenta sin cesar y mantiene su espíritu en la
confusión."
Tras una
introducción con el arpa como protagonista y unas cuerdas llenas de dramatismo
que ascienden desde la profundidades, se inicia el movimiento con una
Tema danzarín en las cuerdas a ritmo de vals. El arpa ejecuta ese contrapunto
con acodes acompañantes y amplios arpegios que crean ese aire elegante y
glamuroso de la fiesta. Las flautas recuperan entonces el Tema de la Amada que
se convierte en esa imagen perturbadora en la mente del artista.
Tras este inciso, la fiesta continúa con el majestuoso vals que se ha vuelto aún más enérgico. Como un fantasma, vuelve a hacer su aparición la Amada en la flauta que se presenta levemente antes del grandiosos final.
Escena en el campo
Programa escrito por Berlioz: "Una
noche en el campo, oye dos pastores en la distancia dialogar con su "Ranz
des vaches"; este dúo pastoral, el entorno, el suave sonido de los árboles
mecidos por el viento, algunos motivos de esperanza que recientemente ha
concebido, todo conspira para devolver a su corazón un sentimiento de calma al
que está poco acostumbrado y a dar a sus pensamientos un color más alegre.
Medita sobre su soledad, y espera que pronto ya no será solo ... Pero ¿y si
ella lo traicionase? ... Esta mezcla de esperanza y temor, estas ideas de
felicidad, perturbado por las premoniciones oscuras, forman el tema del adagio.
Al final uno de los pastores retoma su "Ranz des vaches ", y el otro
pastor ya no contesta. Sonidos lejanos de tormenta ... soledad ...
silencio..."
El Adagio
pastoral, muy influenciado por la Sexta Sinfonía de Beethoven, podemos
dividirlo en cinco episodios:
Dueto de pastores:
Dueto de pastores:
En la noche
suenan los "Ranz des vaches" de los dos pastores.
Estos instrumentos de viento son utilizados por los pastores suizos
para comunicarse desde la distancia en las montañas. Suena el corno inglés, la
llamada del primer pastor y es respondido por el otro, en el sonido del oboe.
Con este dueto pastoral se inicia el tercer movimiento.
Tema Pastoral:
Tema Pastoral:
Los
violines y flautas conducen la melodías principal de este movimiento. Un tema
calmado que evoca la tranquilidad y la paz que trasmite el campo. A la
melodía se irán sumando más y más instrumentos ganando en vigor. Tras la
exposición del tema y una breve transición agitada, este tema se repetirá pero
con la melodías trasladadas al fagot y las violas y chelos.
La Amada:
La Amada:
La sección
central del movimiento está dominada por el recuerdo de la Amada que reaparece
en las flautas y oboes con su tema característico.
Las dudas sobre la amada:
Las dudas sobre la amada:
El Tema de
la Amada y el Tema Pastoral se unifican en una gran sección llena de momentos
de júbilo y otros de gran drama. Escenifican esas dudas del artista sobre el
amor de la joven, sus miedos a la soledad bajo la noche bucólica.
La Tormenta:
La Tormenta:
Cuando el artista abandona sus pensamientos y vuelve a la noche
estrellada, oye a uno de los pastores entonar su "Ranz des vacnes"
(corno inglés). Éste no recibe la respuesta del otro pastor, sin embargo, se
oyen en los timbales esos truenos lejanos que vaticinan la gran tormenta que
avanza en el horizonte.
Marcha al cadalso
Programa escrito por Berlioz: "Con
la certidumbre de que no solamente aquella a quien ama no corresponde su amor,
incapaz de comprenderlo, y de que, además, le es indigna, el artista se
envenena a sí mismo con opio. La dosis de narcótico, aunque es demasiado débil
como para causar su muerte, le sumerge en un sueño profundo acompañado por la
más extraña de las visiones. Sueña que ha matado a su amada, que está
condenado, conducido al cadalso y es testigo de su propia ejecución. Quiere
esconderse pero no puede y mira, como un espectador, su propia muerte. Los
avances en procesión al son de una marcha que es, en ocasiones sombrío y
salvaje, y a otras, brillante y solemne, en la que un sonido sordo de pasos
pesados le sigue sin transición los más
fuertes estallidos. Al final de la marcha, los primeros cuatro compases de la
idée fixe reaparecen como un último pensamiento de amor interrumpido por el
golpe fatal."
Llegamos al
movimiento más corto de la Sinfonía. Una introducción que representa, en toque
de timbal, la procesión hacia el patíbulo. Tras esto arranca el primer tema, el
Tema del Cadalso. Le sigue otro tema brillante y lleno de júbilo, es el tema de
la Marcha Triunfal.
Una vez expuesto los dos temas, al movimiento le sigue un
desarrollo donde se conjugarán ambos temas. Al final del desarrollo se producen
imponentes golpes de platillo. Las hojas de las guillotinas van cediendo
eliminando a todos los condenados, incluido nuestro protagonista. La coda final
está llena de frenesí, el terror del artista ante su propia ejecución que,
antes de oír la fanfarria final que festeja el final de las ejecuciones,
recupera la imagen de su amada.
Sueño de una noche de aquelarre
Programa escrito por Berlioz: "El
artista se ve a sí mismo en un aquelarre, en medio de una reunión
horrible de sombras, hechiceros y monstruos de todo tipo que se han congregado
para su funeral. Sonidos extraños, gemidos, arrebatos de risa; gritos lejanos
que parecen ser respondidos por más gritos. El Tema de la Amada aparece una vez
más, pero ahora ha perdido su carácter noble y tímido, ahora es nada más que
una melodía danzante vulgar, trivial y grotesca: es ella la que está llegando
al aquelarre ... Rugido de alegría por su llegada ... Ella se une a la orgía
diabólica ... Tañidos fúnebres de campana, parodia burlesca del Dies irae , el
baile del aquelarre. El aquelarre junto con el Dies irae."
La
Congregación de los monstruos:
Desde los
graves aparece una melodía que parece estar maldita. Los agudos se presentan
como gritos, quejas y gemidos, a los que responden otros gritos
desde la lejanía. Berlioz consigue crear un estado perturbador en el que todos
los seres del infierno empiezan a congregarse. Una gran júbilo le
sigue por la aparición de su Amada.
La Amada convertida en bruja:
El artista se da cuenta que su Amada es una bruja, un ser deforme que se une al resto de los monstruos para festejar su funeral. El Tema de la Amada es deformado y su ritmo cambia para adoptar el "Galop" la marcha en forma de galope que ya habían empleado compositores como Mendelssohn o Schubert para representar a personajes malditos y oscuros que cabalgan.
Dies Irae:
El tañer de las campanas inicia el himno fúnebre, el Dies Irae. Los metales entonan el canto latino en la región grave para luego ser replicado a doble de velocidad, de nuevo por los metales, en un registro mediano.
El Aquelarre:
El festejo de los monstruos ante la desgracia del artista se expresa en una fuga orquestal a cuatro voces que se repite en dos ocasiones. Los monstruos entran en éxtasis bailando alrededor de la tumba del protagonista. La fuga, tras un breve inciso provocado de nuevo por la melodía del Dies Irae entra en su crescendo final hasta el último episodio.
Aquelarre junto con el Dies Irae:
La fuga llega a su cumbre empleando el Dies Irae como motivo en el bajo. Ambos se combinan entre sí con distintos trémolos y trinos que reflejan el terror del artista en ese macabro sueño. La Sinfonía acaba con este sueño sin saber si el artista vuelve en sí de la pesadilla o es consumido por los monstruos y su soledad, por esa Amada que no supo corresponder su cariño.
La Amada convertida en bruja:
El artista se da cuenta que su Amada es una bruja, un ser deforme que se une al resto de los monstruos para festejar su funeral. El Tema de la Amada es deformado y su ritmo cambia para adoptar el "Galop" la marcha en forma de galope que ya habían empleado compositores como Mendelssohn o Schubert para representar a personajes malditos y oscuros que cabalgan.
Dies Irae:
El tañer de las campanas inicia el himno fúnebre, el Dies Irae. Los metales entonan el canto latino en la región grave para luego ser replicado a doble de velocidad, de nuevo por los metales, en un registro mediano.
El Aquelarre:
El festejo de los monstruos ante la desgracia del artista se expresa en una fuga orquestal a cuatro voces que se repite en dos ocasiones. Los monstruos entran en éxtasis bailando alrededor de la tumba del protagonista. La fuga, tras un breve inciso provocado de nuevo por la melodía del Dies Irae entra en su crescendo final hasta el último episodio.
Aquelarre junto con el Dies Irae:
La fuga llega a su cumbre empleando el Dies Irae como motivo en el bajo. Ambos se combinan entre sí con distintos trémolos y trinos que reflejan el terror del artista en ese macabro sueño. La Sinfonía acaba con este sueño sin saber si el artista vuelve en sí de la pesadilla o es consumido por los monstruos y su soledad, por esa Amada que no supo corresponder su cariño.
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