Las nuevas formas musicales del Barroco
En música,
el Barroco señaló un período de gran desarrollo del arte vocal e instrumental,
de obtención de armonías más complejas y mayor profundidad de las formas y el
sentimiento. Los reyes, los príncipes, los duques y otros miembros de la
nobleza trataban de superarse unos a otros por la pompa y la exhibición. La
música había progresado mucho a partir de los cantos y las baladas.
El principal estilo era el "contrapunto" es decir, el uso de dos o más melodías independientes que se combinaban para producir la armonía. En el Barroco, nacieron las formas musicales que conocemos hoy:
La Cantata, una obra corta para voces solistas, coro e instrumentos, con un tema secular o religioso, era muy popular. Bach escribió una Cantata del café (1732), para celebrar la afición cada vez más acentuada a lo que era entonces una bebida nueva en Europa. Mozart compuso una cantata masónica, de la cual un aria (solista) se convirtió en el himno nacional austriaco después de la Primera Guerra Mundial.
El Oratorio, más largo, también para solista, coro y orquesta, tenía un texto rigurosamente bíblico; se originó en 1600 en Roma, un año antes de la producción de la primera ópera en Florencia. El padre espiritual del oratorio fue Filippo Neri (1515-1595), que inauguró sus servicios combinando las piezas sacras y los coros para la educación y el esclarecimiento de la juventud. Este fue el momento decisivo para la Reforma, en que la poderosa Iglesia Católica desafió al protestantismo. En premio a sus esfuerzos Neri fue beatificado y más tarde canonizado; fue el único músico de la historia convertido en santo.
Los oratorios más famosos fueron compuestos por George Frideric Handel (1685-1759), contemporáneo alemán de Bach, que se instaló en Inglaterra y que será recordado siempre por su obra maestra, El Mesías, cantada por innumerables coros en todo el mundo cuando llega la temporada navideña.
Hacia el fin del siglo XVI un grupo de hombres cultos pertenecientes a la ciencia, la literatura y la música, entre ellos Vincenzo Galilei, padre del astrónomo que inventó el telescopio, se reunió en Florencia para analizar el futuro de las artes. Se autodenominaron "camerata" —literalmente, una pequeña cámara. Del deseo de estos hombres de revivir la sencillez de la música griega provino el comienzo del "dramma per música", es decir, drama mediante la música, o en otras palabras, la "opera".
Claudio Monteverdi (1567-1643), el primer gran compositor de ópera, utilizó la orquesta para obtener efectos dramáticos en lugar de utilizar a los músicos sólo como acompañantes de los cantantes. Su obra La favola d'Orfeo es una de las óperas más antiguas, todavía ejecutada en algunas ocasiones.
Toda esta clase de música, por supuesto, estaba destinada rigurosamente a la nobleza. La burguesía aún no existía y el campesinado escuchaba solamente canciones populares y danzas transmitidas de generación en generación por los hijos de aquellos cantantes vagabundos que aún tocaban sus laúdes.
Con el siglo XVII llegaron nuevas formas instrumentales. La más importante fue la Sonata, consistente en cuatro partes o "movimientos" de tempos o ritmos contrastantes. Aunque el compositor italiano Domenico Scarlatti (1683-1757) compuso más de seiscientas sonatas, las ochenta y dos sonatas de Franz Joseph Haydn (1732-1809) definieron la forma clásica. Como la sonata es la precursora de la Sinfonía, estos trabajos determinaron que Haydn recibiese el triple título de "Padre de la Sonata, la Sinfonía y el Cuarteto de Cuerdas."
Otra forma que surgió por esta época fue el tema con variaciones, que utiliza una sencilla melodía sobre cuya base los músicos y compositores producen libremente complicadas improvisaciones.
La Passacaglia, una forma de danza española, se convirtió en una importante pieza de teclado, que incluye una progresión de acordes graves que se elevan hasta alcanzar una sugestiva culminación.
Los Preludios fueron inicialmente piezas breves ejecutadas antes dé las piezas más largas para piano u órgano. Johann Sebastian Bach (1685-1750) compuso cuarenta y ocho preludios y fugas apareados, que incluyen su obra maestra, "El clave bien temperado" (1722). Hacia el siglo XIX el preludio ya no se utilizaba como "preámbulo". Chopin, Debussy y Rachmaninov, entre otros, elevaron esta pequeña forma a un nivel de gran belleza.
La Tocata, conocida por su tempo rápido y su ritmo regular, es otro tipo de composición para teclado que destaca la brillantez técnica de un ejecutante.
Las Fantasías o "vuelos de la fantasía", fueron los tipos de composición más libre, con varios temas agrupados sin una forma dada. Walt Disney eligió esta denominación como título de su filme de 1940, que ilustró memorablemente varias de las piezas de los grandes clásicos.
Una de las composiciones más importantes creadas durante el período barroco fue la Suite, un conjunto de cuatro danzas. Estaba formada al principio por piezas cortesanas como las "allemandes", las "courantes", las "sarabandes" y las "gigues"; pero a menudo se agregaban formas opcionales como las "galliards", los "minuets" y las "gavottes".
Bach, Handel y otros compositores barrocos se ajustaron al estilo contrapuntístico. Hacia el siglo XIX las suites se habían convertido en Música de programa, lo cual significa que los movimientos responden a una historia, un estado de ánimo o una idea. Este concepto incluye arreglos musicales extraídos de las óperas o los ballets. Chaikovski concibió suites a partir de sus ballets, El lago de los cisnes, La bella durmiente y Cascanueces. Edvard Grieg (1843-1907) compuso dos Suites de Peer Gynt sobre la base de su música incidental para la pieza folclórica noruega de Henrik Ibsen. En Rusia, Nicolai Rimsky-Korsakov (1844-1908), nos entregó la sugestiva Scheherezade, basada en el relato de Las mil y una noches. Ferde Grofé (1892-1972) puso música a una de las maravillas naturales norteamericanas con su Gran Cañón del Colorado.
La forma musical más importante llegó con el nacimiento del concerto, una obra amplia en tres movimientos: "allegro" (rápido), "andante" (lento), "allegro". Compuesta por un instrumento solista con el acompañamiento de una orquesta entera, los "concertos" destacan la habilidad y la belleza del ejecutante. Hay algunos conciertos dobles y triples: Brahms compuso uno famoso para violín y violonchelo; Beethoven, para piano, violín y violonchelo, y Mozart compuso un concierto para dos pianos y uno para tres.
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