La historia desconocida tras la película “Volver al futuro”
¿Sabía que la cinta estuvo a punto de titularse “el hombre venido de Plutón” y que el mejor amigo de "Doc" Brown era un chimpancé?
La película “Volver al futuro”, película de culto donde las haya, no necesita mayor presentación y su argumento es conocido por todos: Marty Mc Fly, un joven adolescente de 17 años vive en el pueblito americano de Hill Valley, junto a su familia, encabezada por su padre George, un fracasado y tímido hombre de poco carácter con un empleo mal pagado que debe soportar los constantes abuso de su jefe Biff Tannen, quien desde la secundaria le ha hecho la vida imposible. En sus ratos libres Marty ayuda en sus experimentos al estrafalario profesor Emmet L. Brown, quien ha creado una máquina del tiempo en un auto deportivo DeLorean.
Durante un experimento con el auto y en medio de un incidente con unos terroristas libios que quieren apoderarse del plutonio del carro para fabricar una bomba nuclear, Marty se refugia en el auto, lo enciende y viaja accidentalmente hacia el pasado, en 1955. Allí, de nuevo en Hill Valley, se encontrará con su padre, un adolescente perdedor que siente timidez frente a las mujeres y que es víctima de bullyng escolar por parte de algunos abusivos compañeros, encabezados por el insoportable Biff Tannen. El problema es que también conocerá a su madre, quien empieza a acosarlo románticamente, lo que empieza a cambiar el presente y el futuro de Marty, pues si sus dos padres no se enamoran y se casan, él nunca existirá. Así que Marty debe acudir al mismo “doc” Brown, 30 años más joven, para que no sólo lo ayude a juntar a sus padres sino que también le permita volver al futuro.
La historia de esta película nació de una curiosa ocurrencia de Bob Gale, su creativo guionista. Gale se reponía en su hogar del fracaso comercial de su película “Autos usados” (1980), que había escrito con su amigo y socio, el director Robert Zemeckis. Aburrido, se puso a revisar los objetos antiguos de su familia. “Allí cayó en mis manos el anuario escolar del colegio de mi padre. De repente me enteré que había sido el delegado de clase y empecé a preguntarme cómo me habría llevado con él si hubiéramos compartido aula, porque yo siempre fui de los que habían odiado a ese tipo de mamones. Y ahí saltó la chispa”. Zemeckis relató que “cuando Bob me lo contó, lo primero que pensé fue en hacer un chiste fácil y picante ¿Y te imaginas que tu madre, que jura y perjura que jamás besó a un chico en la primera cita, fuera la chica fácil del colegio? Sólo había una manera de averiguarlo: hacer una película que tratara de viajar en el tiempo”.
A principios de 1981 Robert Zemeckis y Bob Gale ofrecieron a todas las productoras de Hollywood su flamante guión, ya por entonces llamado “Regreso al futuro”, pero nadie les hacía caso. Sólo Steven Spielberg, que había financiado las dos primeras películas de la dupla, parecía apoyarlos. Afortunadamente, Zemeckis tuvo un golpe de suerte: se anotó el primer éxito comercial de su carrera al dirigir “Dos bribones tras la esmeralda perdida”, una de las comedias de aventuras más exitosas de los años 80’ (el protagonista y productor, Michael Douglas, había visto “Autos usados” y había luchado por tener a Zemeckis en la dirección). Así que ahora las productoras se peleaban al novel director.
Con Spielberg en la producción y con el financiamiento parcialmente asegurado, el guión de la película tuvo una gran modificación: el viaje en el tiempo se haría en un automóvil deportivo DeLorean y no en un refrigerador, tal como estaba contemplado en el guión original. “Queríamos acabar la película con la máquina del tiempo aterrizando en el patio de la familia McFly, y era realmente difícil que un refrigerador aterrizara de una manera plástica. Además, había otro problema: Si la película tenía éxito, existía el peligro que nos niños comenzaran a meterse en los refrigeradores de sus casas, con el peligro que ello conlleva. Así que pensamos: Si vas a viajar al pasado, hazlo con estilo”.
El jefe de los estudios Universal, Sid Sheinberg, quien había ganado mucho dinero gracias a Steven Spielberg con la película “E.T. El extraterrestre”, accedió a financiar “Volver al futuro”, pero puso cuatro condiciones: que no llamaran al científico Emmet L. Brown “profesor”, que la madre de Marty Mc Fly se llamara Lorraine (como su esposa), que “Einstein”, la mascota del “Doc”, no fuera un chimpancé como aparecía en el guión original, y que la película se llamase “El hombre venido de Plutón”. Spielberg, Zemeckis y Gale accedieron a las dos primeras condiciones, se negaron de plano a la última y, con respecto a la tercera, le preguntaron a Sheinberg qué problema tenía con los chimpancés. “He hecho un estudio y jamás una película con un chimpancé ha tenido éxito”; respondió Sheinberg. “¿Y qué me dice de las películas de Clint Eastwood “Duro de pelar” y “La Gran pelea”, donde aparece un chimpancé?”, le preguntó Zemeckis. “Eso no es un chimpancé, es un orangután”, zanjó el productor, quien al final se salió con la suya. La mascota del profesor Brown sería un perro, llamado por cierto “Einstein”.
La llegada de Michael J. Fox
El siguiente problema fue encontrar al actor preciso para que encarnara a Marty McFly. Debía ser un actor gracioso, con carisma y ángel, que pudiera salir airoso de la famosa escena en que Marty es acosado románticamente por su propia madre: “Me daba escalofríos pensar en la escena en que la madre de Marty intenta besarlo en el estacionamiento. Pensamos que el único actor que nos servía era Michael J. Fox, pero lamentablemente él estaba atado contractualmente con la serie “Lazos Familiares”. Así que tuvimos que elegir un plan B”, relata Steven Spielberg.
El plan B se llamaba Eric Stoltz, un joven actor que acababa de protagonizar la película “Máscara”, de Peter Bogdanovich (y que nueve años más tarde personificaría al pelilargo Lance, el dealer que le vende heroína a John Travolta en la aclamada cinta “Pulp Fiction”). Steven Spielberg cuenta que la idea de elegir a Stolz parecía una buena idea, pero terminó siendo un fiasco: “Stoltz no era gracioso. Era un gran actor, pero no funcionaba en los gags. Vimos 45 minutos de la película y nos dimos cuenta que, si él seguía como protagonista, aquello sería un desastre. Ya habíamos gastado como cinco millones de dólares, así que decidimos retomar el plan inicial. Gary Goldberg, el creador de “Lazos Familiares”, era mi mejor amigo, así que le expliqué que necesitábamos a Michael J. Fox sí o sí, porque estábamos en una situación límite. Finalmente accedió a cedernos a Michael, siempre que no interfiriese con el rodaje de los capítulos de “lazos Familiares”. Esto significó que Michael tenía que llegar al plató a las seis de la tarde y rodar con nosotros hasta las dos de la madrugada. Sólo dormía tres horas. Todavía no sé cómo lo consiguió. Fue una locura”.
Michael J. Fox, pese a las escasas horas de sueño, entregaría una notable interpretación, en parte porque notó varias similitudes entre su personaje de Marty McFly y su propia etapa como estudiante: «Todo lo que hacía en la preparatoria era patinar, salir con chicas y tocar en bandas. Siempre soñé con convertirme en una estrella de rock», dijo el actor.
La película, una vez terminada, pasó por la siguiente etapa: las pruebas con público en el Hitchcock Theatre, algo que puso demasiado nervioso al guionista Bob Gale: “Se suponía que ese teatro estaba maldito, porque ninguna película que se pre estrenaba allí funcionaba. Cuando le manifesté mis temores a Sheinberg, este me dijo: “Patrañas, el problema es que esas películas eran malas, no como la nuestra, es que es graciosa y buena”. En efecto, “Volver al futuro” era tan graciosa y buena que Sheinberg decidió adelantar el estreno en un mes, para estrenarla a principios de julio, el fin de semana más importante de Estados Unidos.
Éxito mundial
El esfuerzo valió la pena. Después de cuatro semanas en cartelera, la película desbancó del primer lugar de la taquilla a “Mad Max II” y fue programándose en más y más cines. Al cabo, además de las excelentes críticas, fue la cinta más vista del año 1985 (recaudaría más de 380 millones de dólares en todo el mundo), y arrastró a la cinta “Teen wolf”, conocida en Chile como “Travesuras de un lobo quinceañero” y también protagonizada por Michael J. Fox, a ser la segunda más taquillera de ese año.
Las críticas de todo el mundo coincidieron en que “Volver al Futuro” era una gran película. Eric Henderson, de la revista Slant Magazine, por ejemplo, consideró que era “una película logísticamente hermosa y una confluencia casi inhumanamente perfecta de lógica interna y fuerzas externas [...] Probablemente el blockbuster mejor cuidado en su guion en toda la historia de Hollywood», mientras que la revista Variety elogió las actuaciones, centrándose especialmente en las de Fox y Lloyd cuyos personajes, Marty y “Doc” Brown, le recordaron la estrecha relación que guardaban el Rey Arturo y Merlín.
Para encumbrar todavía más la cinta, la canción central, “The Power of love”, interpretada por Huey Lewis and the news, alcanzó los primeros lugares de los rankings. El mismo Huey Lewis realizó un divertido cameo en el filme, como el serio maestro de la escuela que rechaza a la banda de Marty por tocar de forma demasiado ruidosa.
La cinta sorteó exitosamente el paso de los años. En el 2007, la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos la eligió para ser preservada en el National Film registry y en el 2008 el American Film Institute la catalogó como la décima mejor película de ciencia ficción de todos los tiempos en su listado AFI’s 100 Top 10.
A casi 30 años del estreno comercial de “Volver al futuro”, la película ha envejecido dignamente y sigue cautivando a grandes y chicos. Pero ¿Por qué triunfó en su momento “Volver al futuro” y hoy es considerada, por muchos, como una verdadera película de culto? Andrew Sheil y Robin Stoate, dos de los mayores estudiosos de la película, afirman que el encanto de la cinta radica en que hace del viaje en el tiempo una historia intergeneracional, que encandiló en su momento tanto a los fans de Michael J. Fox como a sus padres, nostálgicos de su juventud. Además, la película estaba ambientada en 1955, el último año antes de la revolución contracultural en Estados Unidos, cuando todavía se vivía feliz y en paz después de la guerra, cuando los blancos comienzan a bailar con la música de los negros y cuando Estados Unidos comenzó a ver a los jóvenes como objetos dignos de su atención, con actores emblemáticos como James Dean y su película “Al este del paraíso”.
El impacto de “Volver al futuro” en la cultura pop de Norteamérica alcanzó incluso a la política. Un año después del estreno de la película, cuando la cinta ya triunfaba en el mundo entero, el presidente de Estados Unidos Ronald Reagan, mientras hablaba en el Congreso sobre el estado de la nación en 1986, decía que “Nunca ha existido un tiempo mejor para estar vivo, para alcanzar cotas de heroicidad y maravilla. Como dicen en la película “Volver al futuro”: “A donde vamos, no necesitamos carreteras”.
Lo irónico es que en la misma película aparece un gracioso gag sobre el mismo Ronald Reagan quien, antes de ser presidente de los Estados unidos, en su juventud, tuvo una conocida carrera como actor. Cuando Marty Mc Fly viaja accidentalmente desde 1985 a 1955 a bordo del deportivo DeLorean, lo primero que hace es tratar de ubicar en su pueblo natal de Hill Valley al “Doc” Brown, su mejor amigo y creador de la máquina del tiempo, para que lo ayude a volver al presente.
El “Doc”, 30 años más joven, tras ver por primera vez a Marty, lo toma por un chiflado y se resiste a creer que venga del futuro. Así que, para probar que dice la verdad, le pregunta quién es el presidente de Estados Unidos en 1985. Marty, bastante confiado, le responde de inmediato: “Ronald Reagan”.
“¿Qué? ¿Qué el presidente es Ronald Reagan? -responde airado el “doc”- ¿El actor? ¿Y quién es el vicepresidente? ¿Jerry Lewis?”.
http://www.guioteca.com/los-80/la-historia-desconocida-tras-la-pelicula-volver-al-futuro/
Volver al futuro - Banda sonora
http://www.youtube.com/watch?v=qOLBOIYEZWM&list=PL13E0FA400B5A4FC2
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