MITOLOGIA: -HELIOS Y SELENE-
Sol y Luna: luz para los mortales
Largos cabellos dorados, cuerpo esbelto, ojos serenos, Helios (Sol) es hermoso. Es feliz. Y por esa razón sus tíos, los otros Titanes, lo odian: no pueden perdonar tanta armonía en un solo ser.
Hiperión y Thea (o Tía), padres de Helios, perciben desde temprano la hostilidad existente en la familia. Pero nunca imaginaron que, siendo de la misma sangre, los Titanes llegaran a cometer aquel horrendo crimen. Un día, en efecto, movidos por la furia de la envidia, arrojan al inocente Helios a las aguas del Erídano.
El joven lucha, pero su valentía es vana. La fuerza violenta del rio acaba por tragarlo, sofocando su último soplo de vida.
La hermosa Selene (Luna), al tomar conocimiento del trágico destino su hermano, se arroja desde lo alto del palacio. Y muere también.
Hiperión y Tía, pálidos de espanto, observan la tragedia sin poder salvar a Selene.
Tía no cree que su hijo esté muerto. Como loca, comienza a rondar todas las noches y todos los días las negras aguas del Erídano, en un inútil intento de hallar al joven.
Sin alimento y sin reposo, se va debilitando, hasta que al fin la fatiga la duerme. Entonces, un sueño viene a liberarla de la infinita angustia que la devoraba.
Helios se le aparece, sonriente, agitando suavemente los largos cabellos dorados, sereno y confiado como siempre lo fuera en vida. Con mucho cariño le pide a su madre que no lo llore, pues ahora vive en el Olimpo, junto a Selene, al lado de los inmortales.
Cuando Tía despierta, la inunda una extraña paz. Mira hacía lo alto y comprende. Sus hijos están allí. El sueño no era una mentira. Entre los dioses poderosos. Helios y Selene iluminan tanto el sufrimiento como la alegría de los mortales.
En la mitología griega, Selene es la personificación de la Luna. hEs también hermana de Eos, la Aurora. Se la representaba como una mujer joven y hermosa, que recorría el cielo en un carruaje de plata tirado por dos caballos.
Se le conocen muchos amores. De Zeus tuvo una hija, Pandia. En Arcadia fue amante del dios Pan, quien le había obsequiado una manada de bueyes blancos.
Sin embargo, su historia más conocida es la que comparte con Endimión, pastor de Caria. Una noche de verano, luego de cuidar sus rebaños, Endimión se refugió en una gruta en el monte Latmos para descansar. La noche era clara, y en el cielo Selene paseaba en su carruaje. La luz de la luna entró en la cueva, y así Selene pudo ver al joven dormido. Desde el momento en que la diosa lo miró se enamoró de él.
Descendió entonces del Cielo, y Endimión fue despertado por el roce de los labios de Selene sobre los suyos. Toda la caverna estaba iluminada por la luz plateada de la Luna. Ante él vió a la diosa brillante, y entre los dos nació una gran pasión.
Selene subió después al Olimpo, y rogó a Zeus que le concediera a su amado la realización de un deseo, y el Señor del Olimpo aceptó. Endimión, luego de meditarlo, pidió el don de la eterna juventud, y poder dormir en un sueño perpetuo, del que sólo despertaría para recibir a Selene. Zeus le concedió su petición.
Desde entonces, Selene visita a su amante dormido en la caverna del monte. De este amor nacieron cincuenta hijas, y en varias versiones también, hijo de Selene y de Endimión fue Naxo, el héroe de la isla de Naxos.
Un tributo a Selene (Luna para los romanos), otra de las facetas de Diana (la diosa romana de la caza, Artemisa para los griegos), junto a Proserpina (la diosa de los Infiernos,la Perséfone griega)
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