viernes, 12 de diciembre de 2014

El amor es un centro  - Mario Benedetti

Una esperanza un huerto un páramo
una migaja entre dos hambres
el amor es campo minado
un jubileo de la sangre
cáliz y musgo/ cruz y sésamo
pobre bisagra entre voraces
el amor es un sueño abierto
un centro con pocas filiales
un todo al borde de la nada
fogata que será ceniza
el amor es una palabra
un pedacito de utopía
es todo eso y mucho menos
y mucho más/ es una isla
una borrasca/ un lago quieto
sintetizando yo diría
que el amor es una alcachofa
que va perdiendo sus enigmas
hasta que queda una zozobra
una esperanza un fantasmita.


Relieve egipcio

Relación entre el relieve y la pintura egipcia

El relieve y la pintura mantienen una serie de características comunes y están muy relacionadas con la arquitectura:
• Frente al hieratismo de la escultura, va a haber un gran dinamismo
• Se encontraban principalmente en templos, tumbas y palacio, aunque de estos últimos prácticamente no nos han quedado restos
• Tienen tres finalidades fundamentales:
o Religiosa
o Política y propagandística, esta suele estar representada en los templos, fundamentalmente en los pilonos, y también en las tumbas, y sirve para mostrar el poder y la fuerza del faraón.
o Representación de la vida cotidiana, esto se da fundamentalmente en tumbas. En estas representaciones siempre suele haber referencias al Nilo.
• Suelen representarse en registros paralelos y sin interrupción de escenas. La separación de registros se hace siempre con líneas simples.
• Hay una jerarquización por tamaños; tanto es así que muchas veces hay una escena principal que ocupa toda la altura y a su alrededor están las escenas secundarias.
• Suele haber inscripciones, que pueden ser conmemorativas, especialmente en las escenas propagandísticas, o alegóricas.
• Se mantienen los convencionalismos de las primeras épocas, como la ley de la frontalidad.
• Son representaciones bidimensionales. Cuando hay perspectiva suele ser inversa o abatida, pero en todo caso no hay una tercera dimensión.
• Minuciosidad y detallismo no sólo en personas sino también en todo lo que las rodea.

Técnica del Relieve
El relieve en general suele ser bajorrelieve, que en el Antiguo será un bajorrelieve en dos planos mientras que en el Imperio Medio y Nuevo va a ser fundamentalmente un hueco relieve. Esto es especialmente remarcable en los relieves que seencuentran al exterior porque con esta técnica la luz del sol marca mucho más fácilmente los contornos.
En la pintura suele haber colores muy llamativos, brillantes, claros y con tonos siempre planos. Predomina el dibujo, la línea, que contornea las figuras y marca todos sus rasgos y demás detalles. Esta línea suele ser de color oscuro.
Para pintar una pared primero hay que prepararla, dando primero una capa de tierra y paja húmeda para uniformizar tras la que, una vez se ha secado, se aplica una capa de lucido de cal y agua, que da una tonalidad blanquecina y uniforma.
Después se dibuja y por último se colorea. Los colores están hechos de agua, cola y yema de huevo. En el Imperio Nuevo a veces se daba una ligerísima capa de barniz. A veces también se usó cera o miel. El color se aplicaba o bien con juncos con la punta aplastada o mascada, para realizar los detalles, o bien con unas brochas formadas con fibra de palma atada, para las superficies más amplias. Los colores son siempre naturales, y los más utilizados son el blanco, negro, verde, azul y rojo, especialmente las tonalidades ocres. Las figuras suelen estar destacadas sobre un fondo liso blanquecino o amarillento, pero siempre claro.
En la temática se dan los tres principales temas, pero predominan los temas de ultratumba con representaciones de la vida cotidiana. En el Imperio Antiguo es muy escasa, en el Imperio Medio es cuando empieza a generalizarse y es en el Imperio Nuevo cuando llega a su esplendor, especialmente en las dinastías XVIII y XIX. El relieve se va a colorear, pero no hay que confundirlo con la pintura en relieve, que se consigue al pintar cuando el estuco está todavía mojado.

El relieve

Pilonos de Medinet
Este relieve pertenece a los relieves que narran las hazañas de un faraón. Técnicamente, es un bajorrelieve con los contornos marcados y hay una jerarquización por tamaños (entre la figura del faraón y otros cazadores).
Aparece representado el faraón Ramsés III, de la XX dinastía, presidiendo una cacería de toros. Se encuentra subido a un carro tirado por dos caballos y está en actitud de ir a lanzar una flecha. Debajo de él hay otros cazadores en un tamaño mucho menor pero con la misma actitud. Para representar el espacio vegetal hay agua y una cañada. En un registro superior hay un príncipe cazando antílopes, pero está mucho peor conservado.
En el otro pilono está representado el faraón en un gran tamaño alzando una maza para golpear con ella a unos enemigos a los que ha hecho prisioneros, que están representados en un tamaño mucho menor.

Tumba de Ramose
Ramose era un visir del faraón Amenofis III. En esta escena, los parientes de este personaje están celebrando su banquete fúnebre. Es un bajorrelieve (no hundido) en el que se conservan restos de policromía.

Seti I haciendo una ofrenda
En este relieve aparece el faraón Seti I con una bandeja, representada con perspectiva abatida, en la que lleva comida como ofrenda. Conserva restos de policromía, como la piel en un tono rojo oscuro para los hombres.

http://www.arteespana.com/relieveegipcio.htm











jueves, 11 de diciembre de 2014

Juan, el Sastrecillo sin Miedo

De un antiguo cuento alemán
"Sin miedo" era un muchacho valiente pero sin juicio, hijo de un sastre. 
Siempre contrastado con su ejemplar hermano, era ineficiente en todos las tareas que se le encargaban. 
La única ilusión de Sin miedo era tocar el violín, y sobre todo, para su amada Lidia.

Un día, cansado de la inutilidad que daba "Sin miedo" a su padre, el sastre, lo mandó a recorrer el mundo para que conozca "que es el miedo". 
En camino a su búsqueda, conoce a un viejo pícaro, quien al tratar de robarle sus pocos chelines, queda admirado por su valentía y se hace su amigo y compañero de viaje donde conocerán a un monstruo del estanque y a sus bellísimas hijas, y al fantasma dividido a la mitad de un castillo que intentará acabar con "Sin Miedo". 

¿Que pasará con Juan sin miedo? ¿logrará saber lo que es el miedo?.





Oración de la Serenidad

Señor, concédeme serenidad
para aceptar las cosas que no puedo cambiar,
valor para cambiar aquellas que puedo
y sabiduría para reconocer la diferencia.

Viviendo un día a la vez;
disfrutando cada HOY con mi activa presencia
aceptando las adversidades como un camino hacia la paz;
aprendiendo en este mundo material tal y como es,
y no como me gustaría que fuera;
creyendo que Tú harás que todo sea finalmente para bien
si yo me entrego libremente a Tu VOLUNTAD ;
de modo que pueda estar en paz en esta vida
e increíblemente feliz Contigo en la siguiente.

(Reinhold Niebuhr)


La calle - Octavio Paz
Es una calle larga y silenciosa.
Ando en tinieblas y tropiezo y caigo
y me levanto y piso con pies ciegos
las piedras mudas y las hojas secas
y alguien detrás de mí también las pisa:
si me detengo, se detiene;
si corro, corre. 

Vuelvo el rostro: nadie.

Todo está oscuro y sin salida,
y doy vueltas en esquinas
que dan siempre a la calle
donde nadie me espera ni me sigue,
donde yo sigo a un hombre que tropieza
y se levanta y dice al verme: nadie.




Paco de Lucía o el embrujo de la guitarra española…

Ejecutado con movimiento lento, como todo adagio, escuché aquella vez el llanto, el quejido -o el carcajeo quizás- de una guitarra flamenca. Composición única. Dedos afinados, mentón cercano al brazo de madera. Cuerdas que vibraban de un simple roce. Roce capaz de provocar en mí un embrujo imperecedero. Frente amplia. Cabello a su estilo propio, clásico. Concentración en una sala de conciertos. Mano derecha en pleno movimiento. La uña del pulgar afilada, armonizando la más bella melodía que escuché en los últimos 26 años de mi vida.
La camisa satinada blanca abraza el cuerpo de la guitarra, precede al negro enfundado de su pierna derecha que asume todo el peso, ese peso de acordes incesantes.
Mueve dedos y rostro. Se apresuran sus movimientos ante las maniobras de la partitura que no existe: la sabe de memoria. No podía esperarse menos de un prestidigitador, de una luz cenital que arrebata la atención en el escenario.
Lo siente. Cada ápice de sonido perturbador, desgarrador, nostálgico, de remembranza. Sabe que su alma acaricia las cuerdas en su lugar. Y no le pesa. Pero se mantiene serio. Permanece erguido- a veces- otras tantas se inclina, hace reverencia ante su confesora, ante la silueta curvilínea de su compañera de vida, cómplice en noches de bulerías y conciertos a la luz de la luna.
Concierto de Aranjuez…
Joaquín Rodrigo compuso este tema para él. O no. Mas le vino como anillo al dedo, en sincronía estrecha con su sentir flamenco. Fue capaz de despertar al mundo con un adagio de 11 minutos. Fue capaz de despertarme a mí, de mostrarme lo más valioso de la música española a golpe de guitarra.
Hoy se ha ido. Por estos días la Parca hace estancias más prolongadas en los músicos. Se adueña de sus voces, de sus guitarras vivas y las convierte en eco, en susurro melancólico para quienes quedamos con un poco de aliento en esta tierra.
Muere el arte, la pasión…Entristece el flamenco, pero no deja de aplaudirle. Le regala loas, se escuchan ovaciones. Una enorme sensación tumultuosa alude que no acaba su historia. Sé que no acaba. Al menos no para quien haya enloquecido al escuchar “Concierto de Aranjuez”. No para quien haya vibrado bajo la magia de su arte, ante su forma vertiginosa de tocar “Río de la Miel” o aquella rumba celebérrima “Entre dos aguas”.
Era esta su manera de sentir, su manera de vivir, de huir de sus propias miserias, o festejar sus amaneceres.  
Amedrenta escuchar sus primeros escarceos con el jazz, su cruce con el flamenco, sus incursiones en el blues, la música hindú o árabe, la salsa, la bossa nova. Amedrenta porque al escucharlo se corre el riesgo de convertirse en adicto, de no dejar transcurrir una sola tarde sin sentirle, sin consumirle.
Hay de todo en su repertorio. Tanto, como para almacenar durante 66 años millones de seguidores en todo el orbe. Ecuménico es su arte. Y lo seguirá siendo ahora, cuando ya nadie puede verle. Aun cuando sus manos prodigiosas reinen en otros mundos, en otros cielos, o en otras tierras.
Me dejaré llevar otra vez. Es tarde. Tarde para abstraerse y dejarse llevar. Pero lo haré, asumiré mi propio reto de escuchar una y dos y diez veces si hace falta su “Concierto de Aranjuez”. No sé si algún día tendré alas para volar y en lo alto extenderle mi mano. O si abrigaré toda la vida y más allá, la nostalgia de no haber podido conocerle, por cuestiones geográficas o de azar.
No todos los sueños se realizan. No todos los deseos se cumplen. Pero a Paco puedo hablarle de tú sin que se ofenda, puedo besarlo en su mejilla derecha y no en la izquierda, ni en ambas como se acostumbra en España. Puedo tomarme un café con él, a las puertas de Algeciras, (aunque no sé si gusta del café).
A Paco puedo imaginarlo entre cuerdas cerca de mi oído. Ha muerto, lo sé. Pero esta madrugada no será diferente a las otras. No cambiaré el “es” por el “fue”. Descansaré de seguro con su música en mi pecho, detrás de mi almohada, cerca, bien cerca, para que nadie más pueda escucharla. Para que nadie más pueda sufrir el embrujo de su guitarra española. Cerraré los ojos…
-   “Paco, o quizás deba decir Francisco: Buenas noches”- suspiraré.   


https://blogdemaivy.wordpress.com/2014/02/27/paco-de-lucia-o-el-embrujo-de-la-guitarra-espanola/´


La denominación nocturno, también nombrada en italiano ‘notturno’ se le daba en el siglo XVIII a una pieza tocada generalmente en fiestas de noche, sin que la pieza tuviese nada que ver con la evocación de la misma. Sin embargo, el género ‘nocturno’, siendo considerado como una pieza para piano solo, de un único movimiento, con un carácter inicialmente evocador de la noche, surge en el siglo XIX, y es un género muy característico del Romanticismo. Los nocturnos son generalmente piezas tranquilas, expresivas y con un carácter lírico, y a veces llegan a ser algo oscuras.

Nocturnos de Chopin

A pesar de ser John Field el primero en componer esta clase de piezas, el que más los expandió y popularizó fue Chopin, considerado el máximo exponente de este tipo de obras, y quien compuso en total 21 nocturnos, tres publicados póstumamente. Tampoco fueron concebidas como un conjunto, sino que están agrupados en diversos opus; en 1870 los 21 fueron publicados juntos por primera vez (nº 20 no llevaba el nombre de “nocturno” originalmente).


Chopin admiraba a John Field, ya que después de escucharle sus nocturnos quedó impresionado por ellos, y tuvo bastante influencia de su música, por lo que los nocturnos de Chopin tienen algunas similitudes con los de Field. Chopin sigue utilizando la técnica de una melodía cantábile, así como el acompañamiento arpegiado y el pedal. Sin embargo, lo más importante respecto a esto nocturnos son sus innovaciones. Por ejemplo, Chopin hace un uso más libre y fluido del ritmo, y también utiliza como recurso el contrapunto, lo que contribuye a dar mayor tensión y drama a la obra. Además, la complejidad melódica, y sobre todo armónica de estas piezas es mucho mayor que en las de Field, todo en caminado de nuevo a crear más tensión.


Esto es una gran característica de estas piezas. Mientras que los nocturnos de Field tenían un carácter tranquilo, y en ocasiones melancólico, los de Chopin convierten esa melancolía en tensión, creando una cierta inquietud, incomodidad, alcanzando un grado de “sufrimiento” del que carecían las obras de Field. Liszt (en el prólogo de los nocturnos de Field) nos dice: “Chopin en sus nocturnos nos ha hecho escuchararmonías que no sólo son la expresión de nuestros más inefables deseos, sino también de nuestra inquietud, sufrimiento y tristeza, que demasiado a menudo están combinados. Su vuelo es más alto, pero sus alas están más gravemente heridas, y la suavidad se convierte en una dulzura desgarradora, que deja entrever la desolación”.


Respecto a la estructura formal de estos nocturnos, es común la forma ternaria (A-B-A), pero no como una estructura fija con determinados temas, como por ejemplo en las sonatas, sino que hay una primera parte, después una sección central, que suele ser muy contrastante en temas, ritmo, tonalidad, etc, y una repetición variada de la sección inicial. El tempo de los nocturnos es lento, lo que contribuye a crear dramatismo (la única excepción es el nº 3: Allegretto). Las tonalidades son tanto mayores como menores, aunque respecto a los de Field, el número de obras en tonos menores aumenta considerablemente.


La melodía en este tipo de obras comienza siendo sencilla, pero en los nocturnos de Chopin abundan los adornos melódicos, y es muy común que comiencen con una melodía más simple que se vaya repitiendo, pero más ornamentada. También hay que notar la utilización del rubato como recurso expresivo; sin embargo, esto no debe interpretarse como una desviación total del tempo, sino todo lo contrario. En palabras de Chopin: “la mano derecha puede desviarse del compás, pero la mano acompañante ha de tocar con apego a él. Imaginemos un árbol con sus ramas agitadas por el viento: el tronco es el compás inflexible, las hojas que se mueven son las inflexiones melódicas”; se sabe que Chopin rechazaba la exageración y el amaneramiento respecto al rubato y a otros aspectos interpretativos.




http://amanielalpiano.blogspot.com.ar/2011/02/los-nocturnos-en-el-romanticismo.html