El hijo pródigo - Stéphan Mallarmé
I
En aquellas en quienes el amor es una naranja seca
Que preserva un viejo perfume sin el néctar bermejo,
Busqué el Infinito que hace pecar al hombre
Y sólo hallé un Abismo enemigo del sueño.
−¡El Infinito; sueño altivo que mece en su oleaje
Los árboles y los corazones como arena fina!
−Un Abismo, erizado de zarzas ásperas, donde rueda
Un fétido torrente de afeites mezclados con vino!
II
Oh, la mística, oh la sangrante, oh la enamorada,
Loca de aromas de cirio y de incienso, que no supiste
Qué Demonio te retorcía el atardecer en que, doliente,
Puliste un cuadro del Sagrado Corazón de Jesús.
Tus rodillas endurecidas por las oraciones ensoñadoras,
Beso, y tus pies también que calmarían el mar.
Quiero hundir mi cabeza en tus muslos nerviosos
Y llorar mi error bajo tu cilicio amargo:
Allí, santa mía, embriagado por perfumes extáticos,
Olvidando el negro Abismo y el Infinito amado,
Luego de haber cantado muy quedo largos cánticos
Adormeceré mi mal sobre tu fresca carne.
En plena labor reformadora de la ópera, tras haber publicado su maravilloso Orfeo ed Euridice, y previa a su otra cumbre lírica, Alceste, Gluck compuso una ópera en dos actos que fue sepultada por los siglos: Telemaco ossia L’isola di Circe (1765)
El motivo fue la celebración de la boda de José II de Austria con María Josefa de Baviera, para cuyas festividades aportó también otras dos obras: Parnaso Confuso y el ballet Semiramide. La ópera no tuvo éxito alguno y no volvió a subir a las tablas hasta el año 1987 en Salzburgo.
Durante esa catarsis de la opera seria que Gluck comenzaba a producir, Telemaco se mueve en un ambivalente doble plano, manteniendo la aristocrática presencia, rígida y distante, de la vieja escuela, pero dotándola de sus elementos diferenciadores, en cuanto al predominio de la acción dramática, en sus conjuntos, corales, recitativos orquestales, en sus arias sin da capo, insuflándole retazos de una Belleza tan desconocida como encantadora.
El libreto de Marco Cotellini nos traslada a la antigüedad clásica, como es obligado ante tan magnos fastos, para contarnos las peripecias de Telémaco que parte en busca de su padre, el héroe Ulises, que está prisionero, por amor, en la isla de Circe, junto a sus hombres que han sido transformados en árboles. Allí el joven Telémaco, ante la desesperación de la diosa hechicera, ayudará a la liberación de su padre y encontrará a Asteria, su prometida perdida.
Virtuoso
compositor del violonchelo italiano. Hijo de un contrabajista de la capilla
palatina de su ciudad natal. En su juventud conoció a Gluck y Sammartini, que
influyeron en su estilo. Cuando llegó a Madrid no fue bien recibido por los
músicos de la corte de Carlos III, pero sí por el hermano del Rey, que llegaría
a ser cardenal, aunque renunciaría luego y se retiraría a Arenas de San Pedro
hasta su muerte, llevándose consigo al compositor. Pasó muchas penurias
económicas y murió en la miseria. También compuso encargos que se editaban en
París y tocaba el violonchelo en la Real Capilla. Tiene un catálogo de casi
quinientas obras, entre sinfonías, conciertos, cuartetos de cuerda, 184
quintetos (de los cuales 113 son con dos violoncelos), obras con guitarra y la
zarzuela La Clementina. Tuvo un papel histórico destacado en la literatura para
guitarra, instrumento para el que compuso obras de cámara originales y
transcripciones de obras anteriores propias.
Cronología
·1743Nació el 19 de febrero
en Lucca, Italia.
·1757Se dirigió a Roma para
completar sus estudios musicales y conocer a Gluck.
·1764Estuvo al servicio de la
capilla palatina de Lucca.
·1766-1767Formó parte del cuarteto
de cuerdas toscano. Tocó en París con Manfredi.
·1768Llegó a España invitado
por el embajador de Francia y fue contratado por el infante Don Luis de Borbón,
quien puso a su servicio al cuarteto de la familia Font.
·1785Murió el Infante. Pasó
al servicio de los condes de Benavente-Osuna.
·1798-1799Comenzó a interesarse
por la guitarra, tras la publicación del Arte de tocar la guitarra de
Ferrandiere.
·1805Murió el 28 de mayo en
Madrid.
Principales Obras
·1765La Confederazione dei Sabini
con Roma (cantata).
·1767Tríos, Op. 1 y Cuartetos, Op.
2.
·1769Seis sonatas para
clavicémbalo y violín, Op. 5.
·1771-1772Seis Sinfonías, Op. 12,
Quintetos Op. 10, 11 y 13.
·1781Stabat Mater (primera
versión).
·1782Sinfonías, Op. 35.
·1783Villancicos de Navidad
(cuatro voces y cuerdas).
·1786Zarzuela La Clementina.
Además: 42 tríos de cuerdas, 24 quintetos con dos violas, 12 quintetos con
guitarra, 30 sinfonías, un concierto para violín, Ballet Español, 16 arias para
solista y coro, así como una misa y una Cantata per Natale perdidas, entre
otras obra
No lo creo todavía
estás llegando a mi lado
y la noche es un puñado
de estrellas y de alegría
palpo gusto escucho y veo
tu rostro tu paso largo
tus manos y sin embargo
todavía no lo creo
tu regreso tiene tanto
que ver contigo y conmigo
que por cábala lo digo
y por las dudas lo canto
nadie nunca te reemplaza
y las cosas más triviales
se vuelven fundamentales
porque estás llegando a casa
sin embargo todavía
dudo de esta buena suerte
porque el cielo de tenerte
me parece fantasía
pero venís y es seguro
y venís con tu mirada
y por eso tu llegada
hace mágico el futuro
y aunque no siempre he entendido
mis culpas y mis fracasos
en cambio sé que en tus brazos
el mundo tiene sentido
y si beso la osadía
y el misterio de tus labios
no habrá dudas ni resabios
te querré más
todavía.
Canciones con historia: "Manic Monday" - Bangles
¿Te gustan los lunes? A The Bangles y Prince tampoco
Manic monday, el regalo de Prince a The Bangles con un supuesto fin sexual, fue un éxito en su época y una de las imprescindibles ochenteras en la actualidad.
Amalgama express
Lo reconozco, me gusta The Bangles. Tal afirmación puede parecer ahora una tontería, sin embargo en una época en la que el Heavy inundaba mis horas musicales, mi debilidad por estas chicas fue casi como un secreto personal.
Además creo que fue el primer CD que regalé a mi chica, una indeleble enamorada de Eternal flame. Aquel recopilatorio supuso un auténtico descubrimiento para mí, y canciones como My side of the bed, In your room o If she knew what she wants nos acompañaron en aquellas tardes de invierno ya tan lejanas. De entre todas ellas, Unconditional love fue la que más profundamente me caló, y cuyo videoclip hizo que definitivamente quedara prendado de Susanna Hoffs.
Sin embargo es Manic Monday la protagonista de la reseña de hoy. Primer sencillo de su segundo trabajo, fue junto a la famosísima Walk like an egipcian, la gran responsable de colocar a estas chicas de Los Ángeles en un destacado lugar del panorama internacional.
Fue compuesta por Prince bajo el seudónimo de "Christopher", y aunque en un primer momento fue ideada para ser interpretada por Apollonia 6, fue finalmente ofrecida a The Bangles ya que al parecer a Prince le gustó mucho su primer trabajo, aunque las malas lenguas afirman que el verdadero objetivo del regalito era meterse en la cama con Susanna.
Sea como fuere, el caso es que Manic Monday fue todo un éxito en aquel año ´86, alcanzando el Nº2 tanto en UK como en USA, tan solo superado precisamente por Kiss de Prince, siendo además en la actualidad uno de esos temas imprescindibles en cualquier recopilación ochentera que se precie gracias a su ingeniosa temática, su estimulante melodía y esas alegres e inolvidables notas de teclado tan características.
La canción cuenta en primera persona y con cierto tono humorístico el terrible despertar de una chica un lunes justo en medio de un sueño romántico, y su desesperada añoranza del ya pasado domingo, su día tranquilo. Te suena?
Alimentos básicos
La base de la alimentación eran los cereales. De hecho, los primeros cocineros griegos fueron panaderos.
Tenían una diosa a la que le ofrendaban los panes recién horneados: Deméter. Se comía pan de trigo, pero eran más populares, por su menor precio, las tortas de cebada. A base de cebada, agua y especias se hacía un caldo muy básico llamado κυκεών. Se usaba en los misterios de Eleusis (ritos de iniciación al culto de los dioses de la agricultura) para romper el ayuno sagrado, pero también era una bebida muy apreciada por los campesinos. Se le atribuían propiedades digestivas.
Se conocía la levadura. Fueron los griegos quienes inventaron el horno. Solón recomendaba reservar el pan de trigo, artos, a los días festivos. (En la época arcaica, la maza de cebada constituía la base de la alimentación).
El arte de los panaderos griegos consistió no sólo en la diversidad de la composición de la masa del pan, sino, sobre todo, en sus variadas formas, que según parece se adecuaban a las fiestas. En Wikipedia (http://es.wikipedia.org/wiki/Alimentaci%C3%B3n_en_la_Antigua_Grecia ) se describen extensamente los tipos de pan fabricados en las panaderías y el uso específico que se les daba.
Parece que para amasar se empleó mano de obra femenina .
El aceite de oliva es la grasa más utilizada, y no solo para la cocina: el de primer prensado se utilizaba para comer, el de segundo para el cuerpo y el de tercero para alumbrar.
EL PESCADO
Se cocinaba con orégano, hinojo y comino. Tras la sardina y el boquerón, especies más baratas, el pescado más consumido era el atún, que se conservaba en aceite de oliva pero también se utilizaban los moluscos, el pulpo y los calamares.
LA CARNE
Los griegos comían todas las carnes que hoy conocemos. La que menos consumían era la carne del buey. La que más, el cordero, que junto con el cerdo se preparaban asados y los guisados con de hierbas aromáticas. En el campo se comía muy frecuentemente carne de caza y pescado de río.
El caldo negro de los espartanos se elaboraba con carne de cerdo.
Para conservar carnes y pescados, se recurría a la salazón o al ahumado.
LAS LEGUMBRES
La lenteja es de origen indio pero desde 2.000 años a.C. ya se cultivaba en todo el Mediterráneo oriental. Tanto Hipócrates como Dioscórides lograron con ellas curaciones sorprendentes, y aunque Galeno las quiso suprimir por peligrosas, nadie siguió su consejo.
En Grecia era la más popular de las comidas, de tal forma que se decía para indicar que una persona era rica: ese no come lentejas. Se preparaba con ellas una cocción caldosa que se bebía entre horas. Este brebaje recibió el nombre de ptisana, nombre que los romanos usaron para cualquier tipo de hervido de plantas curativas, de ahí "tisana".
Las habas, según la leyenda, eran originarias de Afganistán y el viento propagó su semilla e invadió todas las tierras del Mediterráneo. Cocidas o en harina mitigaron la hambruna cuando las cosechas eran malas; pero a pesar de que el nombre de haba (faga en latín) deriva del griego φάγειν – comer-, con Pitágoras comienza su leyenda negra. Éste aseguraba que dentro de las habas se albergaban los espíritus de los muertos y, además, si les daba el sol su olor semejaba al del esperma del hombre. Sin olvidar que, cuando germinaban, tomaban la forma del órgano femenino.
"Mandaba sobre todo el no comer rojillo ni melanuro, y abstenerse también del corazón y de las habas. Aristóteles dice que también prohibía el comer matriz y salmonete algunas veces. Hay quien diga que se contentaba con miel, con panal, o aun con pan sólo, y que no bebía vino entre día. Su ordinaria vianda eran hierbas cocidas y crudas; raras veces cosa de mar."
(Diógenes Laercio - Vidas, opiniones y sentencias de los filósofos más ilustres.)
El arroz, originario de la India, era conocido por los griegos, pero a partir de Alejandro Magno es cuando se intensifica su cultivo. Igual sucede con la lechuga, tal vez porque Alejandro comía grandes cantidades, quizás para serenar su ardiente espíritu. Pitágoras la llamaba la planta de los eunucos, y la recomendaba como tranquilizante sexual.
HIERBAS AROMÁTICAS Y ESPECIAS
En un buen banquete no podía faltar el perejil, el anfitrión imponía a sus huéspedes y a él mismo artísticas coronas de perejil, y cocinado abría el apetito y proporcionaba un humor excelente. Se usaban también en abundancial laurel, tomillo, orégano, retama, salvia, cilantro y malva.
Para preparar las cataplasmas y tisanas medicinales usaban el hervido.
Del griego πέπερι y del latín piper derivan los nombres más usuales de la pimienta (pepper), mientras que pimienta en sí deriva de pigmentum. Hipócrates (s.V a.C), la prescribe como medicamento. El jengibre, que llegó a Grecia con las campañas de Alejandro Magno, Se tomaba molido en jarabe.
El azafrán era considerado afrodisíaco, y, además, válido para las mujeres. También tenía otra virtud: servía para depilarse, naturalmente los ricos. Para los griegos poseerlo era como emular a Zeus, que dormía en un lecho de azafrán.
LÁCTEOS
La leche era de oveja o de cabra ya que la de las vacas apenas si alcanzaba para amamantar a sus terneros. La mantequilla es conocida, pero también poco empleada: los griegos consideraban su uso como una característica de los tracios del norte del Egeo, a los que el poeta cómico Anaxándridas llama los «comedores de mantequilla». En cambio, aprecian los productos lácteos. Se sirve como dulce lo que debía parecerse al yogur, en griego πυριατή. Sobre todo, el queso (τυρός), de cabra o de oveja, era un alimento básico. Se vende en conserva o fresco, costando el primero los dos tercios del precio del segundo. Se come solo o mezclado con miel o legumbres. Es ingrediente básico en la preparación de buen número de platos.
VERDURAS
Los cereales se sirven a menudo con un acompañamiento llamado genéricamente ὄψον / ópson. La palabra designa todo lo que acompaña al pan. Este significado fue trasformándose con el tiempo. Por ejemplo, en la Ilíada y en la odisea, puede referirse a la carne o al pescado. En la época clásica, se trata más bien de verduras o legumbres en sopa, hervidas o en puré, condimentadas con una especie de vinagreta. Aristófanes muestra a Heracles como gran consumidor de purés (en sus comedias, siempre aparece como un glotón impenitente).
Col, repollo y berza eran las verduras por excelencia para depurar la sangre; tenían, y tienen, la virtud de diluir las grasas por lo que se recomendaba su ingestión en todos los banquetes. Pero de las tres variantes la más alabada era la col. Sabemos que Diógenes se mantenía en su famoso tonel tomando, simplemente, col y agua para llegar a octogenario.
Cuenta el historiador Plinio que en el norte de Grecia, en Macedonia, se había conseguido una versión gigante de la col o repollo, la cual, para fortuna de los pobres, desbordaba la mesa.
FRUTAS
Las aceitunas son una guarnición corriente, crudas o encurtidas.
En la ciudad, las verduras frescas son caras y se consumen poco: los ciudadanos poco afortunados se conforman con las verduras secas. Las cebollas son uno de los símbolos de la vida militar: Aristófanes llama en La paz “flato de comedor de cebollas” al típico del soldado.
Las frutas, frescas o secas, se comen en el postre. Son principalmente higos, granadas, castañas nueces y avellanas. Los higos secos o frescos se consumen igualmente en el desayuno o aperitivo, junto con el vino. Platón los consideraba alimento de atletas. Eran tan apreciados en el Ática que se prohibió su exportación. La recolección jamás se producía antes de que los sacerdotes sicofantas (reveladores del higo) anunciaran de modo oficial su madurez. Posteriormente, se dio este nombre a quienes denunciaban el contrabando de higos, y más tarde, a todos los delatores y chantajistas.
Encontramos en el mito de Hércules las manzanas, en su viaje al jardín de las Hespérides. Es posible que se tratase en realidad de naranjas. Apreciados especialmente eran los membrillos (manzanas cidonias).
Siete cocineros legendarios fueron: EGIS, NEREO, CHARIADES, LAMPRIA, APCTONETE, EUTHYNO y ARISTON. ARQUESTRATO resumió su experiencia en un poema que llamó "Gastronomía".Egis llevó a la cocina aristocrática el pescado, aunque se tardó en apreciarlo.