“El Cuentacuentos” de
Jim Henson
Seguro que muchos de
vosotros recordáis “The StoryTeller” (1988) y os trae buenos recuerdos. El
anciano Cuentacuentos junto al fuego con su perro hablador narrando historias
llenas de monstruos y princesas, ogros y grifones, demonios y hechizos. Una
imaginación desbordante con una puesta en escena impresionante.
Para los que nunca hayáis oído hablar de esta serie o sepáis que
existe pero nunca la hayáis visto, os aseguro que es un buen momento para
recuperarla. Si sois un poco mayorcitos y os da palo, siempre podéis poner de
excusa a uno de esos miembros infantiles del hogar con el que no tenéis mucha
relación, como vuestro hermano pequeño o vuestro hijo. Enseguida os daréis
cuenta de que no es una serie tan infantil como os imaginabais.
Jim Henson volcó toda su vida en la creación de maravillosas
criaturas de fantasía cuando la ciencia informática estaba en mantillas y lo
mejor era recurrir a la tela y la madera de sus marionetas. De hecho, Henson
basó su carrera artística en la máxima “Simple is good” y fue artífice de
series tan memorables como “Barrio Sésamo” (Sesame Street) o “Los Fraggle”
(Fraggle Rock) y películas de culto como “Dentro del Laberinto” (Labyrinth) o
“Cristal Oscuro” (Dark Crystal).
Para tristeza de
todos los soñadores del mundo, Jim murió en 1990 con solo 54 años. Sin embargo
se convirtió en uno de los primeros “twitteros” de la historia anotando frases
sueltas en una libreta durante más de tres décadas en lo que se ha venido a
llamar “The Red Book”
Pues bien, “El Cuentacuentos” fue uno de sus últimos trabajos
como director y aunque no es de los más conocidos (ya os imagináis que Barrio
Sésamo es difícil de superar) es uno de los que más me gustan.
Del “Cuentacuentos” podemos destacar muchas cosas, por ejemplo
las interpretaciones de John Hurt, Sean Bean, Miranda Richardson o Jonathan
Pryce entre otros. Aunque evidentemente, me interesan mucho sus guiones.
Seguramente no os lo vais a creer, pero toda la primera temporada fue escrita
por Anthony Minghella, oscarizado
director y guionista de “El Paciente Inglés” o “El Talento de Mr. Ripley”.
Fueron nueve adaptaciones de cuentos populares celtas,
rusos y alemanes con Emmy incluido a mejor serie infantil. La estructura era la
misma para todas las historias: un Cuentacuentos sentado junto a un fuego y
acompañado por su perro narraba una historia en cada capítulo. La forma de
hacerlo era muy interesante, porque el Cuentacuentos se dirigía a la cámara o a
su perro de forma aleatoria. A veces olvidando a la audiencia y a veces
olvidando a su perro. Mientras el Cuentacuentos mantenía la voz en off dando
cohesión al relato, los cuentos cobraban vida y se desarrollaban ante nuestros
ojos. Se aprovechaban los tres actos naturales de los cuentos para
introducir comentarios del Cuentacuentos y del perro entre los mismos, pero
durante toda la narración se volvía una y otra vez a referencias de la sala
donde se narraba el cuento y la historia continuaba en el reflejo del tazón de
agua del perro, en un plato de porcelana sobre una alacena o entre las
llamas del hogar consiguiendo preciosas e ingeniosas transiciones. Además se
usaban mucho las sombras y los dibujos planos lo que añadía texturas y
diversión.
LOS CUENTOS
Creo que uno de los mayores
éxitos de esta serie fue la elección de los cuentos. Ninguno de ellos era
demasiado conocido a excepción de “La Cenicienta” y en realidad, la versión que
eligieron no tiene nada que ver con la que estamos acostumbrados a escuchar.
Eso convirtió al “Cuentacuentos” en un elemento de referencia para los niños
más allá de los acaramelados cuentos de Disney con historias únicas que en mi
caso, han pervivido en el recuerdo durante años.
Los tres cuervos (The three ravens): una malvada bruja se casa con un rey y
transforma a sus tres hijos en cuervos y ahuyenta a su joven hija,
obligada a permanecer en silencio durante 3 años, 3 meses, 3 semana y 3 días
para romper el hechizo de la bruja. Este cuento está basado en el de “La Hija
de la Virgen María” y sin duda lo mejora porque toma las partes más
interesantes e ignora las más aburridas, añadiendo a la bruja que como todo
niño sabe, nunca sobra en un cuento.
http://guionporcomida.wordpress.com/2011/04/16 /el-cuentacuentos-de-jim-henson/