Es
el compositor español del siglo XX más reconocido a nivel mundial, por la
difusión y éxito que alcanzó su obra para guitarra y orquesta, el Concierto de
Aranjuez.
Joaquín Rodrigo nace en Sagunto el 22 de noviembre de 1901, día de Santa
Cecilia, patrona de la Música. A los tres años de edad, pierde la vista como
consecuencia de una epidemia de difteria.
A los ocho años inicia, en Valencia, los estudios musicales de solfeo, violín y
piano. Después, armonía y composición con los maestros Francisco Antich,
Enrique Gomá y Eduardo Chavarri. Sus primeras composiciones datan de 1923.
En 1927, se traslada a París e ingresa en la Escuela Normal de Música para
estudiar composición con Paul Dukas, quien demuestra una especial predilección
hacia su discípulo. Pronto se da a conocer como pianista y compositor en los
ambientes musicales parisinos y entabla amistad con Ravel, Milhaud, Honneger,
Stravinski y Manuel de Falla.
En 1933 contrae matrimonio con la pianista turca Victoria Kamhi, quien es desde
entonces hasta su fallecimiento en julio de 1997, compañera inseparable y su
más asidua colaboradora.
En 1940 tiene lugar en Barcelona el estreno mundial del Concierto de Aranjuez
para guitarra y orquesta, primera de sus obras que le daría fama universal y
claro ejemplo de su personalidad. Rodrigo se mantiene fiel a una estética que
él mismo gustaba denominar "neocasticismo", practicando la tradición
tonal, el gusto por las formas clásicas e incorporando elementos cultos como
forma de unión entre la tradición española y el presente, creando ese estilo
reconocible de inmediato. Conoce las más modernas estéticas europeas, pero
afirma su propia personalidad.
La música de Joaquín Rodrigo representa un homenaje a las distintas culturas de
España ya que se vale, como fuente de inspiración, de las más variadas
manifestaciones del alma de su país, desde la historia de la España romana
hasta los textos de los poetas contemporáneos. Su estilo apuntó a un
neoclasicismo con detalles impresionistas y siempre con referentes nacionales.
Ha enriquecido todos los géneros, pero quizás sea el compositor de nuestro
siglo a quien más debe la estética del concierto. Ha cultivado especialmente la
canción, a la que ha dado un lenguaje nuevo y universal, creando obras maestras
como Cántico de la esposa o los Cuatro madrigales amatorios. Sus obras para
piano solo bastarían para situarlo en primera línea, pero además su creación instrumental
abarca importantes composiciones para violín, cello, y flauta. Hay que destacar
además la aportación de Joaquín Rodrigo al repertorio para guitarra, que ha
sido definitiva, pues ha logrado su dignificación e internacionalización como
instrumento de concierto.
Desde el año 1940 las distinciones, honores, homenajes y Festivales se han
venido sucediendo ininterrumpidamente. Miembro numerario de la Real Academia de
Bellas Artes de San Fernando (1950) y de otras academias, así como Doctor
Honoris Causa por diversas universidades de España y del Extranjero, recibió,
entre otros galardones, la Gran Cruz de la Orden de Alfonso X el Sabio (1953),
la Legión de Honor concedida por el Gobierno francés (1963), la Gran Cruz del
Mérito Civil (1966) el Premio de la Fundación Guerrero (1990), y el Premio
Príncipe de Asturias de las Artes (1996).
En 1991 el Rey Juan Carlos I le otorgó el título nobiliario de Marqués de los
Jardines de Aranjuez "por su extraordinaria contribución a la música
española a la que ha aportado nuevos impulsos para una proyección
universal".
Joaquín Rodrigo falleció en Madrid el 6 de julio de 1999 rodeado de su familia.
Pablo Neruda - Oda a la tristeza
Odas elementales (1954)
Tristeza, escarabajo
de siete patas rotas,
huevo de telaraña,
rata descalabrada,
esqueleto de perra:
Aquí no entras.
No pasas.
Ándate.
Vuelve
al sur con tu paraguas,
vuelve
al norte con tus dientes de culebra.
Aquí vive un poeta.
La tristeza no puede
entrar por estas puertas.
Por las ventanas
entra el aire del mundo,
las rojas rosas nuevas,
las banderas bordadas
del pueblo y sus victorias.
No puedes.
Aquí no entras.
Sacude
tus alas de murciélago,
yo pisaré las plumas
que caen de tu manto,
yo barreré los trozos
de tu cadáver hacia
las cuatro puntas del viento,
yo te torceré el cuello,
te coseré los ojos,
cortaré tu mortaja
y enterraré, tristeza, tus huesos roedores
bajo la primavera de un manzano.
Canciones con historia: PINK FLOYD - ANOTHER BRICK IN THE WALL
(1979) - "OTRO LADRILLO EN LA PARED" es una canción de Pink Floyd del álbum The Wall, lanzado el 30 de noviembre de 1979, este sencillo llegó al puesto 1 del Billboard Hot 100 (EE. UU.) y también puesto 1 del Reino Unido. Está dividida en tres partes, Part. I, Part. II y Part. III respectivamente y escritas por el bajista y principal compositor de la banda, Roger Waters. Es una de las más conocidas canciones del grupo y también es su mayor éxito, llegando al #1 en las listas de Estados Unidos y Reino Unido.
Argumento: Después de ser insultado por un profesor, Pink sueña que los chicos de su escuela hacen un protesta contra sus abusivos maestros. Esto causa que Pink se aisle más de la sociedad.
Versión fílmica/video musical: Terminando "The Happiest Days of Our Lives", Pink comienza a soñar durante su clase. Él imagina a varios estudiantes marchando al unisono al ritmo de la canción, dirigiéndose a una máquina de la cual emergen como clones vacios con cara de arcilla sin ninguna distinción unos de los otros. Estos niños caen en una moledora de carne, quedan pulverizados y picados, y salen como gusanos. Comenzando con un solo de Gilmour, los niños destruyen la escuela creando una hoguera, arrastrando a sus maestros afuera de la escuela entre golpes y gritos. La canción finaliza con Pink sobando su mano, después de que el profesor lo golpeó con una regla en la canción previa.
Antes de la realización de la película, en el primer video del track, dirigido por Gerald Scarfe, se ven estudiantes corriendo en un parque infantil y la marioneta del maestro usada en los conciertos de The Wall. El video también fue mezclado en algunas escenas animadas para después ser usadas en "The Trial" y "Waiting for the Worms". De acuerdo con el sitio web de la BBC los niños que cantaron en Another Brick in the Wall (Pt 2) no pudieron aparecer en el video porque no contaban con la Equity Cards.
En la isla en que detiene su esquife el argonauta
del inmortal Ensueño, donde la eterna pauta
de las eternas liras se escucha ?isla de oro
en que el tritón elige su caracol sonoro
y la sirena blanca va a ver el sol? un día
se oye el tropel vibrante de fuerza y de armonía.
Son los Centauros. Cubren la llanura. Les siente
la montaña. De lejos, forman són de torrente
que cae; su galope al aire que reposa
despierta, y estremece la hoja del laurel-rosa.
Son los Centauros. Unos enormes, rudos; otros
alegres y saltantes como jóvenes potros;
unos con largas barbas como los padres-ríos;
otros imberbes, ágiles y de piafantes bríos,
y robustos músculos, brazos y lomos aptos
para portar las ninfas rosadas en los raptos.
Van en galope rítmico, Junto a un fresco boscaje,
frente al gran Océano, se paran. El paisaje
recibe de la urna matinal luz sagrada
que el vasto azul suaviza con límpida mirada.
Y oyen seres terrestres y habitantes marinos
la voz de los crinados cuadrúpedos divinos.
QUIRÓN
Calladas las bocinas a los tritones gratas,
calladas las sirenas de labios escarlatas,
los carrillos de Eolo desinflados, digamos
junto al laurel ilustre de florecidos ramos
la gloria inmarcesible de las Musas hermosas
y el triunfo del terrible misterio de las cosas.
He aquí que renacen los lauros milenarios;
vuelven a dar su lumbre los viejos lampadarios;
y anímase en mi cuerpo de Centauro inmortal
la sangre del celeste caballo paternal.
RETO
Arquero luminoso, desde el Zodíaco llegas;
aun presas en las crines tienes abejas griegas;
aun del dardo herakleo muestras la roja herida
por do salir no pudo la esencia de tu vida.
¡Padre y Maestro excelso! Eres la fuente sana
de la verdad que busca la triste raza humana:
aun Esculapio sigue la vena de tu ciencia;
siempre el veloz Aquiles sustenta su existencia
con el manjar salvaje que le ofreciste un día,
y Herakles, descuidando su maza, en la harmonía
de los astros, se eleva bajo el cielo nocturno...
QUIRÓN
La ciencia es flor del tiempo: mi padre fue Saturno.
ABANTES
Himnos a la sagrada Naturaleza; al vientre
de la tierra y al germen que entre las rocas y entre
las carnes de los árboles, y dentro humana forma,
es un mismo secreto y es una misma norma,
potente y sutilísimo, universal resumen
de la suprema fuerza, de la virtud del Numen.
QUIRÓN
¡Himnos! Las cosas tienen un ser vital; las cosas
tienen raros aspectos, miradas misteriosas;
toda forma es un gesto, una cifra, un enigma;
en cada átomo existe un incógnito estigma;
cada hoja de cada árbol canta un propio cantar
y hay un alma en cada una de las gotas del mar;
el vate, el sacerdote, suele oír el acento
desconocido; a veces enuncia el vago viento
un misterio; y revela una inicial la espuma
o la flor; y se escuchan palabras de la bruma;
y el hombre favorito del Numen, en la linfa
o la ráfaga encuentra mentor ?demonio o ninfa.
FOLO
El biforme ixionida comprende de la altura,
por la materna gracia, la lumbre que fulgura,
la nube que se anima de luz y que decora
el pavimento en donde rige su carro Aurora,
y la banda de Iris que tiene siete rayos
cual la lira en sus brazos siete cuerdas, los mayos
en la fragante tierra llenos de ramos bellos,
y el Polo coronado de cándidos cabellos.
El ixionida pasa veloz por la montaña
rompiendo con el pecho de la maleza huraña
los erizados brazos, las cárceles hostiles;
escuchan sus orejas los ecos más sutiles:
sus ojos atraviesan las intrincadas hojas
mientras sus manos toman para sus bocas rojas
las frescas bayas altas que el sátiro codicia;
junto a la oculta fuente su mirada acaricia
las curvas de las ninfas del séquito de Diana;
pues en su cuerpo corre también la esencia humana
unida a la corriente de la savia divina
y a la salvaje sangre que hay en la bestia equina.
Tal el hijo robusto de Ixión y de la Nube.
QUIRÓN
Sus cuatro patas bajan; su testa erguida sube.
ORNEO
Yo comprendo el secreto de la bestia. Malignos
seres hay y benignos. Entre ellos se hacen signos
de bien y mal, de odio o de amor, o de pena
o gozo: el cuervo es malo y la torcaz es buena.
QUIRÓN
Ni es la torcaz benigna, ni es el cuervo protervo:
son formas del Enigma la paloma y el cuervo.
ASTILO
El Enigma es el soplo que hace cantar la lira.
NESO
¡El Enigma es el rostro fatal de Deyanira!
MI espalda aun guarda el dulce perfume de la bella;
aun mis pupilas llaman su claridad de estrella.
¡Oh aroma de su sexo! ¡O rosas y alabastros!
¡Oh envidia de las flores y celos de los astros!
QUIRÓN
Cuando del sacro abuelo la sangre luminosa
con la marina espuma formara nieve y rosa,
hecha de rosa y nieve nació la Anadiomena.
Al cielo alzó los brazos la lírica sirena,
los curvos hipocampos sobre las verdes ondas
levaron los hocicos; y caderas redondas,
tritónicas melenas y dorsos de delfines
junto a la Reina nueva se vieron. Los confines
del mar llenó el grandioso clamor; el universo
sintió que un nombre harmónico sonoro como un verso
llenaba el hondo hueco de la altura; ese nombre
hizo gemir la tierra de amor: fue para el hombre
más alto que el de Jove; y los númenes mismos
lo oyeron asombrados; los lóbregos abismos
tuvieron una gracia de luz. ¡VENUS impera!
Ella es entre las reinas celestes la primera,
pues es quien tiene el fuerte poder de la Hermosura.
¡Vaso de miel y mirra brotó de la amargura!
Ella es la más gallarda de las emperatrices;
princesa de los gérmenes, reina de las matrices,
señora de las savias y de las atracciones,
señora de los besos y de los corazones.
EURITO
¡No olvidaré los ojos radiantes de Hipodamia!
HIPEA
Yo sé de la hembra humana la original infamia.
Venus anima artera sus máquinas fatales;
tras sus radiantes ojos ríen traidores males;
de su floral perfume se exhala sutil daño;
su cráneo obscuro alberga bestialidad y engaño.
Tiene las formas puras del ánfora, y la risa
del agua que la brisa riza y el sol irisa;
mas la ponzoña ingénita su máscara pregona:
mejores son el águila, la yegua y la leona.
De su húmeda impureza brota el calor que enerva
los mismos sacros dones de la imperial Minerva;
y entre sus duros pechos, lirios del Aqueronte,
hay un olor que llena la barca de Caronte.
ODITES
Como una miel celeste hay en su lengua fina;
su piel de flor aun húmeda está de agua marina.
Yo he visto de Hipodamia la faz encantadora,
la cabellera espesa, la pierna vencedora;
ella de la hembra humana fuera ejemplar augusto;
ante su rostro olímpico no habría rostro adusto;
las Gracias junto a ella quedarían confusas,
y las ligeras Horas y las sublimes Musas
por ella detuvieran sus giros y su canto.
HIPEA
Ella la causa fuera de inenarrable espanto:
por ella el ixionida dobló su cuello fuerte.
La hembra humana es hermana del Dolor y la Muerte.
QUIRÓN
Por suma ley un día llegará el himeneo
que el soñador aguarda: Cenis será Ceneo;
claro será el origen del femenino arcano:
la Esfinge tal secreto dirá a su soberano.
CLITO
Naturaleza tiende sus brazos y sus pechos
a los humanos seres; la clave de los hechos
conócela el vidente; Homero con su báculo,
en su gruta Deifobe, la lengua del Oráculo.
CAUMANTES
El monstruo expresa un ansia del corazón del Orbe,
en el Centauro el bruto la vida humana absorbe,
el sátiro es la selva sagrada y la lujuria,
une sexuales ímpetus a la harmoniosa furia.
Pan junta la soberbia de la montaña agreste
al ritmo de la inmensa mecánica celeste;
la boca melodiosa que atrae en Sirenusa
es de la fiera alada y es de la suave musa;
con la bicorne bestia Pasifae se ayunta,
Naturaleza sabia formas diversas junta,
y cuando tiende al hombre la gran Naturaleza,
el monstruo, siendo el símbolo, se viste de belleza.
GRINEO
Yo amo lo inanimado que amó el divino Hesiodo.
QUIRÓN
Grineo, sobre el mundo tiene un ánima todo.
GRINEO
He visto, entonces, raros ojos fijos en mí:
los vivos ojos rojos del alma del rubí;
los ojos luminosos del alma del topacio
y los de la esmeralda que del azul espacio
la maravilla imitan; los ojos de las gemas
de brillos peregrinos y mágicos emblemas.
Amo el granito duro que el arquitecto labra
y el mármol en que duermen la línea y la palabra...
QUIRÓN
A Deucalión y a Pirra, varones y mujeres
las piedras aun intactas dijeron: "¿Qué nos quieres?"
LÍCIDAS
Yo he visto los lemures florar, en los nocturnos
instantes, cuando escuchan los bosques taciturnos
el loco grito de Atis que su dolor revela
o la maravillosa canción de Filomela.
El galope apresuro, si en el boscaje miro
manes que pasan, y oigo su fúnebre suspiro.
Pues de la Muerte el hondo, desconocido Imperio,
guarda el pavor sagrado de su fatal misterio.
ARNEO
La Muerte es de la Vida la inseparable hermana.
QUIRÓN
La Muerte es la victoria de la progenie humana.
MEDÓN
¡La Muerte! Yo la he visto. No es demacrada y mustia
ni ase corva guadaña, ni tiene faz de angustia.
Es semejante a Diana, casta y virgen como ella;
en su rostro hay la gracia de la núbil doncella
y lleva una guirnalda de rosas siderales.
En su siniestra tiene verdes palmas triunfales,
y en su diestra una copa con agua del olvido.
A sus pies, como un perro, yace un amor dormido.
AMICO
Los mismos dioses buscan la dulce paz que vierte.
QUIRÓN
La pena de los dioses es no alcanzar la Muerte.
EURITO
Si el hombre ?Prometeo? pudo robar la vida,
la clave de la muerte serále concedida.
QUIRÓN
La virgen de las vírgenes es inviolable y pura.
Nadie su casto cuerpo tendrá en la alcoba obscura,
ni beberá en sus labios el grito de la victoria,
ni arrancará a su frente las rosas de su gloria...
* * *
Mas he aquí que Apolo se acerca al meridiano.
Sus truenos prolongados repite el Oceano.
Bajo el dorado carro del reluciente Apolo
vuelve a inflar sus carrillos y sus odres Eolo.
A lo lejos, un templo de mármol se divisa
entre laureles-rosa que hace cantar la brisa.
Con sus vibrantes notas de Céfiro desgarra
la veste transparente la helénica cigarra,
y por el llano extenso van en tropel sonoro
los Centauros, y al paso, tiembla la Isla de Oro.
'SOLES' - Marilina Ross
El sol de mi guitarra huyó
desolada quedé,
y sola sin el SOL
en Mi traté de descubrir
adonde el Sol se fue
y el Mi se fue con él.
El Fa no pudo contestar
de soledad tal vez
vivía entre los dos.
El Si, por fin dijo no sé
ni el Do, ni el La, ni el Re
pudieron responder.
De repente una mañana
de mi pecho se escapó
una voz que me decía
por aquí esta el Sol
y empezamos andar
entre telarañas de un viejo disfraz
y rostros de amores que ya no están.
Siento que remonto vuelo
y voy planeando en espiral
sobre muertos no olvidados
sobre el bien y el mal
y la niña que fui
se alegra de verme llegar al final
donde el Sol
va a dar a luz el amor.
Y canta ...
Aunque no lo veamos
el sol siempre está.
La columna de hierro Taylor Caldwell
Taylor Caldwell fue una famosa escritora británica que pasó la mayor parte de su vida en los Estados Unidos, país al que llegó a admirar profundamente, y no digo esto último porque sea un especialista en su biografía -poco me importan las vidas de mis escritores favoritos-, sino porque en su obra pueden verse los sentimientos que la unían a su segunda patria.
La columna de hierro es su novela más valorada hoy en día, fue publicada en 1965 y dedicada al infortunado presidenteJohn F. Kennedy. Se trata de una biografía novelada de Marco Tulio Cicerón, el gran abogado romano de los últimos tiempos de la Republica. He conocido a muchas personas que tienen esta obra entre sus libros favoritos, y también ocupa un lugar de honor en mi biblioteca, pero no precisamente por su valor como obra literaria -en ese aspecto la calidad es poca-, su importancia radica en que se trata de una excelente critica al descomunal deseo del Estado por acapararlo todo, y aun sin ser tan directa como Rebelión en la granja, tiene páginas totalmente magistrales.
La novela inicia poco antes del nacimiento de Cicerón, un acaudalado niño romano que es educado, sin ser patricio, como tal, con preceptor particular y con un rígido adiestramiento para que perfeccionara el griego y el latín, requisitos obligatorios en todo romano culto. Desde la niñez Cicerón conoce a dos personajes que serán cruciales en su vida, sobre todo en su carrera política: Lucio Sergio Catilina y Julio César. El primero lo adoptaría como enemigo a muerte y el segundo como su hermano mayor. Al llegar a ser un prominente abogado, Cicerón no duda en acosar a los poderosos y si salva la vida es porque la mano de su amigo César lo protege desde la oscuridad.
El Cicerón que Caldwell nos ofrece en sin duda mucho mejor que el original -aun siendo el original digno de admiración-: abogado de las víctimas del Estado, luchador incansable para que las instituciones no fueran absorbidas por el ejército y por alargar la vida de la desahuciada Republica. Tanto Cicerón como César sabían que el uno era un peligro para el otro y aunque tuvieron cada uno en su momento el poder para destruirse no lo hicieron. El uno no imaginaba su vida sin la Republica y el otro quería ser emperador; se obstaculizaban y se espiaban y sin embargo se querían bien, siempre tratándose entre ellos como “Julio” y “Marco”. Esta amistad entre los dos titanes es, entre otras cosas, de lo que más bien logró Caldwell en la novela.
Pero sin duda lo mejor de la novela son las causas por las que tanto lucha Cicerón; sus discursos en contra del Estado megalómano y las leyes perversas son magistrales. En su amplia correspondencia con sus amigos, familiares y enemigos se esconde una filosofía que hace ver como un hombre de nuestro tiempo a aquél que vivió hace bastantes siglos.
Me llamó mucho la atención el desprecio que Cicerón muestra por los romanos de ocasión, hijos de aventureros que se acercaban a la poderosa Roma sólo por ser tal pero sin tener ningún vínculo con ella. Es evidente que allí se esconde una crítica de Caldwell a los norteamericanos hijos de emigrantes que en su tiempo desconocían hasta los nombres de los Padres Fundadores, porque ya en el prologo de la extensa novela nos avisa del parecido histórico entre la Republica romana y los Estados Unidos.
No es ésta una gran obra literaria, ya lo dije, su enorme extensión y el hecho de tener que apegarse fielmente a sucesos históricos provocaron que Caldwell cometiera errores, pero si la valoramos únicamente como obra filosófica su importancia es infinita.
http://elcriticodelrincon.blogspot.com.ar/2012/02/la-columna-de-hierro.html
La columna de hierro - Taylor Caldwell
http://tgabogadosbufetejuridico.bligoo.com.mx/media/users/10/544054/files/60419/Taylor_Caldwell_Janet_-_La_Columna_de_Hierro.pdf
Escritor, político y
orador romano. Aunque su carrera política fue notable, Cicerón es
especialmente conocido como el orador más elocuente de Roma y como hombre de
letras. Nació en Arpinum (actualmente Arpino, Italia) y en su juventud
estudió derecho, oratoria, literatura y filosofía en Roma. Tras una breve
carrera militar y tres años de experiencia como abogado que defendía a
ciudadanos privados, viajó a Grecia y Asia, donde continuó sus estudios.
Regresó a Roma en el 77 a.C. y comenzó su carrera política. En el 74 a.C. fue
elegido miembro del Senado. Aunque la familia de Cicerón no pertenecía a la
aristocracia romana, los patricios más ricos y poderosos de Roma le apoyaron
en su candidatura al consulado en el 64 a.C. por el gran desagrado que les
producía el otro candidato, aristocrático pero menos respetable, Lucio Sergio
Catilina. Fue elegido Cicerón, y Catilina volvió a intentarlo al año
siguiente con los mismos resultado. Entonces, airado, organizó una
conspiración para derribar el gobierno. Cicerón controló la situación, detuvo
y ejecutó a a varios de los partidarios de Catilina y a éste lo expulsó del
Senado con una ardiente soflama conocida como Catilinarias.Julio César y
otros senadores romanos sostuvieron que Cicerón había obrado con excesiva
dureza, sin proporcionar las debidas garantías legales a los conspiradores.
Como resultado de esto, en el 58 a.C., Cicerón se vio obligado a exiliarse.
Tras un año en Macedonia fue perdonado por el general romano Pompeyo el
Grande. Cicerón se dedicó a la literatura hasta el 51 a.C., cuando aceptó el
encargo de gobernar la provincia romana de Cilicia como procónsul. Regresó a
Roma en el 50 a.C. y se unió a Pompeyo, que se había convertido en el mayor enemigo
de Julio César. Cuando César derrotó a Pompeyo, en el 48 a.C., Cicerón
comprendió que continuar con la resistencia a César era inútil, y aceptó su
amistad, aunque mientras César fue dictador de Roma, Cicerón vivió apartado
de la vida política dedicándose a escribir. Después del asesinato de César,
en el 44 a.C., Cicerón retornó a la política. Esperando ver la restauración
de la República, apoyó al hijo adoptivo de César, Octavio, más tarde el
emperador Augusto, en sus luchas contra el cónsul romano Marco Antonio. Sin
embargo, Octavio y Marco Antonio se reconciliaron, y Cicerón fue ejecutado
como enemigo del Estado, el 7 de diciembre del 43 a.C.