Ver las nubes a la deriva bajas a lo lejos
Siempre cambiando como ellas van y vienen
Me pregunto por qué estoy subiendo tan alto
Cuando en realidad estoy tan abajo
De todas las maravillas se me permitió una
Creo que siempre elegiría una nube
Siempre trae mis sentimientos en voz alta
Si me da vergüenza u orgullo
En este avión voy a tu casa
A veces pienso que he volado a través de toda mi vida
a través de toda mi vida
como mi ala hacia ti
Ver las nubes que estan dando vida abajo
En colores que la tela no puede mostrar
Guardar secretos que nadie más podría saber
Porque yo soy el que les dijo
Ahora y siempre me levantaré pegado a ti
Me gustaría quedarme, pero estoy de paso
Así que tendre que decir adiós
Hasta la próxima vez que vuelo
Hacer mi cama, luz la luz
Viniendo en el vuelo de la medianoche
Tocar el suelo y pronto tu estaras
Seguro dentro de la realidad
Cambiar tu pensamiento-cambia tu nombre
Aún así el sonido de la música es el mismo
Las precipitaciones no me molestan en absoluto
Tu ves el mundo reflejado en la carretera
Vamos en arcoiris, no puedo dejarte ir
Antes de llegar al final de algun camino tuyo
Así que la próxima vez que las gotas de lluvia caígan
Si te hacen subir las paredes sólo piensa en verde.
El hombre bicentenario – Isaac Asimov
El hombre bicentenario es un relato de la serie de los robots de Isaac Asimov. Ganó los premios Nébula y Hugo al mejor relato de 1976 y 1977 respectivamente.
Posteriormente se hizo una remake del cuento, una ampliación en forma de novela titulada The Positronic Man, de Isaac Asimov y Robert Silverberg.
Origen del relato
En 1976, con motivo de la celebración del segundo centenario de la independencia de Estados Unidos, se encargó a varios autores que escribieran algún relato corto con el tema The Bicentennial Man, el cual podía desarrollarse libremente.
Ocurre que en inglés esta expresión puede interpretarse como «el hombre del bicentenario» (la vida de la gente en Estados Unidos doscientos años después de la Declaración de Independencia) o como «el hombre bicentenario» (un hombre que llega a vivir doscientos años).
Jugando con esta ambigüedad, Asimov, que fue uno de los autores que recibió dicho encargo, renunció a hacer un ensayo sociológico y, argumentando que «un hombre no podría vivir tanto tiempo», escribió un relato corto acerca de un robot que poco a poco va asimilando el mundo de los humanos hasta desear ser reconocido como uno de ellos, lo cual lo lleva a luchar por obtener su humanidad de manera legítima.
Adaptación cinematográfica
En 1999, Chris Columbus dirigió una adaptación cinematográfica de la novela protagonizada por Robin Williams, El hombre bicentenario.
Leyes de la Robótica
En el mundo de la robótica existen tres leyes que un robot debe cumplir, aunque quizá más famosas en el ámbito de la ciencia ficción. Estas establecen que:
1.Primera Ley. Un robot no puede hacer daño a un ser humano o, por inacción, permitir que un ser humano sufra daño.
2.Segunda Ley. Un robot debe obedecer las órdenes dadas por los seres humanos, excepto si estas órdenes entrasen en conflicto con la Primera Ley.
3.Tercera Ley. Un robot debe proteger su propia existencia en la medida en que esta protección no entre en conflicto con la Primera o la Segunda Ley.
Isaac Asimov enunciando sus tres leyes de la robótica
¿Tienen los robots sentimientos? Las emociones robóticas, si se les pueden llamar así, eran uno de los temas favoritos de Asimov y uno de los temas más conocidos del género gracias a Blade Runner.
Entre las cientos de cosas que ideó Asimov con éxito estaba la Robot-Psicología, una disciplina inventada pero plausible que estudiaba las desviaciones en la conducta de las máquinas.
O sea, patologías robóticas sin causa física, sólo con causa lógica, cognitiva.
Y las emociones se consideraban, poco más o menos, reacciones cognitivo-conductuales causadas por los colapsos de las reglas lógicas con las que se construyen las máquinas con forma humana.
En el Códice Calixtino hay 22 composiciones polifónicas, estas piezas están englobadas en la primera época de la polifonía europea llamada Ars antiqua o Ars veterum que denomina la música realizada en Europa entre el 1170 y el 1310. Esta escuela musical tiene como eje central lo que acabaría convirtiéndose en la escuela de Notre Dame.
Las creaciones son más elaboradas que las realizadas por la escuela de San Marcial de Limoges, por lo que aunque al principio se vinculo a esta escuela finalmente se consideraron más cercanas a lo que finalmente sería la escuela de notre Dame.
Las características principales del Ars Antiqua son el conductus y el organum. En el conductusla voz principal es el tropo de la pieza polifónica, mientras que la voz organal es una melodía más o menos adornada en el registro agudo. Estos tropos polifónicos a veces tienen forma responsorial, incluyendo después de cada estrofa un breve estribillo, como ocurre con elCongaudeant catholici.
Mientras que el organum consiste en una melodía gregoriana monódica (voz principal), a la que, en un momento dado, se añade una segunda voz (voz organal) que desarrolla una melodía larga y adornada. Esta segunda voz puede estar al principio, en medio o hacia el final de la composición, pero generalmente termina con la melodía monódica.
El manuscrito conservado, hasta su desafortunado robo, en la Catedral de Santiago es el primer códice en el que se utiliza el término conductus y salvo algunas composiciones de abadías en Cataluña son las composiciones musicales más antiguas de la península ibérica.
La autoría de estas obras es discutida entre los investigadores, aunque la mayoría creen que fueron 16 los autores que participaron en la elaboración de las diferentes composiciones que aparecen en el manuscrito, entre ellos obispos y maestros musicales franceses, el propio Aymeric Picaud, presbítero de Parthenay, es uno de ellos, y al que se le atribuye la autoría del Códice y también una obra en el apéndice polifónico.
Todas las composiciones musicales del Códice Calixtino son polifonías a dos voces salvo la que os mostramos a continuación. Se cree que en el momento de su creación fue una pieza ideada para dos voces y que posteriormente se incorporó una tercera voz, haciendo de esta composición una de las más originales del manuscrito. Los estudios indican la voz añadida más tarde fue escrita en tinta roja y no en negra como las originales.
El "Dum pater familias" es la única composición del códice en notación aquitana de puntos "in campo aperto", que es la notación que se empleó preferentemente en España tras la supresión del canto hispánico. El resto de las obras van en notación lorena, con grandes semejanzas con la notación de los manuscritos de la región de Nevers, en Borgoña. Por este motivo, algunos especialistas sostienen que la parte musical del códice es debida a los monjes benedictinos de Vézelay, que era uno de los puntos de partida del Camino de Santiago. El himno "Dum pater familias", añadido al final del códice, sería por tanto la única composición que podría haber sido copiada en el entorno de Santiago. Además el último de los Benedicamus del suplemento gregoriano del Libro I, "Regi perennis glorie", se le atribuye a cierto doctor de Galicia (Quodam Doctore Galleciano) no identificado.
En la actualidad existen multitud de transcripciones y grabaciones modernas que ponen a nuestro alcance estas maravillosas composiciones. De hecho en muchos monasterios se siguen interpretando estas piezas, consideradas de las más importantes para los interpretes de canto gregoriano.
Los dos Tríos para violín, violonchelo y piano fueron compuestos en 1827. Ambos son dos obras de madurez que figuran entre las cumbres del género, dotados de los mejores sabores de la inspiración schubertiana: melodismo, fluidez, ligereza, intensidad, luminosidad,…
Trío nº 1 en si bemol mayor op.99 D.898
De él dijo el genial Schumann “Basta un vistazo al op.99 de Schubert para que toda la miseria de la existencia se desvanezca como por encanto, y el mundo aparezca de nuevo henchido de su radiante frescura…”
El trío n.º 1 en si bemol mayor, para piano, violín y cello, D. 898, fue compuesto por Franz Schubert en 1827. Fue publicado como opus 99. Está dividido en cuatro movimientos:
I. Allegro moderato
II. Andante un poco mosso
III. Scherzo
IV. Rondo, allegro vivace
Wikipedia
Escuchemos el segundo
movimientoAndante un poco mosso, con su tema
principal íntimo y soñador entrando sucesivamente en el violonchelo, pasando al
violín y acabando en la opulencia del piano.
¿Cómo sujetar mi alma para
que no roce la tuya?
¿Cómo debo elevarla
hasta las otras cosas, sobre ti?
Quisiera cobijarla bajo
cualquier objeto perdido,
en un rincón extraño y mudo
donde tu estremecimiento
no pudiese esparcirse.
Pero todo aquello que tocamos, tú y yo,
nos une, como un golpe de arco,
que una sola voz arranca de dos cuerdas.
¿En qué instrumento nos tensaron?
¿Y qué mano nos pulsa
formando ese sonido?
¡Oh, dulce canto!
Canciones con historia: Every Breath You Take’ - Sting
El lado macabro de ‘Every Breath You Take’ y la eterna burla de Sting hacia los románticos
Las masas la aman, los fans la mantienen como un auténtico credo y, aun los lejanos a The Police, la veneran.
Sin embargo, “Every Breath You Take” es una de las composiciones más discordantes de la historia de la música si tomamos en cuenta lo que la gente entiende y la intención que el autor tuvo en un inicio. No es, en absoluto, una belleza que se inserte en las típicas canciones de amor. Por ende, quienes año con año contraen nupcias y colocan la melodía como tema de bodas… quizá no sepan qué hay detrás de la misma.
Sting, el hombre fuerte de aquel legendario trío, compuso el corte bajo la bruma de la entonces difícil separación con su primera esposa, Frances Tomelty. Y todo es narrado desde la óptica de un tipo obsesivo y hasta peligroso que observa todo el tiempo a la mujer deseada.
“Creo que es una canción siniestra. Trata sobre los celos y la posesión. De manera subrepticia hay un personaje desagradable observando cada movimiento, así que me gusta esa ambigüedad que se ha creado. La letra llega a ser sádica”, le dijo en 1983 el músico al NME.
Sting reveló en dicha charla que soltó la carcajada en aquel año cuando vio en televisión a Andy Gibb cantando “Every Breath You Take” con una chica, malinterpretando por completo el sentido del tema.
“La letras no son de amor; me oriné de la risa al verlos tan amorosos”, dijo el vocalista de The Police, a quien siempre arropó la fantástica e inolvidable guitarra de Andy Summers, inspirado a su vez en Bela Bartok.
Ya cada oyente sabrá si en alguna ocasión habrá merecido de igual modo la burla de Sting, a quien recordamos esta semana porque se cumplen 30 años de la publicación del mítico Synchronicity.
The Police Every Breath You Take
Cada Aliento Que Tomes
Cada Movimiento Que Hagas
Cada Lazo Que Rompas
Cada Paso Que Des
Te EstarÉ Mirando
Cada Uno De Los Dias
Cada Palabra Que Digas
Cada Juego Que Juegues
Cada Noche Que Digas
Te EstarÉ Mirando
Oh, No Puedes Ver
Que Me Perteneces
Como Me Duele Mi Pobre CorazÓn
Con Cada Paso Que DÁs
Cada Movimiento Que Hagas
Cada Promesa Que Rompas
Cada Sonrisa Que Fingas
Cada Reclamo Que Hagas ("every Claim You Stake"; Buffff, Pos No Se Traducirlo Bien)
Te EstarÉ Mirando
Desde Que Te Has Ido, He Estado Perdido Sin Rumbo
Cuando SueÑo Por La Noche, Tan SÓlo Veo Tu Cara
Miro Alrededor, Pero Eres TÚ Lo Que No Puedo Reemplazar
Siento FrÍo, Y Hecho De Menos Tus Abrazos
Sigo Llorando CariÑo, CariÑo Por Favor
Oh, No Puedes Ver
Que Me Perteneces
Como Me Duele Mi Pobre CorazÓn
Con Cada Paso Que DÁs
Cada Movimiento Que Hagas
Cada Promesa Que Rompas
Cada Sonrisa Que Fingas
Cada Reclamo Que Hagas
Te EstarÉ Mirando
Cada Movimiento Que Hagas
Cada Paso Que Des
Te EstarÉ Mirando
http://mundoradiolaria.com/2013/06/12/5467/
Poematerapia en DESPERTARES
El doctor Sayer (personificado por Robin Williams) disfruta leyendo a Rainer María Rilke en uno de sus lugares favoritos, el Enid A. Haupt Conservatory del Jardín Botánico de Nueva York, preciosa estructura arquitectónica acristalada victoriana popularizada también en el film "La Edad de la Inocencia" (Martin Scorsese, 1993)
Con su paciente Leonard, el Dr. Sayer descubre que un simple tablero güija, instrumento de connotaciones cinematográficas casi siempre terroríficas, es el método ideal para comunicarse con su paciente.
Lector impenitente durante tantos años de enfermedad, Leonard revela una especial sensibilidad por el poema "La pantera" de Rainer María Rilke, el cual resulta una bellísima metáfora que refleja a la perfección esa suerte de síndrome del cautiverio padecido por Leonard, tal y como aquel infausto protagonista de "La escafandra y la mariposa" (Julian Schnabel, 2007), atrapado entre los mil barrotes de una jaula letárgica y patológica.
La pantera - Rainer María Rilke
En el Jardín des Plantes de París
sus ojos están tan cansados de ver pasar
los barrotes, que ya nada retienen.
Le parece que hubiera mil barrotes
y tras los mil barrotes ya no hubiera mundo.
El blando andar de sus pies fuertes y elásticos
que van trazando un círculo minúsculo,
es como una danza de fuerza en torno a un centro
en el que una gran voluntad se alza embotada.
Sólo a veces el telón de la pupilas
se levanta en silencio.
Y entra una imagen cruza la tensa calma de sus miembros
y al llegar al corazón deja de ser.