Apenas supe, solo, que existía
y que podría ser, ir continuando,
tuve miedo de aquello, de la vida,
quise que no me vieran
que no se conociera mi existencia.
Me puse flaco, pálido y ausente,
no quise hablar para que no pudieran
reconocer mi voz, no quise ver
para que no me vieran
andando, me pegué contra el muro
como una sombra que se resbalara.
Yo me hubiera vestido
de tejas rotas, de humo,
para seguir allí, pero invisible,
estar presente en todo, pero lejos,
guardar mi propia identidad oscura
atada al ritmo de la primavera.
Un rostro de muchacha, el golpe puro
de una risa partiendo en dos el día
como en dos hemisferios de naranja,
y yo cambié de calle,
ansioso de la vida y temeroso,
cerca del agua sin beber el frío,
cerca del fuego sin besar la llama,
y me cubrió una máscara de orgullo,
y fui delgado, hostil como una lanza,
sin que escuchara nadie
-porque yo lo impedía-
mi lamento
encerrado
como la voz de un perro herido
desde el fondo de un pozo.
Sinfonía Número 2 de Anton Bruckner
La Segunda
Sinfonía fue iniciada afines del verano de 1871. La primera versión se terminó
el 11 de septiembre
de 1872. Bruckner dirigió el estreno en Viena, el 26 de octubre de 1873.
Posteriormente revisó la obra junto a su amigo Johann Herbeck y la nueva
versión se estrenó el 20
de febrero de 1876. Para entonces Bruckner había terminado las
primeras versiones de la Tercera, Cuarta y Quinta Sinfonías. Hubo revisiones
menores realizadas en 1879 y 1891, de manera que existen fundamentalmente dos
partituras diferentes: la versión original y la revisión de Bruckner-Herbeck.
Cuando Simón Sechter, el antiguo maestro de contrapunto de Bruckner, falleció
en 1867, el amigo del compositor, Johann Herbeck, sugirió que Bruckner se
presentara para el cargo de profesor que Sechter dejaba vacante en el
Conservatorio de Viena. El trabajo hubiera sido suyo si hubiera querido, pero
Bruckner vacilaba respecto de dejar su ciudad natal de Linz, le inquietaba la
idea de asumir un puesto de enseñanza de tanta responsabilidad y temía que la
remuneración del Conservatorio no le diera ingresos suficientes para vivir en
Viena. Postergó la decisión una y otra vez. Poco tiempo atrás había sido
rechazado para un cargo en la Universidad de Viena y temía que enseñar música
en Viena no fuera para él. Paralizado por la indecisión, Bruckner cayó en una
depresión e incluso le escribió a Herbert que estaba pensando en la posibilidad
de poner fin a su vida.
Herbeck respondió: "No hay nadie a quien debas temer sino a ti mismo,
especialmente si empiezas a escribir cartas histéricas a cualquier otro, como
la que recibí de ti hoy. Lejos de dejar el mundo, ¡tú debes meterte en el
mundo!" Tras varios meses de deliberaciones (!), el compositor aceptó la
oferta. En octubre de 1868, a la edad de 44 años, se mudó a Viena y así comenzó
una nueva fase de su vida. Dejó atrás una carrera de compositor principalmente
de música eclesiástica y se convirtió en compositor de sinfonías. Es verdad que
ya había terminado tres sinfonías (dos trabajos juveniles y la Primera), pero
su verdadera madurez como compositor sinfónico se inició con la Segunda
Sinfonía.
Bruckner pudo complementar sus ingresos actuando como organista en la Capilla
Imperial. Su fama como intérprete superaba ampliamente su reputación como
compositor. Fue invitado a representar a Austria en un certamen internacional
de organistas en Francia donde logró ganar el primer premio. Como
consecuencia, fue el único austríaco invitado a tocar en la Exposición
Internacional de Londres de 1871. Los viajes de Bruckner a Francia y a
Inglaterra terminaron siendo los únicos viajes internacionales de este músico
de provincia.
En Londres, Bruckner se sintió entusiasmado al ver "en todas partes mi
nombre en letras más grandes que yo mismo". Desgraciadamente, el público
británico estaba furioso por el hecho de que se hubiera invitado a muchos organistas
extranjeros mientras que se había omitido a ejecutantes ingleses. En
consecuencia, las críticas fueron desfavorables, si bien a Bruckner le fue
mejor que a los demás organistas. Se le ofreció la oportunidad de pagar para
conseguir una crítica favorable, cosa que él rechazó airadamente.
Mientras estaba en Inglaterra, Bruckner empezó a componer la Segunda Sinfonía.
Hizo el esfuerzo consciente de escribir una pieza más simple que la Primera
Sinfonía, porque varios críticos se habían quejado de las complejidades de esa
obra. La buena voluntad del compositor para aceptar y actuar de acuerdo con la
crítica, que provenía de músicos menos eruditos, presagió la tolerancia que
manifestó durante toda su vida con respecto a las sugerencias de cortes y
modificaciones en sus sinfonías. Como persona, Bruckner era una extraña mezcla
de confianza y desconfianza en sí mismo. Siempre hablaba de su inconmovible fe
en sus sinfonías y, sin embargo, repetidamente se inclinaba ante las
solicitudes de "mejorarlas". Su biógrafo Edwin Doernberg cree que el
problema radicaba en "el profundamente arraigado y sumiso respeto a las
'autoridades'" de Bruckner. Cualquiera que hubiera alcanzado una posición
respetable, ya se tratara del crítico de un periódico o del director de una
orquesta, era una autoridad y el compositor, aunque tenía casi 50 años, se
inclinaba ante las opiniones de aquellos cuyas posiciones respetaba. Su deseo
de escribir la sinfonía simple, que los críticos habían exigido, le causó gran
dificultad. Admitió: "Me asustaron tanto que tenía miedo de ser yo
mismo."
Decidió que más simple quería decir más claro y compuso un primer movimiento
con numerosas pausas entre las secciones a fin de delinear más claramente la
estructura de la sonata. Una vez terminada la sinfonía, fue ensayada por la
Orquesta Filarmónica de Viena bajo la dirección de Otto Dessof. El director
desechó la obra por tonta y uno de los músicos de la orquesta la apodó la
"Sinfonía de las Pausas". Se le pidió al compositor que hiciera
algunos cortes y 61 aceptó eliminar alrededor de 30 o 40 compases. Pero este
gesto no fue suficiente para Dessof, que quería que la sinfonía fuera abreviada
sustancialmente. La partitura fue devuelta al compositor.
Bruckner no cejó en su intento de lograr una presentación de la obra. Con la
ayuda de un patrocinador, alquiló la Filarmónica y la dirigió él mismo. A los
miembros de la orquesta la obra seguía sin gustarles, pero actuaron como
profesionales e hicieron lo que mejor pudieron. Como el patrocinador de
Bruckner había pagado por una gran cantidad de ensayos, la función anduvo bien.
Y fue muy bien recibida, aunque los críticos, no obstante, se quejaron de la
música. Bruckner escribió una carta de agradecimiento a la orquesta:
"Jamás en mi vida podré expresar en palabras -y menos aun recompensar-
todo lo que ustedes hicieron por mí ayer con tanta infinita amabilidad y en
toda la vasta amplitud de su realización artística en la cual (si fuera
posible) se superaron a sí mismos. Pero al menos puedo intentar expresar mi
profunda emoción y mi infinita gratitud hacia ustedes. Les pido, pues,
caballeros, que acepten mi agradecimiento profundo y sincero."
El compositor pidió permiso para dedicar la sinfonía a la Filarmónica. Como la
dirección de la orquesta nunca respondió a esta carta, Bruckner decidió dedicar
esta sinfonía a Liszt en vez de a la Filarmónica. A Líszt, Bruckner nunca le
había gustado mucho y le escribió una carta de agradecimiento indiferente. Poco
después el compositor húngaro extravió el manuscrito, que afortunadamente
encontró su camino de vuelta al ofendido compositor de la sinfonía.
Aparentemente Liszt jamás se dio cuenta, ni siquiera, de que había perdido la
partitura. Finalmente, Bruckner decidió que no le dedicaría la obra a nadie.
Herbeck, el amigo de Bruckner, sugirió hacer extensos cortes y revisiones, con
el propósito de lograr que la sinfonía fuera más fácil para directores y críticos.
Herbeck esperaba hacerla más convencional, cuando en realidad esta es la
primera obra en la que la singular personalidad musical de Bruckner emergió por
completo. Con toda seguridad, Herbeck lo hacía pensando sinceramente en
beneficiar a Bruckner, pero no era músico de la misma magnitud que el
compositor y era incapaz de reconocer el carácter único de su música. Las dudas
propias de Bruckner salieron a la superficie y este, con desgana, se mostró de
acuerdo en eliminar grandes secciones y hacer otras modificaciones. De este
modo comenzó la lucha de toda su vida con las revisiones y los amigos bien
intencionados que deseaban embellecer sus sinfonías.
La nueva versión quedó terminada en 1876. Para entonces Bruckner había
terminado las primeras versiones de la Tercera, Cuarta y Quinta Sinfonías. Las
revisiones posteriores de la Segunda fueron menores, de manera que existen
fundamentalmente dos partituras diferentes: la versión original y la revisión
de Bruckner-Herbeck.
Ambas versiones se escuchan actualmente y tanto la una como la otra tienen sus
defensores apasionados. La versión original es más equilibrada desde el punto
de vista estructural, pero en algunos sentidos es más cruda. La revisión se
hizo cuando el compositor ya tenía más experiencia en escribir para orquesta y
por lo tanto parte de la orquestación es más sonora. Pero los cortes oscurecen
algunas de las proporciones formales, de modo que la versión revisada es menos
satisfactoria como conjunto. Los sentimientos del compositor mismo no ayudan
para nada. Se mantuvo a favor de la revisión en forma terminante, pero quizá lo
hizo por lealtad a Herbeck, que había muerto poco después de terminada su
colaboración. Por otra parte, Bruckner nunca destruyó la partitura original, lo
cual podría haber hecho si realmente hubiera creído que era, como la llamaba,
nada más que un "arreglo antiguo".
Las pausas notorias del primer movimiento, que habían ridiculizado los músicos
de la Filarmónica de Viena, no sólo sirvieron para delinear la forma. También
crearon la típica estructura en bloque de todas las sinfonías posteriores de
Bruckner. Cada sección es internamente continua, pero las junturas, marcadas
por pausas (silencios literales o notas sostenidas suavemente), son muy
inquietantes. El resultado es una música de un lirismo maravillosamente
romántico y serena en la superficie, pero con una innegable corriente
subterránea de intensidad. Si bien no hay razón para buscar una fuente de
programa de esta contradicción, constituye un paralelo de la personalidad de
Bruckner. Hombre sereno y plácido, él se sentía consumido por un torbellino
interior que muchas veces irrumpió en forma de desórdenes nerviosos. De modo
similar, la gracia casi propia de Schubert de la sinfonía se ve muchas veces
interrumpida por discontinuidades ajenas a su lirismo, pero que aluden a
emociones más oscuras que se encuentran bajo la superficie. El compositor
explicó este movimiento con sencillez; "Cuando quiero presentar una idea
nueva e importante, debo detenerme para recobrar el aliento." Pero en las
pausas hay un significado mucho más profundo que lo que Bruckner comprendió
conscientemente.
El movimiento lento tiene casi tantas pausas como el moderato, aunque estas
tienden a romper menos la unidad. Así se permite el inherente lirismo elevarse
indefinidamente, en especial en el último tercio del movimiento. Un detalle
interesante es que Bruckner usa en la coda música del Benedictus de su Misa en
Fa menor, compuesta poco antes que la sinfonía.
Debido a su carácter semejante a una danza, el tercer movimiento tiene menos
pausas. Particularmente continua (aunque no totalmente desprovista de pausas)
es la sección idílica del trío, un Landler maravillosamente nostálgico.
El final es el más discontinuo de los movimientos. Diferentes materiales y
diferentes humores se enfrentan entre sí, a menudo ni siquiera entre pausas,
como en los movimientos anteriores. Fanfarrias, un íntimo pasaje lento (otra
cita de la Misa en Fa menor, esta vez del Kyrie), melodías líricas, pasajes de
gran plenitud, incluso un scherzo pícaro (en el que los instrumentos alternan
rápidamente, nota por nota), el movimiento contiene gran variedad.
Para algunos la vida es un silencio que cubre y cubrirá todo su compás, en
tanto que para otros la vida, al compartirla y oírla, es y será una melodía con
semitonos, con altibajos, aunque hermosa en diseño y resonancia.
Esta charla la dividiremos, ya que de música hablamos, en cuatro tiempos puesto
que hablaremos del pentagrama de la vida.
La labor sinfónica
Gustav Mahler solía decir que para él componer una sinfonía equivalía a un acto
de creación del mundo. Las sinfonías de Mahler constituyen un viaje
psicológico. Influyen en él tanto Beethoven como Brahms, Wagner y Bruckner.
Así como lo hicieran Wagner y Brahms, Mahler utilizó recursos orquestales,
anticipándose al siglo XX en la búsqueda del color en los diferentes
instrumentos, bien como el incluir la mandolina y el armonio, instrumentos poco
usuales. También, como Beethoven, hizo uso de la música coral y vocal en la
sinfonía Novena en Re Menor, opus 125, con textos, de Friedrich Schiller,
obteniendo así una conjunción musical dramática como aquella que Wagner
procurara en sus dramas musicales.
Algo propio de Mahler es que su música es de tipo contrapuntístico, en tanto
consideraba a la orquestación como herramienta para lograr la mayor claridad
posible en las diferentes líneas musicales.
Así y todo, sus sinfonías, reitero, constituyen un viaje psicológico en forma
de batalla titánica entre el optimismo y la desesperación, expresados con
ironía. Mezcla de alegría y desesperación que, enfatizo, como identificara
Sigmund Freud, tiene su origen en sus tristes recuerdos de infancia y son,
pues, la faceta central del carácter del compositor. Nuestro músico logra, con
su obra, transmitirnos la vulnerabilidad humana, de la mano o al amparo de una
consumada musicalidad.
Veamos luego que cuando el compositor lo tenía todo: amante esposa, una pequeña
hija, buena salud, al tiempo que llevaba ya siete años ocupando el puesto de
mayor prestigio al que un músico podía aspirar entonces, al ser director de la
Ópera Imperial de Viena, Mahler compone temas mortuorios,; fuertemente
lúgubres.
Me refiero, principalmente, al final de la Sexta sinfonía y a sus Canciones
sobre la muerte de los niños. Al hacerlo, Mahler no hizo sino anticiparse en
dos años a la tragedia que habría de padecer al morir su hija.
En este sentido, en lo trágico, el final del último Lied, traduce los poemas de
Rückert, con un clima sonoro de cámara bien logrado y que deja entrever una
aceptación serena y resignada de la tragedia.
La estrofa original del último poema, teniendo como protagonistas a los niños
muertos, dice así:
En este clima, en esta tormenta,
en este tumulto
ellos están descansando, como en la casa de su madre,
a salvo de cualquier tempestad,
protegidos por la mano de Dios,
ellos están descansando, como en la casa de su madre!
Decía un crítico que es precisamente el manejo de extremos irreconciliables lo
que permita a Gustav Mahler realizar su ideal de hacer que una sinfonía sea un
mundo.
La Sinfonía Nº 5 en do Sostenido menor
Adagietto
Apelo a la crónica al citar que a los cuarenta años de edad, esto es en 1901,
Mahler trazó los primeros esbozos de su quinta sinfonía. La misma marca el
comienzo de los años de madurez como compositor.
Para el montaje orquestal eligió amplios elementos instrumentales, que incluían
seis trompas y cuatro trompetas. Dividió la sinfonía en tres partes, con cinco
movimientos.
Tras su primera ejecución, Mahler rehizo la orquestación y continuó haciéndolo
hasta casi su muerte, en 1911.
Hacia el final de su vida, escribió en una carta desde New York: He terminado
la Quinta. Realmente hay que completar la reorquestación. El resultado de esas
revisiones constantes han sido las tres versiones diferentes impresas.
El director holandés Willem Mengelberg, quien después sería el heraldo de las
obras de Mahler, en carga a un amigo le manifestaba que: la Quinta es muy, muy
difícil..
Para Aristóteles, cada una de las virtudes en particular depende de la mesotes,
de la equidistancia de los vicios opuestos, por exceso y por defecto, que la
virtud, desde su altura, descalifica sin mediar, de tal suerte que el valor,
por ejemplo, se yergue entre la temeridad y la cobardía o la liberalidad entre
la prodigalidad y la avaricia.
Respecto de la música del universo y el hecho de si se la escucha o no, sirve
de ejemplo decir que a la mayoría de los hombres les sucede lo que a aquellos
que viven junto a las cataratas del Nilo: que no oyen su fragor, según gustaba
de ejemplificar Cicerón.
Gustav Mahler tuvo oídos para escucharla y contó con aquella fuerza que parte
del espíritu para hacer de la música una camino de trascendencia. Camino este
que estuvo surcado por el dolor, las contradicciones, el aislamiento mas
siempre con una prodigalidad con una voluntad de ser y de hacer que superó con
creces los avatares de su vida, una vida profundamente turbada por lo humano.
Es él quien se define en tres afirmaciones que pasamos a compartir:
Soy triplemente desarraigado: Como nativo de Bohemia, Austria.
Como austríaco entre alemanes.
Y como judío en todo el mundo. Siempre un intruso nunca bienvenido.
Luego ahondaría al responder sobre lo religioso:
¿Mis creencias? Soy un músico, eso lo dice todo.?
La sinfonía es el Mundo. La Sinfonía debe abarcarlo todo.
A escasos días de su aniversario, 7 de julio de 1860, y a pocas semanas de la
fecha de su fallecimiento, 18 de mayo de 1911, visitamos a este gran hombre y
músico.
Es junto a ustedes que lo hago y esto responde a una intencionalidad muy clara:
nuestra hora, este momento aunque también la vida toda. Es decir, siendo lo
anecdótico más que difícil de vivir para todos nosotros, hoy por hoy, existe y
uno intenta aprehenderlo un sentido ulterior, un hacer sin calcular que responde
al proyecto de cada una de nuestras vidas, de cada uno de nuestros más caros
anhelos como de nuestros más insondables temores. Estamos ante la forja del
carácter, ustedes, los jóvenes, como nadie lo están y son, a no dudarlo, el
futuro en nuestro presente.
Por eso estar hoy con Mahler es una invitación a la lucha digna y trascendente
de lo inefable, de lo inasible. Aquel tipo de lucha que no se desarrolla en
campo de batalla alguno sino en el sustrato ético y moral de nuestras vidas y
nuestras acciones cotidianas.
Su corazón abrumado fue el más devoto constructor de sinfonías, modelo que
desarrolló y perfeccionó hacia formas grandiosas, portadoras de preocupaciones
místicas, como su horror a la muerte, y de un mensaje trascendente. Integró, en
substancia, la palabra en la forma musical sinfónica, y a la voz humana en la
orquesta.
Su obra refleja un conflicto espiritual intenso, cargado de dolor moral y de
lucha fáustica por el conocimiento.
Vemos un ejemplo de sus sueños y sus temores cuando afirmaba que un gran
ejemplo para las personas creativas es Jacob, decía Mahler, que lucha contra
Dios hasta que él lo bendice. A mí tampoco quiere Dios darme su bendición. Sólo
a través de las despiadadas batallas que debo sostener para crear mi música la
recibo finalmente., concluye Mahler. Sugiero visitar a Jacob en el texto
bíblico, donde seguramente habremos de encontrar un manantial en el que podamos
beber en comprensión y sabiduría.
La música de Mahler es el puente entre el siglo XIX y el siglo XX. Fue un gran
maestro, un innovador radical. Visto está que los públicos de todo el mundo
escuchan hoy en su música una voz que les habla en términos que ellos pueden
comprender.
¿Por qué? Porque es una música de exultación y esperanza; de fatalismo y
optimismo; de angustiado cuestionamiento y de afirmación universal; de
intensidad emocional, de aislamiento intelectual y sabiduría humana, junto con
un cansancio del mundo. Todo esto es la esencia de Mahler cuya influencia se
extiende por doquier.
En él confluyen tanto el romanticismo que llegaba a su fin, junto con la
exploración de nuevos territorios musicales que serán conquistados por otros
compositores. Es decir, Mahler se encuentra entre el romanticismo y la
modernidad. Y junto con él están en ese punto de inflexión, el alemán Richard
Strauss y el ruso Alexandr Scriabin.
Seamos claros, Mahler fue un ser conflictivo, neurótico, hipocondríaco pero un
constructor musical, un creador que logra sublimar el dolor y la enfermedad en
una obra singularísima donde el ideal mahleriano excede lo propio, lo personal
y resulta ser un maravilloso retrato de época y por qué no, para nosotros lo
central en lo mahleriano es que su obra es la expresión sonora de angustias,
desasosiegos, intrincados dibujos psicológicos del prototipo del hombre
contemporáneo.
No es contradictorio afirmar que encontramos en su obra una creciente tendencia
a la simplicidad en la música. Obra que impactó como también influyó
grandemente en músicos tales como Arnold Schönberg y Alban Berg.
"Blackbird"es una
canción de la gran bandaThe
Beatlesy forma parte de su
álbum dobleThe Beatles(también
conocido por todos comoThe
White Album)editado en 1968.Blackbirdfue escrita completamente porPaul McCartney, quien se
inspiró para escribirla mientras estaba en Escocia como una reacción a las
tensiones raciales que se intensificaban en los Estados Unidos en la primavera
de 1968.
La canción se grabó el 11 de junio de 1968 en los estudiosAbbey Road,conGeorge
Martincomo el productor yGeoff Emerickcomo el ingeniero de sonido. McCartneytocó una
guitarra acústicaMartin D 28.
La canción incluye una grabación de un mirlo (que es una especie de ave que
habita en Europa, Asia y Africa) cantando en el fondo.
McCartneyreveló en el
programaGreat Performances
(Paul McCartney: Chaos and Creation at Abbey Roaddel canal PBS transmitido en 2006),
que la guitarra que acompaña aBlackbirdfue inspirada porBouree in E minor de Bach, que
es una conocida pieza de guitarra clásica.
Como niños estudiosos, él yGeorge
Harrisonintentaron aprenderBourréecomo una pieza clasica que debian
tocar. Cabe señalar que elBourréese distingue por la melodía y los
bajos que se tocan simultáneamente en la parte superior e inferior de las
cuerdas.McCartneyadaptó
un trozo deBourréea la apertura de"Blackbird", y
la uso como la idea principal de la música del tema.
La primera vez que interpretó este tema fue una noche en queLinda Eastman, que más tarde se
convertiría en la esposa dePaul,
dormía en su casa mientrasMcCartneyse la cantaba a los fans que acamparon
afuera de su casa esperando ver a suBeatlefavorito.
La estructira de la canción es bien basica ya que solo usa una guitarra, voces
y el canto de las aves. De acuerdo conMark
Lewisohn, el sonido que se escucha por el canal izquierdo en la canción y
que suena como el pie de McCartney golpeando el suelo es un metrónomo mecánico.
Pero podemos ver en laThe
Beatles Anthologyque esPaulgolpeando el suelo con el
pie, y que se habia confundido como un metrónomo para los productores: el tempo
fluctúa entre 89 y 94 bpm a lo largo de la canción.
Muchas bandas e interpretes se han dado el lujo de hacer covers de esta hermosa
canción:Phish, the Grateful
Dead, Billy Preston, Kenny Rankin, Carly Simon, Bonnie Pink, Arturo Sandoval,
Jesse McCartney, Dionne Farris, Crosby, Stills & Nash, Doves, Brad Mehldau,
Sarah McLachlan, Harpers Bizarre, Bobby McFerrin, Jaco Pastorius, Dan
Fogelberg, Dave Grohl, Dave Matthews Band, O.A.R., Elliott Smith, Justin
Hayward, Marillion, y Maria João & Mário Laginha.
Dato Curioso: Charles Manson(criminal
estadounidense, fundador y líder de "La Familia") tomó la canciónBlackbirdjunto con"Helter Skelter" y
"Piggies"(las tres
de la banda de Liverpool) como una metáfora para las relaciones entre blancos y
negros en los Estados Unidos, lo que ayudó en la inspiración de sus asesinatos.
Christian Jacq (París, Francia, 28 de abril de 1947) es un egiptólogo y escritor de ficción francés. Doctorado en Egiptología en La Sorbona e iniciado en la Masonería, es un gran experto en la época del faraón Ramsés II, y fundó el instituto que lleva el nombre de dicho gobernante egipcio.
Además de dedicarse a obras de divulgación histórica, ha escrito numerosos novelas de ficción que se sitúan en el Antiguo Egipto y con los pseudonimos J. B. Livingstone, Christopher Carter y Célestin Valois novelas policíacas contemporáneas.
Entre sus obras académicas se encuentra El Egipto de los faraones, que recibió un premio de la academia francesa, mientras que entre sus libros de ficción podemos encontrar títulos como El Juez de Egipto y una pentalogía llamada Ramsés, todos éxitos de ventas.
Por otros trabajos ha recibido premios como el Jean d'Heurs y el Prix des Maisons de la Presse.
Lo interesante de sus novelas es la mezcla entre ficción e historia real, que atraen tanto a lectores que buscan conocimientos académicos como aquellos que desean disfrutar de una aventura literaria.
Wikipedia
PENTALOGÍA DE RAMSES II
EL HIJO DE LA LUZ
Sipnosis:
Al evocar la grandeza de Egipro un nombre acude en seguida a la memoria; el de Ramsés, el llamado "Hijo de la Luz", el único que encarna toda la magia y el poder de los faraones.
Esta primera novela, primera de la pentalogía que Christian Jacq dedica a tan ilustre personaje, narra con gran amenidad y rigor histórico las peripecias de un Ramsés adolescente que debe superar todos los obstáculos que su padre, el faraón Seti, le impone en su camino hacia la madurez. Deberá afrontar, asimismo, las intrigas a que lo somete el primogénito y celoso Chenar, su hermano. El joven Ramsés, el destinado a gobernar el pueblo de Egipto, habrá de aprender, en definitiva, a obrar con la sabiduría, la rectitud y la habilidad de los destinados a tan alta empresa.
Christian Jack, el ilustre egiptólogo y autor de novelas de gran éxito, nos atrapa de nuevo con esta espléndida obra, punto de partida de la monumental pentalogía Ramsés.
EL TEMPLO DE MILLONES DE AÑOS
Sipnosis:
En Ramsés, el Templo de millones de años, el momento de la coronación ha llegado. El amor de Nefertari y el de su madre, la sólida red de amistades que tejió durante la adolescencia y la admirable intuición de Ramsés para juzgar a las personas que contribuirán en gran medida al éxito en el desempeño de sus onerosas funciones y harán de él un gran faraón.
Pero las conspiraciones se multiplican en la sombra y Ramsés, el hijo de la luz, se verá obligado a luchar para conservar el trono. ¿Conseguirá hacer fracasar los complots urdidos por su hermano mayor, Chenar? ¿Podrá conjurar la magia negra de un misterioso hechicero? ¿Logrará prevenirse contra las intrigas de los hititas? Los obstáculos se acumulan y los alardes de poder se agotan. Para vencer a sus adversarios, tanto los visibles como los invisibles, la pareja real escoge el único camino que les queda: construir el templo de millones de años.
LA BATALLA DE KADESH
Sipnosis:
Para salvar a Egipto, Ramsés deberá enfrentarse al temible ejército hitita, más preparado que el suyo y mucho mejor armado. La guerra parece inevitable, y será Kadesh, la fortaleza más inexpugnable del norte de Siria, el escenario de la batalla.
Pero con Nefertari enferma y víctima de un terrible maleficio, cómo va a planificar Ramsés una estrategia de combate contra el enemigo? ¿Cómo hará frente a la red de espionaje que está extendiéndose por todo el país?
Ramsés viajará al sur en busca del único remedio que puede salvar la vida de la reina; después irá al norte para librar la gran batalla.
Con Ramsés, La batalla de Kadesh, Christian Jacq logra hacernos revivir, a través de la figura del mítico faraón, una de las épocas más intensas de la antigüedad egipcia con la maestría y genialidad a las que el autor nos tiene acostumbrados.
LA DAMA DE ABU SIMBEL
Sipnosis:
A pesar de la gran batalla librada en Kadesh, la fuerza de las armas no logra doblegar al enemigo, y la negociación parece ser el único camino entre Ramsés y el pueblo hitita.
Ramsés debe hacer frente, además, a las sombras que se ciernen sobre la capital del Imperio; Moisés, el amigo de la infancia perdido tantos años atrás, regresa a Egipto para liderar el éxodo del pueblo hebreo. ¿Serán suficientes ahora la vigilancia de sus fieles u la magia de Nefertari para proteger al faraón?
Pero en la via de Ramsés no todo son problemas. En ella ocupa un lugar muy importante Nefertari, su esposa real, en honor a la cual ordena la construcción de dos templos en Abu Simbel, símbolos ambos del amor que se profesan.
Con Ramsés, La dama de Abu Simbel, Christian Jacq continúa con la vida del mìtico faraón y nos sumerge de lleno en la magia y el misterio que rodearon la existencia de tan insigne personaje.
BAJO LA ACACIA DE OCCIDENTE
Sipnosis:
A sus cincuenta años, y tras lograr la prosperidad de Egipto, Ramsés no puede disfrutar aún de la tranquilidad de la edad madura. Ahora debe mantener la paz y sortear cuantos obstáculos puedan amenazar la estabilidad de su imperio.
Ramsés, el hijo de la luz, sabe cómo cambiar el ánimo de sus enemigos para convertirlos en aliados, y cómo conciliarse también con las fuerzas del más allá. Pero lo que Ramsés no puede impedir, después de casi cuarenta años de reinado, es el paso del tiempo, ni que éste le robe a uno de sus mejores amigos.
Y cuando inexorablemente llega la vejez, Ramsés se sienta bajo la sombra de una acacia para emprender su último viaje, un viaje del que sólo será testigo el escriba Ameni, su fiel servidor durante más de sesenta y siete años.
Bajo la acacia de occidente, es el último volumen de la monumental pentalogía que Christian Jacq le ha dedicado a Ramsés.
Christian Jacq - Su Obra Completa - 28 eBooks - [DOC,PDF][MAGNET]
http://www.ipadforos.com/libros/christian-jacq-su-obra-completa-28-ebooks-t48166.html
Ramsés II
Nacionalidad:Egipto
1326 a.C. - 1234 a.C. Faraón 1301 a.C. - 1234 a.C.
El
reinado de Ramsés II posiblemente sea el más prestigioso de la historia egipcia
tanto en el aspecto económico, administrativo, cultural o militar. No en balde
fue el vencedor dela batalla de Qadesh, siempre según las fuentes
egipcias. Ramsés nace hacia el año 1326 a.C., accede al trono imperial hacia
1301 a.C. y muere alrededor de 1234 a.C. por lo que se trata también de uno de
los reinados más largos. Gobernó sobre un mundo en plena transformación lo que
hace más interesante este momento histórico. Su abuelo es el faraónRamsés I, general del ejército y visir, elegido rey de
Egipto porHoremhebal
no tener éste descendencia. Su padre fueSethi I, maestro político y militar, siendo su madre la
reina Tui, miembro de una ilustre familia de militares.
Ramsés II pasó su infancia en Luxor en compañía de sus dos hermanos y sus dos
hermanas. Desde pequeño fue educado para heredar la doble corona; un preceptor
le enseñaría a escribir e interpretar las imágenes escritas (leer), a conocer
los astros, matemáticas y geometría rudimentarias así como profundizar en
materia religiosa.
Hacia los diez años fue nombrado heredero y comandante en jefe del ejército como
primogénito que era; desde ese momento tuvo un harén a su disposición y
acompañó a las tropas en algunas campañas contra los hititas y los libios.
A los 16 años fue asociado al trono imperial por Sethi, continuando con su
educación política. El visir de Sethi, Paser, posiblemente participó en esta
educación, manteniéndose durante veinte años en el cargo tras el fallecimiento
de Sethi. Por estas fechas Ramsés participaría en la supervisión de las
construcciones de Abidos, iniciándose su afición a lasedificaciones.
Su primera esposa será una joven de noble familia llamadaNefertari. Tenía 17 años Ramsés cuando casó por primera
vez; fruto de este matrimonio nació su hijo primogénito llamado Amonherunemef.
Paralelamente tomó una segunda esposa, Isetnefret, quien también le dio un hijo
llamado Ramsés. Las dos mujeres continuaron procreando, asegurándose así el
futuro de la dinastía. La tercera esposa será Hentmire, la propia hermana de
Ramsés, siguiendo la tradición faraónica para conservar la pureza de la sangre.
Como cuarta esposa eligió a su propia hija, Merytamón, fruto de su matrimonio
con Nefertari, casándose también con una de las hijas de Isetnefret, Bentanat.
A finales del mes de junio del año 1301 a.C. fallece Seti I y Ramsés II sube al
trono como rey del Alto y Bajo Egipto y Sol de los Nueve Arcos. Tenía 25 años.
Sus primeros esfuerzos están encaminados a mantener la paz interior alcanzada
en los reinados anteriores, manifestando a los sacerdotes de Amón su deseo de
ejercer todos los poderes, evitando en la medida de lo posible influencias del
poderoso clero. Para ello elegirá como sumo sacerdote a Nebumenef, persona de
su absoluta confianza. Desde ese momento pondrá en marcha un faraónico plan
para recuperar las fronteras del Imperio en la época de losTutmosisy
asegurar la paz interior, al tiempo que iniciaba su programa constructivo,
símbolo evidente de poder en la época. Ordenó la construcción de un gran templo
enLuxorconsagrado
aAmón-Ra, formando un conjunto con el construido por
Amenhotep. También inició la edificación del Ramesseum, en la colina de Sheij
abd el Gurnah, junto al que se levantaría un palacio donde supervisarlas obras. Para llevar a cabo estas empresas
arquitectónicas era necesario un abundante flujo de oro, procedente en su
mayoría de la zona sur del país. Uno de los problemas con los que contaba esta
vía aurífera era la escasez de zonas de avituallamiento, especialmente de agua,
dedicándose Ramsés a la perforación de pozos para solucionar el problema
hidráulico. De esta manera pudo aumentar la llegada de oro para mantener su
programa arquitectónico, con el que se congratulaba con los dioses.
La recuperación del antiguo imperio provocaría el enfrentamiento conMuwattali, rey deHatti, conflicto que se prolongaría por un periodo de
17 años. Con el objetivo de concentrar todas sus fuerzas en este frente, Ramsés
se apresuró en instaurar con firmeza su hegemonía en Libia y Nubia. En el
cuarto año de su reinado inició la expedición contra los hititas, llegando
hasta Biblos con el fin de establecer bases marítimas de avituallamiento.
Mientras Muwattali había establecido una alianza con los príncipes del Asia
Menor y Siria para enfrentarse a los egipcios. El enfrentamiento de ambos
ejércitos será enQadesh, desarrollándose una importantes batalla (hacia
1295 a.C.). La batalla no tiene un vencedor claro, aunque Ramsés II se
autoproclamó como el gran triunfador, según se desprende de las inscripciones
encontradas en los templos de Luxor,KarnakyAbidos. La reacción de Muwattali será establecer una
poderosa alianza contra Egipto, involucrando especialmente a Benteshina de
Amurru, tradicional aliado egipcio.
Durante doce años Ramsés se dedicará a reconquistar el imperio asiático y
africano. Las revueltas de Canaan, Moab y Edom fueron rápidamente sofocadas,
recuperando Egipto la soberanía sobre estos lugares, logrando preservar el
imperio asiático hasta el río Orontes. El siguiente paso dado por Ramsés será
aprovechar el momento de debilidad de los hititas, tras el fallecimiento de
Muwattali y el enfrentamiento sucesorio entreMursilyHattusil. Ramsés atravesó Canaan, tomando el puerto de
Ascalón y la ciudad de Jaffa. Reafirmó el control sobre los puertos fenicios
del Mediterráneo y penetró en la zona sur de Siria, tomando la ciudadela de
Dapur, en el reino de Amurru. Tras asentar en cada una de las plazas tomadas
una potente guarnición armada, Ramsés decidió ocuparse de sus posesiones en
Africa. Estableció una serie de colonias en las costas de Libia y construyó un
amplio frente de fortalezas con el fin de tener vigilada a la población y
evitar revueltas.
En el décimo año de reinado surgen nuevos incidentes en Asia por lo que Ramsés
vuelve haciaFenicia, recuperando algunas plazas que habían caído
bajo soberanía hitita. Para evitar entrar en un conflicto mayor, Ramsés regresó
a su capital, para vivir un breve periodo de paz y prosperidad económica.
Tras algunos años de tensa paz en Asia, surge un nuevo conflicto entre Egipto y
Hatti.Babiloniase
alía con los hititas y rompe relaciones con Egipto. Ramsés se colocó de nuevo
al frente del ejército y partió en dirección al sur de Siria donde tuvieron
lugar duros enfrentamientos que se decantaron del lado egipcio. La solución a
estas constantes luchas vendrá de la mano de un tratado de paz firmado entre
Ramsés II de Egipto y Hattusil de Hatti (hacia 1280 a. C.), uno de los mayores
éxitos del reinado, inaugurando un periodo de paz y prosperidad económica ycultural. La frontera de ambos países quedaba limitada
por el Orontes, mientras Hatti mantenía su soberanía sobre Qadesh y Amurru y
Egipto dominaba los puertos fenicios. El tratado incluía ayuda militar
recíproca, asumiendo la lucha contra enemigos comunes. Desde ese momento,
Ramsés dedicará su tiempo al mantenimiento de su Imperio, un imperio que
abarcaba desde Sudán en el sur hasta el Mediterráneo en el norte, desde Libia
en el oeste hasta el Orontes en el este. La supremacía de este amplio
territorio estaría en Egipto y en manos de su faraón. Para controlar todo este
territorio ordenó la construcción de una nueva ciudad llamada Per-Ramsés en la
región deTanis, en el delta del Nilo, y la convirtió en la
capital del Imperio al tiempo que se engrandecía y embellecíaMenfisgracias a la labor llevada a cabo por Jaemuaset,
segundo de los hijos de Isetnefret.Tebasquedaba
así alejada del poder político. De esta manera se pretendía alejar del gobierno
del país, en la medida de lo posible, a los pretensiosos sacerdotes de Amón,
cuyo centro de poder era la ciudad de Tebas. Otra de las importantes empresas
llevadas a cabo por Ramsés será la construcción de dos templos excavados en la
roca deAbu-Simbel: unodedicadoa
Ptah, Ptahtatenen,Hathory
el propio Ramsés mientras que el otro sededicaa
Hathor y Nefertari.
Con el fin de mantener la paz entre Egipto y el reino de Hatti, Ramsés
contraerá matrimonio con una princesa hitita a finales del año 33 de su
reinado. Ya había celebrado sus dos primerosjubileos - fiesta que se realizaba después de 30 años
de reinado y posteriormente cada tres - llegando a celebrar hasta 11 jubileos.
La primogénita del rey Hattusil se convertía en la quinta Gran Esposa Real con
el nombre de Mathorneferure, al margen de las numerosas concubinas que tenía el
faraón, hablando algunas fuentes del nacimiento de más cien hijos en el harén
de Ramsés. El matrimonio con la hija de Hattusil sirvió para fortalecer la paz,
impulsando el comercio y las relaciones culturales entre ambos países. Con el
fin de reforzar la amistad entre Hatti y Egipto, Hattusil ofreció otra segunda
hija en matrimonio a Ramsés, convirtiéndose ésta en una concubina.
El periodo de paz será aprovechado por Ramsés para favorecer la prosperidad
económica y cultural de Egipto, al tiempo que estrechaba la vigilancia sobre
los instrumentos de gobierno de su reino. Para ello se rodeó de un amplio grupo
de estrechos colaboradores, miembros de las familias más cercanas a su persona,
creando una élite burocrática.
En los últimos años de su reinado, Ramsés pudo apreciar como se iniciaban las
presiones de los pueblos procedentes de Europa, pueblos que llegarán a tomar
Egipto en el año 1200 a. C. Dentro de estos movimientos demográficos
encontramos la huida de la población judía de Egipto, liderada por Aarón yMoisés.
Tras 67 años de reinado y a la edad de 92 años, Ramsés II fallecía a causa,
según el egiptólogo Esteban Llagostera, de una caries del maxilar inferior que
le provocó una infección sanguínea definitiva. En el trono de Egipto dejó a su
hijoMineptah, fruto del matrimonio con Isetnefret, nombrado
heredero tras el fallecimiento de algunos de sus hermanos mayores.