miércoles, 12 de noviembre de 2014

La mujer en el Antiguo Egipto

El lugar que ocupaba la mujer en el Antiguo Egipto puede parecer sorprendente por su "modernidad", si se compara con el que ocupaba en la mayoría de países de la época, e incluso de épocas posteriores. Aunque hombre y mujer tradicionalmente tenían prerrogativas bien diferenciadas en la sociedad, no parece que hubiera una barrera insuperable para quien quisiera variar el esquema. El egipcio de aquel tiempo reconoce a la mujer, no como igual al hombre, pero sí como su complemento. Este respeto se expresa claramente tanto en la teología como en la moral, pero es bastante difícil determinar su grado de aplicación en la vida cotidiana de los egipcios. Eso sí, está muy distante de la sociedad Griega, dónde la mujer era considerada como "un menor de edad eterno". Por otra parte, la literatura egipcia no vacila en presentar la mujer como frívola, caprichosa y poco fiable, pero a pesar de todo, las egipcias se beneficiaron de una posición que se encuentra en pocas sociedades.

Ámbito social
Igualdad ante la ley
Por lo que sabemos, parece que varón y mujer eran iguales ante la ley, en contraste con el derecho griego y romano. Ellas podían manejar su propia herencia o estar al frente de un negocio, como la dama Nenofer en el Imperio Nuevo; podían ser también médicos, como la dama Peseshet durante la Dinastía IV.
Al casarse, la mujer mantenía su nombre, con el añadido “esposa de X”, lo que es natural ya que el matrimonio no constaba como un acto administrativo, cosa rara en un Estado con la mayor burocracia posible, ni tampoco era una demostración religiosa. Simplemente, ratificaba el hecho de que un hombre y una mujer deseaban convivir, eso en el caso en que se hiciera un contrato matrimonial, que no era necesario más que a efectos económicos para diferenciar el Patrimonio de cada cual.[1][2] El marido debía garantizar el bienestar de su esposa, incluyendo, por supuesto, el plano material. El escriba Ani del Imperio Nuevo aconsejaba así al futuro esposo: "Si eres sabio, mantén tu casa, ama a tu mujer, aliméntala apropiadamente, vístela bien. Acaríciala y cumple sus deseos. No seas brutal, obtendrás más de ella por la consideración que por la violencia: si la empujas, la casa va al agua. Ábrele tus brazos, llámala; demuéstrale tu amor". Por supuesto las cosas no siempre transcurren de una forma idílica, y el divorcio estaba admitido; Se daba por iniciativa de uno u otro cónyuge: si procedía marido, tenía que ceder una parte de los bienes a su esposa; si era la mujer quién tomaba la iniciativa, ella tenía la misma obligación, pero en una medida menor. Existía la posibilidad del recurso ante la Administración, aunque ésta no hubiera intervenido en el matrimonio. El himno a Isis (papiro de Oxyrhinco, siglo II a. C.), muestra esta igualdad de la mujer y el hombre, dirigiéndose a la diosa "el honor del sexo femenino" : "Eres la dueña de la tierra [...] tú has dado un poder a las mujeres igual al de los hombres"'. Desgraciadamente, la insistencia de los moralistas egipcios en recordar al hombre sus deberes hacia las mujeres, hace suponer que no fue raro en la práctica que los varones abusaran de su posición.

La mujer en la literatura
Si pintores y escultores nos muestran a mujer con una imagen serena en el entorno de una familia floreciente, los escritores no dudan en hacerla aparecer como el origen de distintas desgracias y la culpable de varios pecados. Así, citado por Gaston Maspero en Cuentos populares, encontramos las desventuras de de Bytau, un modesto criado de una granja, cuyo hermano Anupu, seducido por la mujer de éste, se rinde al encanto de la hermosa dama… que no vacila en delatarlo después ante Anoupou; la pérfida mujer no parará hasta obtener de su marido el severo castigo del pobre Bytau. Pero ella fue castigada a su vez: Anupu comprende, demasiado tarde, que era el juguete de su mujer, por lo que la mata y arroja su cuerpo a los perros. Guardémonos de una interpretación errónea: la descripción poco aduladora de la mujer en la literatura no significa que sea despreciada: el faraón se beneficia a menudo del mismo tratamiento por los narradores, que le presentan como limitado y fantástico.

El hombre es invitado a cuidar a su mujer; así el escriba Ptahhotep, de la Dinastía III se expresa de la siguiente forma (Papiro Prisse) : “Debes amar a tu mujer de todo corazón, [...], complace su corazón durante todo el tiempo de tu vida”.
El romanticismo está presente en la literatura egipcia, por ejemplo, en un papiro del museo de Leyde: "Yo te tomé como mujer cuando era un joven. Estaba contigo. Entonces conquisté todos los grados, y no te abandoné. No hice sufrir tu corazón. He aquí que lo hice cuando era joven y cuando ejercité todas las altas funciones de faraón, "Vida, Salud y Fuerza", yo no te abandoné, al contrario, dije "Estoy contigo" [...] Mis perfumes, los dulces, la ropa, no los hice para llevárselos a otra [...] Cuándo tú caíste enferma, llamé a un oficial de la salud para que hiciera lo necesario [...] Cuándo yo volví a Menfis, solicité un permiso al faraón, fui al lugar donde te quedaste (la tumba) y lloré mucho [...] Yo no entraré en otra casa [...] Ahora, aquí están las hermanas de la casa, no iré con ninguna de ellas." (citado por Pierre Montet).

Imagen divina
Entre la gran abundancia de divinidades de la mitología egipcia, existen numerosas diosas, como en el caso de Grecia. Estudiar sus símbolos nos indica la imagen que tuvo la mujer a los ojos de los egipcios de la antigüedad.
Como las divinidades griegas, muchas están relacionadas entre sí por lazos de sangre o maritales, como, por ejemplo, Isis y su hermana Neftis, esposas respectivas de Osiris y de Seth, asimismo hermanos. La mujer y su imagen se asocian muy a menudo con la vida y la fertilidad. Este es el caso de la diosa Isis, que se asocia con varios principios: en tanto que esposa de Osiris, que fue muerto por su hermano, se relaciona con los ritos funerarios. Como madre, se convierte en la protección femenina pero, especialmente, como símbolo de la matriz, la que da la vida. Por medio de esta diosa, los principios de la vida y la muerte se unen estrechamente. De hecho, aunque ella esté asociada con los ritos funerarios, es necesario recordar que la meta de estos ritos era evitar al difunto el experimentar una segunda muerte en la otra vida, lo que además explica el alimento descubierto en las tumbas por los arqueólogos. Por otra parte, la vida en su aspecto físico no tiene sentido más que por la muerte, porque ambos principios forman parte de un proceso de renacimiento eterno que es, en un sentido espiritual, el ciclo de la vida. Uno de los símbolos de la diosa es la palmera, el símbolo de la vida eterna: Isis insufla a su esposo muerto el soplo de vida eterna. Esta idea de la vida eterna y de la madurez que refleja Isis, reverenciada como Madre celestial la hará, con el paso del tiempo, la diosa más importante de la mitología egipcia, llevando su influencia a las religiones de diferentes civilizaciones donde su culto se consolidará, especialmente en todo el imperio romano.

Las diosas más influyentes son:
 Isis: La "Gran Maga", la gran diosa Madre, reina de los dioses, diosa de la maternidad y del nacimiento;
 Hathor: La diosa del amor, diosa nutricia, de la danza y las artes musicales, y patrona de los ebrios.
 Bastet: La diosa protectora del hogar.

Reinas
Raras son las civilizaciones antiguas donde la mujer podría alcanzar puestos sociales importantes. En Egipto, no sólo los ejemplos de mujeres como funcionarias de alto rango no son raros, sino que asombra otra vez (por la época), el descubrir a mujeres en la función suprema de faraón. Más que un movimiento feminista, es necesario ver allí una señal de la importancia de la teocracia en la sociedad.

La sociedad egipcia de la antigüedad, como muchas otras civilizaciones de la época, utilizaban la religión como punto de referencia. Así se justificó el derecho al trono de los faraones: en tanto que eran ungidos de los dioses, tenían derecho divino al trono. Generalmente, en las sociedades antiguas la transmisión del derecho a gobernar era por línea masculina: El hijo heredaba el poder, y en el caso en que el rey no hubiera tenido ninguno, el trono recaía en los miembros masculinos más cercanos de la familia, tal como hermanos, primos o tíos. Pero aunque el monarca tuviera hijas, estas no alcanzaban el poder, salvo en el caso de que las hubieran casado con el futuro rey. En la civilización egipcia, esta obligación de transmisión masculina no tuvo ningún valor; la sangre real era el factor de legitimidad divina, el criterio extraordinario para el acceso al trono: esa legitimidad la transmitían las mujeres, por lo que los herederos varones de esposas secundarias se casaban con sus hermanas, hijas de la Gran Esposa Real, que a su vez eran hijas de la anterior Gran Esposa Real. Por eso, la esencia divina podía ser entregada a la Gran Esposa Real, como fue el caso de Nefertiti, casada con Ajenatón. Así, los egipcios prefirieron ser gobernados por una mujer de sangre real (por lo tanto divina según la religión) antes que por un hombre que no la tuviera. Por eso en tiempos de crisis sucesorias, las mujeres tomaban el poder. Es de señalar que en ese caso, la reina faraón adoptaba todos los símbolos masculinos, por lo que existen dudas del sexo de ciertos faraones, que podrían ser o no, mujeres. En la Dinastía XVIII, tras la muerte de Amenhotep I, su sucesor Thutmose I es sólo el hijo de un esposa secundaria del faraón difunto; su matrimonio con Ahmose, hermana de Amenhotep, le permite ser legitimado divinamente. En la generación siguiente, la princesa Hatshepsut, la hija de Thutmose I y de su Gran Esposa Real, permite a Thutmose II, hijo de una esposa secundaria y por lo tanto hermanastro de la princesa, la subida al trono al casarse ésta con él.

No fue raro en Egipto ver a las mujeres ascender al trono, como hizo Hatshepsut, que impidió a su sobrino Thutmose III reinar, o la famosa Cleopatra, Cleopatra VII (69 a 30 a. C.), que expulsó a su hermano Ptolomeo XIII del trono. Fue tan conocida por su "belleza" como por sus amores sucesivos con Julio César y Marco Antonio, dependiendo ambos de ella para legitimar su coronación como reyes de Egipto.

Entre las reinas-faraón más conocidas están:
 Nitocris, de la Dinastía VI,
 Neferusobek de la Dinastía XII,
 Hatshepsut de la Dinastía XVIII,
 Semenejkara de la Dinastía XVIII, aunque existen dudas.
 Tausert de la Dinastía XIX.
 Cleopatra VII de la Dinastía ptolemaica.
Es necesario tener también en cuenta el papel considerable, tanto el aspecto político como en el diplomático, de varias Grandes Esposas Reales:
 Tiy esposa de Amenhotep III, que la hizo Gran Esposa a pesar de no ser de sangre real,
 Nefertiti esposa de Amenhotep IV, fiel colaboradora y posible regente,
 Nefertari esposa de Ramsés II, del que fue consejera.
En el Imperio Nuevo la Gran Esposa Real era investida a menudo de un papel divino: "Esposa del dios", "Mano del dios"; Hatshepsut fue la primera Gran Esposa (de Thutmose II) que recibió este último título.

La mujer en distintas profesiones

Divina Adoratriz
Este título corresponde a ciertas mujeres asignadas al servicio de Amón, igual que las hubo al servicio de la diosa Hathor, Atum, de Min o de Sobek, que fue ostentado por mujeres de distintas categorías. No tenemos información precisa de la función de estas servidoras antes de la Dinastía XXIII, que sólo eran requeridas durante los ritos del culto de Amón. También se las llamaba Mano del Dios y Esposas del Dios, sin que esta unión mística supusiese un impedimento al matrimonio ni a la maternidad. Estaban dotadas de poder espiritual, pero también con un gran poder temporal en Tebas. Bajo el reinado de Ahmose I, la función fue atribuida a la reina Ahmose-Nefertari, que obtuvo el nombre de Esposa del Dios y Mano del Dios, y desde entonces fue ejercida por las Esposas Reales o por sus hijas, adquiriendo tal prestigio, que las reinas debían ser sus descendientes, que a su vez se convertían en nuevas Esposas del Dios. Este sacerdocio femenino pierde importancia en la familia real a partir del reinado de Thutmose IV, disminuyendo el número de adoratrices de Amón, y finalmente asumirán la función de Esposa del dios las princesas y no la reina. A partir de la Dinastía XXVI, estas mujeres fueron parte de los gobernantes de Egipto, administrando el templo de Amón en Tebas con sus grandes posesiones.

Funcionarias
Entre las mujeres que fueron funcionarias de alto rango, se puede citar a Nebet, una chaty de la Dinastía VI. No obstante, es necesario indicar que encontrar una mujer con tal responsabilidad era extremadamente raro, y será necesario aguardar a la Dinastía XXVI para encontrar la misma situación. Excepto en el Imperio Nuevo, donde toda "función pública" fue atendida por varones, las mujeres ocuparon puestos de escriba de diferentes categorías en la administración, cargos muy importantes ya que en sus manos estaba la economía del país.

Plañideras
Eran mujeres a las que se pagaba para que acompañasen al cortejo fúnebre, al que precedían danzando, llorando y lamentándose, en recuerdo del difunto. En el antiguo Egipto, se purificaban previamente masticando natrón, y se perfumaban con incienso; vestían totalmente de blanco o azul y usaban pelucas rizadas de las que se arrancaban los cabellos. También eran llamadas "Cantoras de la diosa Hator".

Empresarias
La mujer egipcia mantenía su independencia después del matrimonio, y podía tener su propio negocio, pudiendo ejercer una amplia variedad de oficios: había comadronas, tejedoras, intendentes; o bien colaboraban con el negocio de su marido, ayudándole. Esto último era particularmente frecuente entre los campesinos, entre los cuales era habitual compartir el trabajo con toda la familia.

Varios
Había más trabajos que desarrollaban las mujeres, como tocar instrumentos musicales o danzar; muchas veces una ocupación de las esclavas del Imperio Nuevo. También, en la casa Jeneret, se enseñaba a las damas de la familia real y a las aristócratas, música y danza.

http://www.ecured.cu/index.php/La_mujer_en_el_Antiguo_Egipto

La mujer en el Antiguo Egipto- Investigación Universidad Jaume
http://www.uji.es/bin/publ/edicions/jfi13/24.pdf

La mujer en el Antiguo Egipto - Nueva Acrópolis Barcelona
http://www.youtube.com/watch?v=1FSnHeSNPzo













Addicted To Love - Robert Palmer

Las luces están encendidas, pero no estás en casa
No eres dueña de tú conciencia
Tú corazón suda, tú cuerpo tiembla
Otro beso es lo que se necesita.

No puedes dormir, no puedes comer
No hay duda, estás en el fondo
Tú garganta está apretada, no puedes respirar
Otro beso es todo lo que necesitas.

Whoa, te gusta pensar que eres inmune a las cosas, oh sí!

Estás más cerca de la verdad cuando dices
 que no puedes conseguir suficiente,
Sabes que vas a tener que enfrentarlo,
eres adicta al amor.

Ves las letras pero no las puedes leer
Estás corriendo a una distinta velocidad
Tu corazón late a doble tiempo
Otro beso y serás mía,

Una pista en la mente
No se pueden guardar
El olvido es todo lo que anhelamos
Si hay algo que queda para tí
No te importa sí es así.

Whoa, te gusta pensar que eres inmune a las cosas, oh sí!

Está más cerca de la verdad decir
que no puedes conseguir suficiente,
Sabes que vas a tener que enfrentarlo,
eres adicta al amor.

Deberías enfrentarlo, eres adicta al amor
Deberías enfrentarlo, eres adicta al amor
Deberías enfrentarlo, eres adicta al amor
Deberías enfrentarlo, eres adicta al amor
Deberías enfrentarlo, eres adicta al amor.

- Solo de guitarra -

Las luces están encendidas, pero no estás casa
No eres dueña de tú conciencia
Tú corazón suda, los dientes tiemblan
Otro beso y serás mía.

Whoa, te gusta pensar que eres inmune a las cosas, oh sí!

Estás más cerca de la verdad cuando dices
que no puedes conseguir suficiente,
Sabes que vas a tener que enfrentarlo,
eres adicta al amor.

Deberías enfrentarlo, eres adicta al amor
Deberías enfrentarlo, eres adicta al amor
Deberías enfrentarlo, eres adicta al amor
Deberías enfrentarlo, eres adicta al amor
Deberías enfrentarlo, eres adicta al amor.


SOLEÁ DEL AMOR DESPRENDÍO
(Manuel Benitez Carrasco )

«Mira si soy desprendío
que ayer, al pasar el puente,
tiré tu cariño al río».


Y tú bien sabes por qué
tiré tu cariño al río:
porque era hebilla de esparto
de un cinturón de cuchillos;
porque era anillo de barro
mal tasao y mal vendío,
y porque era flor sin alma
de un abril en compromiso,
que puso, en zarzas y espinas,
un fingimiento de lirios.

Tiré tu cariño al río,
porque era una planta amarga
dentro de mi huerto lírico.

Tiré tu cariño al agua,
porque era una mancha negra
sobre mi fachada blanca.

Tiré tu cariño al río
porque era mala cizaña
quitando savia a mi trigo;

y tiré todo tu amor,
porque era muerte en mi carne
y era agonía en mi voz.

Tú fuiste flor de verano,
sol de un beso, luz de un día;
yo te cuidaba en mi mano,

y en mi mano te acunaba,
y tu, por pagarme, herías
la mano que te cuidaba.

Pero al hacerlo, olvidabas
(tal vez por ingenuidad),
que te di mis sentimientos
no por tus merecimientos
sino por mi voluntad.

Yo no puse en compraventa
mi corazón encendío;
y has de tener muy en cuenta

que mi cariño no fue
ni comprao ni vendío,
sino que lo regalé.

Porque yo soy desprendío;
por eso te di mi rosa
sin habérmela pedío.

Porque yo soy desprendío
y doy las cosas sin ver
si se las han merecío.

Por eso te di mi vela,
te di el vino de mi jarro,
las llaves de mi cancela
y el látigo de mi carro.

Ya ves si soy desprendío
que ayer, al pasar el puente,
tiré tu cariño al río.


Fantasía en Fa menor (Schubert)

La Fantasía en Fa menor de Franz Schubert, D.940 (Op. posth. 103), para piano a cuatro manos, es una de las composiciones para más de un pianista más importantes de Schubert, así como una de las más importantes de toda su obra. Schubert la compuso en 1828, el año de su muerte, y la dedicó a su discípula, Karoline Esterházy.

El musicólogo Christopher Gibbs ha descrito la obra como "no sólo su mejor obra sino su más original" composición para dúo de piano.

Historia
Schubert empezó a componer la Fantasía en enero de 1828 en Vienna. Terminó la obra en marzo de ese año, y su primera interpretación pública tuvo lugar en mayo. Un amigo suyo, Eduard von Bauernfeld, escribió en su diario el 9 de mayo que un memorable dueto fue interpretado por Schubert y Franz Lachner. Dedicó la obra a Karoline Esterházy, un amor no correspondido.
Schubert murió en noviembre de 1828. Tras su muerte, sus amigos y familiares impulsaron la publicación de ciertas obras suyas. Esta Fantasía fue una de esas obras, y en marzo de 1829 fue editada por Anton Diabelli. El manuscrito original se conserva en la Biblioteca Nacional de Austria.

Estructura
La Fantasía está dividida en cuatro movimientos que se presentan interconectados e interpretados sin pausa entre ellos. Una interpretación habitual suele durar unos 20 minutos.
1. Allegro molto moderato
2. Largo
3. Scherzo. Allegro vivace
4. Finale. Allegro molto moderato
La idea de una fantasía con cuatro movimientos conectados también aparece en la Wanderer-Fantasie, y representa un punto estilístico entre la forma sonata tradicional y la forma libre del poema sinfónico. La estructura básica de las dos fantasías es esencialmente la misma: Allegro, movimiento lento, scherzo, allegro con una fuga. La forma de esta obra, con su relativamente ordenada estructura (más que las fantasías de Beethoven y Mozart), resultó influyente en la obra de Franz Liszt, quien compuso arreglos de la Wanderer Fantasie en un concierto para piano, entre otras transcripciones de la música de Schubert.

Primer movimiento
La obra comienza con una lírica melodía con un ritmo con puntillo, reminiscencia del estilo húngaro.8 El tema aparece en Fa mayor, antes de repetir brevemente en Fa menor, y modular a un sombrío, casi propio de un funeral, segundo tema. Tras desarrollar ambos temas, vuelve a una versión del segundo tema en Fa mayor, que modula a Fa♯ menor, marcando el inicio del segundo movimiento.

Segundo movimiento
El segundo movimiento empieza con un enérgico y turbulento fortissimo tema en Fa♯ menor. A partir del largo, el tema con doble puntillo conduce a un ambiente con tensión, para continuar con un segundo tema más callado y lírico. Más adelante, reaparece el primer tema, terminando en la tonalidad de Do♯ mayor. Schubert había escuchado recientemente el Concierto para violín No. 2 de Paganini, y el segundo movimiento inspiró estos temas.

Tercer movimiento
Siguiendo al agitado segundo movimiento en Fa♯ menor, el tercer movimiento se presenta como un Allegro Vivace brillante en la misma tonalidad. Recuerda a otras obras del propio compositor, como los scherzos de los tríos para piano de esta misma época. Tras un delicado trío en Re mayor, el scherzo vuelve, en Fa♯ menor por unos momentos, pues la repetición del tema varía de La mayor a Fa♯ menor. Finalmente termina con octavas en Do♯ que conducen a una modulación de vuelta a Fa menor.

Finale
El finale comienza con una repetición del primer tema del movimiento inicial, tanto en Fa menor como en Fa mayor, antes de introducir una transición a una fuga basada en el segundo tema. La fuga construye un clímax que terminará abruptamente en Do mayor, la dominante, en lugar de resolver en Fa mayor o menor. Tras un compás de silencio, el primer tema se repite brevemente, conduciendo rápidamente a los últimos acordes, que recuerdan al segundo tema, que darán lugar a un tranquilo final.9 Ha sido denominada como "la cadencia más destacable de toda la obra en su conjunto de Schubert" ("the most remarkable cadence in the whole of Schubert's work,"), por la maestría a la hora de condensar los dos temas en los últimos ocho compases de la Fantasía.10

Wikipedia

Fantasía Schubert- Richter & Britten


Johann Sebastian Bach. Sonata Nº 4 para Violín y Piano en Do Menor BWV 1017


En octubre de 1774, Carl Philipp Emanuel Bach, el quinto hijo de Johann Sebastian Bach y clavecinista de la corte de Federico II de Prusia, escribió: “Las seis sonatas para violín y clavecín obbligato están entre los mejores trabajos de mi  difunto padre querido. Suenan muy bien, incluso ahora, y me causan mucho placer, a pesar de  tener más de 50 años. Contienen algunos Adagios que no se podrían escribir de una manera más cantábiles si fueran compuestos hoy.”

Bach compuso estas sonatas cuando estaba al servicio del príncipe Leopold en Cöthen. De esa época, entre 1717 y 1723, son sus obras instrumentales más importantes y en ellas convergen distintas técnicas compositivas. Sin duda alguna, en estas seis sonatas la influencia más fuerte proviene del estilo italiano.

A continuación, de Johann Sebastian Bach, la Sonata para Violín y Clavecín en Do Menor BWV 1017, en la interpretación de Yehudi Menuhin en violín y Glenn Gould en piano. 


http://elmiradornocturno.blogspot.com.ar/2014/02/johann-sebastian-bach-sonata-n-4-para.html


martes, 11 de noviembre de 2014

Vaivén – Octavio Paz

                              1

Vuelve a la noche,
racimo de horas sombrías;
córtalo, come el fruto de tiniebla,
saborea la ignorancia


                              2

Con orgullo de árbol
plantado de pleno torbellino
te desvistes
                       con el gesto del agua
saltando de la peña
abandonas tus cuerpos
con los pasos sonámbulos del viento
te arrojas en el lecho
con los ojos cerrados
buscas tu más antigua desnudez


                              3

Caigo en ti con la ciega caída de la ola
tu cuerpo me sostiene como la ola que renace
el viento sopla afuera y reúne las aguas
todos los bosques son un solo árbol

Navega la ciudad en plena noche
tierra y cielo y marea que no cesa
los elementos enlazados tejen
la vestidura de un día desconocido


                              4

Desierto inmenso y fuente secreta
balanza del silencio y árbol de gemidos
cuerpo que se despliega como la vela
cuerpo que se repliega como la brasa
corazón que desgajo de la noche
escorpión que se clava en mi pecho
sello de sangre sobre mis años de hombre


                              5

(Hago lo que dices)

Con un Sí
la lámpara que te guía a la entrada del sueño
Con un No
la balanza que pesa la falacia y la verdad del deseo
Con un Ay
el hueso floreciendo para atravesar la muerte


                    6

(Hoy, siempre hoy)

Hablas (se oyen muchas lluvias)
no sé lo que dices (una mano amarilla nos sostiene)
Callas (nacen muchos pájaros)
no sé adónde estamos (un alveolo escarlata nos encierra)
Ríes (las piernas del río se cubren de hojas)
no sé adónde vamos (hoy es ya mañana en mitad de la noche)

          Hoy que se abre y se cierra
          nunca se mueve y no se detiene
          corazón que nunca se apaga
          Hoy (un pájaro se posa
          en una torre de granito)
          Siempre es mediodía

De: Salamandra

OCTAVIO PAZ

                                                                    Vaivén - Octavio Paz
VENUS, VULCANO Y MARTE - TINTORETTO (1555)

En el trío de los grandes pintores venecianos del siglo XVI , Tintoretto representa las  tendencias manieristas más decididamente que Tiziano o Veronés .
Jacobo Robusti, llamado Tintoretto por el oficio de su padre le llamaban ( tintoreto ) se formó en el taller de Tiziano .

En 1539 es mencionado maestro por primera vez. Entre 1548 y 1563 pinta varios lienzos de gran tamaño con escenas de milagros de San Marcos .

Las representaciones se caracterizan por una vehemencia de la acción, desconocida hasta entonces en la pintura veneciana y conseguida mediante violentos escorzos y movimientos exagerados.

También fue una novedad en Venecia el enérgico modelado del cuerpo, que excede los hallazgos de Miguel Ángel. Luces trémulas interrumpen la continuidad de la superficie.

No sabemos si Tintoretto estuvo en Roma pero existen datos de que en obras posteriores utilizó temas de la Antigüedad clásica y también de Miguel Ángel y Giambologna. En sus últimas obras la luz adquiere cada vez un papel más importante.

Según un informe de Marco Boschini, Tintoretto montaba cada vez un escenario semejante al espacio del cuadro, colocaba figurillas de cera a modo de prueba e iluminaba el conjunto para estudiarlo.

De 1564 a 1587 el pintor está ocupado con la decoración de la Scuola di San Rocco El extenso ciclo nos da una idea de la importancia del pintor. Junto a magníficos trabajos, se encuentran otros en los que predomina el efecto virtuoso. Sin embargo hay que contar con la participación de un gran taller, ya que Tintoretto, con una energía inagotable, acaparó un encargo tras otro.

El amor entre Venus y Marte representado por Botticelli como amor ideal siguiendo la filosofía neoplatónica adquiere en la pintura del siglo XVI un fuerte componente erótico.

Es característico  del temperamento de Tintoretto, tendiente a la  escenificación dramática, que no escoja como tema la unión entre los amantes, sino su descubrimiento por el anciano esposo de Venus, Vulcano,

Representado en movimiento, Vulcano descubre el pubis de Venus , mientras que Marte se esconde debajo de la cama.  El espacio se abre desde el primer plano izquierdo hacía el fondo a la derecha, con una asimetría acentuada.

Esta dirección queda subrayada por la reducción del muro y la posición de Cupido, así como la perspectiva de las baldosas que llevan a la habitación contigua .

De igual modo, el espejo sugiere una ampliación del espacio uniéndose con tres figuras principales en una nueva diagonal.

Además el espejo tiene una segunda e importante función: completa la figura de Vulcano, muy especial ya por el momento hasta formar una "escultura " visible de todos  los lados. Una impresión reforzada que denota el estudio de Miguel Angel .

Contrasta con ella la figura áspera, casi masculina de Venus, para la que pudo servir de modelo la Andrómeda de Tiziano.

En la composición, Venus es un contrapeso a la fuerte diagonal.

http://pinturasdiversas-demeza.blogspot.com.ar/2012/05/venus-vulcano-y-marte-de-tintoretto.html





                                                                Tintoretto