jueves, 23 de octubre de 2014

La tragedia de Bizet


El trágico Georges Bizet, sin duda el genio operístico más grande de Francia, nació en París el 25 de octubre de 1838. Provenía de una familia de músicos, de manera que a nadie le sorprendió que a los 17 años escribiera una sinfonía encantadora... que no se ejecutó hasta ochenta años más tarde. Tal vez fuera ésa su desgracia: que nada de lo que hizo en su (breve) vida pareció sorprender a nadie. Ni cuando ganó a los 19 años el Premio de Roma, ni cuando compuso a los 25 la bella ópera Les pécheurs de perles. Tampoco cuando compuso en 1863 La jolie filie de Perth, ni cuando escribió en 1872 la magnífica Djamileh, ni siquiera cuando, a los 37 años, compuso la obra maestra de la ópera francesa, Carmen. El público que asistió al estreno, el 3 de marzo de 1875, fecha que se debería escribir con letras doradas (¿o negras?) en el Gran Libro de la Ópera, no percibió en absoluto lo histórico del momento. Tampoco se dio por enterado de la no menos genial música para la L'arlesienne de Daudet, que sonaba por primera vez ese mismo año. Y por último tampoco comprendió la importancia de la temprana muerte de Bizet, ocurrida en París el 3 de junio de 1875, sólo tres meses después de la presentación de Carmen.

No tiene sentido discutir con los médicos acerca de este temprano fallecimiento. Por supuesto, el joven de 37 años no murió a causa de la indiferencia del público, indiferencia que aquel 3 de marzo debió de sentir de una manera atroz. No fue una muerte cuya causa se pueda diagnosticar. Está claro que la causa fue otra: una angina, mal que ya había sufrido y superado varias veces. Pero actualmente no se puede dudar de que las depresiones del ánimo minaron su capacidad de resistencia; y de que sólo así pudo la enfermedad ejercer su poder mortífero.

Carmen

Fuente: El importante autor francés Prosper Mérimée (1803-1870) escribió, bajo la impresión que le produjo un viaje por España efectuado en 1830, la novela Carmen, que apareció en 1845 primero en una revista (la Revue des Deux Mondes) y luego en forma de libro.

Libreto: Los destacados hombres de teatro Henri Meilhac (1831-1897) y Ludovic Halévy (1834-1908) intuyeron el intenso dramatismo de este argumento y, aunque siguieron al pie de la letra algunas escenas de la novela de Mérimée, dieron una forma nueva a detalles importantes. No sólo inventaron el personaje de Micaela, que convirtieron en complemento de Carmen, sino que eliminaron muchas figuras secundarias (por ejemplo un marido de Carmen), inventaron lugares (como la plaza de toros del último acto), hicieron del último amante de Carmen un torero (en vez de un ayudante secundario del matador); pero sobre todo atenuaron de manera visible el ambiente criminal de Carmen (sólo quedó el contrabando como acción contraria a la ley) y dieron, de manera decisiva, mayor valor al carácter de Carmen (que ya no es, como en la novela, una ladrona y una criatura superficial, incluso instigadora de un crimen). Surgió así uno de los mejores libretos de ópera: cautivador, lleno de suspense, humanamente conmovedor, psicológicamente fascinante y en consecuencia efectivo como obra de teatro.

Música: Una obra maestra inolvidable. Raras veces logra un compositor dar forma simultáneamente a las grandes líneas y al detalle más pequeño. Bizet lo consiguió en esta ópera, y además con un estilo totalmente personal, que no sigue ni a Wagner ni a Verdi (hazaña de la que muy pocos músicos de la época fueron capaces). La melodía, la armonía, el ritmo y la instrumentación son igualmente perfectos en belleza y fuerza expresiva.

En toda la partitura no hay un solo compás vacío, ninguna fórmula convencional, ninguna parte mediocre. Tanto las voces solistas como los conjuntos y los coros son impresionantes y están llenos de autenticidad. Se podría demostrar en cientos de pasajes. Qué fuerza posee la última frase de José convertido en asesino (por mencionar un ejemplo que no es el más consistente). Qué abismal desesperación hay en ese par de notas. Qué profundo amor en el dúo de Carmen y Escamillo, en el acto cuarto. Qué ingeniosa picardía en el quinteto de contrabandistas. Qué expresión de odio en la escena de celos de José, al final del acto tercero. Qué maestría en la descripción del paisaje, en el preludio del mismo acto. Qué sentido del dramatismo en el contrapunto de la trompeta y el baile con castañuelas de Carmen, en el acto segundo, y en la estremecedora combinación del motivo de la muerte con el júbilo de la multitud enardecida en la plaza, en el acto cuarto. Qué delicadeza en el epílogo orquestal del dúo de José y Micaela (en el primer acto) y en el «aria de la flor» de José. Pero ¿para qué seguir enumerando? Los aciertos de esta partitura son inagotables. Y Bizet resultó ser al mismo tiempo (caso poco frecuente) un lírico, un dramaturgo y un humorista del más alto nivel.

Es comprensible que el papel titular, Carmen, sea uno de los más codiciados del repertorio operístico, de manera que no nos sorprende que, además de las mezzosopranos (en cuyo registro se encuentra en realidad), también las sopranos y contraltos hayan tratado de adueñarse de él. Realmente ofrece mucho a las actrices con personalidad y espíritu que además posean belleza y una voz interesante, aunque no sea espectacular.
Otros tres papeles son de decisiva importancia: el del tenor dramático José, el del barítono Escamillo y el de la soprano Micaela, con una voz pura como una campanilla. Una tarea magnífica para un director de escena, atractiva para un escenógrafo imaginativo y fascinante para un director de orquesta.

Historia: Bizet menciona por primera vez en 1872 un encargo de la Opera Comique de París, pero es posible que el tema no se decidiera entonces, porque habla de una «ópera ligera». Apenas se conocen detalles sobre la composición de Carmen. Es posible que se acabara en 1874 y que la orquestación se preparase en dos meses tan sólo. Los primeros ensayos tuvieron lugar en octubre de ese año. Tanto la orquesta como el coro, y también algunos cantantes aislados, protestaron varias veces por la «modernidad» de la obra. Parece que Bizet estuvo dispuesto a llevar a cabo importantes cambios a causa de la presión que se ejerció sobre él. Es posible que al principio no hubiera ninguna aria, excepto el «aria de la flor» de José: al parecer, Bizet añadió durante los ensayos la habanera, la canción del torero y el aria de Micaela. Sin embargo, nada de esto pudo salvar el estreno: el 3 de marzo de 1875 el público se mostró extrañado, indiferente, frío. Sería erróneo hablar de fracaso completo; tal vez hubiera sido preferible. Pero precisamente esa indiferencia creciente conforme avanzaban los actos hizo que el compositor cayera en la desesperación, de lo cual algunos testigos presénciales dejaron constancia. Tres meses más tarde, Bizet había muerto. Su amigo Ernest Guiraud compuso recitativos (para sustituir los pasajes en prosa del original); de esa manera, la obra, traducida al alemán por Julius Hoppe (que escribía con el seudónimo de D. Louis), y con títulos que rápidamente se hicieron muy populares, incluso proverbiales («El amor viene de los gitanos», «Torero, al ruedo», etc.), fue clamorosamente aclamada en la Hofoper de Viena el 23 de octubre de 1875; había comenzado la conquista del mundo, conquista en la que muy pocas obras en la historia de la ópera pueden competir. El papel de Carmen se convirtió en uno de los más deseados; todas las grandes cantantes (y muchas no tan grandes) lo han interpretado en miles de representaciones. Y es curioso que lo hayan intentado representantes de todos los registros: sopranos, mezzosopranos y contraltos.




miércoles, 22 de octubre de 2014

SI TÚ ME OLVIDAS – Pablo Neruda


Quiero que sepas
una cosa.
Tú sabes cómo es esto:
si miro
la luna de cristal, la rama roja 
del lento otoño en mi ventana, 
si toco
junto al fuego 
la impalpable ceniza
o el arrugado cuerpo de la leña, 
todo me lleva a ti, 
como si todo lo que existe, 
aromas, luz, metales, 
fueran pequeños barcos que navegan 
hacia las islas tuyas que me aguardan.
Ahora bien, 
si poco a poco dejas de quererme
dejaré de quererte poco a poco.
Si de pronto
me olvidas
no me busques,
que ya te habré olvidado.
Si consideras largo y loco 
el viento de banderas 
que pasa por mi vida 
y te decides
a dejarme a la orilla
del corazón en que tengo raíces,
piensa
que en ese día,
a esa hora
levantaré los brazos
y saldrán mis raíces
a buscar otra tierra.
Pero
si cada día, 
cada hora
sientes que a mí estás destinada 
con dulzura implacable.
Si cada día sube 
una flor a tus labios a buscarme, 
ay amor mío, ay mía, 
en mí todo ese fuego se repite, 
en mí nada se apaga ni se olvida, 
mi amor se nutre de tu amor, amada, 
y mientras vivas estará en tus brazos 
sin salir de los míos.



Canciones con historia: Argentina “En mi cuarto” Vivencia

Vivencia es un influyente dúo acústico de rock argentino formado en Buenos Aires en el año 1972 por Eduardo Fazio y Héctor Ayala, hijo del celebre músico del mismo nombre.

Historia
Este dúo acústico compuesto por Eduardo A. Fazio y Héctor L. Ayala (h), ambos en guitarra y voz, debutó en el año 1972 con la obra conceptualtitulada Vida y vida de Sebastián, que estaba escrita en formato operístico y narraba la vida de este personaje desde su nacimiento. Entre sus temas más conocidos figuran: Los juguetes y los niños y Mi cuarto son clásicos del rock nacional argentino. Su segundo álbum de estudio Mi cuarto de 1973, fue el más exitoso del dúo y se ha convertido en un clásico de la década de 1970. A partir de ese inesperado suceso, el dúo nunca supo cómo continuar su carrera en forma exitosa, por lo que se limitaron a repetirse musicalmente.

Nuestra propuesta siempre apuntó a lo humanístico y lo espiritual. Es ahí donde se conjuga lo social, lo político y lo económico, explica Ayala,quien describe el clima de la época: Cada dúo o solista, cada grupo, tenía su propuesta. Fue una etapa tan heterogénea y rica.
Héctor Ayala.

En el año 1980 y luego de tres discos que no tuvieron demasiada repercusión, editaron una nueva obra conceptual de la que participaron músicos como Oscar Cardozo Ocampo, Machi Rufino y Diego Rapoport (Spinetta Jade), entre otros. Luego de la publicación de "Pare y escuche", en 1983, el dúo se disolvió.
A inicios de la década de 1990, Héctor Ayala se radicó en los Estados Unidos, retornando en el año 2000 y retomando las presentaciones en público del dúo. En el año 2005, Ayala y Fazio regresaron al ruedo con la edición de un álbum en vivo y con una serie de presentaciones en escenarios de la Capital Federal y el Gran Buenos Aires. El disco Vivencia en vivo, contiene trece de los más grandes éxitos de su carrera como Soltería de Julieta, La opción, Con un brazo en el hombro,Pequeño pasajero, Pupitre marrón, Chico se fue tu vida y Natalia y Juan Simón. La placa incluye además un popurrí de la Opera Rock Vida y vida de Sebastián, su primer disco.

Integrantes
Eduardo Fazio: Guitarra y Voz
Héctor Ayala: Guitarra y Voz

Discografía
1. Vida y vida de Sebastián (1972)
2. Mi cuarto (1973)
3. Sensitivo (1977)
4. Vivencia (1978)
5. Azules de otoño (1979)
6. Los siete pecados capitales (1980)
7. El libro de las pequeñas historias (1981)
8. Pare y escuche (1983)
9. En vivo (2005)

Wikipedia




IN YOUR ROOM - Bangles

Déjame entrar en tu habitación
He visto el resto de ti
Pero sé que hay algo más en tu habitación
Estoy justo afuera de tu puerta
Muéstrame cosas que nunca has mostrado antes

Unas cuantas fotos de tu pasado
Y esas paredes que pintaste de de negro
Y los secretos que guardas debajo de la cama
Todo lo que tienes que hacer es dejarme entrar a tu habitación
Puedes ser tú mismo

No tienes que esconderte de mí, no voy a decir
Sé que todos en los que alguna vez has confiado te han defraudado
Si no quieres salir y mostrarme ...
Muéstrame

Unas cuantas fotos de tu pasado
Y esas paredes que pintaste de negro
Y los secretos que guardas debajo de la cama
Todo lo que tienes que hacer es dejarme entrar a tu habitación

Conoces cada parte de mí
Te dejo entrar, te dejo ver
Todo el color oscuro y ventilado de mi habitación
Déjame hacer eso para ti

Dime todo acerca de tu pasado
¿Por qué pintaste las paredes de negro?
Nena todo está bien, estas a salvo aquí conmigo
Abre para que pueda ver

Unas cuantas fotos de tu pasado
Y esas paredes que pintaste de negro
Y los secretos que guardas debajo de la cama
Una carta sin abrir de tu papá
Un poster de tu banda favorita

No importa Voy a tomar cada parte de ti
Todo lo que tienes que hacer ...
es dejarme entrar a tu habitación

Déjame entrar en tu habitación ...


El Narrador de cuentos: La Verdadera Novia


Basada en Al este del Sol y al oeste de la luna, un cuento popular noruego parte del NorskeFolkeeventyr.

Un Ogro, padre de una hija, que ésta lo abandonó, buscó a otra muchacha para que la reemplace y acompañarlo noche y día. Esta chica era Anja, una huérfana de padre y madre quien se le fue asignada tareas imposibles por el malvado Ogro, y si no lo hacia, era castigada con la "vara de las contradicciones". Un día, Anja pide un deseo, y este, fue escuchado por el León Pensativo, un espléndido ser de color blanco que ayuda a Anja a completar sus tareas imposibles, como la de construir un Castillo para el Ogro, y que de paso, es castigado por este mismo.

Cuando por fin es libre Anja, ella se queda con el castillo y con el tiempo, encuentra a su amor verdadero, pero, algo no sucede bien, porque su prometido desaparece, y al no regresar por mucho tiempo, Anja se propone encontrarlo sin imaginar, que su esposo, está en manos de la malvada hija del Troll.


http://elnarradordecuentosonline.blogspot.com.ar/2012/10/la-verdadera-novia.html




Amarantine – Enya

Sabes que cuando dejas tu amor salir
Abre tu corazón, todo es nuevo
Y sabes que el tiempo siempre encontrará una manera
Para que tu corazón crea que sea verdad

Sabes que el amor es todo lo que dices
Un susurro, una palabra, las promesas que das
tú lo sientes en los latidos del día
tú sabes que esta es la forma como el amor es

Amarantine
Amarantine
Amarantine
Es el amor, el amor, el amor ...

Amarantine
Amarantine
Amarantine
Es el amor, el amor, el amor ...

Sabes el amor a veces te hace llorar
Así que deja las lágrimas ir, ellas fluirán lejos
Porque sabes que el amor siempre te permite volar
Hasta el punto que un corazón puede volar

Amarantine
Amarantine
Amarantine
Es el amor, el amor, el amor ...


Amarantine
Amarantine
Amarantine
Es el amor, el amor, el amor ....

Amarantine
Amarantine
Amarantine
Es el amor, el amor, el amor.

Tú sabes cuando el amor está brillando en tus ojos
Puede ser las estrellas que caen desde arriba.
Y sabes que el amor está contigo cuando te levantas,
De noche y de día pertenece el amor


Hermano humo – José Pedroni

Humo de abrojillo que al rayar el día
trepas ágilmente por la chimenea,
y sobre el tejado corres de alegría
para que te vea;
humo de abrojillo,
el menos fragante, pero el más sencillo
entre los cien humos que tiene la aldea.


Humo de abrojillo, fiel humo de yuyo:
lo que es tuyo es mío, lo que es mío es tuyo.


De noche, en el lecho todo plegadizo
que su cuerpo aroma,
_su mano en mi mano_
vigilo su sueño que es asustadizo
como una paloma;
y cuando me marcho, tú que eres mi hermano,
fiel humo de invierno,
te quedas con ella.
Así, como un grano,
partimos el goce de su beso tierno
que es nuestra alegría:
yo de estrella a estrella
y tú todo el día.

Humo de mi fuego, que es el más escaso,
ese olor humilde que tienes _acaso
no hueles a nada_,
sin querer en todo lo dejas de paso:
en mi mesa pobre,
en el mismo cobre
del caldero limpio, que es como un espejo,
en la red colgada,
en el pan del día
y en mi traje viejo.
Y oliendo estas cosas,
fiel humo que acaso no hueles a nada,
yo siento en el alma la misma alegría
que si oliera rosas.

Humo envejecido
que al sentir la llama te escapas del yuyo
como perseguido:
todo lo ligero, todo lo apagado,
es hermano tuyo:
el polvo aventado,
el pañuelo roto visto en el momento
de la despedida,
la tela de araña desgarrada al viento,
la rosa sin vida
que se nos deshoja,
la neblina floja
por la calle abierta,
la barba del viejo sentado a la puerta,
la sombra del árbol con cuya seroja
mi casa sahúmo,
y este verso mío que también es humo.

A Baldomero Fernández Moreno