Glazunov pertenecía a la que alguna vez se dio en llamar la "segunda generación" de compositores rusos. El siguió y en gran medida continuó la obra de los "Cinco Magníficos" -Mussorgsky, Rimsky-Korsakov, Borodin, Balakirev y Cui- y su contemporáneo Chaikovski.
Esta primera generación había bregado, tanto en sus composiciones como en sus actividades profesionales, para establecer una escuela nacional de composición rusa. Estaban interesados en determinar hasta qué punto su música debía ser como la de Occidente (principalmente Alemania e Italia), y en qué medida debía usar expresiones y armonías colorísticas y orquestaciones del folclore ruso nativo. Fue amplia la gama de opiniones y los compositores de la primera generación sucumbieron en diferentes grados a la tentación de imitar a sus colegas occidentales. Sin embargo, lograron construir un repertorio sinfónico nativo. Para cuando Glazunov llegó a su madurez, la batalla por lograr un estilo autóctono ya había sido ganada.
Varios factores contribuyeron a la posterior decadencia del nacionalismo ruso durante la vida de Glazunov. En la medida en la que los europeos occidentales se volvieron más conscientes del espíritu nacionalista ruso, la fecundación mutua fue inevitable, Los viajes eran entonces más fáciles y el nacionalismo, que había alcanzado su punto culminante alrededor de 1860, estaba enfrentándose a la violenta embestida del internacionalismo traído a Moscú y San Petersburgo por los viajeros de Occidente. Además, la antigua generación se moría. Para 1890 habían fallecido los novelistas Dostoievsky y Turgeniev y ya estaban escritas la mayoría de las obras principales de Tolstoi. El liberalismo cultural del siglo XIX estaba empezando a dar paso al conservadurismo del siglo XX. En música, Chaikovski escribía sus últimas obras, Rimsky-Korsakov se estaba convirtiendo en un pedante académico que enseñaba a sus estudiantes principalmente los clásicos alemanes, y Borodin y Mussorgsky habían muerto. El futuro de la música rusa quedó en manos de Glazunov y sus contemporáneos Taneyev, Arensky, Ippolitov-Ivanov y Liadov,
Estos compositores no tuvieron que luchar para establecer la validez de su arte; la heredaron. No tuvieron que forjar un nuevo estilo; eso también les fue entregado. De manera que no crearon música con la desenfrenada vitalidad que emana de crear un idioma nuevo. Su tarea fue más bien reconciliar el nacionalismo ruso con las tradiciones de la música occidental de los siglos anteriores. Esto constituyó más un desafío intelectual que espontáneo y no es sorprendente que muchos de estos compositores se hayan recluido en el academicismo. Tampoco es sorprendente que en este deseo de integración con Europa occidental estuviera implícita la semilla de la destrucción del nacionalismo ruso. Es típico de su generación que la mayoría de las obras importantes de Glazunov hayan sido escritas antes de que cumpliera los cuarenta años y que sus últimas piezas sean menos coloridas y menos entusiastas que las anteriores. El Concierto para Violín es prácticamente su última obra compuesta antes del principio de esta decadencia.
Glazunov tenía un gran talento. Empezó a componer a la edad de 11 años. A los 14 tomaba lecciones con Rimsky-Korsakov, quien decía que este joven discípulo progresaba "no día a día sino hora a hora". Cuando Glazunov tenía 16 años, presentó su primera sinfonía. Su profesor informó: "El público quedó anonadado al verle aparecer vestido con su uniforme de escuela secundaria para agradecer los aplausos. Pero hubo algunos pocos rezongos de parte de la crítica. Y caricaturas en los diarios describiendo a Glazunov como un niño de pecho. Corría el rumor de que la sinfonía no había sido escrita por él sino encargada por sus padres, que eran ricos, a 'ya sabes quién'."
Como consecuencia de este estreno, Glazunov se convirtió, a pesar de su juventud, en miembro de un círculo informal que incluía a los compositores más importantes de Rusia. En 1884 viajó a Alemania, donde Liszt se sintió impresionado por una interpretación de ia Primera Sinfonía. Glazunov fue cautivado por las innovaciones de la música de Liszt, Wagner y Brahms y, como resultado de su estudio de esas partituras, el nacionalismo ruso de sus propias obras dio lugar a un estilo algo más internacional.
Unos pocos años después, cuando murió su amigo Borodin, Glazunov asumió la tarea de terminar y editar varias de sus obras inconclusas. Glazunov pudo escribir de memoria la Obertura de Príncipe Igor, que le había escuchado interpretar a Borodin una vez en el piano.
En 1899 Glazunov fue nombrado profesor en el Conservatorio de San Petersburgo. Compuso su Concierto para Violín, que dedicó al gran violinista Leopold Auer, en 1904. La obra fue estrenada, primero en Inglaterra por el joven Mischa Elman y luego en Rusia por Auer, en 1905. Ese mismo año Glazunov renunció al Conservatorio como protesta por el despido de Rimsky-Korsakov, que había sido destituido por simpatizar con los estudiantes en huelga. Ambos hombres fueron nuevamente nombrados después de unos pocos meses y Glazunov se convirtió en director del Conservatorio. Estaba entonces en la cúspide de su fama: su música se interpretaba en muchos países, había viajado por Occidente y había recibido doctorados honorís causa por las Universidades de Cambridge y de Oxford.
La vida agitada de administrador académico se cobró su tributo. Las obras de Glazunov perdieron mucho, tanto en cantidad como en calidad después de que asumió la dirección del Conservatorio. Sin embargo ocupó ese cargo hasta 1930. Fue un profesor dedicado y ayudó a muchos estudiantes, incluso a Prokofiev y Shostakovich. Con el tiempo, sin embargo, llegó a ser considerado por los estudiantes del Conservatorio como irremediablemente pasado de moda. Su cargo se había convertido en el de un guardián de la tradición contra la amenaza de modernistas occidentales, tales como Stravinsky, Schoenberg, Strauss y Mahler.
La Revolución Rusa de 1917 dificultó la vida de Glazunov. Fue obligado a mudarse, con su anciana madre, a un apartamento de dos habitaciones sin calefacción. Allí, el famoso compositor recibió a muchos distinguidos visitantes, incluyendo al autor H. G. Weíis. Este recordaba: "[Glazunov] solía ser un hombre grande y rubicundo, pero ahora estaba pálido y muy debilitado, de modo que su ropa le quedaba floja... Me dijo que todavía componía pero que sus reservas de papel con pentagrama para la música estaban casi agotadas." A pesar de sus penurias Glazunov se mantuvo activo como director, administrador y compositor.
En 1928 obtuvo permiso para ausentarse del Conservatorio y viajar a Occidente. Fue como director invitado a muchos países, incluyendo Estados Unidos. Como su salud se estaba deteriorando, renunció al Conservatorio y permaneció en París los últimos años de su vida.
La estructura del Concierto para Violín muestra la influencia de Liszt. Como el Segundo Concierto para Piano de Liszt, la obra de Glazunov está escrita como un solo movimiento extenso que contiene secciones correspondientes al concierto tradicional de tres movimientos. El primer "movimiento" es interrumpido después de la exposición de los temas principales por un "movimiento" lento en la distante clave de Re bemol mayor. Después de este andante se reanuda el "movimiento" de la apertura con un desarrollo de sus temas, que culmina en una cadencia escrita en su totalidad. En lugar de la recapitulación de los temas de la apertura, la música se convierte en un rondó que hace las veces de final.
El concierto es un buen ejemplo de la inclinación que Glazunov sentía por los temas tanto rusos como occidentales. Los temas tienen, en efecto, ecos lejanos de melodías folclóricas rusas, pero la manera de su desarrollo es más intrincada que en la mayor parte de la música sinfónica rusa del siglo XIX. El "movimiento" final, sin embargo, se aproxima más a la música nacionalista de Borodin, por ejemplo. Esta sección tiene una gran riqueza de melodías maravillosas, nuevamente con más de un atisbo en ellas de la vieja Rusia. Además, la sección se desarrolla más a través de la variación y alternancia de estos temas, que por el desarrollo verdadero. Este procedimiento tiene más reminiscencias de la música de la "primera generación" de rusos que de la de sus homólogos occidentales.
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