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sábado, 28 de marzo de 2015

Estrategia pura, o pura Estrategia: La batalla de Cannas

Hoy todos hablan de estrategia. A ella se recurre para planear un partido de fútbol, para hacer negocios, para actuar en política, e incluso también, para conquistar a la persona amada.  Hoy en día es tal la penetración del concepto que prácticamente todos somos capaces de diferenciar – sin necesariamente entender porqué – qué es lo estratégico, asociado más bien a las ideas, y qué es lo táctico, claramente vinculado a la ejecución.

Etimológicamente, estrategia es el arte de dirigir las operaciones militares. Su origen está en el griego “stratos”, que significa ejército, y “agein”, conductor. Por lo tanto la estrategia nace como un arte militar que se aplica a  los modos de conducir un ejército hasta la presencia del enemigo.

En la época actual y en un sentido más general, el término estrategia se refiere a un saber que busca el modo más adecuado de satisfacer unos fines con el empleo de unos medios.  Esta relación dialéctica entre fines y medios desemboca en un propósito, o en una resolución. Lo específico de la Estrategia viene del modo como dice o expresa su quehacer, de la manera peculiar que tiene de hacerse cargo de su objeto y de la forma como dirige las acciones consiguientes.

A la pregunta fundamental: ¿qué tenemos que hacer?, contesta diciendo: hay que emprender una acción. Concretamente, el hacer que disuelve la amenaza con el mínimo daño. El objeto de la Estrategia radica en “decir un hacer” en forma de designio. Contrariamente, el objeto de la Táctica, como el de la Logística, es el hacer mismo.

La estrategia se ha ido construyendo gracias al aporte de dos tipos de expertos en el arte de la guerra: en primer lugar, a través de los llamados estrategas de la acción, grandes capitanes o conductores militares, quienes, a través de sus éxitos y errores en diferentes campañas han ido dejando lecciones para el futuro; en segundo lugar, se encuentran los llamados tratadistas militares o pensadores militares, quienes han ido recogiendo y sistematizando las lecciones de la historia militar en cuerpos de conocimientos de validez general, y que a través del tiempo han pasado a constituir verdaderos tratados de estrategia.  Como se ve, la estrategia se construye con teoría y práctica, con reflexión y acción, produciendo ciencia y aplicando arte.

Me parece que la forma más adecuada de demostrar lo planteado en los párrafos precedentes es recurriendo a la historia militar, para a través de un hecho histórico ver de que manera las características de la estrategia ya descritas, se ponen de manifiesto.

La Batalla de Cannas (agosto de 216 a.C.)

Cuando en el año 218 a.C. se declaró la Segunda Guerra Púnica entre Roma y Cartago, desde España, el ejército de Aníbal, compuesto por 50.000 mercenarios cartagineses, númidas, íberos y galos, se abrió camino hacia el norte y en pleno invierno, atravesó Los Alpes para invadir Italia.

En diciembre de ese año derrotó a los romanos en Trebia, en la parte norte de Italia.  Después, en abril, avanzó hacia el sur y atacó por sorpresa a los soldados del imperio en el lago Trasimeno, venciéndolos nuevamente.  Sin embargo, fue en Cannas, en agosto del 216 a.C., donde Aníbal logró su victoria más importante, al derrotar a unos 86.000 hombres, el mayor ejército romano jamás reunido.

El Senado de Roma había dado la orden a los cónsules Publio Emilio y Varrón de conformar un ejército poderoso para enfrentar la invasión que encabezaba Aníbal, la cual amenazaba las reservas de cereales del imperio.  Ambos cónsules comandaban día por medio a los soldados romanos y Publio Emilio –quien siempre desaconsejó un ataque al descubierto– no tenía las mismas certezas que Varrón, quien más impetuoso y atrevido, se sentía seguro de una victoria gracias a la superioridad numérica de sus fuerzas, compuesta en partes iguales por romanos y aliados.

En efecto, y para el orden de combate, Varrón dispuso a sus 80.000 infantes y 6.000 jinetes a la manera romana clásica; una línea de vanguardia que precede a una gran falange de infantes en líneas cerradas, flanqueada por la caballería romana a la derecha y la aliada a la izquierda.

En aquel tiempo los métodos bélicos romanos se habían vuelto tradicionales.  Hombres aislados precedían a la infantería pesada, formada en manipulii (que significa puñado), cuyos hombres estaban dispuestos en tres líneas.  Los de segunda línea ocupaban los intervalos de la primera y así hacia atrás.  En el momento del ataque, éstos avanzaban en formación abierta, de forma tal que tenían espacio para lanzar sus venablos o pilum (una especie de lanza delgada que se lanzaba antes de entrar en combate directo) y manejar sus espadas.

Por su parte, Aníbal dispuso a los íberos y galos en formación de media luna, con la parte convexa hacia el enemigo, y en cada extremo situó sus reservas de soldados cartagineses.  Su flanco derecho estaba protegido por la caballería pesada, al mando del general Asdrúbal, mientras que la caballería ligera númida operaría con plena libertad a su derecha.

Durante los tres días en que los ejércitos dispusieron sus fuerzas en el terreno, frente a frente sobre la llanura, se produjeron algunas escaramuzas, pero nada comenzó seriamente sin la orden de los generales.

El combate se inició cuando Aníbal dio orden a su caballería pesada, situada a su derecha, de atacar a la caballería romana que dirigía Emilio Paulo.  El choque fue implacable a lo largo de la orilla del río Ofanto y la élite del ejército romano no tardó en ser dominada y rechazada por las fuerzas que comandaba el general Asdrúbal.
Mientras tanto, la caballería númida del flanco izquierdo cartaginés cargó contra la caballería aliada, al mando de Varrón, poniéndola también en desordenada fuga, pero hacia las alturas de Cannas.

Publio Emilio llevó entonces a sus legiones al combate, las que aunque sofocados por el polvo y el calor avanzaron como una muralla de escudos, conteniendo la línea de vanguardia de las fuerzas cartaginesas, íberos y galos, dispuestas en media luna.  Gracias a su superioridad numérica los romanos se impusieron sobre dicha formación, la que fue acentuando su curvatura al retroceder, haciendo que la medialuna inicialmente de forma convexa se fuera transformando en una cóncava, creyendo los romanos, en primera instancia, que la victoria estaba de su parte.

Aníbal esperó a que las legiones romanas avanzaran hasta el centro de su ahora debilitada media luna, la que se había transformado prácticamente en una gran “U”, y después lanzó su poderosa y bien armada infantería cartaginesa, que aplastó a los romanos en una maniobra de envolvimiento.  Delante de éstos, los íberos y galos, que estaban siendo empujados por la formación romana, regresaron al combate para atacar nuevamente a sus oponentes.  El cerco se completó con la caballería de Asdrúbal –que ya había desbandado a la de Publio Emilio– la cual cortó la única salida posible de las fuerzas romanas.

Aníbal hizo que entraran en acción sus 40.000 infantes y 10.000 jinetes, estrechando el cerco y rodeando a los romanos de tal modo que no tuvieron espacio ni siquiera para emplear sus espadas, siendo presos de su propia superioridad numérica, situación que en definitiva se volvió contra ellos, aplastándolos y sufriendo fuertes bajas.

El genio estratégico del jefe cartaginés estuvo en la concepción de este doble envolvimiento.  En principio los dos ejércitos estaban desplegados en forma tradicional; la infantería flanqueada por la caballería.  Pero Aníbal se mostró astuto al desplegar sus elementos más débiles, los soldados íberos y galos en el centro de su dispositivo, en una media luna convexa, a fin de recibir el choque del asalto romano.  Este dispositivo no resistió mucho tiempo y los infantes romanos avanzaron para encontrarse rodeados por la infantería de Aníbal y con la retirada cortada por su caballería.

Tito Livio y Plutarco calcularon el número de muertos romanos en 50.000. Publio Emilio fue una de las víctimas, pero –ironías del destino– Varrón, a quien se le acusa de este desastre, resultó ileso.

Con pérdidas que no superaban a los 6.000 hombres, Aníbal inflingió a los romanos una aplastante derrota y eliminó a buena parte de la clase dirigente de la República.  A raíz de Cannas, Roma hubo de tomar medidas drásticas y emprender reformas en profundidad para contrarrestar la amenaza cartaginesa.

Con el paso de los siglos muchos generales han intentado realizar maniobras de envolvimiento que les diesen un triunfo parecido al del jefe cartaginés.  De ellos, quienes supieron o pudieron aplicar mejor esta concepción estratégica –pues no siempre el enemigo maniobrará de acuerdo a lo planeado– fueron los generales alemanes Hindenburg y Ludendorff, quienes durante la I Guerra Mundial, al emplear el viejo principio de Aníbal, consiguieron una gran victoria sobre las tropas rusas en Tannenberg, en 1914.  También alcanzó este sitial el general von Rundstedt, en las estepas del frente del Este, en 1941-42, durante la Segunda Guerra Mundial.

En este caso el estratega, a través de la concepción de una forma de actuar determinada, aprovechando la dinámica a la que condujo a su adversario al plantearle incentivos que lo llevaron a actuar como a él le convenía, logró crear una situación tal, que pese a estar en inferioridad de fuerzas, le permitió imponer su voluntad al adversario. La victoria de Aníbal en Cannas fue completa y magistral. La razón del éxito: un brillante plan estratégico.

http://www.anepe.cl/2012/07/estrategia-pura-o-pura-estrategia-la-batalla-de-cannas/


miércoles, 25 de marzo de 2015

Legiones Romanas
La Legión Romana (del latín legio, leva) era la unidad militar básica de la antigua Roma. Consistía en un cuerpo de infantes pesados de entre 5.000 y 6.000 (más tarde hasta 8.000) soldados de infantería y varios centenares de jinetes. Las legiones tenían asignado un nombre y un número; se identificaron cerca de 50, pero nunca llegaron a existir tantas en un mismo momento de la historia de Roma. Usualmente había 28 legiones con sus auxiliares, y se reclutaban más según las necesidades y la situación en cada momento.
HISTORIA
Originalmente, en la época de los Reyes, la legio englobaba al ejército romano en su totalidad, compuesta de ciudadanos romanos reclutados para las armas. En algún momento, posiblemente al comienzo de la República Romana, la legio estaba subdividida en dos legiones separadas, cada una bajo mando de uno de los dos cónsules.
En los primeros años de la República, cuando las campañas militares romanas estaban centradas principalmente en rechazar multitud de invasiones, no se sabe a ciencia cierta si el poder militar de las legiones fue desplegado completamente en su conjunto. Las legiones se organizaron de un modo más formal en el siglo IV adC, cuando las guerras en las que Roma se veía involucrada se hicieron más frecuentes y estratégicamente mejor planificadas, y la armada consular se dividió en dos legiones. Los tribunos militares aparecieron después del año 331 adC. La organización interna de la legión fue más sofisticada, de la clásica falange se pasó al sistema de cohortes, manípulos y centurias.
Más tarde, durante el Imperio, la legión era comúnmente reforzada por tropas aliadas, las allae. Estas tropas eran reclutadas entre mercenarios o entre pueblos cuya habilidad bélica era bien conocida en el mundo antiguo, como los jinetes númidas o los honderos baleares. Su función era generalmente la de actuar como auxiliares de las tropas romanas, principalmente legionarios.
Durante los períodos finales de la República de Roma y la Roma Imperial, las legiones desempeñaron un rol político importante, al tiempo que se profesionalizaban completamente. Sus acciones podían asegurar el destino de un Emperador romano, o destruirlo. Un ejemplo es la caída de Vitelio en el Año de los cuatro emperadores, decidida en el momento que las legiones del Danubio eligieron apoyar a Vespasiano.
Cerca del siglo I adC, la amenaza demagógica de las legiones quedó claramente identificada. Los gobernantes no podían alejarse de sus provincias con sus Legiones. Cuando Julio César cruzó el río Rubicón para dejar sus provincias y trabarse en armas en Italia, se precipitó una crisis constitucional.
ORGANIZACIÓN
En la República, la existencia de las legiones fue efímera. Con excepción de las Legiones I a IV, que formaban la armada consular (dos por cónsul), las otras unidades se reclutaban por campaña. El carácter permanente tuvo lugar fundamentalmente por cuestiones internas; en particular para garantizar su lealtad al Emperador, y no a sus generales.
Durante el Imperio, la legión fue estandarizada, con símbolos y una historia individual en donde los hombres servían con orgullo. Las legiones eran comandadas por un legado o legatus. Rondando los treinta años de edad, usualmente serían senadores por tres años. Los subordinados inmediatos del legado, serían seis tribunos militares elegidos - cinco oficiales regulares y el sexto, un noble representando al Senado. Había un grupo de oficiales prestando servicios médicos, ingenieros, cronistas y el praefecti castrorum (prefecto o comandante de campo), que había servido como primipilum, o primer centurión, siendo éste un personaje muy respetado. Por debajo del primipilo se hallaban los centuriones, que tenían como subordinado a un optio. Por debajo se hallaba la masa de legionarios, entre otros especialistas como sacerdotes y músicos.
A mediados de la República, las legiones se componían de las siguientes unidades:
1) Caballería o equites.
Esta era originalmente la unidad más prestigiosa, donde los romanos jóvenes y saludables comenzaban a destacarse antes de iniciar sus carreras políticas. El equipamiento necesario era pagado por cada jinete, y consistía en un escudo redondo, casco, armadura corporal, espada y una o más jabalinas.
La caballería era excedida en número en la legión. En un total de cerca de 3000 hombres, habría apenas unos 300 jinetes, divididos en 10 unidades de 30 hombres. Al mando de cada unidad, había un decurión. Sumada a esta caballería pesada, habría una caballería liviana que reclutaba ciudadanos más pobres y jóvenes de buena salud, pero sin la edad suficiente para entrar en la hastati o en la equites.
2) Infantería liviana o velites.
Los velites eran básicamente lanzadores de jabalina y hostigadores en general y no tenían una organización formal precisa o una función en el campo de batalla; eran utilizados según la necesidad. Provenían de los estratos económicamente más bajos de la sociedad.
3) Infantería pesada.
Era la unidad principal de la legión. Se componía de ciudadanos legionarios que pudieran pagar el equipamiento compuesto de casco de bronce, escudo, armadura y lanza corta (pillum). El arma preferida era el gladius, un tipo de espada corta. La infantería pesada era subdividida de acuerdo a la experiencia de los legionarios en tres líneas separadas:
Los hastati (sing. hastatus) eran los más jóvenes y formaban la línea delantera, iban armados con dos pila de distintos pesos, para que una tuviera más alcance y la otra perforase los escudos. En el cuerpo a cuerpo, usaban la espada.Como armadura era común el uso de placas de bronce sujetas con correas de cuero, que tapaban el corazón y parte el pecho. También usaban casco de bronce y el scutum (escudo largo romano).
Los príncipes (sing. princeps), hombres con edades rondando los 30 años, componiendo la segunda línea de la legíon, iban armados al igual que los primeros, pero en lugar de la placa del pecho, podian pagarse una coraza de cota de malla de anillos.
Los triarii (sing. triarius) eran los soldados veteranos y alineados atrás, sólo entrarían en combate en situaciones extremas. A diferencia de los principes, en lugar de los pila usaban una lanza larga, para formar en una sólida falange erizada de puntas de lanza, que contuviera al enemigo.
Cada una de estas líneas estaba subdividida en manípulos, la menor subunidad del ejército, compuestas de dos centurias comandadas por el centurión mayor. Las centurias eran nominalmente de 100 soldados (de allí el nombre), pero en la práctica podían llegar a ser solo 60, sobre todo en las manípulas triarii, menos numerosas. Cada centuria tenía su estandarte, y era compuesta de diez unidades llamadas contubernia. En un contubernio había 8 soldados compartiendo tienda de 4 plazas (los otros 4 estarían siempre de guardia) piedra de moler, una mula y un caldero (dependiendo de la duración de la travesía).
En batalla, las manípulas eran organizadas comúnmente en una formación de cuadrícula llamada quincux. Las manípulas de príncipes cubrían los espacios abiertos dejados por los hastati, siendo cubiertos los propios por las manípulas triarii.
Cuando se desplegaba una legión en el combate, cada centuria formaba normalmente un cuadrado de 10 hombres de frente por 8 de fondo. Así, una centuria se colocaba tras la otra y formaba un manípulo, formando un cuadrado de 10 hombres de frente por 16 de fondo. En las crónicas de Polibio y Vegecio se relata como que el espacio entre filas era de 3 pies, siendo entre columnas de 4 pies (tomando como referencia que un infante pertrechado ocupa un espacio de dos pies de ancho por uno de fondo -60 x 15 cm-, deducimos que cada centuria podía ocupar un cuadrado aproximado de unos 50 pies de frente por 40 de fondo, es decir, 15 metros por 12.
En las cohortes, los tres manípulos formaban juntos en línea, pero dejando una distancia entre sí suficiente como para que la segunda centuria de cada manípulo pudiese ocupar el espacio entre las centurias situadas al frente. Esta formación dispuesta con tres centurias de frente por dos de fondo ocuparía un espacio en el campo de batalla de aproximadamente unos 75 m de frente, pero teniendo que dejar un espacio de 15 m con referencia a la cohorte situada en su flanco izquierdo, de forma que su centuria situada en la segunda línea a la izquierda pudiera desplegarse en este espacio.
Las cohortes generalmente se disponían en tres líneas denominadas acies o al menos para César la formación en "triplex acies" es la habitual. En caso de que se contase con pocos efectivos también se podía formar en "acies dúplex", pensado para poder mantener un mismo frente de batalla ante un enemigo superior en número, evitando así el ser superado por las alas y, una vez envuelto, derrotado. Dado que una legión estaba formada por 10 cohortes, en la formación de triplex acies se obliga a que una línea tenga una cohorte más que las otras dos, siendo habitual el despliegue en el campo de batalla de cohortes de distintas legiones, eso sí, procurando que las cohortes de una misma legión estuvieran próximas unas a otras.
LAS REFORMAS DE MARIO
La división de la infantería en secciones especializadas, hastati, príncipes y triarii, desaparecerá con la reforma de Cayo Mario, a finales del s. II adC.
A partir de la reforma, la infantería legionaria constituye un cuerpo homogéneo de infantería pesada, sin distinciones por razón del armamento o la edad de los soldados. Del mismo modo, se eliminó de la legión el contingente de velites, que ya estaba totalmente en desuso: la infantería ligera de las legiones primitivas era muy poco efectiva, como se demostró una y otra vez durante las Guerras Púnicas y fue sustituida por cuerpos especializados de "auxiliares", que en época imperial, procedían de levas entre los indígenas de las diversas provincias, agrupándose según su origen étnico y conservando su estilo peculiar de combate.
Esta reforma se debió a la necesidad de crear un nuevo contingente militar para la defensa del territorio romano tras las gravísimas derrotas sostenidas por el ejército en las guerras contra Cimbrios y Teutones, dos tribus germánicas que habían atravesado las fronteras romanas en el transcurso de su migración hacia la Galia, entre los años 106 y 105 adC.
Estas derrotas, de proporciones catastróficas, junto con el progresivo desinterés por la milicia por parte de las clases sociales superiores, implicaban que la cantidad de hombres disponibles para combatir era demasiado exigua, y supusieron el abandono del concepto "ejército de ciudadanos" por parte de Roma. Mario instituyó un ejército profesional de nueva planta, reclutado entre las clases sociales inferiores, los infraclassem, hasta entonces exentos del servicio militar. A partir de este momento el legionario es un soldado profesional, que recibe una paga por su servicio y la promesa de mejoras económicas una vez concluido.
Pero esto implicaba también un grave riesgo para la estabilidad de la República, ya que a partir de este momento los soldados empiezan a ser leales únicamente a quien les paga, a quien les dirige: al general. De ahora en adelante, el ejército se convierte en un factor decisivo en la vida política romana, ya que cualquier personaje que cuente con el apoyo de las legiones puede utilizarlas como herramienta para obtener el poder.
Desde este momento, las cohortes, de las que habrían seis a diez, sustituyen a los manipula como unidad táctica básica. Cada cohorte se compone de 6 a 8 centurias y es liderada por un centurión asistido por un optio, un soldado capaz de leer y escribir. El centurión mayor de la legión es llamado primus pilus, un soldado de carrera y asesor del legado.
Por lo tanto, una legión se componía de alrededor de 4800 hombres de armas, y de un gran número de discípulos, sirvientes y esclavos. Las legiones podrían contener hasta 6000 hombres en batalla, aunque en ciertos momentos de la historia romana se redujeron a cerca de 1000 para refrenar comandantes rebeldes. Las legiones de Julio César tenían sólo 3500 hombres aproximadamente.
Por otra parte, desde la época de Julio César, las legiones incluían un tren de artillería bastante completo: cada centuria estaba equipada con una carroballista, una gran ballesta montada encima de un carro, y cada cohorte con una catapulta, lo que no sólo incrementaba la potencia de fuego de la legión en el combate a campo abierto, sino que servía también para la guerra de asedio.
Este pequeño ejército, capaz de batirse por sí solo en casi cualquier modalidad militar, arrastraba (especialmente en época imperial) una gran cantidad de personal civil no directamente relacionado con la legión: comerciantes, prostitutas, "esposas" de legionarios (que no podían contraer matrimonio), que al establecerse en torno a los campamentos permanentes o semipermanentes acababan dando lugar a auténticas ciudades.
En principio, era requisito imprescindible para ser legionario el poseer la ciudadanía romana.
SÍMBOLOS
Desde la reforma de Mario –alrededor del año 104 adC-, se ha venido priorizando en el seno de la legión una de las enseñas tradicionales que estos cuerpos solían llevar al campo de batalla. Se trata del águila, que se impone como símbolo legionario por antonomasia, desplazando al lobo, al toro, al jabalí y al caballo, muestras de animales totémicos pertenecientes a una sociedad campesina. Las águilas se realizan en metales nobles –plata primero, oro después- y se guardan celosamente en el "aedes signorum" o santuario del campamento.
La pérdida de las águilas, como les sucedió a Craso o Marco Antonio en Oriente o a Varo entre los germanos es el mayor deshonor que puede sufrir un cuerpo legionario.
El suboficial al cargo del águila era el "aquilifer". A mayores, existen otro tipo de estandartes, como los "signa", "imagines", "vexilla" o "dracones". El "signum" es el estandarte de cada centuria: rematado en forma de asta o mano –en recuerdo del antiguo manípulo- se decoraba con guirnaldas, cruces y discos.
En los cuerpos auxiliares los "signa" incluyen imágenes de los emperadores, con lo que el segundo tipo de estandartes -las "imagines"- es privativo de las legiones. Por su parte, el "vexillum" es la bandera que marca la posición del general en el campo de batalla, pero también es la enseña de los destacamentos irregulares, por lo que éstas reciben el nombre de "vexillationes". Se cuelgan de una barra cruzada al mástil de la enseña.
El "draco" es una cabeza de animal en bronce con las fauces abiertas a la que se añade un tubo de colores y que al agitarlo producía un ruido sordo. Los portadores de estas enseñas eran, respectivamente, los "signiferes", "imaginiferes", "vexillarii" y "draconarii".
El culto a las enseñas se realizaba con carácter permanente mediante la deposición en el "aedes", sin embargo existen ocasiones especiales en las que se honran los "signa" y "vexilla" (Rosalia Signorum), las águilas legionarias (natalis aquilae, Honos Aquilae)...
Para saber mas…

jueves, 12 de febrero de 2015

El desastre de Varo : La batalla del bosque de Teutoburgo

"No lejos estaba el bosque donde se decía que los restos de Varo y de sus legiones quedaron sin sepultura. A Germánico le vino el deseo de tributar los últimos honores a Varo y a sus soldados. Esta misma conmiseración se extendió a todo el ejército de Germánico, pensando en sus parientes y amigos, en los azares de la guerra y en el destino de los hombres. En medio del campo blanqueaban los huesos, separados o amontonados, según que hubieran huido o hecho frente. Junto a ellos yacían restos de armas, y miembros de caballos y cabezas humanas estaban clavadas en troncos de árboles. En los bosques cercanos había altares bárbaros, junto a los cuales habían sacrificado a lostribunos y a los primeros centuriones."
—Tácito


Conocida como la Batalla del bosque de Teutoburgo, la Batalla de la selva de Teutoburgo o Desastre de Varo ( Varusschlacht ), fue un enfrentamiento que tuvo lugar en la Baja Sajonia, Alemania , en el año 9 d.C entre una alianza de pueblos germanos y el ejercito romano . Aunque esta batalla ha pasado bastante desapercibida por la historia , la severa derrota para el Imperio romano hizo que tuviese que olvidar sus pretensiones de conquistar las tierras más allá del Rin ( Rhin ) , fijando así las fronteras del Imperio en este rio, lo que impidió la latinización de Germania y de los pueblos del norte , que mantuvieron su cultura e idiomas .

Tras la conquista de la Galia ( actual Francia ) y su anexión como provincia del Imperio romano , la frontera con los pueblos germanos siempre fue un foco de conflictos y problemas para Roma . Decidido a atajar el problema , el ejercito romano cruzó el Rin llegando hasta el rio Elba como represalia a las incursiones germanas en su recien anexionado territorio y con el fin de afianzar su predominio y control de la zona . En el año 6 d.C el emperador Augusto ( Cayo Julio César Augusto ) nombró como gobernador romano de Germania a Publio Quintilio Varo ( Publius Quinctilius Varus ), quien estaba casado con una hija del general Marco Agripa .

En el 9 d.C ( probablemente en septiembre ) Varo cruzó el rio Rin con sus numerosas tropas y estableció varios campamentos con sus tres legiones (la XVII, XVIII y la XIX) en territorio querusco ( pueblo germano que habitó partes del valle del Rin y el norte de las llanuras y los bosques del noroeste de Alemania hasta el siglo I , cuando fue absorbido por los francos ) . Al otro lado del rio dejó otras dos legiones más .

Varo intentó trabar relación con los queruscos y con uno de sus cabecillas, Arminio o Hermann para los germanos .

Arminio ( 16 a.C ) era hijo de un jefe querusco llamado Segimer el Conquistador . Fue entregado por su padre como tributo a Roma y por ello fue educado en la educación militar romana , obtuvo la ciudadanía y nobleza romana e incluso llegó al rango de "ecuestre" . Augusto envió a Arminio con Varo dado que conocía los métodos de lucha germanos , convirtiéndose en su hombre más cercano , por lo que Varo confiaba plenamente en él .

Sin embargo , los planes de Arminio eran otros. Forjó una alianza de tribus germánicas que habían sido tradicionalmente enemigos (los queruscos, Marsi, Chatti, Bructeri , Chauci, Sicambri, y demás elementos de los suevos, que habían sido derrotados por César en la batalla de los Vosgos) . Fue capaz de unirlos debido a la indignación por un gobierno tiránico Varo con unos impuestos abusivos y la crueldad sin sentido a los vencidos . Los germanos seguían viendo a los romanos como invasores y se unieron al plan de Arminio .

Cuando Varo se disponía a abandonar su campamento de verano en el lado galo del Rin , para cruzarlo y dirigirse a sus campamentos de invierno , recibió noticias de una pequeña sublevación local ( fabricada porArminio ) . Varo decidió acudir inmediatamente a sofocar la revuelta , pues seguía confiando en Arminio y no imaginó que era un levantamiento organizado . Probablemente aconsejado por Arminio , quien le acompañaba , tomó un desvio por una zona boscosa y agreste desconocida por los romanos . El bosque de Teutoburgo , el sitio elegido por Arminio para preparar la emboscada .

No podemos saber con total exactitud lo sucedido en la batalla , pero los textos antiguos y los restos arqueológicos hallados nos dan una idea aproximada de lo acontecido .

La columna romana avanzaba muy lentamente debido a la cantidad demasiado grande de hombres, sirvientes y equipajes . Las fuerzas de Varo incluían tres legiones (Legio XVII, XVIII Legio y la Legio XIX), seis cohortes de tropas auxiliares y tres escuadrones de caballería , la mayoría de los cuales carecían de experiencia en combate con los germanos en su terreno . En total se cree que sumaban entre 20.000 y 36.000 hombres y cerca de 5.000 caballos , lo que hacía una línea de marcha demasiado larga y vulnerable de entre 15 y 20 kilómetros .

Los romanos avanzaron penosamente por un sendero que se estrechaba y se adentraba en el bosque , probablemente derribando árboles , construyendo calzadas y puentes sobre los pantanos . A esto se le sumó una fuerte tormenta que embarró el suelo , ralentizando aún más la marcha romana . Por su parte Varo ( como recogen los textos de Dio Cassius ) olvidó negligentemente enviar una avanzadilla de reconocimiento.

Un inmensa lluvia de jabalinas sorprendió a los romanos , quienes desconcertados vieron como de repente se veían atacados por guerreros germanos armados con espadas ligeras , grandes lanzas y lanzas de hoja estrecha denominadas fremae . Arminio conocía muy bien las tácticas militares romanas y sabía como contrarrestarlas . El pesado equipo de las legiones (el scutum, dos pila, la espada, la lorica, etc.) era muy apropiado para los enfrentamientos en terrenos despejados, pero en lugares como Teutoburgo no eran más que una carga . Sin embargo, los germanos mucho más ligeramente armados tenían una movilidad mayor que les permitía atacar y alejarse rápidamente antes de sufrir grandes bajas .

Los romanos se vieron derrotados y huyeron dispersándose . Sin embargo , el ataque germano no pudo ser de la contundencia necesaria para vencer a tres legiones compuestas de profesionales que no podían ser derrotados de un solo golpe, ni siquiera cuando estaban siendo atacados en terreno difícil, las legiones intentaron reagruparse y salieron a terreno despejado . Consiguieron establecer un campamento fortificado por la noche .

Los germanos obligaron a salir a los romanos de sus fortificaciones , mientras otras tribus germanas atacaban los fuertes romanos en el norte . Su plan era llevarlos hacia una emboscada a una zona más favorable para ellos . Los romanos intentaron escapar por un caminio forestal cercano , pero fueron masacrados por los germanos y volvió a reinar el caos entre las filas romanas , intentando escapar infructuosamente algunos o desertando , mientras otros regresaban al campamento.

Tras una batalla de 3 días , los germanos consiguieron asaltar el campamento romano . Ante esta situación el jefe de la caballería romana, Numonio Vala, perdió la calma y huyó a la cabeza de su regimiento con la esperanza de alcanzar el Rin, pero tanto él como su destacamento fueron alcanzados y aniquilados. Varo fue herido y se dio cuenta de lo que le harían los germanos si lo capturaban con vida. Para evitar tal destino, se suicidó lanzándose sobre su propia espada ,y algunos miembros de su Estado Mayor siguieron su ejemplo.

Los dos legados que quedaron al mando no sobrevivieron mucho tiempo: uno de ellos,Lucio Egio, ofreció equivocadamente una capitulación, que se convirtió en una matanza ( los germanos no hacían prisioneros ) ; el otro, llamado Cejonio o Ceión , cayó luchando cuando los queruscos entraron al asalto de su campamento, que había formado con carros de abastecimiento . Los germanos quemaron el cadáver de Varo, le cortaron la cabeza y se la enviaron a Augusto en Roma, donde a pesar de todo, fue enterrada con honores en el panteón familiar .

El joven oficial Casio Querea, que se haría famoso en la Historia por matar al emperador Calígula, dirigió la huida de algunos legionarios amparados por la oscuridad de la noche, gracias a los cuales se conoció la historia del desastre .
Según los calculos de la mayoría de historiadores , los romanos sufieron entre 15.000 y 20.000 bajas además de numerosos heridos ( otras fuentes hablan de18.000 soldados romanos muertos y 10.000 bajas más que incluían esclavos , comerciantes o mujeres ) y tres águilas, estandartes de la legión que se consideraban sagrados .
No se sabe con certeza el número de bajas entre las tropas germanas pero se calcula que fue muy inferior al número de bajas romanas .

La noticia de la derrota causó un gran impacto en Roma . El emperador Augusto desolado , repetía constantemente la frase que pasaría a la posteridad: "Quintili Vare, legiones redde! - ¡Varo, devuélveme mis legiones!" como recogen los textos antiguos . Los números de las 3 legiones perdidas no volvieron a usarse en el ejército romano .

El temor a que los galos se rebelaran y a que los germanos empezaran a invadir territorio romano hizo que se tomaran medidas contundentes . En el año 14 , tras la muerte de Augusto, el recien nombrado emperador, Tiberio, destituyó a todos los germanos y galos que había en su guardia personal y mandó a su sobrino Julio César Germánico a rescatar las águilas de las tres legiones (objetos sagrados para los romanos) enviándolo al mando de ocho legiones (unos 50.000 hombres) pero no con la intención de conquistar la zona, sino más bien de hallar el lugar de la batalla, dar a los muertos el destino necesario, recuperar lo posible y, sobre todo, para no dar una imagen de debilidad.

Las batallas con los germanos duraron varios años . Julio César Germánico, aunque no logró capturar ni matar a Arminio, lo derrotó en la Batalla de Idistaviso ( 16 d.C )y aplastó su levantamiento. Tras recuperar los objetos sagrados, volvió a Roma de forma triunfal y depositó las águilas que pudo recuperar y demás objetos encontrados en el Templo de Júpiter . El tercer estandarte romano, una de las tres águilas, fue recuperado en el año 41 .

El sitio exacto de la batalla de Teutoburgofue desconocido durante mucho tiempo. Tanto es así , que en en 1875 se construyó una estatua giganteca de Arminius/Hermann el Hermannsdenkmal , de 17 metros sobre un pedestal de 30 metros , en Grotenbuf, a 35 km al sudoeste de Detmold y 100 km al sudeste del sitio real.

En 1987 un arqueólogo aficionado británico, Anthony Clunn, halló 162 monedas romanas ( conocidas como denarios ) y tres bolas de plomo del tipo usado en las hondas del ejército romano en la zona en la que se creía que se emplazó esta batalla . La posterior investigación concluyó que la batalla tuvo lugar al norte de la colina Kalkriese, entre los pueblos de Engter y Venne, en el borde norte del bosque de Teutoburgo (Teutoburger Wald), 15,5 km al nornoroeste de la moderna ciudad deOsnabrück (180 km al noreste de Colonia, Alemania). El sitio es uno de los pocos lugares donde los arqueólogos han descubierto el lugar de una batalla abierta.
Gracias a las excavaciones realizadas y los hallazgos posteriores , podemos saber con cierta exactitud lo que sucedió tanto en la batalla como en la emboscada .

La batalla y derrota romana es una pieza clave para entender el posterior desarrollo de Europa y por extensión, del Mundo.  El Imperio romano comprendió que someter a sus regiones y continuar con la expansión por tierras "bárbaras" , suponía un coste demasiado elevado que no estaban dispuestos a pagar, por lo que marcaron su límite en Germania y aunque se produjeron algunas batallas fronterizas y llegaron a controlar alguna pequeña región del sur de Germania ( entre el Rin y el Danubio, los Campos Decumanos ), los romanos no volvieron a intentar invadir la llamada "Germania Magna" .

Esto supuso que los pueblos germanos mantuvieran su propia cultura, identidad e idiomas dando lugar a que se desarrollaran las lenguas germánicas y la expansión de estos pueblos hacia otras zonas, como Escandinavia o las islas británicas . Los Sajones no fueron dominados, por lo que años después llegarían a Inglaterra y se desarrollaría el inglés, otra lengua germánica .

Europa quedó dividida en 2 grandes culturas : la cultura germánica y la latina . Ambas se relacionaron entre ellas de forma habitual , pero cada una mantuvo su independencia, particularidades e idiomas propios .

http://documentalium.foroactivo.com/t419-el-desastre-de-varo-la-batalla-del-bosque-de-teutoburgo

















martes, 21 de octubre de 2014

La batalla de Trafalgar.

La batalla de Trafalgar tuvo lugar el 21 de octubre del año 1805 a la altura de cabo Trafalgar (Cádiz), enfrentándose la flota británica, comandada por el almirante Horacio Nelson, contra una flota combinada franco-española bajo el mando del almirante Vileneuve. Fue la última gran acción de guerra en el mar de este periodo, perdiéndose al rededor de 5.000 vidas y 15 buques (esto último principalmente a causa del temporal del SW que se desató sobre los maltrechos buques al día siguiente) y sus consecuencias se prolongaron mucho más allá de las guerras napoleónicas.

Titubeos de Villeneuve:
El siglo XVIII presenció la lucha continua entre España, Francia e Inglaterra por la hegemonía atlántica. La Revolución Francesa de julio de 1789 supuso un paréntesis y la alianza de todas las monarquías contra la Francia revolucionaria (Inglaterra, Austria y España le declaran la guerra en el año 1793) hasta que en el año 1796 España y Francia firman el tratado de San Ildefonso, que en la práctica supuso la imposición de los criterios de Napoleón ante la capacidad y superioridad de su ejército. En esa época reinaban Carlos IV y su esposa María Luisa, siendo Godoy su favorito.Napoleón quería invadir Gran Bretaña y para ello debía dominar el canal de la Mancha. Ordena que toda su flota se concentre en Bretaña. El 30 de marzo del 1805 el almirante Villeneuve logra romper el bloqueo británico en Tolón, y tratando de unirse al resto de la flota francesa pone rumbo a las Antillas. En Cádiz se incorporó parte de la flota española bajo el mando del almirante Francisco Gravina. El resto de la flota francesa queda bloqueada en Brest y otros puertos. Nelson tuvo conocimiento de la marcha de Villeneuve el 10 de abril y comenzó una persecución a lo largo del Atlántico. Después de un enfrentamiento, el 22 de julio, a la altura de Finisterre, contra el almirante Calder y su escuadrón de 15 navíos (apresó dos buques franceses y hundió a los españoles San Rafael y Firme) la flota combinada fondea en Vigo. El día 13 de agosto se les une Cosme Damián de Churruca en el San Juan Nepomuceno, comandando una flota de otros nueve navíos. Se hacen a la mar y el almirante Villeneuve, tras titubear ante la orden de partir hacia el canal de la Mancha (presumiendo la presencia de Nelson en la zona), decide poner rumbo a Cádiz, adonde arribaron el 20 de agosto, demorando la posible invasión de Inglaterra. Parece ser que Villeneuve recibe el 14 de septiembre la orden de dejar Cádiz y proceder a Nápoles pero decide permanecer en la ciudad. Ese mismo día Nelson parte de Porstmouth con la intención de unirse a la flota de Collingwood, que ya bloqueaba el puerto de Cádiz. El 28 de septiembre llegó al golfo de Cádiz. Y comenzó la espera.

Estrategia de Nelson:
Nelson había concentrado su flota de 27 buques a unas 50 millas al oeste de Cádiz, manteniendo un sistema de aprovisionamiento con base en Gibraltar y manteniendo una cadena de comunicación basado en señales visuales (código de banderas) entre sus fragatas. Ya el 9 de octubre Nelson reunió a sus capitanes y les explicó su plan. Los buques formarían en dos columnas, con Nelson al mando de una y Collingwood de la segunda. La primera atacaría perpendicularmente hacia el centro de la línea enemiga (formación en fila, la habitual en el combate naval entonces) y la segunda, próxima a la anterior, a la parte posterior de la misma línea. Esa táctica, valiente por cuanto supone aguantar el fuego enemigo hasta alcanzarlo, permitía:
Aprovechar las dos bandas de cada buque inglés para disparar a cada uno de los buques enemigos que quedaban a cada banda una vez alcanzada la línea enemiga; disparos encima dirigidos ala proa o popa, zonas peor protegidas que el costado en los navíos de línea.
Emplear las carronadas, cañones de corto alcance cargados con metralla y que tenían efectos devastadores sobre las cubiertas enemigas (que, por cierto, no fueron montados a bordo de la flota franco-española a pesar de disponer de ellos).
Al cortar la línea enemiga, los buques que quedaban delante debían virar y regresar para entrar en combate perdiendo un tiempo precioso.
De hecho, esta táctica lo que conseguía era disminuir el número de buques enemigos que pudiesen en trar en acción, y por ende, el número de cañones.
Una vez entre las líneas enemigas, se intentaba rodear a cada buque enemigo por al menos dos navíos propios.
La acción era novedosa (sólo se había empleado en dos ocasiones anteriormente por los propios británicos) por lo que la reacción no podía estar preparada.

Historia de un desastre:
Mientras tanto, en Cádiz, y tras enterarse de la decisión de Napoleón de sustituirle por el almirante Rosily, Villeneuve resuelve hacerse a la mar el sábado 19 de octubre y así se lo hace saber a Gravina. Su intención es dirigirse hacia el Mediterráneo. Los mandos españoles desaconsejaron esa decisión. Historiadores y escritores parecen coincidir en que dicha decisión era un tremendo error ante la superioridad británica, no en número de navíos, sino en la preparación de las tripulaciones, además de estar mejor pagados. Se estima que la cadencia de tiro inglesa era tres veces más rápida que la de la flota combinada. A pesar de ello, y ante cierta apatía por parte de quienes debían defender los intereses de España, el 19 se hicieron a la mar parte de los buques, con tan mala suerte que debido a una encalmada la salida de Cádiz ya fue un pequeño desastre, debiendo quedar fondeados. En ese momento fueron avistados por la fragata inglesa Sirius, que izó la señal "370" (Enemy’s ships are coming out of port) y toda la flota inglesa lo supo. El día 20 toda la flota combinada consiguió hacerse a la mar y puso rumbo al SE. Al amanecer del 21 la flota inglesa fue avistada por la fragata francesa Hermione y Villeneuve da orden de regresar a Cádiz. Nuevo error la maniobra es complicada y lenta (el viento es flojo del NW) y la fila que se mantenía a duras penas (a recordar la mala preparación de las tripulaciones) quedó deshecha, ocupando unas cinco millas de longitud. Son las diez de la mañana y Churruca que queda al final de la fila observa la maniobra inglesa y comprende que la única solución es ordenar a los primeros buques de la flota combinada que vuelvan a virar. Pero esa orden llegó tarde y además fue casi desobedecida por el francés Dumanoir, cuya actitud fue estudiada en consejo de guerra (el cual no encontró razones para castigarlo).

Final de la batalla:
A las 11:48 Nelson izó un mensaje que decía: England expects that every man will do his duty. La batalla comenzó hacia el medio día y duró hasta las seis de la tarde, aproximadamente, cuando el navío francés Achille explotó. La táctica que daba ventaja numérica a los ingleses hizo que poco a poco los buques de la flota combinada fuesen cayendo bajo el fuego de dos o más enemigos. Además, la formación en fila de la flota combinada no era tal fila, quedando varios navíos mal colocados sin poder entrar en combate. Sirva como ejemplo el texto de Cayetano Valdés, comandante del Neptuno (a señalar que había tres Neptunos, uno por cada país) sobre el San Juan de Nepomuceno:
Doblada la retaguardia, fue puesto entre dos fuegos por dos navíos enemigos, los dos de tres puentes (Belleisle yTonnant). La defensa del Nepomuceno, y el empeño de los enemigos por rendirle, fue de lo más obstinado que cabe. A las tres y media de la tarde se hallaba este navío sin gobierno, desarbolado de todos sus masteleros; acribillados sus palos; velamen y costados, con siete balazos a lumbre de agua, cortadas casi todas sus jarcias, inutilizados 19 cañones, y con más de la tercera parte de la tripulación fuera de combate. Sin embargo, seguía su vigorosa defensa, resuelto su comandante y segundo Cosme Churruca y Francisco Moyua, a perecer antes que rendirse. Ambos murieron en el acto de combate, por sus heridas, y aunque el teniente de navío Joaquín Núñez, que los sustituyó, siguió la defensa durante media hora, mas convencido de ser inútil, y un sacrificio infructuoso el que se hacía impunemente de los restos de tan valerosa tripulación, desesperanzado de ser socorrido, y aumentados los daños hasta quedar casi destrozado, se rindió con acuerdo de su oficialidad al navío Dreadnought. Tuvo 120 hombres muertos y 175 heridos. Los ingleses quedaron asombrados de la defensa de este navío y aseguraban que se había batido de un modo que no había ejemplo.
El Santísima Trinidad, de 136 cañones, uno de los objetivos de Nelson por ser el mayor navío de línea jamás construido, se fue a pique esa noche mientras era remolcado por otros tres buques ingleses. A bordo quedaron 80 heridos no pudiendo hacer nada por ellos. El Príncipe de Asturias, a bordo del cual iba Gravina, hubo de ser socorrido y remolcado a Cádiz con el almirante herido. (Germán Sarasúa)
(*) La actuación de Calder, que aparente mente huyó debido a los daños sufridos en sus buques, fue duramente criticada en su país, debiendo aclarar su actuación ante un juzgado militar (poco antes de la batalla de Trafalgar hubo de regresar a Gran Bretaña a bordo del navío Prince of Wales, de 98 cañones).
La flota británica incorporaba tripulantes por tres vías: el voluntariado, un sistema de cuota municipal o local y otro semejante al de la leva española (estos últimos solían hacerse voluntarios posteriormente). Pero en cualquier caso estaban mucho mejor pagados y se respetaban escrupulosamente los beneficios por las capturas de otros buques. Sirva como ejemplo que hasta el año 1808 el comandante de la nave obtenía 3/8 del premio y el resto se repartía entre el conjunto de la tripulación. Ese año, dicha proporción fue modificada, obteniendo el comandante 2/8 a partir de entonces.

Comienzo de la supremacía inglesa en la mar:
La batalla supuso la muerte de Nelson (a causa de un disparo desde la cofa del Bucentaure francés), el suicidio posterior de Villeneuve, la muerte de Gravina en Cádiz a los pocos meses como consecuencia de las heridas sufridas en combate, la de Churruca y así hasta casi 5.000 personas. Hubo más de 4.000 heridos y se perdieron 15 buques a causa de un temporal posterior que hundió parte de la maltrecha flota. Los ingleses echaron todos los muertos al mar pero conservaron el cuerpo de Nelson. El oficial inglés, que entró en la cámara de Churruca y al descubrir su cuerpo exánime dijo: Varones tan ilustres como éste no deberían estar expuestos a las resultas de un combate, sino que su vida debería guardarse para el progreso y adelanto de la humanidad. Devolvieron sus pertenencias y su buque, el San Juan Nepomuceno, fue remolcada a Gibraltar y durante muchos años la cámara se conservó cerrada con una placa en la que se leía en letras de oro el nombre de Churruca, y si algún visitante entraba se le advertía que entrase descubierto. Los náufragos de aquella batalla y posterior temporal fueron atendidos por las poblaciones del litoral gaditano, sin distinción de nacionalidad, siendo así reconocido por las autoridades británicas.

Nunca más Napoleón intentó invadir Inglaterra, fijando sus ojos en el este de Europa. Se señala esta batalla como el comienzo de la decadencia de España, a partir de la cual no pudo defender sus intereses de ultramar. Y por último, se inicia el periodo de la dominación marítima de Gran Bretaña hasta bien entrado el siglo XX, sólo puesta en entredicho por Alemania durante la Primera Guerra Mundial.

http://www.mgar.net/var/trafalgar.htm