martes, 2 de septiembre de 2014


Amores extraños – Laura Pausini


Ya sabía que no llegaría, 
ya sabía que era una mentira, 
cuanto tiempo que por él perdí, 
que promesa rota sin cumplir. 
son amores problemáticos, 
como tú, como yo. 
es la espera en un teléfono, 
la aventura de lo ilógico, 
la locura de lo mágico, 
un veneno sin antídoto, 
la amargura de lo efímero, 
porque él se marchó. 
Amores, tan extraños que te hacen cínica, 
te hacen sonreír entre lágrimas. 
cuántas páginas hipotéticas, para no escribir las 
auténticas. 
son amores que sólo a nuestra edad 
se confunden en nuestros espíritus, 
te interrogan y nunca te dejan ver 
si serán amor o placer. 
Y cuantas noches lloraré por él, 
cuantas veces volveré a leer 
aquellas cartas que yo recibía 
cuando mis penas eran alegrías. 
son amores esporádicos, 
pero en ti quedarán. 
Amores, tan extraños que vienen y se van, 
que en tu corazón sobrevivirán, 
son historias que siempre contarás 
sin saber si son de verdad. 
Son amores frágiles, 
prisioneros, cómplices, 
son amores problemáticos, 
como tú, como yo. 
son amores frágiles, 
prisioneros, cómplices, 
tan extraños que viven negándose 
escondiéndose de los dos. 
Son amores que sólo a nuestra edad 
se confunden en nuestro espíritu, 
son amores problemáticos 
que se esconderán de los dos. 
son amores que vienen y se van, 
son historias que siempre contarás. 
Ya sabía que no llegaría, 
esta vez me lo prometeré, 
tengo ganas de un amor sincero, ya sin él.



MARTE - POEMA DE VERANO BRISAS




No te dejes invadir por los humanos
que ciegos quieren saquearlo todo;
son sujetos nada sabios ni confiables,
salvo unas pocas excepciones vagas
que apenas logran confirmar la regla.

Aunque eres parecido a nuestra Tierra
y podemos observarte por las noches
cuando pasas muy cerca de nosotros
en algunas ocasiones especiales,
nos deslumbran tu color rojizo,
tus manchas negras y tus blancos polos.

Tus cráteres australes y volcanes árticos
nos hacen suponer cosas violentas
en tu larga y guerrera trayectoria.
Tus dos pequeños hijos
no producen el terror que dan sus nombres,
porque son contrahechos y alejados
del concepto de belleza humano.

El caso es advertirte --ya lo sabes--
quiénes serán tus visitantes próximos
en un futuro para nada bueno,
y que luego no llores ni te quejes
cuando sientas el látigo en tu dorso
de la infecciosa estupidez del hombre.




Paul Hindemith
Paul Hindemith fue uno de los compositores alemanes más exitosos de siglo XX. Su relación con el Partido Nazi estaba plagada de contradicciones y paradojas. Si bien en 1934 Goebbels admitió que “indudablemente es uno de los talentos más importantes de la generación de compositores jóvenes”, dos años después sus composiciones fueron prohibidas. Aunque era un modernista comprometido que colaboraba tanto con músicos izquierdistas como con judíos, la actitud apolítica de Hindemith, su predisposición a transigir y su reputación internacional, le permitieron tener una carrera sorprendentemente larga en la Alemania nazi y disfrutar del apoyo periódico de altos funcionarios nazis. A pesar de, o quizás a causa de, la censura nazi a la que estaba expuesto, Hindemith permaneció como el máximo ejemplo del compositor alemán moderno y su nombre se convirtió en sinónimo de la relación tortuosa del nazismo con la modernidad.
Hindemith nació en Hanau en 1895. De niño estudió violín, viola, piano y percusión. Ya de adolescente ingresó en el conservatorio de música de Frankfurt del Meno, donde estudió dirección de orquesta, composición y violín. Cuando su padre murió en la Primera Guerra Mundial, la situación financiera de la familia empeoró y Hindemith tomó varios trabajos para mantenerlos. En 1915 fue designado primer violín de la orquesta Ópera de Frankfurt y se desempeñó como director de orquesta allí hasta 1923, con una interrupción de dos años cuando fue reclutado en 1917.
A principios de 1920, ya era un reconocido violinista, viola y especialmente compositor. Sus óperas expresionistas mostraban la influencia de las armonías atonales y en especial del jazz, pero sus composiciones cubrían toda la gama del género: escribió canciones para niños, música de cámara, música experimental de teatro y Lieder. Su variedad de intereses provocó que la derecha política lo condenara; ya en los años veinte fue condenado por estar 'en casa, en todos lados, menos en el alma del pueblo alemán'. A pesar de esta prensa negativa, su carrera floreció. En 1927, le ofrecieron ser profesor de composición en la Academia de Música de Berlín y, dos años más tarde, fundó el Cuarteto Amar.
Hindemith tuvo relación con muchos de los músicos más importantes de su época. Al principio, su relación con el expansivo movimiento nazi fue compleja. A menudo sus óperas eran denunciadas en la prensa nazi. Su casamiento con una mujer judía y sus amistades con izquierdistas empeoraron las cosas. Un crítico escribió que la música de Hindemith “es extraña para el estilo alemán, ya que no es arte en el sentido más elevado, sino más bien seudo arte pretencioso con simples juegos vacíos de tonos.”
Sin embargo, su talento impresionó a algunos nazis amantes de la música y se volvió más complaciente con el nuevo régimen. Comenzó a marcar su apariencia "germánica" y se focalizó en su antiguo interés por la música popular alemana. En junio de 1933, un crítico musical nazi elogió su cambio en cuestiones políticas y artísticas:
Luego de buscar incesantemente y de pasar de un género a otro durante los años de desarrollo, los nuevos trabajos instrumentales compuestos por Hindemith, fieles al clasicismo y con sentido de claridad y firmeza, transmiten la esencia de la música alemana a través del uso mínimo de notas, ritmos y formas.
En marzo de 1934, estalló lo que se conoció como "el caso Hindemith". El director de orquesta Wilhelm Furtwängler planificó el estreno de la ópera Mathis del Maler (“Mathis, el pintor”) de Hindemith para la temporada 1934-35. Sin embargo, el funcionario nazi Göring prohibió la presentación. La continua colaboración de Hindemith con artistas judíos, sus conexiones familiares y sus trabajos previos con artistas como Kurt Weill y Bertolt Brecht pesaba mucho en su contra. Furtwängler amenazó con renunciar a menos que se levantara el boicot contra Hindemith y escribió cartas abiertas a la prensa donde defendía al compositor. A pesar de ello, procuraba evitar conflictos con el partido nazi y esquivaba las críticas de las autoridades. Finalmente se estableció el poder del régimen nazi sobre la expresión artística. Bajo la presión de Goebbels, Hindemith solicitó una licencia indefinida de su puesto en la Academia de Berlín y aceptó la invitación del gobierno turco para fundar una escuela de música en Estambul.
Sin embargo, éste no fue el fin de la relación de Hindemith con la Alemania nazi. El 17 de enero de 1936 firmó un juramento de lealtad a Hitler y empezó un lento proceso de integración. Le encomendaron escribir una pieza musical para la Luftwaffe y sus trabajos fueron presentados en salas de conciertos alemanas. Sin embargo, esta vez no logró superar su reputación: la tensión por el compromiso del estado de eliminar la "influencia degenerada" de la música alemana marcó el fin de su carrera dentro de la Alemania nazi. En octubre sus trabajos fueron prohibidos (aunque, como solía pasar con la política nazi, con algunas excepciones) y él y su mujer judía fueron incluidos en la exposición de música "degenerada" de 1938. Cuando finalmente se convenció de que no podía trabajar de manera productiva en la Alemania nazi, el compositor se dirigió a Suiza y luego emigró a los Estados Unidos en 1940.
A pesar de intentar conciliarse con el nazismo por años, Hindemith continuó construyendo su exitosa carrera en los Estados Unidos, donde su música había estado presente desde los años veinte. Consiguió una cátedra en Yale en 1941. Inmediatamente después de la guerra, se consideró que su música estaba entre los pocos trabajos contemporáneos alemanes libres de la influencia nazi. Su popularidad estalló repentinamente y sus obras frecuentemente se presentaban en los escenarios de las zonas ocupadas.
En 1953 regresó a Europa y se instaló en Zurich, donde enseñó composición en la universidad y comenzó gradualmente a dirigir orquestas con más frecuencia. Murió en Frankfurt del Meno en diciembre de 1963.

http://holocaustmusic.ort.org/es/politics-and-propaganda/third-reich/hindemith-paul/

Los Planetas, de Gustav Holst


Los Planetas es una obra compuesta por Gustav Holst entre 1914 y 1916, y dedicada a los planetas del Sistema Solar entonces conocidos, excluyendo a la Tierra… y a Plutón, que por entonces no había sido siquiera descubierto (lo fue en 1930, aún en vida del compositor, que en cualquier caso no le agregó a la Suite, dejándola finalmente como quedó en 1916).
Durante varias décadas se ha tenido la obra como incompleta, debido a la ausencia en ella de una parte, de un movimiento dedicado al noveno planeta… Tanto es así que en fecha tan reciente como en el año 1999 la Orquesta de Halle encargó al músico Colin Matthews, gran estudioso de la obra de Holst, que compusiera una pieza para el pobre Plutón, cosa que hizo, siendo estrenada el año 2000. Plutón, allá en lo profundo del Sistema Solar, quedó por fin contento… pero por poco tiempo: en agosto de 2006 cambió el status de Plutón, que dejó de ser un planeta con toda la barba y fue relegado a la categoría de “planeta enano” por la Unión Astronómica Internacional. Vaya: ahora que Plutón tiene por fin su parte en la obra… ha dejado de ser un planeta. Triste destino musical, el de esa pobre roca helada que responde al nombre de Plutón.
Nació Gustavus Theodore von Holst en Cheltenham, en Gloucestershire, en pleno corazón de Inglaterra, en 1874, inglés de pura cepa a pesar de su rimbombante nombre germano… y es que la familia de Holst procedía de Suecia vía Lituania, aunque llevaban ya tres generaciones asentados en suelo inglés. En 1914, una vez comenzada la Gran Guerra (pocos podían imaginar en 1918 que pocos años después habría otra Recojo-Gran-Guerra que dejaría a ésta en pañales), nuestro protagonista de hoy se cambiaría de nombre para evitar que le confundieran con alemán en su propia patria, eliminando el aristocrático “von” y el germano “Gustavus”, y se quedó en Gustav Holst, que es como es conocido universalmente.
Como tantos otros en la época, su afición por la música fue temprana, aunque lo tuvo fácil, pues su padre era profesor de piano, y a los 18 años de edad ya había compuesto diversas obras para piano, canciones, incluso una Sinfonía en do menor (se ve que ya desde pequeño sabía la diferencia entre los modos menor y mayor, no como algunos ignorantes como yo, que la desconocían hasta que Gustavo publicó su magno artículo al respecto), y se ganaba unas libras (o unos chelines, quien sabe) como organista y director del coro de Wyck Rissington.
En el Royal College of Music de Londres, en el que estudió armonía, composición y todas estas cosas que hacen que un músico sea un músico, conoció a Ralph Vaughan Williams, alumno como él, aunque un par de años mayor, con quien trabó una amistad que duraría toda su vida, por más que los estilos compositivos de ambos sean muy distintos.
Hubiera querido nuestro buen Gustavus ganarse la vida como pianista, como su padre, pero desde pequeño padecía de neuritis, que le afectaba a un brazo, de tal modo que le dificultaba la ejecución de las piezas al piano, incluso cuando tenía algún episodio especialmente fuerte apenas podía sostener un lápiz en su mano derecha, así que se pasó al trombón de varas, y como trombonista se ganó la vida una temporada, hasta que consiguió ser nombrado director musical de la Escuela Femenina de Saint Paul, en Hammersmith, Londres, donde estuvo dando clases a señoritas durante más de treinta años, hasta su misma muerte. Este trabajo estable le permitió dedicar los fines de semana y las vacaciones escolares para componer, y así surgieron sus obras más renombradas. Fue, definitivamente, un compositor dominical.[2]
Y así pasaron los años hasta que, durante un viaje por España en 1912, el también compositor inglés Clifford Bax le introdujo en el mundo de la astrología, que le cautivó durante el resto de su vida. Se convirtió en un experto astrólogo, llegando incluso a realizar horóscopos y cartas astrales y estas cosas (aunque sólo para sus amigos) hasta su muerte, en 1934.
Y precisamente es con la astrología con lo que tiene que ver la composición de la obra de hoy: Los Planetas. No con los dioses romanos de los que toman sus nombres, o al menos no mucho, y todavía menos con sus características físicas, que, de todos modos, en la época de su composición (1914-1916) eran prácticamente desconocidas… y además aún faltaban algunos años para que Pedro nos contara estas planetarias características en su admirable serie.
Por lo tanto, aquí Holst no hace realmente música programática, o al menos no demasiado, pues no intenta describir ni al planeta en sí ni al dios romano que le presta su nombre, sino más bien la significación astrológica que cada planeta tiene (o que le sugería a él, al menos), es decir, en la influencia que sobre la vida de cada cual tiene un planeta dependiendo de en qué casa estaba cuando nació el interfecto, o si está alineado o no con no sé qué otro planeta o estrella, o lo que sea. No me preguntéis, que si de música sé poco, aun menos sé de astrología. El caso es que ése es el motivo de que en la suite no exista una pieza dedicada a la Tierra, puesto que su influencia astrológica es inexistente (eso he leído en algún sitio), a pesar de que es bastante evidente que el planeta que más influye en la vida de los humanos es el nuestro, y posiblemente también puede ser la causa de que ni siquiera se planteara escribir una pieza adicional para Plutón una vez descubierto, dado que la significación astrológica de Plutón es (o al menos lo era entonces, ignoro cuál será ahora) igualmente inexistente.
En cierto modo, Los Planetas son una rareza en la obra de Holst, debido a que su neuritis le imposibilitaba de tal modo para la escritura que componer una gran obra sinfónica como ésta, de cincuenta minutos largos de duración y, por lo tanto, con muchísimas líneas de pentagrama que rellenar, debió ser para él una tortura. Inicialmente escrita para dos pianos (excepto Neptuno, para órgano solo), fue adaptada para gran orquesta por el mismo Holst… pero tuvo que contratar amanuenses versados en música para que escribieran las partituras bajo sus indicaciones, puesto que él no era físicamente capaz de hacerlo.
La obra tuvo un gran éxito desde su mismo estreno, y ciertamente muy merecido, pero curiosamente Holst siempre estuvo quejoso porque la gran popularidad de la obra “tapaba” otras obras suyas que él consideraba de mayor calidad. En cualquier caso, es sin duda su obra más conocida, y probablemente, junto con “Pompa y Circunstancia” de Edward Elgar, la obra de un compositor inglés más conocida fuera de las islas.[3]
Los Planetas es una Suite estructurada, pues, en siete movimientos, dedicado cada uno de ellos a un planeta, desde el punto de vista de su significación astrológica, con su influencia en la mente de las personas, como hemos visto. Cada movimiento es titulado con el nombre del planeta en sí, más una coletilla descriptora (supongo que para los incultos como yo que no saben qué papel tiene cada planeta en la carta astrológica).
Aunque lo normal es que se ejecute la Suite completa, en ocasiones se representan sólo cuatro o cinco movimientos, generalmente terminando con el movimiento dedicado a Júpiter… el propio Holst abominaba de esta práctica, debida en su época a que la música era tan “rompedora” que muchos directores preferían no someter a los espectadores a tan sorprendente música durante mucho tiempo.[4] Holst decía que terminar la suite con el movimiento dedicado a Júpiter dejaría una impresión de “final feliz” en la obra, cuando en el mundo real el fin nunca es feliz en absoluto…
Los movimientos de la obra son, pues, los siguientes:
1 – Marte, el que trae la guerra.
2 – Venus, el que trae la paz (o… ¿será la que trae la paz? No lo sabemos, pues en su título inglés original, “the bringer of peace”, es tanto masculino como femenino).
3 – Mercurio, el mensajero alado.
4 – Júpiter, el que trae la alegría.
5 – Saturno, el que trae la vejez.
6 – Urano, el mago.
7 – Neptuno, el místico.
Bueno, por los títulos ya veis que sí, que Holst define a los planetas de forma astrológica, pero no sé si ésta está íntimamente unida al carácter del dios romano correspondiente (o del griego en que se basa), pero el caso es que Marte (Ares) era el dios romano de la guerra, que Venus (Afrodita) era la diosa del amor (y por lo tanto, de la paz), que Mercurio (Hermes) era efectivamente un mensajero alado, y Júpiter (Zeus) era el Jefe de los dioses y por lo tanto podía aportar alegría, o dolor o lo que fuera…
Hay muchas especulaciones acerca de por qué ese orden concreto de movimientos, y no hacerlo en el orden “normal” según su distancia al Sol que todos nos sabemos de memoria por haberlo recitado en el colegio cuando éramos niños… probablemente, porque ése fue el orden en que los escribió, a excepción de Mercurio, que de hecho fue el último movimiento en ser escrito. Además, los cuatro primeros movimientos corresponden por sus tempos con precisión a los movimientos de una Sinfonía clásica (Allegro-Adagio-Scherzo-Allegro), pero… vaya Vd. a saber la razón final de Holst para hacerlo así.
http://eltamiz.com/elcedazo/2013/10/20/historia-de-un-ignorante-ma-non-troppo-los-planetas-de-gustav-holst/



Nocturno III Una noche (José Asunción Silva)

Una noche
Una noche toda llena de perfumes, de murmullos y de músicas de alas,
Una noche
En que ardían en la sombra nupcial y húmeda las luciérnagas fantásticas,
A mi lado lentamente, contra mí ceñida toda, muda y pálida, Como si un presentimiento de amarguras infinitas,
Hasta el más secreto fondo de las fibras te agitara,
Por la senda florecida que atraviesa la llanura
Caminabas,
Y la luna llena
Por los cielos azulosos, infinitos y profundos esparcía su luz blanca,
Y tu sombra
Fina y lánguida,
Y mi sombra
Por los rayos de la luna proyectadas,
Sobre las arenas tristes
De la senda se juntaban,
Y eran una,
Y eran una,
Y eran una sola sombra larga
Y eran una sola sombra larga
Y eran una sola sombra larga...

Esta noche
Solo; el alma
Llena de las infinitas amarguras y agonías de tu muerte,
Separado de ti misma por el tiempo, por la tumba y la distancia,
Por el infinito negro
Donde nuestra voz no alcanza,
Mudo y solo
Por la senda caminaba...
Y se oían los ladridos de los perros a la luna,
A la luna pálida,
Y el chillido
De las ranas...
Sentí frío; era el frío que tenían en tu alcoba
Tus mejillas y tus sienes y tus manos adoradas,
Entre las blancuras níveas
De las mortuorias sábanas,
Era el frío del sepulcro, era el hielo de la muerte
Era el frío de la nada,
Y mi sombra,
Por los rayos de la luna proyectada,
Iba sola,
Iba sola,
Iba sola por la estepa solitaria
Y tu sombra esbelta y ágil
Fina y lánguida,
Como en esa noche tibia de la muerta primavera,
Como en esa noche llena de murmullos de perfumes y de músicas de alas,
Se acercó y marchó con ella
Se acercó y marchó con ella...
Se acercó y marchó con ella...¡Oh las sombras enlazadas!
¡Oh las sombras de los cuerpos que se juntan con
las sombras de las almas...
¡Oh las sombras que se buscan en las noches de tristezas y de lágrimas!



Canciones con historia - Rock argentino: “Era en Abril” Juan Carlos Baglietto- Silvina Garré

El rosarino Juan Carlos Baglietto es su disco debut "Tiempos Difíciles", editado en 1982 presento un muy buen disco, que traía, entre otros muy buenos temas, "Era En Abril". Esta canción fue escrita por otro joven compositor nacido en Rosario también, Jorge Fandermole y que rápidamente se convertiría en uno de los clásicos del rock nacional. Su letra aborda dos temas casi tabú por aquellos años, la muerte y el suicidio. Si bien las imagenes pintadas por su autor están pobladas de una gran belleza poética, la muerte de un niño apenas nacido provoca una gran contraste realzando lo tremendo del mismo. También menciona el suicidio de sus padres como una rápida solución a tan terrible hecho. Por aquellos años Baglietto estaba casado con la vocalista de su banda, Silvina Garre y como el publico los asociaba con la canción, en mas de una oportunidad recibieron el aliento y apoyo por tan duro trance que paso la joven pareja. En realidad, la letra fue escrita por Fandermole cuando tenia 14 años y es totalmente ficticia, pero temían defraudar a sus conmovidos espectadores contándoles la verdad, ni ellos habían perdido un hijo, ni la historia era verdadera. Con los años, cada uno seguiría su camino, ella como una tibia solista y Baglietto con una carrera musical ligada a Lito Vitale en los últimos años. Hace ya bastante tiempo paso por Río Gallegos presentando su disco "Postales de este lado del Mundo", creo que en 1992 mas o menos, en lo personal una gran decepción ver y charlar con un hombre cansado, calvo y solo un fantasma de aquel trovador de larga cabellera y fuerza arrolladora. Los años pasan, no solo para los admiradores ... para los ídolos también.

Era en abril

Sabes hermano lo triste que estoy
se me ha hecho duelo de trinos
y sangre la voz
se me ha hecho pedazos
mi sueño mejor
se ha muerto mi niño, mi niño, mi niño,
mi niño hermano.

No pudo llenarse la boca de voz,
apenas vació el vientre,
de mi dulce amor.
enorme y azul, la vida se le dio;
no pudo tomarla, no pudo tomarla,
de tan pequeño

Yo le había hecho una blanca canción
de un amor entre una nube
y un pez volador, lo soñé corriendo abrigado en sudor
las mejillas llenas las mejillas llenas
de sol y dulzor

Era en abril el ritmo tibio
de mi chiquito que danzaba
dentro del vientre un prado en flor
era su lecho y el ombligo
y el ombligo el sol

No busques hermano camino mejor
que ya tengo el alma muda
de decirle adiós
que hacemos ahora mi dulzura y yo
con dos pechos llenos con dos pechos llenos
de leche y dolor

Era en abril el ritmo tibio
de mi chiquito que danzaba
dentro del vientre un prado en flor
era su lecho y el ombligo
y el ombligo el sol

Estamos pensando sería mejor,
el marcharnos tres, el marcharnos tres
que quedarnos dos.

http://quesonesaspalabras.blogspot.com.ar/2007/10/era-en-abril.html



Angeles - Robbie Williams

Me siento y espero
¿Un ángel contempla mi destino?
¿Y ellos saben?
¿Los lugares donde vamos?
Cuando estamos grises y viejos
Porque he hablado
La salvación permite que sus alas desplieguen
Pues cuando me recuesto en mi cama
Los pensamientos corren en mi cabeza
Y siento que el amor ha muerto
En cambio estoy amando ángeles
Y a través de todo ella me ofrece protección
Mucho amor y afecto
Si tengo razón o no
Y bajo la cascada
Donde pueda tomarme
Yo sé que la vida no me hará daño
Cuando vengo a llamar ella no me desamparará
En cambio estoy amando ángeles
Cuando me siento débil
Y mi dolor camina calle abajo
Miro hacia arriba
Y sé que siempre voy a estar bendecido con amor
Y mientras el sentimiento crezca
Ella le da carne a mis huesos
Y cuando muera el amor
En cambio estoy amando ángeles
Y a través de todo ella me ofrece protección
Mucho amor y afecto
Si tengo razón o no
Y bajo la cascada
Donde pueda tomarme
Yo sé que la vida no me hará daño
Cuando vengo a llamar ella no me desamparará
En cambio estoy amando ángeles