miércoles, 20 de agosto de 2014



Toque invisible - Genesis

Bueno, he estado esperando, esperando aquí tanto
Pero pensando que nada, nada podría salir mal,
pero ahora lo sé
Ella tiene la habilidad de conseguir todo lo que ve
Y parece que ahora estoy cayendo, cayendo por ella

CORO
Ella parece tener un toque invisible
Ella logra agarrar bien firme tu corazón
Ella parece tener un toque invisible
Toma el control y lentamente te rasga en partes

Realmente no la conozco, solo se su nombre
Pero gatea bajo su piel, nunca eres lo muy igual,
y ahora lo sé
Ella tiene algo que no puedes creer,
es algo misterioso
Y parece que ahora estoy cayendo, cayendo por ella

CORO

A ella no le gusta perderte, está siguiendo un juego
Y aunque perderá tu vida, la querrás igual,
ahora lo sé
Ella tiene la habilidad de conseguir todo lo que ve
Y parece que ahora estoy cayendo, cayendo por ella.

La evolución hasta el ser humano - Sagan/Vangelis

LA EVOLUCIÓN NO ES UNA TEORÍA, ES UN HECHO  - Carl Sagan

Carl Edward Sagan fue un astrónomo, astrofísico, cosmólogo, escritor y divulgador científico (casi nada) estadounidense, nacido en Nueva York, el 9 de noviembre de 1934 y fallecido en Seattle, el 20 de diciembre de 1996.Mediante sus observaciones de la atmósfera de Venus, fue de los primeros científicos en estudiar el efecto invernadero a escala planetaria.

Carl Sagan ha sido muy popular por sus libros de divulgación científica: en 1978, ganó el Premio Pulitzer de Literatura General de No Ficción por su libro Los Dragones del Edén, por la galardonada serie documental de TV Cosmos: Un viaje personal y por la novela Contacto.

El Origen de la Vida

Trazar el camino que siguió la humanidad durante este prolongado lapso de tiempo es el reto al que se enfrentan los paleoantropólogos, los científicos que estudian nuestros orígenes.

Su desafío, no obstante, es tan apasionante como quijotesco, puesto que, de un proceso tan dilatado y complejo como es el de la hominización, hoy sólo se conservan unos cuantos restos de herramientas y huesos fosilizados que, pese a su innegable valor documental, resultan insuficientes para completar el árbol de la evolución humana.

Pero lo que hoy sabemos sobre nuestros antepasados es mucho más de lo que hace sólo unas décadas los prehistoriadores llegaron a imaginar. El desarrollo de la genética, por ejemplo, ha permitido que algunas teorías existentes hayan sido confirmadas o descartadas y, en un futuro no muy lejano, probablemente, la tecnología dará respuesta a aquellas preguntas sobre la evolución humana que permanecen sin contestar. La investigación, mientras tanto, continúa.

La Aparición de la Vida en la Tierra

 El ser humano es un recién llegado a la Tierra. Según el calendario cósmico creado por el científico estadounidense Carl Sagan, si comparáramos la historia del universo con un año de nuestra existencia, podríamos establecer que la aparición y desarrollo del género Horno en el planeta se correspondería sólo a la última hora y media del 31 de diciembre, y que, un hecho tan ancestral como hoy nos parece la invención de la escritura, se habría producido en realidad a únicamente 9 segundos del fin de año.

En este sentido, tomando como referencia los estudios radiométricos realizados en los minerales más antiguos del planeta, hoy puede determinarse que la Tierra se formó hace 4550 ± 70 millones de años. Nuestro planeta, según afirman los geológos, habría sido inicialmente un globo incandescente que, tras un proceso de acreción de meteoritos, aumentó de tamaño y, con el paso del tiempo, acabó enfriándose y solidiflcándose.

Durante este proceso, que duró unos mil millones de años, la influencia de la gravedad provocó que los materiales pesados se fueran depositando en el interior del globo, mientras que los más ligeros permanecieron en la superficie. Así se formó la corteza terrestre. Al mismo tiempo, las erupciones volcánicas generaron la salida de vapores y gases, y la consiguiente aparición de una atmósfera primitiva, compuesta de hidrógeno, helio, anhídrido carbónico y vapor de agua.

Cuando la temperatura de la superficie fue inferior a la de la ebullición del agua, el vapor se condensó en grandes cantidades y provocó fuertes precipitaciones que, además de erosionar las rocas de la corteza terrestre, determinaron la aparición de los océanos. Fue en este contexto, hace unos 3.500 millones de años, cuando, en el agua, aparecieron las bacterias más primitivas —es decir, los primeros organismos vivos—.

Tuvieron que pasar unos 700 millones de años más, no obstante, para que estas primigenias formas de vida evolucionaran hasta convertirse en algas unicelulares capaces de realizar la fotosíntesis y expulsar oxígeno. Con la incorporación de este último elemento a la atmósfera, hace unos 1500 millones de años, aparecieron las primeras células eucariotas —con núcleo diferenciado— y, unos 500 millones de años más tarde, la evolución de éstas permitiría el desarrollo de seres capaces de intercambiar información genética entre sí —es decir, de reproducirse sexualmente—.
En el siguiente período, el Ordovicio, fueron muy abundantes los trilobites y los corales y, al mismo tiempo que aparecían las primeras formas de vertebrados marinos —los peces sin mandíbulas, como las lampreas-, algunas plantas e invertebrados iniciaron la colonización de tierra firme. Por su parte, la tercera división de la Era Primaria, el Silúrico, estuvo marcada por la abundancia de algas marinas y de peces —algunos ya con mandíbulas-, así como por la existencia de miriápodos y de plantas vasculares —con conductos internos para la circulación de agua y nutnentes— en el medio terrestre.

La aparición de nuevas tierras. altas cordilleras y grandes lagos inauguró el período que siguió a] Silúrico, el Devónico, conocido también como la “era de los peces”. Junto a la floreciente fauna marina y lacustre, en este tiempo se multiplicaron las formas de vida en las tierras emergidas, mostrándose, por ejemplo, los más primitivos insectos y anfibios; estos últimos, como una evolución de los peces pulmonados y con aletas pedunculadas —es decir, capaces de respirar y de desplazarse fuera del agua—.

En el Carboníféro, las especies vegetales, como los helechos y los gigantescas. Fue en este momen to, además, cuando crecieron las primeras coníferas, dando lugai a espesas selvas que, enterradas bajo los aluviones en épocas posteriores, serian responsables de la formación del carbón mineral. La existencia de un clima pantanoso, húmedo y cálido, por otra parte, favoreció la multiplicación de familias y especies de insectos —tanto terrestres como voladores— y de anfibios. De un grupo de éstos, precisamente, evolucionarían los reptiles, los primeros seres que pusieron sus huevos fuera del agua y que, gracias a desarrollar una articulación occipital, pudieran mover la cabeza.

Durante el Pérmico, el período que pone fin al Paleozoico, los desiertos y las montañas sustituyeron progresivamente a los húmedos bosques y pantanos del hemisferio Norte. Este cambio climático y ambiental provocó el retroceso de los animales que dependían del agua, como los anfibios, y benefició a aquellos que, por su evolución fisiológica y reproductiva, mejor se habían adaptado a la vida terrestre: los insectos y los reptiles.

De entre los grupos de reptiles surgidos a finales de la Era Primaria destacan los terápsidos, los antepasados de los mamíferos. Se trataba en su mayoría de animales terrestres, con grupos tanto de carnívoros como de herbívoros, que, a diferencia del resto de reptiles, desarrollaron poco a poco la capacidad de regular la temperatura interna de su cuerpo. A finales del Pérmico, no obstante, algún tipo de catástrofe acabó con numerosas especies vegetales y animales del planeta, y, junto a éstas, se extinguieron la mayor parte de terápsidos.

Dominio de los dinosaurios

El Paleozoico dio paso al Mesozoico o Era Secundaria, que se inició hace unos 250 millones de años. El primero de los tres períodos geológicos en que se divide éste, el Triásico, estuvo caracterizado en sus últimos momentos por una nueva extinción masiva de especies y por la aparición de los saurios, que pronto se diversificaron y, gracias a su capacidad de adaptación, comenzaron a dominar el planeta.

Los únicos descendientes de los terápsidos del Paleozoico que sobrevivieron al Triásico fueron los cinodontes, que, tras millones de años de evolución, darían origen a los mamíferos. En este sentido, muchos expertos apuntan al Thrínaxodon como posible ancestro directo. Los mamíferos aparecieron en la Tierra hace unos 230 millones de años, es decir, a finales del Triásico. Una de las especies más primitivas que se conocen fue el Morganucodon, cuyo fósil ha sido encontrado en cuevas de Gran Bretaña y de China. Según se cree, este diminuto insectívoro, con aspecto de zarigüeya y costumbres nocturnas -lo que se deduce por el gran tamaño de sus ojos— empezó a caminar por el planeta hace unos 200 millones de años. Establecer exactamente la frontera que existió entre los primeros mamíferos y los reptiles cinodontes —con quienes llegaron a convivir largo tiempo— resulta muy diflcil, puesto que órganos como el pelo o las mamas, que son los que definen a los mamíferos, no se conservan fosilizados.

Mientras los dinosaurios fueron amos y señores de la Tierra, lo que ocurrió durante el Jurásico y el Cretácico —hasta hace unos 65 millones de años—, los mamíferos fueron pequeños e insignificantes. A la sombra de los gigantescos reptiles, no obstante, los descendientes de los terápsidos lograron diversiflcarse y evolucionaron lentamente. En este período, por ejemplo, aparecieron los primeros monotremas —parientes lej a-nos del ornitorrinco—, así como los ancestros de los marsupiales y de los placentarios. Sin embargo, de todos los grupos de mamíferos del Mesozoico, el más destacado tite el de los multituberculados, diminutos animales de aspecto parecido a los roedores que se extinguieron hace 30 millones de años. En el Jurásico, por su parte, también aparecieron las aves, evolucionando a partir de un grupo de reptiles voladores.

La era de los mamíferos

Al final del período Cretácico, se produjo la extinción masiva de los dinosaurios y otras especies vivientes. Las causas de esta catástrofe son aún desconocidas, aunque la teoría más aceptada es la que señala el impacto de un meteorito de gigantescas dimensiones como detonante de un cambio climático con nefastas consecuencias para la flora y la fauna del planeta.

La desaparición de los grandes reptiles dio paso a la Era Terciaria —que, junto con la Cuaternaria, forman el llamado Cenozoico—.

Durante ésta, los mamíferos, aprovechando el vacío dejado por los saurios, se multiplicaron y diversificaron, imponiendo su dominio sobre el resto de vertebrados. De las 10 familias que existían al iniciarse el primer periodo de la Era Terciaria, el Paleoceno, se pasó a casi 80 en el Eoceno —tras sólo 10 millones de años de evolución—. Muchas familias de mamíferos modernos, por su parte, datan del Oligoceno —es decir, de hace entre 35 y24 millones de años—, y fue en el Mioceno —hace entre 24 y 5 millones de años- cuando se registró la mayor diversidad de especies. En este último período aparecieron los primeros y más primitivos hominoides, como los Proconsul, Diyopithecus y Rarnapithecus.

A partir del Mioceno, el número de mamíferos empezó a declinar y, como consecuencia de los profundos cambios climáticos que se produjeron durante el Plioceno, hace unos 2 millones de años muchas especies desaparecieron.

Estaba a punto de iniciarse la Edad del Hielo, la Era Cuaternaria o Neoceno, en la que un primate muy avanzado iba a imponer su dominio: el Homo.

http://www.taringa.net/posts/info/13920296/La-evolucion-no-es-una-teoria-es-un-hecho-Carl-Sagan.html


Zygmunt Stojowski - Suite for orchestra in E flat, Op. 9 (1890-91)


I. Thème varié [0:00]
II. Intermède polonaise [
10:59]
III. Rêverie et Cracovienne [
16:12]

Una suite orquestal temprana del compositor polaco Zygmunt Stojowski (1870-1946), escrita mientras vivía en París, donde estudió con Léo Delibes.  Fueron destacados conciertos los que marcaron el debut de Stojowski como compositor: extractos de la obra se estrenaron en 1891 bajo la batuta de Benjamin Godard.
Hans von Bülow, al cual había sido dedicada la Suite, también lo llevó a cabo, y cuando Pyotr Tchaikovsky oyó la música, él también resolvió llevar a cabo en un concierto de la música de los conductores jóvenes, a pesar de su muerte en 1893 impidió la ejecución de estos planes
Cuando Stojowski visitó a Johannes Brahms y le mostró la partitura de la suite, Brahms exclamó: "Donnerwetter! Sie instrumentieren aber raffiniert!" ("¡Dios mío! Usted orquesta con delicadeza!")

 Edward Elgar, también estaba muy impresionado con el joven compositor, y programó la Suite de Stojowski junto a su "Polonia" en su concierto de 1915, su estreno mundial.

Beethoven: El Concierto para violín

Beethoven compuso este concierto entre 1804 y 1807, cuando su poderosa imaginación funcionaba a pleno rendimiento y su genio creador estaba asombrando al mundo con obras como la Sonata Appassionata, Fidelio, las Oberturas Leonora, las Sinfonías 4, 5, y 6, el Concierto en sol mayor para piano y los tres Cuartetos Rasoumovsky. Todas ellas, obras de gran extensión, cuya profundidad rivaliza con la variedad de su carácter y que tanto por su cualidad como por su cantidad producen en conjunto una extraordinaria impresión de grandeza.

Este Concierto, una de las obras más brillantes del repertorio, fue escrito para el joven violinista vienés Franz Clement, entonces de veintiseis años de edad, quien dio la primera audición en diciembre de 1806 en el Theater an der Wien y de cuya orquesta era director. La tarea impuesta al solista no podía ser nada fácil si, además, tenemos en cuenta que Beethoven se retrasó bastante en la entrega del material. No hubo ensayos, el primer movimiento se ejecutó en la primera parte del concierto y el movimiento lento y el finale, en la segunda. En el intermedio Clement tocó una sonata suya sobre una sola cuerda con el violín en posición invertida. En su época tenía fama de buen virtuoso y se decía de él que era un fenómeno como ejecutante a primera vista. Sin duda debió de serlo.


Primer movimiento: Allegro ma non troppo - Cadenza
Beethoven no descansaba en su lucha contra el destino ni en su constante desafío al cosmos. Aquí se manifiesta el aspecto sereno de su genio: el movimiento tiene gran amplitud y es de carácter tranquilo. Esta última cualidad hizo pensar a muchos que la obra carecía de sentido y que, además, era excesivamente larga. Los mágicos y misteriosos golpes de timbal del principio proporcionan la arrebaradora melancolía que impregna todo el movimiento. La introducción orquestal es larga, Beethoven no tiene prisa. El ritmo de las notas de timbal persisten, en una tonalidad o en otra, a lo largo de todo el movimiento de un modo parecido al del famoso principio de la Sinfonía en do menor que predomina en el primer movimiento de aquella obra maestra.
Un tutti orquestal introduce los dos temas principales. Los oboes, clarinetes y fagots tienen una melodía de una deliciosa cualidad lírica: un contraste con el timbal del principio que produce un efecto poético acentuado por el amplio tema de los primeros violines. Después de un poderoso clímax orquestal y de su dramática desaparición, el violín solista hace su sorprendente e impresionante entrada, otro acierto genial de Beethoven. El solista y la orquesta discuten luego esas fértiles ideas con interés cada vez más concentrado. Todo ello se presta en gran manera al lucimiento del solista, pero un lucimiento de valor artístico, no un puro exhibicionismo inútil. La tranquilidad de este movimiento alcanza una serenidad suprema en el último tema introducido por el fagot y contestado por el violín solista. Termina en un vigoroso crescendo. Sus proporciones son tan notables como su belleza melódica.



Segundo movimiento: Larghetto

Los movimientos lentos de Beethoven penetran en el corazón del auditorio y este no podía ser una excepción. Se basa principalmente en una bella melodía que se escucha al principio sobre los violines con sordina. Cuando se repite, el solista la acompaña con un comentario propio. Basándose en los dos temas principales y un tema secundario Beethoven crea gran número de variaciones. Toda la música tiene una cualidad de ensueño. A pesar del carácter estático y sutil de la misma, con otra idea genial el compositor la termina con un acorde alto y con la cadenza del violinista que enlaza el movimiento con el finale, en el cual nos vemos sumergidos inmediatemente con un característico y vigoroso Rondó.

Tercer movimiento: Rondó (Allegro) - Cadenza
En este movimiento no hay tiempo para reflexionar. Aquí se nos muestra el hombre genial en su más "desenfadado" sentido del humor y en su vena más feliz. Después de las delicadas sutilezas con que acaba de obsequiarnos, Beethoven ha encontrado el inevitable finale, alegre, ingenuo y vivaz. El solista se apodera al principio del tema principal y cuando éste pasa a la orquesta asciende a una culminación a la cual se añade un comentario de carácter alegre. La música va debilitándose de modo que el solista puede introducir otro tema con el acompañamiento de la trompa. La música del rondó reaparece tres veces y después de la tercera hay un intercambio enre el violinista y la orquesta en la cual prevalece el buen humor. También hay un delicioso diálogo entre el oboe y el violín solista después de la cadenza del violín. Luego los acontecimientos van avanzando con arte consumado hacia el último clímax en el cual el solista con arpegios y escalas , ejerce el más absoluto dominio sobre toda la orquesta con la habilidad del más impecable prestidigitador. Una y otra vez la orquesta intenta alcanzar el predominio, pero todos sus esfuerzos resultan infructuosos ante la actitud del solista.

El concierto para violín de Beethoven es una de las grandes obras maestras de la música universal. Y seguramente los habrá que lo escuchen ahora por primera vez.... ¡Qué hermosa experiencia les espera!


http://classicmusica.blogspot.com.ar/2008/09/beethoven-el-concierto-para-violn.html


martes, 19 de agosto de 2014



Soledades - Mario Benedetti

Ellos tienen razón
esa felicidad
al menos con mayúscula
no existe
ah pero si existiera con minúscula
seria semejante a nuestra breve
presoledad

después de la alegría viene la soledad
después de la plenitud viene la soledad
después del amor viene la soledad

ya se que es una pobre deformación
pero lo cierto es que en ese durable minuto
uno se siente
solo en el mundo

sin asideros
sin pretextos
sin abrazos
sin rencores
sin las cosas que unen o separan
y en es sola manera de estar solo
ni siquiera uno se apiada de uno mismo

los datos objetivos son como sigue

hay diez centímetros de silencio
entre tus manos y mis manos
una frontera de palabras no dichas
entre tus labios y mis labios
y algo que brilla así de triste
entre tus ojos y mis ojos

claro que la soledad no viene sola

si se mira por sobre el hombro mustio
de nuestras soledades
se vera un largo y compacto imposible
un sencillo respeto por terceros o cuartos
ese percance de ser buenagente

después de la alegría
después de la plenitud
después del amor
viene la soledad

conforme
pero
que vendrá después
de la soledad

a veces no me siento
tan solo
si imagino
mejor dicho si se
que mas allá de mi soledad
y de la tuya
otra vez estas vos
aunque sea preguntándote a solas
que vendrá después
de la soledad.





´Tu eres el único que me ha creado 
Creo que lo supiste desde el comienzo 
Llamo nuevamente , pero no hay nadie 
No sé dónde , ni con quien estuviste. 

Pero yo 
Te amo 
De todas las formas que tu quieres 

Tu eres el unico ... ahora en que estado estoy 
Tenerte fue tan dificil 
Yo luche por ti ,¿tu me dejaste ganar? 
Aún asi no me importa , no me importa 
Donde estuve 

Pero yo 
Te amo 
De todas las formas que tu quieres 

He echo todo lo posible 
Todas las cartas ... te he enviado 
Pongo mi vida en las palmas de tus manos 
Pueda ser que ahora puedas ver 
Cómo es ser yo 
Pero si me dejas 
Lo entendere , si 
Si me dejas , lo entendere 

Tu eres el unico que me ha creado 
Creo que lo supiste desde el comienzo 
Llamo a tus amigos , 
Pero ninguno está 
Tenerte es tan dificil 
Tu eres el unico !!!!

Misty Mountain Cold - JRRTolkien

Far over the misty mountains cold
To dungeons deep and caverns old
We must away ere break of day
To seek the pale enchanted gold.


The dwarves of yore made mightly spells,
While hammers fell like ringing bells
In places deep, where dark things sleep,
In hollow halls beneath the fells.


For ancient king and elvish lord
There many a gleaming golden hoard
They shaped and wrought, and light they caught
To hide in gems on hilt of sword.


On silver necklaces they strung
The flowering stars, on crowns they hung
The dragon-fire, in twisted wire
They meshed the light of moon and sun.


Far over the misty mountains cold
To dungeouns deep and caverns old
We must away, ere break of day,
To claim our long-forgotten gold.


Goblets they carved there for themselves
And harps of gold; where no man delves
There lay they long, and many a song
Was sung unheard by men or elves.


The pines were roaring on the height,
The winds were moaning in the night,
The fire was red, it flaming spread;
The trees like torches blazed with light.


The bells were ringing in the dale
And men looked up with faces pale;
The dragon's ire more fierce than fire
Laid low their towers and houses frail.


The mountain smoked beneath the moon;
The dwarves, they heard the tramp of doom.
They fled their hall to dying fall
Beneath his feet, beneath the moon.


Far over the misty mountains grim
To dungeons deep and caverns dim
We must away, ere break of day,
To win our harps and gold from him!



Misty Mountain Cold [Traducción]

Más allá de las frías montañas neblinosas
Hasta las mazmorras profundas y viejas cavernas
Debemos andar antes de que se rompa el día
Para buscar el pálido encantado oro.

Los enanos lanzaban poderosos hechizos
mientras las mazas derrumbaban como campanas sonantes,
en lugares profundos, donde criaturas sombrías duermen,
en salas vacías bajo las montañas.


Para el antiguo rey y señor de los elfos
hay más de un tesoro reluciente.
Dieron forma y forjado, y la luz atraparon
para esconder las gemas en la empuñadura de la espada


En collares de plata ponían y ensartaban
Las estrellas florecientes, en coronas que colgaban
El fuego del dragón, en alambre retorcido
Enntretejían la luz de la luna y del sol.


Más allá de las frías montañas neblinosas
Hasta las mazmorras profundas y viejas cavernas
Debemos andar antes de que se rompa el día
Para reclamar nuestro largo tiempo olvidado oro.

Allí esculpían las copas para sí mismos
y arpas de oro; donde ningún hombre se adentra
allí se echaban mucho tiempo, y muchos canciones
no eran oídas por hombres ni elfos


Los pinos rugían en la altitud, 
Los vientos se quejaban en la noche. 
El fuego era rojo, su llama se extendía; 
Los árboles como antorchas de luz sesgada,


Las campanas sonaban en el valle,
y los hombres, pálidos, miraban hacia arriba
La ira del dragón, más violenta que el fuego,
derribaba las torres y las casas frágiles.


La montaña humeaba  bajo la luna;
los enanos oyeron, el maleante de la perdición
Huyeron de su salón, para caer en la muerte
Bajo sus pies, bajo la luna.


Más allá de las frías y siniestras montañas
Hasta las mazmorras profundas y las sombrías cavernas
Debemos andar antes de que se rompa el día
Para ganar nuestras arpas y nuestro oro.