El Antiguo Egipto es la mayor civilización tecnológica de la antigüedad, el triunfo de la eficiencia y la inteligencia. Se pasa del neolítico a la historia en 2.500 años de acelerados avances técnicos. Los conocimientos científicos de los egipcios, su medicina, sus construcciones, su refinamiento siguen sorprendiendo y atrayendo.
Aquí nos vamos a ocupar de sus matemáticas. Tenían unos conocimientos matemáticos considerablemente avanzados. Los egipcios supieron solucionar los problemas que se les planteaban: tras la inundación anual del Nilo, las lindes desaparecían y tenían que volverlas a marcar, las construcciones (pirámides, templos,...), el comercio, los repartos,...
Sus cálculos no eran abstractos, buscaban lo más práctico aunque no tuvieran la resolución y la reflexión teórica que después alcanzarían los griegos. Al contrario que a los matemáticos griegos, no les preocupó la resolución teórica ni la reflexión sobre problemas matemáticos (numéricos, aritméticos o geométricos), sino su inmediata aplicación práctica. Pero, sin embargo, fueron precursores. Los más importantes matemáticos griegos viajaron por Egipto y Babilonia aprendiendo de estos pueblos.
Dominaron los números y sus operaciones Conocieron los números naturales y los racionales positivos de numerador 1, su aproximación al valor de =3'16 fue la más acertada en la antigüedad. Resolvían ecuaciones de segundo grado y raíces cuadradas para aplicarlas a los problemas de áreas. Aunque la suma funcionaba bien, el sistema de numeración egipcio presentaba algunas dificultades aritméticas entre las que destaca la práctica imposibilidad de organizarlos para multiplicar. Sin embargo consiguieron que la aritmética fuera su fuerte; la multiplicación y las fracciones no tenían secretos para ellos. La multiplicación se realizaba a partir de duplicaciones y sumas, y en la división utilizaban la multiplicación a la inversa.
• El sistema de numeración egipcio, era un sistema decimal (de base 10) por yuxtaposición.
Los egipcios utilizaron las fracciones cuyo numerador es 1 y cuyo denominador es 2, 3, 4,..., y las fracciones 2/3 y 3/4 y con ellas conseguían hacer cálculos fraccionarios de todo tipo.
Gracias a algunos de los papiros encontrados, entre ellos el de Rhind y el de Moscú, se conoce bastante respecto a las matemáticas de los egipcios. En ellos, se conservan resoluciones de problemas, con su planteamiento, operaciones y hallazgo de solución.
El principal texto matemático egipcio que se conoce, el Papiro de Rhind, fue escrito por un escriba (el único personaje que realizaba cálculos en Egipto, al que se le exigía el manejo de la multiplicación) bajo el reinado del Rey Hicso Ekenenre Apopi, hacia el 1600 a. C.
La geometría de los egipcios Los conocimientos geométricos de los egipcios también eran considerables. Sin dichos conocimientos no habrían podido construir las pirámides o medir tierras, etc... la geometría egipcia junto a la babilónica, fue la precursora de la potente geometría griega. Los primeros matemáticos griegos (Tales de Mileto, Pitágoras,...) viajaron por Babilonia y Egipto antes de realizar sus tratados.
Dominaban perfectamente los triángulos gracias a los anudadores. Los anudadores egipcios hacían nudos igualmente espaciados que servían para medir; fueron los primeros en observar que uniendo con forma de triángulo, cuerdas de ciertas longitudes se obtiene un ángulo recto, también conseguían mediante estos nudos triángulos rectángulos. Pitágoras recogió toda esta experiencia geométrica para su teorema. Es decir, los egipcios ya conocían la relación entre la hipotenusa y los catetos en un triángulo rectángulo. Utilizaban el más tarde se conoció como Teorema de Pitágoras, pero de forma práctica, no sabían demostrarlo.
Entre las fórmulas que tenían para medir áreas, se pueden citar las de superficie del cuadrado (a partir del triángulo), del rectángulo, del rombo y del trapecio. En cuanto al área del círculo utilizaron una fórmula que daba a un valor bastante aproximado.
Los papiros nos han dejado constancia de que los egipcios situaban correctamente tres cuerpos geométricos: el cilindro, el tronco de la pirámide y la pirámide. La utilidad de cálculo volumétrico resulta fácil: se precisaba, entre otras cosas, para conocer el número de ladrillos necesarios para una construcción.
Conoce algunos de los problemas que aparecen en los papiros:
• Papiro de Rhind: problema 79 (s. XVII a.C.) Había una propiedad compuesta por siete casas; cada casa tenía siete gatos; cada gato se comía siete ratones; cada ratón se comía siete granos de cebada; cada grano había producido siete medidas. ¿Cuánto sumaba todo esto?
"Tendrás un hijo de gran belleza y extraordinaria inteligencia; será uno de los hombres más sabios de todos los tiempos." Esto fue el anuncio que la sacerdotisa de Apolo hizo a Mnesarco y a su esposa, dos habitantes de la isla do Samos, en el mar Egeo. lira el año 580 a. de J. C, y ese mismo año la esposa de Mnesarco tuvo un niño al que dieron el nombre de Pitágoras.
Dieciséis años después, tal como lo había predicho la sacerdotisa, Pitágoras era ya famoso en toda la isla por su ingenio excepcional. Sus maestros, que no estaban ya en condiciones de responder a sus preguntas, decidieron mandarlo a la escuela de Tales, el sabio más famoso de aquella época.
En poco tiempo, Pitágoras consiguió aturdir también a Tales. El gran sabio de Mileto no sólo reconoció que ya no tenía nada que enseñar a su discípulo, sino que debía estudiar sus descubrimientos matemáticos y geométricos. Precisamente en esos años el joven Pitágoras ideó la famosa tabla numérica (llamada pitagórica) que permite efectuar todas las operaciones fundamentales con los primeros nueve números. Y no sólo eso. En ese mismo período enunció numerosos teoremas de geometría, como, por ejemplo, el que demuestra que la suma de los ángulos de cualquier triángulo es igual a dos ángulos rectos.
O como ese otro, según el cual el cuadrado construido 'sobre la hipotenusa de un triángulo rectángulo es equivalente a la suma de los cuadrados construidos sobre los otros dos lados (catetos) . Y otros. Pitágoras quiso también conocer la ciencia y las religiones de los pueblos más civilizados, y con tal objeto decidió emprender un largo viaje.
PITÁGORAS DE SAMOS (580 a.C- 520 a.C.)
Filósofo griego nacido en La Isla de Samos y muerto en Metaponto. Se lo considera el primer matemático puro, aunque no haya quedado ninguno de sus escritos. La sociedad que lideró estaba regida por códigos secretos que hace que su figura sea muy misteriosa.
La figura de Pitágoras está envuelta en un hato de Leyenda, misticismo y hasta de culto religioso. Y no es tan extraño si pensamos que fue contemporáneo de Buda, de Confucio y de Lao-Tse estos fundadores de las principales religiones orientales)
EL padre de Pitágoras fue Mnesarchus y su madre Pithais, quien era nativa de Samos. Mnesarchus fue un mercader proveniente de Tiro. Dice una historia que Llevó maíz a Samos, y como gratitud fue declarado ciudadano de Samos.
Se pueden distinguir tres etapas en su vida: la primera en el mundo griego, la segunda de viajes a Babilonia y Egipto y La tercera en Lo que más tarde Se Llamó la Magna Grecia , con un intermedio en Samos entre la segunda y la tercera etapa.
De pequeño Pitágoras viajó mucho con su padre. Hay registros de Pitágoras en Tiro, donde aprendió con los hombres ilustrados de Siria. También habría visitado Italia con su padre.
Tres filósofos se encontraban entre sus maestros. Uno fue Pherekydes. Los otros dos filósofos son Thai es y su discípulo Anaximandro, ambos vivían en Mileto, quienes Lo introdujeron en las ideas matemáticas.
Pitágoras conoce a Thales en Mileto entre Los 18 y 20 años. En este época, Thales era un anciano y contribuyó al interés de Pítágoras por la Matemática y La Astronomía y le aconseja viajar a Egipto para profundizar estos temas. Anaximandro Le dio clases de Geometría y Cosmología y muchas de sus ideas influyeron en Pitágoras.
Pitágoras viaja a Egipto en el 535 a.C. Esto es unos años antes de que el tirano Policrates tomara eL control de Samos. Pitágoras va a Egipto con una carta de recomendación de Policrates, de quien era amigo. Había una alianza y estrechos vínculos políticos, en esa época, entre Egipto y Samos. Allí visitó muchos templos y se vincutó con los sacerdotes, de quienes tomó muchas ideas que impuso posteriormente a su sociedad.
En el 525 a.C. Cambíses, invadió Egipto. Polícrates abandonó su alianza con Egipto y envió 40 barcos para unirse a Los persas en su invasión. Después que Cambises II ganó La Batalla de Pelusium en el Delta del Nilo, y capturó Hlliápolis y Menfis, Los egipcios fueron derrotados y Pitágoras fue tomado prisionero y Llevado a Babilonia.
En el 520 Pitágoras retorna a Samos desde Babilonia. No se sabe como obtuvo su liberación de Babilonia. Polícrates fue asesinado en 522 a.C. y en el verano del mismo año murió Cambises II (se suicidó o tuvo un accidente,según las diversas fuentes). La muerte de estos dos tiranos debe haber sido la razón por la cual Pitágoras regresó. Darío de Persia tomó el control Samos después de la muerte de Polícrates.
Pitágoras hizo un breve viaje a Creta luego de su regreso a Samos para estudiar el sistema de leyes vigentes. Cuando retornó a Samos, Pitágoras se trasladó a La polis (ciudad-estado) Crotona42, colonia griega en eL sur de Italia, alrededor del 518 a.C. Estas colonias gozaban entonces de una gran prosperidad, sobresaliendo entre ellas Síbaris, famosa en el mundo griego por sus riquezas y su vida lujosa.
Crotona era su principal rival y vecina. Allí llegó Pitágoras con un sistema de pensamiento más o menos perfilado después de su larga experiencia por Oriente y Egipto. La ciudad le pidió que expusiera sus ideas y, según la tradición, Pitágoras dirigió por separado cuatro grandes discursos a los jóvenes, al Senado a las mujeres y a los niños. El contenido de estos cuatro discursos tal como ha sido transmitido por diversos conductos, está Lleno de recomendaciones morales de gran perfección, derivadas fundamentalmente de la necesidad de ajustar la conducta humana a tos cánones de armonía y justeza que se derivan de La naturaleza misma de las cosas e ilustradas con elementos específicos de la mitología de los habitantes de Crotona. Como consecuencia de este primer contacto surgió, al parecer> no sólo en Crotona, sino en toda Italia un gran entusiasmo por Pitágoras.
En Crotona vivía Milán, un hombre rico y muy famoso, porque había sido el campeón de Los juegos olímpicos en doce ocasiones. Mitón estaba interesado en la Filosofía y la Matemática, y cedió parte de su casa a Pitágoras, para que crease su propia escueta. Allí fundó una Sociedad religiosa y filosófica.
La Sociedad que fundó (Hermandad Pitagórica) tenía un credo muy estricto y un rígido código de conducta, pero era igualitaria e incluía varias mujeres. Una de ellas era Teano, la hija de Milán con quien Pitágoras se casó.
Superado un período de prueba, se permitía a los nuevos iniciados en la secta oír la voz del Maestro, oculto tras una cortina. Años después, más profundamente purificadas sus almas por la regla pitagórica, se les permitiría ver a Pitágoras.
La Hermandad Pitagórica era una comunidad religiosa y uno de los ídolos que veneraban era el Número. Los pitagóricos creían que, merced a la Matemática, el alma podría ascender a través de las esferas hasta unirse finalmente a Dios. La secta estaba caracterizada por el retiro, el ascetismo y el misticismo.
Los pitagóricos dividieron el saber científico en cuatro ramas: La aritmética o ciencia de los números -su lema era todo es número -, la geometría, La música y la astronomía.
La perfección numérica, para los pitagóricos, dependía de los divisores del número.
Los pitagóricos estudiaron propiedades de los números que nos son familiares actualmente, como Los números pares e impares, números perfectos, números amigos, números primos, números figurados: triangulares, cuadrados, pentagonales. Estos últimos solo conservan un interés histórico.
Pero para los pitagóricos los números tenían otras características que no se aceptan en La actualidad, sostenían que cada número tenían su propia personalidad, masculina o femenina, perfecto o incompleto, hermoso o feo. El diez era el mejor número porque contiene en sí mismo (os cuatro primeros dígitos, 1+2+3+4=10, y estos escritos en forma triangular forman un triángulo perfecto.
El número de oro fue descubierto en La antigua Grecia, por Pitágoras. El símbolo de la Escuela de Pitágoras y por medio del cual se reconocían entre sí el símbolo de esta hermandad era la estrella de 5 puntas inscripta en un pentágono que ellos llamaban pentalfa (cinco alfas). Calcularon la relación que existía entre una diagonal y un lado del pentágono y encontraron que era siempre La misma. Lo llamaron razón áurea.
La razón áurea
Este cociente o razón se Llama La razón áurea. El número que resulta F = 1,61803398875... se llama número áureo o número de oro. (A F también se le representa por La Letra griega "fi")
La muerte de Pitágoras fue debida a una revuelta popular, debido a que el pueblo de Crotona pensaba que tas tierras conquistadas por una guerra con un pueblo vecino, se iban a entregar a Los pitagóricos. Los amotinados, rodearon la casa de Mitón, taparon las salidas y te prendieron fuego. Pitágoras y muchos de sus discípulos murieron. Los supervivientes huyeron y esto sirvió para divulgar sus conocimientos. Las teorías pitagóricas sólo se conocieron a través de sus discípulos.
A Pitágoras se le atribuye La invención de las palabras Filosofía (amor por la sabiduría y Matemática lo que se aprende, un matemático es el que aprende). Inventó estas palabras para describir sus actividades intelectuales.
EL mayor éxito científico atribuido a Pitágoras fue su estudio del sonido, descubriendo que las cuerdas de instrumentos musicales producían sonidos de tonos más agudos cuando se las acortaba. Gracias a sus observaciones, el estudio del sonido ha permanecido inalterable hasta nuestros días. Pitágoras pensaba que todo el universo se apoyaba en tos números y sus relaciones, procediendo a revestir a los números de ciertas propiedades mágicas, lo que llevó de una manera indirecta a la investigación sobre las propiedades matemáticas de aquellos.
Los pitagóricos adhirieron a ciertos misterios, proponían la obediencia y el silencio, la abstinencia de comida, simplicidad en la vestimenta y posesiones y la frecuente auto-examínación Creían en la inmortalidad y la reencarnación del alma. Pitágoras decía haber sido Euphorbus, un guerrero de la Guerra de Troya.
Pero Lo que colmó de gozo a Pitágoras, hasta el punto de mandar sacrificar un buey a los dioses, fue la demostración del famoso teorema. En geometría, el gran descubrimiento de la Escueta fue que la hipotenusa de un triángulo rectángulo es igual a la suma de los cuadrados de los catetos -conocido actualmente como el Teorema de Pitágoras-. Aunque este teorema era conocido por los babilonios 1000 años antes, Pitágoras fue el primero que lo demostró.
Por desgracia, el secreto que imponía las normas de la sociedad ha hecho imposible que esta demostración llegue a nuestro conocimiento, aunque podemos deducir que no sería muy distinta de la que Euclides nos brinda en sus Elementos. Sin duda es el teorema que cuenta con más número de demostraciones.
Scott Loomis reunió y publicó a principios del siglo XX 367 demostraciones.
A partir del teorema aparece el problema de la raíz cuadrada de 2, un número inconmensurable. Los griegos no pudieron darte solución a este problema. Los irracionales no tenían explicación para ellos, eran parte del alagas (lo que no se puede explicar).
Se descubrió así de manera tajante la irracionalidad. Este descubrimiento de la irracionalidad condujo inevitablemente a La elaboración de la teoría de la divisibilidad.
Los números perfectos
- El número 496 es un número perfecto
- ¿Y qué quiere decir un número perfecto?, preguntó el poeta. ¿En qué consiste la perfección del número?
- Número perfecto es el que presenta la propiedad de ser igual a La suma de sus divisores, excluyéndose, claro está, de entre ellos el propio número. Así, por ejemplo, el número 28 presenta 5 divisores menores que 28; 1, 2, 4, 7, 14
La suma de esos divisores es precisamente igual a 28. Luego 28 pertenece a la categoría de los números perfectos. El número 6 también es perfecto. Los divisores de 6, menores que 6, son : 1, 2, 3, cuya suma también es 6. Al lado del 6 y el 28 puede figurar el número 496, que también es perfecto.
Los números triangulares
Los números triangulares se generan a partir de la serie de tos números naturales puestos en línea, y por continuas adiciones de los términos sucesivos, uno a uno, desde el principio, de manera que por sucesivas combinaciones y adiciones de otro término a la suma, los números triangulares se van completando en orden regular.
Los números triangulares son, pues, suma de La serie de Los naturales hasta uno determinado: Por ejemplo 28 = 1 + 2 -e- 3 + 4 + 5 + 6 + 7. Por eso decimos que el 28 es número triangular de lado 7.
En lo que sigue designaremos abreviadamente Los números triangulares con eL número de que se trate seguido de su lado entre paréntesis. Así eL 28, que es número triangular de lado 7, se expresara como 28(7).
Otros números triangulares son: 120(15), 153(17), 276(23), 666(36).
Los números cuadrados y pentagonales
EL concepto es similar aL de tos números triangulares. El 1, 4, 9, 16, el 25, ... son números cuadrados, eL 1, 5, 12, 22, 35, ... son números pentagonales.
Números Amigos
Cada uno de ellos es igual a la suma de los divisores propios del otro, por ejemplo 12 y 16, 220 y 284.
La Armonía Musical
Pitágoras descubrió que existía una estrecha relación entre la armonía musical y la armonía de los números. Si pulsamos una cuerda tirante obtenemos una nota, cuando la longitud de la cuerda se reduce a la mitad es decir en relación 1:2 obtenemos 1/8. Si la longitud era 3:4 obtenemos la cuarta y si es 2:3 tenemos las quintas.
El revolucionario legado de Luis Leloir, el argentino Premio Nobel de Química
El 6 de septiembre de 1906 nacía en París Luis Federico Leloir, quién 64 años más tarde se convertiría en Premio Nobel en Química. Era para aquel entonces la tercera distinción de este tipo para la Argentina, después de Carlos Saavedra Lamas en 1936 (Nobel de la Paz) y de Bernardo Houssay en 1947 (Nobel de Medicina). Hacia este último, maestro suyo, profesaba una profunda admiración.
Esta distinción internacional se le fue otorgado por sus investigaciones centradas en los nucleótidos de azúcar y por el rol que cumplen en la fabricación de los hidratos de carbono. Su contribución sirvió, entre otras cosas, para entender en profundidad una enfermedad llamada galactosemia, en la cual se produce una incapacidad para transformar un hidrato de carbono proveniente de la leche, denominado galactosa, en glucosa, fuente de energía que todas las células del organismo necesitan para vivir. Al acumularse la galactosa se generan daños severos en distintos órganos como el hígado. En consecuencia, sus trabajos supusieron una verdadera revolución en la investigación bioquímica, y permitieron realizar importantes avances en medicina.
Si bien fue médico de formación (se graduó en la Universidad de Buenos Aires en 1932), no continuó con la asistencia de pacientes al no sentirse nunca satisfecho con la manera en que se los trataba por aquellos años. En un relato autobiográfico escribió que creía que no podía ser un buen médico porque nunca estaba seguro del diagnóstico o del tratamiento de los pacientes. Pero de lo que sí estaba convencido era de la necesidad de ahondar en el conocimiento de los diversos procesos biológicos, y ahí fue donde desplegó todo su talento. Fue así que inició la carrera de investigación en el Instituto de Fisiología de la Facultad de Medicina de la UBA que dirigía el Dr. Bernardo Houssay, con quién realizó su tesis doctoral.
Cuando 50 años más tarde de haber iniciado sus investigaciones se preguntó a si mismo por qué se había dedicado a la investigación dijo: "No sé cómo ocurrió que seguí una carrera científica. En la mayoría de los deportes era mediocre, por lo tanto esa actividad no me atraía demasiado. Mi falta de habilidad para la oratoria me cerró las puertas a la política y al derecho. Sí tenía gran curiosidad por entender los fenómenos naturales, capacidad de trabajo normal o ligeramente subnormal, una inteligencia corriente y una excelente capacidad para trabajar en equipo".
Precisamente estas capacidades fueron los pilares de su éxito como investigador. Pero el Dr. Leloir tenía otras cualidades: fue un hombre agradecido. En el discurso que realizó en oportunidad de la entrega del premio Nobel dijo: "Toda mi carrera ha sido influenciada por una persona, el Profesor Bernardo A. Houssay, quién dirigió mi tesis doctoral y quién durante todos estos años me dio generosamente su consejo y amistad". Valoraba la amistad, el trabajo en equipo, disfrutaba del trabajo con personas intelectualmente superiores y, mucho más, si tenían buen sentido del humor. A decir por las personas que lo han conocido, el Dr. Leloir tenía un gran sentido del humor, un humor sano, amable, no ofensivo.
Fue un hombre preocupado por el futuro de la sociedad y del país. Estaba convencido de que el desarrollo de una nación dependía del cultivo de la ciencia. En 1983 el Dr. Leloir escribió: "La sociedad debería tener la posibilidad de aprender los hechos importantes de la ciencia con la misma facilidad con que aprende literatura, música o deporte".
El ejemplo del Dr. Leloir nos inspira y nos invita a reflexionar acerca de la importancia del trabajo hecho con voluntad, seriedad, responsabilidad y aprecio por los colegas. Muchos años antes de obtener el premio Nobel, el Dr. Leloir recibió ofrecimientos más que tentadores para trabajar en Estados Unidos, pero eligió quedarse en Argentina para continuar su trabajo. Una nueva demostración del compromiso por su país.
Falleció en Buenos Aires el 02 de Diciembre de 1987.
*El autor es Investigador del Conicet, Médico especialista en Medicina Interna y Hepatología del Hospital Universitario Austral y Profesor de Fisiopatología y Biología Molecular Aplicada de la Facultad de Ciencias Biomédicas de la Universidad Austral.
En los miles de páginas de sus cuadernos, Leonardo recogió sus investigaciones sobre todos los dominios del saber, como la anatomía, la mecánica o la óptica
Jordi Pigem. Filósofo de la Ciencia y Escritor,
Leonardo da Vinci, el gran artista del Renacimiento, modelo del uomo universale, fue también un genio científico. Aparte de su obra pictórica, tan exquisita como escasa, hubo un Leonardo dedicado a la observación rigurosa, el experimento y la formulación exacta de principios generales a partir de la experiencia empírica. En los miles de páginas de sus cuadernos de notas, que sólo han empezado a ser estudiados a fondo en las últimas décadas, encontramos anticipaciones de muchos desarrollos posteriores de la ciencia moderna. Sus contemporáneos sabían que Leonardo dedicaba buena parte de su tiempo al estudio de la filosofía natural, que es como se llamaba a la ciencia entonces (el término inglés scientist no apareció hasta 1840) y asimismo tenemos constancia de que Leonardo planeaba publicar numerosos tratados científicos con los materiales recogidos en sus cuadernos. Pero pese a su enorme dedicación, nunca consiguió llevar a buen término su propósito.
Se conservan más de seis mil páginas de los cuadernos de Leonardo. Contienen miles de dibujos y gráficos acompañados de textos deliberadamente crípticos; por ejemplo, algunos fragmentos están escritos de derecha a izquierda, de modo que hay que leerlos con un espejo. Estos cuadernos se hallan esparcidos por toda Europa formando parte de colecciones privadas; muchos de ellos fueron a menudo olvidados y más de la mitad se han perdido irremediablemente, aunque alguno ha reaparecido como por milagro, como es el caso de los dos códices que se descubrieron entre polvorientos legajos en la Biblioteca Nacional de Madrid en 1965.
Los tratados que Leonardo tenía la intención de publicar abarcan todo tipo de disciplinas, desde las matemáticas a la anatomía. El florentino les puso títulos provisionales como Libro sobre perspectiva, Tratado sobre la cantidad continua y La geometría como juego, Tratado sobre los nervios, los músculos, los tendones, las membranas y los ligamentos, y Libro especial sobre los músculos y los movimientos de los miembros. En estos tratados también se recogen algunos descubrimientos científicos relativos a materias como la óptica, la acústica, la mecánica, la dinámica de fluidos, la geología, la botánica y la fisiología.
El rastro de los cuadernos
En sus estudios sobre el dinamismo y la forma, con su extraordinaria capacidad de observar en profundidad y dibujar con absoluta precisión, Leonardo refleja concordancias entre fenómenos y procesos que en apariencia son totalmente inconexos. Los miles de dibujos que recogen sus cuadernos sorprenden en la actualidad por sus numerosos detalles y por su uso de perspectivas múltiples. De hecho, a menudo estos dibujos son modelos teóricos. Como ha señalado el investigador Daniel Arasse, cuando Leonardo quiere crear imágenes realistas difumina los contornos de las figuras con la técnica del sfumato para reflejar cómo se muestran realmente los objetos a nuestra percepción. En cambio, cuando Leonardo dibuja objetos con perfiles nítidos lo que hace es representar procesos naturales, como por ejemplo, la turbulencia que genera un chorro de agua al caer en un estanque.
Leonardo sentía una especial fascinación por los movimientos del agua, cuya fluidez consideraba como una característica fundamental de todo lo viviente. Anticipó la dinámica de fluidos, siendo el primero en analizar y describir detalladamente la dinámica de los vórtices de agua. Cabe decir que a día de hoy, ni tan sólo con la ayuda de ecuaciones no lineales podemos simular y analizar completamente la dinámica de los flujos turbulentos.
Mucho más que un pintor
Leonardo sintió fascinación por temas muy diversos. Por ejemplo, más de cuatrocientos años antes de que su obra fuera redescubierta por los estudiosos, Leonardo estableció los principios básicos de la dendrocronología, es decir, el uso de los anillos de crecimiento de los árboles para determinar su edad y las variaciones climáticas que han experimentado a lo largo de su existencia. En su famoso Tratado de la pintura, único texto de Leonardo en circulación antes del siglo XIX, el artista florentino hace una digresión para dejar constancia de este descubrimiento: «Los círculos de los troncos de los árboles cortados muestran el número de sus años y si han sido más húmedos o más secos, según sea su grosor mayor o menor». Leonardo también llegó a entender correctamente la forma en que las plantas despliegan sus formas en respuesta a la gravedad terrestre (geotropismo), así como de qué modo cambian su orientación en función de la luz del sol (fototropismo).
Los fósiles llamaron asimismo la atención de Leonardo. En su época, los fósiles marinos que se descubrían en lo alto de las montañas eran comúnmente considerados restos del diluvio universal. Leonardo observó, por ejemplo, que algunos fósiles de moluscos bivalvos mantienen unidas las dos mitades de su caparazón. Dado que en vida ambas mitades se encuentran unidas por un tejido elástico que se descompone rápidamente tras su muerte, Leonardo concluyó correctamente que tales moluscos no podían haber sido arrastrados a lo alto de las montañas por el diluvio, pues sus mitades se habrían separado, sino que habían quedado sepultados en el mismo lugar donde vivían, que luego emergería como montaña. De hecho, como explicó el eminente biólogo Stephen Jay Gould, Leonardo anticipó conceptos que la paleobiología sólo ha establecido rigurosamente en el siglo XX. Por otra parte, también describió correctamente el proceso de erosión, sedimentación y acumulación que hoy los geólogos conocen como el ciclo de las rocas.
Igualmente, sus observaciones anatómicas fueron rompedoras en su tiempo. Contra el parecer de las autoridades médicas de su época, Leonardo dejó constancia, en el llamado Manuscrito G, de que el corazón es un músculo y de que no tiene dos cavidades, sino cuatro. Desde Galeno, el insigne médico del siglo II d.C., se creía que el movimiento activo del corazón era la diástole, es decir, cuando el corazón se expande, llenándose de aire procedente de los pulmones, según se creía entonces. Leonardo fue el primero en comprender que el movimiento activo del corazón no es su expansion, sino su contracción durante la sístole, que expulsa la sangre hacia los vasos sanguíneos. Dicho movimiento coincide, como observó Leonardo, con el pulso y con la percusión del corazón sobre la pared torácica.
Leonardo también describió correctamente el funcionamiento de las válvulas cardíacas, y realizó unos precisos dibujos de la válvula que abre y cierra la arteria aorta, asombrosamente parecidos a las fotografías contemporáneas obtenidas a alta velocidad. Pero pese a todos sus avances, Leonardo no logró analizar la circulación de la sangre como la entendemos desde que el médico británico William Harvey describiera correctamente este proceso en el siglo XVII. El florentino no observó nada que contradijera la teoría imperante establecida por Galeno, que sostenía que tanto venas como arterias llevan sangre del corazón a la periferia y viceversa, en un continuo movimiento de ida y vuelta (al igual que la inspiración y la espiración se llevan a cabo a través de los mismos conductos respiratorios).
Los principios de la naturaleza
Leonardo también se sintió atraído por los procesos que rigen la luz y el sonido. Entendió que tanto la luz como el sonido se propagan a través de ondas, y también comprendió correctamente la disipación de la energía, constatando, por ejemplo en el Manuscrito A, cómo una bola en movimiento pierde paulatinamente su potenza. Reconoció la relatividad del movimiento: «El movimiento del aire contra un objeto quieto equivale al movimiento de un objeto móvil contra el aire quieto», escribió en el Códice Arundel. Y en manuscritos como el Códice atlántico describió lo que hoy conocemos como tercera ley de Newton: «A cada acción corresponde una reacción igual y opuesta», anotando, por ejemplo, que tanta fuerza ejerce el ala del águila contra el aire como el aire contra el ala del águila.
Sin embargo, Leonardo no enunció ninguna de estas observaciones como «ley de la naturaleza», concepto que era completamente extraño a su época. Las llamadas leyes de la naturaleza, como las formularon en el siglo XX filósofos como Whitehead y Wittgenstein, no están en la naturaleza sino en nuestra mente. Históricamente derivan de la creencia en un Dios soberano que decreta «leyes» universales. Ni siquiera Copérnico o Galileo hablan jamás de leyes de la naturaleza: Copérnico habla de simetrías y armonías; Galileo de proporciones y principios. Descartes, en cambio, ya menciona explícitamente las «leyes que Dios ha introducido en la naturaleza». Sólo dos siglos después de Leonardo, cuando los nacientes estados europeos centralizan cada vez más sus leyes políticas, se empieza a hablar de «leyes» para definir los diferentes procesos naturales, como hicieron Robert Boyle para explicar las transformaciones de las sustancias químicas e Isaac Newton para describir el movimiento de los planetas.
Vegetariano de mente omnívora, Leonardo se adentró en todo tipo de ámbitos: pintura, escultura, arquitectura, geografía, cartografía, mecánica, geometría, astronomía, anatomía, óptica, botánica… Y aprendió sobre todo de la observación del mundo natural. Pero aunque no habló nunca de «leyes de la naturaleza», en los cuadernos conservados en la biblioteca del castillo de Windsor, Leonardo elogia las «obras maravillosas de la naturaleza» (opere mirabili della natura) y escribe que «nunca se encontrará invento más bello, más sencillo o más económico que los de la naturaleza, pues en sus inventos nada falta y nada es superfluo».
Leonardo, el precursor
Como señaló el historiador del arte británico Ernst Gombrich, Leonardo tenía un «apetito voraz de detalles». Dominaba y admiraba la geometría, pero para él la complejidad de la naturaleza no podía reducirse a cifras y análisis mecánicos. Su atención especial a las cualidades, al dinamismo y a la visión de conjunto son una parte esencial de su ciencia, que hoy resuena con los actuales enfoques sistémicos y la teoría de la complejidad. Leonardo describió y dibujó a fondo los mecanismos del cuerpo humano, pero dejó claro que el cuerpo es mucho más que una máquina. Lejos de convertir el mundo en algo mecánico, integró principios orgánicos y metabólicos en sus diseños arquitectónicos y urbanísticos. Para él, el mundo no estaba regido por principios abstractos ni por Dios, sino por la incesante creatividad de la naturaleza. Encontró ritmos ondulatorios comunes en el agua, la tierra, el aire y la luz, y reflejó la interdependencia y autoorganización que caracterizan a todo ser viviente. Leonardo llegó a intuir lo que hoy llamamos «cadenas alimentarias» y ciclos tróficos, tal como apunta en este fragmento del Códice atlántico: «El hombre y los animales son un medio para el tránsito y la conducción de los nutrientes». También comparó a los organismos con sistemas abiertos que mantienen su identidad a partir de un continuo intercambio dinámico con el medio, como expresa bellamente en un largo pasaje de sus Estudios anatómicos titulado «Cómo el cuerpo del animal continuamente muere y renace».
Por todo ello, hoy se considera a Leonardo un precursor de la percepción cualitativa y holística que resulta esencial para comprender la complejidad y la belleza del mundo.
ANTICUERPOS PARA FRENAR LA ENFERMEDAD DE STEPHEN HAWKING
Descubren cómo se propaga la esclerosis lateral amiotrófica
La temida enfermedad que acabó con el beisbolista estadounidense "Lou" Gehrig y contra la que lucha el famoso físico teórico Stephen Hawking podría tener sus días contados. Hablamos de la esclerosis lateral amiotrófica, más conocida como ELA, una enfermedad degenerativa de tipo neuromuscular que afecta a una o dos personas de 100.000 cada año. Hasta el momento, poco era lo que sabíamos sobre sus causas. Sabíamos que su foco está en una proteína mal plegada que muta e infecta a las que tiene cerca y que son como ella. Vamos, como una infección zombie, uno transforma al otro y ese otro a otro y así, sucesivamente.
Pero lo que aún no se sabía, es cómo se propagaba la infección de célula a célula. Es evidente, que si sabemos cómo se propaga las opciones de investigar cómo detenerla son mucho mayores. Y ahí es donde entra este nuevo estudio y aporta la pieza que faltaba en el rompecabezas. Según un grupo de investigadores de la Universidad de Columbia Británica y el Instituto de Investigación de Salud de Vancouver, la proteína que causa la ELA se propaga de célula a célula por dos mecanismos. El primero es mediante macropinocitosis, en el que las células sanas se comen 'sin querer' los agregados de proteínas infecciosas y estas se contagian estilo 'caballo de Troya'. En el segundo, las células que aún están vivas sueltan por ahí vesículas que contienen dentro a las proteínas infecciosas ¿Por qué tiran piedras sobre su propio tejado? Porque la proteína que causa la ELA, en un principio, era completamente inofensiva, y las células no están preparadas para luchar contra su versión malévola. Es como un error del sistema.
Los investigadores, que han publicado sus resultados en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences, han descubierto que esta transmisión de célula a célula se puede atenuar con anticuerpos especialmente diseñados contra la versión zombie de la proteína, lo que supone una primera esperanza importante para los afectados por esta enfermedad. Si bien frenar la enfermedad de Hawking en un estado tan avanzado es prácticamente imposible, este descubrimiento podría ayudar a paralizar la ELA de los afectados en un estado incipiente. Unos resultados realmente esperanzadores teniendo en cuenta que se diagnostican 140.000 casos nuevos cada año.
LA EVOLUCIÓN NO ES UNA TEORÍA, ES UN HECHO - Carl Sagan
Carl Edward Sagan fue un astrónomo, astrofísico, cosmólogo, escritor y divulgador científico (casi nada) estadounidense, nacido en Nueva York, el 9 de noviembre de 1934 y fallecido en Seattle, el 20 de diciembre de 1996.Mediante sus observaciones de la atmósfera de Venus, fue de los primeros científicos en estudiar el efecto invernadero a escala planetaria.
Carl Sagan ha sido muy popular por sus libros de divulgación científica: en 1978, ganó el Premio Pulitzer de Literatura General de No Ficción por su libro Los Dragones del Edén, por la galardonada serie documental de TV Cosmos: Un viaje personal y por la novela Contacto.
El Origen de la Vida
Trazar el camino que siguió la humanidad durante este prolongado lapso de tiempo es el reto al que se enfrentan los paleoantropólogos, los científicos que estudian nuestros orígenes.
Su desafío, no obstante, es tan apasionante como quijotesco, puesto que, de un proceso tan dilatado y complejo como es el de la hominización, hoy sólo se conservan unos cuantos restos de herramientas y huesos fosilizados que, pese a su innegable valor documental, resultan insuficientes para completar el árbol de la evolución humana.
Pero lo que hoy sabemos sobre nuestros antepasados es mucho más de lo que hace sólo unas décadas los prehistoriadores llegaron a imaginar. El desarrollo de la genética, por ejemplo, ha permitido que algunas teorías existentes hayan sido confirmadas o descartadas y, en un futuro no muy lejano, probablemente, la tecnología dará respuesta a aquellas preguntas sobre la evolución humana que permanecen sin contestar. La investigación, mientras tanto, continúa.
La Aparición de la Vida en la Tierra
El ser humano es un recién llegado a la Tierra. Según el calendario cósmico creado por el científico estadounidense Carl Sagan, si comparáramos la historia del universo con un año de nuestra existencia, podríamos establecer que la aparición y desarrollo del género Horno en el planeta se correspondería sólo a la última hora y media del 31 de diciembre, y que, un hecho tan ancestral como hoy nos parece la invención de la escritura, se habría producido en realidad a únicamente 9 segundos del fin de año.
En este sentido, tomando como referencia los estudios radiométricos realizados en los minerales más antiguos del planeta, hoy puede determinarse que la Tierra se formó hace 4550 ± 70 millones de años. Nuestro planeta, según afirman los geológos, habría sido inicialmente un globo incandescente que, tras un proceso de acreción de meteoritos, aumentó de tamaño y, con el paso del tiempo, acabó enfriándose y solidiflcándose.
Durante este proceso, que duró unos mil millones de años, la influencia de la gravedad provocó que los materiales pesados se fueran depositando en el interior del globo, mientras que los más ligeros permanecieron en la superficie. Así se formó la corteza terrestre. Al mismo tiempo, las erupciones volcánicas generaron la salida de vapores y gases, y la consiguiente aparición de una atmósfera primitiva, compuesta de hidrógeno, helio, anhídrido carbónico y vapor de agua.
Cuando la temperatura de la superficie fue inferior a la de la ebullición del agua, el vapor se condensó en grandes cantidades y provocó fuertes precipitaciones que, además de erosionar las rocas de la corteza terrestre, determinaron la aparición de los océanos. Fue en este contexto, hace unos 3.500 millones de años, cuando, en el agua, aparecieron las bacterias más primitivas —es decir, los primeros organismos vivos—.
Tuvieron que pasar unos 700 millones de años más, no obstante, para que estas primigenias formas de vida evolucionaran hasta convertirse en algas unicelulares capaces de realizar la fotosíntesis y expulsar oxígeno. Con la incorporación de este último elemento a la atmósfera, hace unos 1500 millones de años, aparecieron las primeras células eucariotas —con núcleo diferenciado— y, unos 500 millones de años más tarde, la evolución de éstas permitiría el desarrollo de seres capaces de intercambiar información genética entre sí —es decir, de reproducirse sexualmente—.
En el siguiente período, el Ordovicio, fueron muy abundantes los trilobites y los corales y, al mismo tiempo que aparecían las primeras formas de vertebrados marinos —los peces sin mandíbulas, como las lampreas-, algunas plantas e invertebrados iniciaron la colonización de tierra firme. Por su parte, la tercera división de la Era Primaria, el Silúrico, estuvo marcada por la abundancia de algas marinas y de peces —algunos ya con mandíbulas-, así como por la existencia de miriápodos y de plantas vasculares —con conductos internos para la circulación de agua y nutnentes— en el medio terrestre.
La aparición de nuevas tierras. altas cordilleras y grandes lagos inauguró el período que siguió a] Silúrico, el Devónico, conocido también como la “era de los peces”. Junto a la floreciente fauna marina y lacustre, en este tiempo se multiplicaron las formas de vida en las tierras emergidas, mostrándose, por ejemplo, los más primitivos insectos y anfibios; estos últimos, como una evolución de los peces pulmonados y con aletas pedunculadas —es decir, capaces de respirar y de desplazarse fuera del agua—.
En el Carboníféro, las especies vegetales, como los helechos y los gigantescas. Fue en este momen to, además, cuando crecieron las primeras coníferas, dando lugai a espesas selvas que, enterradas bajo los aluviones en épocas posteriores, serian responsables de la formación del carbón mineral. La existencia de un clima pantanoso, húmedo y cálido, por otra parte, favoreció la multiplicación de familias y especies de insectos —tanto terrestres como voladores— y de anfibios. De un grupo de éstos, precisamente, evolucionarían los reptiles, los primeros seres que pusieron sus huevos fuera del agua y que, gracias a desarrollar una articulación occipital, pudieran mover la cabeza.
Durante el Pérmico, el período que pone fin al Paleozoico, los desiertos y las montañas sustituyeron progresivamente a los húmedos bosques y pantanos del hemisferio Norte. Este cambio climático y ambiental provocó el retroceso de los animales que dependían del agua, como los anfibios, y benefició a aquellos que, por su evolución fisiológica y reproductiva, mejor se habían adaptado a la vida terrestre: los insectos y los reptiles.
De entre los grupos de reptiles surgidos a finales de la Era Primaria destacan los terápsidos, los antepasados de los mamíferos. Se trataba en su mayoría de animales terrestres, con grupos tanto de carnívoros como de herbívoros, que, a diferencia del resto de reptiles, desarrollaron poco a poco la capacidad de regular la temperatura interna de su cuerpo. A finales del Pérmico, no obstante, algún tipo de catástrofe acabó con numerosas especies vegetales y animales del planeta, y, junto a éstas, se extinguieron la mayor parte de terápsidos.
Dominio de los dinosaurios
El Paleozoico dio paso al Mesozoico o Era Secundaria, que se inició hace unos 250 millones de años. El primero de los tres períodos geológicos en que se divide éste, el Triásico, estuvo caracterizado en sus últimos momentos por una nueva extinción masiva de especies y por la aparición de los saurios, que pronto se diversificaron y, gracias a su capacidad de adaptación, comenzaron a dominar el planeta.
Los únicos descendientes de los terápsidos del Paleozoico que sobrevivieron al Triásico fueron los cinodontes, que, tras millones de años de evolución, darían origen a los mamíferos. En este sentido, muchos expertos apuntan al Thrínaxodon como posible ancestro directo. Los mamíferos aparecieron en la Tierra hace unos 230 millones de años, es decir, a finales del Triásico. Una de las especies más primitivas que se conocen fue el Morganucodon, cuyo fósil ha sido encontrado en cuevas de Gran Bretaña y de China. Según se cree, este diminuto insectívoro, con aspecto de zarigüeya y costumbres nocturnas -lo que se deduce por el gran tamaño de sus ojos— empezó a caminar por el planeta hace unos 200 millones de años. Establecer exactamente la frontera que existió entre los primeros mamíferos y los reptiles cinodontes —con quienes llegaron a convivir largo tiempo— resulta muy diflcil, puesto que órganos como el pelo o las mamas, que son los que definen a los mamíferos, no se conservan fosilizados.
Mientras los dinosaurios fueron amos y señores de la Tierra, lo que ocurrió durante el Jurásico y el Cretácico —hasta hace unos 65 millones de años—, los mamíferos fueron pequeños e insignificantes. A la sombra de los gigantescos reptiles, no obstante, los descendientes de los terápsidos lograron diversiflcarse y evolucionaron lentamente. En este período, por ejemplo, aparecieron los primeros monotremas —parientes lej a-nos del ornitorrinco—, así como los ancestros de los marsupiales y de los placentarios. Sin embargo, de todos los grupos de mamíferos del Mesozoico, el más destacado tite el de los multituberculados, diminutos animales de aspecto parecido a los roedores que se extinguieron hace 30 millones de años. En el Jurásico, por su parte, también aparecieron las aves, evolucionando a partir de un grupo de reptiles voladores.
La era de los mamíferos
Al final del período Cretácico, se produjo la extinción masiva de los dinosaurios y otras especies vivientes. Las causas de esta catástrofe son aún desconocidas, aunque la teoría más aceptada es la que señala el impacto de un meteorito de gigantescas dimensiones como detonante de un cambio climático con nefastas consecuencias para la flora y la fauna del planeta.
La desaparición de los grandes reptiles dio paso a la Era Terciaria —que, junto con la Cuaternaria, forman el llamado Cenozoico—.
Durante ésta, los mamíferos, aprovechando el vacío dejado por los saurios, se multiplicaron y diversificaron, imponiendo su dominio sobre el resto de vertebrados. De las 10 familias que existían al iniciarse el primer periodo de la Era Terciaria, el Paleoceno, se pasó a casi 80 en el Eoceno —tras sólo 10 millones de años de evolución—. Muchas familias de mamíferos modernos, por su parte, datan del Oligoceno —es decir, de hace entre 35 y24 millones de años—, y fue en el Mioceno —hace entre 24 y 5 millones de años- cuando se registró la mayor diversidad de especies. En este último período aparecieron los primeros y más primitivos hominoides, como los Proconsul, Diyopithecus y Rarnapithecus.
A partir del Mioceno, el número de mamíferos empezó a declinar y, como consecuencia de los profundos cambios climáticos que se produjeron durante el Plioceno, hace unos 2 millones de años muchas especies desaparecieron.
Estaba a punto de iniciarse la Edad del Hielo, la Era Cuaternaria o Neoceno, en la que un primate muy avanzado iba a imponer su dominio: el Homo.
El Dr. Sayer, al igual que el verdadero Dr.
Sacks, es un apasionado de la música (y de la botánica). Los beneficios de la
musicoterapia para este tipo de pacientes crónicos representan otra interesante
reflexión de esta película.
El Dr. Sayer decide explorar el cerebro de
Leonard, con las técnicas diagnósticas de la época: electroencefalograma y
potenciales evocados con estímulos lumínicos... Descubre que existe una
respuesta cerebral en los registros provocadas al escuchar el paciente su
propio nombre.
Alcanzamos las escenas más divertidas de la
película cuando el médico y sus ayudantes se sorprenden observando cómo los
pacientes responden a diferentes piezas musicales: desde el duo "O soave
fanciulla" de "La Boheme" de Puccini, pasando por clásicos del
swing, hasta la incendiaria "Purple Haze" de Jimi Hendrix.
Dexter Gordon, el consagrado saxofonista de
jazz, tiene un pequeño papel en este film, un excepcional pianista
sumido en su profundo letargo patológico. Precisamente, en una de las escenas
más intimistas, nos brinda la oportunidad de disfrutar de un melancólico solo
al piano. Dexter Gordon falleció tan solo 8 meses después del estreno de la
película... La banda sonora es obra del compositor Randy Newman.
DESPERTARES
El guión del laureado Steven Zaillianestá basado en el libro homónimo del
prestigioso neurólogoOliver
Sacks, donde narra su experiencia terapéutica con un grupo de pacientes
afectados de encefalitis letárgica.
Esta película, en la que inicialmente estuvo
interesado el mismísimo Steven Spielberg, cuenta como reclamo y
mérito adicionales con la presencia de dos colosales actores norteamericanos
contemporáneos:Robert de Niro,
en el papel deLeonard Lowe,
yRobin Williams, que se enfunda el personaje delDr. Malcom Sayer. No ha sido
ésta la primera vez que De Niro interpreta a un enfermo, como por ejemplo aquel
irascible capo de la Mafia llamado Paul Vittien "Una terapia
peligrosa"(Harold
Ramis, 1999), si bien el análisis de la amplia lista de personajes más o
menos patológicos a los que ha dado vida a lo largo de su extensa y exitosa
carrera, daría para escribir varias tesis doctorales y tratados especializados.
Tampoco elDr.
Sayer(alter egodel propio Dr. Sacks en este film) fue
el primer médico encarnado por Robin Williams. Todos recordamos su
interpretación del iconoclastaDr.
Hunter "Patch" Adamsen"Patch Adams"(Tom Shadyac, 1998), película
de la que en su día nos ocupamosen este mismo blog,
o el atolondrado ginecólogo ruso, el Dr. Kosevich, de"Nueve meses"(Chris Columbus, 1995).
"Despertares"
es una película muy útil para enseñar medicina. Aprovechando las
investigaciones realizadas con laL-dopaen el tratamiento de laenfermedad de Parkinsony de otros trastornos neurológicos
similares, como los presentados por varios supervivientes de la epidemia de
encefalitis letárgica internados en elHospital
Bainbridgepara enfermos
crónicos, su mayor valor está centrado en la descripción de la relaciónentremédicoypaciente.
LA EPIDEMIA DE ENCEFALITIS LETARGICA
La película comienza con la escena de unos niños jugando bajo los pilares del
puente deManhattan(Nueva York) en los años 30. Uno
de ellos es el joven Leonard Lowe (Anthony J. Nici). Observamos cómo
empieza a padecer los primeros síntomas,tembloryespasticidad,
que afectan en primer lugar a su mano derecha. En las siguientes secuencias, ya
con el chico en la escuela, intuimos cómo su patología va
avanzando progresivamente...
Entre 1917 y 1928, varios millones de personas fallecieron como consecuencia de
la epidemia de encefalitis letárgica, una forma de presentación atípica, que
dejó a los supervivientes en un estado más o menos profundo deestuporeinconsciencia.
La primera descripción de esta enfermedad fue
debida al psiquiatra rumano Constantin Von Economo(1876 - 1931) en 1917. Desde entonces,
no se han constatado brotes epidémicos posteriores, aunque continúan dándose
casos aislados de esta patología.
Laetiologíade esta enfermedad continúa siendo
motivo de debate. Para algunos investigadores se trataría de un trastornoautoinmune desencadenado
por una faringitis estreptocócicaen
la que la bacteria común delgrupo
Ahubiera experimentado
alguna mutación. De esta manera, el sistema inmunitario hiperestimulado
atacaría las estructuras nerviosas del propio individuo, provocando
especialmente la inflamación delcerebro
medioy de losganglios basales.
La traducciónclínicaincluiría trastornos del sueño,
debilidad muscular, a veces acompañada de mialgias agudas, cefalea, letargo,
fiebre elevada, confusión, alucinaciones y alteraciones de la conducta,
diplopia, dolor de garganta, retraso en la respuesta física y mental,
movimientos corporales extravagantes y parkinsonismo, con un aumento
excepcional del temblor y los movimientos de las extremidades superiores, la
cara y los ojos. Algunos pacientes pueden permanecer en coma durante meses, e
incluso años.
En esta película, el trabajo de Robert de
Niro evidenciando la mayoría de estos síntomas resulta excepcional, aportando
credibilidad a una interpretación que se aparta de la sobreactuación y de sus
tics más socorridos y clásicos. Como es habitual en el método este actor,
durante las semanas previas al rodaje, estuvo estudiando directamente cómo se
desenvolvían cotidianamente este tipo de pacientes.
En 1969, el Dr. Sayer consigue un empleo como neurólogo en un hospital de
enfermos crónicos delBronxneoyorquino. En sus salas y pasillos
comunes, sin ningún tipo de excepción, se entremezclan los pacientes de varias
y diversas patologías psiquiátricas y neurológicas.
Pero, fuera de la viejas ventanas del
hospital (que se atascan siempre antes de abrirse) la vida continúa. El Dr.
Sayer, al igual que el verdadero Dr. Sacks, es un apasionado de la música (y de
la botánica). Los beneficios de lamusicoterapiapara este tipo de pacientes crónicos
representan otra interesante reflexión de esta película.
La primera paciente, esa aparentemente estatua humana explorada por el Dr.
Sayer en el hospital, esLucy
Fishman(Alice Drummond) En
un gesto enternecedor, el médico limpia con su corbata las gafas de una enferma
de la que ni siquiera sabe si puede ver. Con una vieja máquina de escribir
Royal escribió su diagnóstico:demenciade origen desconocido.
Por casualidad, como tantas veces ha ocurrido
en medicina y en la ciencia en general, Sayer descubre que el estupor y la
parálisis de Lucy son aparentes, pues es capaz de mover sus brazos y sus manos
para evitar, por ejemplo, que sus gafas se caigan al suelo o para atrapar una
pelota de beisbol lanzada por el médico.
Poco a poco, el Dr. Sayer va descubriendo en el hospital más pacientes con una
afectación idéntica a la de Lucy. Todos son capaces de abandonar su evidente
letargo para evitar que un bolígrafo caiga al suelo o para atrapar en el aire
las pelotas de beisbol. También se percata de que Lucy es capaz de levantarse
sin ayuda de su silla de ruedas y desplazarse por la sala, deteniéndose
únicamente ante lo que ella interpreta como obstáculos, sean éstos reales (una
mesa, una silla...) o ficticios (la ausencia del clásico dibujo ajedrezado de
las baldosas del suelo).
La observación clínica, habilidad tan
necesaria para un buen médico, va desvelando al Dr. Sayer los ignotos secretos
de la patología de sus pacientes, a base de ensayos y errores,
verificando sus análisis al más puro estilopopperiano. Progresivamente, y con la
inestimable ayuda de la enfermeraEleanor
Costello(Julie Kavner),
el Dr. Sayer irá revisando los historiales clínicos de aquellos pacientes
ingresados con cuadros similares al de Lucy, las estatuas humanas, incluyendo a
Leonard Lowe. Los diagnósticos del ingreso resultan de lo más variopinto:
esquizofrenia, histeria, impedimento nervioso..., pero todos ellos con el
apellido "atípico"... La evolución de la enfermedad se basa en la
inmutabilidad, incluso tras décadas de seguimiento médico...
Como tantas otras veces ha ocurrido en la
vida real y en la ficción, mientras el Dr. Sayer dormitaba placidamente en el
sofá abrazado a una recopilación del"Journal
of Laboratory and Clinical Medicine"de
1969, se le viene a la cabeza una idea: ¿qué tendrían en común las historias
clínicas de Lucy, Leonard y todos los demás pacientes afectados por tal
infausto anquilosamiento? Así descubre su nexo epidemiológico común, pues todos
habían padecido encefalitis letárgica.
Este descubrimiento le lleva a otro médico, ya jubilado, que en la década de
los años 20 había descrito el llamadosíndrome
postencefalíticoen los
supervivientes de aquella epidemia.ElDr. Peter Ingham(Max von Sydow) le muestra las
filmaciones de la época, en las que se evidencian los estragos neurológicos de
la enfermedad.
Este veterano especialista opina que el daño
encefálico causado por el agente causal de la encefalitis (él piensa que se
trataba de unvirus)
también habría provocado el estado vegetativo de estos
pacientes. Al contrario, el Dr. Sayer estaba firmemente convencido de que los
enfermos conservan su consciencia, empeñándose en descubrir cómo podría
comunicarse con ellos. EL CASO DE LEONARD LOWE
El Dr. Sayer visita la casa de Leonard. LaSra. Lowe(Ruth Nelson), le cuenta cómo
se iniciaron los síntomas cuando su hijo tenía apenas 11 años. Un temblor
progresivo en las manos le obligaría incluso a abandonar los estudios
primarios. A partir de entonces, 9 años de estupor paulatino e intermitente
desembocaron en el definitivo letargo. En todo ese tiempo, lo único que podía
hacer era leer...
El Dr. Sayer decide explorar el cerebro de Leonard, con las técnicas
diagnósticas de la época: electroencefalograma y potenciales evocados con
estímulos lumínicos... Descubre que existe una respuesta cerebral en los
registros provocadas al escuchar el paciente su propio nombre.
Alcanzamos las escenas más divertidas de la película cuando el médico y sus
ayudantes se sorprenden observando cómo los pacientes responden a diferentes
piezas musicales: desde el duo"O
soave fanciulla"de"La Boheme"dePuccini,
pasando por clásicos del swing, hasta la incendiaria"Purple Haze"deJimi
Hendrix.
Retomando a Leonard, el Dr. Sayer descubre
que un simpletablero güija,
instrumento de connotaciones cinematográficas casi siempre terroríficas, es el
método ideal para comunicarse con su paciente. Lector impenitente durante
tantos años de enfermedad, Leonard revela una especial sensibilidad por el
poema"La pantera"deRainer María Rilke:
Una bellísima metáfora que refleja a la
perfección esa suerte desíndrome
del cautiveriopadecido
por Leonard, tal y como aquel infausto protagonista de"La escafandra y la mariposa"(Julian Schnabel, 2007),
atrapado entre los mil barrotes de una jaula letárgica y patológica.
Sayer disfruta leyendo a Rilke en uno de sus lugares favoritos, elEnid A. Haupt ConservatorydelJardín Botánico de Nueva York,
preciosa estructura arquitectónica acristalada victoriana popularizada también
en el film "La Edad de la Inocencia"(Martin Scorsese, 1993)
LA L-DOPA... Lalevodopa, descubierta por el
farmacólogo alemánPeter Holtzen 1938, es el precursor metabólico de
ladopamina. Su síntesis
ha permitido conseguir hasta ahora el tratamiento más eficaz de laenfermedad de Parkinsonporque, a diferencia del
neurotransmisor, la L-dopa es capaz de atravesar labarrera hematoencefálica.
Fue incorporada al tratamiento de la
enfermedad de Parkinson en 1961. Su respuesta fue impactante y la mejoría
clínica de los pacientes así tratados muy notoria.
El Dr. Sayer acude a una conferencia impartida por un químico (Peter
Stormare), sobre el uso clínico de este medicamento en neurología. Nuestro
protagonista piensa que el letargo de sus pacientes puede ser un temblor
parkinsoniano generalizado llevado a su máximo paroxismo, hasta el punto de
simular una parálisis estuporosa en dichos enfermos. Consecuentemente, la
administración de levodopa debería corregir estos síntomas.
Comienza entonces su batalla personal con elDr.
Kaufman(John Heard)
para que permita tratarlos a todos con levodopa. Sólo consigue autorización
para hacerlo con uno y el elegido es Leonard. La expresa autorización escrita
de la Sra. Lowe será un requisito indispensable, condición precursora de
nuestro actualconsentimiento
informado.
Los primeros pasos del tratamiento irán enfocados a la titulación de la dosis
terapéutica. La levodopa se absorbe a nivel intestinal, pero los aminoácidos
presentes en la dieta pueden alterar este proceso. En este film observamos cómo
Leonard ingiere la medicación diluida primero en zumo de naranja y luego en
leche. Ladosis máximaes
de 400 mg al día, fraccionada en 2 ó 3 tomas, 30 minutos antes de la comida. En
la película constatamos como el Dr. Sayer llega incluso a administrale a su paciente
hasta 1 gramo del fármaco, antes de conseguir el tan deseado efecto
terapéutico.
Habiéndose librado de su sopor, la posibilidad de dormir y no despertar
intranquiliza a Leonard... Pero el Dr. Sayer está decidido a mostrarle a
su paciente cómo ha cambiado el mundo mientras "dormía": el rock and
roll, las minifaldas, el movimiento hippie, los aviones de las grandes líneas
comerciales, la psicodelia..., todo ello envuelto con las voces y acordes
de "Time of the season" de The Zombies...
El conflicto permanente entre medicina y
economía, un tema recurrente en toda película norteamericana que aborde la
financiación privada de determinadas terapias y tratamientos, se convierte aquí
también en un problema.
Administrar levodopa a todos los pacientes hospitalizados en
el Bainbridge afectados por encefalitis letárgica, en aras de que
puedan disfrutar de cierta normalidad en sus vidas (como el pionero Leonard
Lowe) supondría unos 12000 dólares mensuales. Observamos la generosidad de los
propios trabajadores de la institución sanitaria (enfermeras,
celadores, farmaceutico...), los primeros en realizar sus modestas aportaciones
animados por los esperanzadores resultados conseguidos por el Dr. Sayer y su
innovadora terapia.
El siguiente paso sería convencer a los patrones y benefactores del hospital...
Las escenas más felices de este film transcurren mientras dura la curación
temporal de los síntomas de todos los enfermos.
A la par,
Leonard descubre por primera vez el amor. Se trata dePaula(Penelope Ann Miller), una
joven y bella camarera que visita a su padre en el hospital, donde se encuentra
paralizado por las secuelas de unaembolia
cerebral. Paulatinamente, sus deseos de normalización y libertad comienzan
a acarrearle problemas con su entorno. La patología empeora, bien porque la
levodopa deja de ser efectiva, o por la propia progresión de la enfermedad.
Los fenómenos "on-off" (periodos de normalidad que
se alternan bruscamente con otros de acinesia y temblor)
y "wearing-off" (disminución de la función motora
justo antes de la dosis siguiente) descritos en los tratamientos prolongados
con levodopa están fielmente retratados en esta película.
Leonard comienza a padecer de nuevo discinesias(tics, temblores, rigidez muscular,
muecas y contracciones) y más tarde graves dificultades motoras que
le impiden caminar. Finalmente, retorna al letargo y a la catatonia iniciales,
ante la desconcertada mirada de médicos, enfermeras y pacientes.
Progresivamente le seguirán todos los demás: Lucy, Rose (Judith Malina),
Bert (Barton Heyman), Frank, Miriam (Anne Meara), Sidney, Rolando
(Dexter Gordon)...