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viernes, 10 de octubre de 2014



Balada para un loco

"Balada para un loco" es una conocida canción de tango compuesta por el músico argentino Astor Piazzolla y el poeta uruguayo-argentino Horacio Ferrer. Fue interpretado por primera vez por Amelita Baltar, con quien quedó desde entonces asociada. La canción fue editada como lado A de un simple editado por CBS en noviembre de 1969, con "Chiquilín de Bachín", de los mismos autores, como lado B. Al mes siguiente (diciembre/1969), RCA editó un simple con los mismos temas interpretados por Roberto Goyeneche y la Orquesta de Ástor Piazzolla.
El tema ha sido incluído entre las 100 mejores canciones latinas de la historia. La esquina de avenida Corrientes y avenida Callao de Buenos Aires lleva el nombre de "Esquina Horacio Ferrer" debido al conocido verso de esta canción que dice "¿no ves que va la luna rodando por Callao?".

Contexto

En la década de 1960 Argentina estaba viviendo un fuerte movimiento cultural de renovación de la canción popular en todos los géneros, a través de experiencias como el Nuevo Cancionero folklórico, el tango de vanguardia, el llamado "rock nacional", el cancionero infantil de María Elena Walsh y elcuarteto cordobés. Las canciones que en ese momento compusieron Piazzolla y Ferrer y en especial "Balada para un loco", resultaron decisivas en ese proceso de creación de la nueva canción argentina.
En 1967 Ástor Piazzola y Horacio Ferrer habían comenzado una prolífica asociación musical-poética que duraría varios años. Ferrer ha contado que Piazzola fue y le dijo: "Quiero que trabajes conmigo porque mi música es igual a tus versos". El primer resultado de esa asociación fue la composición de la operita María de Buenos Aires, estrenada con gran éxito en 1968. A partir de ese momento Piazzolla y Ferrer comenzaron a componer canciones populares, entre las que se encontraba por ejemplo "Chiquilín de Bachín", pero sin lanzarlas masivamente.

El Festival Iberoamericano de la Canción de 1969
La oportunidad se presentó en el Primer Festival Iberoamericano de la Danza y la Canción que se realizó en el Luna Park de Buenos Aires entre octubre y diciembre de 1969.

Ferrer contó que, ya en el segundo semestre de 1969, le llevó a Piazzola una frase para tratar de armar una canción: "ya sé que estoy piantao...":
Después me dice "y cómo seguimos". Le digo "bueno, hacé vos una segunda que diga loco, loco, loco", e hizo esa hermosura. Y después dice "cómo seguimos", mirá, le digo, a mí me gustaría hacer un recitativo en el medio, y también uno al principio.
Horacio Ferrer
Así surgió una de las canciones más populares de la música argentina, que además sacudiría los fundamentos de la canción rioplatense. El resultado fue una balada con ritmo de valsecito y dos recitados hechos a la medida de la expresividad de Amelita Baltar, por entonces esposa de Piazzola.

La canción fue estrenada de inmediato en Michelángelo, pero poco después Piazzola, Ferrer y Baltar deciden presentarla para concursar en el Primer Festival Iberoamericano de la Danza y la Canción que se realizó en el Luna Park de Buenos Aires entre del 9 al 14 de octubre de 1969, con un jurado de alto nivel internacional que integraban entre otros Vinicius de Moraes y Chabuca Granda.5 La Balada fue presentada la primera noche y tuvo una excelente acogida por parte del jurado, que la declaró finalista en el rubro "tango". Pero la decisión del jurado generó una controversia entre los organizadores, muchos de ellos tradicionalistas, que llevó a una modificación de las reglas del festival, desplazando al jurado de músicos por un "jurado popular" que en la final del 14 de octubre declaró ganadora a otra canción y en segundo lugar a "Balada para un loco".

Pero pese a perder el festival y a la controversia entre tradicionalistas y vanguardistas sobre si "eso" era tango o no lo era, la canción ya había deslumbrado el gusto popular. Al día siguiente de finalizado el festival la canción cantada por Amelita Baltar fue lanzada como simple editado por CBS (nº 22.169), junto con "Chiquilín de Bachín" como lado B.5 Al mes siguiente, se lanzó una nueva versión editada por RCA Victor (31A-1605), cantada por Roberto Goyeneche con la Orquesta de Ástor Piazzolla.
En el primer mes el simple ya había vendido 200.000 unidades, transformándolo en un éxito histórico. La Balada...revolucionó la canción popular argentina y los versos de Ferrer pasaron a ser un lugar común de la cultura popular:
Ya sé que estoy piantao, piantao, piantao,
no ves que va la luna rodando por Callao...

Balada para un loco
Amelita Baltar, varias décadas después reflexionaría sobre aquellos hechos:
Quizás en aquel día histórico del concurso no ganamos el cheque, pero el tema quedó para siempre en la gente. Todos lo cantan. Son frases que quedaron y me las repiten cuando voy caminando por la calle.
El tema ha quedado como una de las canciones más famosas de la música latina de todos los tiempos. Gracias a la importancia cultural de la canción, en 2012, la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires estableció por ley 4179 denominar a la esquina de Corrientes y Callao, como "Esquina Horacio Ferrer", colocándose allí una placa que así lo indica.

La canción
La canción comienza con una notable melodía lenta en ritmo de vals, con un toque psicodélico, ejecutada por el piano, sobre el que la cantante interpreta un recitado que comienza con la frase:
Las callecitas de Buenos Aires tienen ese, que se yo, ¿viste?
Un aparente narrador testimonial en segunda persona, se dirige de manera cómplice al oyente, para volverse narrador en primera persona y empezar a hablar de si mismo:
De repente, de atrás de un árbol, me aparezco yo.
El narrador se describe entonces a sí mismo, como un personaje improbable y desopilante:
Medio melón en la cabeza, las rayas de la camisa pintadas en la piel, dos medias suelas clavadas en los pies, y una banderita de taxi libre levantada en cada mano.
La narración pone al oyente frente a ese personaje que salta y baila frente a ella (se trata de una mujer), y que la hace reir. Hasta que le regala una banderita y empieza a cantar los versos más famosos de la canción:
¿No ves que estoy piantao, piantao piantao?.<>¿No ves que va la luna rodando por Callao?

La canción hace una defensa de la locura. "Piantao" es un término lunfardo del argot rioplatense, común a Buenos Aires y Montevideo, que significa "enajenado", "loco". Y "Callao" es la avenida Callao, que naciendo en el Congreso de la Naciónse dirige hacia el Barrio Norte, barrio de clase alta, en donde es una de sus arterias centrales.
Yo le digo (a Piazzolla) "mirá, vamos a hacer una primera bis donde él le diga a ella que lo quiera así como es": quereme, está bien, pero quereme así, piantao, es mucho más tierno, quereme como soy, que ésa es la verdad del amor.
Horacio Ferrer

El loco no solo le propone a la mujer quererlo tal como es, sino que la invita a compartir su locura y a vivir la vida con la misma locura que él ("¡Bailá! ¡Vení! ¡Volá!").
El promediar la canción aparece un nuevo recitado, similar al primero, pero con una letra distinta. Si en el primer recitado el loco se encuentra con la mujer y la seduce, en este segundo recitado ella se ha sumado a su locura y salen a recorrer Buenos Aires, corriendo por las cornisas con una golondrina en el motor. Pasan por el manicomio y reciben los aplausos de los locos allí recluídos ("De Vieytes nos aplauden"). La gente los saluda y bailan un vals con "un ángel y un soldado y una niña". Ferrer ha dicho que la canción estuvo en parte inspirada en la película Rey por inconveniencia, que narra la historia de un grupo de internos de un manicomio francés, durante la Segunda Guerra Mundial, que quedan dueños de un pueblo, cuando todos huyen ante la llegada de los soldados alemanes.

Para el canto final la música de Piazzolla subrraya ese espíritu de alegría y felicidad subiendo un tono y medio la escala mientras la letra dice:
Quereme así, piantao, piantao, piantao...
abrite los amores, que vamos a intentar,
la mágica locura total de revivir,
¡Volá conmigo ya! ¡Vení, volá, vení!

Wikipedia



miércoles, 17 de septiembre de 2014

Gavriel Lipkind

Nacido en Israel en 1977, el violonchelista Gavriel Lipkind muy pronto obtuvo fama internacional y actuó en algunas de las más prestigiosas salas del mundo con orquestas como la Filarmónica de Israel, la Filarmónica de Munich y la Sinfónica de Baltimore, junto a destacados músicos como Zubin Mehta, Philippe Entremont, Giuseppe Sinopoli, Yehudi Menuhin, Pinchas Zukerman, Yuri Bashmet, Gidon Kremer y Valery Gergiev.

Se graduó en tres de las principales academias de tres continentes: Academia de Música Samuel Rubin de Tel Aviv, Universidad de Música de Frankfurt y Conservatorio de Música de Nueva Inglaterra en Boston. Muy joven ganó más de doce primeros premios en importantes concursos internacionales, entre ellos el Rostropovich (1994) en París, el Leonard Rose (1997) en Washington D.C. y el ARD (1998) de Munich.

No obstante su éxito como músico decidió a los 23 años tomarse un período sabático para estudiar reflexivamente su repertorio, trabajar en colaboración con compositores y efectuar grabaciones. En ese momento de su desarrollo realizó dos discos contrastantes, “Miniatures and Folklore” -presentando sus propios arreglos- y “Single Voice Polyphony” (Volumen I) con las Suites para violonchelo de Bach. Su serie de discos “The Cello Heroics” aspira a convertirse en una antología del repertorio concertante de violonchelo, donde cada compositor (Schumann, Shostakovich, Saint-Saëns, Dohnanyi, etc.) tiene una producción independiente.

En 2004 creó el Cuarteto Lipkind, que luego de años de preparación se embarcó en su primera temporada de conciertos en 2008 con una gira por Israel, Alemania, Países Bajos, Bélgica, Suiza y EE.UU.
Además de las principales obras para violonchelo, el repertorio de Gavriel abarca numerosas curiosidades, obras encargadas y sus propios arreglos y transcripciones.

En paralelo con su activa agenda de conciertos como solista, recitales con el pianista Roman Zaslavsky y actuaciones con el Cuarteto Lipkind, en 2013/14 fue solista en residencia de la Orquesta Filarmónica de Bruselas, con la cual realizará giras por ese país, Francia y China. Desarrolla su actividad como docente a través de intervenciones en festivales internacionales de cello y numerosas clases magistrales en ciudades de Europa, en Tokio y Taiwán, en Estados Unidos y en México.

Lipkind toca un violonchelo etiquetado por el luthier boloñés Aloysius Michael Garani en 1702, sin embargo se considera fue construido entre 1670-1680, un enigma conocido como “Violonchelo Zihrhonheimer”. El instrumento está disponible gracias al apoyo generoso de D. & M. P.

http://www.hagaselamusica.com/interpretes/solistas/gavriel-lipkind/


sábado, 13 de septiembre de 2014

ASTOR PIAZZOLLA

El nacimiento del ángel

Astor Piazzolla nació alrededor de las dos de la mañana del viernes 11 de marzo de 1921, en una casa ubicada en la calle Rivadavia 2527 de la ciudad de Mar del Plata, a tres cuadras de la catedral, lo llamaron Astor Pantaleón Piazzolla, único hijo de Vicente Piazzolla y de su esposa, Asunta Manetti. Los padres vivían en un cuarto alquilado que estaba en los fondos de la confitería La Marplatense. "Todos pensamos que era de muy buen augurio que un chico naciera en ese mundo confitado", diría más tarde la madre de Astor. Ese día había nacido el equivalente argentino de George Gershwin o Duke Ellington.
       
Mar del Plata no hace gala de una gran antigüedad. Declarada formalmente "ciudad" en 1874, su verdadera historia comenzó diez años más tarde, con la llegada del ferrocarril. Sus excelentes playas y su clima saludable comenzaron a atraer a partir de entonces a una creciente población veraniega, y los mejores arquitectos argentinos recurrieron a una encantadora mezcla de estilos en su mayor parte europeos, y la transformaron en el balneario más elegante y atractivo del hemisferio sur. Allí nació, alrededor de las dos de la mañana del viernes 11 de marzo de 1921, en una casa ubicada en la calle Rivadavia 2527, a tres cuadras de la catedral, Astor Pantaleón Piazzolla, único hijo de Vicente Piazzolla y de su esposa, Asunta Manetti.

Los padres vivían en un cuarto alquilado que estaba en los fondos de la confitería La Marplatense, de Ángela Bridarolli. "Todos pensamos que era de muy buen augurio que un chico naciera en ese mundo confitado", diría más tarde la madre de Astor. Una hermana de Asunta, llamada Argentina, cuidó a madre e hijo durante unos días después del nacimiento, hasta que aquella se sintió bien como para levantarse.

Los Piazzolla eran oriundos de Trani, localidad de Puglia, una región bastante pobre de la Italia meridional. El bisabuelo paterno de Astor, Ruggero, había sido marino, y su bisabuela Lucrezia Covelli, costurera. El hijo de Ruggero, Pantaleo, nacido el 30 de octubre de 1855, era también marino, y según la crónica familiar decidió emigrar luego de que su barco naufragara. Fue así uno de los centenares de miles de italianos que emigraron a la Argentina en la década de 1880, cuando alboreaba una era de espectacular prosperidad. (Cuarenta años más tarde, la Argentina ya era el séptimo país del mundo en orden de importancia por su riqueza.) Pantaleo cambió su nombre por Pantaleón y se instaló en Mar del Plata con su esposa Rosa Centofanti, con quien había contraído matrimonio en mayo de 1880. Allí trabajó como marino, pescador, bañero en la playa durante la temporada estival y portero de uno de los teatros de la ciudad. Era alto y rubio, y los marplatenses lo apodaron "el Holandés". Uno de sus aficiones era el tallado de madera, en lo cual era muy experto. Le transmitió esta habilidad a su hijo menor, Vicente, nacido en Mar del Plata el 12 de noviembre de 1893.

Llegado a la adultez, Vicente manejó un negocio muy popular, especialmente en verano. En 1921, respondiendo a una demanda generalizada en Mar del Plata, abrió una bicicletería; pero su verdadera pasión eran las motocicletas, que compraba y vendía. Le vendió una a Astor Bolognini, quien junto con sus hermanos Ennio y Remo estaba haciendo una brillante carrera como violinista en América del Norte. Ennio formó parte de la sección de primeros violines en la Orquesta Sinfónica Filarmónica dirigida por Toscanini; más tarde, Remo llegó a ser concertino de esa misma orquesta. El propio Astor tocó en la Sinfónica de Chicago. La amistad que trabó Vicente con Astor Bolognini fue el motivo de que le pusiera ese nombre a su hijo, quien nunca se sintió muy contento de llevarlo: mucho después le comentaría a su primera esposa que Astor sonaba más como un apellido que como un nombre de pila.

El abuelo materno de Astor, Luis Manetti, que según Enriqueta Bertolami, prima del músico, era "el calco de Astor", había emigrado junto con su esposa Clelia Bertolami desde la ciudad de Lucca, en la Toscana. Llegó a tener éxito como propietario de una quinta importante y aún se lo recuerda en Mar del Plata por haber plantado los árboles de la Plaza Mitre. La situación económica de los Manetti era algo mejor que la de los Piazzolla. La hija de Luis Manetti, Asunta, tenía cuatro años menos que su futuro marido, quien la cortejó durante su servicio militar; se casaron el 11 de octubre de 1918. En retrospectiva, Astor pensaba que habían tenido un matrimonio feliz. Los parientes marplatenses simpatizaban mucho con ellos. La prima segunda de Astor, Ana María Tiribelli, recuerda a Asunta como una mujer "muy amorosa, muy coqueta". Por su parte, Martín Piazzolla (hijo del hermano mayor de Vicente, Ruggero, nacido en Italia) la consideraba "una tía muy buena, muy servicial", y de Vicente dijo que era "un poco nervioso, pero muy bueno... muy trabajador". La hermana de Asunta, Argentina Manetti, aseveraba que los Piazzolla "eran muy inteligentes, todos... Y gente buenísima". Probablemente Astor heredó su temperamento del padre y su contextura física de la madre. Vicente era mucho más alto que su esposa; Astor medía en su adultez un metro setenta de estatura y en muchos aspectos su apariencia era la de un Manetti, aunque carecía de la nariz prominente típica de algunos varones de esta familia.

Años más tarde, la madre de Astor recordaba que de niño "era bueno como un pedazo de pan y nunca lloraba, pero dormía poco". De hecho, los primeros años de Astor fueron terriblemente complicados. Nació con un defecto en la pierna derecha, el pied-bot, por motivos que nunca quedaron bien en claro. A partir de su segundo año fue sometido a reiteradas operaciones quirúrgicas en el Sanatorio Marítimo del barrio de La Perla, con lo cual el problema se subsanó en parte. Los recuerdos más tempranos que Astor tenía de su infancia se referían a esas separaciones de su madre, a los dolores que debió soportar, a que él lloraba a mares. Le quedó para siempre una aversión por los hospitales. Asunta resolvió no tener más hijos, aunque los médicos le decían que no había motivos para ello. "Me hubiera gustado tener más", le confesó más adelante a su nuera.

Alberto Rodríguez Egaña, cirujano principal del Sanatorio Marítimo, fue el que llevó a cabo la última operación y no quiso cobrar por sus servicios. La pierna derecha de Astor quedó algo más delgada que la otra y dos centímetros más corta, pero fuera de eso era razonablemente normal. Sin embargo, esta leve deformidad física lo afectó a Astor toda su vida y siempre fue muy sensible al respecto. Odiaba que lo llamaran "rengo". Según él mismo recordaba, una de las consecuencias de todo esto fue que "a papá se le metió en la cabeza que yo tenía que ser algo grande... Él se propuso que yo hiciera todo lo que me prohibían, para salir adelante, para que no fuera un solitario o un acomplejado. Si me prohibían nadar, él me mandaba a nadar. Si me decían que no tenía que correr, él me mandaba a correr".  Viene a la memoria el caso de otro artista, Lord Byron, nacido asimismo con una pierna defectuosa. El poeta W.H. Auden escribió en su "Carta a Lord Byron":

Your mother in a temper cried "Lame Brat!" Posterity should thank her much for that.
"¡Mocoso rengo!", tu madre te grita enfurecida, Tendría que estarle la posteridad agradecida.

Asunta no formaba parte de la clase alta inglesa y jamás se le habría ocurrido gritarle a Astor "¡Mocoso rengo!". De todos modos, la teoría de la creatividad relacionada con una infancia sufrida hoy carece de validez. Pero Vicente tenía razón: sin duda, su hijo llegó a ser algo grande.

Texto extraído del libro “Astor Piazzolla, su vida y su obra”.
Autores: María Susana Azzi y Simon Collier.
Editorial El Ateneo



viernes, 12 de septiembre de 2014

"Adiós Nonino", historia de su nacimiento y sus variaciones


Hubo pocos músicos tan exigentes con la propia obra como Astor Piazzolla. Por eso, su entusiasmo en el verano del 69 al hablar de la introducción que había escrito para un nuevo arreglo de "Adiós Nonino" creó grandes expectativas, totalmente satisfechas por la hermosa sonatina de dos minutos y medio presentada en el álbum Trova del mismo título. Obedientemente leída por Dante Amicarelli, un versátil pianista de confitería a quien -igual que hizo con Jaime Gosis- el compositor le permitía mostrar por una vez su desperdiciado talento, resultó un clásico instantáneo.
* * *
Vicente Piazzolla había muerto diez años antes en Mar del Plata como consecuencia de un tonto accidente de bicicleta mientras el hijo compartía con Copes y Nieves un show de tango en Puerto Rico. De vuelta en Manhattan, en lo que parecen haber sido jornadas que mezclaban variadas desesperaciones, creó su gran tango-homenaje, en realidad una revisión de "Nonino", compuesto en París cinco años antes para orquesta de cuerdas y al que recién volvió a prestar atención en 1961, cuando hizo convivir ambas piezas en "Piazzolla interpreta a Piazzolla", su primer gran álbum con quinteto.
Desde el comienzo, "Adiós Nonino" estuvo ligado a ese formato instrumental: era inevitable escucharlo con el bandoneonista rodeado de violín, guitarra, piano y contrabajo, pero pasaba a segundo plano en proyectos más numerosos. Lo mismo, la pieza adquirió vida propia y fue grabada por diversos directores -Leopoldo Federico, Francini-Pontier, Atilio Stampone, Aníbal Troilo- convirtiéndose en un standard del tango.
Esta popularidad no autorizada puede haber sido lo que impulsó a Piazzolla a reformularlo, una advertencia de que él seguía siendo el dueño de esa música, aunque los que la recrearan fueran sus amigos más queridos y de los pocos que respetaba en el ámbito del tango. Seguramente también hubo una actitud artística noble, la idea de rescatar el carácter íntimo con el que la pieza había nacido, un emotivo tributo final al ser querido, no el pretexto para bailarines seguidores de buenas orquestas.
Aquel prólogo de piano sólo estrenado por Amicarelli quedó incorporado para siempre a "Adiós Nonino", y con distinta sensibilidad lo interpretaron Osvaldo Manzi, Osvaldo Tarantino (su versión en el CD "La muerte del ángel" basta para justificar la leyenda nacida alrededor de este músico) y durante diez años Pablo Ziegler, integrante a partir de 1978 del quinteto más estable y por eso el más adecuado a su música de todos los que Piazzolla condujo.
* * *
El grupo murió de causas naturales diagnosticadas prematuramente por el director, que poco más tarde se lanzaba a organizar un sexteto como el de Julio De Caro. La gran travesura fue que, en lugar de un pianista sumiso a la manera del hermano Francisco, convocó al único compositor argentino con obra equiparable a la suya y además gran improvisador, no con la picardía oportunista del jazz sino en el espíritu de los virtuosos románticos: Gerardo Gandini.
Con él, la introducción pianística de "Adiós Nonino" vigente durante más de dos décadas comenzó a decir adiós; cada concierto un tratamiento distinto hasta culminar en el encuentro del Sexteto Nuevo Tango con la orquesta de Osvaldo Pugliese, cuando llegado el momento de tocar la famosa obertura el pianista prefirió seguir jugando a recomponer "La yumba".
Fue en 1989 y el concierto tuvo lugar en un teatro de Amsterdam, la misma ciudad desde donde hace apenas un par de semanas, gracias a la espléndida boda real con novia argentina, "Adios Nonino" se hizo escuchar en todo el mundo, no como gentileza folklórica sino con el carácter de elevada música ceremonial soñado por su compositor que, fiel a su temperamento, se hubiera declarado tan dichoso como ofendido por la elección. 
http://www.lanacion.com.ar/373132-adios-nonino-historia-de-su-nacimiento-y-sus-variaciones



sábado, 5 de julio de 2014


"Piazzola universalizó el tango, lo liberó de la prisión de música de Buenos Aires y lo llevó a la categoría de música académica. 
Desde Asia hasta Europa Oriental y Occidental, lo pueden interpretar, orquestas sinfónicas, orquestas de cámara y solistas de diferentes instrumentos."

                                                                                                   Piazzolla - Invierno porteño