jueves, 12 de febrero de 2015

El temible Poseidón

Poseidón, el gran dios del mar que reinaba sobre los mares y todos los medios acuáticos, era hijo de Cronos y de Rea, y hermano mayor de Zeus. Era uno de los 12 dioses mayores que habitaban en el Olimpo, aunque casi siempre estaba en su palacio bajo las aguas y sólo visitaba el Olimpo cuando quería ver a los otros dioses.

Cronos y los otros titanes  habían reinado hasta que Zeus inició una guerra contra ellos. Pero tras la victoria de los jóvenes dioses Zeus, Hades y Poseidón, el mundo quedó dividido entre ellos. Zeus dominó el cielo y Po¬seidón el mar. Siendo el rey de todos los dioses, Zeus dominaba además la tierra, el territorio neutral en el que el dios del mar se hacía notar a través de los terremotos. El iracundo Poseidón era temido como «el que sacudía la tierra», según palabras de Homero, e instigaba las mareas más abruptas y las tormentas en alta mar.

Poseidón no aceptó de buena gana que su hermano fuese el soberano de todos los dioses. En una ocasión llegó a conspirar contra él, con la ayuda de Hera y Atenea, para intentar derrocarle. Los tres maquinaron la forma de encadenarlo, pero la nerei¬da Tetis vino a rescatarlo y llamó al gigante de 100 brazos Briareo, de extraordinaria fuerza, para que acudiese al Olimpo. Allí se situó junto al trono de Zeus en actitud amenazante y consiguió sofocar la rebelión.

El temible y caprichoso dios del mar, con el que los navegantes debían llevarse bien, fue adorado en todo el mundo griego y romano. Se han conservado numerosas imágenes suyas como una figura imponente con su barba y su tridente, arma que utilizaba para pescar y que había sido un regalo de los cíclopes, que también le dieron a Zeus los rayos y a Hades el casco que lo hacía invisible. Sin embargo, según algunos, Poseidón había sido al principio un dios de la tierra, pues su nombre significa «esposo de la tierra», pero posteriormente había sustituido a deidades marinas como Nereo y Proteo. Se cree que en cierta ocasión también fue adorado con la forma de un caballo, al igual que Hera lo fue en la de una vaca y Atenea en la de una lechuza. A Poseidón se le atribuía la creación de varios animales, como el caballo, el toro y el delfín.

El dios regalaba sus excepcionales caballos a los mortales de vez en cuando. Así, le regaló a Pelops los equinos con los que ganó la carrera por su futura esposa Hipodamia  y, junto a otros dioses, le dio a Peleo los caballos parlantes e inmortales Janto y Balio tras su boda con la diosa Tetis. El mismo Poseidón tenía una cuadriga tirada por caballos de mar que le permitía viajar por las olas a gran velocidad. Su esposa Anfritrite, hija de la deidad marina Nereo, vivía a su lado en un palacio de oro bajo el mar. Estaban rodeados de un extenso séquito de ninfas. Su hijo Tritón, una especie de sirena masculina  y sus hijas Rodé y Bentesicime también vivían con ellos.

Al igual que su hermano Zeus, Poseidón no era un marido fiel, pues sedujo y forzó a numerosas diosas, ninfas y mortales con las que tuvo incontables descendientes. Ya antes de su boda con Anfritrite había tenido un amorío con su hermana Deméter e incluso había concebido al gigante Anteo con su abuela Gaya. El infame cíclope Polifemo también era hijo suyo  y además se le atribuye la paternidad del gran héroe Teseo. Poseidón hizo invulnerable al efecto de las armas a su hijo Cieno, aunque eso no sirvió para evitar que Aquiles lo matase, cosa que hizo utilizando la correa de su propio casco. Poseidón transformó después a su hijo en un cisne.

Una de las muchas víctimas de la lascivia de Poseidón fue Medusa. Aunque la apariencia con la que nos la han transmitido era aterradora, parece ser que Medusa había sido bella con anterioridad. Tanto que Poseidón había perdido el control y la había forzado en un santuario de Atenea, que se enfadó tanto que decidió castigarla y llenarle el cabello de serpientes. Cuando Perseo mató a Medusa poco después, la gorgona estaba embarazada de su relación con Poseidón. Tan pronto como fue decapitada nacieron de la sangre derramada los hijos de Poseidón Crisaor y Pegaso, el caballo alado.

Otras víctimas de la lujuria de Poseidón fueron la bella princesa Córnix, que escapó del dios en el último momento cuando Atenea la trasformó en un cuervo y la hija del rey de Tesalonia, Canis, a cuya petición Poseidón la convirtió en un hombre tras la violación.

Al igual que el resto de dioses, Poseidón podía adoptar la forma que quisiese y explotar esa habilidad para sus escarceos amorosos. Así, se disfrazaba de caballo, de toro, de ave, de carnero o de delfín.

Las relaciones de Poseidón con los mortales no fueron exclusivamente sexuales. Con Apolo, por ejemplo, construyó la muralla de la ciudad de Troya para el rey
Laomedón, que después no quiso pagar al dios del mar el precio acordado en oro. Poseidón se vengó inundando la ciudad y exigiendo que la hija del rey fuese sacrificada ante un monstruo marino. Heracles la rescató y también fue engañado por el rey. Como tenía fama de implacable, el resentimiento de Poseidón alcanzó incluso a los descendientes del rey y por eso se convirtió en el más ferviente defensor de los griegos, junto a Apolo, durante la Guerra de Troya. No obstante, tras la guerra tampoco los griegos se libraron de su ira porque entonces mató al «pequeño Ájax», hijo de Oileo, que había mancillado el santuario troyano de Atenea forzando allí a la princesa Casandra. Odiseo también fue víctima de la ira de Poseidón tras dejar ciego a su hijo Polifemo.

Entre Poseidón y Minos, rey de Creta, estalló otro conflicto cuando el rey le pidió un toro para sacrificarlo en su honor. El dios le regaló un toro blanco tan bello que el rey decidió quedárselo, lo que provocó la furia de Poseidón, que hizo que la mujer del rey, Pasifae, se enamorase del animal y copulase con él para concebir al Minotauro, criatura monstruosa con cuerpo de hombre y cabeza de toro. Este hecho tuvo secuelas terribles.

Los problemas de Poseidón con los atenienses fueron de carácter distinto. Había competido con Atenea por el dominio del Ática, donde está Atenas, ofreciendo a sus habitantes el regalo más útil. Poseidón clavó su tridente en la tierra sobre la Acrópolis y produjo un pozo de agua negra. Pero Atenea hizo crecer un olivo en el mismo punto y fue declarada ganadora y protectora de la ciudad. Poseidón no soportaba la derrota y causó entonces una terrible inundación en el Ática, pero Zeus intervino poco después para que se reconciliase con los atenienses. Desde entonces fue adorado de la forma que él quiso y la ciudad dependió de las embarcaciones y del comercio marítimo.

Después de dos mil años de cristianismo, Poseidón, sobre todo bajo su nombre romano de Neptuno, ha permanecido como uno de los dioses griegos más conocidos. Zeus ha tenido durante el periodo cristiano una existencia más oscura y Hades incluso ha sido olvidado. Desde el Renacimiento, Poseidón (Neptuno) ha consolidado su posición de privilegio en la iconografía occidental. Aparece en incon¬tables fuentes monumentales del periodo neoclásico. En la era moderna, apareció un nuevo rito por este dios: los marinos y los pasajeros que cruzan el Ecuador por primera vez reciben el «bautismo de Neptuno», una ceremonia en la que la tripulación se viste como Neptuno y vierte agua de sal sobre los no iniciados para luego beber con ellos.

http://mitosyleyendascr.com/mitologia-griega/poseidon/


Posidón o Poseidón (griego antiguo: Ποσειδῶν3 , romanización:Poseidỗn, pronunciación: clásica: poseːdɔ́ː̀n , Koiné: po̞siːdˈo̞ːn , bizantina: posiðˈon) es el dios del mar, las tormentas y, como «Agitador de la Tierra», de los terremotos en la mitología griega. 
El nombre del dios marino etrusco Nethuns fue adoptado en latín para Neptuno (Neptunus) en la mitología romana, siendo ambos dioses del mar análogos a Poseidón. Las tablillas en lineal B muestran que Poseidón fue venerado en Pilos y Tebas en la Grecia micénica de finales de laEdad del Bronce, pero fue integrado en el panteón olímpico posterior como hermano de Zeus y Hades. Poseidón tuvo muchos hijos y fue protector de muchas ciudades helenas, aunque perdió el concurso por Atenas contra Atenea. Le fue dedicado un himno homérico.
Himno homérico a Poseidón
El himno a Poseidón incluido entre los himnos homéricos es una breve invocación, una introducción de siete líneas que se dirige al dios tanto como -el que mueve la tierra y el baldío mal, dios de las profundidades que es también señor del Helicón y de la extensa Egas-,y especifica su doble naturaleza como olímpico: un domador de caballos y salvador de barcos.

















ROMANCE- Rafael de León

Yo me acerqué hasta tu vera
con miedo, ¿por qué negarlo?

En las sienes me latían
cincuenta y dos desengaños;
gris de paisaje en los ojos,
risas sin sol en los labios,
y el corazón jadeante
como un pájaro cansado.

Yo me acerqué hasta tu vera
con miedo, ¿por qué negarlo?

Te reventaba en la boca
un clavel de veinte años
y en la mejilla un süave
melocotón sonrosado.
Cuando dijistes: «Te quiero»
fue tu voz igual que un caño
de agua fresca en una tarde
calurosa de verano.

Se me echó encima el cariño
lo mismo que un toro bravo
y quedé sobre la arena
muerto de amor y sangrando
por cuatro besos lentísimos
que me brindaron tus labios.

De la sien a la cintura,
de la garganta al costado.
¡Qué boda sin requilorios
sobre la hierba del campo!
¡Qué marcha nupcial cantaba
el viento sobre los álamos!
¡Qué luna grande y redonda
iluminó nuestro abrazo,
y qué olor el de tu cuerpo
a trigo recién cortado!

El pueblo, a las dos semanas
hizo lengua en los colmados,
en las barandas del río,
en la azotea, en los patios,
en las mesas del casino
y en los surcos del arado:
«Un hombre que peina canas
y que le dobla los años».

Es cierto que peino canas
pero en cambio, cuando abrazo
soy lo mismo que un olivo,
igual que un ciprés sonámbulo,
Cristobalón de aguas puras
que atraviesa el río a nado
si ve en la orilla unos ojos
o una boca hecha de nardos,
para cortarle el suspiro
con el calor de mis labios.

Que me escupan en la frente,
que me pregonen en bandos,
que vayan diciendo y digan.
Tú conmigo; yo a tu lado
respirando de tu aliento,
yendo al compás de tus pasos,
refrescándome las sientes
en la palma de tu mano.

Centinela de tus sueños,
hombro para tu descanso,
Cirineo de tus penas
Y San Juan de tu calvario
para quererte y tenerte
en la noche de mis brazos.

¡¿Qué importa que haya cumplido
cincuenta y pico de años?!
¿En qué código de amores,
en qué partida de cargos,
hay leyes que determinen
la edad del enamorado?
En cariños no hay fronteras,
ni senderos, ni vallados,
que el cariño es como un monte
con un letrero en lo alto
que dice sólo: «Te quiero»
Y colorín colorado.


LA CUARTA DE BRUCKNER:
sencillamente mi favorita
________________________________________
NO TENGO REPAROS EN CONFESAR que la Cuarta de Bruckner es mi favorita, y fue mi puerta de entrada al maravilloso mundo musical del maestro de Ansfelden. Conocí tarde al maestro y fue a partir de una circunstancia muy sentimental que logré captar la belleza de su mensaje. Hasta antes de la maravillosa oportunidad de ser padre, nunca cargué en brazos a ningún infante, porque no me agradaba, me sentía incómodo o tenía miedo de lastimarlo de alguna forma. Todo ello cambió con el nacimiento de mis hijos, pero en particular mi hija Celeste, quien desde pequeña ha estado especialmente vinculada conmigo. Una noche invernal estaba cuidándola cuando anunciaron un concierto en vivo con esta sinfonía por la radio, y allí, cargando a mi hija en brazos, escuché integralmente los 70 minutos de la obra. Esto es un récord mundial para mí, dado que antes de ese momento, nunca había cargado a cualquiera de mis dos hijos por más de 10 minutos.
Luego tuve la suerte de escuchar en un par de ocasiones la misma sinfonía en vivo, además de atesorar más de 15 versiones con una variedad de directores de todas las épocas. Sencillamente adoro esta obra y escribir de ella es una satisfacción que cala muy hondo en mi conciencia y en mi corazón.

Esta obra también constituyó el primer éxito en vida de Bruckner y la única de su repertorio con un epíteto puesto de puño y letra por el propio compositor. Esta maravillosa sinfonía recibió la denominación de“Romántica”, y este apelativo está más ligado con los sentimientos bucólicos que inspira el contacto con la naturaleza, que a un romanticismo inspirado en las relaciones humanas amorosas.
La Cuarta sinfonía es conocida al menos en seis versiones, a partir de la original compuesta en 1874. Es quizás la más editada, violada y reescrita de todas sus sinfonías, al punto que en los últimos dos movimientos se pueden encontrar diferencias de tajo, principalmente en el último movimiento.
• Versión original 1874 publicada por Nowak
• Primera revisión de 1878 (movimientos I-III publicados por Haas Vorlagenbericht; y el Finale: Haas, Nowak)
• Revisión del Finale en 1880 publicado por Haas y Vorlagenbericht
• Edición final de Haas de 1881
• Edición de 1886 (Nowak)
• Edición de 1888 (publicada en 1889, Redlich)

La telenovela empezó en 1874. Apenas concluida, Bruckner revisó toda la obra, reemplazando integralmente el tercer movimiento con un nuevo Scherzo y Trío en 1878. Existen notas históricas, en mucho debido a la acuciosidad de Hans Richter de más revisiones a esta partitura en 1876 y 1877; sin embargo, estas revisiones fueron de facto para presentaciones específicas y no se consideran “versiones” en las modalidades usuales. Muchos autores toman como versión definitiva la editada en 1880. En ella,Bruckner escribió un nuevo Finale, con un giro conceptual dramático. Inicialmente había concebido un movimiento danzante muy a la Pastoral de Beethoven, al cual tituló Volkfest (fiesta pueblerina), en contraste a la versión más frecuentemente escuchada (mi favorita, pese a que algunos autores la describen como muy sombría en comparación al resto de la obra). El nuevo Finale de 1880 es más solemne, y en mi humilde opinión, brinda un espectacular cierre a la obra.

1) Bewegt, nicht zu schnell — Esta poderosa sinfonía inicia con un trémolo en las cuerdas que anticipa el tema mágico que emerge de los cornos, el cual posiciona al escucha en otro universo. Strauss, en su mística apertura de Zarathustra, recurre a una figura cromática y armónica muy similar, pero en el caso de Bruckner, el llamado conduce a un clímax filosófico que me hiela los huesos. Luego de esta brillante apertura, un nuevo tema, más ligero y etéreo, es introducido por las cuerdas al más puro estilo bruckneriano. El desarrollo del movimiento alterna ambos temas con poderosos clímax en los metales. Este desarrollo concluye el movimiento con una coda que asesina al escucha con un desarrollo contrapuntístico y expresivo único en la obra del maestro. Ese desarrollo sólo lo volvemos a encontrar en la Octava y Novena Sinfonías del maestro.

2) Andante, quasi allegretto — El segundo movimiento inicia la tradición del autor de expresar sus emociones más fuertes en los movimientos lentos de sus sinfonías de acá en adelante. El desarrollo es poético y dramático, es una marcha fúnebre que conforta e inspira, la cual únicamente se me ocurre comparar con el bellísimo desarrollo que haceFauré en su Réquiem. La melodía inicial es introducida por los cellos y luego retomada por la orquesta, pero el segundo tema, confiado a las violas, es de una fortaleza única y poderosa que es rematada en un genialcrescendo que se desvanece en una tonalidad sombría y misteriosa: do sostenido menor… sí amigos… la misma que usó Mahler para su Quinta. Una nota curiosa: este movimiento notarán que concluye con un trío de clarinete, corno y viola, en cuyas partes Bruckner anotó entre paréntesis “con espanto”… dejando al director la opción de considerarlo o no.

3) Bewegt / Trio: Nicht zu schnell. Keinesfalls schleppend —Aunque los puristas digan que Bruckner escribió nueve copias del mismoscherzo para igual número de sinfonías, que me corten los oídos si éste no es el más especial de todos. Una melodía cazadora, encomendada a los cornos danza, imprime a la obra una bucólica escena en los bosques de Austria, pero Bruckner luego nos asesina con la melodía intermedia que define el Trío, la cual es un diálogo coqueto entre un solo de cello acompañado de tres trombones… genial. Contaba Hans Richter que sonrojado y entre su característica risa tímida, Bruckner le confesó que al escribir esta parte se imaginó a un grupo de cazadores descansando de la faena y comiendo queso y vino a la sombra de los arboles.

4) Finale: Bewegt, doch nicht zu schnell — El Finale de 1880 es poderoso y perfecto en su contrapunto. Este pasaje se construye con varios temas alegres puestos en contraste entre distintos grupos de instrumentos. El inicio se elabora con un tema en crescendo que es una variación del canto inicial de los cornos, pero ahora en una tonalidad más grave y dramática, el cual concluye en un complejo tutti en los bronces que conduce al punto más trascedente de este movimiento, el cual se integra por la exposición de una melodía lírica y suave en las cuerdas, contrastada por reiteración del tema del crescendo en los bronces. Este contraste se desarrolla espectacularmente en la partitura, con gran maestría contrapuntística, alternando modulaciones oscilantes entre ambos grupos temáticos.

http://quinoff.blogspot.com.ar/2012/12/bruckner-4-sinfonia-romantica_23.html


La madrugada cae - Enya

Cuando la madrugada cae
Y la luz del dia esta desvaneciendo
Desde adentro de mi llama
Podría ser que estoy durmiendo?
Por un momento me extravio
Entonces me sostiene completamente
Cerca de casa – no puedo estar

Mientras camino el cuarto
ahí esta ante mi una sombra
De otro mundo, donde nadie mas puede seguir
Cárgueme a mi propio, a donde puedo cruzar
Cerca de casa, no puedo estar
Cerca de casa sintiéndome lejos

Por siempre buscando, nunca bien
Estoy perdida en océanos de la noche
Por siempre esperando que
pueda encontrar recuerdos
Esos recuerdos que deje atras

Aunque me voy seguire creyendo
Que este tiempo es real,
estoy perdida en este sentimiento?

Como un niño pasando
Nunca sabiendo la razón
Estoy en casa, conozco el camino
Yo soy hogar, sintiendo, tan lejos


Akenatón habría reinado con su padre, según arqueólogos españoles

Las investigaciones del español Martín Valentín llevan a revisar un período crucial de la historia: cuando nació el monoteísmo

Cuatro columnas de piedra caliza, enfrentadas de dos a dos en el interior de la tumba del visir Amen-Hotep Huy. Y en sus relieves, los cartuchos con los nombres de dos faraones que compartieron el poder: Amenofis III y su hijo, Amenofis IV, Akenatón. No es un hallazgo arqueológico más, sino, según sus descubridores, uno que incita a revisar la historia del Antiguo Egipto en un período crucial: la decimoctava dinastía (entre el 1550 y el 1295 a.d.C. aproximadamente), en la que se instauró por primera vez el monoteísmo en el mundo. La dinastía a la que pertenece uno de los faraones más populares, Tutankamón.

El hallazgo lleva firma española, la del equipo que encabeza el egiptólogo
Francisco José Martín Valentín, que se ha pasado los últimos 14 años dirigiendo una excavación en Asasif, una de las necrópolis de la antigua Tebas, en la orilla occidental del Nilo en Luxor. Para Martín Valentín —que ha presentado el hallazgo esta mañana en una rueda de prensa en elInstituto de Estudios del Antiguo Egipto (IEAE) de Madrid acompañado de Elsayed Soheim, consejero de Cultura del Instituto Egipcio, y de Mohamed Mohsen Ismael, agregado de Turismo de Egipto en España— este descubrimiento supone una "prueba irrefutable" de una corregencia entre Amenofis III y su hijo y en su opinión  zanja una vieja y enconada polémica entre los egiptólogos acerca del asunto. Valentín va más allá  y especula con que el hallazgo vendría a demostrar la hipótesis de que padre e hijo no solo reinaron juntos sino que concibieron entre los dos la revolución monoteísta que le quitaría el poder al sacerdocio de Amón para concentrarlo bajo la égida del dios solar Atón y daría paso a uno de los períodos más turbulentos de la historia del antiguo Egipto.

"El descubrimiento acorta al menos en 10 años la cronología de la decimoctava dinastía y obliga a revisar viejas cuestiones nucleares de ese periodo, no solo la revolución monoteísta sino también la paternidad de Tutankamón, amén de muchas otras cuestiones clave en la egiptología", ha subrayado Martín Valentín. "El hallazgo lo hicimos el 20 de noviembre de 2013. Durante todo este tiempo ha sido validado por el Ministerio de Antigüedades egipcio empleando el duro análisis de las evidencias por todos los expertos, incluidos aquellos contrarios a la teoría de la corregencia. Y ha resistido". Sin embargo, otras fuentes egiptológicas han pedido prudencia y han considerado que el descubrimiento no es concluyente.
 
La prueba, según Valentin, son los dos relieves que muestran a ambos faraones sentados sobre el trono real, un símbolo de protocolo que indica "sin duda alguna" que ambos reinaban simultáneamente. Además, apunta el estudioso, hay otra evidencia que refuerza esta teoría. Martín Valentín y su equipo encontraron una estatua del vissir Amon-Hotep Huy decapitada y con las manos mutiladas: "No se trata de un deterioro natural. Hemos demostrado, por la forma del corte de la caliza, que esta mutilación fue meticulosa, un ensañamiento contra esta figura. ¿Por qué?
Pues probablemente porque era un ultraortodoxo de Amón y hay hallazgos que confirman que siguió ejerciendo el culto a este dios cuando se instauró el monoteísmo durante el reinado de Amenofis IV".

Valentin resalta el redescubrimiento de los últimos tiempos de la figura de Amenofis III, al que se tenía por más bien pasivo y hedonista y al que se le otorga ahora un papel activo en la revolución teológica de su hijo, que se cambió el nombre por el de Akenatón y trasladó la capital del imperio de Tebas a Ajetatón, la nueva ciudad fundada por él mismo.

La tumba del visir Amen-Hotep Huy no se quedará solo como un hallazgo de peso científico e histórico. Los planes de la misión y del Gobierno egipcio son restaurarla para que pueda ser visitada por los turistas. Martín Valentín espera poder abrirla al público en tres o cuatro años, si la excavación pendiente del patio que antecede a la cámara no pone esos planes patas arriba.

 En cualquier caso, el egiptólogo ha querido recalcar (respondiendo a preguntas planteadas por los dos representantes egipcios de la presentación) que Egipto es en estos momentos un lugar "perfectamente seguro" para hacer un viaje. "Si vienen, los invito a cruzarse El Cairo conmigo de punta a punta. Aunque hubiera algún tipo de problema en algún barrio, no se enterarían. Egipto necesita que el turismo vuelva. Y visitar Egipto es algo que hay que hacer al menos una vez en la vida".

http://cultura.elpais.com/cultura/2014/03/18/actualidad/1395147878_576906.html

Amenofis III y el culto a Atón

Amenofis III fue un importante faraón de la dinastía XVIII de Egipto que gobernó de c. 1390/1 a 1353/2 a. c. También es conocido como Imenhotep III, Memnon, y otros nombres helenizados.
El reinado de Amenofis III puede c
alificarse como el más próspero de toda la historia de Egipto, pues fue inmediatamente después de las gloriosas campañas asiáticas de Thutmoses III y de Amenhotep II y justo antes de la crisis de Amarna, que tuvo como protagonista a su hijo Amenhotep IV, el futuro Akenatón.
Comúnmente se ha pensado en Amenofis III como un monarca algo incapaz, centrado en la tarea de edificar templos y tumbas, en hacer enormes cacerías y en buscar bellas mujeres tanto dentro como fuera del país para nutrir sus harenes.
La estabilidad lograda por las conquistas de sus predecesores trajo una época de prosperidad, debido a los tributos pagados por los pueblos vencidos. Egipto era, indiscutiblemente, la gran potencia de la zona.
La paz favorecía el comercio, fuente adicional de riqueza.
Se apoyó en dos consejeros: el visir del Alto Egipto, Ramose y el arquitecto Amenhotep, con la poderosa influencia de la primera Gran Esposa Real, Tiy.
El problema interno lo creaban los sacerdotes de Amón, que debido a las donaciones de Tutmosis III se habían vuelto tan poderosos que amenazaban al propio faraón. Tutmosis IV había intentado frenar al clero potenciando el culto al disco solar, Atón, que figura en su tumba.
Amenofis III continuó con esta huida diplomática, se alejó de Tebas construyendo un palacio en Malkata, en la ribera occidental y otro en El Fayum.
Muertos sus consejeros y al subir como corregente su hijo, éste empezó la verdadera guerra política contra los amonianos, apoyado por la reina Tiy.
http://arteyfuentes.blogspot.com.ar/.../estela-del-templo...



La iconografía de Aton en el Egipto de la dinastía XVIII y su relación con la ideología amarniana
http://www.transoxiana.com.ar/0106/gestoso_iconografia_aton.html


Me encanta Dios - Jaime Sabines

Me encanta Dios. Es un viejo magnífico que no se toma en serio. A él le gusta jugar y juega, y a veces se le pasa la mano y nos rompe una pierna o nos aplasta definitivamente. Pero esto sucede porque es un poco cegatón y bastante torpe con las manos.

Nos ha enviado a algunos tipos excepcionales como Buda, o Cristo, o Mahoma, o mi tía Chofi, para que nos digan que nos portemos bien. Pero esto a él no le preocupa mucho: nos conoce. Sabe que el pez grande se traga al chico, que la lagartija grande se traga a la pequeña, que el hombre se traga al hombre. Y por eso inventó la muerte: para que la vida -no tú ni yo- la vida, sea para siempre.

Ahora los científicos salen con su teoría del Big Bang... Pero ¿qué importa si el universo se expande interminablemente o se contrae? Esto es asunto sólo para agencias de viajes.

A mí me encanta Dios. Ha puesto orden en las galaxias y distribuye bien el tránsito en el camino de las hormigas. Y es tan juguetón y travieso que el otro día descubrí que ha hecho -frente al ataque de los antibióticos- ¡bacterias mutantes!

Viejo sabio o niño explorador, cuando deja de jugar con sus soldaditos de plomo y de carne y hueso, hace campos de flores o pinta el cielo de manera increíble.

Mueve una mano y hace el mar, y mueve la otra y hace el bosque. Y cuando pasa por encima de nosotros, quedan las nubes, pedazos de su aliento.

Dicen que a veces se enfurece y hace terremotos, y manda tormentas, caudales de fuego, vientos desatados, aguas alevosas, castigos y desastres. Pero esto es mentira. Es la tierra que cambia -y se agita y crece- cuando Dios se aleja.

Dios siempre está de buen humor. Por eso es el preferido de mis padres, el escogido de mis hijos, el más cercano de mis hermanos, la mujer más amada, el perrito y la pulga, la piedra más antigua, el pétalo más tierno, el aroma más dulce, la noche insondable, el borboteo de luz, el manantial que soy.

A mí me gusta, a mí me encanta Dios. Que Dios bendiga a Dios.

Me encanta Dios - Jaime Sabines
Sonata para piano n.º 2 (Chopin)

La Sonata para piano n.º 2, Op. 35 de Frédéric Chopin está escrita en la tonalidad de si bemol menor. Esta sonata es de mayor enjundia que la anterior, peculiar, desproporcionada y desequilibrada, pero de gran interés musical. Contiene una de las páginas más famosas de su autor, la Marcha fúnebre, compuesta en 1837 como obra independiente. En 1839 a la sonata se le incluyó ésta como un movimiento más. Fue publicada finalmente en Leipzig en 1840.

Estructura

Esta sonata consta de cuatro movimientos:
• Grave - Doppio movimento. Tras una breve pero imponente introducción, se ofrece el anhelante primer tema, que contras con el segundo, lírico y apasionado. Tras un desarrollo libre en torno a los dos temas, nos encontramos con la originalidad de que, en la recapitulación, el primero no aparece.
• Scherzo. Aquí debería estar situado el tiempo lento, pero Chopin invierte los términos, al igual que Beethoven en su Sonata op. 26. Escrita en mi bemol menor, es una página fogosa y llena de ritmo. El precioso trío, più lento,expone una melodía típicamente chopiniana. La sección final vuelve al arrebatador tempo primo, aunque los últimos compases recobran el tema del trío.
• Marcha fúnebre. Lento. De estructura tripartita, esta famosa marcha es lúgubre, emocionante y solemne, aunque la sección central supone un contraste de consolación con su bella melodía, recuerdo sublimado de la persona fallecida. La vuelta a la sección inicial completa esta impresionante página.
• Finale. Presto. Formidable pasaje en octavas y tresillos que va como una exhalación, sin respiro alguno de comienzo a final. Se ha calificado de demoníaco, pero no es más que un ramalazo de genialidad que dejó estupefactos a sus contemporáneos por su atrevimiento y su radical originalidad.

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