No canto los primores
Que otros poetas cantan.
Ni cosas que eran viejas
En tiempo del rey Wamba:
Si el alba llora perlas,
Si la aurora es rosada,
Si murmura el arroyo.
Si el lago duerme y calla.
“¡Salud, salud dos veces
Al que inventó la hamaca!”
¿Qué me importan los
cetros
De los grandes monarcas.
De los conquistadores
Las sangrientas espadas?
Me asusto cuando escucho
La trompa de la fama,
Y prefiero la oliva
Al laurel y las palmas.
“¡Salud, salud dos veces
Al que inventó la hamaca!”
Al modo que sus nidos
Que cuelgan de las ramas,
Las tiernas avecillas
Se mecen y balanzan:
Con movimiento blando
En apacible calma.
Así yo voy y vengo
Sobre mi dulce hamaca.
“ ¡Salud, salud dos veces
Al que inventó la hamaca!”
Suspendida entre
puertas,
En medio de la sala,
¡Qué cama tan suave,
Tan fresca y regalada!
Cuando el sol con sus rayos
Ardientes nos abrasa,
¿De qué sirven las plumas
Ni las mullidas camas?
“¡Salud, salud dos veces
Al que inventó la hamaca!”
Meciéndose en el aire
Sobre mi cuerpo pasa
La brisa del Oriente
Que me refresca el alma;
De aquí descubro el campo,
La bóveda azulada,
Y la ciudad inquieta,
Y el mar que fiero brama:
“¡Salud, salud dos voces
Al que inventó la hamaca!"
A nadie tengo envidia;
Como un sultán del Asia,
Reposo blandamente
Tendido aquí a mis anchas;
Es verdad que soy pobre,
Mas con poco me basta:
Mi mesa no es muy rica,
Pero es buena mi gana.
“¡Salud, salud dos veces
Al que inventó la hamaca!"
Los primeros sin duda
Que inventaron la hamaca
Fueron los indios, gente
Dulce, benigna y mansa;
La hamaca agradecida
Consuela sus desgracias,
Los recibe en su seno,
Los duerme y los halaga.
“¡Salud, salud dos veces
Al que inventó la hamaca!
Pobres los
descendientes
Del grande Huayna-Cápac,
Y de los opulentos
Monarcas del Anáhuac,
Hoy miserables gimen,
Todo, todo les falta,
Y ya sólo les queda
Su pereza y su hamaca.
"¡Salud, salud dos veces
Al que inventó la hamaca!”
Hace muy bien el indio
Que en su choza de paja
De sus ávidos amos
Engaña la esperanza:
Para que éstos no cojan
El fruto de sus ansias,
En su hamaca tendido
Se ocupa en no hacer nada.
“¡Salud, salud dos veces
Al que inventó la hamaca!”
Mi hamaca es un
tesoro,
Es mi mejor alhaja;
A la ciudad, al campo,
Siempre ella me acompaña.
¡Oh prodigio de industria!
Cuando no encuentro casa.
La cuelgo de dos troncos,
Y allí está mi posada.
“¡Salud, salud dos veces
Al que inventó la hamaca!”
Sí, venga el ciudadano
Que dos mil pesos gasta,
En ricas colgaduras
Para vestir su cama:
Venga, venga y envidie
Mi magnífica hamaca,
Más cómoda y vistosa
Sin que me cueste nada.
“¡Salud, salud dos veces
Al que inventó la hamaca!”
Las copas elegantes
De las ceibas y palmas
Son las verdes cortinas
Que mi hamaca engalanan;
Pintados pajarillos
De rama en rama saltan,
Y en trinos acordados
Amor, amor me cantan.
“¡Salud, salud dos veces
A que inventó la hamaca!”
LA VIDA DE LOS DOCE CÉSARES (SUETONIO)
La Vida de los Doce Césares es una obra perteneciente a la historiografía del Alto Imperio encuadrada en la categoría de la biografía. La historiografía romana siempre fue menos rigurosa que la griega y su intención fue claramente más moralizante. No transmitían objetivamente los hechos, sino que los juzgaban y describían desde su propio punto de vista. Los historiadores no aluden a las fuentes en las que se basan, ni siquiera consultan la documentación oficial existente. Prevalece siempre el interés por destacar el valor moral de lo narrado y la calidad literaria de lo escrito.
El autor de esta obra es Gayo Suetonio Tranquilo, nació en el año 70 y murió, probablemente, en el año 126 d. C. Su vida y obra transcurrió durante los gobiernos imperiales de Trajano y Adriano. Perteneció al orden ecuestre y ejerció los trabajos burocráticos de director de los archivos imperiales y de la correspondencia del emperador. Entre sus amistades se encontró el mismo Adriano y Plinio el Joven, quien lo introdujo en el mundo aristocrático y la corte imperial. Al final de su vida cayó en desgracia ante el emperador Adriano por tener demasiada familiaridad con la mujer del emperador, Sabina.
Gayo Suetonio Tranquilo fue un historiador y biógrafo que vivió durante los reinados de los emperadores Trajano y Adriano. Ocupó el cargo de Flamen vulcanalis, cargo que le influenció a la hora de escribir, pensar y vivir, obligándole a estar más atento y prestar más atención a la moralidad de su época. Partió, socialmente, del círculo de Plinio el Joven y del emperador Adriano. Estos círculos de amistades ejercieron en él una gran influencia. Dejó de lado la mentalidad propia del orden ecuestre para abrazar en su fuero interno muchos de los principios de la clase aristocrática a la que pertenecían sus amistades. Gracias a esta influencia se mostró en muchas ocasiones en sus escritos a favor de una sana colaboración entre las distintas clases para alcanzar de esta manera una mayor perfección social. A través de sus amistades alcanzó el cargo de jefe de la correspondencia imperial con Trajano y director de los Archivos Imperiales bajo Adriano, permitiéndole el acceso a los fondos documentales necesarios para la redacción de su obra más conocida, Las Vidas de los Doce Césares, publicada entre los años 119 y 122 d.C.
Se trata de una narración de las vidas de los gobernantes romanos desde Julio César hasta Domiciano dedicada a su amigo prefecto del pretorio Cayo Septicio Claro. El título se caracteriza por contener una gran cantidad de datos sobre la vida privada y el gobierno de los emperadores romanos. Sin embargo si por algo destaca es por hacer verdadero hincapié en muchas ocasiones en los hechos más superficiales y escandalosos de la vida de los césares.
La estructura de las biografías siguen unas categorías prefijadas, en concreto y en orden: estirpe, familia, nacimiento, educación, toga virilis, comienzos de la carrera, empresas guerreras, vida privada, prodigios, muerte y testamento.
La obra tuvo una enorme influencia posterior, especialmente durante la Edad Media. En este período histórico será imitada y tomada como modelo en numerosas ocasiones, como por ejemplo en la biografía de Carlomagno escrita por Eginardo que toma por referencia y modelo la Vida de Augusto escrita por Suetonio.
También tuvo importancia y fue tomada como fuente por los propios romanos, en obras posteriores como la Historia Augusta, recopilación de las vidas imperiales desde Adriano.
En el humanismo fue utilizada por Petrarca, Poliziano o Erasmo, quién la leyó y editó, utilizándola para sus reflexiones sobre el buen gobernante. Vives llegó incluso a escribir una parte de la introducción, considerando incompleta la del original.
En España Francisco de Guevara señala que escribió su obra Una década de Césares a imitación de las obras de Suetonio y Plutarco y Guevara también utilizó la Vida de los Césares como modelo para su obra Annales del Emperador.
Ya en época contemporánea, en nuestros días, la obra de Suetonio ha ejercido un enorme peso sobre un gran número de novelas, de calidad desigual como Yo, Claudio de Robert Graves o películas de cine. La principal influencia en el mundo de la ficción ha sido la presentación y el retrato de los emperadores, en claro contraste con la incipiente moralidad cristiana, como es el caso de Ben-Hur o Quo Vadis?
El autor deja que las anécdotas relativas a la personalidad o al uso del poder arrojen luz sobre la psicología de los personajes más importantes de su tiempo. De esta manera y de forma subjetiva tales anécdotas pueden perjudicar la imagen de los emperadores que más le convenían, y al contrario, engrandecer la figura de los que considera más relevantes para contrastarlos con sus dirigentes contemporáneos, Trajano y Adriano, y así elevarlos por encima de los anteriores y ofrecerles un tratado sobre el bueno gobierno. No olvidemos que el primer lector al que iba dedicada cualquier obra en la Roma antigua era el emperador. Este estilo literario le hizo que fuera “Uno de los escritores más leídos de la época romana”
Protagonizó una democratización de la historia y las biografías entre el pueblo gracias a la amenidad y la simplicidad del escrito. Fue tal su importancia entre el pueblo y sus lectores que la obra pervivió durante siglos, llegando a considerarse un clásico no por su calidad literaria sino por su trascendencia entre el público.
“La razón del éxito de las biografías suetonianas radica en que ofrecen noticias de los emperadores que otros escritores omiten, en que prestan una atención muy especial a aspectos de la vida <<privada>> de los personajes y, lo que es todavía más importante, en que ofrecen buen número de noticias escandalosas, especialmente en lo que al mundo de los placeres se refiere”.
Y así se muestra a través de la Historia llegando a crearse entre 1470 y 1829 más de doscientas ediciones según cálculos de J. von Gruber Además, y para nuestra alegría “Constituye un acabado cuadro de las costumbres romanas en los años del Imperio” .
Traza un recorrido cronológico de la historia romana desde el final de la República. Nos proporciona gran número de información sobre la moralidad y la ideología imperante en la época. Como se demuestra en la inclusión de gran número de prácticas religiosas y prodigios que tienen relación con las vidas de los emperadores, y no solo eso, sino
“La inclinación de Suetonio a dar crédito y validez a la creencia de la influencia en la vida del hombre de señales de todo, religioso o puramente del mundo astrológico y onírico”.
También nos da una increíble información, tanto en calidad como en cantidad sobre la vida privada de los emperadores y familia imperial. Pero no solo nos ofrece información acerca de la vida privada de los emperadores, también ofrece información inédita sobre el origen de los emperadores que no aparece en ninguna de las otras fuentes, como ocurre en el caso de la dinastía flavia.
Sin embargo todas estas virtudes pueden convertirse en problemas a la hora de la investigación y la lectura del texto por diferentes motivos, como por ejemplo, y como hemos señalado, la subjetividad a la hora de escoger las anécdotas para narrar la vida del biografiado. El texto nos proporciona una imagen sesgada de los emperadores y su vida. Daña voluntariamente la imagen de unos y alaba la de otros, pero siempre distorsionando la Historia. Otro asunto que tendremos que tener siempre en mente a la hora de leer la obra es la finalidad de esta.
Sobre este tema se han escrito ríos de tinta, sin embargo coincidimos con diferentes autores que la finalidad primera de Suetonio era la de regalar al emperador, el primer lector de Roma, una obra dedicada al buen gobierno.
Como segunda finalidad u objetivo, ofrecer a este, el emperador, una lectura amena e incluso divertida como es la obra de la Vida de los Doce Césares. Por tanto hay que tener sumo cuidado a la hora de estudiar esta crónica y no valernos de ella ciegamente como fuente principal debido a su deformación de la historia y su subjetividad a la hora de seleccionar los materiales para su realización. Debemos contrastarla en todo momento con otras obras que describen los mismos momentos históricos, tanto contemporáneas al autor latino como contemporáneas al lector actual.
De todos modos su importancia es capital para el estudio del arco cronológico histórico que nos ofrece. Y dicha importancia radica, como ya hemos visto, en la democratización y popularidad del género historiográfico de la biografía, logrando la pervivencia de la categoría biográfica alejandrina. También nos ofrece información inédita y de gran caudal sobre la época tratada, tanto en política, como en sociedad, ideología o moral.
Y no por último su importancia también radica en servir de ejemplo y referencia para la creación de gran número de obras posteriores que utilizaron las vidas y su estructura para realizar las propias.
Y para acabar las obras de Suetonio supusieron la creación de un nuevo género historiográfico. El género historiográfico De viris illustribus, el cual surge en la historia literaria cristiana a finales del siglo IV. D.C. a partir de la obra del mismo título de S. Jerónimo. Inspirado en la obra del mismo título de Suetonio como el mismo S. Jerónimo menciona “Hortaris. Dexter, ut Tranquillum sequens ecclesiasticos scriptores in ordinem digeram et, quo dille in enumerandis gentilium litterarum viris iniustribus, ego in nostris hoc faciam”
También en la obra del autor romano “…podemos encontrar indicios muy claros de una filosofía de la historia”.
Sirviendo al investigador para esclarecer no solo la visión de la Historia grecolatina, sino el mismo concepto de Historia a través de los tiempos. Además, al ser una obra escrita a posteriori de los hechos que narra, nos ofrece información sobre el tipo de contenidos elegidos para la narración de las biografías y la Historia. Llegando a saber qué tipo de pesquisas manejaban y conservaban sobre la vida de los emperadores.
Por tanto, y como conclusión podemos afirmar que la importancia de la Vida de los Césares de Suetonio radica en ser una importantísima fuente histórica para el estudio de la etapa histórica abarcada desde el gobierno de Julio César hasta el asesinato de Domiciano. Nos ofrece información no solo de los hechos políticos, sino de la moralidad existente en la época, ideología, costumbres, etc. Gracias a ella podemos conocer el concepto de Historia del escritor, y por ende, de la época y el tratamiento de las fuentes e información para realizar las biografías y cualquier trabajo histórico. Y por último, la importancia de la obra en sí también es fundamental, tanto para la construcción del género historiográfico de viris illustribus como para la realización de distintas crónicas biográficas tanto medievales como humanistas. Además, la impresión que en la cultura popular ha dejado la obra es de gran importancia. Muchos de los estereotipos y prejuicios acerca del mundo romano provienen de la obra de Suetonio. Y para acabar, y no menos importante, la amenidad de la obra la hace perfecta para iniciarse en el mundo grecolatino del que nos hace cómplice Suetonio a lo largo de sus páginas.
Tributo a Shostakovich en el aniversario de su nacimiento (25/09/1906)
Cuarteto de Cuerda nº 8 en do menor, op. 110
El cuarteto de cuerdas N° 8 en do menor (op. 110) es una obra de música de cámara compuesta en 1960 por el compositor ruso Dmitri Shostakóvich. Se trata de una de sus obras más conocidas y tocadas, de la cual ciertos temas fueron reutilizados por el compositor en otras obras.
Contexto histórico
Desde 1959, Shostakovich sufría de poliomelitis, así que se dirigió a los alrededores de Dresde, oficialmente para escribir la música de la película Cinco días y cinco noches, extraoficialmente para recibir tratamientos. Impresionado por la vista de la ciudad devastada, dedicó el cuarteto (escrito en tres días del 12 al 14 de julio de 1960) a "las víctimas de la guerra y del fascismo", dentro de las cuales se contaba, según su hija Galina.
Se le atribuyen a Shostakovich las siguientes citas referentes a ese cuarteto :
« Me dije que después de mi muerte nadie compondría una obra en memoria mía. Así que decidí componer una yo mismo…»
« El tema principal de ese cuarteto son las notas D. Es. C. H., es decir mis iniciales, y cité algunas de mis obras. ¡Una pequeña antología! »
El cuarteto N° 8 fue estrenado el 2 de octubre de 1960 por el cuarteto Beethoven en Leningrado. Así mismo, fue orquestado por Roudolf Barchaï, en 1967 y renombrado, con el acuerdo de Shostakovich, Sinfonía de Cámara.
Estructura
La ejecución dura aproximadamente 20 minutos en cinco movimientos:
1.Largo
2.Allegro molto
3.Allegretto
4.Largo
5.Largo
El monograma musical DSCH predomina netamente, directamente o en transposición; se le yuxtaponen un cierto número de temas tomados de otras obras:
•en el primer movimiento, referencias a sus sinfonías N° 1 y N° 8.
•en el segundo movimiento, un tema judío enunciado en el trío para piano N° 2.
•en el tercer movimiento, el tema del Concierto para Cello N° 1.
•en el cuarto movimiento, el tema ruso y el aria "Seryozha mi amor" del tercer acto de la ópera Lady Macbeth del distrito de Mtsensk.
•el quinto movimiento también hace referencia a motivos de Lady Macbeth.
Anécdota
Rostropóvich ha contado que regresando de una serie de conciertos, Shostakovich le hizo escuchar una grabación de los ensayos del cuarteto N° 8 por el Cuarteto Beethoven. «Por fin he escrito una obra que quisiera que tocaran durante mi entierro», le habría dicho en lágrimas.
Wikipedia
Caribbean Blue
Eurus... Viento de África...
Así que el mundo gira y gira, Con todo lo que siempre supiste, Ellos dicen que el cielo, es el Azul del Caribe,
Si cada hombre dice todo lo que puede, si cada hombre es real, Creo que el cielo, es el Azul del Caribe,
...Boreas... ...Zephyrus...
Si todo lo que dijiste, se transformó en oro, Si todo lo que soñaste fue nuevo, Imagina el cielo, muy arriba, en Azul de Caribe,
Nací
en Santa Rosa, La Pampa, hace 52 años. Pasé un tiempo de mi infancia en el
campo y otro poco más en un pueblo llamado Anguil. Después me fui a Santa Rosa
y hasta ahora me he quedado aquí.
He
vivido percibiendo más aire que tierra, ya que el cielo, el viento y el polvo
están bastante por encima del suelo en la pampa seca; la línea de horizonte es
muy baja.
Publiqué
un par de libros, pero por ser de tiradas reducidas y de poco alcance a nivel
de lectores, se puede decir que soy un escritor inédito.
En
breve, Ciprés Ediciones de la ciudad de Córdoba, pondrá a circular mi poemario
“Es lo que no sé”. Estoy terrible. También acabo de publicar en este blog.
La España tópica, es el escenario que Georges Bizet (París 1838-1875) eligió para Carmen, su ópera póstuma, basada en una breve historia de Próspero Mérimée, con libreto de Henry Meilhac y Ludovic Halévy.
El estreno de esta obra tuvo lugar en la Opera Cómica de París, el 3 de marzo de 1875, constituyendo un éxito, a pesar de que se haya difundido la falsa idea de su relativo fracaso. Fueron treinta y siete las representaciones que siguieron al estreno.
Carmen pertenece a "La Opera Comique" francesa tradicional, en la cual, arias y coros están entrelazados con diálogos hablados; un rasgo similar puede ser encontrado en los "singspiels" alemanes.
Para la primera producción vienesa en octubre de 1875, meses después del fallecimiento del autor, un amigo de este, Ernest Guiraud, reemplaza los diálogos por recitativos y suprime parte del texto, incluso altera la instrumentación e interpola un ballet, dando a la ópera un giro hacia "La Gran Opera" con su gran peso emocional.
Sin embargo, esta transformación no desbancó a la versión original y hasta el día de hoy ambas siguen en vigencia.
La Pasión según San Mateo es, posiblemente, la más grande obra religiosa de la historia de la música: texto y música, fidelidad al relato evangélico, elevada creación poética, piedad, se unen en ella de manera que no podemos separar ningún aspecto como más sobresaliente.
La obra, que lleva el número de catálogo BWV 244, fue compuesta por Bach entre 1727 y 1729 (se desconocen el año exacto y las circunstancias de la composición), El texto alterna 2 fuentes: por un lado el propio texto del evangelio, los capítulos 26 y 27, que son cantados enteros y literalmente, en pequeños fragmentos, ya sea por el narrador (evangelista), Jesús, los apóstoles, etc. es decir, dramatizado, tal como en las lecturas de la pasión que se realizan en la liturgia del Viernes Santo; y las partes de este texto van alternando con poesías, a cargo de solitas o coros (de adultos o niños), que van "apropiándose" religiosamente del texto del evangelio.
"La Pasión según San Mateo" (Matthäus Passion) fue estrenada por Juan Sebastián Bach (Eisenach 1685- 1750) el día 11 de abril de 1727 (Viernes Santo) en la Thomaskirche de Leipzig, aún cuando existen estudiosos que sitúan este acontecimiento en 1728 ó 1729. Esta disparidad de fechas se debe, fundamentalmente, así hecho de que no hubiese una sola versión de esta obra, puesto que el propio Bach se veía obligado a pulir la partitura con cada nueva celebración litúrgica. Por ello parece que la versión que hoy conocemos es la correspondiente a la reposición del año 1736.
"La Pasión según San Mateo" cayó en el olvido y fue rescatada por Felix Mendelssohn en un concierto celebrado en Berlín el 11 de marzo de 1829, pocos días antes de celebrarse el 144 aniversario del nacimiento de Bach.