martes, 23 de septiembre de 2014

Sinfonía número 6. Tchaikovsky

Quizás los dos compositores de música sinfónica que más me llenan y emocionan son Tchaikovsky y Mahler. Ambos compusieron una “sexta sinfonía“. Ambas sextas sinfonías son estremecedoras, a juzgar, entre otras cosas, por sus sobrenombres. La de Mahler es la Trágica. La de Tchaikovsky, la Patética. Su sexta y última sinfonía, escrita poco antes de morir, estrenada y dirigida por él mismo el 28 de octubre de 1893, tan sólo pocos días antes de su muerte, el 6 de noviembre de 1893.

Sobre ella, sobre la Patética, Tchaikovsky (1840-1893) escribiría: “La quiero como no he querido nunca a ninguna de mis partituras… No exagero, toda mi alma está en esta sinfonía”. Acerca de la Trágica, Mahler diría: “es lo que sale de lo más profundo de mi alma, la más personal de todas aquellas que brotaron directamente de mi corazón”.

Su alma en la sinfonía. Lo que sale de lo más profundo de su alma.

La Patética fue la antesala de la muerte de Tchaikovsky, escrita en aquellos días en los que decidió voluntariamente dejar este mundo a los 53 años. Para Mahler, la Trágica fue seguida de la muerte de su hija María con cuatro años de edad.
Patéticamente trágicas. Trágicamente patéticas.

28 de octubre de 1893, día del estreno. El público reacciona con indiferencia a la obra. 6 de noviembre, nueve días después, Piotr se marchó por imposición de este mundo. Patéticamente. Su cadáver, a pesar de morir de cólera, fue expuesto públicamente y acudieron a darle el ultimo adiós miles de personas que besaban sus manos, su frente, y ninguno se contagió…. Quizás porque nunca existió ese cólera.

Aunque Tchaikovsky quiso que su obra, la Patética, la oyese todo el mundo, deseó reservar para él solo su significado: «Es un enigma; traten los demás de descifrarlo». Su hermano Modesto, que dio el nombre a la sinfonía, aun después de haberla llamado Trágica, creyó haber adivinado, en parte, su melancólico secreto.
Más de un siglo después de la muerte del compositor, muchas de sus creaciones siguen programándose en auditorios de todo el mundo. ¿La razón? Leonard Bernstein lo expresó sin dudas: «No creo que haya habido un creador de melodías tan inspirado y genial como Tchaikovsky».

Ah, se me olvidaba un detalle importante. Originalmente, la obra estaba estructurada en tres movimientos. Pero finalmente, Tchaikovsky decidió añadir un cuarto movimiento,adagio lamentoso. Fueron sus últimos compases, sus ultimas notas escritas en la tonalidad de si menor. Su testamento. Su despedida. Un adiós sin aquellos platillos y bombos que fueron broches alegres, festivos y dorados en otras sinfonías. Su ausencia, desconcertó al público. No era lo que esperaban. Su muerte, nueve días después, tampoco era lo que ellos esperaban, lo que nosotros esperábamos. Así se fue. Genial hasta en su despedida.

Me imagino el cuerpo encorvado de Piotr dejando la batuta sobre el atril.
Me lo imagino y me entran unas ganas terribles de llorar.
Pero no voy a llorar, no, Piotr.
 En vez de llorar, volveré a escucharte de nuevo.
Me volveré a encontrar contigo sobre esas cinco líneas,
lienzo y cuna de emociones y sufrimientos sentidos.
Me acurrucaré cerca de la clave de sol
para así mejor sentir los sonidos.
Caminaré despacio cogido de tu mano, sobre los compases,
sorteando al paso bemoles y sostenidos.
Pasaré cerca, sin molestar,
al ladito de fusas, semifusas, corcheas y tresillos.
Y descansaré cerca de los silencios,
sintiendo mi corazón latir en contrapunto al compás de tus latidos.

http://dosostenidomenor.wordpress.com/2009/10/19/sinfonia-numero-6-tchaikovsky/



Sinfonía Alpina Op.64 - Richard Strauss

La Sinfonía Alpina (Eine Alpensinfonie, según su nombre original en alemán) es el op. 64 del catálogo de obras del compositor alemán Richard Strauss. Se trata de un poema sinfónico para gran orquesta (el último que escribiría el compositor de Munich). Es un ejemplo de lo que se suele denominar música programática, porque cumple un programa (expresa un argumento) narrado por el compositor; en este caso la ascensión a un pico de los Alpes Bávaros y el retorno al valle.
A través de sus más de 45 minutos de duración (en los que la música se interpreta sin interrupción alguna) el compositor emplea toda la variedad cromática de la orquesta para transmitir las impresiones que le producen cada uno de los momentos vividos y los parajes atravesados en la ascensión. Richard Strauss hace en esta obra un uso extensivo del leitmotiv, asociando cada uno de los elementos presentes (la noche, el Sol, la lluvia...) a un tema musical.
El compositor consideraba esta pieza su más perfecto trabajo de orquestación. Los primeros esbozos proceden de 1911. En 1914, Strauss se dedica con más intensidad a esta obra y, tras cien días de trabajo, la partitura está terminada el 8 de febrero de 1915. Se estrenó, con la Dresdner Hofkapelle el 28 de octubre de 1915 en Berlín, dirigiéndola el propio compositor.

Está dividida en 22 escenas:
1. Noche
2. Salida del sol
3. El ascenso
4. Al entrar en el bosque
5. Camino junto al arroyo
6. Por la cascada
7. Aparición
8. En los prados floridos
9. En los pastos
10. Perdido en la espesura y la maleza
11. En el glaciar
12. Instantes de peligro
13. En la cima
14. Visión
15. Aparece la niebla
16. El sol se oscurece paulatinamente
17. Elegía
18. Calma antes de la tormenta
19. Temporal y tormenta, descenso
20. Puesta del sol
21. EpílogoS
22. Noche

Orquestación

2 Flautas
2 Flautines (y flautas 3 y 4)
2 Oboes
1 Corno inglés ( y tercer Oboe)
1 Heckelfón (oboe bajo)
1 Clarinete piccolo en Mi bemol
2 Clarinetes en Si bemol
1 Clarinete en Do (y Clarinete bajo en Si bemol)
3 Fagotes
1 Contrafagot (y cuarto Fagot)
4 trompas
4 Tubas Wagner en Si bemol y Fa (y trompas 5 a 8)
4 Trompetas en Si bemol
4 Trombones
2 Tubas
2 Arpas (Dobles, si es posible)
Órgano
Máquina de viento, Máquina de truenos, Glockenspiel, Platillos, Bombo, Tambor, Triángulo, cencerros, Tam-tam (3 intérpretes)
Celesta
Timbales (2 intérpretes)
18 primeros Violines
16 segundos Violines
12 Violas
10 Violonchelos
8 Contrabajos
Tras el escenario
12 Trompas
2 Trompetas
2 Trombones

En ocasiones, si la plantilla de la orquesta lo permite, en el número 94 de la partitura (al final de Vision), se suelen duplicar las 2 flautas, los Oboes, y los clarinetes en Do y el Mi bemol.
En general, y de acuerdo a las especificaciones de Strauss, se necesitarían al menos 107 músicos. Si se tienen en cuenta las recomendaciones acerca del refuerzo de algunas secciones en pasajes determinados, y si se cuenta con la orquesta fuera de escena, la plantilla recomendada sería de, por lo menos, 129 músicos.


lunes, 22 de septiembre de 2014

Si supiera - Gabriel García Marquez

Si supiera que esta fuera la última vez que te vea salir por la puerta, te daría un abrazo, un beso y te llamaría de nuevo para darte más.
Si supiera que esta fuera la última vez que voy a oír tu voz, grabaría cada una de tus palabras para poder oírlas una y otra vez indefinidamente.
Si supiera que estos son los últimos minutos que te veo diría “te quiero” y no asumiría, tontamente, que ya lo sabes.
Siempre hay un mañana y la vida nos da otra oportunidad para hacer las cosas bien, pero por si me equivoco y hoy es todo lo que nos queda, me gustaría decirte cuanto te quiero, que nunca te olvidaré.



"Quiero" -  Jorge Bucay

Quiero que me oigas, sin juzgarme.

Quiero que opines, sin aconsejarme.

Quiero que confí­es en mi, sin exigirme.

Quiero que me ayudes, sin intentar decidir por mi.

Quiero que me cuides, sin anularme.

Quiero que me mires, sin proyectar tus cosas en mi.

Quiero que me abraces, sin asfixiarme.

Quiero que me animes, sin empujarme.

Quiero que me sostengas, sin hacerte cargo de mi.

Quiero que me protejas, sin mentiras.

Quiero que te acerques, sin invadirme.

Quiero que conozcas las cosas mías que más te disgusten,

que las aceptes y no pretendas cambiarlas.

Quiero que sepas, que hoy,

hoy podés contar conmigo.

Sin condiciones. 




Edipo rey- Tragedia: Sófocles

Edipo rey (gr. Oι̉δίπoυς τύραννoς, Oidipous Tyrannos, lat. Oedipus Rex) es una tragedia griega de Sófocles, de fecha desconocida. Algunos indicios dicen que pudo ser escrita en los años posteriores a 430 a. C.
Aunque la tetralogía de la que formaba parte (de la que se han perdido las demás obras) solo logró el segundo puesto en el agón dramático, muchos consideran Edipo rey la obra maestra de Sófocles. Entre ellos, Aristóteles, que la analiza en la Poética.

La obra nos presenta a Edipo en su momento de mayor esplendor, como rey de Tebas y esposo de Yocasta. Para salvar a la ciudad, comienza a investigar la muerte del rey anterior, Layo. Poco a poco se descubre la verdad: Edipo es el asesino que busca, Layo era su padre y su esposa, Yocasta, es al mismo tiempo su madre.

Yocasta se suicida y Edipo, tras cegarse a sí mismo, pide a su cuñado Creonte que le deje partir al destierro y se quede con sus dos hijas, ya que sus dos hijos son hombres y sabrán cómo actuar.

Estructura
Edipo Rey es una obra dramática en un solo acto, pues toda la obra se desarrolla en una unidad de tiempo.

La obra es una tragedia. Como tal, presenta a personajes eminentes, de elevada condición social, utiliza un lenguaje solemne y elevado y concluye con el sacrificio de varios personajes (en este caso, dos: Yocasta y Edipo), que pagan con la muerte (Yocasta) o la ceguera y el exilio (Edipo) sus acciones.
Consta de un prólogo, seguido de ocho episodios (escritos en trímetros yámbicos), entre los cuales se intercalan las intervenciones solistas del coro (párodos, cuatro estásimos) y el diálogo lírico del coro con los demás personajes. Las partes del coro (incluido el diálogo lírico con los demás personajes) se cantaban; el resto se recitaba. En el recitado, además de trímetros yámbicos, hay también algunos pasajes en anapestos y tetrámetro trocaico cataléctico.

Temática

La obra plantea varios temas y se ha interpretado de formas variadas a lo largo de los siglos.

Uno de los temas que se plantean es la fuerza del destino. Los personajes reciben malos presagios y cuando actúan con el fin de evitar su desgracia, no hacen sino cumplir con la profecía. Se trata de un tema común a la tragedia y a la mitología griega en general. En esta obra de Sófocles, por ejemplo, el personaje Layo recibe el aviso de que su hijo Edipo lo asesinará y decide abandonar al niño en el campo a su suerte. Pero el niño sobrevive y se da una precondición para que se produzca el asesinato: Edipo crece sin saber que Layo es su padre. Años más tarde, el oráculo le dice a Edipo que matará a su padre. Creyendo huir de su destino, huye de Corinto para no matar al que cree su padre, sin saber que precisamente esa acción lo cruzará con su verdadero progenitor en el camino.

Otro tema es el tabú en las relaciones familiares. Edipo mata a quien bajo ninguna circunstancia debería matar, a quien le diera la vida, y tiene relaciones incestuosas con quien lo engendró, su propia madre. Sin embargo, Edipo realiza estas acciones éticamente reprobables sin ser consciente de ello. El padre del psicoanálisis, Sigmund Freud, retomó esta idea para elaborar el concepto de «complejo de Edipo». Freud argumenta que el primer despertar sexual ocurre durante la niñez y se manifiesta en el deseo sexual hacia el progenitor de sexo opuesto y la hostilidad contra el progenitor del propio sexo. Freud se vale de esta obra (escrita más de dos mil años antes) para ilustrar que los deseos incestuosos son una primitiva herencia humana y que la vigencia de esta obra se debe a la permanencia de tales pulsiones. El rechazo del incesto y el parricidio que ha cometido lleva a Edipo a agredirse a sí mismo, dejándose ciego (lo que algunos discípulos de Freud han interpretado como una metáfora de la castración).

La obra plantea también el problema de la búsqueda de la verdad y los riesgos y perjuicios que entraña alcanzar el conocimiento. Nietzsche habla de este drama en el capítulo nueve del Nacimiento de la tragedia. Presenta a Edipo como un transgresor, un héroe condenado a caer por haber intentado llegar demasiado lejos. Al transgredir la naturaleza y las normas sociales, y querer averiguar aquello que está prohibido, Edipo descubre un mundo cuya visión está vedada al resto de los mortales. Comete una versión masculina, heroica, del pecado original, al elegir comer del árbol del conocimiento que condena a la humanidad a abandonar la inocencia. En este caso es su curiosidad y su entereza lo que le estimula a investigar. Ese abandono de la inocencia, de la cómoda ignorancia, es el destino cruel y heroico de Edipo, y su gesta consiste en su sacrificio. Como Prometeo, él paga por un bien que la humanidad recogerá tras su acción.

Edipo rey es también una afirmación del poder de los dioses. A través de toda la obra queda clara la influencia decisiva que tiene Apolo en los acontecimientos, dando forma al destino de los personajes. Se descubre que la palabra divina es exacta, que debe obedecerse sin titubeos y que hay que respetar a quienes la profieren.

Wikipedia

Edipo Rey - Sófocles
http://www.ciudadseva.com/textos/teatro/sofocles/edipo_rey.htm

Edipo Rey - Sofócles (Audiolibro) [Completo]
http://www.youtube.com/watch?v=eOeWI5ARkLY




Epopeya

La epopeya es un subgénero épico o narrativo, escrito la mayor parte de las veces en verso largo (Hexámetro), o prosa, que consiste en la narración extensa de acciones trascendentales o dignas de memoria para un pueblo en torno a la figura de un héroe que representa sus virtudes de más estima.

Rasgos distintivos y origen
En ella intervienen muchas veces los hombres comunes y corrientes, así como los dioses del olimpo y existen elementos fantásticos. Casi siempre sus argumentos tienen que ver con hazañas o gestas peligrosas relacionadas con guerras, batallas o viajes fantásticos, incluyendo muchos de ellos sueños proféticos o visiones de ultratumba. Su extensión es muy grande y van desapareciendo a lo largo de la historia hasta que en la actualidad ya no se componen, porque no son reflejo de una sociedad en que el poder lo detente un estamento noble dedicado a la guerra con un sistema de valores centrados en el honor individual o la honra colectiva que encarna el personaje principal, héroe o protagonista, muchas veces secundado por otro héroe siguiente en importancia y ayudante, denominado deuteragonista.

La última gran época en que se crearon epopeyas fue la Edad Media, con sus cantares de gesta o epopeyas medievales; ya en el siglo XIX, fueron absolutamente eliminadas o más bien remplazadas por la novela realista o epopeya del héroe corriente o de la clase media que por entonces conquistó el poder político y el prestigio social y reveló en ella unos valores distintos del honor nobiliario y propios de una clase social nueva, la burguesía: el individualismo y el materialismo.

Entre los subgéneros de la epopeya figuran el epilio, epilion o canto épico; el cantar de gesta; la saga islandesa; elromance épico antiguo; el poema heroico o poema épico culto; el roman courtois; el libro de caballerías; la epopeya burlesca y la novela. La característica principal de la epopeya es su ambiciosa extensión, repartida a través de diversas rapsodias o cantos.

Los primeros esbozos épicos fueron producto de sociedades preliterarias y tradiciones poéticas orales. En esas tradiciones, la poesía se transmitía a la audiencia y era reproducida por medios puramente orales.Los clásicos estudios sobre la epopeya popular de los Balcanes realizados por Milman Parry y Albert Lord demostraron el modelo paratáctico usado en la composición de este tipo de poemas y la importancia de las fórmulas mnemotécnicas en su repentización.

Las largas epopeyas se construían en forma de cortos episodios de igual interés e importancia, y usaba determinados pasajes de tránsito para darse tiempo a ir recordando cada uno de los pasajes que debía engarzar, pasajes de tránsito que por tal motivo eran muy repetidos constituyendo las llamadas fórmulas o estilo formular. Parry y Lord sugirieron también que las obras de Homero (el primer autor de epopeyas) podrían haber sido compuestas de un modo semejante, a partir del dictado de un texto oral.

Las epopeyas deben poseer al menos diez características:
1. Invocación o súplica preliminar a la Musa.
2. Formulación inicial del asunto o tema de la obra.
3. Comienzo In medias res.
4. El espacio de acción es vasto, cubre muchas naciones o el universo.
5. Uso de epítetos y fórmulas repetidas.
6. Inclusión de extensas enumeraciones.
7. Presencia destacada de largos y cuidados discursos.
8. Intervención e implicación de los dioses en los asuntos humanos.
9. Presencia de héroes que encarnan valores de una nación, civilización o cultura.
10. A menudo cuenta con un descenso trágico del héroe al inframundo pagano o infierno o una visión profética.

Epopeya semítica antigua

La interesante épica semítica antigua tomó como modelo el enfrentamiento entre un héroe que simbolizaba la civilización y los valores urbanos, el rey en un tercio divino Gilgamesh, y otro héroe que representaba los valores naturales, campesinos y rurales, Enkidu. Ésta es la materia que configura la llamada Epopeya de Gilgamesh, en la que ambos héroes se hacen amigos contra los dioses que quieren enemistarlos; tras luchar contra el giganteHumbaba y otras muchas aventuras muere Enkidu y, embargado por la pena, Gilgamesh consulta con el viejo Utnapishtim, que hizo el arca para escapar deldiluvio, preguntándole cómo devolverlo a la vida; viaja al inframundo en busca de la hierba de la inmortalidad, pero en un momento de descuido una serpientese la arrebata. El final del texto está muy deturpado, pero al parecer Gilgamesh, que sólo en un tercio es divino y en dos tercios es humano, se suicida. Esta epopeya, una de las más importantes que jamás se han escrito, demuestra cómo el hombre puede transformarse en un superhombre, casi en un ser divino, pero no en un dios. Elementos de la Epopeya de Gilgamesh siguen vivos en el Génesis, libro del Antiguo Testamento. Algunos episodios del mismo están claramente inspirados en el poema y en otros episodios de otra literatura, la egipcia.

Principales epopeyas griegas
Se atribuyen a Homero, un aedo o cantor de poemas ciego (aunque algunos estiman que se trata de un conjunto de poemas unidos por un refundidor común, véase Cuestión homérica), dos largas epopeyas en hexámetros, la Ilíada y la Odisea, que constituyen el fundamento de la cultura común de los pueblos griegos. Apenas quedan restos de la Destrucción de Troya, de la Tebaida y de la Edipodia. Es burlesca la Batracomiomaquia, o guerra entre las ranas y los ratones. Posteriores son las Posthoméricas de Quinto de Esmirna y la Argonáutica de Apolonio de Rodas y se presentan como relatos reales de soldados que asistieron a la Guerra de Troya, y por tanto como obras históricas, las novelas de Dictis Cretense desde el lado griego y Dares Frigio desde el lado troyano, muy populares en la Edad Media.

Epopeyas romanas
Los poetas preclásicos Quinto Ennio o Cneo Nevio compusieron ya epopeyas en latín, pero fue Virgilio quien realizó la que se considera epopeya nacional romana, la Eneida, en doce cantos y un total de casi diez mil hexámetros; los seis primeros narran el viaje de Eneas tras la caída deTroya en busca de una tierra en que asentarse y constituyen una especie de Odisea, y los seis últimos, que narran las guerras en el Lacio de los troyanos asentados en él, una Iliada. La obra es del Siglo I a. C. y fue escrita por encargo del emperador Augusto, con el fin de glorificar, atribuyéndole un origen mítico, el Imperio que con él se iniciaba. Con este fin, Virgilio elabora una reescritura, más que una continuación, de la Ilíada.
Si no contamos los numerosos epilios o pequeñas epopeyas compuestas por poetas latinos, son epopeyas posteriores a las citadas la Farsalia de Lucano, la Púnica de Silio Itálico, lasArgonáuticas de Valerio Flaco y la Tebaida y la Aquileida deEstacio. Los poetas épicos de época tardorromana se desvían frecuentemente hacia el panegírico; tal es el caso de Claudio Claudiano, de Merobaudes y de Draconcio. Se han perdido otras muchas epopeyas, o apenas se conservan restos de ellas, como del Bellum Historicum de Hostio, el Bellum Sequanicum de Varrón Atacino y otras de Rabirio y Vario Rufo, amigo este de Virgilio que fue quien publicó su Eneida, enterrando así su propia epopeya en el olvido, pese a que en su tiempo tuvo no poco aprecio en el círculo de Mecenas. Otros autores de epopeyas fueron Albinovano Pedo, del que se conserva un largo fragmento que cuenta el viaje de Germánico al mar del Norte, y Herculano, autor de un Carmen de bello Aegyptiaco.

Wikipedia


Mitología griega: la historia de Edipo

Edipo es un personaje de la mitología griega que da nombre a un famoso síndrome mental: el complejo de Edipo, descubierto por Freud. Pero, ¿quién fue Edipo?

Era hijo de Layo y Yocasta, reyes de Tebas. Cuando éstos iban a contraer matrimonio, el oráculo de Delfos les advirtió de que el hijo que tuvieran llegaría a ser el asesino de su padre y más tarde se casaría con su madre. Cuando nació su primogénito, Layo encargó a un conocido suyo que matase al niño para que no se cumpliera el funesto futuro que les había augurado el oráculo. Esta persona se fue hasta el monte Citerón, perforó los pies del niño y le colgó de un árbol para que muriera poco a poco.
Sin embargo, pasaba por allí un pastor, Forbas, que escuchó el lamento del bebé y le salvó. Se lo entregó a Polibio y a su esposa, Peribea. Juntos le criaron y le pusieron por nombre Edipo, que significa el de los pies hinchados.

Al igual que muchos otros héroes de la mitología griega, cuando era un adolescente mostró su gran habilidad para la gimnasia, algo que levantó la admiración de muchos oficiales militares, que le veían como un futuro soldado. Uno de sus compañeros sentía envidia y le espetó que no era más que un hijo adoptado y que por tanto no tenía honra. Por ello acudió a su madre y le preguntó en reiteradas ocasiones si ella era su verdadera madre, pero Peribea veía que la verdad podría hacerle daño, así que insistió en asegurarle que era ella.
Sin embargo, Edipo no se conformaba con las respuestas, por lo que decidió ir hasta el oráculo de Delfos para que le diera respuestas. El oráculo le pronosticó lo mismo que a los reyes de Tebas, por lo que le aconsejó que no se acercase al lugar que le había visto nacer. Edipo entonces decidió que no volvería a Corinto, por lo que puso rumbo a Fócida.
Durante el camino destacan dos sucesos. Primero, se enfrentó en un cruce al pasajero de un carruaje al que dio muerte accidentalmente; se trataba de Layo, su padre, aunque Edipo desconocía tal hecho. El segundo es el encuentro con un horrible monstruo, la esfinge. Se trataba de un ser con cabeza y manos de mujer, voz de hombre, cuerpo de perro, cola de serpiente, alas de pájaro y garras de león. Estaba situada en lo alto de una colina y a todo aquel que se acercara le hacía una pregunta, ante cuya ignorancia moría en sus manos el desdichado.
El nuevo rey de Tebas, Creonte, hermano de Yocasta, ofrecía como recompensa la mano de su hermana y, por consiguiente, el trono de Tebas, a aquel que consiguiera descifrar el enigma de la esfinge y deshacerse de ella.
Edipo decidió entonces enfrentarse a tal ser. Cuando se encontró con la esfinge, ésta le pregunto: “¿Cuál es el animal que por la mañana anda sobre cuatro pies, dos al mediodía y tres por la tarde?”. Edipo, que contaba con una gran inteligencia, no tardó en responder que se trataba del hombre, ya que en su infancia anda sobre sus manos y pies, durante la época adulta anda sólo sobre sus piernas, pero en su vejez debía de ayudarse de un bastón como si fuera un tercer pie. La esfinge se puso furiosa de que alguien hubiese resuelto el acertijo, por lo que se suicidó golpeándose la cabeza contra una roca.
Como recompensa, Creonte cumplió con lo prometido y le entregó a Yocasta. Edipo vivió feliz durante muchos años junto a su mujer y a los hijos que había tenido con ella, Etéocles, Polinice, Antígona e Irmene. Pero la felicidad se vio truncada cuando llegó una epidemia de peste, arrasando toda la región.

Ante este problema acudió al oráculo de Delfos para que le dijera cómo solucionarlo. El oráculo aseguró que sólo se acabaría cuando se descubriese al asesino de Layo y fuera expulsado de Tebas. Edipo comenzó entonces a investigar hasta que descubrió la verdad, que había sido él el asesino y se había casado con su propia madre.
Yocasta no pudo soportar la verdad y se suicidó. La noticia había afectado en gran medida a Edipo, quien consideró que no merecía ver más la luz del día y decidió sacarse los ojos con una espada. Después fue expulsado de Tebas por sus hijos, aunque Antígona se fue con él para ayudarle y guiarle.
Así llegó hasta Ática, donde vivió como un mendigo. Continuó su viaje hacia Atenas hasta que entró en un santuario dedicado a Erinias donde los lugareños le reconocieron y quisieron acabar con su vida. Respecto al final de la historia hay dos versiones. La primera asegura que las palabras de Antígona consiguieron que le pudiera salvar la vida, tras lo cual fue recogido por Teseo y acogido en su casa.
La otra versión asegura que murió en el santuario pero antes de exhalar su último aliento, Apolo le prometió que el lugar sería sagrado y consagrado a él y que aquello sería provechoso para la ciudad de Atenas.