miércoles, 13 de agosto de 2014

El Codex Calixtinus y la historia de la música

En el Códice Calixtino hay 22 composiciones polifónicas, estas piezas están englobadas en la primera época de la polifonía europea llamada Ars antiqua o Ars veterum que denomina la música realizada en Europa entre el 1170 y el 1310. Esta escuela musical tiene como eje central lo que acabaría convirtiéndose en la escuela de Notre Dame.
Las creaciones son más elaboradas que las realizadas por la escuela de San Marcial de Limoges, por lo que aunque al principio se vinculo a esta escuela finalmente se consideraron más cercanas a lo que finalmente sería la escuela de notre Dame.

Las características principales del Ars Antiqua son el conductus y el organum.  En el conductusla voz principal es el tropo de la pieza polifónica, mientras que la voz organal es una melodía más o menos adornada en el registro agudo. Estos tropos polifónicos a veces tienen forma responsorial, incluyendo después de cada estrofa un breve estribillo, como ocurre con elCongaudeant catholici.
Mientras que el organum consiste en una melodía gregoriana monódica (voz principal), a la que, en un momento dado, se añade una segunda voz (voz organal) que desarrolla una melodía larga y adornada. Esta segunda voz puede estar al principio, en medio o hacia el final de la composición, pero generalmente termina con la melodía monódica.

El manuscrito conservado, hasta su desafortunado robo, en la Catedral de Santiago es el primer códice en el que se utiliza el término conductus y salvo algunas composiciones de abadías en Cataluña son las composiciones musicales más antiguas de la península ibérica.

La autoría de estas obras es discutida entre los investigadores, aunque la mayoría creen que fueron 16 los autores que participaron en la elaboración de las diferentes composiciones que aparecen en el manuscrito, entre ellos obispos y maestros musicales franceses, el propio Aymeric Picaud, presbítero de Parthenay, es uno de ellos, y al que se le atribuye la autoría del Códice y también una obra en el apéndice polifónico.

Todas las composiciones musicales del Códice Calixtino son polifonías a dos voces salvo la que os mostramos a continuación. Se cree que en el momento de su creación fue una pieza ideada para dos voces y que posteriormente se incorporó una tercera voz, haciendo de esta composición una de las más originales del manuscrito. Los estudios indican la voz añadida más tarde fue escrita en tinta roja y no en negra como las originales.

El "Dum pater familias" es la única composición del códice en notación aquitana de puntos "in campo aperto", que es la notación que se empleó preferentemente en España tras la supresión del canto hispánico. El resto de las obras van en notación lorena, con grandes semejanzas con la notación de los manuscritos de la región de Nevers, en Borgoña. Por este motivo, algunos especialistas sostienen que la parte musical del códice es debida a los monjes benedictinos de Vézelay, que era uno de los puntos de partida del Camino de Santiago. El himno "Dum pater familias", añadido al final del códice, sería por tanto la única composición que podría haber sido copiada en el entorno de Santiago. Además el último de los Benedicamus del suplemento gregoriano del Libro I, "Regi perennis glorie", se le atribuye a cierto doctor de Galicia (Quodam Doctore Galleciano) no identificado.

En la actualidad existen multitud de transcripciones y grabaciones modernas que ponen a nuestro alcance estas maravillosas composiciones. De hecho en muchos monasterios se siguen interpretando estas piezas, consideradas de las más importantes para los interpretes de canto gregoriano.

http://www.codexcalixtinusfacsimil.com/2011/10/el-codex-calixtinus-y-la-historia-de-la.html

LA POLIFONÍA EN EL CÓDICE CALIXTINO
http://ifc.dpz.es/recursos/publicaciones/24/43/11esteve.pdf



Benedicamus domino

Graduale

Dum pater familias
Schubert: 2 Tríos con piano

Los dos Tríos para violín, violonchelo y piano fueron compuestos en 1827. Ambos son dos obras de madurez que figuran entre las cumbres del género, dotados de los mejores sabores de la inspiración schubertiana: melodismo, fluidez, ligereza, intensidad, luminosidad,…



Trío nº 1 en si bemol mayor op.99 D.898

De él dijo el genial Schumann “Basta un vistazo al op.99 de Schubert para que toda la miseria de la existencia se desvanezca como por encanto, y el mundo aparezca de nuevo henchido de su radiante frescura…”

El trío n.º 1 en si bemol mayor, para piano, violín y cello, D. 898, fue compuesto por Franz Schubert en 1827. Fue publicado como opus 99. Está dividido en cuatro movimientos:

I. Allegro moderato
II. Andante un poco mosso
III. Scherzo
IV. Rondo, allegro vivace

Wikipedia

Escuchemos el segundo movimiento Andante un poco mosso, con su tema principal íntimo y soñador entrando sucesivamente en el violonchelo, pasando al violín y acabando en la opulencia del piano.


                                                                        Segundo Movimiento

martes, 12 de agosto de 2014

Canción de amor - Rainer María Rilke.

¿Cómo sujetar mi alma para
que no roce la tuya?
¿Cómo debo elevarla
hasta las otras cosas, sobre ti?

Quisiera cobijarla bajo
cualquier objeto perdido,
en un rincón extraño y mudo
donde tu estremecimiento
no pudiese esparcirse.

Pero todo aquello que tocamos, tú y yo,
nos une, como un golpe de arco,
que una sola voz arranca de dos cuerdas.

¿En qué instrumento nos tensaron?
¿Y qué mano nos pulsa
formando ese sonido?

¡Oh, dulce canto!


Canciones con historia: Every Breath You Take’ - Sting

El lado macabro de ‘Every Breath You Take’ y la eterna burla de Sting hacia los románticos

Las masas la aman, los fans la mantienen como un auténtico credo y, aun los lejanos a The Police, la veneran.

Sin embargo, “Every Breath You Take” es una de las composiciones más discordantes de la historia de la música si tomamos en cuenta lo que la gente entiende y la intención que el autor tuvo en un inicio. No es, en absoluto, una belleza que se inserte en las típicas canciones de amor. Por ende, quienes año con año contraen nupcias y colocan la melodía como tema de bodas… quizá no sepan qué hay detrás de la misma.

Sting, el hombre fuerte de aquel legendario trío, compuso el corte bajo la bruma de la entonces difícil separación con su primera esposa, Frances Tomelty. Y todo es narrado desde la óptica de un tipo obsesivo y hasta peligroso que observa todo el tiempo a la mujer deseada.

“Creo que es una canción siniestra. Trata sobre los celos y la posesión. De manera subrepticia hay un personaje desagradable observando cada movimiento, así que me gusta esa ambigüedad que se ha creado. La letra llega a ser sádica”, le dijo en 1983 el músico al NME.

Sting reveló en dicha charla que soltó la carcajada en aquel año cuando vio en televisión a Andy Gibb cantando “Every Breath You Take” con una chica, malinterpretando por completo el sentido del tema.

“La letras no son de amor; me oriné de la risa al verlos tan amorosos”, dijo el vocalista de The Police, a quien siempre arropó la fantástica e inolvidable guitarra de Andy Summers, inspirado a su vez en Bela Bartok.

Ya cada oyente sabrá si en alguna ocasión habrá merecido de igual modo la burla de Sting, a quien recordamos esta semana porque se cumplen 30 años de la publicación del mítico Synchronicity.

The Police Every Breath You Take

Cada Aliento Que Tomes
Cada Movimiento Que Hagas
Cada Lazo Que Rompas
Cada Paso Que Des
Te EstarÉ Mirando

Cada Uno De Los Dias
Cada Palabra Que Digas
Cada Juego Que Juegues
Cada Noche Que Digas
Te EstarÉ Mirando

Oh, No Puedes Ver
Que Me Perteneces
Como Me Duele Mi Pobre CorazÓn
Con Cada Paso Que DÁs

Cada Movimiento Que Hagas
Cada Promesa Que Rompas
Cada Sonrisa Que Fingas
Cada Reclamo Que Hagas ("every Claim You Stake"; Buffff, Pos No Se Traducirlo Bien)
Te EstarÉ Mirando

Desde Que Te Has Ido, He Estado Perdido Sin Rumbo
Cuando SueÑo Por La Noche, Tan SÓlo Veo Tu Cara
Miro Alrededor, Pero Eres TÚ Lo Que No Puedo Reemplazar
Siento FrÍo, Y Hecho De Menos Tus Abrazos
Sigo Llorando CariÑo, CariÑo Por Favor

Oh, No Puedes Ver
Que Me Perteneces
Como Me Duele Mi Pobre CorazÓn
Con Cada Paso Que DÁs

Cada Movimiento Que Hagas
Cada Promesa Que Rompas
Cada Sonrisa Que Fingas
Cada Reclamo Que Hagas
Te EstarÉ Mirando

Cada Movimiento Que Hagas
Cada Paso Que Des
Te EstarÉ Mirando

http://mundoradiolaria.com/2013/06/12/5467/




Poematerapia en DESPERTARES

 El doctor Sayer (personificado por Robin Williams) disfruta leyendo a Rainer María Rilke en uno de sus lugares favoritos, el Enid A. Haupt Conservatory del Jardín Botánico de Nueva York, preciosa estructura arquitectónica acristalada victoriana popularizada también en el film "La Edad de la Inocencia" (Martin Scorsese, 1993)

Con su paciente Leonard, el Dr. Sayer descubre que un simple tablero güija, instrumento de connotaciones cinematográficas casi siempre terroríficas, es el método ideal para comunicarse con su paciente.

Lector impenitente durante tantos años de enfermedad, Leonard revela una especial sensibilidad por el poema "La pantera" de Rainer María Rilke, el cual resulta una bellísima metáfora que refleja a la perfección esa suerte de síndrome del cautiverio padecido por Leonard, tal y como aquel infausto protagonista de "La escafandra y la mariposa" (Julian Schnabel, 2007), atrapado entre los mil barrotes de una jaula letárgica y patológica.

La pantera - Rainer María Rilke
En el Jardín des Plantes de París

sus ojos están tan cansados de ver pasar
los barrotes, que ya nada retienen.
Le parece que hubiera mil barrotes
y tras los mil barrotes ya no hubiera mundo.

 El blando andar de sus pies fuertes y elásticos
que van trazando un círculo minúsculo,
es como una danza de fuerza en torno a un centro
en el que una gran voluntad se alza embotada.

 Sólo a veces el telón de la pupilas
se levanta en silencio.
Y entra una imagen cruza la tensa calma de sus miembros
y al llegar al corazón deja de ser.





LA MUSICOTERAPIA EN DESPERTARES

El Dr. Sayer, al igual que el verdadero Dr. Sacks, es un apasionado de la música (y de la botánica). Los beneficios de la musicoterapia para este tipo de pacientes crónicos representan otra interesante reflexión de esta película.

El Dr. Sayer decide explorar el cerebro de Leonard, con las técnicas diagnósticas de la época: electroencefalograma y potenciales evocados con estímulos lumínicos... Descubre que existe una respuesta cerebral en los registros provocadas al escuchar el paciente su propio nombre.

Alcanzamos las escenas más divertidas de la película cuando el médico y sus ayudantes se sorprenden observando cómo los pacientes responden a diferentes piezas musicales: desde el duo "O soave fanciulla" de "La Boheme" de Puccini, pasando por clásicos del swing, hasta la incendiaria "Purple Haze" de Jimi Hendrix.

Dexter Gordon, el consagrado saxofonista de jazz, tiene un pequeño papel en este film, un excepcional pianista sumido en su profundo letargo patológico. Precisamente, en una de las escenas más intimistas, nos brinda la oportunidad de disfrutar de un melancólico solo al piano. Dexter Gordon falleció tan solo 8 meses después del estreno de la película... La banda sonora es obra del compositor Randy Newman.













DESPERTARES


El guión del laureado Steven Zaillian está basado en el libro homónimo del prestigioso neurólogo Oliver Sacks, donde narra su experiencia terapéutica con un grupo de pacientes afectados de encefalitis letárgica.

Esta película, en la que inicialmente estuvo interesado el mismísimo Steven Spielberg, cuenta como reclamo y mérito adicionales con la presencia de dos colosales actores norteamericanos contemporáneos: Robert de Niro, en el papel de Leonard Lowe, yRobin Williams, que se enfunda el personaje del Dr. Malcom Sayer. No ha sido ésta la primera vez que De Niro interpreta a un enfermo, como por ejemplo aquel irascible capo de la Mafia llamado Paul Vitti en "Una terapia peligrosa" (Harold Ramis, 1999), si bien el análisis de la amplia lista de personajes más o menos patológicos a los que ha dado vida a lo largo de su extensa y exitosa carrera, daría para escribir varias tesis doctorales y tratados especializados.

Tampoco el Dr. Sayer (alter ego del propio Dr. Sacks en este film) fue el primer médico encarnado por Robin Williams. Todos recordamos su interpretación del iconoclasta Dr. Hunter "Patch" Adams en "Patch Adams" (Tom Shadyac, 1998), película de la que en su día nos ocupamos en este mismo blog, o el atolondrado ginecólogo ruso, el Dr. Kosevich, de "Nueve meses" (Chris Columbus, 1995).

"Despertares" es una película muy útil para enseñar medicina. Aprovechando las investigaciones realizadas con la L-dopa en el tratamiento de la enfermedad de Parkinson y de otros trastornos neurológicos similares, como los presentados por varios supervivientes de la epidemia de encefalitis letárgica internados en el Hospital Bainbridge para enfermos crónicos, su mayor valor está centrado en la descripción de la relación entre médico y paciente.



LA EPIDEMIA DE ENCEFALITIS LETARGICA


La película comienza con la escena de unos niños jugando bajo los pilares del puente de Manhattan (Nueva York) en los años 30. Uno de ellos es el joven Leonard Lowe (Anthony J. Nici). Observamos cómo empieza a padecer los primeros síntomas,temblor y espasticidad, que afectan en primer lugar a su mano derecha. En las siguientes secuencias, ya con el chico en la escuela, intuimos cómo su patología va avanzando progresivamente...


Entre 1917 y 1928, varios millones de personas fallecieron como consecuencia de la epidemia de encefalitis letárgica, una forma de presentación atípica, que dejó a los supervivientes en un estado más o menos profundo de estupor e inconsciencia.

La primera descripción de esta enfermedad fue debida al psiquiatra rumano Constantin Von Economo (1876 - 1931) en 1917. Desde entonces, no se han constatado brotes epidémicos posteriores, aunque continúan dándose casos aislados de esta patología.

La etiología de esta enfermedad continúa siendo motivo de debate. Para algunos investigadores se trataría de un trastorno autoinmune desencadenado por una faringitis estreptocócica en la que la bacteria común del grupo A hubiera experimentado alguna mutación. De esta manera, el sistema inmunitario hiperestimulado atacaría las estructuras nerviosas del propio individuo, provocando especialmente la inflamación del cerebro medio y de los ganglios basales.

La traducción clínica incluiría trastornos del sueño, debilidad muscular, a veces acompañada de mialgias agudas, cefalea, letargo, fiebre elevada, confusión, alucinaciones y alteraciones de la conducta, diplopia, dolor de garganta, retraso en la respuesta física y mental, movimientos corporales extravagantes y parkinsonismo, con un aumento excepcional del temblor y los movimientos de las extremidades superiores, la cara y los ojos. Algunos pacientes pueden permanecer en coma durante meses, e incluso años.

En esta película, el trabajo de Robert de Niro evidenciando la mayoría de estos síntomas resulta excepcional, aportando credibilidad a una interpretación que se aparta de la sobreactuación y de sus tics más socorridos y clásicos. Como es habitual en el método este actor, durante las semanas previas al rodaje, estuvo estudiando directamente cómo se desenvolvían cotidianamente este tipo de pacientes.

En 1969, el Dr. Sayer consigue un empleo como neurólogo en un hospital de enfermos crónicos del Bronx neoyorquino. En sus salas y pasillos comunes, sin ningún tipo de excepción, se entremezclan los pacientes de varias y diversas patologías psiquiátricas y neurológicas. 



Pero, fuera de la viejas ventanas del hospital (que se atascan siempre antes de abrirse) la vida continúa. El Dr. Sayer, al igual que el verdadero Dr. Sacks, es un apasionado de la música (y de la botánica). Los beneficios de la musicoterapia para este tipo de pacientes crónicos representan otra interesante reflexión de esta película.

La primera paciente, esa aparentemente estatua humana explorada por el Dr. Sayer en el hospital, es Lucy Fishman (Alice Drummond) En un gesto enternecedor, el médico limpia con su corbata las gafas de una enferma de la que ni siquiera sabe si puede ver. Con una vieja máquina de escribir Royal escribió su diagnóstico: demencia de origen desconocido.

Por casualidad, como tantas veces ha ocurrido en medicina y en la ciencia en general, Sayer descubre que el estupor y la parálisis de Lucy son aparentes, pues es capaz de mover sus brazos y sus manos para evitar, por ejemplo, que sus gafas se caigan al suelo o para atrapar una pelota de beisbol lanzada por el médico.

Poco a poco, el Dr. Sayer va descubriendo en el hospital más pacientes con una afectación idéntica a la de Lucy. Todos son capaces de abandonar su evidente letargo para evitar que un bolígrafo caiga al suelo o para atrapar en el aire las pelotas de beisbol. También se percata de que Lucy es capaz de levantarse sin ayuda de su silla de ruedas y desplazarse por la sala, deteniéndose únicamente ante lo que ella interpreta como obstáculos, sean éstos reales (una mesa, una silla...) o ficticios (la ausencia del clásico dibujo ajedrezado de las baldosas del suelo).

La observación clínica, habilidad tan necesaria para un buen médico, va desvelando al Dr. Sayer los ignotos secretos de la patología de sus pacientes, a  base de ensayos y errores, verificando sus análisis al más puro estilo popperiano.

Progresivamente, y con la inestimable ayuda de la enfermera Eleanor Costello (Julie Kavner), el Dr. Sayer irá revisando los historiales clínicos de aquellos pacientes ingresados con cuadros similares al de Lucy, las estatuas humanas, incluyendo a Leonard Lowe. Los diagnósticos del ingreso resultan de lo más variopinto: esquizofrenia, histeria, impedimento nervioso..., pero todos ellos con el apellido "atípico"... La evolución de la enfermedad se basa en la inmutabilidad, incluso tras décadas de seguimiento médico...

Como tantas otras veces ha ocurrido en la vida real y en la ficción, mientras el Dr. Sayer dormitaba placidamente en el sofá abrazado a una recopilación del "Journal of Laboratory and Clinical Medicine" de 1969, se le viene a la cabeza una idea: ¿qué tendrían en común las historias clínicas de Lucy, Leonard y todos los demás pacientes afectados por tal infausto anquilosamiento? Así descubre su nexo epidemiológico común, pues todos habían padecido encefalitis letárgica.

Este descubrimiento le lleva a otro médico, ya jubilado, que en la década de los años 20 había descrito el llamado síndrome postencefalítico en los supervivientes de aquella epidemia. El Dr. Peter Ingham (Max von Sydow) le muestra las filmaciones de la época, en las que se evidencian los estragos neurológicos de la enfermedad. 

Este veterano especialista opina que el daño encefálico causado por el agente causal de la encefalitis (él piensa que se trataba de un virus) también habría provocado el estado vegetativo de estos pacientes. Al contrario, el Dr. Sayer estaba firmemente convencido de que los enfermos conservan su consciencia, empeñándose en descubrir cómo podría comunicarse con ellos.

EL CASO DE LEONARD LOWE

El Dr. Sayer visita la casa de Leonard. La Sra. Lowe (Ruth Nelson), le cuenta cómo se iniciaron los síntomas cuando su hijo tenía apenas 11 años. Un temblor progresivo en las manos le obligaría incluso a abandonar los estudios primarios. A partir de entonces, 9 años de estupor paulatino e intermitente desembocaron en el definitivo letargo. En todo ese tiempo, lo único que podía hacer era leer...

El Dr. Sayer decide explorar el cerebro de Leonard, con las técnicas diagnósticas de la época: electroencefalograma y potenciales evocados con estímulos lumínicos... Descubre que existe una respuesta cerebral en los registros provocadas al escuchar el paciente su propio nombre.


Alcanzamos las escenas más divertidas de la película cuando el médico y sus ayudantes se sorprenden observando cómo los pacientes responden a diferentes piezas musicales: desde el duo "O soave fanciulla" de "La Boheme" de Puccini, pasando por clásicos del swing, hasta la incendiaria "Purple Haze" de Jimi Hendrix.

Retomando a Leonard, el Dr. Sayer descubre que un simple tablero güija, instrumento de connotaciones cinematográficas casi siempre terroríficas, es el método ideal para comunicarse con su paciente. Lector impenitente durante tantos años de enfermedad, Leonard revela una especial sensibilidad por el poema "La pantera" deRainer María Rilke:


Una bellísima metáfora que refleja a la perfección esa suerte de síndrome del cautiverio padecido por Leonard, tal y como aquel infausto protagonista de "La escafandra y la mariposa" (Julian Schnabel, 2007), atrapado entre los mil barrotes de una jaula letárgica y patológica.

Sayer disfruta leyendo a Rilke en uno de sus lugares favoritos, el Enid A. Haupt Conservatory del Jardín Botánico de Nueva York, preciosa estructura arquitectónica acristalada victoriana popularizada también en el film "La Edad de la Inocencia" (Martin Scorsese, 1993)

LA L-DOPA...

La levodopa, descubierta por el farmacólogo alemán Peter Holtz en 1938, es el precursor metabólico de la dopamina. Su síntesis ha permitido conseguir hasta ahora el tratamiento más eficaz de la enfermedad de Parkinson porque, a diferencia del neurotransmisor, la L-dopa es capaz de atravesar la barrera hematoencefálica.

Fue incorporada al tratamiento de la enfermedad de Parkinson en 1961. Su respuesta fue impactante y la mejoría clínica de los pacientes así tratados muy notoria.

El Dr. Sayer acude a una conferencia impartida por un químico (Peter Stormare), sobre el uso clínico de este medicamento en neurología. Nuestro protagonista piensa que el letargo de sus pacientes puede ser un temblor parkinsoniano generalizado llevado a su máximo paroxismo, hasta el punto de simular una parálisis estuporosa en dichos enfermos. Consecuentemente, la administración de levodopa debería corregir estos síntomas.


Comienza entonces su batalla personal con el Dr. Kaufman (John Heard) para que permita tratarlos a todos con levodopa. Sólo consigue autorización para hacerlo con uno y el elegido es Leonard. La expresa autorización escrita de la Sra. Lowe será un requisito indispensable, condición precursora de nuestro actual consentimiento informado.


Los primeros pasos del tratamiento irán enfocados a la titulación de la dosis terapéutica. La levodopa se absorbe a nivel intestinal, pero los aminoácidos presentes en la dieta pueden alterar este proceso. En este film observamos cómo Leonard ingiere la medicación diluida primero en zumo de naranja y luego en leche. La dosis máximaes de 400 mg al día, fraccionada en 2 ó 3 tomas, 30 minutos antes de la comida. En la película constatamos como el Dr. Sayer llega incluso a administrale a su paciente hasta 1 gramo del fármaco, antes de conseguir el tan deseado efecto terapéutico.


Habiéndose librado de su sopor, la posibilidad de dormir y no despertar intranquiliza a Leonard... Pero el Dr. Sayer está decidido a mostrarle a su paciente cómo ha cambiado el mundo mientras "dormía": el rock and roll, las minifaldas, el movimiento hippie, los aviones de las grandes líneas comerciales, la psicodelia..., todo ello envuelto con las voces y acordes de "Time of the season" de The Zombies...

El conflicto permanente entre medicina y economía, un tema recurrente en toda película norteamericana que aborde la financiación privada de determinadas terapias y tratamientos, se convierte aquí también en un problema. 

Administrar levodopa a todos los pacientes hospitalizados en el Bainbridge afectados por encefalitis letárgica, en aras de que puedan disfrutar de cierta normalidad en sus vidas (como el pionero Leonard Lowe) supondría unos 12000 dólares mensuales. Observamos la generosidad de los propios trabajadores de la institución sanitaria (enfermeras, celadores, farmaceutico...), los primeros en realizar sus modestas aportaciones animados por los esperanzadores resultados conseguidos por el Dr. Sayer y su innovadora terapia.


El siguiente paso sería convencer a los patrones y benefactores del hospital... Las escenas más felices de este film transcurren mientras dura la curación temporal de los síntomas de todos los enfermos.

A la par, Leonard descubre por primera vez el amor. Se trata de Paula (Penelope Ann Miller), una joven y bella camarera que visita a su padre en el hospital, donde se encuentra paralizado por las secuelas de una embolia cerebral. Paulatinamente, sus deseos de normalización y libertad comienzan a acarrearle problemas con su entorno. La patología empeora, bien porque la levodopa deja de ser efectiva, o por la propia progresión de la enfermedad.

Los fenómenos "on-off" (periodos de normalidad que se alternan bruscamente con otros de acinesia y temblor) y "wearing-off" (disminución de la función motora justo antes de la dosis siguiente) descritos en los tratamientos prolongados con levodopa están fielmente retratados en esta película.


Leonard comienza a padecer de nuevo discinesias (tics, temblores, rigidez muscular, muecas y contracciones) y más tarde graves dificultades motoras que le impiden caminar. Finalmente, retorna al letargo y a la catatonia iniciales, ante la desconcertada mirada de médicos, enfermeras y pacientes. Progresivamente le seguirán todos los demás: Lucy, Rose (Judith Malina), Bert (Barton Heyman), Frank, Miriam (Anne Meara), Sidney, Rolando (Dexter Gordon)...