domingo, 11 de enero de 2015

Mily Balakirev  - Sinfonía nº 1

Nació en diciembre de 1836 en Nizhni Nóvgorod, una de las cinco ciudades más importantes de Rusia.
Como muchas veces ocurría, fue su madre quien lo inició en la música, recibiendo de ella sus primeras lecciones de piano. Más adelante prosiguió sus estudios con Dubuque, discípulo de Field, y con Karl Eisrich. Este último era director de la orquesta privada de Alexandr Ulýbyshev, un rico aristócrata y terrateniente que poseía una amplia biblioteca musical y que advirtiendo las cualidades del joven se convirtió también en su protector. A pesar de la temprana muerte de su madre, posiblemente aquellos fueran los tiempos más felices para Balakirev.

En 1853 a los dieciseis años entró en la Universidad de Kazan para estudiar matemáticas y después ingeniería. En 1856 en un viaje a San Petersburgo conoció al celebrado compositor Mikhail Glinka el cual influyó poderosamente en su vocación, convenciéndolo de dedicarse exclusivamente a la música. Aquel mismo año Balákirev hizo su primera presentación pública como pianista, interpretando el primer movimiento de su concierto para piano, prosiguiendo con sus actuaciones durante los años siguientes.
El encuentro con Glinka así como su posterior amistad e influencia despertaron en Balakirev la pasión por el nacionalismo, llevándolo a la determinación de que Rusia había de tener su propia escuela musical, libre de las influencias de Occidente. Junto a él se agruparon jóvenes músicos como Nicolai Rimsky-Korsakov, Modest Mussorgsky, Alexander Borodin y César Cui, que también participaban de las mismas ideas. Los cinco compositores fueron descritos por el influyente crítico musical Vladimir Stàssov como "El Grupo Poderoso", pero posteriormente se les conocería con la famosa denominación de "El Grupo de los Cinco". A la vez que su popularidad, se produce un gran movimiento en su contra para desacreditarlos por parte de las Instituciones Oficiales Académicas, liderado por los famosos Anton y Nikolai Rubinstein, que los llaman de forma despectiva "El grupo de aficionados"ya que, curiosamente, salvo Balakirev, ninguno era músico profesional.

Para consolidar su movimiento y defenderse de las críticas en 1862 se crea en San Petersburgo la denominada "Escuela Libre de Música" que imparte clases gratuitas y permite dar a conocer las obras de Balakirev y de sus alumnos. En 1867 fue nombrado director de la Sociedad de Música Rusa y en 1868 director de la "Escuela Libre de Música".

Balakirev era un excelente pianista, su obra más conocida "Islamey" ha sido reconocida como una de las piezas más difíciles de interpretar y favorita de grandes solistas del piano. También era un improvisador espléndido, poseía una magnífica técnica en parte innata y en parte adquirida, así como una vasta erudición musical y una extraordinaria memoria.
Como instructor y la influencia de su personalidad magnética, Balakirev inspiró a sus compañeros a alturas inverosímiles de la creatividad musical. Sin embargo, se opuso vehementemente a la formación académica, que consideraba una amenaza a la imaginación musical. Balakirev, que nunca había tenido un curso sistemático de armonía y contrapunto, ni siquiera superficialmente, pensaba que este tipo de estudios era completamente innecesario, recomendaba el trabajo empírico y en sus enseñanzas se mostraba intransigente, no tolerando la mínima desviación.
Fue Rimski-Korsakov el primero que se dió cuenta de que este enfoque era útil para Balakirev quién formado como pianista tenía que descubrir su propio camino para convertirse en un compositor, pero no tanto para otras personas que maduraban como compositores a intérvalos y de manera diferente. Hacia finales de la década de 1860, Mussorgsky y Rimski fueron los primeros del Grupo de los Cinco que dejaron de aceptar lo que ahora consideraban una prepotente intromisión en su trabajo, el crítico Stàssov gran amigo suyo también empezó a distanciarse de él.

Hasta 1871 Balakirev, aunque discutido, tuvo autoridad y prestigio. Sin embargo, los problemas financieros crónicos de La Escuela de Música Libre, la muerte de su padre que dejó a su cargo a dos hermanas, el agotamiento de tener que subsistir con solo los ingresos de sus conciertos y clases de música y la aparente disgregación del "Grupo de los Cinco", le causaron un colapso nervioso seguido de una grave depresión. Los amigos que lo visitaban no encontraron rastro de su antiguo carácter fuerte y enérgico y escondieron todas sus obras escritas, ante el temor de que las destruyera. Tenía treinta y cinco años y en el futuro su existencia ya no sería la misma.

De no creer en Dios, pasó a consultar con adivinos para, finalmente, convertirse en ferviente cristiano ortodoxo. Decidió retirarse del mundo de la música aceptando un trabajo en la Compañía del Ferrocarril, en la línea de Varsovia. Más adelante tuvo diversas ocupaciones, entre ellas la de inspector escolar. Durante la siguiente década y animado por sus buenos amigos, retomó lentamente su dedicación a la música. Nikolai Rubinstein le ofreció una cátedra en el Conservatorio de Moscú, pero él no la aceptó, argumentado que no tenía el conocimiento suficiente de teoría musical para ocupar el puesto. En 1883 fue nombrado director de la Capilla Imperial y Director de la Sociedad Musical Imperial, cargos que ocuparía hasta su jubilación en 1895. Los últimos quince años de su vida, mientras vivía austeramente, se ocupó en revisar sus obras.

Falleció el 29 de mayo de 1910 a los setenta y tres años y fue enterrado en el Cementerio Tikhvin, situado en el recinto del monasterio Alexander Nevski de San Petersburgo, donde también descansan Tchaikovsky, Borodin, Cui, Mussorgsky, Rimsky y Glinka.

Pianista, profesor, director. Aunque inspirado en la música genuinamente rusa: baladas, canciones, danzas, etc. es innegable la influencia de Liszt y Chopín en sus composiciones. El exceso de trabajo y su afán perfeccionista, unido a sus problemas de salud, impidieron posiblemente, que Balakirev llegara a destacar como notable compositor.
Su producción abunda en obras poco extensas y escasea en las de repertorio y muchas de ellas fueron compuestas en el espacio de muchos años, cuando llegaron a ser publicadas sus discípulos ya lo habían superado. Ideas musicales que normalmente se asocian con Rimsky-Korsakov o Borodin, tuvieron su orígen en las improvisaciones al piano que Balakirev solía hacer en sus reuniones, pero su lentitud en desarrollarlas le robó el crédito de su inventiva. Consejero de Tchaikovsky al principio de sus estudios, le asesoró en la creación de su obertura Romeo y Julieta y años después en Manfred. Hoy en día poco recordado como compositor, debe reconocerse en justicia que sin él la música rusa no habría evolucionado de la misma forma.

http://classicmusica.blogspot.com.ar/2012/06/balakirev-tamara.html


No hay comentarios.:

Publicar un comentario