sábado, 22 de noviembre de 2014

LA REINA - FARAON HATSHEPSUT
(XVIII dinastía, 1490-1468 a.C.)

 Una de las mujeres que alcanzaron el poder en el antiguo Egipto, ascendiendo al trono como "legítimo" rey, sería Hatshepsut. La prematura muerte de Tutmosis II supuso un problema para el mantenimiento de la dinastía tutmósida, agudizándose la crisis que desde el rey Tutmosis I había surgido. Afortunadamente Tutmosis II había dejado un hijo varón que tenía derechos directos sobre el trono, pues había nacido de una de las esposas del rey, llamada Isis. En el momento de la muerte de su padre, el príncipe se encontraba en el templo de Amón, donde era preparado para su posible ascenso. Tutmosis III era, de todos modos, demasiado pequeño para tomar decisiones directamente, y sería la esposa de su fallecido padre, Tutmosis II, quien actuaría a su lado.

Durante algunos años, Hatshepsut mantuvo cierta ambigüedad a la hora de presentarse ante Egipto y definir su papel como corregente. En los primeros años de reinado, aparece con el título de rey o de reina viuda. En el año 7 de la subida al trono de Tutmosis III, Hatshepsut decidió titularse definitivamente "rey de Egipto", adoptando la titulatura real con el "nombre Horus" de rey de Egipto en femenino, y usando sus años de reinado para el cómputo oficial. De este modo, una mujer se convertía en faraón de Egipto.

En Egipto, el ejercicio de la función real era principalmente masculino, aunque parece que legalmente una mujer podría desempeñar, como en el caso de Hatshepsut, este papel. La herencia ancestral de la sangre divina era supuestamente transmitida por las mujeres. La necesidad de mantener la sucesión dio sentido y valor al papel jugado por las reinas, sobretodo en la dinastía XVIII.

Hatshepsut parece haber deseado o ambicionado el trono de Egipto, y esto precisamente es lo que terminó haciendo, alzarse con la corona de Egipto. Las inscripciones la presentan como el único rey auténtico, y por eso ella era la legítima heredera, única descendiente directa del dios Amón.

Tutmosis III era considerado, por tanto, un bastardo, un hijo de una reina secundaria que no tenía preferencia en el acceso al trono. Esta hábil reina se aprovechó de la minoría de edad de Tutmosis III, pero también se aprovechó de las ambiciones del sacerdocio del templo de Amón en Karnak. El clero de Amón formuló para la propia reina y su reinado el mito de la teogamia, según el cual, las reinas de Egipto como esposas de Amón, quedaban consagradas como depositarias auténticas de la monarquía, eran el templo de la simiente divina. Efectivamente, en el templo de Hatshepsut en Deir el-Bahari se representa en relieve al dios Amón adoptando la apariencia de Tutmosis II para colarse en los aposentos privados de la reina madre Amosis y mantener relaciones sexuales con ella.
Hatshepsut fue el fruto de esta unión. Incluso Hatshepsut llegó a designar a su hija, Neferure, como heredera al trono de Egipto, presentando a la niña con los atributos de los príncipes herederos.

De todas formas, Hatshepsut no llegaría hasta las últimas consecuencias de sus planes. Puesto que lo tradicional era que un faraón fuera un hombre, ella se hizo representar en forma de hombre, con cuerpo de hombre y barba postiza. Aceptó a Tutmosis III como corregente, pero no lo casó con Neferure para evitar problemas de legitimidad al trono. Algunos de sus principales colaboradores fueron el Djehuty (cuya tumba es excavada por nuestro equipo), el sumo sacerdote y visir Hapuseneb, y el segundo sacerdote de Amón Senmut, arquitecto de la reina que construyó su templo de eternidad en Deir el-Bahari.

De la política desempeñada por Hatshepsut se ha escrito mucho, y aún hoy en día ciertos aspectos de su reinado siguen estando a debate entre los egiptólogos. Se había dicho que la política imperialista de los tutmósidas fue abandonada por esta reina, pero no parece que este hecho sea verdad. Hatshepsut lanzó ciertas campañas contra Nubia, en torno a la 3ª catarata, y también el propio Tutmosis III realiza ciertas campañas contra los nubios a finales del reinado de Hatshepsut, alcanzando el control de los territorios entre la 5ª y la 6ª cataratas. Además aquí debemos fijarnos en que Tutmosis III ya tiene a sus órdenes un poderoso ejército operando en estos instantes bajo el nombre de Hatshepsut. Cuando Tutmosis III sube al trono, podemos aceptar que era un joven militar pero muy experimentado. De todos modos, la expedición egipcia más célebre organizada bajo el reinado de Hatshepsut es la que condujo a los barcos egipcios hasta el país del Punt, acto de carácter comercial que quedaría expresamente representado en el templo de Deir el-Bahari. En cuanto al otro foco imperialista de Egipto, Asia, el reinado de Hatshepsut coincide con la hegemonía de Mitanni dirigida por su rey Saustatar, que parece haber aprovechado el momento de crisis interna de Egipto para extender su control hasta parte de Siria-Palestina.
Hatshepsut hizo construir su tumba en el Valle de los Reyes (KV20), como sus predecesores Tutmosis I y II y otros reyes. En las representaciones del interior de su tumba, como en el caso de la iconografía mantenida en vida, esta reina trató de masculinizar su imagen ante los dioses y para su vida en el Más Allá.

Hatshepsut y la expedición a Punt

Hatshepsut fue el primer monarca del Reino Nuevo que envió una misión comercial al lejano país de Punt, reanudando así unos contactos comerciales que habían cesado más de dos siglos antes, al final de la dinastía XII. Esta expedición fue uno de los acontecimientos más importantes de su reinado. De hecho, todo el pórtico sur de la segunda terraza de su templo "de millones de años" de Deir el-Bahari está ocupado con inscripciones y relieves que describen este evento.

La misión debió de realizarse entre los años 8 y 9 del reinado de Hatshepsut y estuvo motivada, según los textos de Deir el-Bahari, por una orden oracular que el dios Amón de Tebas en persona dio a la reina. La expedición permitió restablecer los contactos directos con Punt y obtener lo que los egipcios llamaban "las maravillas de Punt". Éstas eran una serie de materias primas y de productos exóticos propios de esa tierra o de las regiones vecinas, tales como diferentes tipos de resinas aromáticas, ébano y otras maderas preciosas, marfil, oro y electro de "Amu" - una región de la Alta Nubia -, especias, diferentes animales salvajes vivos y pieles de felinos. Entre todos estos productos destacaba la mirra, una resina aromática característica de Punt que era utilizada por los egipcios en los rituales religiosos. La misión también logró traer algunos árboles de mirra vivos con el objeto de replantarlos en Egipto y de este modo asegurar el suministro de la resina para el culto de Amón.

Hatshepsut llegó a afirmar que creó un Punt en el interior del templo de Amón, plantando árboles de mirra en sus dos lados. Aunque es probable que estas plantas no prosperasen en suelo egipcio ya que los sucesores de la reina mantuvieron los contactos directos con esa región con el fin de seguir abasteciéndose de este preciado producto.

Los relieves de Deir el-Bahari ofrecen numerosa información sobre la expedición que, al parecer, estuvo formada por cinco naves de grandes dimensiones. Su responsable fue Nehesy, que en las escenas de Deir el-Bahari aparece como el encargado de negociar con el gobernador de Punt, Parehu. En un relieve del templo este personaje pregunta a los egipcios: "¿Por qué habéis llegado hasta aquí, a esta tierra extranjera ignorada por los hombres (es decir, los egipcios)? ¿Habéis descendido por las rutas superiores? ¿habéis viajado por agua y por tierra?". Estas interrogantes todavía se las hacen los investigadores. Hay diferentes hipótesis sobre la localización de Punt - la más probable, como veremos, la sitúa en el Sudán Oriental - y sobre el trayecto del viaje. Su punto de partida debió de ser algún paraje de la costa egipcia del Mar Rojo. Desde allí los barcos debieron de bordear el litoral africano de dicho mar hasta llegar a un lugar no precisado en la zona costera de los actuales Sudán o Eritrea.

Las escenas que representan la expedición documentan un contacto pacífico y de tú a tú entre los egipcios y los habitantes de Punt. En un relieve se observa el trueque que los egipcios realizan con el gobernador Parehu. Un epígrafe describe la escena: "preparando la tienda del emisario real y de su ejército en las terrazas de mirra de Punt, junto al Gran Verde (el mar) para recibir a los príncipes de esta tierra extranjera, presentándoles pan, vino, carne, harina y cada producto de Egipto, tal como había sido ordenado en la corte". En otros relieves los egipcios aparecen recogiendo los cepellones de los árboles de mirra de forma pacífica, con la colaboración de los habitantes de Punt.
Todas estas representaciones recogen numerosos detalles de la tierra y de los habitantes de Punt que a los ojos de los egipcios resultaban pintorescos y, en algunos casos, cómicos: la flora y fauna de ese territorio, los vestidos y peinados de sus habitantes, sus casas cónicas que se alzaban por encima del suelo apoyadas por pilotes o, sobre todo, la esposa de Parehu, Ity, y su hija, que fueron representadas con una gordura extrema.

Djehuty también participó de forma indirecta en la expedición. Un pasaje de la estela Northampton menciona como él fue el contable de los productos de Punt que recibió el templo de Amón en Karnak. Además, en Deir el-Bahari - donde su figura parece haber sido borrada por los partidarios de Tutmosis III - aparece contando "las maravillas de las tierras extranjeras de Punt" ante la presencia de su dios epónimo, Tot (en egipcio Djehut).

Punt

La localización de Punt ha sido objeto de numerosas hipótesis y debates. Recientemente, la combinación de los datos arqueológicos con otros de índole zoológica, botánica y mineralógica han identificado Punt con la zona sudoriental del actual Sudán, es decir, el Delta del Gash. En este lugar se dieron las condiciones favorables para la creación de una sociedad compleja que supo capitalizar el comercio de numerosas materias y productos de ese área muy preciados en Egipto. Aunque esta identificación es la más probable, quizás Punt sea un topónimo que designe un área geográfica extensa y no un estado o un organismo político concreto. De este modo Punt pudo comprender también algunas regiones de la Península Arábiga bañadas por el Mar Rojo, donde también crecen de forma natural los árboles de la mirra. Las investigaciones arqueológicas están demostrando que desde muy antiguo hubo una estrecha relación entre los diferentes pueblos que habitaron a ambos lados del mar.

Los contactos entre Punt y Egipto fueron tanto directos - como es el caso de la expedición de Hatshepsut - como indirectos. De hecho, la llegada a Egipto de una buena parte de los productos de Punt debió de realizarse a través de diferentes intermediarios a lo largo de tres milenios. Durante ese tiempo los productos puntitas llegaron a Egipto siguiendo diferentes rutas comerciales. Una fue a través de las tribus locales del Desierto Oriental egipcio. Otra, que seguía el curso del Nilo, probablemente estuvo cerrada durante buena parte de la dinastía XVIII a causa de los continuos enfrentamientos bélicos entre Egipto y el reino de Kush, en la Alta Nubia. Así, por ejemplo, durante el reinado de Hatshepsut se realizaron cuatro campañas con el fin de apagar los últimos focos de resistencia de ese estado nubio.

Por sus características - lejanía, riqueza y amistad con Egipto - Punt fue considerada por los egipcios como una tierra casi legendaria que gozaba de una especial consideración por parte de los egipcios. Buena prueba de ello es la designación de sus productos como "maravillas", la existencia en la región de un culto a una diosa Hathor "señora de Punt", y su identificación con la "Tierra de dios", un nombre genérico que los egipcios parecen haber empleado para designar de forma vaga a aquellas tierras no hostiles que poseían productos y materiales exóticos.

Las construcciones de Hatshepsut
Desde el comienzo de su mandato Hatshepsut promovió la construcción, restauración o ampliación de numerosos santuarios a lo largo de Egipto y de Nubia. Gracias a los textos - muy numerosos - y a los restos arqueológicos se sabe que la reina ordenó edificar templos en numerosas localidades del Alto Egipto. Entre ellos destacan el templo de Satet en Elefantina y las capillas dedicadas a la diosa Pakhet en Speos Artemidos, aunque hay indicios de otras construcciones suyas en Kom Ombo, Hierakónpolis, el-Kab, Armant, Hebenu, Hermópolis, Cusae o Menfis. En Nubia la reina realizó el templo de Horus en Buhen y embelleció con construcciones y estatuas otros templos en Qasr Ibrim, Semna, Faras, Quban y Sai.
Fue sobre todo en la capital, en Tebas, a ambos lados del Nilo, donde Hatshepsut realizó sus construcciones más ambiciosas. La intensa actividad edilicia de la reina en el lugar estuvo dirigida, sobre todo, al culto de Amón. Este hecho se explica tanto por la importancia del dios en el panteón egipcio como, sobre todo, por el papel determinante que esta divinidad, gracias a un oráculo, desempeñó en el ascenso de Hatshepsut al poder.

En el templo de Amón en Karnak, dentro del santuario construido por Tutmosis I, Hatshepsut levantó "el templo de Maat", una serie de estancias que circundaban una capilla descansadero en granito rojo para la barca de Amón que también construyó la reina. Este edificio, conocido hoy como la "capilla roja", fue desmontado por Tutmosis III apenas desapareció Hatshepsut del panorama político. Recientemente se ha reconstruido en el museo al aire libre de Karnak gracias a que muchos de sus bloques se emplearon como relleno del tercer pilón del templo, erigido por Amenhotep III.
La reina también levantó dos pares de obeliscos en el templo. Dos de ellos se alzaron de espaldas al santuario de Amón, al este del templo, mientras que los otros dos se colocaron en el patio que separaba al pilono quinto del cuarto. Los dos primeros son bien conocidos gracias a diferentes documentos del reinado de Hatshepsut. Una inscripción de Assuán informa que fue Senmut quien los extrajo de esa localidad y unos relieves del templo de Deir el-Bahari representan su transporte por el río hacia Tebas. Por último, los textos inscritos en las paredes de la capilla funeraria de Djehuty, excavada por nuestro equipo, indican que este personaje fue el encargado de recubrirlos con electro, una aleación de oro y cobre.

Los otros dos obeliscos, de los que todavía uno se encuentra en pie, fueron extraídos de la isla de Sehel, unos pocos kilómetros al sur de Elefantina, y erigidos por Amenhotep (TT 73). Su situación anómala, en el interior del templo, cuando lo habitual era colocarlos en el exterior de los templos, podría obedecer a alguna razón religiosa importante que no conocemos. Este hecho podría explicar también por qué Tutmosis III pretendió ocultarlos rodeándolos con unos muros de gran altura.

A estas construcciones en el eje principal del santuario de Amón, Hatshepsut añadió el séptimo pilono. Esta construcción fue la primera de una sucesión de puertas monumentales que, construidas en dirección hacia el sur, marcaban el trayecto que unía el templo de Amón con los santuarios de Mut y de Luxor. El pilono en su parte externa fue decorado con sendos colosos de la pareja reinante: Hatshepsut y Tutmosis III, además de otros dedicados a sus antepasados como Amenhotep I y Tutmosis II.

Con el séptimo pilono la reina mejoraba y embellecía el itinerario procesional de la "fiesta de Opet", de la que tenemos sólo noticia a partir de Hatshepsut. Ésta era una peregrinación anual de Amón desde el templo de Karnak hasta el de Opet, la actual Luxor. Gracias a los restos arqueológicos y a las inscripciones de la capilla roja sabemos que la reina levantó seis capillas descansadero para el dios a lo largo del trayecto terrestre de la procesión, que pasaba por el templo de Mut y posteriormente se dirigía hacia Luxor. Sólo conocemos la situación de una de ellas, a las puertas de la entrada norte del recinto del templo de Mut, justo delante de otra capilla construida por la reina, dedicada a Amón-Kamutef.
Hay otras pruebas de la actividad constructiva de la reina en esta zona de Tebas, aunque sólo se traten de algunos bloques reutilizados o fuera de contexto. De este modo han aparecido bloques de varios edificios no identificados de la reina en el recinto de Amón en Karnak, en el recinto del templo de Mut y también en el templo de Luxor. Los restos en los dos últimos templos ratifican el interés de la reina por crear una infraestructura templar en torno a la celebración de la fiesta de Opet.

Los textos también indican que Hatshepsut mandó construir un palacio real al norte del templo de Amón probablemente para supervisar las obras y también para estar cerca de la divinidad a la que debía su autoridad.
Tebas oeste

Hatshepsut también mejoró y potenció el itinerario y los templos que servían de escenario para otra festividad local de gran importancia en la orilla oeste de Tebas: la "bella fiesta del valle". Este festejo consistía básicamente en la procesión anual de la imagen de Amón desde su santuario de Karnak hasta Deir el-Bahari, un lugar que se encontraba al otro lado del río, casi enfrente de Karnak. En este lugar, que parece haber estado asociado de forma estrecha al culto de la diosa Hathor desde muy antiguo, la reina realizó su construcción más ambiciosa, tal como indica su nombre: "el sagrado de los sagrados". En el lugar existía un templo construido por Mentuhotep II quinientos años antes.

Para solventar las dificultades técnicas que entrañaban los desniveles del suelo y la gran cantidad de escombros en el lugar, Senmut, el arquitecto de Hatshepsut, ideó - inspirándose en gran medida en el templo de Mentuhotep - un edificio consistente en diferentes terrazas unidas por rampas de escasa pendiente y delimitadas por galerías porticadas sostenidas por pilares de piedra. Esta construcción constituye una de las construcciones de proporciones más armónicas y de soluciones más bellas de la arquitectura egipcia.
Este santuario es el primer templo que reúne casi todas las características de los mal llamados "templos funerarios". Como la mayoría de estos edificios, el templo de Hatshepsut en Deir el-Bahari, contenía una sala destinada a albergar la barca de Amón; una capilla dedicada al culto del rey constructor del templo, en este caso Hatshepsut; otra dedicada al culto de los antepasados, aquí concretamente Tutmosis I; una capilla dedicada a Hathor y un patio abierto con un altar para el culto al sol. Además el templo de la reina también albergaba una capilla dedicada al dios chacal Anubis.

Los soportales de las terrazas y las estancias interiores del templo estaban decorados con relieves de gran belleza. Entre ellos destacan los que relatan el transporte de los obeliscos de Assuán a Tebas, los de la expedición a Punt, o los que representan la "fiesta de Opet" y la "fiesta del valle".
La reina también construyó otros edificios en la orilla este. A los pies del templo de Deir el-Bahari, justo en el punto de unión entre el desierto y el valle, la reina construyó un templo, prácticamente desaparecido, que debía de servir como punto de recepción para los barcos que traían la imagen de Amón desde Karnak. En el mismo estado también se encuentra el templo dedicado al culto de Tutmosis III, al sur de Deir el-Bahari, que parece haber sido comenzado a construirse durante los años de gobierno de su madrastra.

Por último hay que hablar de otro templo situado en Medinet Habu. En este lugar, actualmente dentro de las construcciones del templo construido por Ramsés III, se encuentra un pequeño templete erigido por Hatshepsut y Tutmosis III que, al menos desde época ramésida, sirvió como punto de destino de otra procesión religiosa realizada cada diez días que partía del templo de Luxor transportando una imagen de Amón. Este pequeño templo señalaba el lugar donde surgió la colina primordial desde la que Amón inició la creación del mundo.

Los textos inscritos en la capilla de Djehuty, excavada por nuestro equipo, muestran otra faceta de la actividad constructiva de Hatshepsut en Tebas. La reina no se limitó a edificar una serie de santuarios, también dotó a estas construcciones y a otras más antiguas de una decoración suntuaria y las equipó con objetos preciosos. Djehuty, quien quizás también dirigió las obras de los templos de Speos Artemidos, Hebenu, Hermópolis y Cusae, parece haberse hecho cargo de ese aspecto en los templos tebanos más importantes. En su autobiografía menciona la construcción de una barca procesional de Amón cubierta con oro, la decoración de los templos de Karnak y de Deir el-Bahari con grandes puertas cubiertas de cobre o bronce e incrustaciones de electro, con capillas de ébano o de piedra, del equipamiento de los templos con piezas de orfebrería... Estas inscripciones son, por tanto, muy útiles para poder imaginar la riqueza de unos templos que actualmente se encuentra en estado ruinoso y carentes de toda esa suntuosidad.

http://www.excavacionegipto.com/contexto_historico/hatshepsut.jsp.htm

LLEVABA TRES AÑOS EN EL SÓTANO DEL MUSEO DE EL CAIRO
Identifican a la momia de Hatshepsut gracias a una muela
http://www.elmundo.es/elmundo/2007/06/27/ciencia/1182936693.html















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